Génesis 22:2.

La obediencia es la verdadera prueba de nuestro amor por Dios y se constituye en el secreto para descubrir la voluntad de Dios en nuestra vida. Algunas personas se muestran renuentes en obedecer y confiar en Dios completamente porque temen que Dios pueda cambiar sus planes, cuando sabemos que los planes de Dios son mejores que los nuestros, Isaías 55:9 “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. La verdadera fe debe llevarnos a obedecer, a producir fruto y a vencer cualquier situación y cualquier obstáculo, el que obedece siempre estará en comunión íntima con Dios, y es a éste a quien le revela sus planes.

Hoy es un buen día para aprender y para poder aprender tenemos que desaprender, existen 3 principios espirituales que son fundamentales en nuestra vida espiritual:

Dios llamó a Abram de Ur de los Caldeos para que saliera de su tierra y su parentela y en el capítulo 12 de Génesis Dios se aparece a Abram y le da una promesa Génesis 12:1-3, ¿qué le pidió Dios a Abram?: Dos requisitos: cree y obedece.

Abram quién luego fue Abraham, se caracterizó por ser un edificador de altares, encontré por lo menos 4 ocasiones específicas en que edificó altares a Jehová. Cada altar que edificó Abram representaba una etapa de crecimiento espiritual en su vida. En todo altar algo tiene que morir, algo debe ser destruido, algo debe ser sacrificado. Es después de este encuentro divino que Abram edifica el primer altar, no era solamente un lugar de sacrificio de animales, eso era lo externo, lo que representaba internamente era comunión con Dios, era dejar un testimonio visible de un encuentro transformador con Dios, era un altar que recordaría la promesa y la protección de Dios, era un altar de adoración, Abraham no hubiera podido sobrevivir su largo trayecto de fe si no hubiera sido un edificador de altares. Cada altar era un testimonio del amor y la lealtad de Dios para con él. Génesis 12:7,8; 13:18.

Dios cumplió su promesa de darle un hijo, Génesis 15:1-6 a través de Sara, una mujer de edad avanzada y estéril.

Uno de los grandes altares que construyó Abraham a Dios fue el que el mismo Dios le mandó levantar donde el sacrificio consistía en matar a su propio hijo Isaac Génesis 22:9. De madrugada Abraham fue por el asno y cargó leña sobre él. Después llamó a sus criados y a su hijo, tres días caminaron en dirección a un monte y una vez al pie del monte, Abraham ordenó a sus criados que se quedaran allí con el asno y dijo “Yo subiré con Isaac al monte, y después de orar y ofrecer un sacrificio, regresaremos”. Isaac iba cargando con la leña, Abraham llevaba el cuchillo e Isaac y le dijo “Padre, llevamos leña y fuego, pero no llevamos la víctima para el sacrificio”, Abraham le respondió  “Dios proveerá”. En lo alto del monte, Abraham levantó con piedras un altar, amontonó sobre él la leña, luego ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre la leña, sacó el cuchillo, entonces oyó la voz: “Abraham, No le hagas nada al muchacho, me has demostrado que me escuchas y confía en Mi, pues estabas dispuesto a sacrificarme a Isaac, tu único hijo”.

Abraham miró alrededor y vio un carnero con los cuernos enredados en una zarza  Puso el animal sobre al altar y se lo ofreció en sacrificio a Dios.  Después bajó del monte, acompañado por Isaac.

Si Amas a Dios, obedeces y la obediencia es el fruto de la fe, de lo que crees, si obedeces es porque crees… Que tienes que matar en tu vida que ocupa el primer lugar en tu corazón.