Juan 16:33.

Hoy me voy a referir a las enfermedades mentales que durante este tiempo se han convertido en enfermedades generales y globales, ya que afectan a un gran flujo de la población mundial, estas enfermedades son: El estrés, la depresión, la ansiedad, trastornos bipolares, la esquizofrenia, bulimia y anorexia y la ciberdependencia.

Todas estas enfermedades mentales son causadas por demonios o espíritus inmundos a los cuales se les ha abierto las puertas espirituales, emocionales y mentales y entran a controlar la mente y el corazón.

Hay casos mencionados en la Biblia, en donde las personas que están habitadas por espíritus inmundos que controlan la mente del hombre y se vuelven violentas, Hechos 19:16, Marcos 5:2-4, muchos psiquiatras lo llaman “psicosis” y “alucinaciones”, muy probablemente se refiera a las personas que comienzan a escuchar las voces de estos espíritus inmundos, e incluso pueden llegar a verlos, por eso se sienten perseguidos y amenazados. Estos espíritus buscan desesperadamente habitar los cuerpos de las personas, para encontrar descanso. Observe la siguiente explicación de Jesús en Mateo 12:43-45. Mateo 12:28 “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios”. Jesús sanó a muchos enfermos mentales expulsando los demonios que controlaban sus vidas un ejemplo claro se encuentra en Mateo 4:24, Mateo 17:14-20, Marcos 9:17-24, en términos espirituales todo esto se denomina lazos espirituales: lazos afectivos, lazos que atan nuestras vidas a pensamientos de maldad e iniquidad que se levantan contra Dios, contra nuestra familia; Son invisibles, no se pueden ver, y quienes están atrapados los alejan de los planes que Dios tiene para sus vidas, y sienten como un peso, una angustia, una batalla interior, algo que no les permite desarrollarse, crecer, avanzar.

Estas enfermedades mentales que hoy por hoy se han vuelto comunes debido al estilo de vida que han adquirido los seres humanos que los convierten en indolentes ya que abandonan, rechazan, maltratan, deshonran y destruyen a lo próximos, a los cercanos truncando sus vidas, y sus sueños.

Las causas principales de estas enfermedades nacen desde el momento mismo de la concepción ya que un bebé en gestación no puede controlar las vivencias y experiencias de su mamá y su entorno, tampoco lo puede hacer después de su nacimiento y en los primeros años de su vida, estas etapas en el ser humano son determinantes para la formación de las estructuras mentales de su alma, por ejemplo mamá que tuvieron un embarazo traumático con llanto permanente, aflicción, amargura debido a vivencias violentas, maltrato de parte de su cónyuge, palabras de maldición, deshonra; todo esto se transmite a los hijos afectando su salud mental. Por ejemplo escenarios familiares donde nacieron hijos y sus primeras experiencias en este mundo fue un cuadro familiar de pelea, contiendas, maledicencia, llanto, miseria, maltratos y abusos físicos, sexuales, marcará su vida con la derrota, la ruina, la tristeza, la depresión, el rechazo, la ansiedad llevando a esa persona a estados mentales deplorables que con el tiempo van marcando su carácter y su manera de vivir llevándolos a cárceles espirituales, el salmista vivió momentos similares, en el libro de los Salmos 142:6-7. No permita que el diablo llene su mente de basura, Satanás no puede acceder a la mente de una persona, a menos que se le de la autoridad.

El miedo, el temor, la angustia, la depresión, la aflicción, el pánico, la turbación son cárceles del alma, son lazos y ataduras demoniacas que no sólo afectan a la persona, sino también a la familia y a los descendientes, Satanás es el Cazador y tiene un equipo de demonios a su servicio. El cazador mencionado en el Salmo 91 es el diablo. Y la promesa es que “Dios te librará del Lazo del Cazador”, Jesús vino a deshacer los lazos del diablo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me a ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos.” Lucas 4:18.

Es imperativo salir de esas cárceles espirituales cargados de espíritus de temor, de miedo, causados porque le creemos al mundo, a lo incierto, a las circunstancias, a la fatalidad; lo que están llenos de temores y miedos no puede recibir nada de Dios, pues en el fondo cree que nada bueno le puede pasar y llega a creer que su vida está destinada al fracaso y a la destrucción. Así como la fe abre lo sobrenatural de Dios, los temores y los miedos abren lo sobrenatural de las tinieblas, está escrito en el libro de Job 3:25.

Otro demonio inmundo es el rechazo y la inestabilidad emocional, se introducen desde el momento mismo de la concepción y vienen por la falta de amor y la falta de aceptación por parte de sus padres, ya que los padres son autoridad sobre sus hijos y al rechazarlos desde el momento de la concepción o en los eventos que ocurren en la pareja tales como los divorcios los entregamos al reino de la oscuridad y de las tinieblas; esto hace que la persona se vuelva insegura, resentida, vacía y sin identidad.

Y quiero terminar con un demonio inmundo llamado soledad; muchas personas se encierran en si mismos, la soledad es muy mala consejera ya que la persona queda en el terreno de la mente y en la mente hay pensamientos que al estar expuesto a la oscuridad y a las tinieblas comienzan a hablar con demonios y recibiendo consejos de demonios llevando a la persona a la esquizofrenia, a la depresión, a la ansiedad e incluso a permitir que entren en sus vidas espíritus de muerte.

Dios nos ha dado una misión, somos rompedores de lazos, destructores de ataduras. En Mateo 10:8 Jesús nos dice: “Sanen enfermos, limpien leprosos, resuciten muertos, echen fuera demonios; de gracia recibieron, den de gracia”, es el tiempo de derribar todas esas fortalezas mentales que se han levantado en nuestras vidas, 2 Corintios 10:4-6. El perdón, la reconciliación, la aceptación, la restitución, claves para la restauración mental.