Éxodo 17:12.

Levantar las manos para muchos puede ser señal de rendición, otros lo consideran como símbolo de libertad de culpa, pero para Moisés significaba la victoria de su pueblo; porque cuando los amalecitas fueron a pelear contra Israel, Moisés, a pesar de su preparación militar, estaba consciente de que esa batalla se ganaría de otra forma.

Instruyó a Josué para hacer frente a sus enemigos, pero él, junto a Hur y Aarón, fueron a la cumbre del collado para clamar a Dios por la victoria de su pueblo. La batalla comenzó con un ataque a traición de los Amalecitas en contra de los hijos de Dios. Su ataque se centraba en los israelitas que se ubicaban en la parte final de la larga fila de los hebreos, eran “todos los débiles” que se iban relegando cansados y trabajados. Éxodo 17:11-16.

Aarón y Hur estuvieron parados junto a él y sostuvieron sus brazos en alto para asegurar la victoria en contra de Amalec. Quizá hay muchos Moisés en estos tiempos, que por los problemas y las dificultades en las que se encuentran están a punto de bajar los brazos; pero tú y yo podemos ser ese Aarón o Hur, que las personas necesitan.

En todos los problemas y dificultades en el transcurso de nuestras vidas necesitamos la intervención de Dios y muchas veces Dios envía ayuda desde lo alto, en este caso Aaron y Hur fueron usados de manera sobrenatural para que Dios a través de Josué lograra el objetivo principal que era derrotar a Amalec y a sus secuaces.

Dios va delante de ti en medio de tus batallas, nunca estás solo, por lo tanto no serás derrotado en medio de ella. Él va a colocar a un Aarón y  un Hur para sostener tus brazos, hay una palabra profética en Sofonias 3:16-17 “En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.

Quiero terminar con una palabra que se encuentra en el libro de Ester, la reina Ester junto con su tío Mardoqueo fueron utilizados por Dios para salvar la vida a miles y miles del pueblo Judio que fueron llevados a cautiverio en Babilonia y en su liberación y retorno a Israel quedaron en medio del camino dispersos las 127 provincias que gobernaba el Rey Asuero,

Un hombre llamado Aman (Tiene que ver con el Espíritu de Aman), y sus secuaces planificaron un holocausto del pueblo Judio, pero Dios decidió que sean destruidos los enemigos y no sus hijos y para ello utilizó a dos personas, dos de sus hijos que planificaron llegar a un lugar de influencia. Un padre adoptivo llamado Mardoqueo y a su hija adoptada, huérfana de sus padres que decidieron que la bella Ester participara en un concurso de belleza. 

Dios los ubicó donde los necesitaba y ellos hicieron lo que debían para llegar a ese lugar.

Amán logró que el rey Jerjes firmara el decreto de exterminación de los Judios en Persia, Ester 3:8-9 “Luego Amán se acercó al rey Jerjes y le dijo: «Hay cierta raza dispersada por todas las provincias del imperio que se mantiene aislada de todas las demás. Tienen leyes diferentes de los demás pueblos y se niegan a obedecer las leyes del rey. Por lo tanto, no conviene a los intereses del rey que ese pueblo siga con vida. Si al rey le agrada, emita un decreto para destruirlos, y yo donaré diez mil bolsas grandes de plata a los administradores del imperio para que los depositen en la tesorería del reino”. Aquí el problema es que el decreto fue firmado y sellado por el Rey, la sentencia para el pueblo judio estaba en firme…

Eso es exactamente lo que sucede hoy en día con los ateos, secularistas, progresistas, Neo izquierdistas, comunistas, socialistas, izquierdistas y derechistas liberales morales que odian nuestra ética, nuestros principios, nuestros fundamentos, y al pueblo de Dios. Ellos no quieren una exterminación de la gente, pero si de nuestra teología, ética y valores. Y los que se unen a ellos son cómplices de un plan mundial que se resume en esta declaración “Exterminio para los cristianos”, pero Dios levanta el Espíritu Santo para derribar a todos los que se levantan contra el pueblo de Dios, tu tienes que ser un Aaron, un Hur, un Mardoqueo y una reina Ester para que los decretos firmados y sellados hoy sean reversados en el nombre de Jesús.

Dios está llamando Varones como Mardoqueo y Mujeres como Ester la cual hizo una declaración determinante digna de una mujer esforzada y valiente “Y si perezco, que perezca” ( Ester 4:16 ), de esta manera formó parte del propósito y destino del pueblo Judío hasta hoy.

Ella dijo estas palabras después que su primo Mardoqueo le pidió que fuera ante la presencia del rey y le pidiera que salvara a los judíos. Mardoqueo se enteró del plan que tenía Amán, “Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte…” ( Ester 4:13–14 ).

En el momento que Mardoqueo le pidió a Ester que fuera ante el rey y le pidiera que salvara a su pueblo, se le conoció como Ester la reina de Persia, ella había mantenido oculta su identidad judía.  La decisión que Ester tomaría en este punto sería el momento decisivo de su vida. Un momento decisivo es un suceso que representa o determina todos los eventos futuros de una vida, una familia y una descendencia, en este caso de un pueblo, el pueblo de Dios. Este era el momento decisivo en la vida de Ester, una decisión sumamente importante. Y cuando recibió el reto por parte de su mentor Mardoqueo, declaró con valentía: “Iré”, fue obediente a lo que Dios le mandó a hacer.

Ministración: Todos se van a tomar de las manos y vamos a orar en un solo espíritu, como un solo hombre por las familias de la iglesia, por libertad, por sanidad, por milagros, levantar clamor por el pastor, por la iglesia, por la emisora… Tiene que ser una ministración poderosa y específica en el nombre de Jesús.