1ª Timoteo 4:1. 

Estamos llegando al fin de la gracia, que así como ocurrió en los tiempos de Noé, Dios cerró la puerta del arca para que nadie más entrara en ella, Génesis 7:16 “Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta”; la iglesia de Jesucristo enfrenta unos de los problemas más grandes de la historia no solo a nivel espiritual sino también a nivel del conocimiento del verdadero Dios. 

Hay un grave problema que necesita ser extirpado dentro del seno mismo del Cuerpo de Cristo, y esto es, la falta de fe, a esto se le llama apostasía. Jesús lo dijo de muchas maneras:

Apostasía significa rebelarse ir en contra de…, 

Dios ha elegido a Su Pueblo y lo ha redimido NO POR SER SANTOS, sino PARA SER SANTOS. Nosotros no queremos hacer lo que los demás han hecho: Construir una religión basado en conceptos de hombres teniendo como base la Palabra de Dios… Queremos hacer de la iglesia un Pueblo para Dios, regido por la Palabra de Dios.

Dios toma muy en serio la santidad del pueblo basado en Su santidad, sin embargo, la tendencia en la iglesia moderna es crear un Dios a su imagen, dándole los atributos que nos gusta que tenga en lugar de los que describe Su Palabra.

Ser cristiano debe implicar una gran responsabilidad, ser revestido de las ropas sacerdotales y poder presentarse ante Dios en el Tabernáculo no es cualquier cosa, está escrito en el libro de 1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”, lo que el apóstol Pedro nos dice es que fuimos elegidos y adquiridos por Dios para “anunciar sus virtudes” a través de la obediencia”.

Es necesario matar nuestra carne:

Hoy traigo dos ejemplos:

El primer caso: Nadab y Abiú se tomaron la libertad de entrar en el Tabernáculo cuando les dio la real gana, no cuando les había prescrito Dios, y ofreciendo “fuego extraño” en los incensarios, fuego que Dios “nunca les mandó”. Levítico 10:1.

Según Éxodo 30:9, una norma que había que cumplir en el altar para quemar el incienso era que “No ofreceréis sobre él incienso ex­traño”. Nadab y Abiú, desobedecieron a Dios, su pecado fue la presunción y la soberbia. El pecado de Nadab y Abiú fue el mismo que quienes pretenden montarse una religión a su medida, una religión en que los hombres mis­mos deciden qué clase de culto o servicio rinden al Señor.

Segundo caso: Los hijos de Eli: 1ª Samuel 2:12… El pueblo de Israel se estableció en Canaan después varios años de conquista dirigidos por Josué, a lo largo de varias décadas la nación de Israel creció y surgieron Jueces que lo dirigieron a enfrentar enemigos y progresar en la tierra de Canaán. Sin embargo en el libro de Jueces está escrito acerca de lo que se estaba viviendo en esos tiempos, entre la muerte de Sansón y el ministerio de Samuel, el cual fue uno de los más desastrosos de toda su historia. Este fue un tiempo de abusos, de desorden, de atropellos, de injusticias, de saqueo, de crimen, de violencia, de inmoralidad, de apostasía, de idolatría, de corrupción espiritual.

En el aspecto social robaban, saqueaban, mataban; para apoderarse de grandes extensiones de terreno que pertenecían a otros. En el aspecto moral se convirtieron en sádicos; robaban y ultrajaban mujeres. En todos los órdenes la situación era anárquica, no había ley, ni orden, ni respeto, ni autoridad que fuera reconocida. La Biblia lo declara 2 veces en una sola linea “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” Jueces 17:6, Jueces 21:25. En el aspecto espiritual, la situación aún era peor, era deplorable, pavorosa, no había orden, ni respeto por las cosas sagradas; sino irreverencia, confusión, y apostasía.

Quiero hablar del sacerdote Eli: Él era un buen sacerdote y juez, disfrutaba de su trabajo de servir al Señor, vivió en Silo, en una tienda de campaña al lado del Tabernáculo, tenía dos hijos Ofni y Finees a los que la Biblia los de define como hombres malos. El significado real es, que eran hombres sin valor.

Eli hizo a sus dos hijos, Ofni y Finees sacerdotes a pesar de que carecían del carácter de su padre. Su conducta cayó en desgracia y conmocionó tanto a la gente que "se menospreciaban los sacrificios de Jehová."

Eli, aunque había sido nombrado para que gobernara al pueblo, no regía bien su propia casa, era un padre indulgente, amaba tanto la paz y la comodidad, que no ejercía su autoridad para corregir los malos hábitos ni las pasiones de sus hijos los cuales no conocían a Jehová.

El Robo, la soberbia y la usurpación fue el resultado de este descuido por parte Eli, sus hijos eran hombres sin valor, impíos, llegaron tan lejos que usurparon el lugar de Dios, –fornicación, acoso sexual con mujeres que iban a orar, irrespeto a su padre como padre y como sacerdote, la amonestación llego muy tarde ya que los hijos de Eli estaban corrompidos a lo máximo.

Eli les advirtió de sus acciones vergonzosas, pero era muy tarde, debió reprenderlos o detenerlos cuando tuvo la oportunidad y autoridad para hacerlo. Debería haber ejercido autoridad de un padre pero sus hijos no lo respetaban, se burlaron de él. En su lugar, Eli sólo ligeramente razonó con ellos, "¿Por qué hacéis cosas semejantes?”.

Que lamentable espectáculo la del padre Eli, un anciano de noventa años, casi ciego, esperando escuchar el resultado de la dura batalla entre los israelitas y los filisteos. Cómo temblaba por su nación, sus hijos, y el arca de Dios. Cuando llegó la noticia de la masacre del ejército, con sus hijos, y la captura del Arca, se cayó de su asiento, se rompió el cuello y murió también.

Colocate en pie, la Palabra en el. Libro de Jeremías 2:13 “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”, en el libro de Zacarías 1:3 “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”, Job 22:21-28.