Dios ha creado un universo maravilloso, esta escrito en el libro de los Salmos 33:6-9, y lo creó a través de su boca cuando a través de ella habló y salió pneuma, “El Espíritu de Dios” el cual estaba listo para ejecutar lo que estaba en el corazón de Dios, observemos Juan 1:1-4, allí está la revelación del que hablaba para que el Espíritu de Dios ejecutara lo que estaba en la mente de Dios. Voy a enseñar las características espirituales de la Palabra de Dios con el fin de fundamentar nuestra vida espiritual:

Ahora miremos lo que está ocurriendo al interior de cada vida, cada hogar y descendencia; vemos que muchos están en medio de crisis emocional, física, económica y espiritual; una crisis la podemos definir como una situación o un período de grandes dificultades o de cambios bruscos en la vida de una persona, son momentos en los cuales no sabemos qué hacer, y que generalmente no sabemos cómo enfrentar. 

La única manera que podemos enfrentar crisis ya bien sea para salir de ella o bien sea para que cambie todo a nuestro favor es que El Espíritu de Dios se mueva y ejecute una Palabra  que está en el corazón y en la mente de Dios y sea declarada a través del pneuma o Espíritu, en este caso el Espíritu de Dios, para traer transformación y cambios reales: El señor siempre tiene palabras de bendición para nuestra vida, a pesar de las situaciones que podamos estar viviendo el Señor nos anima, nos consuela, nos motiva, y la Palabra de Dios es la que tiene que convertirse en nuestro rhema, en nuestra verdad, en nuestra esperanza y nuestro refugio en los momentos difíciles de nuestra vida cualquiera que ellos sean.

Hoy quiero mostrar un ejemplo claro descrito en la Palabra de Dios: En los tiempos de Josué, en la conquista de la tierra prometida: Dios mucho tiempo atrás envió una Palabra a Abraham en Génesis 12:1-3, 7; Génesis 15:13-16, donde hablaba precisamente de esta promesa que se cumplió por medio de Moisés, Génesis 15:13-16 (Dios siempre buscará a alguien o hará algo para que lo que ha dicho se cumpla), al sacar a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto y en Josué 5:13-15 y el capitulo 6 estaba a punto de cumplirse la Palabra de Génesis 12:1-3; pero antes que comenzara todo esto, Dios envió un ángel que hablara con Josué para darle la instrucción y la estrategia para entrar a la tierra prometida; y a esto me refiero, cuando tu tomas una Palabra y una Promesa dada por Dios y comienzas a guardarla y a ponerla por obra, Dios hará lo que ha prometido.

Nadie que cree en el Señor podrá triunfar, prosperar, sanar, ser bendecido sino hay una Palabra en su corazón dada por Dios; esta es la razón por la cual usted no puede ser un oidor de la Palabra, sino un hacedor de la Palabra, porque la Palabra de Dios sin obra es muerta. “La fe sin obra es muerta; por lo tanto si usted viene a esta iglesia o escucha las enseñanzas que aquí se predican y solo oye no ejecuta, usted no va a lograr recibir lo que Dios se ha propuesto darle, veamos lo que dice Deuteronomio 28:1-2. 

Ahora quiero que practiquemos un poco: Vaya a Génesis 1:3-5: Ahora tome una Palabra de Dios para su vida, declárela con su boca, guárdela en su corazón y póngale nombre…

Colócate en pie: Isaías 41:10-14: Dos premisas, la primera “No Temas”, la segundo “No desmayes”, en los momentos de crisis los seres humanos estamos diseñados para tomar dos acciones: Huir o enfrentar, lastimosamente muchas personas toman la opción de huir de los problemas, de huir de la crisis, no se atreven a enfrentarlas y por eso toman la opción de huir. La opción de huir de las crisis puede ser manifestada de diferentes formas: Divorcios, abandono laboral, emigración, vicios y adicciones, y de una forma pasiva huir puede ser simplemente tratar de ignorar el problema y tomar una actitud irresponsable. Pero si nuestro Dios nos dice: NO TEMAS, es porque él no quiere que huyamos sino que confiemos en él y enfrentemos la crisis confiando en sus palabras. El Señor en su palabra nos da varias razones de peso para no tener temor de las crisis que podamos enfrentar:

En los momentos de crisis nuestro corazón muchas veces se llena de desánimo, cuando vemos que la situación no cambia, que el problema no se soluciona, que la enfermedad no sana, y lo primero que viene a nuestra mente es darnos por vencidos. Es por eso que el Señor nos dice: NO DESMAYES, No desmayes en tu labor de padre, no desmayes en tu matrimonio, no desmayes en tu enfermedad, no desmayes en tu ministerio.