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Veinte años. Es el tiempo que Antonio López (Tomelloso, 1936) tardó en completar su retrato de la familia real española. Invirtió dos décadas en descifrar los tonos de piel, los azules de los ojos, el matiz de las telas... La relación de este pintor con el mundo que representa es así de minuciosa. Por eso, se ha convertido en el principal representante del hiperrealismo en España. En este capítulo, nos habla de su proceso creativo, que es más bien un forcejeo con la realidad.
Escucha los mejores fragmentos de las conversaciones con grandes artistas celebradas en el auditorio de la Fundación Juan March.