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¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Señor!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
es muriendo, como se resucita a la vida eterna.
Monseñor Dante Bernacki, Vicario General de la Arquidiócesis de Salta y Párroco de Nuestra Señora del Tránsito nos invita a reflexionar cada día invitándonos a vivir más cercanos a Jesús y su madre, la Virgen María.