A todos nos pasa que nuestra banda indie favorita ya no nos provoca lo mismo... ¿Qué extraño fenómeno ocasiona que lo que nos parecía fabuloso y vanguardista de pronto suene casi casi a Premio MTV? Será lo comerciales que se vuelven, que no pueden evitar entregarse al negocio? Erick Elola reflexiona acerca de estas terribles transformaciones.
A todos nos pasa que nuestra banda indie favorita ya no nos provoca lo mismo... ¿Qué extraño fenómeno ocasiona que lo que nos parecía fabuloso y vanguardista de pronto suene casi casi a Premio MTV? Será lo comerciales que se vuelven, que no pueden evitar entregarse al negocio? Erick Elola reflexiona acerca de estas terribles transformaciones.
Después de perder todas sus identificaciones oficiales, atestiguar el cierre de sus lugares favoritos donde compartían las pláticas más amargas y ser compañeros de trabajo por algunos meses, la única persona que presume de poder manipular millennials y el verbo perfumado de El Conde de Coyoacán encuentran un nuevo espacio de confianza: Stephens y Elola están en Dixo para cruzar la charla cotidiana que no pueden hacer por Twitter todos los días. Ésa que sucede entre las horas de tráfico, el descorche casero o al calor de un trompo de pastor después del trabajo; todo en menos de 30 minutos, nomás pa’l desahogo.