Juan
10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Quiero hablar de un personaje bíblico que a través del compromiso, del esfuerzo y de su valentía pudo transferir vida a un pueblo que estaba en medio de la desolación, de la destrucción y del caos, se trata de Nehemías.
Cuando Nehemías se encontraba en medio de problemas y circunstancias siempre buscaba dirección, era un hombre que vivía de rodillas o sea que aprendió el gran poder de la oración y experimentó el gran poder de Dios manifiesto como resultado de la oración.
La radiografía de lo que ocurría en ese tiempo con el pueblo de Israel es lo que está ocurriendo en estos tiempos con nuestras vidas, familias y descendencias:
- El muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego: Las noticias que recibió no eran alentadoras. El pueblo era llamado remanente; este no era un título esperanzador. Estaban en gran mal y afrenta, y los muros de la ciudad estaban derribado y las puertas de la ciudad quemadas a fuego.
- El mal estado del pueblo y el mal estado de los muros de la ciudad estaban íntimamente conectados. En el mundo antiguo, una ciudad sin muros era una ciudad completamente abierta y vulnerable a sus enemigos. No tenían defensa, ni protección en absoluto.
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- Una ciudad sin muro será siempre una ciudad estancada, con nada valioso en ella. Si había algo de valor en una ciudad sin muros; podía ser robado con facilidad porque no había defensa que los detuviera.
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- Los que vivían en una ciudad sin muros vivían en constante estrés y temblor; nunca sabían cuando podían a ser atacados y brutalizados. Cada hombre vivía en miedo constante por su esposa e hijos.
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- No es de extrañarse que el pueblo viviera en constante angustia, en constante desgracia (afrenta), recuerde que Dios no solo quiere que seamos vencedores, sino que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
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Veamos la reacción de Nehemías ante las noticias de Jerusalén y su pueblo.: Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
- Me senté y lloré: La reacción inmediata de Nehemías fue extrema. No solo se sintió mal por Jerusalén y su pueblo, no hubo fuerza en sus piernas por esto tuvo que sentarse y comenzó a llorar y a hacer duelo.
- Dios estaba usando a Nehemías para hacer algo con respecto esta situación.
- Preparó a un hombre con un gran corazón.
- Dios vio la necesidad desde el cielo, pero poco se haría hasta que el hombre indicado también sintiera la necesidad.
- Pero no había forma de que Nehemías pudiera hacer esto solo, por tal razón se levantó e instó a otros para que se levantaran y edificaran.
- Nosotros como líderes de oración y ayuno debemos prepararnos para el trabajo difícil “No hay victoria sin guerra; no hay oportunidad sin oposición”.
- Ayuné y oré delante del Dios de los cielos: La reacción de Nehemías fue más allá de la emoción inmediata. Muchas veces llegará sobre nosotros una preocupación como una descarga, y luego se nos pasará con rapidez. Pero si es del Señor permanecerá, crecerá y la carga seguirá hasta que el problema que provocó la carga sea resuelto.
- Nehemías no se quejó, no lloriqueó, ni vio “quién podía resolver este problema”, Él inmediatamente hizo lo que sabía que podía hacer – orar, y buscar a Dios con intensidad en esta situación.
De rodillas somos mas altos y mas fuertes, el impacto de la oración es mayor y experimentamos mas poder, fuerza y vigor para enfrentar lo que sea:
- La oración es la herramienta que Dios nos da para alcanzarlo, hablarle, rogarle, gemir, y también recibir de Él y de Su poder.
- Nehemías sabía como hablar con Dios y como dirigirse a El; en el libro de Nehemías vemos que ocurrieron milagros asombrosos, escucha esto: Nehemías antes de ir al rey, oró; delante del rey, oró; cuando el rey le preguntó ¿que cosas pides? Oró a Dios delante del rey…
- Nehemías siempre pidió dirección a Dios, siempre lo vemos de rodillas, recuerde que ese mismo Dios de Nehemías es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y es el mismo Dios nuestro.
- Nehemías fue un hombre que decidió vivir de rodillas, llegó a ser un hombre mas alto y mas fuerte espiritualmente, no solo en habilidad y destreza sino también en dirección y control y todo esto se logra si tenemos una buena relación con Dios, si tienes fe, si colocas tus ojos en Él, si le buscas y crees que le encuentras para que recibas el galardón, los dones, los regalos que vienen de parte de Dios. Con esta actitud y comportamiento transfirió vida a todo un pueblo que estaba en tinieblas.
- Nehemías comenzó como copero del rey y terminó reedificando los muros de Jerusalem trayendo protección a todo un pueblo, por tal razón hay algo especial al arrodillarse, al orar seriamente, confiamos en que Dios para algo o solamente esperamos, por tal razón hay una gran diferencia entre expectativa, confiar y esperar; Dios habla de confiar en Él, creer en Él y esperar en Él.
Ministración: Colócate en pie y levanta tu voz, repite después de mi: Nehemías
2:18, 20 “El Señor está en medio de nosotros y Su mano poderosa está extendida sobre nosotros, por lo tanto hoy nos levantamos y edificamos los muros de la iglesia, los muros de mi familia y los muros de mi descendencia en el nombre de Jesús”, “Estamos seguros que el Dios de los cielos, Él nos prosperará, nos bendecirá, nos sanará y nos libertará, porque nosotros somos sus siervos por lo tanto nos levantaremos y edificaremos por Satanás no tiene parte ni derecho ni memoria sobre nuestra iglesia, nuestras vidas y nuestra descendencia en el nombre de Jesús”.
Levanten sus voces y repitan después de mi:
“Te ruego oh Padre, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que guardas el pacto y la misericordia a todos los que estamos en este lugar, esté ahora atento tus oídos a la oración de tus siervos que hoy hacemos delante de ti; confesamos nuestros pecados que hemos cometido contra ti; si, yo y todos nosotros hemos pecado, en extremo nos hemos corrompido y no hemos guardado tus mandamientos… Acuérdate ahora de las promesas que nos has dado, a mi, a mi familia y a mi iglesia, promesas de bendición, de salvación, de sanidad… Aquí estamos tus siervos que hemos sido redimidos por medio de la sangra de Jesús la que derramó en la cruz del calvario, hemos sido redimidos con tu gran poder y con tu mano poderosa, te ruego oh Padre Dios del universo que esté atento tu oído a la oración de tus siervos que hemos elevado delante de ti y derrama tu gracia, tu amor, tu bondad y tu misericordia sobre nosotros, en el nombre de Jesús, Amen !!!”, cuantos dicen amen, de un fuerte aplauso al Señor.
Levanten sus manos bien en alto y levanten sus voces y declaren “Nos levantaremos y edificaremos y esforzaremos nuestras manos para bien y el Dios de los cielos, Él nos prosperará y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque nuestros enemigos son echados fuera en el nombre de Jesús porque ellos no tienen parte ni derecho ni memoria en nuestras vidas, en nuestras familias, ni en nuestras descendencias, ni en nuestra iglesia en el nombre de Jesús, amén”.