Via Crucis

Y a veces volvemos a caer... como los árboles dejan caer sus  frutos al suelo... algo de fe acompaña al árbol en las caídas al suelo de sus retoños, porque lo hace con el fin de que alguno de ellos se convertirá en un árbol fuerte y grande como él... pero ni siquiera sabe cuando se desprenden de sus ramas donde acabarán... sin embargo confía en que todo irá como debe de ir... 

El árbol, tal vez con una inteligencia que no llegamos a entender, sabe que para sus vástagos le sucedan deberá generar miles de semillas, quizás con suerte, una o dos, salgan adelante, quizás una o dos se conviertan en árbol... pero es probable que él nunca lo llegue a ver... 

Que importante entonces será vivir esta lección que nos deja la Creación representada en árbol, y es que el nacimiento, el cambio, la transformación, esta frente a nosotros... y en la mayoría de
ocasiones, deberemos caernos renunciantes, aceptando... y con fe, en un nuevo florecimiento,entregarnos.

Jesús caía por segunda vez en un camino que le llevaba a un final inevitable. En su muerte, estaba la confianza en un nuevo renacer para nosotros. Su entrega nos transformaría, como la semilla de trigo se transforma en vida que nos da alimento.

What is Via Crucis ?

Jesús, murió crucificado por nosotros/as. Un acto de puro y verdadero amor. ¿Cómo inspirarnos hoy con ello? ¿Cómo vivir este hecho desde la creencia y la fe en un mañana distinto?

Nos tocan tiempos difíciles, nuestras propias cruces pesan demasiado, y las aflicciones personales son a menudo tan dolorosas que preferimos vivir en un mundo desconectado, acelerado, monetario... porque pararnos y pensar en nuestras cruces pesa demasiado... dudamos de poder soportarlo, dudamos incluso de estar acompañados... y eso se torna en un sentimiento insoportable que preferimos esconder y engañarnos haciendo cientos de cosas cada hora, sin
pensar y buscando tener más y más.

Sin embargo, Jesús nos muestra en este tiempo a través de su sacrificio lo acompañados que estamos, nuestros dolores son los suyos y son los de muchos otros, cercanos o lejanos, que desde la empatía, el cuidado, el respeto... en definitiva, desde el amor, viven pesares muy similares, todos tienen sus cruces, todos las tenemos, y es en el amor donde hayamos la verdadera fuerza y valentía para continuar este hermoso camino de la vida, del amor y de la fe.

Su martirio no es el final del camino, uno nuevo comienza con Cristo resucitado. Caminemos pues esperanzados, y que este tiempo que Jesús nos recuerda sirva para seguir inspirándonos y viendo en el amor al prójimo, la salvación nuestra. Porque la vida sólo tiene sentido cuando en el darnos a otro hayamos la razón de nuestra verdadera existencia, tal y como el Señor hizo por nosotros.