Deuteronomio 8:3 “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Dios nos ha prometido y ha jurado por si mismo que cumplirá lo que dice Joel 2:19 “Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones”
Joel 2:24-25 "Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros”.
El pan representa una tipología bíblica de ser alimento y provisión y además el alimento espiritual que es la Palabra de Dios, el vino es tipología o símbolo de la alegría, del gozo que va más allá de los placeres que se pueden comprar con dinero, el gozo que Dios promete no es negociable con dinero y además significa la sangre que Cristo derramó en la cruz del calvario para limpieza, sanidad y protección de su pueblo, y el aceite es tipología del elemento usado para ungir reyes y sacerdotes y además representa la unción del Espíritu Santo.
Toda persona que desee madurar espiritualmente, ¿Cuantos quieren madurar? más temprano que tarde será llevado por el Señor a los desiertos espirituales, allí serán tiempos de quebrantamiento, de humillación y profunda enseñanza espiritual.
Es en el desierto donde los problemas, las crisis, la soledad, el temor parecen ser más fuertes, es ahí donde nuestra relación con Dios es puesta a prueba en medio del silencio, en el desierto es donde experimentamos en nuestro corazón una profunda necesidad del toque sobrenatural de Dios para poder seguir adelante.
Pero justo allí en el desierto es donde el Señor habla a nuestro corazón, Oseas
2:14-15 "Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto”.
El libro del Éxodo narra cómo el pueblo de Israel había sido liberado de la esclavitud de Egipto y fue llevado por Moisés a la entrada de la tierra prometida, un lugar donde vivirían en abundancia y paz. Pero luego de cruzar milagrosamente el Mar Rojo y presenciar la destrucción del ejército egipcio, lo que Israel vio a lo lejos no fue la tierra prometida, ¡sino un desierto! Y en medio de ese desierto “Aguas Amargas”.
El pueblo de Israel en Egipto no tenía obstáculos, todo era rutinario, trabajaban con duras tareas, pagaban tributos exhorbitantes, aparentemente todo era normal Aquel pueblo que marchaba con esperanza, ahora caminaba con hambre, fatiga, y frustración al no ver señal de la tierra que fluía leche y miel:
¿Se había equivocado Dios? ¿Acaso su plan era sacarlos de Egipto para luego matarlos en el desierto?: ¡No! El desierto no fue un accidente, el desierto y la ausencia de recursos traerían a la luz lo que había en el corazón del pueblo de Israel y cuál era su nivel de compromiso con Dios: “Dios había sacado a su pueblo de Egipto, pero ahora necesitaba sacar a Egipto del corazón de su pueblo”. Eso es lo que Dios quiere hacer contigo y conmigo
Cuando emprendes el camino para servir a Dios habrán momentos dulces y momentos amargos, habrán momentos para celebrar y para llorar, habrán momentos de victorias y momentos de aparentes fracasos, todos esos momentos amargos van a llevarte a los verdaderos planes que Dios ha preparado para ti.
Hoy Dios te dice: “Yo soy el que te pruebo porque quiero conocer tu corazón”, levanta tu voz y declara “Mi tiempo amargo no va a quitar ni va a borrar mi propósito en Dios, cada momento amargo hace una separación entre la gloria recibida y la gloria que va a venir, no voy a permitir que los desiertos me aparten del poder de Dios; el que hizo milagros ayer, también los va a hacer hoy y los hará mañana, todo pasará pero Su palabra no pasará, se cumplirá en mi vida, en mi familia y en mi descendencia… Mateo
24:35 Cielo y Tierra pasará, pero la Palabra de Dios no pasará; asi que, si Dios ha dado palabra, promesas, El va a buscar la solución, no hay prueba que no tenga salida”.
Desierto región solitaria, pero no totalmente estéril o desprovista de vegetación o agua, es una región de pastoreo, he descubierto que el desierto es el lugar en el que Dios finalmente nos encuentra y nos llama al regreso a la vida de El.
Saben que he aprendido la felicidad depende de las circunstancias externas, pero el gozo se basa en Mi relación con Dios
- EL DESIERTO, LUGAR PARA OÍR A DIOS: El Señor permite en los desiertos espirituales momentos que desafían nuestra fe para que nos demos cuenta que la única fuente de nuestra provisión es Él. Es en esos momentos cuando nadie entiende o comprende por lo que estamos pasando, cuando debemos cavar profundo y profundizar nuestra relación y nuestra comunión con Dios, si hoy estas atravesando un desierto espiritual, no reniegues, no confíes en tus fuerzas, guarda silencio ante Dios y escúchalo, Él tiene mucho que decir a tu vida.
- EL DESIERTO ES UN LUGAR DE PRUEBA: Todo hombre y toda mujer de Dios serán probados, la fe de cada uno de nosotros debe crecer y madurar. Recuerde que las exigencias nos hacen fuertes, aquel que se toma de la mano de Dios y afronta las batallas de hoy, será el que sea aprobado en el mañana.
- EL DESIERTO ES UN LUGAR DE TRANSFORMACIÓN: No importa como se llame tu desierto, al salir de allí tú serás una mejor o peor persona, es tu decisión. Quizá resultes convirtiéndote en alguien más maduro en el Señor y más sensible a su voz… o posiblemente alguien más amargado, cínico, y desesperanzado, pero jamás saldrás igual.
Hoy es el día de pasar del desierto a los tiempos del trigo, vino y aceite, ¿cuantos quieren pasar?… levanten sus manos y su voz y declaren:
“Hoy es el día de recibir la abundancia de pan: alimento físico y alimento espiritual; hoy recibimos el gozo y la alegría que viene del Padre, la sangre derramada por Cristo en la cruz del calvario la cual colocamos sobre nuestras vidas y sobre los dinteles y postes de nuestras puertas; hoy recibimos la unción del Espíritu Santo, el poder de Dios en medio de nuestra vida, familia y descendencia, cuantos dicen amén, cuantos dicen amén…
fuerte ese aplauso al Señor… que suene el shofar.