Via Crucis

¿Con cuánta agresividad y violencia convives a diario? ¿te definirías cómo una persona agresiva? Es necesario que te detengas y veas con espíritu auto-crítico tu comportamiento y tu manera de actuar... no te vayas lejos, observa tu última hora vivida y piensa si en tu pensamiento, en tus actos ha aparecido la violencia... la agresividad... quizás también la crítica y el juicio a otros, quizás también ese juicio era hacía ti... y es que... ¿tanto hemos normalizado la agresividad en nuestras vidas? ¿Tan sencillo es ya agredir a otro que apenas ya somos conscientes de qué lo estamos haciendo? Lo agresivo no es sólo un golpe, es una palabra, es un simple gesto o es la ausencia de ellos.

Jesús, nos muestra una vez más el valor de la amabilidad, y es que incluso, amenazado y herido, se torna amable, hacia sus agresores y hacia nosotros, que en demasiadas ocasiones normalizamos la agresión y no vemos en ella la herida que causa.

What is Via Crucis ?

Jesús, murió crucificado por nosotros/as. Un acto de puro y verdadero amor. ¿Cómo inspirarnos hoy con ello? ¿Cómo vivir este hecho desde la creencia y la fe en un mañana distinto?

Nos tocan tiempos difíciles, nuestras propias cruces pesan demasiado, y las aflicciones personales son a menudo tan dolorosas que preferimos vivir en un mundo desconectado, acelerado, monetario... porque pararnos y pensar en nuestras cruces pesa demasiado... dudamos de poder soportarlo, dudamos incluso de estar acompañados... y eso se torna en un sentimiento insoportable que preferimos esconder y engañarnos haciendo cientos de cosas cada hora, sin
pensar y buscando tener más y más.

Sin embargo, Jesús nos muestra en este tiempo a través de su sacrificio lo acompañados que estamos, nuestros dolores son los suyos y son los de muchos otros, cercanos o lejanos, que desde la empatía, el cuidado, el respeto... en definitiva, desde el amor, viven pesares muy similares, todos tienen sus cruces, todos las tenemos, y es en el amor donde hayamos la verdadera fuerza y valentía para continuar este hermoso camino de la vida, del amor y de la fe.

Su martirio no es el final del camino, uno nuevo comienza con Cristo resucitado. Caminemos pues esperanzados, y que este tiempo que Jesús nos recuerda sirva para seguir inspirándonos y viendo en el amor al prójimo, la salvación nuestra. Porque la vida sólo tiene sentido cuando en el darnos a otro hayamos la razón de nuestra verdadera existencia, tal y como el Señor hizo por nosotros.