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Desde el comienzo hasta hoy, Dios contempla la tierra, como está escrito : “Los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él”, 2º Crónicas 16:9, pero aún más leamos Proverbios 15:3 : “Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.”.
Nadie está fuera del alcance de sus ojos, Dios contempla a todos, pero hay una promesa especial para los que viven en el temor de Dios, el apóstol Pedro habla de los ojos del Señor y luego sus oídos; “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.” 1º Pedro
3:12.
Salmos 139:7-8 : “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”
Jeremías
23:23-24 : "¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”.
Salmos 11:4 : “Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.”
Job
34:21-22 : “Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, Y ve todos sus pasos. No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se escondan los que hacen maldad.”. Tiene que quedar claro en tu vida espiritual cristiana, “No puedes mezclar lo Santo de Dios, con lo profano que hay en medio de tu vida, tu hogar y tu descendencia; son totalmente contrarios e incompatibles.
Ahora bien, tengo una frase que ha retumbado en mi corazón desde hace muchos años “Yo quiero todo lo que Dios quiere para mi y no me voy a conformar con menos”, Él dice en Su Palabra “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”, Jeremías
29:11.
Dios tiene mas para cada uno de nosotros, por lo tanto no tenemos que resignarnos a la enfermedad, a la ruina, a la pobreza, al dolor, a la tristeza, a la destrucción de nuestras familias y nuestros descendientes, todo lo que está sucediendo en medio de tu vida, tu hogar y tu descendencia el Señor lo puede transformar, tenemos que levantarnos por encima de las circunstancias, por encima de la tormenta hasta que algo suceda, hasta que algo se rompa, tenemos que batallar, que pelear, si aún las promesas de Dios no han llegado a tu vida, colócate en pie, batalla y pelea hasta que algo suceda.
Es un buen momento para levantar nuestra mano derecha al cielo y orar “Señor, devuélveme lo que necesito para completar mi propósito y arranca todo lo que el enemigo quiere quitarme, no me voy a rendir, voy a morir peleando, voy a pelear por lo mío, hoy vas a dar luz a los planes divinos de Dios.
- La Mujer del flujo de Sangre no se resigno y recibió la sanidad a la enfermedad que había padecido durante 12 años y había gastado todo su dinero en médicos, Lucas 8:43; se abrió paso entre la multitud y tocó el borde del manto de Jesús y al instante recibió sanidad, “Y Él le dijo, Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”, Lucas 8:48.
- La pesca milagrosa después de una noche que no habían pescado nada, Jesús le dijo “Boga mar adentro”, Simón le responde “más en tu palabra echaré la red”, no se resigno; Lucas 5:4-5; toma la Palabra, la promesa y léela, declárala y vendrá el cumplimiento.
- Bartimeo, durante muchos años había estado ciego, cuando oyó que Jesús estaba cerca, fue por su milagro, no se resignó, Marcos 10:46-52; a pesar que muchos le reprendían para que callase, Jesús lo llamó y recobró la vista.
- La mujer Cananea, Mateo 15:21-28, que a pesar de la negativa de Jesús, no se resignó “Y ella le dijo: Si, Señor; pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora”. Mateo 15:27-28.
Hoy es un buen día para :
- Romper los cielos de bronce de tal manera que Dios derrame sobre nuestras vidas la lluvia de bendición: temprana y tardía., romper el poder de toda fuerza espiritual que se opone a la bendición, esta fuerza espiritual se denomina “maldición”, que impide que la gracia de Dios se manifieste con todo su esplendor y plenitud en nuestra vida y que las bendiciones puedan llegar a nosotros.
- Taladrar la tierra de hierro, tierra contaminada por nosotros, por nuestros pecados, maldades e iniquidades que hemos introducido y la tierra se convirtió en tierra de hierro que no produce nada, solo sequedad, ruina, desolación; es tan dura, que hay dolor, amargura; nuestra tierra debe producir mosto (alegría y gozo), trigo (pan, alimento no solo físico sino espiritual), aceite (la unción del Espíritu Santo).
Existen dos tipos de rompimientos que debemos de experimentar en nuestra vida, para que el Espíritu Santo haga en nosotros su perfecta voluntad y propósito para nuestras vidas, hogar y descendencia.
- Romper el poder de toda maldición existente, presente o ancestral, que impide que la gracia de Dios se manifieste con todo su esplendor y plenitud en nuestra vida y que las oportunidades puedan llegar a nosotros y que la circunstancias adversas que nos rodean cercenen nuestras esperanzas y nuestras promesas. Cristo rompió toda maldición en la cruz del calvario: Gálatas 3:13.
- Otro rompimiento es el que se evidencia en nuestro interior, en las estructuras mentales que tenemos dentro y en la condición de nuestro corazón, para llegar a este rompimiento, tenemos que humillarnos en la poderosa mano de Dios. El ego y el yo siempre quiere elevarse sobre los planes y propósitos de Dios y es un obstáculo para que seamos bendecidos y lleguemos al propósito que Dios tiene para nuestra vida, hogar y familia en la tierra.
Promesas : Malaquías 4:2-3, Isaías 56:1, Isaías 55:5-6, Isaías 50:7-9, Isaías
51:22-23, Isaías 58:8-12, Isaías
52:12-17, Isaías
49:25, 2 Crónicas
20:17.