Via Crucis

Siento lo que otro siente... aunque no siempre... a veces es difícil ponerse en el lugar de otro... a veces acompañar el sufrimiento ajeno nos acerca demasiado al filo de una navaja cortante y afilada que puede desgarrarnos... y es que detrás de la empatía viene lo valiente... las dos se
necesitan mutuamente para florecer juntas.

Y de repente, tras una pandemia que apenas empezamos a entender que nos hizo a todos igual de vulnerables, ahora comenzamos a sentir la crueldad de una guerra y surgen de ella tantas madres y mujeres ejemplares, luchadoras y valientes... donde sus hijos e hijas, víctimas inocentes de la crueldad y la codicia, encuentran consuelo, valor, aliento, pero sobre todo amor para seguir caminando.

La injusticia se hace presente en nuestra actualidad con fuerza, pero con más fuerza aparece la valentía con empatía, y la empatía con valentía, cargadas de ese amor sincero y eterno que da vida, que cuida y que vela sin desvela a otro.

What is Via Crucis ?

Jesús, murió crucificado por nosotros/as. Un acto de puro y verdadero amor. ¿Cómo inspirarnos hoy con ello? ¿Cómo vivir este hecho desde la creencia y la fe en un mañana distinto?

Nos tocan tiempos difíciles, nuestras propias cruces pesan demasiado, y las aflicciones personales son a menudo tan dolorosas que preferimos vivir en un mundo desconectado, acelerado, monetario... porque pararnos y pensar en nuestras cruces pesa demasiado... dudamos de poder soportarlo, dudamos incluso de estar acompañados... y eso se torna en un sentimiento insoportable que preferimos esconder y engañarnos haciendo cientos de cosas cada hora, sin
pensar y buscando tener más y más.

Sin embargo, Jesús nos muestra en este tiempo a través de su sacrificio lo acompañados que estamos, nuestros dolores son los suyos y son los de muchos otros, cercanos o lejanos, que desde la empatía, el cuidado, el respeto... en definitiva, desde el amor, viven pesares muy similares, todos tienen sus cruces, todos las tenemos, y es en el amor donde hayamos la verdadera fuerza y valentía para continuar este hermoso camino de la vida, del amor y de la fe.

Su martirio no es el final del camino, uno nuevo comienza con Cristo resucitado. Caminemos pues esperanzados, y que este tiempo que Jesús nos recuerda sirva para seguir inspirándonos y viendo en el amor al prójimo, la salvación nuestra. Porque la vida sólo tiene sentido cuando en el darnos a otro hayamos la razón de nuestra verdadera existencia, tal y como el Señor hizo por nosotros.