El escenario hipotético plantea el colapso del régimen iraní en 2026 debido a crisis económicas, protestas masivas y fracturas internas, lo que abriría la puerta a la restauración monárquica bajo Reza Pahlaví, hijo del último sha. Este propone una monarquía constitucional secular, inspirada en modelos europeos, con elecciones libres y un sistema parlamentario.
Principales retos:
- Legitimidad: La monarquía genera divisiones; algunos la asocian con progreso y otros con autoritarismo. Reza Pahlaví, en el exilio, carece de base sólida en Irán.
- Resistencia: Sectores leales al antiguo régimen, como la Guardia Revolucionaria, podrían impulsar una insurgencia.
- Fragmentación étnica: Minorías como kurdos o baluchis podrían exigir autonomía, amenazando la unidad nacional.
- Interferencias externas: Potencias como EE.UU., Rusia o Arabia Saudí podrían influir, exacerbando tensiones.
- Crisis económica: La reconstrucción requeriría inversión extranjera y estabilidad, difíciles de lograr en un contexto incierto.
Oportunidades:
- La monarquía podría simbolizar unidad y estabilidad, atrayendo a moderados y a la diáspora iraní, clave para financiar y reconstruir el país.
- Un modelo constitucional moderno, con apoyo internacional, facilitaría la reinserción global de Irán.
- El descontento con la teocracia abre espacio a alternativas seculares, especialmente entre los jóvenes.
Implicaciones globales:
Un Irán pro-occidental alteraría el equilibrio regional, debilitando el eje chií y beneficiando a Israel y Arabia Saudí. Sin embargo, Rusia y China podrían resistirse. Además, la estabilización del mercado energético dependería de evitar conflictos internos.
Conclusión: Aunque la restauración monárquica es viable, su éxito depende de superar divisiones internas, evitar intervenciones extranjeras y construir consenso. Un fracaso podría sumir a Irán en mayor inestabilidad. La clave radica en reconciliar soberanía nacional con las demandas de prosperidad y democracia de la población.
Fuente: Radio Sefarad.