Via Crucis

Y algunos de quienes le amaron, le cubrieron, le acompañaron, no abandonaron. Y ese huerto... que nos recuerda que de la muerte surge la vida, que de la semilla nace la planta, y que la planta crece fuerte porque otros la cuidan y acompañan.

A menudo desconfiamos de poder ser diferentes, de cambiar, de que aquello que sabemos nos hace infelices o desdichados desaparezca... a veces dudamos de nuestra fe... necesitamos pruebas fehacientes de que nuestros actos llevarán aparejado un resultado.

En el huerto siembra el hortelano con la fe de que lo plantado germinará y le dará buenos frutos. Confía en ello. Sabe incluso que a veces puede ocurrir que la planta salga torcida, que no de tanto como espera, o que no finalmente no llegue ni a florecer, pero sigue el hortelano con su trabajo, sembrando año tras año, él tampoco abandona.

Y como el hortelano, la familia, los amigos... ellos siembran en ti su amor con la confianza de tu florecimiento... saben que a veces tendrás enfados, tristezas, dolor, ira, miedo... pero confían en que darás frutos buenos... en definitiva, tu huerto será un también huerto de amor.

What is Via Crucis ?

Jesús, murió crucificado por nosotros/as. Un acto de puro y verdadero amor. ¿Cómo inspirarnos hoy con ello? ¿Cómo vivir este hecho desde la creencia y la fe en un mañana distinto?

Nos tocan tiempos difíciles, nuestras propias cruces pesan demasiado, y las aflicciones personales son a menudo tan dolorosas que preferimos vivir en un mundo desconectado, acelerado, monetario... porque pararnos y pensar en nuestras cruces pesa demasiado... dudamos de poder soportarlo, dudamos incluso de estar acompañados... y eso se torna en un sentimiento insoportable que preferimos esconder y engañarnos haciendo cientos de cosas cada hora, sin
pensar y buscando tener más y más.

Sin embargo, Jesús nos muestra en este tiempo a través de su sacrificio lo acompañados que estamos, nuestros dolores son los suyos y son los de muchos otros, cercanos o lejanos, que desde la empatía, el cuidado, el respeto... en definitiva, desde el amor, viven pesares muy similares, todos tienen sus cruces, todos las tenemos, y es en el amor donde hayamos la verdadera fuerza y valentía para continuar este hermoso camino de la vida, del amor y de la fe.

Su martirio no es el final del camino, uno nuevo comienza con Cristo resucitado. Caminemos pues esperanzados, y que este tiempo que Jesús nos recuerda sirva para seguir inspirándonos y viendo en el amor al prójimo, la salvación nuestra. Porque la vida sólo tiene sentido cuando en el darnos a otro hayamos la razón de nuestra verdadera existencia, tal y como el Señor hizo por nosotros.