La Venganza Será Terrible (oficial)

La Venganza Será Terrible - 31 de mayo 2024 - LVST 31/5/24 

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What is La Venganza Será Terrible (oficial)?

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La venganza será terrible. Buenas noches, aquí estamos con la venganza, será terrible en una noche cualquiera. Qué lindo eso que dice. ¿Cómo? En una noche cualquiera. Es lindo. Puede ser cualquier noche, porque este es un programa temporal. Sí. Estamos más allá de las contingencias del día a día y nos pasamos envueltos en pensamientos tan profundos que uno se queda dormido en el acto. Vamos a presentar a mi compañero, Patricio Barton. Hola, amigos. Buenas noches. El artista, antes llamado Gillespi, ¿cómo le va? Muchas gracias por la presentación. Se había olvidado de presentar a Gillespie. Muchas gracias por la presentación formal. Porque sabe que estaba pensando que este tipo de programas atemporales son lo más parecido a un libro que hay. Bueno. Bueno, pero digo uno. Depende de qué libro. Uno agarra un libro, fue escrito en otra época. Pero agarra un libro de historia y es el libro más temporal que existe. Sí, pero no actual. No es actual, es temporal. Lo que requiere la radio es actualidad. Por eso te dicen qué hora es, por ejemplo. Sí. A cada rato. Todo el tiempo. Este programa en general no se preocupa tanto. de lo que está sucediendo. Sí, es verdad. Pero sí, del entorno en que vivimos, de la época para ser, de las circunstancias, de los vientos que soplan, pero no exactamente del minuto a minuto. No. No hay, por ejemplo, acá en este programa, alerta. Urgente. Último momento. Reiteramos. Claro, todo eso no hay. Todo eso no hay. Alguien decía, no sé quién, que si uno se va del país 15 días y está totalmente desconectado, cuando vuelve no entiende nada todo lo que pasó. No entiende nada, todo ha cambiado, el idioma, la gente, las costumbres, las bromas. Pero si uno se va por ejemplo un año, diez años, vuelve y ve que pasa siempre lo mismo. Claro. ¿Qué? ¿Sí? Es una mentira muy ingeniosa. No, no, no es mentira. En realidad no sucede en absoluto eso, pero puede ser. Lo que significa la metáfora es que hay algunas cosas que son casi para siempre. y hay otras que son de este minuto que pasó. Exacto, hay una especie de vértigo en el día a día, pero en el fondo las fuerzas que nos dominan son las mismas de si, como en todas partes. Sí señor, y no quedan otras, es una cosa que me gusta decir cuando realmente quedan otras. Es una frase del sentido común, que es un sentido a favor de las clases hegemónicas. porque se construye. Hay que darle para adelante, para que te vas a poner a pensar. Siempre fue así. Porque el sentido común no es de gente que está viviendo en una isla. El sentido común se construye y... de forma colectiva, pero se manipulan. Exacto, principalmente por la opinión que uno escucha en los medios. Bueno, amigos, para ilustrar esto que estamos diciendo, con temas que prácticamente son eternos, vamos a referirnos hoy a los juegos infantiles. Qué bien. No sé si cambiaron tanto de... Usted se refiere a las plazas y estas cosas. Me refiero a las plazas, al poco más clásicos. Eso no cambió mucho. No han cambiado tanto. No. No han cambiado tanto. No, porque yo creo que todavía aprovechan una etapa de la infancia, donde todavía el chico no está tan cooptado por los medios electrónicos. Sí. Es de cinco, seis años. Se han sofisticado. En cualquier caso, este informe es sobre los peligros. Ah bueno, que los hay. Que siempre han sido peligrosos. Antes más me parece. Sí, porque había menos control. No, hay cosas de hierro y de... Sí. Ahora las plazas son de goma. Sí, distinto antes cuando había cosas oxidadas por todas partes. Claro. Y toboganes con fierros se sobresalían y cortaban al medio al niño que se arrojaba sin mirar. Yo he visto muchos amiguitos míos sangrando o con situaciones así. Amiguitos suchos que en esos pettinatos. Pero no, pero quiero decir de la infancia. Y por ahí nuestros hijos no han visto tantos. Los suyos eran los míos. Bueno, han visto todo. Hay juegos más sofisticados. En su plaza, en la plaza del ángel gris, hay... Flores. Avellaneda y Donato Álvarez. Hay unos juegos... que son juegos sonoros, no sé si los han visto... No, no los vi. Que son unos caños por donde los chicos se hablan... El teléfono. Bueno, el concepto sería parecido. Pero interesante el juego y según tapan algunas cosas hacen otro... Suenan distinto. Bueno, es una innovación. Este informe, sin embargo, nos alerta acerca de los porcentajes de niños accidentados en cada juego y nos permite evaluar cuáles son los más peligrosos y cuáles son los más amables. ¿Por dónde quiere empezar? Empecemos por lo más amable. Perdón, los preferidos de todos los niños, después veremos si son peligrosos o no. Pero estamos hablando de tobogán y de hamaca. Esto es lo preferido. Por la velocidad, el vértigo. Por todas las generaciones. Bueno, el tobogán, mejor que no hablemos. ¿Por qué no vamos a hablar de tobogán? Porque no lo encuentro aquí. Pero sí, aquí está. El tobogán es uno de los más peligrosos. Y sí, yo me imagino que sí. Para el que nunca ha oído la palabra tobogán, eso te trata de un plano inclinado. Pero sí. Los niños suben a una lápice de la instalación por un plano inclinado. se arrojan, se dejan caer. Un plano inclinado suave y resbaladizo, no un plano inclinado. Tiene que ser resbaladizo. No sé si tan suave porque... La cosa es el ángulo. Ese es el tema. El tobogán más brutal es el de 90 grados. Bueno, eso es lo que... Sube la escalera, llega a la pise, se tira y cae. No hay plano inclinado. El precipicio. Por favor, es como una bolsa de papaca. La segunda cuestión es la altura. ¿Cuánto mide un tobogán? ¿Y se mide por peldaño? ¿De las escaleras son 12 peldaños? ¿Tres metros serán? y bueno hay distintos. Es un poco mucho tres metros. Siempre hay uno alto y uno bajo, vio que hay uno alto. Sí, para los niños temerosos o amenazados por sus padres o tíos. No, y los más pequeños porque uno... Ah, tiene razón, los más pequeños. Uno el día que supera, que pasa al siguiente nivel, se siente... Yo no puedo olvidar ese día. Vamos a ver qué dice aquí. Los resbalines... o toboganos, son seguros si los niños los utilizan con precaución. Claro. Pero como la precaución no es una virtud de los niños, tenemos que son muy peligrosos. Entre las medidas de seguridad que debemos tener presentes son lápiz y papel, más que nada las madres. Bueno, está bien. Revisar previamente el estado de la superficie de deslizamiento. la inclinación y la ubicación del juego. Y, idealmente, dice, en un lugar que no le dé el sol para que la superficie del juego no se caliente. Ah, pero... Si usted tiene un tobogán, Claro. Por ejemplo, en el desierto de Sahara... De chapas. A mediodía... Y usted lleva pantalón corto. Es como si sus muslos se convierten en un bife. Sí, sí, sí. Se prende fuego. En dos bifes. Que llegue tostado. Lo bueno es que allí hay arenero, porque en el desierto del Sahara usted cae a la harina. No es necesario. Pero es necesario también, lo va a decir el informe, abajo tiene que haber una superficie donde caer. Al terminar tiene que haber una superficie blanda, que puede ser arena... esponja atomizada. Ah, qué bien, bueno. Arroz, piedritas. Ojo, el arroz sería bueno, pero sería gente con tachos a juntar arroz. Ahora, ¿lo percibo experto en la materia? Sí, muchas gracias. Yo soy doctorado en la Universidad de Juegos Infantiles de Colorado. Denver Colorado. No sabía que el Colorado estaba... Muy bien, muy bien. Entonces creo que es la persona competente... Sí. Para que le haga... No, para que le quiera hacer una pregunta. Sí. ¿Cuál sería el ángulo apropiado que tiene que tener un tobogán? Bueno, nosotros... ¿El mejor ángulo? Nosotros somos muy cuidadosos y tenemos un ángulo de 180 grados. Pero 180 grados no es tobogán. Claro. No. No, pero es el menos peligroso. Está bien. El niño incluso trata de ayudar su discurso hacia adelante moviendo... Claro, por... ..los glúteos. Igual acaso ayudado por sus padres que los empujan. Sí, pero no es peligroso, pero es aburrido. En general el peligro está directamente relacionado con la diversión. Cuanto más peligroso, más divertido. Cuanto menos peligroso, más aburrido y zoso. Ahora bien, el tobogán, según estudios de nuestra universidad, tiene el siguiente porcentaje de riesgo. De todos los usuarios niños de un tobogán, la proporción de aquellos que han sufrido algún percance es 100%. Todos. Pero al cabo de un tiempo determinado, digamos 24 horas, todos los usuarios del Tobogán terminan lastimándose algo. Bueno, me parece que es hora de tomar cartas en el sur. No, ¿qué problema hay? La bicicleta también. Es una vergüenza, señor. 24 horas. Usted pasa 24 horas. Y todos los niños que vinieron a la plaza... Todos se lastiman. Más que menos, ¿no? Bueno, no, dijo el secuestro. Algunos se rompen la cabeza. apenas un rasguño. Sí, bueno, pero igual. También es cierto que si se aglomeran los pibes, sobre todo en la escalera, claro, que vio que quieren subir todos juntos. El niño en general tiende a estar ansioso cuando se juega. Tiene un estado de ansiedad que quiere ya, quiere todo ahora, ahora, ahora. De ansiedad y yo diría también de amaretismo. Tiene todo el niño. El tipo quiere... prevalecer sobre los otros, egoísmo. Egoísmo. Entonces, ese egoísmo... Los principales accidentes de egoísmo son en la escalera. Claro. Porque ahí es donde se reempujan para ascender un turno o para hacer descender al compañero que le precede. Sí, hay otros que empujan desde abajo y dicen dale, dale. Claro, claro, claro. Se produce ahí una movilidad. no social, sino sí, pero es ascendente, una movilidad, una movilidad, una de las pocas movilidades ascendentes de las que somos testigos. Pero rápidamente descendente también. Sí. Los niños deben subir los peldaños de la escalera de uno en uno. No sé si se refiere al niño o al peldaño. Los peldaños. A las dos cosas. Algunos van desesperados y suben de a dos. Porque hay niños que... lo voy a decir porque ya... Dígalo, qué problema hay. Dígalo, dígalo. Estoy cansado, la verdad que no es. ¿Qué problema hay? Hay niños que están grandes para el tobogán. Ya, escúchame, tiene que haber un cuidador que le diga, usted ya no es un niño, parece un toro crioso de pastoreo. Igual le digo una cosa, si yo voy a una plaza desierta y hay un tobogán, a mi edad me siento... Tiene que estar bien lustradito. Se queda trabado, si usted se tira se queda trabado. Porque tiene costados, porque tiene barandas. Cuidado porque hay niños que suben por la rampa. Sí, sí. Como Santos Vega, el pallador aquel de la larga fama, que se sube por el tronco y se baja por la rama. Bueno. Sí, es cierto, también es otro de los entretenimientos, subir haciendo fuerza. Los niños deben deslizarse siempre sentados y con los pies para adelante. Porque a veces algunos van acostados. O van de boca. De cabeza. Se tiran con la pera rozando la madera. Bueno, nunca lo hice, pero debe ser una sensación bárbara. Lo que pasa es que el niño que va todos los días a la plaza. rápidamente se aburre porque ya sabe lo que viene. El placer es un lugar para aburrirse. No, bueno, en algún momento se va a aburrir y empieza a experimentar con... Cosas nuevas, novedades. Tiran la pelota también por la rampa. Acá dice que iba a haber un niño solo en la rampa. De a uno por vez. Sí, pero no pasa eso. Sí, no. Se tiran así unos... A veces encadenados, tres o cuatro. Tomándose el uno del otro. El problema es que si se traba el primero... se traban todos o algunos le pasan por arriba. Pueden llegar a salirse de la rampa. Al llegar al final de la rampa deben bajarse y alejarse de la rampa. Para qué? Para que otros niños puedan deslizarse sin peligro y no se haga una especie de pila de niños. Una montonera. Enseguida hay que abandonar la trasección. Sí, hay que bajar rápido. Rápido. Y después, ¿cómo sigue eso? Bueno, el niño da la vuelta y vuelve a subir al tobogán. Sí. Se vuelve a tirar. tantas veces como su aburrimiento le indique. Creo que no se superan más de cinco veces. ¿En serio? ¿Tan pocas? ¿Tan pocas? Porque le falta motivación en la escalera. Sí, la escalera es aburrida. Claro, si tuviera una especie de subida automática, que también tuviera algo de placer. Sí. Otro gallo les cantara. Bueno, que para disfrutar... Esto lo hacen los diseñadores de juegos. Sí, sí. Para alcanzar... Acá se puede hablar de cualquier tema. Sí, no vale, pero por favor. Claro, claro. Bueno, no, no, no, lo pregunto por... Ese es el lugar indicado. Bueno, perfecto. Para alcanzar un grado máximo de goce... En el sentido natural, no en el sentido psicológico. Los psicólogos lacanianos se han apoderado de la palabra goce para utilizarla en un sentido que nadie comprende sino ellos. Y de tantas otras palabras. Pero alcanzar el grado máximo de goce se necesita un padecimiento previo, una especie de corset de situación. del cielo y algo así entonces usted a la escalera la tiene que padecer un poco en el amor pasa lo mismo se la tiene que aguantar dijo no no no hay un padecimiento que aguantar no en el amor pasa al revés uno primero disfrute después padecer usted sube por arriba usted lo sube por la escalera y se tira de cabeza hace algunos años se habían puesto de moda unos toboganes gigantescos Un tobogán gigante. Muy altos y muy anchos. Ya las personas mayores, verdaderos toros criollos de pastoreo, se arrojaban con una alfombrita. Y era muy gozoso. Ondulado. Impresionante, me acuerdo. Pero claro, la longitud de la escalera era muy grande. Tenías que subir como tres pisos. Sí. Imagínate, te das cinco vueltas, son 15 pisos. Pero ahí había una gracia. que se tiraban de a muchos al por vez. Se tiraba con la chica que a usted le gustaba. Usted se sentaba atrás y la chica era así. Era para eso. Por ahí algunos perdían, digamos, la alineación de la alfombrita, de la alfombrita y empezaban a rodar uno sobre otro. Un cuadro de ante. Sí, digamos. situaciones que a uno le costaba mucho, situaciones corporales, que a uno fuera de ese contexto le costaba sostener, ahí eran a la marchanta. Claro, claro. Absolutamente a la marchanta. Yo he vivido situaciones inolvidables. Bueno, aprobílicese, por favor. Sí, la gestualidad, por favor, controle C. Pero, por favor, ¿cuántos recuerdos? Bueno, acá dice... nada, no dice más nada. Acá termina... Tobogán. El Tobogán. Bueno. El Tobogán. Y ese creo que es más peligroso. Cuidado con el sube y baja. Oh, sube y baja. Espectacular. Nunca me gustó. No, a mi tampoco. Y es peligrosísimo porque hay gente que se... se retira de golpe, se va, se va, se abandona el juego, se hace traidores, no se lo anuncia, intempestivamente, y el otro cae desde lo alto, se precipita y se, bueno, bueno, se puede sonar, 76% de... Muchísimo. Es muchísimo. Ahora, es indispensable, es de a dos el sub y baja, claro, dos niños, un niño solo no sub y baja, no. No, a veces está el padre que le hace con la mano, así le hace de peso. Uno mismo, pero no hay nada más melancólico que un niño que se impulsa incluso con las piernas hacia arriba con resultados melancólicos. Sí, sí. Qué triste. Los niños, además, no solo tienen que ser dos, tienen que pesar parecido. Sí, tienes razón, es como una balanza eso, en definitiva. Eso, un poco fuerte, ¿no? Tener un peso parecido. Un niño de 80 kilos con uno de 10... A mí me pasaba, yo era grandote, corpulento, sí, morrudo... Sí, para no decir todo lo que hay que decir. Le viene el morrudo de Gilet. Y a veces un poco me divertía, porque me quedaba sentado abajo, en el piso, y el otro quedaba conectado. ¿Pero sabe cuál es la solución? Varios niños. Claro, a veces van dos o tres pibes. Usted contra dos niños o 2.5 niños. Claro. Sí. Y esa es una forma. Sí, sí. Pero no hay mucho sobre el subibaja. No. ¿Qué longitud tiene que tener el subibaja? Y tiene, bueno, con la altura... ¿Sí es muy largo el subibaja? Sí. No, no tiene gracia porque depende de la altura, si tiene o no muy alto, sí, pero no lo hacen tan alto, sub y baja. ¿Cuánto tiene la altura? ¿80 centímetros? Muy poco, muy poco. ¿Medio? Sí, medio metro. Sí. entonces no no claro un subibaja alto imagínense claro ahí necesita una madera larga y casi no llegan al suelo no hay que inventar eso el subibaja alto alto como un tobogán claro se sube cada niño por una escalera trasladan y después lo sueltan al subibaja pero se parece Pero acá yo quería hacer hincapié en el columpio, en la maca. Sí, una de las estrellas de los juegos infantiles. Sí, por supuesto. Usted prefiere, como niño le pregunto, sí, sí. amacarse solo, que es una destreza, ¿eh? Sí, arranque. O hacerse reempujar por otro. No, me parece que eso varía con la edad. Primero uno quiere que lo amague otro y después... o no quiere o no consigue. No consigue, yo creo que no consigue. Y ya aprendió. La técnica es echarse hacia atrás. Exacto. Y cuando la maca va hacia adelante, uno estira los pies muchísimo. Y cuando la maca vuelve hacia atrás, usted recoge. Bien hacia atrás. Claro, claro. Bueno y con eso usted puede alcanzar velocidades tremendas y hasta puede llegar a lo más alto, a ponerse horizontal. Sí, 180 grados. No digo que dé la vuelta para atrás. No sé si alguien puede dar la vuelta. No creo que no. No, si da la vuelta se cae. Pero sí, lo que a uno le puede pasar es que al llegar al punto máximo se caiga. Sí, y además que le... Caiga y siga para adelante. Sí. Caiga contra algún señor o contra una enredadera. Porque además la infraestructura de las amacas no es muy sofisticada. No, no. Las cadenas se rompen muy a menudo. ¡Está! No hablemos de sogas. Ni de tablas, las tablas también están rajadas. Y una vez que quiere abandonar la maca, y la maca que tiene una rajadura lo aprisiona, aprisiona sus carnes y no lo deja descender. No, es duro eso. Sí, sí, es complicado. La otra cosa está en el mirón, que se instala detrás de la zamaca a observar, y por ahí es atento. se liga una macazo en la nuca. Se va acercando. Bueno, ese accidente le ocurre aquí en Colorado. al 36% de los asistentes a plazas. Bueno, pero bastante poco respecto del tobogán. Muy poco, porque hay que ser muy estúpido para que te pegue una hamaca. No, pero ¿sabe qué? Muchas veces el lobista de hamaca, el que está haciendo presión para subirse él. Claro, esperando turno. Esperando turno, pero un poco haciendo de medio de prepo, porque... ¿Cuándo termina la vuelta de la maca? No hay límite. No es como los juegos de los parques de Disney. No, más vale que... Sí, pero no se puede también instalar toda la tarde uno en una maca. Bueno, ahí tendría que haber una autoridad que... Con un cronómetro. Claro, esos abusos. Este niño hace seis horas 15 está en la maca. Sí, pobre ya. Y no la larga. No, pero pues hay padres que presionan al niño solo... y le dicen bueno ya está, eh, tiene que subir. Yeah, yeah. Si yo recién subí. Y entonces uno va, se cohibe. Ahora, me pasa un dato. Sí. Acá en el Roscedal hay unos aparatos de gimnasia rodeando, no en el Roscedal, acá en el lago de Palermo, quiere decir. unos aparatos para hacer gimnasio. Sí, sí. Que está muy lindo. No hay lugar porque están todos llenos de niños, pequeños, que no hacen gimnasia. Se cuelgan, se paran al lado. Bueno, pero están jugando los niños también. Pero no es eso para jugar. No es para jugar. Para hacer gimnasia, señor. No me digas que usted le dice eso. Yo tenía tiempo en misa topec. Sí. Que se dio seis vueltas al lago y ahora quiere hacer un poco... Sí, de musculación. Musculación. Y están niños ahí que juegan, apoyan la cabecita y juegan. Bueno, pues... No me digas que usted es de esos que les dice, esto no es para jugar. Claro. Esto es para los grandes. Esto no es para jugar. Esto es para los grandes. Bueno, pero parecen juegos, es obvio, que son artefactos que parecen juegos. ¿Qué son los balancines? Para mí es la maca. La maca. Sí, debe ser. Hay otro juego que no sé el nombre que tiene técnico, que es como una especie de calecita que cuenta con un volante en el medio. Sí, y entonces usted se sienta, gira, hace como si girara. El volante está fijo, está fijo, pero usted. hace como si quisiera girar el volante, y lo que consigue es girar la carecita. Si se juntan varios niños... A velocidades... ..acalzan velocidades supersónicas. ¿Y qué pasa? Se produce un efecto helicóptero. La carecita tiende a elevarse. Bueno, señor. Como un autogiro. Y... Salen por el aire. Salen por el aire a seis metros de altura, cayendo sobre sembradíos, jardines y ancianas. Había un modelo de calesita de plaza que estuvo en los años 70, que fue cuando me tocó lamentablemente cursar la infancia, y que consistía en un palo, un eje central, y un cono. La calesita tenía forma de un cucurucho, un cono. Como un péndulo era. Y el perímetro era un asiento. Se agarraba uno mirando hacia adentro del cono. Y eso giraba propulsado por los pies de todos. Pero por momentos... Claro, empezaba a moverse... A pendular y a girar a toda velocidad. Y era difícil sostener, no salir disparado. Pero eso es más peligroso que la ciudad. Era muy peligroso. Muy peligroso. Y el que caía... Después era arrastrado por lo otro, porque además había pibes que se subían parados... y se arrojaban como de un colectivo. Sí, eso está mal. El peligro de la calecita, pero incluso de la calecita profesional. Quiero decir aquella, propulsada por un motor con caballitos, avestruces, cuya vuelta dura lo que un disco. Sí, sí, señor. En aquella época clásica duraba lo que un disco, porque se suponía que un disco duraba tres minutos. Claro, claro. Ahora te tienes estas canciones que hay que durar 18 minutos y medio. Pero bueno, el peligro era que no te dejaban bajar o subir con la calesita en movimiento. No, vale, cómo va a subir? era mira si te caes debajo de la carecita porque había un espacio entre la tabla de la carecita y la tierra y ahí cabía Un niño y las ratas. Un niño a medio de destrozar. Pero ahí estaba el motor, todo el mecanismo. Sí, no, el motor estaba en el medio. Ahí nos faltaban los travesaños, los clavos. Ah, tienes razón. Sí, sí, sí. El abajo de la calesita debe ser un... Sí, claro. Yo nunca vi a nadie ahí. No, esas eran cosas para asustar a los chicos. Había alguien que acercaba la sortija. La sortija y el que tomaba... Era un tipo que tenía una sortija en la mano, o mejor dicho, tenía en la mano una especie de pera de madera en cuya punta colgaba una sortija, una llave. Y entonces el tipo la ofrecía a los niños que se colgaban de las barras del borde y trataban de alcanzarla. El tipo más o menos... Los tenía mirados. Alguien se tenía a sus favoritos y sus... Y se ganaba una vuelta. Sí, claro, que se acabara la sortilla y ganaba una vuelta gratis. Bueno, yo ya de grande... Sí. Ya de grande... A mí siempre me gustó la calcita. Muy bien. Yo volvía, estaba en casero, trabajaba en el centro. Ajá. y la crecita estaba justo frente a la estación. Entonces, yo cuando volvía, tipo 8 de la noche, así. Bueno, me daba un par de vueltas. Pero, señor, porque usted trabajaba aquí en una oficina. Sí, sí. Es bueno. Un señor grande, ya es bastante... Está bien. Muchacho, pero... Sabe que no, señor. No es condenable la actitud. Pero está rodeado de niños. Pero, rodeado de niños. Claro, bueno. Pero, lo que voy a contar es el episodio que tuve. Yo me sentaba. Lo mío era una vueltita arriba del caballito, por ejemplo. Y después... una o dos vueltas tracan tratando de sacar la sortija, agarrándome de una de los palos y manoteando la sortija. Bueno, perdón. Bueno, y así todos los días. Pero yo me di cuenta que nunca sacaba la torre. Y claro, y si yo fuera el dueño de la calesita, tampoco se la doy a usted. Yo no se la muestro. Bueno, escúchame, ¿cómo es esto? No, bueno, no puede ser. Yo me considero bastante hábil. Sí, bueno, pero... ..mando la sortija, pero a casi ya, casi tres meses que vengo. Y no la saqué nunca. Sin embargo, hay niños mucho menos diestros que yo en este menester, que la han sacado una y diez veces. ¿Qué está pasando acá, señor? Está medio grandecito. Dírteme. Está discriminando, señor. Yo lo veo que está grandecito. Hay nenes de seis años y usted tiene 40 años. Yo traje a mi sobrino, que tiene cuatro años. ¿Todas las tardes saca la vuelta gratis? ¿Cómo hace? ¿Todas las tardes? Explíqueme cómo hace. Acá se les voy a decir contra las letras. Hay acomodo. No, güey. Hay acomodo. No, señor. Y le digo una cosa. Sí. Última vez que vengo. Ahora, porque ya saqué esta última vuelta, me voy a subir. Pero después me voy. Pero no le parece que usted, por ejemplo, que siempre ocupa el caballito... Sí. Llega con los pies al piso, no se puede poner los pedales. Bueno, el otro día me dijo... se dio el caballo. Yo me agarré muy fuerte y casi que se queda sin cabeza el caballo. La cabeza colgando para abajo. Bueno, son cosas que suceden en los juegos infantiles. Últimos juegos, últimos juegos. Aquí tenemos... Oh, oh, oh. Eh... El... ¿Sabes que hay un juego que no sé si está considerado juego de plaza? Me parece que no. ¿Pero qué es uno de los mejores juegos jamás inventados? Y es la rayuela. ¿La qué? La rayuela. Ah, pero ese no, ese es un juego que nosotros no lo controlamos. No, pero en algunos está pintada. En algunos las plazas está pintada. Sí, está pintada. Aquí encontré lo que buscaba. ¿Qué son? Y ustedes me van a tener que explicar porque yo no sé lo que es. las mini estructuras trepadoras. Sí, eso lo vi. Hay algunos que... Los niños se van agarrando. Cada vez hay más sofisticadas. Esos son... Más altas. Algunas parecen una escalera que en algún momento tiene un doble, como dice usted, 90 grados y vuelve a bajar como una especie de arco, pero... Se cuelga como un mono. Acá dice que esas instalaciones plantean a los niños más grandes desafíos. mucho más desafío que las otras instalaciones recreativas. Así que usted como hombre mayor, quiero decir, tiene que asegurarse que el niño descienda de forma segura en caso de que no pueda completar la escalada. Ah, el niño va subiendo, va subiendo, por ahí se queda, y usted lo tiene que ir a atajar. Más o menos, usted se pone... A niños que van solos se quedan colgando 20 horas. Claro, con las manitos ya... Blancas, las uñas blancas. De esas estructuras, hay algunas más complejas todavía. y tienen que pasar por tubos y terminan en burbujas. Yo lo que le voy a pedir es que no se cuelgue de las piernas, porque hay niños que con el fierro horizontal se cuelgan de las piernas, y ponen cabeza abajo, y yo digo, se van a romper la cabeza. Y la estadística es estremecedora. Y sí, sí cae de ahí. 37 niños cada día van a... al Instituto Pasteur. ¿Por qué? Porque el Pasteur era de frente. No, pero señor, es algo que creíamos que tiene que ver con los juegos. Y nosotros decimos que lo mordió un perro. Sí, pero no es para eso. Pues si no, no te atienden en el instituto post-E. ¿Pero y dónde tiene la mordedura? ¿Cómo no lo van a... no es que... Bueno, mire la cabeza cómo le quedó. Sí. Lo atacó un perro. Bueno, pero... ¡Ay, está! Sí, pero esto parece más bien un golpe, ¿no? Sí, igual el procedimiento del tétanos hay que hacerlo. Sí, sí, pero... Perdón, ¿usted quién es? No, no, yo estoy trabajando acá, lo estoy ayudando. Ah, ¿usted trabaja acá? Me mandó el municipio, sí. Sí. Soy el aspirante a enfermero. Ah, miren, no sabía. Cada cuento vigilan o revisan o hacen mantenimiento de estas instalaciones tan simpáticas. Bueno, nosotros tenemos ahora, yo soy una empresa tercerizada que se dedica al control y cuidado de las instalaciones, de las plazas, ¿verdad? Entonces hacemos una recorrida. Sí. Yo todas las mañanas salgo a ver cómo están los juegos. Ajá. Y ¿por qué hace? Bueno, es mi trabajo, señor. Usted qué hace? Cuéntame usted qué hace, a ver. A la baña. Vendo... tengo un quiosco. Bueno, y después qué hace? y me quedo en la ventana, como si fuera un cuadro, esperando que venga alguno a comprar algo. Bueno, por eso, y después ¿qué hace? Todo es después que hace. Usted sabe que hay una persona, por ejemplo, que va y mira el estado de los árboles. Sí. Va caminando por la vereda a mirar el estado de los árboles, que no haya ningún podido. Que está bien en las ramas. ¿Qué me dice de la higiene de la plaza? Porque acá en esta plaza cunden los canes. Sí. Y los detritus de los mencionados mudrúpedos niños como elemento arrojadizo o toman contacto con ellos en forma casual o habiéndose arrojado por un tobogán caen directamente sobre estos excrementos. Bueno señor, eso es el uso irresponsable. Sí, más vale. Quizás lo que habría que hacer como algunas plazas en Buenos Aires, un sector alambrado para perros. Para perros. Para perros también. El perro huye del tobogán. Miren, los caniles... Lo detesta. Sí, no le gusta al perro eso. No le gustan los niños... Nada le gusta. Los niños corriendo no le gusta. Pero los caniles que han puesto en las plazas... cada vez ocupan más superficie. Cada vez los perros son más feroces. No le extraña que tales caniles sean utilizados por fieras, como pumas, jaguares. Y los niños van a quedar relegados a cuatro metros cuadrados. Lo que pasa es que la cantidad de mascotas que hay... Es más grande que la de niños. Pero señores, dejen de tener mascotas si tengan hijos un poco. Sí, pero tengo 75 años, señor. Bueno, qué quiere que haga. Soy una señora de 75 años, cómo quiere que tenga un hijo. Respecto al uso indebido de los arquitectos, ¿qué pasa con los bebederos? Bueno, el bebedero... El bebedero de la playa es una fuente de contaminación. No, pero ahí circula el agua todo el tiempo. Claro. Sí, circula, pero la gente va y mete la trompa. Pero usted me pone la boca sobre el bebedero. Sí. Y no... No, tiene que hacerla de chorno. Además, cuidado el tamaño del bebedero. Es discriminatorio con muchas personas de bajetatura. Sí, dígamelo a mí. Claro. Yo nunca tomé agua en un bebedero. Yo siempre tengo un cajón. que le presto a la persona sedienta de baja estatura. Entonces, el tipo se sube arriba del cajón y bebe. Muy bien, me parece un buen gesto. Muy bien. Ahora no, los bebederos de ahora son mucho mejores. ¿En serio? ¿Qué tienen de bueno? Porque no se tiene que subir, sino que aprieta unos botones que hay y el agua cae hacia el costado a una rejilla que está en el piso. No hay un... No es siempre la misma agua. No, señor, eso se renueva todo el tiempo. Siempre ahí, nosotros ponemos todos los días un balde con 10 litros y ahí va, subo y baja el agua. No sé si saco del Arroyo Maldonado las plazas que están... Posiblemente, sí, posiblemente. No van a usar agua potable. Bueno, esto es todo lo que tenemos. Si usted quiere tener alguna pregunta en esta conferencia de prensa, yo le puedo responder. No, en principio quería preguntarle si... venimos a plantear es como en muchas ciudades del mundo las más avanzadas implementar el tema con los perros de la bolsita y la palita claro, con perros o lo que sea, niños bueno, vio que hay algunas plazas en Buenos Aires que tienen el rollo de bolsa que usted lo corta. Sí, sobre todo las zonas más pudientes. Sí. La persona pudiente. Que además es donde hay más perros. Claro, porque los perros de los lugares donde no hay personas pudientes no son de nadie. Y los otros no saben lo que comen, por eso el tema de los excrementos es un tema a considerar en el consejo deliberante. Sí, sí, sí, porque... la comida de los perros es casi peor que la de los seres humanos. Ahora, yo por ejemplo salgo todas las mañanas porque me enviudé, entonces voy le doy de comer a las palomas. Que antes no salía. No, pero bueno, mi actividad es darle de comer a las palomas, cada vez tengo más palomas. Sí, pero no se le da de comer a las palomas. Y usted, que cuando enviuda le da por darle de comer a las palomas. Llevo una bolsa de pan rallado y le doy lo que está haciendo usted, nos daña todo. Claro, porque no tiene... No es un cero repilante. ¿Por qué no te llaman? ¿Qué estás? ¿Por qué no traes toda la basura y la tira acá en la plaza? Y alimienta a las ratas. Así vienen palomas, ratas y toda la porquería que trae eso, señora. ¿Cómo le vas a dar pan rasado? Me siguen más de 100 palomas cuando voy a la plaza. ¿Y sigue? Es una mugre. Y sigue. Miren cuando empiecen a seguir los robedores. Vio que la paloma es como una bolsa de... ¿De qué? De basura. con pico y plumas. Es así. Porque... Adentro es todo basura. Es un animal con mucha prensa, mucha literatura, pero... espantoso. Bueno. Es todo basura. Hay lugares en el mundo donde las mismas familias tienen... crían palomas. Bueno, oye, había, cuando yo era pequeño, había... personas que criaban palomas, incluso palomas mensajeras. Y... se mandaban mensajes, cosas así. hasta que por suerte en algunos aspectos el mundo progresa. Sí, pero eso estaba... Sí, sí. Bueno, ¿qué le parece si vemos cuál es la opinión de nuestros ausentes? Bueno, veamos algunos mensajes que han llegado al WhatsApp de la Venganza, que es 11-6-5-8-5-5-5-8-0. Déjeme decir que pueden directamente ingresar. a lave que es nuestro sitio de internet. El oficial. El oficial, desde donde pueden hacer todo, mandar mensajes, suscribirse a nuestros canales de Spotify y de YouTube oficiales y sacar entradas y ver nuestras presentaciones con público dónde son, cuál es la próxima ciudad que visitaremos y así. Lave Ayer hablaban de gente con bastones. No me acuerdo. Bueno. Todo el tiempo. Bueno, sí, siempre hablamos de gente con bastones prácticamente. Una vez vi una señora mayor. Yo también. Como ustedes dicen. Hace un rato. Como ustedes dicen una vieja. Dice acá. Yo no soy ese. Marcelo, el oyente. Con anteojos negros y bastón, parada frente a un semáforo, pensando que era ciega. y que quería cruzar la calle, me decidí y le ofrecí ayuda, pero mirándome fijamente me dijo que estaba esperando el colectivo y me dio mucha vergüenza. Pero bueno, yo quería ayudar, dice Marcelo de Caballito. Muy bien. Dice, buenas noches. Escuchando un programa, hablaron de electricistas matriculados. Y como soy uno de ellos, hago una pregunta para desenmascarar a los malos electricistas. ¿El agua conduce la corriente? Sí, señor. Bueno, si la respuesta es un sí, están ante un chapucero. Porque el agua no conduce la corriente, sino los minerales que el agua conduce. Bueno, sí. Bueno, señor. No se den de lugar, no, señor. Bueno, pero separe usted los minerales del agua. O sea que el agua mineral, ¿usted agarra una botella que compró en el supermercado? la tira arriba de un cable y es peor. Es peor porque es mineral. En cambio, el agua destilada... Usted se moja las patas con el agua destilada, agarra los cables y se culmina. Cómo se llama el oriente del urgano? Que haga la experiencia, a ver qué le pasa. ¿A mí me toca? Sí, sí. ¿Por qué no? ¿Por qué no es claro? No sabe si leer un montón de mensajes a nosotros y no a nadie. Bueno, Germán dice que hace 25... ¿Quiere que leo mensaje? Acá se lo leo. Bueno, a ver. Germán dice que hace como 25 años que escucha el programa en distintas épocas. Se lo lee como un poco harto, como un reclamo que estuviera haciendo. Porque dice como hace 25 años que escucho el programa. Está bien, bueno. Estoy podrido. Dice, sin embargo nunca me aburre, dice. Muy bien, bueno, ahí está. Y es de Rocha, Uruguay. Qué bien. No es que de Rocha, sino que es... de la localidad. Sí, la hablaré muy bien. Acá dice, ¿no cantaría un cachito del Vals recordando mi barrio? Lo cantaba Gardel. Le voy a cantar el estribillo a ver si me acuerdo. A ver. Hermoso barrio de mi juventud Tu viejo ambiente curioso, ¿dónde está? En vez de tu casita y tu jardín Hay pármoles y bronces y cristal Pájaros se han ido a otra región, el viento ya no juega en tu parra. Hermoso barrio mío en mi niñez, notalga de las tardes y de mi vejez. No había sonado nunca acá. No, nunca. No parece. Nos escribe Vanessa de Paraná acerca del informe de los albergues transitorios que hicimos hace un tiempo. Sí señor, un informe bastante... Sabú, cuestionado, polémico. Les faltó mencionar un detalle importante. ¿Cómo sabe? Alternar de albergue de vez en cuando. Si usted va siempre al mismo, el recepcionista lo reconoce y hasta le toma cariño, lo que da lugar a comentarios como, ustedes que vienen siempre, no dejen la moto ahí en la calle, guardenla en el garage, o cosas así. ¿Qué tiene de malo eso? Bueno, pero qué se yo, si uno va siempre, el conserje lo termina conociendo. Para mí es mejor que lo conozca el conserje. Sí, sí. Incluso el conserje le hace a veces un guiño. Sí. Como diciendo... Sí. Lo de siempre o... Sí. Va mejorando usted. Sí, el otro día se quedó un rato más. Bueno. Dice, soy Ángel de San Fernando. Bueno, dice que este es el más mejor de todos los programas. Mejor que demasiado tarde para lágrimas o el ombligo del mundo. Le pido a Alejandro mi noche triste. Bueno, otro día la hacemos mi noche triste o se la pedimos al sordo, no porque acabamos de cantar. Un abrazo para Barton y Guillespie. Ángel de San Fernando. Gracias, ángel. Gracias. Acá alguien dice que Silvano de Avellaneda, después de tanto decir que sí, pero después no, al final me suscribí al canal de La Venganza. Bien. Sí, suscríbanse, es que es gratis poner suscribirte y ya, y le das un like también, me gusta que nos sirve. Los escucho hace tantos años que ya ni me acuerdo. Dice todo esto Silvano y tiene gracias infinitas. Acá Mario nos escribe. También es de Paraná, como la oyente dice cuando viene la Paraná, no sabemos todavía. Pregunta, ¿han hablado de William Beckford? Que escribió una pequeña novela de terror llamada Batek. El Batek. Hemos hecho una charla sobre Bedford y de su... un cuento largo, una novela corta, El Batek. Es una novela además que tiene que ver con una construcción. Siniestra. Vamos a ver si la... Interesante, ¿no? Si la repetimos, sí, sí, sí, sí. Dice que es una historia de horror surrealista. Sí, claro. Bueno. Nos saluda Marina de Palermo. ¿Cuál es la película donde a Hugo del Carril lo matan y su madre muy viejita le lleva flores? Todas, creo. Claro, está escribiendo una escena que se repite muchas veces. No, no me acuerdo, pero puede ser que algún oyente se acuerde y nos lo diga. Nuestro oyente calificado, Fernando Martín Peña. Sí, claro. Yo recuerdo, en el último payador, Betinotti muere y una de las últimas escenas es en la tumba de Betinotti. Puede ser esa. No, no creo. Bueno, no tengo más mensajes. Ah, sí, tengo uno. Buenas noches, queridos vengadores. Los escucho desde Paraguay. Ah, muy bien. Están apareciendo muchos oyentes del Paraguay. No sé si lo notaron últimamente. Son argentinos que emigran. Sí, puede ser. La próxima vez que andemos de gira por Formosa, por ejemplo, podríamos... Tenemos que planear. O por Posadas. O por Asunción. Sí señor, qué lindo sería. Yo no conozco Paraguay. No, yo tampoco. Continuamos en La Venganza Será Terrible. Recuerden que nos pueden visitar en lave Ahora mismo lo pueden hacer, porque ahí van a ver todas las presentaciones que tenemos, no solo en Buenos Aires, sino también en otros lugares del país y del mundo también. Así que lave Hablaremos esta noche sobre el fin del mundo. por favor. Hay gente apagándole a radio. O mejor dicho de la idea del fin del mundo que ha impresionado a todos los pueblos de la humanidad. La mayoría de los filósofos griegos creían que el mundo era eterno, pero cuando ellos posaban los ojos en esta parcela del mundo que nos toca vivir a nosotros, ahí cambiaban de idea. porque este lugar les parecía vulnerable, destructible, y pensaban que a lo mejor ese mundo se destruía. En realidad no sabían qué pensar. Miraban las estrellas y les parecían eternas. Miraban la esquina de su casa y les parecía efímera. Los romanos sí, ellos tenían poca fe en la perdurabilidad de lo existente. Y entonces ahí lo tiene usted a Luciano de la Farsalia, que pensaba que el mundo se convertiría alguna vez en una hoguera. Lo mismo opinó Ovidio, el de las metamorfosis, que también dice que el mundo se va a prender fuego, pero lo dice con otras palabras en realidad. Cicerón, en La naturaleza de los dioses, también dice más o menos lo mismo. Los estoicos tenían una física según la cual todo lo húmedo tendía a secarse. Tiene razón. Háganse la siguiente experiencia. ¿Cuál de ser una camiseta húmeda de la soga de la ropa? Verá cómo más tarde o más temprano se seca. Y no al revés, no es que todo lo seco tiende a mojarse. Claro. No, no al revés. No ocurre eso. Se trata de una física de lavandería, ¿no? Bueno, de este modo, pensaban ellos que el mundo era una especie de sábana puesta a secar en el cosmos y que más tarde o más temprano los océanos iban a desaparecer y entonces un mundo bien sequito iba a ser presa fácil de las llamas, porque vaya a prenderle fuego a un océano como están ahora. Pero en cambio, cuando se empiezan a secar... Ahí sí, enseguida agarra fuego. Ahora es un esbozo del... No está nada mal. ..el cambio climático y el calentamiento global que estamos padeciendo. No está nada mal. Es una idea... ..a lo que decían los estoicos. Ellos creían que el fuego iba a vencer al agua. Pero bueno, profesaban la física de la antigüedad. Pero Newton... que es el inventor de la física moderna, también creía esto. Lo creía a partir de un falso experimento. Creyó que la humedad del globo a la larga se iba a secar y que después se iba a prender fuego. Pero es un dato malo que le dieron. En el Asia Menor también se participaba de esta opinión. Los judíos compartieron este miedo común y no se sorprendieron. Cuando Jesús les dijo, según nos cuentan San Mateo y San Lucas, les dijo lo siguiente, el cielo y la tierra pasarán y el reinado de Dios se acerca. San Pedro también anunció que el fin del mundo se aproximaba, pero el más detallado es San Lucas, que dice, se verán signos en la luna y en las estrellas, se oirán ruidos en el mar. Y dice, Os digo que no se extinguirá la generación presente sin que esto se realice. Es decir, él anunció que el fin del mundo iba a ocurrir en esa misma generación. Siempre hay gente que cree que el fin del mundo está muy cerca. Según estos dictámenes, el mundo debía terminar allá por el Imperio de Tiberio, más o menos. poner en el siguiente, Calígula. Pero bueno, las predicciones no se cumplieron. Los pueblos siguieron esperando el fin del mundo durante más de diez siglos. Durante muchos años, los frailes recibían donaciones de gente que quería salvar su alma, pensando que si ya venía el fin del mundo, de qué valía acumular riquezas. Cierta vez, yo lo he contado acá muchas veces, volví a yo de una timba en Castelar. y esperábamos el colectivo con un amigo que me debía, póngale usted plata de ahora, 5000 pesos. Bueno. Eh. Y la esquina en que esperábamos el colectivo era muy brava, muy brava. Y aquel amigo mío conjeturó que no podía hacer que llegara el colectivo antes que los asaltantes. Y entonces me pagó los 5000 pesos. Así por lo menos si no se afanan ya estoy pago. Ah, estuvo bien. Rigurosamente verigo. El caso es que el temor obligó a muchos a desprenderse de sus tierras, entregándolas a los conventos. En aquellas épocas aumentaron mucho de este modo los terrenos, fomentando el temor al fin del mundo. Los brahmanes no estaban tan apurados como los cristianos. Sus cronologías son tan largas. que casi resultan una metáfora de lo perpetuo. Esta, por ejemplo, suponían que un pañuelo de seda rozaba, una vez cada 100 años, una montaña de roca de una milla de alto. Sí. O de mil millas de alto, si usted quiere. esa roca en erosionarse totalmente debido al roce del pañuelo, ese era un calpa. Y un calpa era un día y una noche en la vida de Brahma, más o menos 4 millones 320 mil años. Por eso... Los hindúes son gente tranquila, se toman tiempo para todo. Y tienen esas nociones de tiempo como los eones también. Si no como acá, que estamos así... Algún día hablaremos de las cuatro edades que surgen de los ciclos mayores, la de oro, la de plata, la de cobre, la de hierro. Me detengo solo en este detalle. Estas cuatro edades van reduciendo la duración de la vida humana. Durante el período de duración de un calpa, la vida humana va aumentando su duración. Parece que cada 100 años aumenta un año, pero imagínese todos los millones de años que dura un calpa, hasta que llega a una máxima duración, y creo que es de 84.000 años. Ah, bueno. Y después la estatura se va reduciendo. hasta un mínimo de 30 centímetros. Y también se reduce la vida. Viven 10 años. Así que van de 84.000 años a 10 años. Los egipcios estaban a mitad de camino. Fijaron la fecha del fin del mundo a los 36.500 años cumplidos. Orfeo estableció 100.000... Veinte años. Pero ¿de qué? Supongo que estamos hablando de la fecha en que se hacía la profecía. Claro. A partir de hoy, 36.500 años, decían los egipcios y 100.020, decía Orfeo. Sin embargo, la opinión sostenida durante mucho tiempo por los cristianos era que el mundo duraría solo mil años. Decían que las almas del purgatorio... se quedaban ese tiempo allí pagando su pecado. Hablaban de los egipcios, decían que las almas de las momias volvían al cuerpo en ese período de mil años. Y San Juan, el evangelista, fue el que oficializó la creencia de los mil años porque profetizó el restablecimiento de Jerusalén después de mil años. Él hablaba de una nueva Jerusalén que tendría 12 puertas en memoria de los apóstoles, cuya forma debía ser cuadrada. Y tanto su longitud, latitud y altura debían ser 500 leguas. Bueno, algún día hágame acordar que le hable de longitud y latitud. Esto viene de los caldeos. que creían que el mundo era más extenso de este a oeste que de sur a norte. Como lo creemos todo lo que vemos en el Daniferio en el colegio. Bueno, San Justino fue el primero que atrevió el Apocalipsis a San Juan. Al parecer Justino era muy imaginativo y muchos recusaron su testimonio. Él contaba un episodio en el que Jesucristo descendía al Jordán y hacía hervir las aguas del río y las inflamaba, hecho que no se citaba a ningún otro escrito. Entonces, parece que no le tenía mucha confianza a Justino. San Irineo. también opina a favor de San Juan. Irineo era el mismo que opinaba que no debía haber más de cuatro evangelios porque cuatro eran las partes del mundo y cuatro los vientos cardinales. A eso le llamaban pensar. Tertuliano fue uno de los partidarios de los milanios y de la Nueva Jerusalén y aseguraba que esta futura Jerusalén comenzaba a formarse en el aire. y que los cristianos de Palestina la habían visto ya al terminar la noche, pero después se evanecía con la luz del sol. Otros decían que San Juan no había escrito el Apocalipsis. San Dionisio de Alejandría decía que todos los doctores rechazaban el Apocalipsis porque era un libro falto de razón, y decía que lo había escrito un tal serinto que se quería aprovechar de la fama de San Juan. para acreditar sus opiniones. Los que conocieron a San Juan, decían que no estaba enteramente muerto y que se movía dentro de la fosa. Mire cómo se me ponen los pelos de la nuca. Y que hacía levantar y bajar la tierra que lo cubría. Pero todo eso sí, pero no había escrito el Apocalipsis. Finalmente, la Iglesia decidió como indudable que San Juan sí fue el autor del Apocalipsis. Menos mal para sacarnos de duda, ¿no es cierto? Los católicos y protestantes han explicado el Apocalipsis a su favor, sobre todo comentarios de la gran bestia que tenía siete cabezas, diez cuernos, pelo de leopardo, pie de oso, boca de león, fuerza de dragón. y cuyo número era el 666. Sí, señor. Eso es todo lo que tengo que decir sobre el fin del mundo en esta noche. en una noche cualquiera. Sí, en una noche cualquiera. Y también que siempre está la arrogancia humana, que se habla del fin del mundo, cuando en verdad es el fin de la humanidad, no del mundo lo que es. La humanidad va a terminar en cualquier momento y el mundo va a seguir. Las plantas siguen, el planeta sigue, las cucarachas. Usted se queja de las cucarachas. Usted está sello con los cucarachas. Con muchos. No, yo soy hincha de las arañas, usted sabe. Sí, sí. Y van a seguir las arañas. La cucaracha está perfeccionada cada vez más. resistente a los venenos. Y no hay un sentido apocalíptico en la cucaracha. No, todos nosotros vamos a hacer un recuerdo lejano y ahí van a estar cucarachas. Y cada vez son más rápidas. Cuando usted le quiere pegar un zapatillazo está a 10 metros la cucaracha. Bueno, ¿con qué podríamos ilustrar esta charla sobre las cucarachas? No, sobre el fin del mundo. Ah, perdón, discúlpeme. Vamos a escuchar ¿Qué mundo maravilloso? Aunque se termine, es maravilloso. Continuamos en la venganza, será terrible. Señoras y señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Hay en la Universidad de Denver, Colorado, una escuela para loros. ¿Con presupuesto del Ministerio de Educación? Sí, sí, imagino. O sea, allí hay algunos científicos, trabajan con loros. ¿Para qué? ¿Para enseñarles? Hablar, mi mamá, y yo. Que es bueno que el ser humano se corra de ese egocentrismo que tiene y empiece a entender que los animales, muchos de ellos, son muy inteligentes. Y no sé si nos suparen al hombre más de una cosa. No se me ocurre nada más egocéntrico que enseñarle a hablar. Bueno, bueno. O sea, no hay nada más que arrogante del humano. Ese tío tiene enseñarle un lenguaje humano a un animal que no lo comprende. Y encima con ese discurso. Incorporarlos a la sociedad como... ¿Por qué no habla usted como loro? No hacen con esa intención, señor. Se trata de venderle loros a los magnajas. En Japón ya hay tiendas y restaurantes donde puede ir, por ejemplo, con perros a comer. ¿Cómo los de Givarda? Eso no lo están estudiando en la Universidad de Denver, Colorado. No llegaron todavía. No. ¿Cuánto cree que puede valer un loro que se exprese correctamente? O sea que yo nunca vi. No, no, porque dicen pocas palabras sueltas y no saben que las están diciendo. Claro, pero usted lo que quiere no es un loro entonces. Claro. Vamos a ver, acá dice que el loro es una mascota perfecta, pero hay que educarlo desde muy pequeño, prácticamente desde que es un huevo. Sí, sí, claro. Bueno, pero usted pone los huevos al lado de la radio, por ejemplo. Claro. Y ya los loros emergentes vienen con alguna noción El gusto enorme de saludarlo El gusto enorme Ahora El esbirriomanieto Cuidado aquel que quiera adquirir un loro porque fácilmente puede ser engañado Sí, por ahí le venden carísimo y no habla el loro O no es ni siquiera un loro Bueno Claro Bueno, porque hay otros animales parecidos a los loros Claro como los guacamayos. Sí, esos son muy buenos. Otros son muy independientes, son especies de loros que no te hacen caso. Y será mejor que adquieras una especie pequeña como el Agapornis. Sí. Agapornis. Agapornis es el loro que a usted le conviene. La vi. Mírelo. Sí. Igualmente tendrás que armarte de paciencia hasta que el animal confíe en ti. y aprenda que eres su cuidador. Quiero decir que cuando no hablan es porque desconfían. No es que no sepan hablar. Claro, claro. Y los que desconfían tienen miedo de decir algo que después se les puede volver en su contra. Cuando usted no está, está hablando el loro. Claro, todo el tiempo. Habla solo. Lo oye que entra y se calla el loro. Ahí volvió. De esa manera podemos suponer también que hablan las gallinas. Sí, sí. Usted sabe qué hacen a veces los loros eso por maldad o no sé por qué, que frente a otra persona el dueño quiere que hable el loro. La y no habla. No habla el loro, lo mira y no habla. Y se va el visitante y el loro empieza a cantar la marcha pero honesta. Ahora, usted imagina si un tipo... que recibe a otro en su casa y le muestra cómo su loro habla. A mí me da ganas de irme antes de entrar. Yo no sé si esa es la compañía más conveniente para mí. Sí, para ella. Pero la gracia del loro es botrarle a los demás como habla. Es de una tristeza muy... ¿Cuáles son los dueños del loro? No, yo conozco... Bueno, hay uno famoso del ambiente, le mandamos un abrazo, amigos, lo conocemos todos, Fantino, Alejandro Fantino. No me digas. ¿Y qué le enseñas? No, creo que son los loros. Sí. No sabía que algunos enemigos de Fantino lo acusan de repetir lo que dicen los loros. O sea, digamos, o sea, digamos. Un saludo para Ale Fantino. Sí, si tiene una mascota, un loro. Y también para sus loros. Sí, para todos. Loro grande, eh, grandote. Bueno, eh... Debes darle mucho cariño a Fantino. No, al loro. Y no agobiarle si no progresa tanto. Es a Fantino. No, yo creo que hay que emborracharlo. ¿A Fantino? No, bueno, si no a Fantino se emborrachará solo. Digo al loro para enseñarle. Pero cuidado, qué cantidad le da de alcohol, porque el cerebrito que tiene es microscópico. Claro, hay que haber borracho. ¿Cómo será de grande el cerebro de un loro? Así. Sí, señor. Pero usted dice que es una cuestión de cerebro para emborracharse. Sí, el alcohol sí. O sea, el que tiene ese cerebro chico se emborracha rápido. Sí, no vio los monos que toman alcohol natural. Eso por el peso general, no por el tamaño del cerebro. Albert Einstein no se emborrachaba porque era muy inteligente. Claro. El campeonato de France tenía un cerebro pequeño. y habían medido el volumen del cerebro, y el más pequeño de los célebres de aquella lista, era el cerebro de Anatole Frantz, un gran escritor francés, creo que pesaba 800 gramos. Pero no es ni media doce en la factura eso. Bueno, de todos modos, dice que hay que ganar la confianza del loro, acercándose de a poco a la jaula. Quiere decir que usted lo tiene en una jaula. Claro. Ahora, mucha gente tiene el loro en una percha. Exacto. Yo vi un video de Fantino, lo tiene como parado en una especie de... Pero ¿de dónde están los videos de Fantino que usted los ve? La pandemia publicó un video que estaba con el loro. Ah, sí, mucho. Sí. Y el loro con barbijo. Grande, un papagayo era. Bueno, crea un entorno adecuado. La jaula deberá estar colocada en un espacio tranquilo. lejos del ruido o los olores fuertes. Entonces, en mi casa no puede estar. No, eso es casi... ¡Qué olor! Es preferible elegir una zona... El baño no está mal. No, pero... Por el loro en el baño. Cuidado, porque por ahí... Esto se entretiene mientras está en el baño, enseñándole cosas al loro. No, cuidado, porque por ahí el loro hace comentarios. Sí, sí, sí. Bueno, ¿qué dice acá? Retira los juguetes. ¿Por qué? Ahora vamos a ver qué es lo que dice esto. Ah, durante el entrenamiento. Porque se distrae. Claro. ¿Y qué juguete tiene un loro? Y no sé con qué juegan. Sí, tienen algo para morderse. ¿Hay juguetes de loros? Bueno, hay una industria de juguetes de loros. ¿En serio? Bueno, no lo conocía. ¿Tienen juguetes de loros? Sí, de loro y de lora. Me parece que serán de goma, me imagino. No, son cosas para que el loro... A ver, ¿qué le gusta al loro? Picotear. Esta es la primera pregunta que nos hacemos. ¿Qué le gusta al loro? no le sirven para nada. Como que no tienen. Entonces con el pico le gusta retorcer cosas. Una pinza de esas llamadas picos del oro. Claro, de esas cosas. Y de esos juguetes se los pone en la caura y después lo premia cuando el oro... Se dan premios. El ave necesita saber que lo está haciendo bien. Por eso, cada vez que haga lo que se le pide, deberá recibir un premio. Por ejemplo, dos días en Asunción del Paraguay. No, no, un premio de... Para mí, un alimento. Sí, bueno, al loro le debe gustar Asunción porque hace calor. Debe haber muchos loros. Y debe haber loros. azúcar, ¿le parece? ¿Cuál es un manjar para el loro? Buenas tardes. Tenemos aquí al doctor Lorenzo, que es este experto justamente en el loro. ¿Qué tal? ¿Qué es el equivalente a una golosina para un loro? Una fruta. Estoy pensando, por ejemplo, en una banana cortada en daditos. ¿Por qué en daditos? Es difícil en daditos. Claro, porque tiene mucho desperdicio. ¿Sabes lo que es cortar en dados? Una banana. Fruta cortada en una compotera. Pero para qué con una compotera? No puede, si yo le doy la banana entera, inclusive sin pelar, el loro para qué tiene el pico? Si el pico tiene una fuerza increíble. Es capaz de agarrar una banana y hacer un licuado. Sí, sí, olvídese. Bueno, premio, lecciones cortas. Las lecciones al loro deben ser cortas, 15 minutos. para que no se aburre. El loro es así. Sí, no tiene tantas... Aquí la descripción que están dando del loro es lamentable. Bueno, pero no tiene mucha paciencia el loro para una... No tiene paciencia, no pone nada. Por eso... Que darle premios. te desconfía. Yo para que ya tengo loros que me desconfían. Me dijeron, no sé si es cierto, usted es el especialista en esto, me dijeron que al loro no hay que hablarle de frente. No me diga. Porque lo mira de costado, vio que tiene los ojos a los costados. Lo tiene puestos a los costados. Si le hablás de frente, no te ve. Tiene un punto ciego el loro en el medio. Por eso el loro continuamente se lleva por delante columnas. Sí, debe ser. por eso tiene el pico en el medio. Está mal hecho el loro, eh. Es raro eso. No siendo el color. El color está muy bien. El color está bien. El color está bárbaro. Pero tener un campo visual partido, o sea, dos campos visuales. Exacto, uno de cada lado. Atención que aquí viene un desengaño, eh. No asumas que hablará. Claro, por ahí hay loros que no hablan. ¿Y para qué lo compró? ¿Para qué lo compró? Es una lotería. Por mucho que quieras que tu loro aprenda a cantar o hablar, no lo hará si no le apetece. Y yo lo devuelvo entonces. No me apeteces. Vengo, bueno, vengo a devolver este loro, señor. ¿Por qué, señor? ¿Cómo por qué? Porque no habla. Bueno, pero usted no dijo que era para hablar. Usted tiene que dejarlo varios meses. Hace tres años que me lo llevé, señor. Estoy todo el día, ocho horas todos los días. La papa para Pedrito, la papa para Pedrito y el loro nada. No, es que ocho horas es tres al día. Además, yo le aconsejo que ponga la televisión, por ejemplo, volumen y que él escuche cómo hablan las personas. El idioma vio que nos enseña, la lengua materna se aprende sola, nadie le enseñó a hablar. ¿A usted quién le enseñó a hablar? No me acuerdo. No, nadie le enseñó a hablar, señor, nadie. Usted escuchaba cómo hablaban en su casa. Y empezaba a hablar. Pero este loro no será un loro, que era un canario a lo mejor, qué sé yo. Dice repite las palabras. Si quieres enseñar a tu loro a hablar, repite las palabras. La papa para Pedrito, la papa para Pedrito. Es medio difícil la papa para Pedrito. Pero es lo que dicen todos los loros. Y tienes que ser la persona que lo alimenta. Sí. Porque el loro no aprende de cualquiera. Si usted trae un profesor... Es interesado el loro. No habla en vano. Ya es algo, ¿no? Claro, yo solamente hablo si me traen conmigo. Claro, usted dice... Te hace un gesto, como dicen. No. ¿Es peligroso, doctor, el pico del loro? Peligrosísimo. ¿Mucha fuerza usted ha de escrito? Peligrosísimo. Si es que te pica el dedo, ponle. Uno quiere hacerle un cariño al loro. Pone el dedo y el tipo de cero muerto arranca el dedo. Sí, sí, arranca. 100 kilos de fuerza el pico. ¿En serio? 100 kilos de fuerza. Bueno, y usted le pone una lata de atún y se la abre con el pico. ¡Qué bueno! Entonces, me lo voy a llevar. No hablará, pero por lo menos me abre la lata de atún. No tiene ni la cocina el aparcho que te dijo. Eso va a impresionar más a mis amigos que si lo hago hablar. Sí. Mira este loro como abre las latas de atún. Sí, yo creo que sí. Bien, últimas consideraciones acerca de este simpático atrasio. La letra R es su enemiga. Claro. Le cuesta pronunciar el sonido de la R. Es francés. A veces hacen como un gorgojeo. Serán franceses, tienes razón. Sí, deben ser franceses. ¿Usted vio alguna vez, bueno, todos seguramente lo hemos visto, la lengua del loro... Negra es. Seca. Es negra. Es negra y es un poco intimidante. Sí, sí, sí. Bueno, los loros pueden ser entrenados con clicker, que no sé lo que es. No, yo tampoco. Yo tampoco. Esta herramienta facilita el aprendizaje de nuestra mascota, con sonidos que son acompañados con un premio. Debe ser un aparatito. Ah, un aparatito y si él imita le dará un... Le dará un... Claro, le dará un alimento. Hay loros que son excelentes imitadores. Se llaman el yaco de cola roja. Claro. Y esos son muy buenos imitadores. Por ejemplo... imitan a sandrini. ¡Vos! No, son loros imitadores, así como la radio que hay. Debe ser gracioso un loro haciendo eso. Necesitarás un mínimo de cinco meses, aunque cada loro es distinto. No podrás ganarte la confianza de tu mascota antes de los cinco meses. cuando comienza a forjarse el vínculo. Claro, claro. ¿Cómo se habla del vínculo ahora? Sí, sí. Antes decían mi novio, qué sé yo, nuestro romance, no sé cómo decían antes. Bueno, pero por ejemplo... Ahora hablan del vínculo. La novia. Sí. O el novio. Sí. ¿Usted en cuanto la forja? ¿Qué? La forja. ¿Usted la forja, su novia? No, no, no. No, no. No le pedo permiso. No. Señor, por favor. A ver si podemos... La relación, la forja. Sí. Las relaciones se forjan. sino cómo la hace, cómo... La construye, sí. Pero no sólo la construye, la forja. Después está construida. Impóngase un poco en el cuerpo del loro. Bueno, necesita cuántos meses. El loro va a entrar una persona todos los días que no sabe si lo va a matar, lo va a atacar. Bueno, bueno. Ahora, esos cinco meses para empezar a hablar. Sí. El asunto. Para empezar a hablar como usted. Bueno, extraordinario. Sí, muy bien. No está mal comprar un loro. ¿Cuánto sale? Lo vuelvo a preguntar, pero no me lo contestan. Bueno, esto debo decir... Es muy difícil. Y hay que decirlo porque estamos en un medio de comunicación. Está prohibido. Está prohibido, señor, comprar un loro. ¿Ustedes cómo van a comprar un loro si está prohibido? No, a menos que... No voy a cometer un delito. Pero por ahí usted... Denuncie al que tenga un loro. No, no. Denuncie a Alejandro Fantino. No, no. ¿Alguien lo tiene que hacer? Fantino tiene un loro, lará, lará, lará. No, no. Pero qué pasa si él, por ejemplo... Este es el periodismo de denuncias. No, pero Santino toda la vida... ..en Fantino vivió en... ¿Usted va a descender Alejandro Lofantino? Alejandro Lofantino. Vivió toda la vida en Santa Fe. ¿Y qué tiene que ver? ¿Qué pasa si aparece un loro volando oriundo del lugar? ¡Ah, qué suerte! Que entró por la ventana. Claro. Eso dicen todos los chorros. No, y... Esta motocicleta me apareció sola y se me metió en el garaje. Claro. Y pidiendo comida y pidiendo asilo. que vivió en Canadá y tiene un oso ahora en Villa Crespo. Sí, que lo tiene aterrorizado todo el barrio. Porque lo siguió desde Canadá. Vamos, denunciemos a Alejandro Fantino, denunciemos a todos los que tienen loros y mucho más a los que los hacen hablar y los torturan con esa arrogancia clásica del ser humano. No, pero... Otro más que está en contra del ser humano. Sí, sí, totalmente. Todos estamos contestes. Sí, sí. Bien. Uniforme estupendo. Sí, creo que es muy útil. Permiso. ¿Se va? Sí, me voy a atender al loro. Bien. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com pasión por el podcast