Isaías
57:15 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”.
En la Palabra siempre vamos a encontrar al Señor actuando desde los cielos sobre cada situación en la tierra y en el ser humano; y aún hoy el Señor está actuando sobre cada situación en cada persona, en cada hogar y en cada descendencia, en aquellos que han creído, en aquellos que han depositado toda su confianza en Él.
Muchos hombres en la Biblia experimentaron el cielo en la tierra, y debido a esto fueron transformados y percibieron cambios radicales en sus vidas, yo he traído a colación varios ejemplos que quiero compartir con ustedes:
El primero de ellos es la historia de Jacob, en él vemos a una persona astuta llena de maquinaciones y engaños, pero al mismo tiempo, vemos una persona a quien Dios quebrantó su corazón porque tenía un propósito grande: Cumplir la promesa que le había dado a Abraham su abuelo en el libro de Génesis 12:2-3 “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.
Jacob tomó por el calcañar a su hermano, pero nació de segundo; engañó a su hermano dándole un plato de lentejas por la primogenitura; tuvo que huir de su casa porque su hermano Esaú lo amenazó de muerte.
Jacob recibió la bendición de su padre, pero tuvo que vagar errante y vivir en la casa de su tío Labán. Cuando fue a la casa de su tío, se quizo casar con Raquel, pero Labán le dio a Lea su hija mayor y tuvo que trabajar 7 años más por Raquel, la hija menor de la cual se había enamorado. Por veinte años trabajó incansablemente, ciertamente tuvo una vida trajinada y difícil. Todas estas experiencias vividas fueron parte del plan de Dios para quebrantar su corazón.
Después de trabajar 20 años sin salario decidió salir de la casa de su tío Labán con sus dos esposas, sus hijos y sus siervas y con muchos bienes rumbo a Bethel, el lugar donde Dios se le apareció y le dió la promesa que a través de Él iba a nacer una nación, Génesis
28:13-15 “Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”, allí se abrió la puerta del cielo desde donde Dios derramó sobre Jacob una promesa eterna, Génesis
28:16-17 “Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y
puerta del cielo”.
En el recorrido hacia Bethel ocurrió el encuentro con el Señor, aquella noche en Peniel aprendió la lección más grande; esa fue la noche más importante de su vida. El pensaba que podía salirse con la suya en su relación con los demás e incluso con Dios, pero cuando se enfrentó cara a cara con El, Dios tocó el encaje de su muslo, y quedó cojo, el tendón del encaje del muslo es el más fuerte de todo el cuerpo, al ser tocado por Dios tocaba la parte más fuerte de su vida natural, de ahí Jacob paso de ser un hombre carnal para convertirse en un hombre espiritual, su nombre pasó de ser “Jacob el hombre natural” para convertirse en “Israel un hombre espiritual del cual nacería una gran Nación”.
- Desde ese día, quedó cojo! Antes de quedar cojo, él era Jacob; después de quedar cojo, surgió Israel, Génesis 32:28 “Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”.
- Ya no era un suplantador ni un engañador sino uno "que ha luchado con Dios".
- Después que Dios tocó a Jacob se convirtió en un hombre diferente el cual ya no confiaba en su propia astucia.
- Esta es la clase de experiencia que hace que seamos el pueblo de Dios. Hoy Dios quiere mostrarte cuán malvado y sagaz somos, la Biblia dice que el corazón del hombre es malo y perverso, Jeremías 17:9-10 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. Cuando Dios te muestre realmente quien eres, no te atreverás a levantar el rostro; la luz de Dios te conducirá a admitir que no podemos confiar en nuestras propias fuerzas.
- Hoy Dios quiere venir a nosotros y tocarnos y desencajar nuestro muslo; El quiere juzgar nuestra vida natural para volvernos humildes y seguirle con temor y temblor; El tiene que quebrantar nuestra vida y mostrarnos que no podemos hacer nada por nosotros mismos.
- Cuando experimentemos esto, quedaremos cojos. Estar cojo no significa que uno no puede caminar, sino que al caminar, reconocemos nuestra debilidad. Este es un rasgo común de todos los que conocen a Dios. Dios no conduce una persona a este punto a menos que ella tenga la experiencia del cara a cara con Dios. Todos los que todavía son ingeniosos, seguros de sí mismos y fuertes no han experimentado el quebrantamiento del Espíritu Santo.
El segundo personaje que traigo a colación es Abraham, en el libro de Génesis 18:1-3 “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo”, fue el primer hombre que creyó en el creador del universo, el hombre que fue apartado del resto del mundo, el hombre que le dio la espalda a lo que creían todos, fue capaz de atravesar el rio Eufrates para ir en pos de lo que Dios le había mandado a hacer, creyó en la promesa que Dios le dio, fue amigo de Dios y adicional a eso, dice la palabra que fue contado por justicia.
Abraham había caminado con Dios desde que tenía 75 años, recibe el llamado de Dios y lo lleva a Canaán y le promete esa tierra y luego lo lleva a Egipto, allí lo prospera y lo regresa a Canaán y lo bendice en gran manera; pero cuando tenía 99 años Dios se le aparece en el
encinar de Mamre, Génesis 18:1-3 “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo”, y el Señor se detuvo y no pasó de largo; ese encuentro con Dios hizo que le prometiera, que ya no en mucho tiempo se cumpliera lo que le había prometido 25 años antes y le confirmó la promesa que le había dado: Darle un hijo al cual llamaría Isaac y con el cual confirmaría el pacto con él como pacto perpetuo y además le dijo en Génesis
18:14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?.
Tal vez hoy necesitas que se abra una puerta en el cielo y Dios obre en tu vida de manera sobrenatural, permite que el cielo descienda a la tierra para que milagros, sanidades y prodigios ocurran en tu vida, asi que levanta tu voz y declara: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”.
Ministración: En este tiempo el poder de Dios va a ir delante de nosotros abriendo caminos oscuros para traer luz en medio de la oscuridad, para tal fin necesitamos: firmeza, constancia, compromiso, determinación; tenemos que ser incambiables, invariables, irrompibles, inflexibles, ante cualquier situación que estemos viviendo el Señor no va a pasar de largo, va a escucharte y va a cumplir todas las promesas que nos ha entregado: Hoy anhelamos que el Señor pase otra vez por este lugar para que toque vidas, familias y descendientes, “No pases de largo, Señor, quédate con nosotros, pasa junto a mi porque veremos tus maravillas, seremos saciados de tu bendición, las tormentas se enmudecen y la salvación será grande porque Él tiene el poder de volver el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales, Señor pasa otra vez, no pases de largo y quédate con nosotros.