A pesar de los acuerdos internacionales, 24 cadáveres de israelíes secuestrados siguen sin ser entregados por Hamás y otras facciones terroristas. Cuatro han sido devueltos, dos identificados, y otros dos no por decisión familiar.
Según Gabriel Hayon, presidente del Instituto Diplomático de Israel, se estima que al menos 15 cuerpos estarían en poder de Hamas: “Para ellos, los cuerpos son piezas de negociación. Lo saben desde el inicio. Es parte de su doctrina.”
Aunque existe un acuerdo avalado por países árabes y actores internacionales: “Hamás aprovecha las grietas de los contratos. Siempre alega que no sabe, no puede o que ‘el firmante ya no está’.”
Este incumplimiento, según Hayon, le da a Israel legitimidad para actuar con firmeza, pues quien viola el acuerdo es Hamás, no el Estado israelí.
Lo más preocupante, asegura Hayon, es que Hamás está ganando en la guerra mediática y en la opinión pública global.
“Ciudades como Madrid, París, Londres o Nueva York salieron a marchar por Palestina… sin saber que estaban apoyando a un grupo terrorista.”
Con el paso del tiempo, el origen de la guerra —el ataque del 7 de octubre— se ha diluido, y Hamás se posiciona como el “underdog”, la víctima, cuando en realidad fue el actor que detonó la guerra.