Quiero comenzar con lo que está escrito en el libro de Lucas 15, Jesús narró tres parábolas muy similares con respecto a algo o alguien que se perdió, la primera habla de una oveja que se perdió fuera de la casa, Lucas 15:4-7, la segunda habla de una moneda que se perdió dentro de la casa, Lucas 15:8-10 y la tercera habla de un joven que se perdió al cual lo llamaron el hijo pródigo, Lucas
15:11-32, vamos a leer algunos apartes de las citas bíblicas para poder fundamentar lo que Dios quiere hablar en este tiempo.
Hay algo común en estas tres parábolas y es que “cuando encuentran lo que se ha perdido hay gozo y alegría”; ¿Cuantos de los que están aquí han perdido algo en sus vidas?, ¿Cuantos desean recuperar lo perdido?… entonces esta palabra que viene de la boca de Dios es para ti.
Estudiemos por un momento cada caso en forma profunda y resumida:
- En la parábola de la oveja perdida, de 100 ovejas se pierde 1, eso es el 1% del rebaño, cifra poco significativa; sin embargo deja las 99 y decide buscar la que se perdió y cuando la encuentra la coloca en sus hombros, alegre reúne a sus amigos porque había encontrado la que se había perdido. Un pastor debe buscar la oveja perdida, sin importar lo que le haya ocurrido, si cayó en pecado, si se apartó del Señor, si hizo esto o lo otro. Tenemos que pedir al Señor que arranque la indolencia que hay en nuestro corazón por los perdidos comenzando por los nuestros.
- La segunda parábola se trata de un dracma que se pierde, una moneda de valor insignificante que nada tiene que ver con la moneda oficial del pueblo de Israel y tiene que mucho que ver con nosotros los gentiles, los que hoy por hoy se están perdiendo en medio del mundo, tiene que ver con nuestras familias, con nuestros hijos, la herencia que Dios nos entregó; pero escuche dice la palabra en Hebreos 15:8-9 “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”. En la parábola esta mujer enciende una lampara, enciende una luz, reconoce que la casa está en tinieblas, no porque hayan catástrofes sino porque esta llena de pequeñas zorras que entran y acaban con los viñedos, con los frutos, con la cosecha “pequeñas infidelidades, pequeñas mentiras, pequeñas ignorancias” debido a las tinieblas que está en medio de nuestras vidas, nuestras familias y nuestras descendencias… tenemos que encender la luz, barrer la casa, limpiarla completamente hasta sacar lo inmundo.
- El tercer caso es el hijo menor de un hacendado, según las escrituras ningún menor tenia derecho a la herencia, solamente el primogénito, pero dice la parábola que su padre decide darle la parte de los bienes que creyó conveniente darle y que hizo el hijo menor del hacendado?, lo que había en su corazón, vivir perdidamente, quería parecerse al mundo, no quería la bendición; muchos creen que la vida es la locura de lo que mundo hace, al final del camino terminas comiendo algarrobas , al final del camino te das cuenta que la vida no es la locura que te plantea el mundo, la vida es otra cosa, el hijo pródigo se detuvo, vio que no había nada y decide regresar a la casa de Su Padre después de haber estado perdido.
Dios tiene que levantar hombres y mujeres que seamos respuestas para el mundo, es el tiempo de levantar sacerdotes y profetas que alcen su voz con carácter y con rectitud, “porque Dios hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres”, Dios quiere cambiar todo, Dios quiere restaurar la familia y el altar en la familia, Dios quiere que el sacerdote sea el papá, el instructor, y la mamá la profeta que tiene que profetizar a sus hijos, porque la mamá tiene el ADN correcto para que de tu vientre salga el hijo correcto, el cigoto tiene que entender que lo primero que oye es la voz de una profeta… su mamá.
Tienes que profetizar que la tierra que necesita un cambio, retorna a tu casa y levanta un altar donde las piedras hablen, donde las piedras estén vivas…
Ministracion Final: (Debes hacer esto al pie de la letra, debes leerlo tal y como está aquí escrito y deja que Dios obre, tanto con los pastores los miércoles, el jueves con los lideres como el domingo con la iglesia):
Todos de pie, hay una palabra en el libro de Ezequiel 6:6-13, no abran sus Biblias, porque esta Palabra es para todos aquellos que necesitan ser restaurados y restituidos; sanidades, milagros y prodigios van a ocurrir hoy en tu vida, en tu familia y en tu descendencia, escucha esto: Antes de conocer al Señor no valíamos nada, estábamos en medio de la inmundicia, en medio de la ruina económica, familiar, espiritual, física, emocional, y el Señor pasó junto a ti y te vio sucia y cuando estabas en tus sangres, en el liquido amniótico te dijo “Vive”… y creciste, estabas desnuda, llena de vergüenza y extendí mi mano sobre ti y cubrí tu desnudez y me comprometí contigo y fuiste mía, te lavé con agua, te ungí con aceite, te vestí con vestiduras de bendición y te quité la inmundicia, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí con seda y te atavié con adornos, con joyas preciosas, con oro y plata, comiste flor de harina de trigo, miel y aceite….
Hoy el Señor quiere hacer lo mismo en este tiempo, levanta tu voz y declara: “Señor, ven, pasa junto a mi, junto a mi familia, junto a mi descendencia, derrama tu espíritu sobre cada uno de nosotros, derrama vida y vida abundante.
Quita la vergüenza, extiende tu mano sobre mi y cubre mi desnudez, vuelve otra vez tu compromiso conmigo, con mi familia y con mi descendencia, tómame otra vez, hazme tuya, lávame con agua limpia y limpia mi inmundicia, úngeme con aceite fresco y vísteme con vestiduras de bendición, calza mis pies con el evangelio de la paz y cíñeme de lino fino y seda, adórname con adornos, con joyas preciosas, con oro y con plata, dame de comer flor de harina de trigo (Alimento físico y espiritual), vino (gozo), miel (la dulce presencia del Espíritu Santo y aceite (Unción del Espíritu) y restaura, sana, restituye mi vida, mi familia y mi descendencia en el nombre de Jesús… Amen y Amen.