La biblioteca de Julio

Su aspecto de poemario lo delata: pocas páginas, tapa blanda, en apariencia fácil de leer. Pero en sus páginas está el testimonio de una de las poetas más profundas e intensas del siglo XX estadounidense. Julio lee, subraya, dibuja y sobre todo dialoga con esta autora de compromiso incondicional con la vida, la búsqueda del yo y el amor. Lee sus versos la poeta mexicana Rocío Cerón. 

What is La biblioteca de Julio?

El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.

33. “To Bedlam and part way back”. Anne Sexton. Houghton Mifflin Company, Boston, 1960.

Su aspecto de poemario lo delata: pocas páginas, tapa blanda, en apariencia fácil de leer. En la cubierta, el dibujo emborronado de una madre y una hija junto a un ‘blurb’ del poeta Robert Lowell: “Rápida apertura lírica... una abundancia y precisión casi rusas. Sus poemas se quedan grabados en la mente. No veo cómo podrían no lograr el gran revuelo que se merecen”.

Dentro, Julio no solo anota algo casi en cada página; también dibuja libremente con su bolígrafo azul. Se hace con este libro –con este y ‘The death notebooks’– en Nueva York en 1977; ese año, al menos, es cuando los lee. Uno detrás de otro, da la impresión.

Nace Anne Grey Harvey el 9 de noviembre de 1928 en Newton, Massachussets.

Comienza a escribir poemas en 1957, año en que se inscribe en un taller de poesía y aprovecha su natural talento literario para combatir sus pensamientos depresivos. Coincide allí –qué extraordinario momento para la poética norteamericana– con Sylvia Plath, con quien traba amistad, identificación mutua y hasta rivalidad, y con Maxine Kumin, con quien va a colaborar en libros infantiles.

Este es su primer libro de poemas. Como el resto de su obra no ofrece una traducción fácil: no sabemos si llamarlo “Al manicomio y casi de vuelta”, “A Bedlam y casi de regreso”, “A medio camino al regreso del manicomio”. Bedlam fue un asilo mental londinense muy célebre en el siglo XVII, tanto, que en el ámbito anglosajón todo psiquiátrico llega a conocerse bajo este nombre.

Esto habla de la materia confesional de sus poemas, de su naturaleza personal y radicalmente honesta, que sirven de espejo de su condición, expresa en lo poético. No solo en este libro: su autoexposición también está en el siguiente, ‘All My Pretty Ones’ (de 1962). Y en ‘Live or Die’ (del 1966), que le brinda el Premio Pulitzer. La discursividad de género toma cuerpo en ‘Transformations’ (del 1971), donde tergiversa los personajes de los cuentos de los hermanos Grimm.

El estudio poético de sí misma –en temas tabú en la época, como el sexo, la menstruación, el aborto, la drogadicción y la enfermedad mental– están en toda su obra con sinceridad vital y pasión doliente. A lo largo de los años, Sexton encuentra el reconocimiento en becas y premios, y publica sus trabajos en revistas y periódicos como The New Yorker, Harper's Bazaar o The Hudson Review.

Nada de ello logra hacer de su día a día una experiencia fácil: madre ausente de dos hijas, adúltera y bipolar… termina con su vida voluntariamente el 4 de octubre de 1974, día en que se viste con el abrigo de piel de su madre, se quita los anillos, llena un vaso con vodka y, encerrada en el garaje, enciende el motor de su coche y deja al monóxido de carbono hacer el resto.

En ‘To Bedlam and part way back’, Sexton afronta la culpa, la pérdida y lo inapelable de los acontecimientos con la exuberancia redentora de su ojo poético, su compromiso incondicional con la vida, el camino de regreso a la cordura y el amor.

Abrimos el libro y nos encontramos una nota de Julio: “Life is a kitten in a sack” (página 13). A la vuelta de la página, Anne escribe el poema ‘Music swims back to me’:

La música se derrama sobre el sentido

y de un modo divertido

la música parece más que yo

Quiero decir que recuerda mejor

y Julio dibuja una larga daga, y anota al lado: Why not, Mister?

Y enseguida, “Some foreign letters”, poema retrospectivo de abrumadora inmediatez. A este aludía Julio:

Te conozco desde siempre y siempre fuiste esa vieja, suave dama blanca de mi corazón. Seguro que me regañarías por leer tus cartas a deshoras, como si esos matasellos extranjeros fueran para mí. Las enviaste en Londres, vestida de pieles y con un vestido nuevo en el invierno de 1890. Leí cuan aburrido es el Día del Señor Alcalde en Londres, donde guiaste a grupos de ladrones, tristes agujeros de Whitechapel, agarrando su bolso, de camino a Jack el Destripador diseccionando sus famosos huesos. Este miércoles en Berlín, dices, irás a un bazar en casa de Bismarck. Y yo aún te veo como una niña en un mundo bueno, escribiendo tres generaciones antes que la mía. Intento alcanzar tu página y respirarla de nuevo... pero la vida es un truco. La vida es un gatito en un saco.

Nueva nota al final del poema: Oh yes.

“Lo mío son las palabras. Las palabras son como etiquetas o monedas, o mejor, como un enjambre de abejas”, escribe la poeta en “Said the poet to the analyst”, y Julio aquí se queja: “Ok but not poetry”. Le gusta más Her kind, a juzgar por las dos cruces que marca en esta página:

He salido al mundo, bruja poseída,

amenaza del aire negro, más valiente en la noche;

soñando el mal, vagabunda, he viajado

a lomos de las casas planas, de luz en luz:

pobre solitaria, con sus doce dedos, enajenada.

Una mujer así no es una mujer, lo sé.

Yo he sido de ésas.

He buscado las cuevas tibias del bosque,

las he llenado de sartenes, tallas, estantes,

armarios, sedas, de incontables bienes;

he preparado las cenas de los gusanos y los elfos:

aullando, componiendo las hileras rotas.

A una mujer así nadie la comprende.

Yo he sido de ésas.

Este poema lo ha estudiado en profundidad Víctor Anguita Martínez (Universitá degli Studi di Bari Aldo Moro), autor del ensayo “La demonización del erotismo femenino y la enfermedad en la poética de Anne Sexton y Alda Merini”. Ahí formula, o especula al menos, sobre la existencia de un imaginario diabólico relacionado con la sumisión o transgresión femenina. “El poema”, dice, “no deja margen de duda ante la evidente influencia del imaginario colectivo y la sanción de la sexualidad femenina en el cuerpo grotesco de la bruja, hilo común entre todas las versiones en borrador del poema desde el título”.

Poesía tan oscura y tan clara, “so dark and so clear”, que dice Julio:

Demasiado tarde

Para desear no haber huido de ti, Apolo [02:11]

“Noon walk on the asylum lawn”: Julio dibuja de espadas y una cimitarra; ilustraciones improvisadas para un poemario que es un objeto punzante.

Más allá el que parece ser el poema favorito de Cortázar de todo el libro. Con tres cruces, es el que mejor valora: “Unknown girl in the maternity Ward” [Una niña desconocida en la maternidad]:

Abajo en el pasillo los hijos de su madre comienzan de nuevo. Mis brazos]

te acogen como una manga, guardan

las candelillas de tus sauces, los criaderos de abejas salvajes

de tus nervios, cada músculo y pliegue

de tus primeros días. Tu cara de hombre viejo desarma

a las enfermeras. Pero los doctores vuelven a reprenderme.


Hablo. Tú eres lo que hiere mi silencio.


He debido saberlo; he debido

decirles algo para anotar. Mi voz alarma

a mi garganta:
«Nombre del padre –ninguno». Te sostengo

y te llamo bastarda en mis brazos.





Y ahora esto es todo. No hay nada más

que pueda decir o perder.


Otros han vendido la vida antes

y no podrían hablar. Te aprieto para rehusar

tus ojos de lechuza, mi frágil huésped.

Toco tus mejillas, como flores. Te restriegas

contra mí. Olvidemos. Soy una playa

que te balancea. Te rompiste de mí. Elijo

tu único camino, mi pequeña heredera

y te suelto, temblando los yoes que perdemos.


Ve niña, que eres mi pecado y nada más.

Cuenta Anne Sexton: “En Bedlam usé formas muy ajustadas en la mayoría de los casos, sintiendo que me podría expresar mejor. Me gusta especialmente eso de darle forma a una estrofa, un verso, convertirlo en una entidad, y entonces, llegar a una pequeña conclusión al final, con un pequeño «shock», el «shock de una doble rima».

“La división de las partes”

El hoy está hecho del ayer, cada vez que robo hacia ritos que desconozco, esperando el ingrediente perdido,

como si la sal, el dinero o incluso la lujuria

nos mantuvieran en calma

y nos demostraran que al fin estamos completos.

“Oh Anne, Anne”, escribe Julio cuando entra en “The double image”, el terrible poema en cinco partes donde la poeta ya muestra su escarceo con la muerte.

Yo, que decidí dos veces suicidarme, pronuncié tu apodo


No puedo perdonar tu suicidio, dijo mi madre.

Y nunca pudo. En cambio, mandó pintar mi retrato.

Julio: “Sweet mamma”.

El uno de septiembre me miró

y me dijo que le había provocado un cáncer.

Le socavaron sus dulces montañas

y aún entonces no supe responder.

Ahora dibuja unas montañas picudas, como si hacerlo le ayudara a sobrellevar la lectura.

Dejé el hotel por última vez


el primer día de mayo;

graduada en expedientes mentales,

con la aprobación de mi terapeuta,

mi libro de rimas completo,

mi máquina de escribir y mis maletas.

“The división of parts”, el último poema, está dedicado a su madre.

Planeé sufrir

y no puedo. No le agradan

a mis huesos de yanqui ver

dónde tiene lugar el morir

en sus horas feas. Los pájaros negros picotean

el cristal de mi ventana

y la Pascua se llevará a su hijo andrajoso.

[…]

El tiempo, ese reordenador

de haciendas, me equipa

con tus vestiduras, pero no con pena.

Escribe Julio: “A sad heritage”. [Una triste herencia].

Añadimos: otra poeta deslumbrante de fulgor intenso y vida rápida que se aparta de este mundo. Solo dos años más tarde que su amiga Alejandra Pizarnik, pudo pensar Julio. Todavía estaba tan reciente.

Death is there

She said, the world is gonna die

You know the world, the earth is going to be over

I said well, I never lied to you

You see, I can explain sex in a minute, but death I can’t explain.

Acabas de escuchar “La biblioteca de Julio”, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico: Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional: Raffel Plana. Paisajes sonoros: Rocío Cerón, en colaboración con Katya Tovar. Lectura de Anne Sexton: Rocío Cerón. Concepto, guión y voz: Bruno Galindo.