Diccionario sonoro que recoge los nombres, historias y lugares protagonistas de la emocionante aventura que representa la música contemporánea desde su creación a la actualidad. Más información: march.es/contemporanea
Krzysztof Penderecki
Compositor y director de orquesta (Debica, Polonia, 23 de noviembre de 1933 – Cracovia, 29 de marzo de 2020).
Nace en el seno de una familia con raíces armenias, alemanas y polacas. Es hijo de Zofia Wittgenstein y Tadeusz Penderecki; este último, abogado. Sus estudios musicales arrancan con las clases privadas de composición que le imparte Franciszek Skolyszewski. Más adelante estudia música en la Academia de Cracovia con Stanislaw Wiechowicz y Artur Malawski. Se gradúa en 1958; sigue unido al Conservatorio como profesor, y ya en 1972, como director.
Su debut internacional se produce en 1959; cuando tan sólo tiene 26 años, y las tres composiciones que presenta de forma anónima en el Segundo Concurso de Jóvenes Compositores de Polonia se reparten los tres primeros premios. Las obras son ‘Estrofas’, ‘Emanaciones’ y ‘Salmo de David’. Si el triple premio resulta asombroso, lo es aún más si consideramos que las obras han sido escritas para recitante y diez solistas, para dos orquestas de cuerda y para coros y percusión respectivamente.
Pero éste es solo el antecedente que abrirá las puertas a su oscuro y monumental ‘Treno por las víctimas de Hiroshima’, para 52 instrumentos de cuerda, con el que, en 1962, pone un pie firme dentro de la estética de vanguardia.
Su objetivo es 'liberar el sonido de toda tradición', dice, a pesar de los diversos materiales que ha tomado de la tradición católica y de la literatura moderna para componer buena parte de su obra. Para ello trabaja con arriesgadas e innovadoras mezclas instrumentales y modificaciones a la formación orquestal, incorpora las técnicas extendidas o el uso de artefactos ajenos a la orquesta para crear una música que obedece a una mística personal de volúmenes y dinámicas enormes, influida en sus inicios por Webern, Stravinski y Boulez.
Estamos escuchando ‘La pasión según San Lucas’, la sección del ‘Stabat Mater’. Existe un equilibrio entre las texturas experimentales y la forma barroca de esta obra de 1966; ahora se advierte el uso ocasional de una escritura armónica más tradicional. Otras obras renombradas de Penderecki son su ‘Dies Irae’ (de 1967; dedicado a las víctimas del nazismo en Auschwitz) y ‘Utrenia’ (o ‘Misa Rusa’, de 1970-71), que da continuidad a ‘La pasión’. ‘De natura sonoris’ I y II (también de 1970 y 1971) son notables ejemplos de experimentación previos a su regreso a las ideas de la música romántica, en un marco armónico neotonal.
'Réquiem polaco' (obra gestada entre 1980 y 1984 a partir de una pieza de nombre ‘Lacrymosa’) y enmarcada dentro del romanticismo, es un encargo de Solidarnosc –el sindicato y movimiento de liberación nacional–. La pieza convierte a su compositor en embajador cultural de Polonia frente al mundo.
Dentro de la ópera, Penderecki tiene otras obras de importancia, como ‘Los demonios de Loudun’ (1968), ‘El paraíso perdido’ (1978) y ‘La máscara negra’ (1987).
Dentro del cine, hay que hacer mención a bandas sonoras de la excelencia de ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza’ (Wojciech Jerzy Has, 1964), y a la adaptación de su música para otros ‘soundtracks’, caso del ‘Concierto para chelo’ de 1971, del que pueden escucharse fragmentos en ‘El resplandor’ o en ‘El exorcista’. Favorito del cineasta David Lynch, Penderecki suena en sus películas ‘Wild at heart’, ‘Inland Empire’ o en la serie ‘Twin Peaks’.
‘Treno por las víctimas de Hiroshima’: He aquí una de las partituras más feroces y sobrecogedoras jamás escritas. El título original de la obra que vamos a escuchar a continuación era ‘8'37’, acaso una referencia a John Cage, pero ante todo la duración del bombardeo sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. A esta funesta matanza y a sus víctimas está dedicada esta obra, marcada por la lacerante estridencia de las cuerdas agudas, las superposiciones de cuartos de tono a modo de ‘cluster’, los dramáticos glissandos; por las técnicas extendidas (como tocar en el lado 'erróneo' del puente o con el talón del arco).