La biblioteca de Julio

Episodio grabado en plena selva argentina de Misiones, en la Casa Museo de Quiroga en San Ignacio. Qué mejor lugar para conocer la obra y la vida del cuentista uruguayo, ambas marcadas por los sucesos sangrientos. Aquí se abrió camino Cortázar “torturado por un calor que exaspera, víctima de insectos inverosímiles”. Incluye una coda sobre la selva como escenario del horror a cargo de la autora cubana Elaine Vilar Madruga.  

What is La biblioteca de Julio?

El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.

Bruno Galindo:

La biblioteca de Julio. Un podcast de la Fundación Juan March. Un acercamiento a la figura y la obra de Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida.

Bruno Galindo:

38. 'Cuentos de amor, de locura y de muerte'. Horacio Quiroga, editorial Losada, Buenos Aires, 1954.

Bruno Galindo:

Las cubiertas de los libros de esta editorial argentina son siempre la misma. Para cualquier obra, sea de Lorca, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Gabriel Miró o Rafael Alberti. Es la editorial de los exiliados, escisión republicana de Espasa Calpe, entonces de simpatía franquista, y responsable de que se leyera en América Latina a la generación del 27. También es la editorial que populariza a Horacio Quiroga, cuyos cuentos, en este caso, pedían no la clásica cubierta naranja con su doble marco blanco y negro, sino una imagen de terror selvático.

Bruno Galindo:

Horacio Quiroga nace en El Salto, Uruguay, el 31 de diciembre de 1879, y muere en Buenos Aires el 19 de febrero de 1937. Inicia sus actividades de escritor con un libro de versos, 'Los Arrecifes de Coral', en 1901, trasladándose después de manera definitiva a Argentina, donde transcurre el resto de su vida. Vive largo tiempo en el territorio de Misiones, inspirándole su exuberante naturaleza buena parte de su obra.

Bruno Galindo:

En 1908 presenta su primera novela, 'Historia de un amor turbio', y años más tarde la segunda, 'Pasado amor'. Pero el género en que despunta, por haber sido su forma favorita de expresión, por lo directo y vivo hasta la violencia de su manera de decir las cosas, es el vivo hasta la violencia de su manera de decir las cosas, es el cuento.

Bruno Galindo:

Publica diversos volúmenes, siendo los más celebrados estos 'Cuentos de amor, de locura y de muerte', y otros como 'Cuentos de la selva', 'Anaconda', 'El Desierto', 'El Más Allá' y 'Los Desterrados'. Esta vez, este podcast se desplaza a la selva misionera, a la mismísima Casa Museo de Quiroga, en San Ignacio.

Bruno Galindo:

Quien lo explica es la guía María Victoria Cardozo.

María Victoria Carozo:

Justamente, esta fue el hogar del escritor uruguayo Quiroga. Esta es la casa original, la casa de piedra, si le llamamos, porque en un primer momento él construyó la parte de atrás, hecha con piedra arenisca o piedra laca, y luego añade esta parte de delante, ¿sí? En esta casa vivió sus últimos años de vida y también estuvo con su segunda esposa y su tercer hija. Y aquella otra casa que vemos allá es la casa réplica de la primera que construyó, para poder asentarse y para poder vivir con su primera esposa, Ana María y sus dos primeros hijos que nacieron aquí. Esa casa es austera, es básica, es como para hacer este período de reconocimiento, adaptación, preparar todo este terreno para trabajar cultivos de yerba mate, caña de azúcar y cítricos, y más que nada también para poder interactuar con la naturaleza. Cuentan que Horacio Quiroga era un explorador nato, un hombre que le gustaba salir a buscar aventuras, hacer mucho relevamiento en cuanto a la flora, a la fauna y, bueno, por por eso es que pasaba mucho tiempo fuera de su vida hogareña y, para el año 1915, Ana María decide quitarse la vida. Siente la ausencia de ese marido que tanto salía a buscar, digamos, desafíos a sus propios límites. Y cuando ella se suicida, Horacio Quiroga regresa a Buenos Aires y, a partir de esos años, 1917 y 1918, publica 'Cuentos de amor de locura y de muerte' y 'Cuentos de la selva'.

Bruno Galindo:

Julio hace la marca de una línea junto a sus cuentos predilectos, 'La gallina degollada', 'El alambre de púa', 'Los mensú', 'Yaguaí', 'Los pescadores de vigas', 'La miel silvestre' y una cruz preferente junto a 'El almohadón de plumas'.

María Victoria Carozo:

Muchos de esos relatos ya habían sido publicados anteriormente en diarios locales como este, como La Nación, La Razón, Caras y Caretas, Pulgarcito, pero él agrega nuevos cuentos inspirados justamente en todas las vivencias que tuvo acá por San Ignacio. Es así que con esos dos libros adquiere fama, popularidad, es nombrado el mejor cuentista de habla hispana y referente de la literatura moderna que estaba en auge en ese entonces, ¿sí?

Bruno Galindo:

–¿Y se sabe por qué se suicidó la mujer?

María Victoria Carozo:

–¿Ana María? Estaba deprimida porque se sentía demasiado sola. Pasaba mucho tiempo en este lugar, sin tener contacto con sus familiares. Los dos niños eran muy pequeños. El lugar era muy agreste, era muy salvaje. Había que adaptarse y ella no lo logra hacer, y es así que la tristeza la invade y la única forma que que dio para resolver todo ese conflicto interno, esa tristeza, ese pesar, fue quitándose la vida. Que ella le pide ahora a Quiroga volver y él no la escucha o no le hace caso en realidad. Esta casa es réplica, está construida para la película 'Cuentos de amor, de locura y de muerte'. La casa original se había perdido por el paso de los tiempos, o sea, el deterioro de la madera hizo que cayera y además que hubo un incendio también y termina de destruir lo poco que quedaba.

Tráiler:

Tráiler de Historias de amor, de locura y de muerte.

Bruno Galindo:

Una vida terrible la de Horacio Quiroga. Suicidios que alcanzan a sus amores, a sus hijos y amigas, como Alfonsína Storni.

María Victoria Carozo:

Quiroga se vuelve a casar, se casa en el año 27 en Buenos Aires con sus con María Elena Bravo. Ella era muy joven, tenían una diferencia de edad de más de 30 años. Tienen una hija y viven en la casa de piedra recién en el año 32. La puede convencer de venir a vivir acá. Con María Elena viven hasta el año 36 acá en San Ignacio, en la casa de piedra, hasta que ella lo abandona y Horacio Quiroga hace lo mismo, o sea, vuelve a Buenos Aires buscando un tratamiento médico y es allá donde le dicen que tiene cáncer y él toma la decisión de quitarse la vida tomando cianuro. Ya corría el año 37, y muere con 58 años. ¿Sí? Los restos de él están en Salto, Uruguay, donde nació, donde su casa también está convertida en un museo. Ajá.

Bruno Galindo:

Es una generación de donde el suicidio era muy corriente, ¿no?

María Victoria Carozo:

Muy corriente.

Bruno Galindo:

Es la época de Alfonsina también.

Bruno Galindo:

Alfonsina justamente muere un año después, se suicida con un diagnóstico también de una enfermedad mortal, y ella deja escrito de que elige morir igual que su amigo Horacio Quiroga en forma consciente e independiente.

Bruno Galindo:

¿Que se sabe de esa amistad?

María Victoria Carozo:

Dicen que hubo un amorío y hubo un entendimiento desde ese plano intelectual, ese plano bohemio, y que Quiroga le invita a vivir acá con él, pero las amistades de Afonsina le advierten de que no lo haga, porque Quiroga era conocido por tener un carácter bastante especial. Algunos decían que él estaba loco, que tenía alguna especie de enfermedad mental o algo psicológico. Entonces, le recomiendan de que no haga eso, de que no venga a un lugar tan lejano, poco explorado, poco conocido, y que además las distancias eran muy marcadas. Entonces, Alfonsina se aleja de Quiroga. Así es. Lugones, justamente el que trae a Quiroga acá a San Ignacio, también se suicida.

Bruno Galindo:

En realidad, los sucesos sangrientos vienen de muy atrás en la vida de Quiroga.

Bruno Galindo:

Quiroga era uruguayo, ¿verdad?

María Victoria Carozo:

Uruguayo, nació en Salto. Uruguay es un pueblo ahí muy cercano a lo que es el río Uruguay, y abandona Uruguay cuando él mata accidentalmente a su mejor amigo, ¿sí? Es absuelto de ese crimen y ahí abandona Uruguay y se instala directamente en Buenos Aires.

Bruno Galindo:

¿Cómo se produce ese accidente?

María Victoria Carozo:

Eran los dos jóvenes, eran escritores, hacían publicaciones de poemas y cuentos en diarios locales, como yo contaba hoy en la otra casa, y es así que este este muchacho había hecho algún poema que no tuvo una buena crítica de parte de algún periodista, y es así que al sentirse herido en su orgullo, desafía a duelo a este periodista que le estaba haciendo una mala reseña sobre el escrito y bueno, Quiroga en el afán de ayudarlo a que gane justamente este duelo, va a limpiar el arma y se produce un disparo accidental y lo mata en el acto.

Bruno Galindo:

Wow.

María Victoria Carozo:

La tragedia lo persigue.

Bruno Galindo:

La tragedia lo persigue.

María Victoria Carozo:

La tragedia lo persigue. Sí. Hay mucha humedad y estamos transpirando mucho. Así es, así es.

Bruno Galindo:

No nos sorprende la lectura atenta de los 'Cuentos de Quiroga' por parte de Julio, son, cada uno desde su propio lugar, dps maestros latinoamericanos de lo fantástico. Les separa su manera de mezclar lo real con lo irreal, uno más urbano y positivo, el otro rural, selvático, psicopatológico. Cortázar crea un mundo intermedio entre lo irreal y lo real, oración crea otro mundo donde todo eso ocurre al mismo tiempo. De este último es el decálogo del perfecto cuentista publicado en la revista bonaerense Babel en julio de 1927. Dice así: 1. Cree en el maestro, (Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov), como en Dios mismo. 2. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes con dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo. 3. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que cualquier otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia. 4. Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con el que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón. 5. No empieces a escribir sin saber desde la primera línea adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi siempre la misma importancia que las tres últimas. 6. Si quieres expresar con inquietud esta circunstancia, "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en la lengua humana más palabras que las expresadas para hacerlo. 7. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sustantivo débil. 8. toma a los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector, un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea. 9. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala. Si eres capaz de revivirla tal cual fue, has llegado a la mitad del camino. 10. No pienses en los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en un cuento.

Bruno Galindo:

Volvemos a la selva de Misiones. Desde aquí, invocamos a una autora contemporánea que también presenta a la selva como escenario del horror. Es la cubana Elaine Vilar Madruga, autora de 'El cielo de la selva'.

Elaine Vilar Madruga:

Creo que la selva siempre ha sido parte de ese imaginario o de esa cultura relacionada con los géneros no miméticos, entre ellos el terror, la fantasía, los géneros mixtos que pueden combinarse también con la ciencia ficción, pero especialmente el el terror y el horror siento yo que son particularmente importantes en su relación con la selva. La selva como un lugar mágico, la selva donde todas las fronteras y los conocimientos humanos dejan de tener un sentido, la selva que engulle, la selva infierno, la selva alguien, la selva desconocida, ese lugar físico que encontramos en este planeta y que muy semejantemente a como entendemos el océano, pues la selva es un lugar de misterios, de rituales y de misterios, y también habla de nuestra relación con lo civilizatorio y con lo salvaje, las las dicotomías entre lo civilizatorio y lo salvaje. En en textos de ciencia ficción o fantasía, como decías, y literatura no mimética y sobre todo una literatura de terror, pues la relación con la selva también nos permite explorar no solo la relación con nuestro inconsciente o los viajes traumáticos, o también, como mencionaba anteriormente, la relación con lo civilizatorio y los salvajes, los límites tan frágiles de la civilización, sino que también nos permite explorar, no solo sobre los monstruos selváticos, sino el hombre como el más selvático de todos los monstruos. ¿De qué manera el ser humano puede mostrar en la selva misma, pues, su piel más desnuda y su piel más terrible?

María Victoria Carozo:

Sus 3 hijos mueren de suicidio después de que muere Quiroga. Quiroga.

Bruno Galindo:

¿Los 3 hijos de Quiroga también se suicidan? Madre mía, estoy perdiendo la cuenta de eso.

María Victoria Carozo:

Sí, de cuántas muertes ya he contado.

Bruno Galindo:

Qué horror.

María Victoria Carozo:

Entonces, no hay descendencia directa. A ver otros otros cuentos, sí, 'Los Desterrados', 'Los mensú', hablan mucho de San Ignacio. En 'Cuentos de la Selva' también aparecen muchísimo de lo que son paisajes o locaciones propias de nuestro de nuestro pueblo. 'La guerra de los Yacaré', el 'Tejucuare' existe, es nuestro actual parque provincial y está tan solo 7 kilómetros de acá, El arroyo Yabibidí, los Yacaré, el río Paraná, la primer picada que nos lleva hacia lo que es la costa del río a Puerto Nuevo... Hay muchos elementos de de San Ignacio. Nuestros primeros vecinos, con nombre y apellido, que hoy en día tienen su descendencia, la chacra de enfrente con sus yerbales hasta el día de hoy. O sea, sí, eso creo que es lo que nos lleva a seguir teniendo este lugar medianamente conservado, pese a que no hay mucho original, pero la transmisión del paso de Quiroga es importante para lo que es la identidad del pueblo, porque hizo a lo que es la historia y a lo que y a nuestro patrimonio en sí, digamos, así es. Nosotros tuvimos la suerte de que Quiroga era un escritor muy famoso, entonces, bueno, recibimos muchas visitas de todos lados del mundo para visitar justamente su casa. Pero yo también creo que en todo Misiones hay historias como la de Quiroga, que hicieron a la construcción de los pueblos, así es. Más allá de lo que se leen los libros.

Bruno Galindo:

Julio estuvo en Misiones y se acordó de Quiroga. En una carta a su amiga Lucienne Chavance de Duprat, escrita en Chivilcoy el 30 de junio del 41, dice: "En Misiones, perdido en una selva de verdes crudos, con tierra roja, –esa tierra que Quiroga conoció y amó tanto–, viví veinte maravillosos días. Supe lo que son los colores y las lluvias del trópico. Cacé pájaros, tuve entre mis dedos el asombro azul de las mariposas y la tibia suavidad de las ardillas. Víboras, yerba mate, mandioca, licores quemantes, cerros sombríos, amaneceres bajo el cielo, estrellas de un tamaño y una fosforescencia incomparables. Conocí el río Paraná, río casi irreal que jamás podremos explicarle a un europeo. Me abrí camino por la selva, torturado por el calor que exaspera, víctima de insectos inverosímiles, descubriendo de pronto las orquídeas o un hilo de agua –helada, cristalina– oculto entre las piedras...".

Bruno Galindo:

Acabas de escuchar La Biblioteca de Julio, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico, Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional, Raffel Plana. Comentarios sobre Horacio Quiroga: María Victoria Cardozo. Apuntes sobre la selva en literatura: Elaine Vilar Madruga. Concepto, guion y voz: Bruno Galindo.