Si se queda dormido escuchando La Venganza Será Terrible por la radio, ahora también podrá quedarse dormido escuchándolo a cualquier hora en formato podcast.
En lavenganzaseraterrible.com puede encontrar los episodios, etc.
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La venganza será terrible. Muchas gracias, buenas noches. Aquí estamos en el Teatro Regina, como la mayoría de los jueves, con mucha gente amiga que se ha acercado hasta aquí. Voy a presentar a mis queridos compañeros, Patricio Barton. Hola, amigo, buenas noches. El artista antes llamado Gillespi. Hola, ¿qué tal? ¿Cómo andan? Qué ideas han traído de su casa. Yo me puedo cumplir el deber porque de hecho... Como ciudadano. Sí, como argentino. Hoy tuve una reunión deliciosa con las autoridades de la radio. ¿Es deliciosa? Es la palabra, qué lindo. Deliciosa son las cosas que uno se come. Ya va a ver. A mí me ha pasado también en algunas reuniones. Espero que haya conseguido un aumento, por lo menos. Una reunión muy amable con una partida de backgammon de por medio, de unos abanos. ¿Cómo se juega al backgammon? No sé, pero yo hacía lo que hacía. Usted hacía como que jugaba. Yo hago así en el ajedrez. Claro, si total que importa. ¿Me estás metiendo la ficha en algún lado? Más o menos. Saco la ficha en un lugar y la pongo en otro. Sí. Eso está lo que hago. Es algo así. ¿Sabes quién juega al backgammon? Y yo estuve una vez charlando ahí... presenciando una partida, Víctor Hugo. ¡El gusto enorme de jugar con ustedes! Debe ser el mejor. Víctor Hugo, si no es el mejor, no juega. Sí. Y se encerraba en un cuartillo. Bueno, son parte de la vida privada de Víctor Hugo. No quiero ser impertino. Ese movimiento puede. Parece que tiene mucho tiempo libre. No. No, pero el bacano... Usted es un jugador hegemónico. Es un juego... cerebral me parece, ¿no? No me diga. Y para qué tienen los dados entonces. Bueno, un poquito hay que ayudar al cerebro también. Claro, sí, sí. Un golpe de suerte no le viene mal al cerebro. Hablando de golpe de suerte, Tenemos una información que se refiere al divorcio. Bueno, sí. Que es este... el tema que nos han impuesto, vamos a ver si lo digo. Sí, es así. ¿Qué ocurre tras el divorcio? ¿Son consejos para que te duela menos? Creo que son dos temas. No, señor, es el mismo tema. O sea que usted es la parte que le duele, porque algunas personas celebran el divorcio. Bueno, sobre todo el que lo propone. El que lo propone en la pareja. No, pero cuidado porque puede ser doloroso igual. A lo mejor les duele a los dos, no pensó nunca en eso. Si les duele a los dos, no se divorciarían. Exacto, si les duele a los dos, ¿por qué no siguen probando? No, porque hay decisiones que... El asunto es este, justamente, uno se divorcia porque no tiene las mismas reacciones ante el entorno que su compañero. No, pero hay algunas decisiones que pueden ser dolorosas, pero que duelen. Y es así, es dolorosa y duele. Hay cosas que te gustan, pero duelen. Escúcheme, si yo me siento triste, dolorido por el divorcio, y mi pareja también está triste y dolorida, ¿Y para qué no divorciar? No, bueno, pero es que también estaban tristes juntos. Entonces, bueno, asumenos. El divorcio es cuando uno quiere y el otro no. Pero no siempre. Es por definición. No siempre. Si los dos quieren, no se divorcian. Pero a veces sí. ¿Acá hay psicoanalistas en la sala? No, hay uno solo. El señor acá del libro. Bueno, por eso. Que suba y nos explique cómo. que nos explique cómo es. Que nos explique de un grito. ¿Es así o no es así? Nadie conté. Se fue. Dios que no hable. Se fue de vino, trajo la gaceta y se fue. Se fue el psicoanalista. No, dice... Francisco José. Bueno, vamos entonces a ver qué dice aquí, ¿no? Por favor. No, pero para lograr que duela menos, quedarse en la casa familiar, en la casa que has ocupado... con tu marido, con tu mujer. Pero si te echaron. No, en este caso no. Parece que es más para la mujer. Sí, estoy siguiéndolo. Es decir, que una vez que toma la decisión de divorciarse, quedan conviviendo un tiempo más. No, no. Usted se queda en la misma casa donde vivía con el tipo, pero sola. Y entonces, esa casa está impregnada. Sí, está impregnada. Del olor. de su marido. Sí. Bueno, ¿cómo hacer? Bueno, a ver si dice algo acá. A ver. Pero era un divorcio. ¿Qué es superar un divorcio? ¿Tener otro divorcio mejor? No, no. Pasar hacia una instancia donde queda ya superado. A nadie le causa gracia, nadie planifica su vida tener un divorcio. Bueno, es una mezcla de emociones, como tristeza, pérdida, aire, ¿Cómo? No, ira, ¡ah, ira! y confusión, etc. Sí, etc. Han puesto más o menos cualquier cosa. Adaptarse a la nueva realidad puede llevar tiempo, señora, difícil, pero superar estas emociones es crucial para iniciar una nueva etapa de vida saludable y satisfactoria. Ahora se habla mucho de las corrientes New Age, que mucha gente está experimentando. Soltar. ¿Usted termina la redacción? Suélteme, suélteme que me compromete. Pero hay dos verbos en infinitivo de esas corrientes que son soltar. ¿Qué tal doctor? Es un placer estar en este programa tan prestigioso. Es un honor. Justamente yo compré el libro. Ah, bueno. ¿Usted es el doctor Gurbis? Soy Gurbis, autor de Soltar y Duelar. Ah. Nos tenemos que tomar un tiempo. Soltame que viene gente. Nos tomamos un tiempo para una cosa y otro tiempo para la otra. Este es el primer capítulo. Claro. Entonces... soltamos, notamos que duele y qué hacemos? Duelemos. Exacto, no ves que leyó el libro. Duelemos. Leyó el libro. Duelemos todo el tiempo que sea necesario. Y para duelear hay que ser valiente, porque la gente vio... Yo le tengo miedo al avión, sí. No, no, señor. No ha cierto el tema, me parece, hoy. No, no. Está por otro lado, pero... Bueno, está sola la tipa. Sí. Dice, primero hay que limpiar el ambiente y las energías. Una bruja. No, bueno. Tengo una señora que me limpió a mí la casa porque tenía mala influencia la casa. ¿Sí? ¿Y cómo hizo? Me habían echado la escomúnica y fulería reantifusa. Ah, sí. Le hicieron un trabajo. Me hicieron un trabajo, exactamente. Ese es el lenguaje exacto. Bueno, le hicieron un trabajo. Y vino esta mujer y quemó... Sí. Mirra. Sí. si me explica cómo lo hace, yo después no la llamo más. Claro. Entonces, dice, usted vaya tranquilo, que ya todos los malos espíritus que había aquí se fueron. Y cuando usted entró, ¿qué encontró? Cuando volvió a su casa, ¿qué pasó? ¿Depues del trabajo? No, yo lo he notado igual, pero ella me habló por teléfono y me dijo, usted lo va a notar igual, pero es distinto. Bueno. Ah, bueno. Así funciona esto. Bueno. dice hay que hacer una limpieza profunda, pero no metafórica, acá dicen que hay que limpiar todo. Y hay que tirar todo, me parece a mí. A mí me parece fundamental, por ejemplo, cambiar la ropa de cama. Bueno, eso desde luego. Porque además usted, señora, se divorcia de su marido. Y a los dos días, tres días, no sé, por eso se consigue un amante. Bueno, medio rápido, no sé si está adelante. Que lo va a traer a dormir al tipo... Nooo... Las sábanas calientes que dejó su heredón. Sí, sí, señor. Y por ahí, en un momento que usted siente culpa, en un sentido y en otro, le confiesa a su novamante, disculpame, te tengo que decir algo, dice usted. Sí. Todo esto que hemos vivido... ¿Qué? Lo hemos hecho sobre las sábanas. de mi ex marido. Sí, ya lo olí. Estuvo durmiendo aquí hasta hace setenta y ocho. Sí, quedó el olor. ¿Se puede decir una cosa? Mientras estábamos a los manotazos, encontré una media. Adentro de él. Qué linda la expresión manotazo para el encuentro amoroso. Se está ahogando. Una manera de facilitar el proceso de limpieza y a la vez mejorar el ánimo es crear el ambiente adecuado en tu casa. ¿Cómo? Mediante una selección de música alegre y motivadora que llene el espacio. Nunca vi música que llene el espacio. La música en general llena el tiempo. Sí, también. Sí, es verdad. Con una sensación de ligereza, como si entras en una burbuja de bienestar personal. Claro. Oh, qué bueno para la política ese dicho. Crearemos una burbuja de bienestar personal. ¿Usted puede cantar tango salusivo? A ver. De burbuja de bienestar personal, dice usted. De burbuja de bienestar personal o de niato que se fueron. Que está lleno. Casi todos. Casi... No, sí. de mujeres que se fueron. O de pena porque alguien se fue. Penas de amor. O de alegría porque alguien se fue, que se yo. A ver, pero escúcheme. Sí. El tango no es triste. ¿O hay tango alegre? Este tango parece alegre, mira. Te fuiste, ja ja, que te vas a ver, planta de la vida. que te escache el tren Bueno A mi me parece que eres a rencor Hay una parte extraordinaria que dice Muy feliz no es Y tu ausencia solo se nota en que duermes patarrado Ah, pero escúcheme Esperaba otra rima La rima iba por otro lado Bueno, muy bien Después usted, señora, tiene que planificar y crear un estilo propio. ¿Qué estilo? ¿Qué tiene que ver? No lo tuve hasta ahora, 50 años moviendo por el tipo. Ahora que se fue mi marido... Sí, porque muchas veces el marido es tóxico. Sí, señor. Y no la deja ella hacer lo que ella quiere y ella tuvo que someterse a él. Así le decía yo a mi marido, tóxico. Bueno, cuando el tipo se va, ella se da cuenta que quería teñirse el pelo, que quería usar minifaldas. Qué bueno, qué idea de la mujer. Qué idea, sí. Qué altas expectativas. Es un informe redactado por el marido que se fue. Sí, sí. Después, una cosa que puedes hacer, amiga recién divorciada, es explorar tu esencia interior. Exacto. Tu ropa interior. No, esencia. Es encontrarse consigo misma. Claro, ahora que estás sola, ¿por quién se va a encontrar? Por ejemplo, trabajando el mundo interior que por ahí lo tenía adormecido. Clases de yoga, charlas motivacionales. No siga su mano porque usted está asomando un apuntaje que lo van a agarrar a un grupo feminista acá en la puerta. La renovación del hogar es importante. Tire todos esos muebles. Buenas tardes. Tiene muebles para recién divorciados. ¿sabe lo que hacemos aquí? ¿Usted es una señora? Por supuesto que sí. La verdad que... Me extraña. ¿Usted quién es? Una amiga. Vengo con mi amiga, Herminia. Ella me ayuda mucho ahora que... ¿Usted sabe que ella se renovó la imagen? Sí. Porque usaba el pelo largo. Sí. Y ahora se cortó el pelo a la Isaminelli. Sí. Le falta el resto de la Isaminelli. No creo. Bueno... Digo cómo canta, cómo baila. Bueno... Vieron a lugar indicado. Sí, yo le dije, vamos al mercado de pulgas. Sí, porque... Porque mi marido era... No, acá sabe, si hacemos intercambios, es una red de divorciadas. Yo también soy una señora, no sé si se dio cuenta. Sí, nos dimos cuenta, pero no lo íbamos a cuestionar. No, está bien. Es una falta de educación. Desde que la vimos con esa pollera, con esos tacos. Soy... Judy Garland, parece. Soy una señora también que desde que me divorcié me liberé. Bien. Es lo que le digo yo. Listo. Ella me encenó mucho la cabeza. Porque yo no quería divorciarme por el mandato familiar. Claro. A mí cuando yo tenía 15 años me agarró mi papá y me dijo, si te divorciaste, fajo. Claro. Para mí al revés, mi mandato familiar era divorciate, divorciate, divorciate. Y ella me cenó la cabeza, me decía, ese degenerado... Está sometido con ese tipo que todo el tiempo piensa en la plata, en el deporte, musculoso... Yo soy solterona. Sí, bueno, está bien, soltera. Bueno, soltera, claro. Y le digo, sacate por favor de encima a ese clavo, así estamos por lo menos las dos. Bueno, pero no es que yo quiera cargarle el balde a usted con confesiones, ¿no? ¿Ves lo que me iba a hacer en mi intercambio de colchones? No, de muebles porque hicimos una red que se llama Red de Divorciadas. No me dice. Hicimos un brainstorming y nos dio eso. Red de Divorciadas. ¡Ya le encontré! No. Traemos muebles de cada una y nos vamos intercambiando. ¿Vos me traes tu mesa ratona? Yo te doy... No tengo. Bueno, no importa. No tengo mesa ratona. Porque a mi marido no le gustaban porque se las llevaba por delante a la noche y se rompía los cuernos. Y cambiamos los muebles. La tiró por la ventana la mesa de ratona. No la compré y él se levantó para ir al baño. No importa. Llevó por delante la mesa de ratona, se lastimó, agarró la mesa de ratona, la tiró por la ventana y vivió en el cuarto piso. Yo le dije... Casi mata a uno. Estás casada con una bomba de tiempo. Sí, sí. De los que ya explotó, inclusive. No, por eso nosotros cambiamos cosas. Lo que tengas, podés traer un ropero. para hacer bicicleta fija. Bueno, perfecto. Pero no es fija la bicicleta. Yo tengo una bicicleta que es para andar. Ah, una bicicleta. Claro, entonces como a mí me gusta la bicicleta fija, le saqué las ruedas. Qué raro eso, pero bueno, cada una, ¿viste? Lo lindo es que seamos como somos y nos aceptemos así, como nos autopercibimos, ¿sí? Yo le dije, a partir de ahora empiezan una vida nueva. Lo primero que hicimos fue comprar la ensería erótica recién. Usted es una, me parece que. Bueno. Ahora lo que tengo son cosas de él. Tira todo. El pueblo que solamente él usaba. La mesita de luz de él la tengo, está cerrada con llave y se llegó la llave. ¿En serio? ¿Tirala por la ventana, por el cuarto piso? Sí, pero a ver si le quedo alguno. Bueno, dice... Atención, ¿eh? Hay... que soltar el pasado. Te lo dijo al principio, este informe lo dice. Listo, chao. El arte de desapegarse. Sí, señor. ¿Cómo se dice? Desapegarse o despegarse. No, esto es desapegarse porque es el apego, no es un pegamento, sino que es un apego emocional. Pero cuando yo quiero despegar algo, que digo, ay, quiero desapegar este florero. No, si el florero fue pegado, dice despegarse, no se... la foto del Facebook, que estás con él, y le quedó una sola de cuando se recibió en la primaria. Y después en el medio eran todas con él. Todas con él? Todas las fotos. Pero no te sacaste... Perdón, te voy a estutear, porque siento que logramos una empatía, estamos cerca. ¿Cómo te va? ¿Cómo te llamas? Erminia. ¿Te puedo decir Ermi? No. No sea tan confianzuda te voy a decir, eh. Pues yo soy amiga de ella de toda la vida. Chicas, nos tenemos que unir, en esto estamos juntas. Yo ya solté al imbécil de mi ex. Ah, sí. Por suerte se fue a vivir a una provincia. ¿Cómo se llamaba? Omar. Ay, qué casualidad. Bueno, el muchacho que me festeja ahora... Sí. Se llama Omar. Es un veterano, yo le dije, coméle la billetera. Y viene también, Omar viene de un divorcio. Viene de un divorcio. Ah, un tipo de divorciado. Muy buena posición económica, el primer día vino con una camioneta. No sirve de nada eso. Con una camioneta. Mi marido tenía buena posición económica y a mí me tenía pero como un zaparrastroso, mira. No es medio. Qué distinto, Omares. Lo primero que le regaló fue una capelina el primer día. Sí, lamentablemente la regalé yo también. Tenía el cumpleaños de una amiga, no sabía qué regalarle y le regalé la capelina que me había regalado Omar. Pero él no lo sabe. Bueno, sí, igual... Me dice, nunca te la ponés. Pero no se puede dar mucha cuenta porque hace poco que salí. Claro, si salís hace poco... No, por suerte, yo al mío se fue a entrar ríos. Entre ríos, sí. Este es de Paraná. Homar es de Paraná. Ah, bueno, qué casualidad, pero bueno. Nada, es solo un detalle. Acá dice, regalar, vender o tirar aquellos objetos que evoquen recuerdos negativos. Como por ejemplo qué? Y algo que compartían juntos. No evocan recuerdos negativos. Usted, por ejemplo, tiene una cacerola en su casa. Sí. Mira la cacerola, ¿qué recuerda? Un guiso. Los recuerdos a veces están pegados a la cacerola. No, no. La cacerola no, pero usted quizás... Un juego de mesa, que solían jugar los dos, por ejemplo. ¿Un qué? Un juego de mesa. ¿Qué? Un matrimonio, un juego de mesa, este es el divorcio. Por eso se divorció. Por eso se divorció. ¡Pero no es un codillo, imagínense! El macamón de Víctor Hugo. Entonces aquí tengo mi marino, Juan Dalchin Chon. Recién le corté con menos de 10. No, pero puede ser, yo por ejemplo tenía un cenicero que decía, sin sano, que nos robamos con Omar. cuando éramos felices. ¡Qué divino! De esos de los bares antiguos. Claro, nos hablamos en un bar antiguo y salimos corriéndose largo a llover y nos rayamos bajo la lluvia. ¡Qué divino! Es mejor jugar al chinchón. Vio que los enamorados, siempre hay un momento en que la pareja de enamorados se ríe bajo la lluvia. Sí, yo cuando... Yo ahora era el conductor del programa. Sí. Es que intervengo. Sí. Yo cuando alguien me propone eso... ahí escorrompo la relación. No dejo que llegue hasta esa instancia de tener que caminar bajo la lluvia. Bueno, pero no es que lo proponen. Qué hermoso que es lo que estamos viviendo. Podíamos caminar bajo la lluvia, dejar que no... Mira, quiero hablarte. A mí me pasaba cuando estaba de novia, la primera vez que fuimos al mar, fuimos al mar de Ajo, caminamos por la arena, y yo agarré y le tiré un puñado de arena, y él me tiró a mí un puñado de arena, y empezamos a hacer una guerra, y parecía que nos peleábamos, y después terminamos abrazados. Sí, bueno, le siga, por favor. La pelea pasó a la reconciliación. Claro, porque ese frenesí es una entesada erótica, diría que ha un congreso. Ahora soy de nuevo la señora. ¿Qué tal? ¿Cómo le va? Nosotros, con mi anterior marido, nos peleábamos de puro aburridos. Y sí, pasa. Justamente para después poder tener, aunque sea un poquito de ternura, en la reconciliación. Y bueno, sí. Y un día le dije, ché, digo, ¿por qué no nos reconciliamos directamente? Para pasar algo de fuego. Me dice, no entendés nada. Usted no sabe el clavo que se sacó encima. Distinto mar que me acaba de regalar una cosa. Quiere no mucho valor. Es un comprador. Pero, ¿un cenicero? Sí. de eso de Martini o Cinsano, que se roban en los bares. Me dice, me lo robé en un bar. Me dice, me lo robé hace 20 años pensando en vos. Y se lo dio. Veinte años. Y me escribió la parte de abajo del cenicero, la que no se ve. Sí. Hace 20 años, eso me escribió, robé este cenicero pensando en vos. Omar. No, pero yo le digo Omar. ¿Qué pasa? ¿Qué le pasa, señora? ¿No mencionó un bar de Santelmo? Sí, justamente dijo, en frente de la Plaza Artigas. ¿Y si es en Flores? ¡Es horrego! Por lo menos lo dijo Lavalle. Bueno, sí, pero sigamos. Qué casualidad. A ver, ¿qué otros objetos me puede vender? Bueno, tiene de todo. Hay un puff que dejó una chica. Está bastante castigadito el puff. Ahí lo estoy viendo. Se ve que lo uso un montón. Vio que hay como géneros musicales despechadas de amor. Mujeres, digo. Sí, sí, sí. Recuerdo, por ejemplo. Ah, esta es loca de amor. Claro, esto es todo lo contrario. Bueno, ¿qué más? ¿Qué más me va a vender? No, un lavar ropa tengo. ¿Un qué? Un lavar ropas. No, pero lavar ropa tiene. No, pero no lo quería ni ver, es una chica que se divorció y dijo yo ahora no voy a lavar mal la ropa. Me la pasé lavando ropa, esto no lo quiero más. Así que también lo podemos intercambiar. Chicas, y el domingo nos juntamos todas... ¿En dónde? En Plaza Artigas. En Flores. No se llama Artigas la Plaza de Flores. Una cosa que aconseja este informe es mover los muebles. Muy bien. Sí, los mismos muebles... Cuando uno mueve los muebles parece que la casa ha cambiado. Sí, señor. Sí. ¿Sabe qué? Sobre todo la cama. ¿Usted la tiene mirando para un lado? La pone mirando para el norte. ¿Sabes que dicen que uno tiene que tener la cabeza apuntando para el sur y los pies apuntando para el norte? No sé yo, creo que voy a comprar una grújula. Bueno, bueno. ¿No era al revés la cabeza para el norte? A veces me despierto y no sé en qué casa estoy... Eso le pasa a usted. Ni qué año es. Algunas casas... tienen la puerta de la habitación o la ventana en una dirección y otra en otra. Sí, claro. Y uno se despierta y busca la ventana y se da cuenta que la ventana no es que usted ya no vive en esa casa que pensaba, sino en otra. En algunos casos uno suspira aliviado. Sí, bueno, sí, pero... Mira, yo tengo un almanac en la mesa de luz. Qué lindo. Y miro a ver qué año es. Sí. Y miro, 2020, y digo, uh, menos más. No, bueno, bueno. Bueno, sí, puede suceder eso. Eso cuando uno ha tenido una vida no siempre venturosa, ¿no? Hay que cambiar el olor de la casa, eso es fundamental. Por eso se recomienda comprar inciensos... Mi-gra. Si, hacer, bueno, una... Aunque sea una espiral. Bueno, una espiral no sé. Pero hay aromas, por ejemplo, que predisponen a determinadas emociones. ¿Verdad? ¿Te parece? Es que usted directamente al oler... ¿Al oler? Ya se emociona. No, se predispone a... No es solamente oler. ¿Y a qué se propone? ¿A comerme de agua? No es una fragancia artística. Bueno, bueno, pero... Estamos hablando de un pino, un coco... Ajá. ¿Un qué? ¿Un alabanda? Coco era mi ex. ¿Ah, Coco era su ex? Ah, bueno, perdón. Coco Silly. Tiene nueva novia, Coco Zyrin. Bueno, los olores tienen el poder de evocar recuerdos y emociones, dice aquí. Claro. Pero no en forma directa, ¿no? No. No es, por ejemplo, que usted se acuerda... de una pizzería y tiene que sentir olor a pizza. No, bueno, pero... Es más indirecto. Igual le digo algunos aromas de comida, y estoy pensando en una cazuela de mariscos. Qué bien. Se me hace agua la mí. Bueno. Cuidado con lo que le evoca. No, evoca las vacaciones. A ustedes sus vacaciones lo que sean. No, acá recomienda lo clásico. Velas perfumadas, difusores de aroma. plantas aromáticas... Hay velas para olvidar, vio. Sí. Hay velas para olvidar. Pero es peligroso olvidarse la vela, eh. No, no. Olvidarse la prendida. Son velas que compré en una santería... Sí. ..para olvidar algo. Para olvidar a alguien así. Pero eso no tiene que ver ahí con... No. Yo no me quiero meter en ese mundo, ¿no? No, pero escúchame, ¿el olvido qué forma tiene el olvido? abstracción. El olvido si usted tiene suerte no tiene ninguna forma. Pero usted lo dirige hacia quien lo quiera dirigir, por ejemplo hacia Coco. Claro, pero para dirigir el olvido usted tiene que recordar. Sí, sí es verdad. Primero. Y después, una vez que se consume la vela... Claro, tía, que esta... a este lo quiero olvidar. ¿Sabes cómo se complica? No puede equivocar, disculpe, le pregunto yo que soy Neófita. Sí. Ese es mi nombre. Ah, ¿cómo le va, Neófita? Herminia Neófita. Herminia Neófita, sí. No sé mucho de esto, de mi olvido, porque a veces yo quiero olvidar una persona y me olvido de otra. Ah, bueno. Lo que tiene que hacer... De otra que ni... Como me olvidé, no sé de quién es. No sabe ni quién es. Lo que completa el trabajo, disculpen, es la vela y agarrar una prenda de coco. O sea, no tiró todo entonces. Agarra una prenda de coco y la pone en el freezer. Mmm... Todo científico. Pero después tenemos que comer. Bueno. Sí. Yo guardo las viandas de Cormillot ahí. Sí, bueno, pero bueno. Si esta no es la cazuela de mariscos. Bueno, señor. Una cosa, unos últimos... Los espejos. son excelentes elementos decorativos. ¿Cómo decorativo? Es para mirarse uno. No, pero también es decorativo, obvio. Y pueden crear la ilusión de amplitud en cualquier espacio sin ocupar demasiado lugar. Si usted tiene un departamento de 3x3, le pone espejos en todas partes y es infinito. Bueno. Pero está bien para cuando una quedó recién divorciada, que está acompañada por usted misma. Sí. Todo el tiempo. Entonces se ve, se reconoce a cada rato. Y no le da ganas de llorar al mirar si así también. Y puede ser. Una lloradita por día no está mal. Bueno. No es necesario buscar otra pareja de ella acá, sin embargo. ¿Cómo que no es necesario? No, al principio no. En el primer momento, que se dé todo su tiempo. Sí. Yo tuve la suerte de que Omar apareció. Sí, sí. Yo lo conocí, venía con unas valijas. ¿Unas valijas? Sí. Le decía, lo estaba esperando el colectivo y se puso atrás. Sí. Y me dice... ¿Qué? Dice algo así, me dijo, como que abrieron la puerta del cielo que se caldieron los ángeles, me dice. Me parece una grosería, una derretada. Yo no le dije nada, le comieron la lengua de los ratones. Bueno, todos lugares comunes. Dice todas esas cosas. Mi Omar también decía todo el tiempo esos poemas. Sí, no es un poema. Sí, pero él me decía que eran poemas. No, son giladas. y por ahí me dice, ve estas valijas, me acabo de divorciar. Pero inmediatamente, qué barbaridad. Yo también a Omar lo eché, mira, como no había dónde poner la ropa le di mi valija roja. Le dije, mira, con tal que te vayas, pones todo acá adentro. En tu casa hay una valija roja. Sí, hay tantas valijas rojas. No, no, tantas valijas. Me llamó la atención, aparte tiene una calcomanía de Bart Simpson. Es tan imbécil que quizá le haya pegado la cacomanía de Bart Simpson. Yo nunca quise esa cacomanía. Omar qué? Perdón? Omar Leteri. Omar qué? Omar Leteri. Leteri? Leteri. No puede ser. Pero es que puede escucharme, para, para. Silvia, tranquiliza. El mío es Leteri. Hermidia es ella. Erminia Leopita, ¿sabes de esa pasilvia? No es mi amiga entonces, ¿con quién vine? Debe haber un error. ¡No estudia el libreto! Omar Leterri es el mío, o a lo mejor lo escuché mal. Omar Leterri es el mío también. No, es el Leterri, yo digo Leterri, pero como no me lo escribió, yo escucho siempre mal. Pero porque escuchas mal, Erminia. Mil Omar Leteris. ¿Cuántos mil? Mil ahí. Vamos a ver en la guía. A ver. Sí. Alcánzame la guía. Toma. A ver. Está desalcoholizada. Siempre la llevo en la cartera la guía. Alvarez. Álvarez... No es ahí la figura. Álvarez... Hasta la... Está por orden de la alfabetis. Todo el tomo es Álvarez. Hasta la L. El primer tomo es desde Álvarez hasta, no sé, hasta Sores. Bueno. Termina ahí, dos mil páginas. Aquí está. L. L.O.L.I.L.E. L.T.E.I. Omar. Sí. ¿Cuántos hay? Uno. Omar de Teddy. Ahí está mi dirección, porque todavía está mi dirección. Bartolo Memitre, 10.813. Sí, ese en otro pueblo. 5551281. Pues no, no modifique la línea, no llegó todavía Telecom. No me digas... No, bueno... Ahora me voy a poner en seria. Que... Yo estoy saliendo con su ex marido. Pero qué problema hay. Yo lo que quiero pensar. Yo lo lamento por vos. Yo no le voy a permitir que usted diga que es un imbécil. Bueno, porque vos todavía no lo conoces. Pues si no lo conozco. Sabemos que... Me conozco mejor que vos. Porque él me dijo que vos no tenías interés en oír lo que él decía. Y además nos dijo una cosa. A las dos les dijo. tenían sexo una vez cada seis meses. ¡Por suerte! ¡Muy buena! ¡Por suerte! Porque todos los otros días... ¿Qué? Venía Coco. ¿Cómo Coco? ¿Qué Coco? ¿Qué Coco? ¡Coco Silly! El amor de mi vida. No, ¿cómo puede ser el amor de Coco? Cuida esa persona. La cátedra del macho. Así como lo ven, es un muñeco de plush. Ajá. No sabes cómo me tiene. ¿Cómo? Podrida. Gritando goles de huracán todo el día. Bueno, si somos felices... Eso es lo que iba a decir. ¿Por qué no disfrutarlo? Todo queda en familia. Claro. A todo esto, amiga. Y vos, por decirlo con una metáfora, ¿qué instrumento tocas aquí? ¡Trompeta! Chicas, me voy. ¿Por qué estás enojada? Me voy. Yo no hablo de mi vida privada. Pero estoy sintiendo una desilusión increíble. Pero no te pongas así. Escúchame, podemos ir a Mardi... Hace 20 años que soy amiga de ella. ¡Espirándote momento que se divorcie! Sí, bueno, pero ahora ya estoy enganchada con otro. Así que... ¡Le regalé de todo! Es que ella me parece que... ¡Nunca se dio cuenta! Bueno, no es para ponerse así. Hay otras chicas divorciadas que te las puedo presentar, que vienen a la reunión el domingo. Pero ella necesita un chico divorciado. No, me parece que no. No entendiste nada. No, es que no entendiste nada. Veinte años que te lo estás diciendo. Te regalaba bombones, te regalaba flores, ahora te compré una bombacha. Herminia, por favor. Bueno, la verdad es que me parece que no voy a llevar nada. Pero me parece que igual es un momento propicio. Para hacer esta pausa de silencio y predisponernos a quien ingrese aquí al Teatro Regina. o alguna dosis de pensamiento ajeno. Hoy hablaremos de las bilocaciones de Sor María de Agredá y de los embustes de Sor Patrocinio. Dos monjas. con sus historias. Empecemos por la primera monja. María Coronel y Arana, más conocida como María de Jesús de Ágreda, nació el 2 de abril de 1602 en Ágreda. Sor María de Jesús se dedicó a una vida de pobreza, ayunos y penitencias. Desde temprana edad experimentó fenómenos extraños. parece que tenía el poder de bilocarse. Es decir, podía estar en dos lugares al mismo tiempo. Qué bueno eso. Es lo que todos hemos soñado. Pero, escúcheme, en forma física, con cuerpo... Estamos hablando todo real. Sí, en forma física. No, porque por ahí... Ella estaba aquí y en San Telmo. Aquí estamos ahora en el centro. Bueno, ya está... Vamos a poner más lejos, todavía para hacer lo más difícil. En Morón. En dos lugares. Y hay testigos. Yo lo he visto a tal hora en Morón, yo lo he visto a la misma hora, la vi, pero en el centro. Esto es la primera vez que escucho. este... usó ese don para qué? No para hacer chistes, como otro cualquiera. Claro, como lo haremos nosotros. Claro, esta monja utilizó el poder de la bilocación para evangelizar a los indígenas mexicanos sin tener que mover un dedo, dice. En realidad, por ahí sí tenía que mover un dedo, pero sin tener que viajar a México. Claro. O sea, se quedaba en Agreda, en su convento, en su celda de clausura. Ah, había una hella que hacía el laburo. Claro, y otra se proyectaba, se iba a México, incluso a Arizona, a Texas, y convirtió a la fe a casi 80.000 almas. para no hablar de los cuerpos. Según cuentan, en sus apariciones, ella enviaba a los indios a pedir el bautismo a los misioneros franciscanos que estaban allá. Los indios iban y le decían a los misioneros, «Escúchame, aquí se presentó una señora así y así, que se llama así y así». Y nos dijo que viñéramos para que ustedes nos evangelizaran. ¿Y qué decían los tipos? Sí, cómo no, cómo no. Y ahí fue donde empezó la fama. La misma María cuenta en su biografía que se bilocó más o menos unas 500 veces. ¡Qué increíble! 500 veces son 1000 lugares. Bueno, sí. No, puede ser el mismo lugar. No, ¿cómo se va a desblocar el mismo lugar? No, digo, varias veces... No, 500 veces que estaba aquí y en México al mismo tiempo. Cuando era niña, María era muy enfermiza, ¿no? Y de adulta también tuvo mala salud. Probablemente a causa de sus ayunos, la, se alimentaba muchas veces sólo con pan. Claro. Esto... lo sabe cualquiera, lo sabía Aldous Huxley. Las harinas. Claro, que no solo las harinas, sino que comer poco produce una forma de buscar otro tipo de conciencia. Si, alucinaciones, estados mentales alterados. Las monjas del subconvento, borobón, borón, borón, aseguran haberla visto también levitar. Ah bueno, ya estamos para cualquier cosa. E iba para arriba cual suspiro de buzo. Sí. Ella dijo que sentía una inmensa alegría cada vez que entraba en trance, aunque después le costaba mucho despertar porque quedaba medio aturdida. Sus viles ocasiones comenzaron a suceder entre 1620 y 1621. Al parecer eran los ángeles quienes la trasladaban a tierras americanas para su labor. evangelizadora. Algunos misioneros aseguraban haber visto una dama vestida de azul instruyendo a los indígenas y haber exclamado clavado que es Sor María. La descripción que daban los misioneros encajaba con lo que contaba María, es decir, el paisaje era el mismo. La inquisición se puso a investigar. Muy bien. entrevistaron a la monja en su convento de Ágreda y ella confirmó que se había bilocado muchísimas veces y dio detalles de cómo vivían los indígenas y cómo era el paisaje americano y se comprobó que eran exactas las descripciones. La típa le dijo los indígenas viven así, se visten escuetamente y viven en poblados también muy escuetos. No, güey, igual es muy general. Paisaje americano como es Pradera, Montañas... Bueno, pero eso es muy ambigüe. Los del Enquisición no podían contener su estupor al ver la precisión con que había descrito. No sé si tan preciso. Así que hicieron un informe favorable a la monja. Y con 25 años nada más fue nombrada abadeza del convento franciscano de Agreda. La mística ciudad de Dios, donde narra la vida de la Virgen María, es una obra que se tradujo a 20 lenguas y tiene 200 ediciones. No era una letrada, pero leía mucho. Dicen que era inteligente. ¿Qué sus textos son ricos en recursos literarios? Sor María de Jesús fue espía. ¡Qué mejor para una espía que poder estar en dos lugares al mismo tiempo! Y consejera en Asuntos de Estado del rey Felipe IV. y se comunicaba con el monarca a través de correspondencia, lo cual me llena de estupor. ¿Por qué? Si tenía el poder de la biolocación, ¿para qué demonios precisaba recorrer al correo? Es sospechoso. Le proyectaba ella misma y listo. Bueno, sin embargo quedaron unas 300 cartas. En esa correspondencia, Sord María le contó al rey que ella viajó incluso al purgatorio. describió al purgatorio de la siguiente manera, una cueva muy grande llena de fuego. Claro, estuvo ahí. Bueno, bueno, es muy general todo lo que dice. Felipe el Rey usó estas dotes adivinatorias de Sor María en sus batallas. Ella le anticipó que obtendría la victoria en la conquista de la ciudad de Lérida y también con el arrabetamiento. a las tropas francesas de las ciudades de Barcelona, que se llama Palaguer, otra ciudad. Saur María murió 24 de mayo 1665 en Agreda, fue beatificada y declarada venerable por Clemente X. Esta es la primera de las dos mojitas. La segunda, todo lo contrario. ¿Cómo? ¿Qué? ¿No se podía, se dividía? No podía estar en ningún lugar. En ningún lugar. Sor Patrocinio fue otra monja católica que decía tener poderes y también se conectó con la realeza para influir con sus ideas. Se llamaba María Josefa de los Dolores Anastasia de Quiroga. Eso es su nombre. Nació en Cuenca, era hija de un alto funcionario de la Casa Real y tuvo su participación en la corte de Isabel II. y de Cristina de Borbón a Cristina de Borbón. Ahí viene el asunto de los carlistas. Un día hablaremos de eso. Y la llamaban después la monja de las agas. Ya vamos a ver por qué. Desde muy joven María José se metió en un convento de clausura y decía cosas como que el demonio la había empujado a escaleras abajo. o que el demonio le tiraba agua hirviendo sobre el cuerpo, parece que el ayuno exagerado otra vez y el aislamiento, bueno, daban sus fructos. También las penitencias, le gustaban las penitencias, metas y licio, auto lesiones, bueno, se lastimaban pies y manos, incluso en la frente simulando una corona de espina. Casualmente, sor patrocinio, si la... hacía todas estas cosas con más énfasis cuando los liberales tomaban alguna decisión que afectaba a la iglesia, por ejemplo, desamortización de los conventos. Entonces, hacía alguna especie de semimilagro. Sol Patrocinio era carlista. Los carlistas son estos, miren, estaba Fernando no teniendo herederos, Fernando Setiún tenía un hermano menor, Carlos, pero resolvió abolir la ley sálica conforme a la cual sólo podían reinar los hombres y nombró su sucesora a su hija. Bueno. Y Carlos se enojó. Los partidarios de Carlos se llamaron carlistas y existen todavía. Sor Patrocinio era carlista y por lo tanto buscaba desprestigiar a Cristina de Borbón. La monja decía que su sufrimiento era producto del dolor de Dios por el reinado de Cristina de Borbón. Un día contó que el demonio la llevó volando hacia el Palacio de Aranjuez para mostrarle las prácticas oscuras a las que se entregaba la reina. Que por otra... Algún día hablaremos de cuáles eran esas prácticas oscuras. Me interesa eso, bueno. Ya, vamos a ver. Sor Patrocinio aparecía cada tanto en el tejado del convento diciendo que le había llevado el demonio. Y había que ir a buscarla. Usted le diría, ¿por qué no te baje el demonio también? Bueno, demasiado. Esto influía mucho en los creyentes. Al final se le abrió un proceso judicial en el cual se demostró que Ser Patrocinio era una farsante. Fue desterrada de Madrid, pero años después se enfermó. Y gracias a sus acomodos en la corte, consiguió volver a Madrid y entrar al Palacio. y allí formó parte de una conspiración al frente de la cual estaba Francisco Díaz de Borbón, el marido de Isabel II, la hija de Cristina de Borbón. Este muchacho, Francisco, era carlista, entre otras cosas que era. Bueno. Y tenía a sor patrocinio la monja de las yagas como consejera espiritual. este marido, Francisco, tenía un novio. ¿Cómo un novio? Y un novio. Bueno, está bien. Y la reina Isabel II andaba con tipos para poder dar continuidad a la dinastía Borbón. Parece que tuvo hijos, pero ninguno de ellos era de Francisco. Y él lo sabía, pero aceptaba, recibía buenas sumas de dinero por figurar como padre. y presentar en la corte a cada hijo que Isabel tenía. A Isabel se la vinculó con el intendente, con su intendente, Carlos Marfori, con José María Ruiz de Arana y con Emilio Arrieta, y la apodaban en el barrio la Ninfómana. En 1852 ocurrió un atentado contra Isabel II. un cura llamado Martín Merino se arrodilló ante la reina cuando ella iba a la Basílica a dar gracias por el nacimiento de una hija. Parecía que el cura iba a pedirle algo, pero sacó un estilete de unos 20 centímetros de su sotana y se lo ensartó en el pecho. ¡Mira el cura! Pero la puñalada no lastimó mucho a la reina, porque tenía un manto grueso bordado de oro, obvio cómo son esas cosas. Y las ballenitas de Corcie también la protegeron. Tras el atentado Isabel, muchos decían que lo ocurriera había sido una conspiración carlista en la que estaba implicado el rey Francisco, sus novios, que se yo. Él estaba implicado también, según decían, el cura confesor del rey y la monja esta sorpatrocinio. La musa espiritual. Y aquí la mandaron al destierro a la monja y ejecutaron al cura merino. Pero luego la reina Isabel la llamó porque le pareció que todas las desgracias de la corte y de su vida eran a causa de su pecado. Ésta caía siempre parada. Sí, sí, sí, zafó, ¿eh? Y entonces le vengan, dice que todo... Vení cuenta que con todos los novios que todo, de todas estas cosas que hice, en realidad atraje la desgracia sobre el rey. Pecaminosa. Entonces, el sord patrocinio dijo, esta es la mía. Y llamó al curafulgencio, ¿cómo le va, padre?, que era confesor del rey, y a la monja Sacramento. Parecen, parecen dos personajes del barrio. Sí, a una panadería. Claro, para ayudar a la reina en su malestar. Y entre los tres empezaron a calmar la ansiedad de la reina, pero aprovecharon... para influir en sus relaciones políticas, aconsejarle lo que debía hacer para librarse del infierno, Isabel les daba guita, les hacía regalo, con esa guita SOR Patrocinio puso unas inmobiliarias. ¿Nunca me hubiera imaginado una rentriosa? Fundó convento, bueno, son todos negocios de esa naturaleza. Esto continuó hasta la expulsión de los Borbones, provisoriamente. 168 y ahí se le terminó el cuento a la monja. Dicen que el cura Fulgencio, la otra monja Sacramento y esta, la Patrocinio, obligaban a la reina, como para hacerle pagar sus pecados, a lavar sus ropas. Le hacían lavar la ropa de ellos. A esta penitencia la llamaban. la expiación de la ropa sucia. Continuamos en la venganza, será terrible. Estamos en la ciudad de Buenos Aires, aquí en el hermoso teatro Regina. Señoras y señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Acabo de hablar, acabo de recibir un informe recién. Sí, sí, me lo dieron. Porque se presentó... uno de los altos funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, a quienes saludamos, justamente. Sí. Otra cosa puede ser uno con la Organización Mundial de la Salud, que el saludo. ¿Qué tiene que ver el saludo? Lo invité, antes de darme el informe, lo invité a lavarse las mismas aquí en el barrio. Claro, porque esos son muy meticibles, en el peor sentido de la palabra. y nos dio un informe sobre enfermedades, pero fundamentalmente sobre accidentes. Ajá, bueno. ¿Dónde ocurren la mayoría de los accidentes? En la casa. ¿Cómo se sabe? Adivinen, me dice el tipo, muy correcto. Sí, sí. Me dice, perdón, adivina adivinador. Sí, está bien. Eso no es serio. Adivinen, dice, en dónde se producen la mayor parte de los accidentes. imagino en un trabajo... en autopista... en un trabajo riesgosos... No. Y así me estuvo como media hora. Mejor dicho lo tuvo Abarth. Bien, hasta que al final me dijo bueno... Listo. Pero igual me dijo, me hizo así como ojo. con el dedo índice estirando el párpado inferior. Me dijo que de esta manera se producen muchos accidentes. No, bueno. Diciendo ojo, uno con el dedo sucio, sin bacterias, le dice ojo, ojo al Cristo que es de plata, le dije, por ejemplo, una advertencia a su novio, a su hijo, en fin, vale. Y se infecta todo el ojo. En Estados Unidos, de cada diez personas que hacen una advertencia, ocho quedan tuertas. Y no vuelven a hacer ninguna otra advertencia. Es altísimo el porcentaje y aparte no sé si es verdad. Y aquí tenemos una lista de accidentes con su nombre propio, su especificación. los más comunes. ¿Cuál sería para ustedes el más común de los accidentes en la casa? En la casa, caídos. ¿Estar durmiendo? Eh... No. Eh... A ver... Caídas. Caídas, se caen por escaleras. Sí, o en el baño. El baño. El baño. ¿Se cae de dónde? Es muy difícil permanecer de pie en el baño. Todo el mundo se cae en el baño, ¿no? Pero además... Salvo que sea un enfemismo, como me caigo y me levanto. No, señor. Porque además... Han tenido la brillante idea, vamos a decirlo así, lo digo irónicamente. Ah, ya me parecía. El tono fue de ironía. La brillante idea de hacer los accesorios de un material durísimo. Sí. Para que usted se rompe los cuernos, y hacerlos blandos. De blando, de goma. Me costaba un inodoro de goma. Claro. Es el problema que por ahí cuando se sienta un tipo pensado. Le empieza a rebotar. Le hace el efecto de su papa y no sale más. No, y anda por ahí con un sobre todo. Lo peor que el baño y sus sanitarios lo que componen es duro y resbaladizo. Por el jabón es eso. Yo me baño sin jabón. Porque le tengo miedo al resbalón. Sí, pero si uno se va a tomar en serio el baño... Por eso hay baños hoy por hoy, con la última tecnología, la tele se avanzó muchísimo. Hay baños que le ponen una baranda, un pasamanos. Sí, pero uno no puede entrar. Bueno, en todos lados tiene un pasamanos. Usted se quiere sentar ahí y ignoro y se agarra del pasamanos. ¿Seguro me entro al baño? Yo tengo un cuñado que es colectivero y él para mi cumpleaños me regaló unos pasamanos. Sí, claro. que los uso ahí en el baño, incluso... Les voy a dar una manija para colgarme. No sé para qué. Salvo que toquen el himno. No, bueno, pero... La próxima pida en el timbre. Bueno... ¿No me dijo usted cuál piensa que... no es el baño. No, debe ser en la cocina. La cocina porque hay cuchillos. La sartén que se le puede caer el aceite hirviendo. Puede ser, ese es un accidente interesante, la sartén. Cuidado con poner... ya lo hemos dicho mil veces. El mango para adentro. Sí, esto por favor. Porque pasa a su hijo, que es un melón con ojos. Sí. Se lleva por delante el mango de la sartén y vuelca el aceite hirviendo. Se lo tengo dicho. Segundas invasiones inglesas con el general White Rock. Queda como el fantasma de la ópera. ¿Quién fue el que tuvo la idea brillante de poner una manija a la sartén? El mismo que inventó los artefactos puros. Es una ironía lo que acaba de decir. ¿Cómo va a poner una manija para que se caiga? En general, mi sartén, más que manija, tiene mango, pero si la suya tiene manija... ¿Usted que le da manija a Piano? Puede ser. Hablando de ese arte, voy a hacer una expresión. ¿Ustedes no notaron que los huevos actuales se rompen demasiado? ¿Cómo es demasiado? Una vez que se rompieron, se rompieron. No, pues yo... Se me rompe la... ¿cómo se llama? La pena lo toca. La yema. Porque son... Ah, la yema se le rompe. A mí me parece que son demasiado chicos los huevos actuales. Porque son malos los que compré usted. Debe ser, en serio. Sí, sí. Porque no puede ser que mi promedio sea cercano a cero. Bueno, claro. Ningún huevo deja de romperse. No, mire, o sea, es usted muy enfático. Hoy por hoy. Nacional del Huevo. Sí, señor. Soy de, bueno, Asociación Argentina de Protectores y Productores de Huevos. ¿Cómo le vas? Disculpe si no lo digo a más. No, tal vez. Pero yo he contado, de la vez las mismas. He contado varias veces aquí, pero el público se arrenueva, que uno de los lujos que me da, porque uno se puede dar a uno. Claro que sí. En la vida hay que dárselo, sino que estamos de paso. Yo tengo mi huevero personal. Eso lo contaron. Un tipo que le hace. Me trae los huevos, no solo a mí. O sea, él pasa. No, bueno. Uno siempre cree que es a uno solo. No, no. pasa por el barrio, tiene omegáfono, inclusive dice... ¡Hueviro! No sabe que dice, señora, señora, señora, huevos, huevos, grandes de dos yemas, señora. ¡Yunta, yunta, yunta! No, señor. Y esos huevos, ¿no me creería si yo le hago el tamaño con las dos manos? Le hago cuánto miedo... No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, Le ponen en la comida, le ponen en anavoides. ¿Anavoides? ¿Qué son los anavoides? Los asterólicos. Lo pusan los físicoculturistas para inflar. No viven los pollos en 10 días. Una gallina que tiene que poner el alambrado reforzado. No, no. Y usted se da cuenta porque los huevos... Usted, al solo tacto... Sí, sí. ¿Cómo le va? Si usted lo siente demasiado suave... No son buenos los huevos. No son buenos. Tiene que ser áspero, ¿no? Bueno, tampoco que sea lija. ¿Perdón? Que tampoco que sea lija. Pues hable mejor, porque yo estoy lejos entiendo cualquier palabra. ¿Le tegui era el levante? O ¿le tegui? Porque los huevos, según se miren... Tiene todos los agujeritos chiquitos, poros, porque el huevo tiene que respirar. No me digas que adentro el huevo se puede respirar. Por eso, si tienen poros, por eso vive el pollito, porque por donde respira. Claro, es muy científico todo como lo dicen. Bueno, pero yo les pregunto. Y no se le rompe. Y usted tiene, cuando rompe los huevos, le voy a hacer esta pregunta y esto, lo que es su respuesta, va a definir la calidad del huevo que usted está consumiendo. La yema, ¿de qué color es? Anaranjado. Ah, pero si es naranja está bien. Y bueno, pero yo no tengo problema con el color de la yema. Tengo problema con que yo lo golpeo contra el borde de la mesa. lo derraman en la sartén y ya se rompió. No, pero porque usted... Y no queda igual de jugoso. No, no. A mí me gusta... discúlpeme, yo uso este programa para eso. A mí me gusta mojar el mar. Sí, a quién no. Y que sea líquido. Es lo más rico que hay. Claro. Y además le digo lo más nutritivo. Antiguamente se creía que el huevo tenía colesterol y hubo una campaña en contra. Y hoy dicen que hay que comer entre 300... Eso, sí. Siempre hay a favor y en contra los huevos. Si no que lo diga el señor, que no me deja mentir. Dicen que hasta 700 huevos por año está bien comer una persona. ¡Una persona! Dos por día. No son muchos para mí. Dos por día me parece menos que 700. Pues yo pensaba, ¡uy! Tengo que llegar a 700, tengo que llegar, y por allá en julio los tengo ya todos. ¡Claro! Ya con un flan se gastó todo, una tortilla, listo. Hay flanes que están hechos con 700 huevos. Igual. Tienen la densidad de... son unos flanes... Sí, son unos flanes como la estrella Sirio de Densho. Bien, sin embargo, tampoco es en la sartén. ¿Y cómo puede ser? Entonces... Los accidentes principales o más numerosos son eléctricos. ¿En serio? Gente que se fulmina. En Estados Unidos, la mayoría de los usuarios de artefactos eléctricos se fulmiran. Se fulmiran, ya habían quedado tuartos hace un rato, imagínese. 51% Ah bueno, muchísimo. Raro que quede población en Estados Unidos. Son así de pertinaces los norteamericanos. Ahora, escúcheme, compra un adminiculo y lo venden en cualquier casa eléctrica, un disyuntor. Claro, y ya no tiene ningún problema más. ¿Qué quiere decir disyuntor? Disyuntor. Disyunta. El momento que usted se va a quedar pegado, hay una disyunción. Pero, ¿basta con medio segundo? y chau. Chau qué? Estoy saludando al gerente general del teatro de la Argentina. Estamos en un informe, la gente necesita información. Acá dan algunos consejos. Instalar un disuntor diferenciado para evitar una posible electrocución. Pensamos que no lo tomamos a hacer o creíamos que era una ironía lo que estamos haciendo. Cuando yo leo electrocución me imagino la silla eléctrica. No, no, hay electrocuciones más bajas. Tirar del cable para desconectar. Claro. No apago la televisión así porque no soy del control remoto. Bueno, pero es por eso. A mí me gusta agarrar, tirar del cable y apagarla. Pero eso fue una pésima costumbre. Sí, mi abuela me dice, se rompe. Y claro, además... La vas a quemar. Es peligrosísimo eso. A parte, se corta el cable ahí, viene todo el cable colado. Estamos ahí. Cuidado, antes los televisores eran más peligrosos que ahora, porque tenían la tapa de atrás. Ahí estaba el alto voltaje. Había una inscripción muy parecida a la que encontró Carter en la... puerta de la tumba de Tután Jamón. Sí. Ah, sí. Claro, que advertía con desgracia tremendo a los que abrían esa puerta. En los televisores también. Tenía así... Había una calavera con dos tibias, decía, ¡araca! Sí, bueno. Y un rayo. El que abra esto, qué sé yo, no abre vacu... bajo ningún concepto, eso yo, y nadie lo abría. ¿Para qué? ¿Para que uno llamara al técnico? No, no, no. Cambiaba una lámpara y te cobraba un... El técnico abría lo más falso de eso. Porque el tubo de rayos católicos... Católicos, sí. No católicos, con D, católicos. Los reyes católicos, dice usted. El tubo de rayos católicos necesitaba un voltaje de un amperaje totalmente exagerado, por eso tenían un gran transformador adentro. El chupete! Eso lo dijeron a ustedes. No me venga con ese... A otro can con ese... Es donde se enchufaba atrás el tubo. No dejes de hacer gestos señor. Váyanse a hacer gestos por favor. Están los fotógrafos de la amrensa aquí. Entre los huevos suaves y el chupete. Bueno, ahí estaba el máximo voltaje. Le daba una patada que lo tiraba. ¿Dan patadas todavía la electricidad? Cada vez menos, porque ahora es todo de baja intensidad. No me digas. ¿Vio que la luz ilumina mucho pero consume poco? Claro. No sé. Sí. Bueno, fenómeno. Acá dice que hay que contratar a un electricista matriculado. Sí, claro que sí. ¿Y dónde lo matriculan? ¿Es matricular el verbo o parecido? No, es matricular, hay instituciones habilitadas para matricular. No, para matricular, sí señor. Y haga revisar todos los artefactos, y en zonas húmedas como el baño... preste suma atención al lugar donde colocamos equipos. En el baño no hay que poner nada eléctrico. Yo incluso tengo una vela en el baño. No, prendo la lamparita porque tengo miedo que se forme... Un arco voltaico. El arco voltaico. Voltaico. Ah, el arco voltaico. Yo soy del campo, digo Seino. Claro. Y bueno, Seires. Este... y... está fulminada. Sí. Con el vapor de la ducha, la humedad transmite electricidad. con una lamparita. Bueno, pero señor, entonces ¿qué me dice del secador de pelo? ¿Qué me dice? Que es eléctrico el secador de pelo, usted tiene el pelo mojado. Una de las formas de asesinato más comunes en los Estados Unidos es que la esposa entra al baño cuando el marido está tomando un baño de inversión, enchufa el secador, hace como que se va a secar el pelo y le tira el secador adentro del baño. Bueno eso sí puede ser peligroso. la eso sí sin embargo no a mí yo tengo mucho miedo a la cocina a la cocina incluso la olla del guiso hay olla gigante hacen guiso a veces para tres cuatro días está en ebullición una temperatura superior a la de la superficie del sol como decíamos hacer bueno uno puede caer en casa teníamos un pájaro Sí, qué lindo. Antes usaba mucho tener el pájaro así. Y lo teníamos en la cocina. Vio que el loro no va en jaula, sino más bien en una percha. Sí. Pero cercana a la cocina, propiamente dicha, digo. Sí, sí. Al hornado. Sí, porque van para el toque calentito ahí. Claro, en invierno el loro prefería esa ubicación. Es tropical. Y bueno, nos deleitábamos con el loro, sus colores, sus expresiones. Talas como prrrr. Algunos hablan, eh. Hablan algunos loros. Sí, sí. No digo que era verborrágico, pero alguna cosa decía. Está bien. cantaba marchas partidarias. Un día mi señor esposa, que es perfecto, lo digo con todo respeto, no, por supuesto señor, eso se sobreentiende, iba a hacer un viso. Qué rico, tomó una decisión. Y mire, se me hace algo a la misma cuando menciono aquellos visos. Y bueno, con todo, metido de todo adentro. Y lo dejó ahí, el guillo no hay que vigilarlo. No, el guillo se va haciendo solo. Y estábamos... aprovechamos para pelear. Sí. Estábamos discutiendo en la sala y por ahí sentimos... unos gritos ahí, algunos compases de la marcha peronista. Muy fuerte igual, que nuestro loro está cada vez más fervoroso. lo que es la grieta, etcétera. Bueno, a la hora mi mujer fue a buscar el guiso, sirvió el guiso. Es rico. Yo lo estaba comiendo y le dije, ¿qué le has puesto, pollo? ¿Y qué dijo? Y ahí nos dimos cuenta. ¡Oh! El ave que yo creía, un pollo. pasé por alto el detalle de que no le habían sacado las plumas. Un mujer a veces es un poco descuidado. No, bueno, pero... ¿Cómo? ¡Qué feo! Yo pensé, me compran un pollo, preparan pollo y no lo despluman, dije yo, pero... Qué vergüenza. Igual les digo una cosa... Era el loro, vamos. No se sienta triste porque... No, no parece muy triste. No. Paso de un sueño a otro. Piénselo así. Más o menos, porque lo visto quedaba. Diga que el loro tenía un lenguaje escuetón que le pidió decir sáquenme de aquí. Claro. De verdad. O sea, la semiótica de los loros es pobre. Sí, ahora hablando de pobre, pobre loro, porque usted no tomó los recaudos necesarios para evitar estos accidentes. Por eso mismo, a partir de entonces, empecé a tener miedo, no por el loro, porque... Ya no estaba más, si no por mí mismo. Si me caigo yo un día, me caigo adentro del liso y qué hago, empiezo a cantar la Marcha Peronista. Es una opción. Y desde entonces no voy a la cocina. No va a la cocina. Y cómo come, compra viandas, qué hace? No, mi señora esposa cocina. Ah, bueno. Cocina ella. Y vos cocina, yo arreglo el secador. Y no encontró, no encontró cosas raras nunca más en la comida? Casi todos los días. Bueno, claro. No sé qué me está pasando, doctor. Sí. Venía a verlo porque me siento como envenenado. Hace un par de meses se nos murió el loro. Yo no voy a la cocina, no fiscalizo como otra hora la realización de los manjares. Y bueno, bajé 35 kilos. Bueno, bueno. Esto es alarmante, pero ¿nota algún sabor extraño? Sí, toda la comida tiene sabor a almendras amargas. ¿Almendras amargas? ¿Es el sabor...? ¡Ay, son ideas tuyas, Omar! Ah, ¿viniste? Mi señora esposa... Ex-esposa. Creo que es el cianuro el que tiene... Efectivamente. ..olor y sabor almendras amargas. Lo digo, ¿qué le pusiste? Almendras amargas, ¿a esto? Digo y me desmadro. Me desmayo dos o tres veces por día, doctor. No, bueno, entonces... No creí que ibas a venir también a la con... Te dije que me esperaras en la sala de espera. Sí, es que no sabía si ibas a estar vivo a esta hora. Claro. Pero, bueno, ¿qué hago, doctor? No, bueno, pero quiero preguntar a su señora qué ingredientes usa. ¿Qué ingredientes usa? ¿Usted es médico o policía? Porque es bastante en la gorra puesta, de parecer. Por un momento. Yo médico no soy. Pero menos policía. No. Soy psicólogo. Pero ¿y para qué viene psicólogo? El pulgaro tengo pago. No, pues... Mire, ya que usted es psicólogo, yo soy recién divorciada. Va, hace 20 años me divorcié. ¿Y para qué le sigue cocinando con él? Pasearon 20 años. ¿Te acordás? Sí. Me acuerdo que cuando nos divorciamos ella tomó un amante. Hoy es una persona muy famosa. ¿En serio? Cocosili. ¿Llegués con él? No. Discúlpenme, yo según lo que vi en la televisión hoy... Sí. Está con otra mujer. No se meta. Bueno. Bueno, doctor... Por menos que eso, etcétera. Bien. Doctor, el caso es que... Le debe quedar 5 o 6 minutos de vida. No, yo lo que les voy a recomendar... es recetar terapia, en principio. Pero cuánto tiempo, porque 5 o 6 minutos de vida, me digo que queda. La terapia del envenenado, ¿cuál venía a ser? ¿Habría ser que me conforme con mi destino o que deje de tomar bensianuro? Lo pregunto como una cosa central de la teoría del psicoanálisis. Que viene un tipo que lo están envenenando, ¿usted qué hace? ¿Le dice que deje a la mujer o le dije que se acostumbre? Que aprenda a convivir con el cianuro. Rubén, con todo gusto yo le contestaría. ¡Homar se llama! Jajaja Pero se acaba de terminar el horario. Nos vemos la semana que viene, ¿les parece? Sí, pero es que son los cinco minutos. Bueno, en algún momento te quise. Que descanses en paz. Últimas, últimas, últimos accidentes en la cocina. Cortes con cuchillo. Sí, bueno, si uno está cortando algo, conversa, sigue, sigue, sigue, y ve la rebanada de pan junto con la mitad de sus dedos. Sí, bueno. Por eso recomienda también en los cajones, cuando ponen los cubiertos, poner los cuchillos con los mangos hacia afuera. Sí, pero eso ocurre cuando ya los saqué el cuchillo. Bueno, pero con los mangos así. Hay gente que al oscuro tantea los cuchillos. Es que saca la mano y saca cuchillos, tenedores ensartados. Tiene todo muy afilado. Después uno va a comer y dice, hay unos momentos que andan llenos de sangre. Bueno. muchos cortes por vidrios también. ¿Por qué? ¿Qué cosa de vidrio? Sí, pero claro, ¿usted dice que hay una copa? Y mucha gente, primero que piensa y está mal, juntarlo con la mano. Juntan los pedazos con la mano. Bueno, sí, sí. Cuando quiere acordar, eso es una... Baño de sangre. Bueno. Si la caída... de un vaso se produce cerca de lo que estás cocinando, no consuman los alimentos, porque a lo mejor los pedazos de vidrio, si te caen adentro del guillo, eso es peor que el loro. Sí. Igual la atención, porque el ser humano con los ácidos gástricos y todo, digiere todo, prácticamente. Sí, pero no comemos vidrio, señor. Claro, el vidrio a mí me dijeron que por más que uno lo tenga fuera, yo solo soy de ácido gástrico fuerte. ¿Y quiere cualquier cosa? Digo cualquier cosa. No, digiere o digere. No, pero esto es digiere, digestión. Que se come cualquier cosa usted. Bueno, últimas situaciones son caídas y algunos consejos finales. Mantener seco el piso para evitar caídas en los salones. Revistar el estado de las baldosas para prevenir tropes. Yo todos los días llego a casa, lo primero que hago es revisar el estado de las baldosas. No, pero para que. No, a ver si hay caída. No dejar objetos en el piso, eso sí. Eso es difícil cuando uno se levanta a la noche. Para ir al baño, discúlpeme. Claro, que va a andar prendiendo todas las luces. A veces uno no está solo, está con alguien que está durmiendo. Bueno, está bien, hable por usted y no sé que la vida que llega. Y por ahí vas caminando por el pasillo oscuro y pisás un rastrillo. ¿Y quién dejó el rastrillo? Eso es lo que me pregunto yo. Y bueno, sí, en el pasillo un rastrillo. Bueno, dice, preste atención a aquellas plantas o árboles. No, aquellas en un sentido general. Ah, aquellas plantas con ramas muy sobresalidas. Preste atención si hay escaleras. Esta zona debe estar seca. Si recomienda colocar una baranda en caso de ausencia. La puse todo en el baño. ¿Cómo en caso de ausencia? ¿Ausencia de qué? De baranda. Yo creo que en caso de ausencia suya. No. Ese va a Mar del Plata y pone una varanda. ¿Para qué? ¿Quién se va a caer si usted no está? No. Cuando no tiene varanda, inmediatamente sigue. Tapar de manera correcta todos los agujeros. Sí. Yo llamé al tapador de agujeros, me dijo que estaba ahora con un asunto, pero que en cuanto lo resolviera, el primer agujero que tapaba... Eché, te la amo. Ahora, mientras usted espera al tapador de agujeros, ¿podemos amenizar ese momento? ¿Cómo no? Con algo de música, si le parece. Señores, vamos a hacer una breve pausa para dar comienzo al bailongo. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com. Pasión por el podcast.