Diccionario sonoro que recoge los nombres, historias y lugares protagonistas de la emocionante aventura que representa la música contemporánea desde su creación a la actualidad. Más información: march.es/contemporanea
Luchiano Berio
Compositor (Oneglia, 24 de octubre de 1925 – Roma, 27 de mayo de 2003).
Dos circunstancias marcan su juventud y su carrera musical. La primera es venir de una familia de músicos: sus primeras clases de piano las recibe de su padre y su abuelo, organistas. La otra, la Segunda Guerra Mundial, que trastoca sus planes y en cierto modo –solo en cierto modo, como se verá– frustra su carrera de músico. Berio es reclutado, y justo en su primer día de servicio se hiere una mano cuando está aprendiendo a usar la pistola. Pasa un tiempo en un hospital militar, del que escapa y se integra a la lucha en grupos antinazis.
En la posguerra ingresa en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán para completar su formación de la mano de Giulio Cesare Paribeni y Giorgio Federico Ghedini. La herida de la mano ha limitado sus posibilidades como pianista así que deja los estudios de ese instrumento, pero no los de composición. De 1949 data su “Magnificat para dos sopranos, coro y conjunto instrumental”, obra con proximidad al neoclasicismo de Stravinsky, a la que sigue su música ligera de vanguardia siguiendo los métodos seriales de Luigi Dallapiccola.
También se centra en el canto, ámbito del que se hará profesor cuando se case con Cathy Berberian, una mezzo-soprano estadounidense para quien escribirá numerosas piezas, como “Thema (Omaggio a Joyce)” (de 1958), basado en una lectura del Ulises. O “Circles” (de 1960). O “Visage” de 1961. Piezas que incorporan sonoridades no codificadas de la voz, como risas, susurros o carraspeos. He aquí el tema de Berio: la voz, su naturaleza orgánica, traspuesta y abierta a la sensibilidad de la escucha a través de los incipientes procedimientos electrónicos.
En 1955 –poco después de estudiar con Dallapiccola en Tanglewood, Estados Unidos, y de conocer en los cursos de verano de Darmstadt a Boulez, Stockhausen y Ligeti– funda en Milán el ‘Studio di Fonologia’ con Bruno Maderna. Es el primer estudio electrónico de Italia. Ahí recibe a invitados como Henri Pousseur y John Cage. Y profundiza en su estudio sobre la voz, explorando, según sus propias palabras, “la transformación de lo semántico a lo expresivo”. Los 60 son años de regreso Estados Unidos. Primero a Tanglewood, como compositor residente, y a Oakland, invitado por Darius Milhaud a ingresar como profesor en el Mills College. En 1965 comienza a impartir clases en la Juilliard School, donde funda la Juilliard Ensemble, grupo dedicado a la música contemporánea. Berio compone sin tregua y consolida su reputación –ya remarcable tras la producción de sus ‘Sequenzas’ para instrumentos solistas–… pero que toca techo en 1968 con el estreno de su ‘Sinfonía’.
‘Sinfonía’ es una composición musical para ocho voces amplificadas –doble cuarteto vocal con micrófonos– y gran orquesta sinfónica. Berio la compone por encargo de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, con motivo del 125 aniversario de su fundación. Trabaja en ella entre 1968 y 1969 y se la dedica a Leonard Bernstein.
Consta de cinco movimientos, de los cuales tienen encabezados el segundo, dedicado a Martin Luther King – “O King, Immobile e lontano”; que es lo que estamos escuchando– y el tercero –“In ruhig fließender Bewegung; attacca:”–. En consonancia con su investigación vocal, aquí las voces recitan, susurran y gritan palabras. Siguiendo la técnica del collage, Berio recurre a fragmentos de Lévi-Strauss (‘Le cru et le cuit’), Samuel Beckett (de su novela ‘El innombrable’) e instrucciones de partituras de Gustav Mahler. Berio recrea el tercer movimiento de la ‘Sinfonía n.º 2’ de este último, con pequeños cortes y re-ensamblados. Al mismo tiempo, las voces van recitando textos de diversas fuentes mientras la orquesta toca fragmentos de ‘La Mer’ de Claude Debussy o ‘La valse’ de Maurice Ravel. La pieza maestra de Berio también incorpora frases de Alban Berg y Sweelinck y hasta eslóganes utilizados en las revueltas recién acaecido mayo francés del 68.
En 1974 Berio viaja a París, donde va a ser director de la sección de electroacústica del IRCAM hasta 1980. En 1987 vuelve a Italia para crear en Florencia Tempo Reale, un centro con propósitos similares al IRCAM. Entre 1994 y 2000 se convierte en Distinguido Compositor Residente en la Universidad de Harvard, donde pronuncia seis conferencias. En una de ellas, dice aquello de: “Música es todo lo que escuchamos con la intención de escuchar música”.
En este caso, y para cerrar, ‘Folk Songs’: el ciclo de canciones de 1964 con arreglos de música folclórica con el que Berio rinde tributo “al extraordinario arte” de Cathy Berberian.