Si se queda dormido escuchando La Venganza Será Terrible por la radio, ahora también podrá quedarse dormido escuchándolo a cualquier hora en formato podcast.
En lavenganzaseraterrible.com puede encontrar los episodios, etc.
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La venganza será terrible. Muchas gracias, buenas noches, venos aquí en Quilmes. Sí señor. En este momento un grupo de damas mendocinas hace entrega de unas cintas que han sacado de sus propios pelos. Qué bien. Y se la entregan a Gillespi. Muchas gracias. Qué hermoso. Gracias, gracias. Voy a... Muy amable. A presentar formalmente a mis compañeros el ya mencionado artista antes llamado Gillespi. Buenas noches, ¿qué tal? y mi querido compañero, Patricio Bartó. Hola, amigo, buenas noches. Muy amable. Bueno, muy bien. Si usted quiere, vamos directamente al punto. O sea, al tema que nos ha sido impuesto por la Dirección de Nogos. Especialmente para la localidad de Quilmes. No, no. Bueno, me ponen un compromiso, porque el tema es qué hacer si entra un chorro en tu casa. Claro, no, señor. ¿Qué van a pensar estas personas? Después de entrar en cualquier parte. Fue el Gillespie que dijo. Fue él, espérenlo a la salida del señor. En cualquier lado hay inseguridad, señora, está en el aeropuerto. Imaginemos la siguiente escena. Sí. Usted está durmiendo en su casa, en cualquier lugar, menos en Kilmer. Sí. y siente que entró alguien. Eso es el afunto. Qué fea situación. Siente, no ve. No ve. Te está en la cama durmiendo con quien sea. Porque le voy a aclarar, ya que es el principio del programa, que a nosotros no nos importa la vida privada de nadie, ni formulamos juicio de valor si usted duerme con A, con B. No, señor, por supuesto. Así que no me ponga esa cara. Cuando yo dije que usted está durmiendo con alguien, usted ya me agó como que usted no era. y empezó a eludir responsabilidades como hacen todos. No, no es un tema en cuestión, el informe va por otro lado. Vamos a decirlo así. Bueno, muy bien. Usted está durmiendo con su amante. No importa con quién. Con la mujer amada. O con nadie. O con la esposa. No, señor, por favor. Bueno, y siente. Ruido. Cosas raras. Pisadas. Pisadas, postigos de ventanas que se abren y se cierran. Ah, tienes postigos. de piso de pinotea y el comedor también y el tipo camina por el comedor se oye ruidos de vasos, usted tiene el aparador llena de cristalería, el tipo camina por las tablas de pinotea y usted ahí se despierta. Usted sabe que yo en mi casa tengo piso de pinotea. ¿Y tiene vasos? Sí, también. ¿Y tiene hueco abajo de la pinotea o está pegada? Está pegada. Porque antes las casas tenían como un espacio. Claro, aflotante. Entonces ahí venías así, saltando la pinotea. Bueno, no importa, no vamos a hablar de eso. Bueno, pero usted habló por ahí. Me tiento porque yo... He vendido muchos pisos. ¿Usted es colocador? Soy colocador, ¿cómo le va? Encantado. ¿Qué tal? Los felicito. ¿Qué número tiene? No, señor, porque estoy buscando un colocador. Sí, ya me contaron a mí. Hace tiempo. Me contaron en el ambiente de la radio. Me dijeron que se puede, sobre el piso que uno ya tiene... Usted no rompe nada. Se lo ponemos arriba. Claro, arriba. ¿Sabes qué pasa? Eso la primera vez puede ser. Pero cuando usted cambia muchos pichos, lo va poniendo uno arriba de otro... Cuando quiere acordar, se le baja el techo. Claro. Produce esa impresión que le bajaron el techo. Entra agachado. Y además las puertas se le quedan chicas a veces. Sí, no puede abrir las puertas, en fin. Pero usted sabe que la gente que vive en casas de techo muy bajos, ¿se les nota? porque andas por la calle caminando, agachado y enseguida vos lo sacias, ese tiene el techo bajo. Como también puedes señalar al jardinero. El jardinero. El trabajo de jardinero también. Claro, pues está todo el día agachado. Está todo el día agachado, cortando el pasto, arreglando las plantas rastreras. Y el tipo entonces, cuando camina, camina con las patas abiertas y así. Bueno. Como si tuviera casos plantales. Sí, o algo peor. Pero escúchame, nos estamos desviando del tema... Pero señor, claro, hable de la inseguridad. Porque no sé qué más hacer para que se centren en el asunto. Pero... ¿Usted está durmiendo? Un ladrón. Escucha ruidos. No sabemos si es un ladrón. Un intruso. No puede pensar que es un pariente. Un intruso. Más o menos lo mismo. Bien. Un intruso. Vamos a llamar a un intruso. Un intruso. Sí. ¿Qué hace? ¿Qué dicen las películas americanas? Que es siempre lo que no hay que hacer. La película americana es un conjunto, un cortejo de mentiras. El tipo agarra un bate de béisbol. Acá nadie tiene un bate de béisbol. Primero, acá nadie tiene un bate de béisbol. Lo más parecido... No, no, no importa, pero digo... Yo sé que no tienen. Puedes agarrar una sartén o algo de la cocina. O un cuchillo, esta. O un cuchillo. O una farinera. Bueno, no, no, no. Porque así estás despertando la violencia del ladrón en cuestión. Bueno, pero... O del delincuente en cuestión. Claro, porque el ladrón se siente amenazado. Si usted lo... Va con un cuchillo en medio del pasillo. Y por ahí trajo un ametrallador. Pero dijimos que no sabíamos si era ladrón, es un intruso. Bueno, no importa. Si se metió en la casa es un delincuente. Pero quizás se confundió. Perdón que se lo diga así, ¿no? Pero para mí la propiedad privada, etc. Bueno, está bien, señor. Pero quizás se confundió, vino alcoholizado de una... Bueno, que se haga cargo de sus errores, señor. Bueno, bueno. Bueno, primero. hay que estar preparados entre toda la familia. para cuando se produzca esto. Exacto. Las familias hablan de pavadas todo el tiempo. Sí, señor. Pavadas en la mesa. Nunca se hace un simulacro con los niños. Claro. De robo. Niños, ahora vamos a simular que entró un ladrón. Y escenificamos todo eso. Pero el niño cree que es un juego, no se lo va a tomar. Bueno, pero explicale. Pero se va a asustar si usted lo explica. ¿Qué se va a asustar? El simulacro no se asustará. Usted está en la cama y dice lagarto. Justo lagarto. Significa que está entrando un ladrón. a la casa. Pero si a usted hay una pareja que ella cariñosamente lo llama lagarto en la vida civil. Justo, qué casualidad. Eleja otra palabra. Es una palabra muy usual, se lo digo yo como sexólogo. ¿Usted es sexólogo? Sí, lo me ve. ¿El señor está atendido? No, no. No, porque me dicen, mi novia, nosotros nos decimos cositas. Sí, qué bien. ¿Sabes qué? Es parte del... Es común, no se avergüen. Es parte del folclore. Eso. Todos los conjuntos folclóricos... No, bueno... Acá han venido... No, señor, es parte del folclore entre padejas. Y quizás me dice, ay, lagarto, miramos una peli... Bueno, ponga otra palabra, entonces. Bueno. Otra. Pero... Incluso puede haber varias opciones. Lagarto, si es un intruso que entra. Exacto. Lagartija, si no está seguro. Sí. Eso lo escuchan los niños en la habitación. Todos ya saben que algo raro está pasando. Claro. Y el ladrón que escucha a Lagarto y cree que usted está haciéndole cuchicuchi a su lado. Claro. Es raro que crea eso el intruso. El introducción no es muy de creer. No, no es muy de creer. una habitación de seguridad. Exacto. Esto es lo más ridículo. A duras penas tenemos una habitación para nosotros. Ayer le estaba explicando yo a usted que somos siete en la misma cama. Claro, por eso. Como una habitación sola, la única habitación que tenemos va a ser de seguridad. No, bueno, puede ser el baño, pero tiene que tener la llave del lado adentro. Nunca hay que meterse en el baño. ¿Por qué? ¿Quién lo dijo? No, porque no tiene salida. Y él tampoco tiene entrada al lado adentro. Ah, tiene razón. Está cerrado con llave. Pero yo vi muchas películas, como si no ir más lejos el resplazo. donde el tipo agarra una hacha. ¿Sabés lo que es estar encerrado en el barrio en toda la familia? Por eso hay nueve, diez y ahí el ladrón con el hacha, mejor no encerrarse, lo mejor es rajar. ¿Usted tiene el informe en sus manos? Tiene razón, lo voy a leer. Dice, si no puede salir de la casa, es buena idea haber designado una habitación de seguridad. ¿Qué le dije yo? Lo mismo. Bueno, digamos que los grandes millonarios del mundo ¿Qué tal? ¿Cómo le va? Tienen en sus mansiones Sí, sí. una casa, un bunker vamos a decir. Es lo que se llama panic room. Es una falsa biblioteca, que de un lado hay libros y del otro lado se da vuelta y revistas. Las bibliotecas... Es una apagada eso señor, se da vuelta y se abre una puerta. Ah, es una puerta, entra a otra parte de la casa que da otra calle y usted empieza incluso otra vida ahí. No, eso va a un bunker que tiene provisiones. Provisiones por un año. Por mucho tiempo. Sáncuches. Sí, no, sáncuches no sé. Tiene la talla a tun. Tiene aire acondicionado, puede entrar aire. Bueno, dice. La habitación de seguridad tiene que ser, si orarte, de que cierre desde adentro. Eso es lo que acabo de decir. Hacerlo primero. El llave de adentro. Imagínese que usted se manda, se gasta una ponchada de mango en una habitación de seguridad que se abre y cierra de afuera. Claro. Se le tiene que decir al ladrón que por favor le cierre. Sí, me cerrá. Cerráme ahí. Por favor. Bueno, dice... Llama a los servicios de emergencia. Bueno, eso es lo primero. Inmediatamente. Lo que pasa es que a veces es peor el remedio que la medida. Es peor porque si el ladrón oye que vos estás llamando a los servicios de emergencia, ahí se enoja. No, pero usted no llama, usted tiene un botón. Cortá ese teléfono o te tiro un tiro. Es que a veces, cada vez que uno llama al 9-11, le empiezan a hacer una cantidad de preguntas, porque son desconfiados. El ladrón ya roba toda la manzana. Bueno, pero estás seguro, pero entre qué calle vive. Cómo se llama. No, no, no. Claro. A ver, marque su número de libreta en rola media. No, en esos bunkers usted tiene un botón rojo que está directamente conectado, porque usted es millonario. Sí. Bueno. Está directamente conectado a la seguridad que le mandan un cuerpo especializado. Ahora, yo nunca llamé a 9-11, pero si usted llama le hacen las mismas preguntas y los mismos prolegómenos que si usted llama a explicarle al tipo de cable que la televisión no anda. No, no, no, no todo eso. Pero igual tampoco es tan rápido, porque hay muchos que llaman... Y además dice, hola, todos nuestros operadores están en Cana. No, lo atiende directamente. Lo que pasa es que en 9-11 mucha gente llama para hacer bromas, entonces distrae a toda la policía. En los Estados Unidos hay una estadística que el 63% de los llamados que recibe la policía, los bomberos, incluso la bona fide, son bromas. Son bromas, pero están graciosos. Bueno, igual es delito eso, obvio que... Es delito, sí. Yo tengo un amigo que está preso ahora. ¿Por eso? Por eso, porque llamaba siempre al último de la guía para preguntarle si no le daba vergüenza. No, señor. Al señor Gallo. Para decirle que se había equivocado el gallinero. Un bromista. Esas cosas. Ahora bien, llama a los servicios de emergencia, a la policía, tan rápido como pueda, pero... No siempre se puede. No siempre se puede porque a veces el ladrón está muy cerca y escucha que usted... Hola, ¿policía? Hola. Antes los ladrones cortaban el cable del teléfono. Sí, listo. Y ahora... Claro. Claro, ahora no. ¿Qué hacen? Le sacan el celular. Pero no es lo mismo. No es lo mismo. Es más fácil porque el cable del teléfono cortás desde afuera. Yo vi muchas películas en donde... Pero usted está todo el día mirando películas. Sí, esta del bate es la misma. Sí. El ladrón le corta el teléfono y se miran como diciendo... Mira qué ranas que somos. Ahora le digo que si el ladrón le roba el celular, hoy, por el que la tecnología avanzada que hay... Enseguida lo agarran. Claro, el tipo va con el celular y usted sabe dónde está el ladrón. El celular le va escupiendo aquí estoy, aquí estoy, aquí estoy... Bueno. otras circunstancias que no les quiero ni contar. Después me sueño. Bien, dice evita hablar con el ladrón. ¿Por qué? Esto es una cosa... Usted haría, enseguida lo encararía. Y te gustaría estar reformando. Porque con poco de negociación... Y le dice... ¿A usted le parece un hombre como usted? No, no le voy a decir eso. Dedicándose al crimen y al delito. No le da vergüenza. No, porque ahí se va a enojar más. ¿Y qué hay que decirle? Como trabajo con el arte de la palabra. No me digas. le puedo ir por el lado psicológico diciendo, ¿sabes qué? Yo también soy ladrón. Y nos podemos entender bastante en esto. Muy bien. Ya me dio ganas de ahorcarlo. No, no, usted le puede decir, ¿ves este velador? Me lo afané anoche. Claro. ¿Y cómo sigue? Porque el tipo que va a decir... Vamos a hacer... O no, no es así con los ladrones. Dame todo, anteojito, dame todo. Una pregunta va a ser fundamental y acá nos ponemos de acuerdo. ¿Lo conoces a Rulo? ¿Qué Rulo? Entonces no lo conoces. Bien. No te quise contestar. No. Eh... Una buena cosa para decirles, ya hemos llamado a la policía y está en camino. Eso es pésimo. Pero ya tengo ganas de pegarle a usted también. Claro. Use el plural nosotros. Claro, de muchos. Aunque esté solo. Claro. Y si nosotros todos los 75 que venimos en este apartamento... Claro. Eh... Ya hemos llamado a la policía. Usted no sabe con quién está hablando. Eso está muy bien. Usted no sabe con quién está hablando. Con quién está hablando. ¿Quién está hablando? Eh... ¿qué le digo? Que está bien pegado con la política. Yo conozco muchos políticos. Le puedo hablar el comisario Garzulo. ¿Garzulo? Sí. Compañero mío. Amigo de Rulo, ¿eh? Bueno. Son todos así. Porque si el intruso piensa que hay más de una persona en la habitación, tal vez se asuste y se vaya. Sí, sí, sí. Es clásico. Es raro. De los ladrones. ¿Cuántos son? Preguntan todos. ¡Ay! Y salen corriendo. No sé si funciona eso. Bueno, por ahora no. Dice... Ahora, ¿usted no sabe por dónde se le metió? ¿A qué se refiere? Buenas tardes. Sí, buenas tardes. Acabo de llegar al programa. ¿Cómo le va? ¿Y de qué estaban hablando? No, de ladrón, porque es distinto si se le mete por atrás o si se le mete por adelante. Bueno, ese es el desventaje de tener dos entradas en la casa. A veces por el jardín van por el pongo de mazana. Están todos por el jardín. ¿Todos por el jardín? ¿Usted tiene una casa con jardín al costado? La casa donde yo me crié... Claro. Tenía... estaba en medio de un solán, tenía la puerta de adelante y si no daba la vuelta y entraba por... nadie entraba por la puerta de adelante y la puerta de atrás no tenía ni llave ni nada. Bueno, le puedo decir una cosa, eso es lo mejor que puede hacer, no tener llave. Y para que entran los ladrones como por su casa. Ese es el problema principal. Ah, bueno, claro y de eso hablamos señor. También usted puede escapar. por atrás. Claro, esa es la ventana. Bueno, si vos tenés dos aberturas, digo dos salidas, digo aberturas porque es como comercialmente se venden las puertas. Sí, tiene razón. Abertura. Es un genérico. Claro, qué va a hacer. Bien, ¿qué le digo yo a la policía? Mira, esto lo dice este informe cuando llama. Tiene que ser claro, es decir, por ejemplo, me llamo Sally Smith y vivo en River Road. 1, 2, 3. Escucho a dos intrusos en mi casa. Estoy escondida en la última habitación del primer piso y creo que ellos todavía están en la planta baja en la sala. ¿Usted le tiene que decir eso? No importa donde vivan. No, no, sí. Acá lo dice aquí. No, reemplaza por el nombre y la dirección. Su nombre, su casa. Ay, bueno, ¿por qué no me lo dicen? ¿Por qué les explica específicamente dónde está usted? Porque por ahí paran seis patrulleros y empiezan con ráfagas de ametralladora y se miran todas a usted que está en el primer piso. A veces se creen que el ladrón es el dueño del caso. Y ven al ladrón que está ahí justo... ..ajuanando algo y le dice, ¿usted es el que se amó recién? Y el ladrón dice, sí, sí. Claro. No, porque nos dijeron que había un ladrón. Sí, están ahí, están durmiendo en la cama. Está en la última habitación. Bueno, permanece en tu habitación de seguridad, si es que la tuvieras, hasta que llegue la cana. Bien. Asegúrate de que la cana revise toda tu casa. Exacto. Porque por ahí la cana revise y dice, no hay nadie, pero dejan algunos lugares sin revisar. La chimenea. Ya se van y a los cinco minutos, jeje, salen los ladrones de la chimenea. Claro. O se llevaron a uno, pero eran más de uno. Le quedó uno adentro que usted no lo vio, no lo escuchó. Ah, puede ser, por ahí llevaron un ladrón y eran siete. Claro, claro. Aparecen los otros seis y dicen ¿y ahora? ¿Y ahora? Claro. Justamente nos vamos a vengar de lo que le hiciste a nuestro compañero. Bueno, no importa. ¿Considera quedarte en casa de un amigo o vecino? O vecino. durante el resto de la noche, una vez que se fuera acá... ¿Por qué? Claro. Porque miedo. ¿Por miedo? Sí, escúchame, si los tipos te afanaron y se fueron, no van a volver. Es raro tener que volver. No es raro, porque muchas veces se da lo que se llama comúnmente puerta corrediza, que entra el ladrón y sale a los cinco minutos. Se llama puerta corrediza, eso. ¿A dónde? ¿De la comisaría? Si entra y sale. ¡Puerta giratoria! ¡Usted para otras cosas! Sí. ¡Eso! La corrediza es lo mismo. Pero eso va a tardar en salir. La corrediza se sale siempre y entra por el mismo lado. Claro. Va haciendo trompo mientras sale por la corrediza. Bueno, claro. Quédate en casa de un amigo porque te agarra el miedo. Mirá, se vuelven. Insisto, no vuelven. No. Si te aferraron, salvo que tengas tantas cosas, que los tipos hagan todos viajes. Claro, que les quedaron cosas por robar. Que aferraron la mitad de las cosas y al rato vuelven y se somos nosotros. Jajaja. Bien, también será buena idea que intentes determinar cómo entró el intro en tu casa. Claro. ¿Abrió una cerradura? ¿Rompió una ventana? Ah, a lo mejor hay que cambiar ese sistema, eh. Sí, más vale que hay que cambiar el sistema, lo que falló tiene que ser reemplazado al otro día. Pero puede ser inquietante si no rompió nada, no forzó nada. Claro, entonces sabes que es algún amigo al que vos le diste la llave. Sí, serio. D'Orio, por ejemplo. Bueno, no, pero, Pérez, no llegue a conclusiones tan apresuradas. Pero podría ser D'Orio. Podría ser. Es apresurada, pero exacto. Antes se llamaba escruchante, al que entraba por un agujero. Ah, el que tenía un cuerpo muy pequeño. No, hacía un agujero y se metía. El escrucho. Pues nada, porque usted era mejor en la casa. tiene un agujero y no sabe que lo tiene. O un ventiluz de baño. Orá, o bajo la pared. Sí, sí. Hay un lugar por donde se puede acceder. Particularmente si usted tiene una propiedad extensa. Claro, porque... Yo en mi departamento en un ambiente... Es raro, sí. Por el agujero que hay. Es la puerta. Sí. Pero también está, hay ladrones que hacen inteligencia. Y entonces hacen de boqueteros, le van haciendo el agujero a usted. Y usted no se da cuenta porque se lo van haciendo de a poco. O también personas que se fingen... albañiles, otra baja... y hacen, como dice usted, preparan el terreno y unos cómplices, o ellos mismos, vuelven a la noche y entran por el ojero que ellos mismos hicieron durante el día. Claro, porque le están rompiendo la vereda. Están rompiendo la vereda, dicen que son de aguas. Claro. Y paran una combi gigante. Y le hacen un túnel y le aparecen abajo de su cama. Sí. ladrón. Ahora tanta fortuna tiene como para que hagan toda esa inversión para robarle a usted. Pero hoy en día el trabajo del chorro rinde cada vez menos. Bueno, sí, pero por eso. Bueno, ya no encuentra quién robar, como dice el tango. Algunos otros consejos. Cuando no te puedas esconder, haces ruido... ¿Hace sonar la alarma de tu coche? ¿Cómo hago de sonar la alarma? Si me lo fanaron el coche. Si me lo fanaron la semana pasada. Con el control remoto. Mantén la distancia entre el intruso y tú. ¡Es claro! ¿Qué crees que lo vas a abrazar? ¡Es claro! Si... Si hay que pelearse con el tipo. ¿Se tiene que pelear? No, no te podés pelear. Yo creo que uno no está tan entrenado como un ladrón. Pero no sabe quién es. No está tan entrenado ni tan armado. Sobre todo. Por eso es una pelea. Tiene un tipo con dos pistolas. Uno, si se va a pelear, tiene que estar dispuesto a ganar la pelea. Sí. No a perder. Bueno, por supuesto. A mí no me gusta perder ni a la borista. Bueno. Soy un deportista, ¿qué tal? A mí y nosotros siempre la única mentalidad que tenemos es ganar. Bueno. No me importa qué estamos jugando. A nosotros no nos gusta perder a nada, si quiere la bolita. Así de estúpido somos. Cargamos a nuestro hijo de dos años y les ganamos. Está bien. No así, al resto de los equipos. Últimas consideraciones. Trata de cooperar con el intruso. Eso es otra cosa. Le ayuda a cargar el camión. En este punto le voy a contar una anécdota que es verídica y pasada. Todo es verdad, señor. Esto es la radio. En Monte Grande hay una casa de antigüedades, la atiende un viejito. Vienen los ladrones a robar. Perdón. Me está conmoviendo. ¿Usted dice esto por radio? ¿Está dando información para que al viejito lo tolete? Porque no da la dirección. Y el viejito sabe lo que hizo. Justo los invitó a cenar. Le dijo, muchachos, yo sé que vienen a robar. ¿No quieren cenar conmigo, que vivo solo? Y estuvieron los ladrones. Esa mentira la contó como diez veces. Esa mentira. Ya la contó. Y la del perro que se subió al tren. Siempre lo mismo. ¡Mira! En la historia de Montegrande pasaron dos cosas. Las dos ya las contó. Los ladrones no les robaron, comieron con el viejito y se fueron abrazados. Ese es el verdadero ladrón. Bueno, eso colaboración. Cooperar con el intruso que quiere decir. Decirle dónde están las cosas más validas. Miren, ganemos tiempo. La caja fuerte. Ve ese cuadro que está allí. Sí. Ese cuadro que en realidad es una tapa de Alfajores Habana. Sí, la verdad es que como cuadro. La corres, caja fuerte. ¿Y la tienes llena dentro? Bastantes de ella. Pero esperamos que tenga dinero. Cosas valiosas. Por ahí guarda cualquier cosa. Bueno, ábrala. Bueno. La clave es fácil porque yo no tengo mucha memoria. Bueno, decime, dale. ¿Cuál es la clave? Vamos. Siete. ¿Un solo número? Sí. Ah, bueno. ¿Y para qué tiene caja fuerte entonces? ¿Y dónde quiere que meta la guita? Con clave. Bueno, entonces ponemos, damos vuelta la manivela hasta el número 7. Y abre. Abrió. Fíjate qué hay. Lo primero que hay es un bibliorato con papeles. Estos son... Son mis propiedades. Ah, bueno. Ah, todas esas escrituras. Escrituras. No, son copias todas de la misma que el 7 Rancho. Listo, lo primero que robamos, las escrituras por... Yo colaboro, soy muy colaborador con... Incluso, mire, acá en el bolsillo tengo 17 pesos. Sí, bueno... Ah, un palzote. Acá veo... Esto evidentemente puede ser una joya, es un estuche de terciopelo. ¿Un estuche de terciopelo? ¿Qué tenés adentro? Nada. ¿Y para qué lo guardaste en la caja fuerte? Por si alguna vez me compró algo ya tengo el estube. No, no, no. Pero al final vos no hiciste inteligencia. Es un tirado, no tiene nada, no te das cuenta. Dame, voy a colaborar más todavía. No, deje. Pero escúchame, si le hice inteligencia, este era el dueño de la ferretería que la vendió por 100.000 dólares. ¿Vos vendiste la ferretería en 100.000 dólares? Sí. ¿Y dónde están? No le puedo decir. Nos vas a tener que decir. Los 100.000 dólares están en este cuadrilátero. No te hagas el loco, lagarto. Está bien. ¿Dónde están? Los tengo acá, encima. ¿Encima? En la ropa interior. Pero si estaba durmiendo. Hágalelo usted mismo. Eso no son ni mil pesos. Bueno. Hay que tener gas pimienta. Ah, gas pimienta, sí. ¿Cómo? ¿En dónde se compra? Sí, pero le puedo decir una cosa. El gas pimienta es como un aerosol, igual que el sistema del aerosol. Y tenga mucho cuidado. ¿Dónde está el agujerito cuando usted aprende? Claro, porque por ahí se lo tira usted mismo. ¿Eso sirve, por ejemplo, como pimienta? No. Sería fenómeno en el gas pimienta en la mesa. Un poco de algo gofrito y si alguno se hace el loco, le tirás. No, señor. Es un gas irritante y se le pone también toda la piel y los ojos mal. Bueno, después hay algunas instrucciones sobre cómo pelear y para mí es la principal. Cuando puedas, corre. Claro, pero... Hice todo esto para correr después. La verdad es decepcionante. Nosotros tenemos aquí sistema de seguridad con los vecinos. Claro, un grupo de vecinos muy solidarios en ese sentido y muy gorras. Claro, sí, sí. Les gusta, ¿no? Claro, están patrullando todavía. Ponen una alarma en un poste de luz, cada uno tiene un control remoto y cualquiera puede activar la alarma. No, cuando vos apretás un botón en tu casa, suena la de todos. Bueno, claro. Bueno, pero un botón de pánico, de alarma. Un botón de alarma, un botón. Pero yo tengo un montón de botones que no son alarma. Pero usted tiene que saber cuál es. Si usted viene un ladrón y prende la televisión, no va a venir nadie. Pero con este botón, que es un botón que usted solo sabe dónde está, incluso lo puede tener oculto en el cuerpo humano. En el propio. En el propio, de manera que por ahí usted hace algún movimiento imperceptible para el ladrón, y en realidad, usted hace un movimiento como... Como hace Gallardo, vio cuando está declarando. Y con ese movimiento activa el botón y suena. En la casa de todos nosotros, somos vecinos, y venimos con horquillas y antorchas encendidas. Pues bueno, no será mucho porque... Quiero ver cómo aprieta el botón teniendo las manos levantadas, porque yo lo estoy apuntando, a ver cómo lo aprieta. Lo tengo atrás de la rodilla. Entonces doblo la rodilla a comisaría. Hay que tener cuidado porque a veces uno aprieta el botón en vano. Claro, le suena. Usted lo tiene, por ejemplo, en equis lugar, por ahí hace un movimiento, o involuntariamente se frunce una parte de la espalda, que se yo, así por una contractura y cuando quieras colar tiene 27 policías en la puerta. Y pasa como Pedro y el Loro. El lobo. ¿El lobo es? El lobo. Con razón, yo no lo encontraba sentido. ¡El loro que tiene que ver! Usted tuvo suerte que le pusieron el botón atrás de la rodilla, lo que yo cada susto me pego y vienen todos mis vecinos. Claro, ya. ¿Están mirando una película? Bueno, mire, en realidad hay que tratar de que no entre nada. Y bueno, es mejor prevenir... Que curar. ..perro. Perro. El perro es bárbaro. El perro es bárbaro. entonces usted le pone cuidado con él mismo, ¿no? Sí, hay perros en Montegrande que trabajan toda la noche cuidando las casas Pero no hay solo en Montegrande, hay en todas partes Cuando los dueños se van a dormir, el perro empieza a laburar Yo estuve en San Luis, tenía un laburo de eso ¿Cómo? Porque a un señor se le murió el perro y bueno, no tenía quién le cuidara la casa yo dije yo hago de perro Yo sé ladrar. Bueno, pero no, es una humillación. No me pongo ahí cuando viene algún uno y... ¡Guau, guau! Y así empecé a trabajar. Lo bajé de perro mucho tiempo. Pero, cúcheme... Pero es indigno ese trabajo. ¿Cómo va a ser? ¿Cómo se va? El tipo, un poco el tracto no era muy bueno. Bueno, sí. ¿Qué le decía? ¡Cucha! ¡Cucha! ¡Cámara y escucha! Es horrible, señor. Me decía, Alejandro, Alejandro, Alejandro. Ahora recuerdo la radio esa. Bueno, Bueno, mucha medida. Muy completo el informe esta vez. Muchas medidas de seguridad. Ahora creo que es momento para que aquí en el Teatro Observantes de Quilmes, hagamos un lugar para que ingrese el pensamiento ajeno. Creo que es momento para que aquí en el Teatro Observantes de Quilmes... Hagamos un lugar para que ingrese el pensamiento ajeno. Sí, sí. Es el momento de reflexión, el momento que yo más aprecio del programa. En nuestra función precedente, en la ciudad de La Plata, empezamos una serie... en esta reserva de pensamiento ajeno, acerca de los Asburgo. Hablábamos de la endogamia, de la mala sombra, de los fantasmas, de los cuervos que azolaban el palacio de Schomburg, etc. Y hablamos de Francisco José I, que era un emperador que reinó durante muchos, muchos años en Austria. que era el marido de Sisi. Sisi la emperatriz. Sisi la emperatriz, Romy Snyder. No, Romy Snyder era la actriz que lo hizo. Y contamos, contamos algunas cosas. Y hoy hablaremos otra vez de Francisco José, porque vivió mucho y tuvo muchas amantes. Hoy vamos a hacer otras revelaciones. La amante principal de hoy es Ana Najovski. que era una muchacha que había nacido en 1860 en Viena, provenía de una familia de la baja burguesía. Su padre era fabricante de artículos de mimbre y paja. Bueno, qué problema hay, señor. Cuando Ana tenía 12 años, el padre falleció, la madre siguió con la negociación del marido, bla, bla, bla. Cuando tenía 14 años, su madre... la cazó. Le buscó un marido, un fabricante de seda, un gusano. No, no, no. Puede ser. Sería un vendedor de seda. Un empresario textil o algo por el que. Que se llamaba Johan Hudak. Hudak. Era un buen partido según parecía. La casaron en enero de 1875, pero bueno, al final el marido resultó un ludópata, alcohólico y que se pasaba de boliche en boliche con distintas mujeres. Así que dos meses después del casorio, Ana, que tenía un diario íntimo que... justamente lo tenemos aquí. Ah, ese es lo original. Diario íntimo de Anna Najovsky. Qué barba lo dice. Querido diario, mi esposo es un gran bribón, un jugador de cartas que no se preocupa por su esposa que soy yo. Si mi padre viviera, ahí está, este matrimonio no hubiera ocurrido. Blah, blah, blah. Ana estaba desesperada con el tipo. Pensó incluso en el suicidio. Y Jojan, de animarla un poco para que no jorobara, a que saliera ella también. Y entonces Ana salía a dar largos paseos matutinos con su doncella, Lini. Y en uno de esos paseos Ana y Lini caminaban por el parque del Palacio de Shombrun y se cruzaron con un hombre al que Ana confundió con un soldado atractivo. Pero Lini, la doncella, se dio cuenta de que el tipo era el emperador de Austria. Yo le dije, no, el emperador, el emperador. Y efectivamente, Francisco Conselho solía dar paseos muy temprano y parece que el emperador la miraba. Y estos encuentros se repartieron una o dos veces, se los vio. La miraba el tipo, pero no se acercaba. Ana tenía 15 años, Francisco José, 45. Pero Ana empezó a ir todos los días por el parque, a ver si se lo cruzaba. Él la saludaba y nada más. Hasta que un día, que fue justamente un 24 de junio... ¿En serio? ..de 1875, ella anotó en el diario, hoy es el día más feliz de mi vida. porque el emperador vino, se sentó en el banco más cercano, después se levantó, vino hacia mí y me dijo, ¿van a salir a caminar? Bueno. Y sí, majestad, le dije, y para mis adentros pensaba, es tan hermoso. El emperador le preguntó, ¿vives en el campo cerca de aquí? No, dijo la mena, en Viena. Entonces te levantás muy temprano para llegar acá, dijo el emperador. Era un poco inquisidor, ¿no? Dice, sí, me levanto a las cuatro de la mañana, bueno. Y el emperador, ¿y venís acá todos los días? Sí, sí, sí, sí, dijo la mena. Voy a estar acá todos los días. Dos días después Ana escribió, crío diario. Me arrepenten, me vino y me dio la mano. Yo puse la mía en ella. En su mano. Sí, bueno, señora Clare. Se inclinó y me besó la misma. Sí, la mano. Me dijo, hermosa, dame un beso. La mano. Sí. Y no me atreví a mirarlo. Repitió la petición cada vez con más urgencia y al final lo desé. Bueno, qué problema hay, señor. Cuidado, un diario de esto lo lleva el Real Marido, cuando vuelve de la taberna de estar con otras mujeres, y se enoja. Bueno, pero, por favor. El emperador llevaba 20 años de casados con Sisi, de quien hablamos en el programa precedente. Bueno, y él le contaba, así sí, hablaba sobre sus obligaciones de viaje, pero nunca le dijo nada sobre estos encuentros con Ana, que todavía no pasaban de los besos. Ana escribió en su diario que Francisco José, no sé si fuera italiano, pero Francisco José había querido pasar a otra cosa. ¿A avanzar del beso a...? Sí, medio que le abrió el vestido, pero ella lo frenó. Y ese día el emperador se ofendió y se fue. Recién al año siguiente... ¿Pasó un año? Sí, señor. Francisco vio a Ana mientras su esposa estaba de viaje. Sí, sí, estaba siempre de viaje, ya lo contamos. Y empezaron a verse a diario. Y ahí parece que... ¿Qué? Acá entre nosotros. ¿El vestido se abrió? Sí, se abrió el vestido. Bueno. Se veían todos los días. Y Johan, el marido de Ana, ni se dio cuenta de que ella salía más de lo normal. Y la muchacha, entonces, se sentía deseada y admirada por el emperador. Después de tres años de casada, Ana se separó de Johan Hudak, pero le dejó a él bastante dinero, como ven, para que pagara todas sus deudas. ¿Y de dónde venía ese dinero? El emperador. Ya lo que... Sí. del emperador porque han habido recibido una donación de Francisco José de 50.000 florines que serían hoy medio millón de euros. Se compró una casa que estaba cerca de John Y a partir de entonces las visitan el emperador a casa de Ana si hicieron muy frecuentes. Parece que en ese mismo tiempo a Ana le hicieron alguna propuesta de matrimonio de un comerciante, mille, que sé yo, y ella la rechazó. Y va a valer. La rechazó. No, no. Pero parece que Francisco José saciaba sus apetitos y se iba. Era justamente Francisco José el que te amó y se fue. No es así la frase, es igual. Bueno, una tarde Ana fue a visitar a unos amigos cerca de Viena y conoció a Fran Nahovski, un empleado ferroviario. Y Ana dijo, este hombre puede ser peligroso con las mujeres. Y en el primer encuentro Nahovski le pidió que se casara con ella. Ella se negó, pero empezaron un noviazgo y ella le pidió a Francisco José permiso para casarse con Nahovski. Yo creo que el emperador se lo dio el permiso, dado que él estaba casado. Claro. Y entre, bueno, claro. Y le dijo, he estado pensando que lo mejor para ti es casarte, te traeré una suma de dinero en primavera. Mirá vos. Ana le preguntó si estaba enojado y también le preguntó si la amaba. Él se quedó un momento en silencio y dijo, no puedo ni debo decirte eso, no tengo permitido amarte. y no volveré a besarte mientras estés casada. Pero seguiremos siendo buenos amigos, hijo de perro. Día que bien. Bueno, pero no. Se casó Ana con Najovsky y dice, voy al diario otra vez. A ver, ¿qué dice el diario? El 8 de junio de 1882, está molando, me crucé con el emperador en uno de mis paseos, me saludó y me preguntó si ya me había casado. Me acompañó a una escuadra, caminé feliz a su lado, lo miré furtivamente, pero él ni me miraba. Entonces le pregunté, ¿por qué no me mira, Majestad? Me dice, no puedo mirarla, dijo Francisco José, porque en tal caso tendría que besarla. Opa. Oh. Y Ana le dijo, estaría muy bien si pudiéramos vernos algún día. que mi esposo... Quebraba ella también. ..esté de servicio en el ferrocarril. Por favor, quebraba. Y entonces Francisco José la besó apasionadamente. Y ella le dijo, ¿qué le gustaría a Majestad que le prepare de desayuno? Porque sabía que venía muy temprano. Y él le respondió, café con leche. ¿En serio? Un dato histórico, señor. Datu histórico. A ese encuentro siguieron otros, qué sé yo. El marido medio se enteró, pero no le importaba porque andaba con muchaquita. Ana tuvo una hija a la que llamó Ana y efectivamente parece que sí era hija del marido del ferroviario Frank Najovski. Con el apoyo financiero del emperador los Najovski compraron una villa señorial en Etzandorf y Ana tuvo una segunda hija al año siguiente a la que llamó Elena y para entonces recibió 100.000 florines del emperador lo que sería un millón de euros. Esta niña sí se parecía a Francisco José. El esposo viajó a Rumania y Ana recibía al emperador en su nueva casa. Francisco José tenía una puerta secreta y tenía una llave y él entraba así no más. Ella lo esperaba con un café, medias lunas. ¿De verdad? Sí señor. Y unos Golden Virginia, unos cigarrillos porque el tipo pudiera fumar. Extraordinario. Es lo que se llama un gran amor. y Ana escribía en su diario que el emperador, con detalle, por ejemplo, escribió que el emperador usaba ropa interior anticuada. y que, digamos, sus encuentros eran tan rápido que a veces ni se sacaba la espada. ¡Señor! ¡Por favor! ¡Majestad! Por lo menos saques el sabio. Sí, por lo menos. A veces me ensarta. Allá por 1886 el emperador empezó a visitarla menos. En realidad había empezado un romance con la actriz Catalina Schott. Un romance incluso auspiciado por su mujer, la emperatriz Sissi. Sissi me dio un empujón para que saliera con Catalina, porque a Sissi no le interesaba mucho, ni la corte, ni su esposo, ni nada. Dicen que Ana, esta chica Ana Nahosky, no era una gran belleza, no tenía muchos temas en común con Francisco José y que en cambio la actriz Catalina Schatt era atractiva y tenía intereses en común con el emperador. Sí, sí, aparentemente no sabía de este romance con Ana, pero la actriz le gustaba como amante de su marido. Es complicado que tu mujer te eslija a tu amante. No, bueno, pero eso pasa... de esta historia. Pero la que se enteró de que el emperador andaba con Catalina Schrad es Ana. Ana se puso celosa. Ana sabía que Francisco Cosé no se perdía ninguna actuación de Catalina en el teatro. En fin, empezó a sospechar y empezaron a ver poco. Incluso un día ella paseaba por el parque y vio al emperador con la actriz, con Catalina Schott. Y el tipo ni la saludó. Claro que la va a saludar. A mí me hacen eso. Y bueno, señor. No me ves más. Bueno. Ana anotó el 29 de diciembre de 1888 como la última fecha de visita del emperador a su casa. El hijo del emperador Francisco José, como hemos contado el otro día, Príncipe heredero Rodolfo murió en Meyerlin en un episodio confuso, parecía un suicidio, pudo haber sido un crimen, nunca se supo. Pero luego de la muerte de su hijo, que era el heredero, el único heredero en el imperio, Francisco José se encerró y no quería ver a nadie. En marzo, Ana fue citada a la oficina del director general del Fondo Supremo Privado y Familiar, el varón Frédéric von Maier. quien le dio un regalo de parte de Francisco José y le pidió que firmara un documento que decía así. Lo tengo. Bueno, pero qué... Hola, presidente. Confirmo que hoy he recibido 200.000 florines como regalo de su majestad el emperador. Además, juro guardar silencio acerca de mis encuentros. ¿En serio? ¿Estaba escrito eso? Es una realidad. Claro, me parecía. Mi vida no lo dice. Viena 14 de marzo de 1889. El mensaje era una declaración de que todo había terminado. Con ese dinero, dos millones de euros, los Najovskys se compraron en una casa de verano, en un balneario, y le dieron una excelente educación a sus hijos. Ana amó al emperador y eso quedó registrado en este diario que nosotros hemos leído. Esta hija que ella tuvo, parecida al emperador Francisco José, Elena Najovski, se casó, ¿sabe con quién? No. Con Alba Berg. El músico, el compositor. El músico, el discípulo de Schoenberg, de quien hablamos el otro día. ¿Y qué contamos? Que Alba Ambré era casado con Elena Najovsky, que ahora sabemos que era hija del emperador Francisco José, pero la engañaba con otra a la que le escribía canciones. Bueno, así es la vida. Pobre, no va a parar ahí. Parece intruso ya el programa. Ahora bien. Ana murió en 1931. a los 71 años. Y antes de morir, le entregó su diario a su hija, Elena, la mujer de ver. Y Elena lo donó a la Biblioteca Nacional de Austria. Y las memorias de Anna Hosky se publicaron y se dieron a conocer recién en 1986. Parecían. Francisco José tuvo también una larga vida, murió en 1916, durante la Primera Guerra, que terminó con el Imperio de los Zafurgos. Los Zafurgos se dedican ahora a los negocios, que es la forma de ejercer el absolutismo en estos tiempos. Pero a él le gustaba relacionarse con muchas mujeres. ¿Sabe para qué? ¿Para qué? Para jugar. Continuamos en La Venganza, será terrible, estamos en Quilmes, en el Teatro Cervantes, nuevamente aquí. Señoras y señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Este es un informe muy interesante. Yo creo que la declaración de amor formal ha caído en desuso afortunadamente. Porque... ¡Uy, era horrible! Era horrible y aparte me parece una cosa superflua o inadecuada. una de las dos cosas. O sea, si la amena realmente está contigo, si gusta de ti, si está enamorada o algo, es súper flua la declaración de amor. Porque ¿qué pasa? ¿Te estás relacionando con alguien y no se da cuenta de que vos querés que sea la novia? ¿Se lo tenés que decir en un papel con telegrama o algo? No. Y si en realidad no te quiere y no le gustas, es como un acoso, es inadecuado. Yo, mirá, estuve pensando, tenés una compañía de trabajo, te saludó tres veces. Sí. Quiero decirte algo, mirá, estoy profundamente enamorado de vos. No, bueno. ¿Qué haces, loco? Claro. Sin embargo... Pero de niños, vio que de niños nos decían, te le declaraste, te le declaraste. Claro, te le largaste, te lajaste. A mí me fue muy mal de niño, porque ella iba caminando adelante, la verdad. Y yo me adelante, paso rápido, atrás estaban mis amigos, me adelante. Claro, que eran los que te daban máquina. Claro, y me puse a la par y dije, ¿querés salir conmigo? No, me dijo. Ah, un diálogo hechiano. Salió como Michael Jackson para atrás. Claro. Bien, extraordinario. Sin embargo ahora hay un informe que es siguiendo una costumbre que prevalece en los Estados Unidos. Bien. te dan ideas originales, no ya para pedir casamiento, no, para pedirle a la mina que sea tu novia. Y explican, cuando sentimos atracción por una chica, deseamos que se convierta en nuestra novia, para poder plantearle a esa persona especial, tus sentimientos hacia ella, deberás buscar una manera única que le haga recordarte siempre. Bueno, no sé si es lo mejor. Claro. No es sólo preguntarle que eres mi novia. No, hay que buscar situaciones. Y aquí hay una serie de situaciones. A ver. Crea un cartel. Ah, me gustó. Ah. Crea un cartel con imágenes. Sí. Imágenes. No, me imagino que imágenes... Sí, avanzando. Y un mensaje que quieres transmitir. Lleva la de sorpresa con los ojos vendados. ¿Cómo voy a llevar con los ojos vendados una mina que todavía ni es mi novia? Claro. Agarrá eso una que pasa por la calle del Pará que te vendo los ojos y te voy a llevar un lugar. Es una locura lo que proponís. Ni mi novia aceptaría eso. Bueno, pero supongamos que ella acepta ser vendada y qué pasa. Bueno, dice, o si no, hazlo un poco más improvisado en un sitio público con ayuda de tus amigos. Y le sacas las vendas y le mostrás el cartel. Es una manera original de expresar tus sentimientos. En el cartel puedes colocar todas las fotografías que tengan juntos. Pero es que no tiene, porque... No tengo, yo tengo que tener una fotografía de una tipa que no es tu novia. Claro, claro. Dice, ¿y el mensaje que quieres transmitir? Con distintos colores tiene que ser. ¿Cuál es el mensaje? ¿Querés ser mi novia? Sí. Verde, azul, amarillo. Bueno, no sé si está... Bueno, pone en marcha tu imaginación. Claro, eso. Y verás lo mucho que ella apreciará ese detalle. Bueno, usted sabe que... Dice, mira, la verdad es que a mí no me gustabas, pero ahora que veo este cartel... No, bueno... ¿Querés ser mi novia? Es raro, ¿eh? Con un paisano dibujado en la puerta de un rancho. ¿Qué tiene que ver el paisano? Bueno, pero es que a mí me salen bien los paisanos. Sí, pero no tiene nada que ver en esto. Ustedes saben que hace algunos años se empezó a poner de moda el tema de los pasacalles. Sí. Y ahí pueden poner el mensaje que quieran. Pero qué horrible es el pasacalle, porque le queda si fracasa el intento. Sí, si dice que el pasacalle queda. Y se va deshichachando y siquiera te dio bolilla. Y vos pasás por ahí mirás para arriba. Y ella también pasa. No, ella lo ve todos los días, eso. Todos los días. Lo mejor es contratar a alguien para que lo sabe. Sí. Yo me enamoré una vez de una que vivía enfrente de un descampado. Ah, sí. Y le puso... Y esto no le pude poner para sacarle, porque ¿dónde lo ataba? Ah, bueno, por eso, otro cartel. Y lo puso y quedó colgando. Claro. Pero, por favor. Bueno, a ver, dice, escríbelo. Escribele, querés ser mi novia, con rosas o bombones en un lugar específico. ¿Cómo? ¿Con rosas o con bombones? No, alguno de los dos lo que le parezco. Lo que pasa es que si lo va a escribir con bombones el lugar tiene que ser limpio, no lo va a poner en la vereda. Claro, no lo va a poner en la vereda. No, pero porque ahora venden bombones con formas de letras. ¿Usted se compra? ¿Cómo le va? Quisiera una caja de bombones con las siguientes letras. A ver, dígame. Q... Sí, signo de interrogación tenemos. Bueno, entonces signo de interrogación. Sí. El que va para abajo. Bueno, lo puedo poner como... Lo puedes dar vuelta. Señor, lo da vuelta. ¿Qué quiere? ¿Quiere dos? Una Q, una U, una E, una R, otra E. Pero dígame entonces todo. ¿Cuántas E? Una S, otra S más, agregue. Una E, otra más. Pero ¿cuántas E? Otra R. Sí. Una M, una I. una N, una O, una B, corta, corta. Ah. Una I y una A. ¿Querés ser mi novia? Claro, ¿querés ser mi novia? Ah, y agrégueme un signo de interrogación, otro... Sí, bueno. Pero ya tenemos carteles que dicen, ¿querés ser mi novia? No, pero yo lo quiero escribir con momones, señor. Sí, pero puede ser momones o, si quiere, puede hacerle una torta. ¿Una tonta? Una torta. Que pregunta, ¿querés ser mi novia? Y entonces está el noviecito, le hace momonieco. Ah, a ver, ¿por qué no me lo muestra? Mire. ¿Ese es el muñeco? ¡No, señor este! Ah. ¿No ves que tiene los brazos abiertos como diciendo dale? Ya, pero no se parece a mí. Bueno, pero es un genérico de novios. Es un muñequito rubio, yo soy morocho. Bueno, se lo podemos pintar, le damos una manito. Hágame el favor. Sí, sí, sí, se lo podemos pintar. Bueno, eh... si tienes confianza suficiente con su familia, ¿cómo voy a tener confianza con la familia de alguien que no es mi novia? Ni con la familia de mi novia tengo confianza. No, pero cuidado, por ahí conoce a la familia. Pero por eso, usted conoce a la familia porque es un primo lejano. No soy un primo lejano. Miren si me voy a poner el novio con una prima. Usted puede no conocer a mis primas. o es un vecino o alguien que no conoce la familia y usted quiere intimar con la familia. O su amigo. Es clásico el... Tiene razón. El enamoramiento de la hermana del amigo. Usted puede tener alguna relación con la típa, pero una relación que todavía es exterior, parece familiar, parecen amistosa y usted en realidad lo que quiere es que acá entre nosotros, que tal, somos gente grande, que quiere es... Dígalo. Y hacer con él. Bueno, bueno, bueno. Tanto Prolegó me la pasa. Dice, bueno, mientras ella no está en casa, entra a su cuarto. Pero tiene más intimidad que con... Tiene más intimidad que yo con cualquier novia. Sí. Entré a su cuen... Tuve novia años, nunca entré a su cuarto. Claro. Ni a su casa. Es más, trataba de no pasar. Rubén. ¿Qué haces en mi pieza? Ay, disculpame. Con una bomba charroja en la mano. Sí, la está oliendo. y unos bombones, se me va a poner en el cajón y se me reventó uno que es de licor. Es raro que te metas en mi habitación. ¿Viniste hace un rato? ¿Te abrieron mis padres? Bueno, mira, yo lo que quería era darte este mensaje. Sí. ¿Qué dice? Que no... ¿Cómo que no? Que no res vianome. Está mal ubicada en las letras. Sí, para un poco, a ver. Pero... Es el Scrabble, está jugando el Scrabble. Bueno, además puede sumarle un pequeño afiche con otra galería de fotos. Qué pesado que es. Siempre foto con las cosas que no hemos vivido. Es insoportable, señor. Lo que puede ser unas fotos, digamos, de otras personas X. Sí. Sugerentes. No. Sugerentes. Y le dice, mirad estas personas lo que están haciendo. Bueno, pero... No sé si me interpretas. No, me parece. Incluso un paseo a calle que diga, no sé si me interpretas. No, vale. Bien, dice... Encuesta con un mensaje secreto. Pídeme que, por favor, te ayude a llenar una encuesta que necesitas para un trabajo de investigación y cuya última pregunta sea, ¿querés ser mi novia? Sí, pero cuidado con las preguntas anteriores. Claro, porque las preguntas anteriores por ahí inhabilitan la última. Tiene que ir acercándola. No sé cómo funciona esto. Es muy innovador y divertido eso sí, ya que sólo habrá una opción para decir que no y la demás indicarán el sí. Ah, le haces trampa en una palabra. Si no le hace un verdadero falso. Ah, verdadero, sí. Yo soy el hombre de tu sueño, verdadero o falso. Claro, falso. Falso, ¿qué otra? ¿Tenés ganas de estar conmigo? Falso. ¿No podés más desde el ciego por mí? Falso. Usted lo que tiene que hacer... ¿Qué querés? Usted no tiene que preguntar tanto. Esto no se pregunta. ¿Y qué hace? Porque el informe es todo para bajar. Ya dijimos que no se pregunta. Pero bueno, empezamos por admitir... Usted le posa la mano... ¿Arriba de...? Sí, señor. ¿De qué? Usted le posa la mano... ¿Le esboza o le pasa? ¿Le esboza, le esboza o le pasa? Yo entendí que se la pasaba, ahora se la posa. No, no se la pasa o le esboza. Usted le pone la mano arriba de... No, cambia de verbo cada vez que... Pone, me parece de una ordinaries. Yo prefiero que esboza. ¿La esboza o la esboza? Usted le agarra la mano. Le agarra. Si ella se deja agarrar la mano... Chau. Chau qué? Voy saludando al director del teatro. No, señoría, por favor, estamos hablando informe que es para la comunidad. Si ella no saca la mano, la mano es el peaje de la gran autopista. Eeeh, para, subí la Facebook. No, no, esa frase... Si la mano queda quieta, usted puede ir avanzando. Y si se la saca... Buenas tardes, ¿qué tal? ¿Qué tal, buenas tardes? Acá dice también, esto me gusta, ¿eh? Como idea original. Invítala a comer algo que finalmente revele la pregunta que tanto quieres hacer. Ah. Por ejemplo, empanada. No, esa no es la pregunta. Amada mía, vamos a comer empanada. Mozo, empanada. Sí, sí. No es catimen gastos, esa es la serie. y una de las empanadas tiene dentro un billete, no un billete, un papelito un cartelito que dice, ¿querés ser mi novia? ahora, puede pasar que se la trague la mera o que no le agarre la empanada o que no le toque nada si justo se comió todas las empanadas y dejó una dejó esa no comí, no comí no insista comí, comí o que le toca a usted el papelito claro no, no hay dos platos distintos ah bueno pero conviene tener más de una empanada con el papelito para seguridad pero claro, lo que pasa es que la típa come la primera a ver, querés ser mi novia dice no y después se come otra empanada y vuelve, quiere decirme... ¡Mentos de un cuchillo! ¡Pero cuántos metros me restan los pibes! Esta de candacuchillo. Acá habla de pizza en esto, ¿eh? Bueno. ¿Y dónde la pone la...? También puedes hacerlo con cupcakes. Yes. Que contengan las letras indicadas. Un helado que en la parte interna de la tapa contenga la pregunta. Todo lo que se te acubre, que son muchas cosas, ¿no? Y nada más. Puede ser una propuesta trayera. Lo que pasa que si fue hasta la playa con usted y usted no se dio cuenta si quiere ser su novia. ¡Pueda! Pero déjame... Arriba del mégano, desnudo los dos. Y usted le escribe con el dedo en la arena. En el minuto. Y ella con el dedo del pie le dice... Ya lo ves. Me vine hasta San Clemente una semana con vos a la misma habitación del hotel, todo y preguntaste a tu papá. Y finalmente en una fiesta de karaoke, una canción, invitarla a cantar y hacer un dúo, pero usted tiene que cantar. Sí, no, pero el karaoke no hace falta cantar, canta arriba de un... es un juego. ¿Pero qué? ¿Le canto una canción que se llama Querés ser mi novia? Claro, tienes que encontrar un tema que pregunte eso. Claro. Hay un tema, hay un bolero que dice, somos novios... ¡Pero ya son! ¿Quieres ser mi novia? ¿Querés ser mi novia? ¡Lindo! ¿Querés ser mi novia? ¡No es raro! ¿Querés ser mi novia? Quere ser mi novia, mi amor Decime que sí ¡Qué mecha! Creo que es momento de la música en serio. Señores, vamos a hacer una breve pausa para dar comienzo al bailongo. Muy bien. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com. Pasión por el podcast.