Exclusivas de La Gaceta
En poco más de una semana se produjeron en Tucumán una serie de hechos que a simple vista no poseen relación entre sí, pero que si miramos más allá de la superficie pueden revelarnos algunos hilos invisibles que los vinculan y que muestran los distintos rostros de una sociedad perpleja y fragmentada.El viernes pasado se realizó la final del concurso “Enseñame Tucumán” que organizaron LA GACETA y el Ministerio de Educación de la provincia para reconocer y premiar con un viaje a los estudiantes que lograran superar una serie de instancias de preguntas y respuestas sobre cultura general. Las tres parejas finalistas fueron integradas por alumnos de escuelas de Monteros, lo cual no es un dato menor. Esta ciudad, convertida en villa en 1860 por un decreto de Marcos Paz, ha sido cuna de intelectuales, de dirigentes políticos, de guerreros de la Independencia y de industriales de lucidez indiscutible. De algún modo, este certamen televisivo puede funcionar como un recordatorio para que no olvidemos que el ombliguismo siempre es peligroso: fuera de los límites del Gran Tucumán también ocurren cosas muy relevantes que no deberíamos perder de vista.Monteros en lo más alto: “Cualquier tucumano puede hacer historia si se lo propone”El segundo hecho sucedió unas horas antes de este concurso que premió el estudio y el saber. Una chica tucumana -una más- decidió quitarse la vida. El suicidio adolescente opera hoy como un fantasma: nos espanta y nos paraliza frente a la perspectiva de que algún día llegue a nuestras familias. Pero rápidamente tendemos a invisibilizarlo. Da la impresión de que frente a estos sucesos optamos por mantenernos en la superficie, en el borde del abismo de la muerte, en vez de ir a las raíces de un fenómeno que ya es mucho más que una sumatoria de casos aislados. Recordemos lo que ocurrió el año pasado en Bella Vista: en sólo tres meses se mataron seis chicos. Ahí no hubo casualidades.¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué fuerzas operan sobre un adolescente para llevarlo hasta el punto de no retorno? ¿Cuál es el rol del bullying en estas dinámicas? ¿Por qué los adultos somos, muchas veces, incapaces de advertir el acoso o -aún más grave- por qué nos empeñamos en minimizarlo repitiendo frases tan decadentes como “en mi época también había bullying y nadie hacía tanto drama”? ¿Además de las adicciones (que suelen aparecer detrás de algunos hechos de este tipo) existen otros factores que interfieren en las redes que deberían contener a los chicos y a las chicas? ¿Cuál es el papel que juegan en todo esto los algoritmos, TikTok, y el “like”?El reino de la soledadHay un informe de la Comisión Social de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que puede darnos algunas pistas. La desconexión colectiva, expresada en la soledad y en el aislamiento, afecta hoy a una de cada seis personas en el mundo. Entre los adolescentes y los adultos jóvenes la tasa es mayor. Si situamos esto en una sociedad empobrecida y sin expectativas de cambios positivos en el corto o en el mediano plazo, como la tucumana, nos vamos a encontrar con un panorama aún más sombrío. Ya existe demasiada evidencia que demuestra que las pantallas y los algoritmos nos están aislando unos de otros, que las comunidades digitales en las que interactuamos no son más que falacias que buscan maquillar un sistema perverso diseñado para mantenernos conectados a distintas plataformas la mayor cantidad de tiempo posible. Que la violencia escolar y el acoso separan a la víctima de sus entornos. Y que si a este escenario le sumamos las drogas, décadas de deterioro cultural y económico, y la falta de perspectivas laborales, el combo se vuelve demasiado enrevesado. Mucho más para la psiquis de un joven que aún no ha desarrollado todos los mecanismos para defenderse.Susana Montaldo: “Ojalá que ‘Enseñame Tucumán’ sea un clásico”Habrá quien se pregunte cuál es la relación entre “Enseñame Tucumán”, que premia el esfuerzo y el estudio, con los suicidios de adolescentes. Claramente, ninguna, pero ambas funcionan como las dos caras de una realidad muy compleja de la que tenemos que hacernos cargo. Urgente.Más allá de las planillasEl miércoles hubo un tercer episodio interesante. Se produjo un encuentro del que participaron empresarios, emprendedores, periodistas y dirigentes religiosos que llevó como título “Esperanza que transforma, liderazgo que humaniza”. Lo organizó ACDE Tucumán y entre los disertantes estuvo Daniel Herrero, que es un ejecutivo de la industria automotriz que se ha vuelto una especie de estrella del mundo empresarial por los resultados que ha logrado en sus operaciones y también porque es un gran motivador que no sólo pone el foco en las planillas de Excel, sino también -y con mucha insistencia- en las personas que trabajan en las organizaciones que ha liderado y que lidera.Herrero hoy es el presidente de Prestige Auto, el importador oficial de vehículos Mercedes Benz en el país y fabricante del utilitario Sprinter. Además, fue presidente de Toyota Argentina desde 2010 hasta 2022 y allí ejecutó un monumental proyecto de inversión de U$S 1.000 millones para expandir la operación y consolidar a la compañía como líder de producción y exportaciones en nuestra república.Encuentro de ACDE: “Para crecer hay que ceder; la gente no quiere que la dirijan, sino que la administren”, afirmó HerreroDurante su presentación, titulada “Innovación, transformación y el valor de las personas”, dejó una serie de conceptos disruptivos que le valieron el aplauso del público varias veces. Y al final expresó una idea que cobra valor si tomamos en cuenta lo que analizamos más arriba: la ruptura de los lazos sociales, la pérdida de la confianza, la búsqueda obsesiva de estímulos carentes de sentido, la soledad, la desesperanza. Herrero argumentó que el secreto de cualquier proyecto exitoso (él habló desde el ámbito de la empresa, pero podemos extrapolarlo a la familia, a la comunidad, a la escuela, a los hijos, a la pareja) está en la empatía, en la escucha, en entender al otro y en saber que en un proyecto todos somos iguales, desde el CEO hasta el último operario.Como dijo Natalio Botana el martes en una conferencia -y este es el cuarto acontecimiento que podemos hilvanar en este texto: “Argentina tiene una capacidad de innovación que puede ser brillante” ¿Y qué hay detrás de la innovación? Individuos. Es tiempo de volver a poner a las personas en el centro. Tal vez, ahí encontramos una salida.