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Exclusivas de La Gaceta

Carlos DuguechAnalista internacionalViene en auxilio de esta columna el título y la propuesta de un libro de una antigüedad que obliga a meditar sobre su razón de ser. “El arte de la guerra”, cuya autoría se consagra a Sun Tzu,| un estratega militar de la China de hace 2.500 años.Su título resulta, en principio, inadecuado en tanto la palabra arte hiende su significado (en el diccionario de la RAE) en dos precisiones. En la segunda acepción, la que predomina: “actividad consistente en crear obras que, mediante recursos principalmente plásticos, visuales, sonoros o literarios que produzcan estimulación estética o intelectual”. El arte de la guerra es un programa guía que orienta sobre la manera de ingresar a un conflicto y emerger luego de él, exitosamente. Sun Tzu, guerrero y, además, filósofo, consagra el sentido de una competición por la fuerza a la vez que precisa el concepto del liderazgo. Y cabe decirlo, ofrece estrategias para el abordaje productivo en ambos aspectos. Si bien sus propuestas se refieren, principalmente, al conflicto militar real, de la lectura profunda de los principios que expone el autor pueden resultar de utilidad en todos los rubros del conflicto. Y además, por extensión, hasta a nivel personal.Victoria sin lucha directaConsagra Tzu un concepto sencillo de expresar, pero que -difícilmente en nuestro tiempo de las acciones guerreras de Rusia y de Israel- pueda ser tenido en cuenta por los líderes respectivos. El pensador chino proponía una gestión por objetivos, muy peculiar. Gran parte de sus enseñanzas giran en torno del concepto de que la forma más ventajosa de ganar es lograr los objetivos sin batallas. Alcanzar este tipo de victoria -sin batallas- supone cinco características de las operaciones militares de éxito: el camino, el clima, el terreno, el liderazgo y la disciplina. El camino se refiere a una relación de armonía entre el gobierno y el pueblo. Si es armonioso habrá un pueblo leal con el gobierno y ello le llegará a estar dispuesto a participar de las acciones militares que su gobierno pudiera encarar. El tiempo, muy ligado a las estaciones y sus características meteorológicas. Propone desechar aquellas que no son adecuadas para una campaña militar. Los inviernos de la Rusia del tiempo de Napoleón sugieren demasiado en este asunto de las estaciones. El terreno indica los factores físicos de los terrenos de la batalla, sus características para los desplazamientos o las retiradas de las tropas. El liderazgo dibuja la sagacidad y competencia del jefe del combate. El líder debe a la vez tener valentía, humanidad y ser severo en su gestión. Y, fundamentalmente, disciplina. Enseña Tzu lo valioso que es conocer, además, estos puntos del propio adversario a enfrentar. Puntualiza a propósito -en una síntesis rigurosa y precisa- cinco conceptos: 1. “Cada batalla se gana antes de pelear”. 2. “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de 100 batallas”. 3. “Toda guerra se basa en el engaño”. 4. “Las oportunidades se multiplican a medida de que se aprovechan” y 5. “En la guerra, el camino es evitar lo fuerte y golpear lo débil”.¿Lo consultaron?Todo indica que no. Cada uno hizo lo suyo. Vladimir Putin, a un país vecino, soberano, ex integrante de la URSS y muy ligado, asimismo, a Rusia, lo invade militarmente. Como si nada. Mejor dicho: como si fuese un enemigo peligroso y desde siempre. Está claro: Rusia, dueña de un asiento desde hace 80 años en el Consejo de Seguridad (CS/ONU), sabía que ese cuerpo no podía resolver nada que lo frenase por aquello del fantasma del “veto” que sobrevuela ese recinto de espléndido diseño -en la sede de Nueva York- desde donde se vela por la “paz y la seguridad internacional”, tales sus responsabilidades y preocupaciones, ¡nada menos!El sexo: arma de espionaje que utilizan China y Rusia para conocer los secretos de Silicon ValleyPara los jóvenes que acceden por error o inicial curiosidad a textos de diarios que se ocupan de esos tristes menesteres de personas uniformadas y armadas, les debe resultar incomprensible que tanta gente -hombres y mujeres- forme parte de muchedumbres lanzadas a una gestión bélica. Y, para más, en las que les va su propia vida como riesgo cierto de perderla. O, en el más optimista de los casos, volver no ya envuelto en mortajas funerarias y con honores, sino como “veteranos” con algunas señas en el cuerpo (y en el espíritu). De amputaciones y/o afecciones por trastornos por estrés postraumático. Un típico universo lo dan los veteranos de Vietnam. De ello la Universidad de Columbia (EEUU) da cuenta en un estudio sobre la incidencia de la exposición en combate experimentada por los veteranos en su salud vueltos del frente bélico. Esa incidencia marca, como ninguna otra causa, el estado de salud de los veteranos. De por vida, tal la conclusión de los estudios científicamente elaborados para visualizar los efectos “residuales” de una guerra (Vietnam) tan lejana territorialmente de los EEUU y tan cuestionada internamente, además de la desaprobación en la mayor parte del contexto mundial.Los ataques de Rusia a Ucrania dejaron entre los civiles más de 14.000 muertos. Y el dato que conmueve cada vez: los niños muertos fueron más de 700, según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.Los “veteranos” de GazaAquí nos apartamos del concepto de la veteranía ligada a los combatientes que lo fueron en algún período de los frentes bélicos. Inauguramos a partir de esta columna un nuevo concepto de la definición de veteranos. Este es el de “veteranos nc”. Son los “veteranos no combatientes, sino víctimas de la guerra en Gaza. Los niños sin padre o madre, o sin padre ni madre, muertos en la gestión guerrera de Israel; los padres sin hijos, algunos o todos víctimas mortales de los bombardeos. Los que ya no tienen ni Norte ni Sur en la devastada Gaza. Veteranos nc sin casa, ni escuela, ni templo, ni hospitales y ni carpas de refugiados. Nada, sino escombros de piedra, cal y arena y de cuerpos humanos vencidos de muerte y desgarros de la carne entre la montaña de ruinas y ruinas. De muertos y muertos. Cifras que alarman: entre 70.000 y 80.000 personas. Una veteranía que afrenta a la Humanidad como la afrentó el mismísimo 7 de octubre de 2023 en el sur israelí. “Carnaval sangriento” que golpeó ferozmente al sistema de seguridad de Israel y a la supremacía enfermiza del primer ministro Benjamin Netanyahu. Autoridad ejecutiva, responsable de la seguridad del estado. Ya se conoce (Revelación pormenorizada del New York Times en su edición del 1/12/2024 que tituló “Israel sabía de los planes de Hamas hace más de un año” todo lo cual está volcado en un archivo de casi 40 páginas denominado en clave “Muro de Jericó”. Impactante revelación. Se abona con ello dirigir contra Netanyahu severas y fundadas acusaciones.“The White House plan”Con la laboriosidad (que no la paciencia) de una tejedora de nuestros valles y el ímpetu calculado de un atleta en salto con garrocha, Trump dibuja “un plan de paz” con el mismo felpón de gruesos trazos con los que firma sus resoluciones y sin pudor exhibe a las cámaras de los periodistas en el Salón Oval. Megalomanía del poder que lo caracteriza como un ícono -peligroso- en los EEUU y en el mundo. Un “plan de negocios” (estilo Trump) - eso se advierte, sin demasiada perspicacia. Al igual que un “plan de paz” necesita congelar los fuegos por parte de Israel. Que lo incumple, cada tanto.La ausenteLa Palestina que una buena parte de la comunidad internacional quiere que se instale como el otro estado derivado de una partición de la Palestina del “mandato” (1947) con fronteras comunes con Israel, “ausente sin aviso”.