El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.
"Babar y el fantasma"
La biblioteca de Julio. Un pódcast de la Fundación Juan March. Un acercamiento a la figura y la obra de Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida.
42. 'Babar y el fantasma'. Laurent de Brunhoff. Random House, Nueva York, 1981.
La Biblioteca de Julio también tiene libros para niños, como este dedicado “Para Carol y Julio, afectuosamente” por su autor. En la cubierta, el famoso elefantito vestido de verde y los suyos avanzan por las oscuras galerías de un castillo; al fondo está el fantasma. Vamos a pensar que este libro, mucho antes de ser catalogado con la signatura BC-L-Bru1, estuvo en la casa de Julio en la rue de Martell, y que cuando venían a casa visitas con niños, nuestro buen bibliotecario les dejaba, para que pasaran un buen ratito, este cuento que dice así…
"Era un día perfecto para ir de excursión. El rey Babar y la reina Celeste prepararon las mochilas de toda la familia y salieron con los niños, Pom, Flora y Alejandro. Pronto Cornelio y La Vieja Dama quisieron descansar. “Babar nos prometió que iríamos al Castillo Negro”, dijo el primo Arturo. “Tenemos mucho tiempo”, dijo La Vieja Dama estirando las piernas. Cuando llegaron al Castillo Negro, estalló una tormenta. El cielo se oscureció y el viento empezó a aullar. Empezaron a caer grandes gotas de lluvia. Arturo se adelantó. “Vayamos al castillo a guarecernos de la lluvia”, exclamó".
'A Cornelio no le parece muy buena idea: “ese castillo parece encantado”, dice. Babar se ríe. “No creerás en fantasmas, ¿no? Encantado o no, vayamos”.'
"Entraron al castillo. De repente, Arturo vio una figura blanca. Apareció y desapareció tan rápido que Arturo dudó si la había visto.
Como no paraba de llover, Babar y Celeste decidieron que se iban a quedar a pasar la noche en el castillo.
“¡Viva!”, gritaron los niños. “¡Podremos ir a explorarlo!” Empezaron a correr por el castillo vacío, por los pasillos oscuros, sobre el suelo chirriante y crujiente. “¡Un fantasma, un fantasma!”, gritaban imitando a Cornelio".
'Se chocan con una armadura, esta cae al suelo y cuando se abre el yelmo sale de su interior un fantasma…'
“¡Un fantasma de verdad!”
'Los niños corren a avisar a Babar y Celeste. “Yo lo dije, este castillo está encantado”, protestó Cornelio. “Vamos, vamos”, dijo Babar. “Los fantasmas no existen. Venga, a dormir. Hemos tenido un día muy largo. Dormiremos todos en esta habitación. Y volveremos a Celesteville mañana por la mañana”.
Pero Arturo, Alejandro, Pom y Flora deciden salir a buscar al fantasma'.
"De repente escucharon una voz profunda: “Buenas noches, soy el Barón Bardula”. ¡El fantasma estaba detrás de ellos! El barón era un fantasma bueno. Les enseñó el castillo a los niños y les contó batallas y aventuras de tiempos lejanos. “Deberías venir a Celesteville con nosotros!”, suplicó Pom. “Bueno, sí, eso sería muy divertido”, dijo el fantasma con una sonrisilla. “Aquí está todo tan tranquilo…”.
'A la mañana siguiente Babar y su comitiva emprenden el regreso a Celesteville… sin saber que el fantasma los acompañaba en el viaje. En casa, Arturo le cuenta a Zéphyr sobre el fantasma que, dice, “Solo los niños podemos ver”.
Y así ocurre. De repente, una jarra de limonada se eleva sola en el aire. El cortacésped corriendo solo por el jardín. Las gafas de Cornelio desaparecen de repente. Un saxofón se toca solo. Los niños, que saben lo que está pasando, se divierten jugando al escondite con el fantasma'.
"“Barón, barón, ¿dónde estás?” De repente estaba, de repente desaparecía. Al final le encontraron en un cajón de un mueble, bien dobladito como una sábana. Entonces se abrió la puerta y apareció Babar. “¿Qué es todo este desbarajuste?”, preguntó".
'Babar se pregunta cómo poner fin a toda esta serie de sucesos extraños, que todavía se van a complicar más cuando aparezca un coche en marcha sin conductor y cuando el fantasma llegue al patio del colegio donde, naturalmente, solo le pueden ver los niños'.
Pero el fantasma sabe cuándo poner fin a su propia aventura en el mundo de los elefantitos vivos. Así se despide:
"Aquella noche, cuando apareció la luna, Bardula le dijo a los niños que volvía a casa. “Lo he pasado de maravilla. Muchas gracias… pero debo admitir que esta vida tan agitada me produce cierto cansancio”. Los niños le dijeron adiós y le rogaron que regresara. “Lo haré, amigos, lo haré”, dijo el fantasma mientras desaparecía en el cielo de la noche".
'Babar y el fantasma' es uno de los más de 70 libros del elefantito, de los que se han vendido millones de copias en más de 150 países. Su creador fue Jean de Brunhoff, que lanzó el primer libro en 1931. Babar gustó desde el principio, y su autor completó cuatro libros más antes de morir de tuberculosis seis años más tarde, a los 37.
Su hijo, el pintor parisino Laurent de Brunhoff, que tenía 12 años cuando murió su padre, y a quien su madre Anne de Brunhoff leía las historias de Babar para dormir, recuperó la serie después de la Segunda Guerra Mundial. Su esposa es Marie-Claude de Brunhoff, que trabaja con Cortázar ocupándose de sus cuestiones editoriales en Estados Unidos. Aquí tenemos el vínculo. Marie-Claude –que co-escribe parte de las aventuras de Babar con su marido– es también amiga de Ugné Karvelis, escritora y diplomática lituana, también editora de Gallimard y compañera sentimental de Julio, representante y divulgadora de su obra en Europa en la época.
¿Pero quien es Babar? ¿Y cómo logró un éxito tan increíble? Se lo vamos a preguntar a Blanca Lacasa, autora infantil –aunque no solo– y lectora del cuento hace unos minutos en este podcast.
Blanca Lacasa: "Yo conocí a Babar en Francia, en París. Yo vivía ahí cuando era pequeña y Babar era un personaje superpopular. Recuerdo que estaban Becassin y Babar. Y Babar estaba en absolutamente todas partes, o sea, estaba en las casas de los niños, estaba en las escuelas, estaba en las librerías, en las bibliotecas... Yo creo que es muy difícil que no te enamore Babar o que no te interese cuando eres niño. Cuando eres adulto creo que también. Pero claro, es que un elefante —que yo creo que ya es una cosa que a los niños les gusta mucho, ¿no? Y vestido. Y con una corona…— era una cosa muy graciosa".
Babar era un elefante, bueno, es un elefante que va vestido y digamos que tiene costumbres de humanos, y vive en una ciudad. Entonces, bueno, yo creo que esa es parte del encanto, que es muy curioso y muy gracioso ver a un animal… Yo creo que los animales vestidos en general a los niños siempre les gusta mucho, ¿no? Pero yo creo que un elefante es aún más gracioso, porque un elefante es muy grande. Entonces, vestido es como que llama mucho la atención y es muy… es muy entrañable, ¿no?"
Y además es rey…
"Bueno, yo creo que es curioso, porque claro, es un personaje francés, que se supone que no son monárquicos, ¿no? Mataron a gente para no tener rey, entonces es una cosa curiosa, ¿no? Yo creo que entronca mucho con el imaginario infantil de aquella época, ¿no? Que parecía que todavía había reyes, castillos, princesas… No creo que responda tanto algo monárquico, como lo queremos ver a lo mejor ahora, ¿no?, sino a esa cosa de los cuentos de hadas. En los cuentos de hadas siempre había reyes, siempre había príncipes, siempre había princesas. Que ahora nos parezca antiguo y que probablemente lo sea, pues sí, pero es que creo que no responde a una especie de sentido monárquico de la vida ni de la jerarquía, ¿no? Yo creo que es una cosa más… bueno, pues una especie de orden humano trasladado. También se dice que el león es el rey de la selva, ¿no? O sea, te quiero decir, creo que es algo que está un poco en el imaginario colectivo".
Sea como sea, parecería que hay mucho de la ilustración europea en la vida de Babar y en lo que le rodea: es culto, burgués, amante del arte… de las buenas costumbres.
"Yo creo que Barbar tiene toda esa cosa efectivamente de la ilustración, de las buenas maneras, de la educación, pero es que yo creo que eso es muy francés, muy francés, o sea, yo creo que es un personaje extremadamente francés y obviamente de la burguesía francesa, ¿no? Pero es que es algo muy francés, es que yo creo que esa cosa con la cultura, con los buenos modales, con la ropa, ¿no? Creo que en el primer libro de Babar es cuando dice, cuando el elefantito llega a la ciudad y ve cómo va todo el mundo vestido, dice, “Ah, yo también quiero ir bien vestido”, y lo primero que hace es ir a unas galerías –que todo apunta que son las Galeries La Fayette–… creo que es algo muy francés. Eh, esa cosa con el lujo, con lo bonito, con la buena vida, ¿no? Que ha trascendido y además yo creo que todo el mundo cuando pensamos en Francia pensamos en eso, o sea, yo creo que la cultura francesa se ha encargado de venderse a sí misma como eso. Y yo creo que en ese sentido Babar representa y encarna toda esa especie de buena cultura francesa, ¿no? Por buena me refiero a de calidad alta, lujosa, aspiracional también un poco".
Babar, aún tan específicamente galo, es global. ¿Cómo se construye un personaje infantil de semejante éxito?
"Yo creo que la construcción de los personajes infantiles es muy misteriosa y creo que ahí está la magia, sinceramente. Creo que hay veces que hay quien piensa que esto funciona con una fórmula o incluso quien… como pues no sé, editores o escritores, ¿no? que se intentan acercar a este género desde la fórmula y creo que es un error y es un fracaso. Yo creo que hay algo mágico ahí e inexplicable. O sea, obviamente creo que los animales para los niños tienen muchas bazas de conectar con ellos, ¿no? Yo creo que hay un universo ahí eh bueno, que de repente se crea un vínculo casi instantáneo. Pero luego es muy difícil. Yo creo que para escribir y para crear personajes para niños, yo creo que tienes que entender el universo o tienes que conectar de una manera muy racional con ellos, ¿no? Es que creo que es imposible explicarlo y que creo que quien pueda explicarlo igual no lo está haciendo bien".
“Otro aspecto significativo”, escribe la escritora americana Alison Lurie en el capítulo dedicado a Babar de su ensayo 'Niños y niñas eternamente. Los clásicos infantiles desde Cenicienta hasta Harry Potter', es que "representa a una familia feliz que habita en un mundo casi perfecto”. Nos preguntamos si, como sucede en la literatura para adultos, la literatura infantil está atravesada por el conflicto, y si lo hay, si es un conflicto muy lejano al nuestro...
"Yo creo que la literatura infantil sí puede haber conflictos y los hay, de hecho, muchas veces, o sea, a ver, yo creo que Babar empieza con el superconflicto. O sea, y además de una manera desde mi punto de vista muy cruenta, ¿no? Lo recordamos, está el elefantito, digamos que en la jungla con su madre, ¿no? Y hay un cazador que mata a la madre. Pero además la mata… es una secuencia y lo solventa el autor en exactamente no sé si son tres frases. Y de repente, no contento con eso, el cazador mata a la madre y va corriendo para capturar también a Babar, al elefantito pequeño, ¿no? Y ahí es cuando Babar huye de ese cazador malévolo y aparece en la ciudad, ¿no? Eh, entonces me parece que… El punto de inicio me parece muy cruel y muy bestia. Te está enfrentando a una cosa muy 'heavy' para un niño que es la muerte de una madre. Y además es curioso, a mí es una cosa de Babar que siempre me ha llamado mucho la atención, porque digamos que el primer acercamiento o la primera aparición de la civilización es una barbaridad. Es un hombre blanco metiéndose en la jungla para destrozar una familia y destrozar digamos un ecosistema y entrar como un elefante en una cacharrería, ¿no? Valga el chiste. Y sin embargo, luego, cuando Babar va la civilización, él, sin embargo, sí se acopla y se muestra absolutamente maravillado, hipnotizado por lo que ve allí, por las costumbres de los humanos. Entonces, eso también me parece interesante porque ha habido muchas críticas luego, creo que razonables y que tienen sentido, sobre todo ese tema del colonialismo, etcétera, ¿no?".
En su libro de 1995 'Should We Burn Babar?', ¿Deberíamos quemar a Babar?, el escritor y pedagogo estadounidense Herbert Kohl hace una crítica del personaje argumentando que sus historias reflejan y refuerzan una visión colonialista y eurocéntrica del mundo. Kohl señala que esta historia es una metáfora del colonialismo, donde los colonizados son “mejorados” por la educación y la cultura de los colonizadores.
Más severa aún es la acusación del activista de los derechos humanos Ariel Dorfman, quien afirma que Babar es el primitivo africano que adopta los modos europeos y regresa a su tierra para “construir una utopía con el apoyo y la determinación de sus hermanos indígenas”.
"La frase que… o sea el texto que acompaña, digamos, que es ese acto absolutamente villano y cruel es muy sintético y muy directo, ¿no? “El cazador mata a la mamá, el mono se esconde, los pájaros huyen. El cazador corre hacia Babar”. A mí esto me parece bastante cruel, digamos, y muy poco suave para un niño, que eso también me gusta. Todo ese universo que luego sí que se puede ver un poco azucarado, en el que hay pocos conflictos, siempre hay algún conflicto menor: pues de repente van a un sitio y se encuentran con un fantasma o de repente van en globo me parece y el globo pues se empieza a deshinchar y les deja tirados no sé dónde, si mal no recuerdo. Pero bueno, hay algo como que Babar tiene suerte, es una especie de elefante de la suerte casi, ¿no? Y eso a mí, hm, o sea, me parece interesante, ¿no?".
Un elefante de la suerte. Como Ganesha, el dios hindú con cabeza de elefante, símbolo de prosperidad y éxito. En la mitología hindú, Ganesha es el Vighnaharta (el que elimina los obstáculos), por lo que se le invoca antes de comenzar proyectos, negocios o viajes. Su gran cabeza simboliza el conocimiento y la claridad mental, ayudando a tomar buenas decisiones. Su barriga redonda representa abundancia y la satisfacción con la vida. Y su postura tranquila enseña a ser paciente y sabio en tiempos difíciles.
Quizá los niños pasan por alto todos esos descuidos –hoy tan políticamente incorrectos y revisados como los de Roahl Dall, los hermanos Grimm, Perrault o Andersen– y por eso siguen, tantos años después, disfrutando de las vivificantes, pero también controvertidas, aventuras de Babar.
Acabas de escuchar “La biblioteca de Julio”, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico y música: Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional: banda sonora original de Babar, Subbulakshmi Radha Viswanathan y Raffel Plana. Lectura y apuntes sobre Babar: Blanca Lacasa. Concepto, guión y voz: Bruno Galindo.