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Diccionario sonoro que recoge los nombres, historias y lugares protagonistas de la emocionante aventura que representa la música contemporánea desde su creación a la actualidad. Más información: march.es/contemporanea
Música electrónica
Es la música creada y producida utilizando instrumentos electrónicos, electromecánicos y digitales, y tecnología basada en circuitos.
Instrumentos mecánicos ya existen en el medievo y el Renacimiento. Como el "Decadeordon Naturae" de Athanasius Kircher en el siglo XVI. El Denis D'or o "Golden Dionysus", construido por el teólogo checo y pionero de la investigación eléctrica Václav Prokop Diviš en 1748, con capacidad de imitar los sonidos del viento y los instrumentos de cuerda. El telharmonium, de siete toneladas, creado en 1897 por Thadeus Cahill con la idea de sonar en hoteles, restaurantes, teatros y hogares a través de la línea telefónica. El eterófono de Leon Thermin, creado en 1920 en la Rusia de Lenin. ¿Desde donde contar una historia tan extensa, discontinua y compleja? Cuesta saber quién pone la primera piedra. Con toda seguridad, nadie es consciente de hacerlo.
El pintor y poeta futurista Luigi Russolo, sin formación previa en el campo de la acústica, la composición o la ingeniería, crea sus máquinas de hacer ruido, los Intonarumori, en 1910. Su invento llega acompañado de estas líneas: “es preciso reemplazar la restringida variedad de timbres de los instrumentos orquestales por la variedad infinita de timbres obtenidos a través de mecanismos especiales”. La primera de estas máquinas es el Explosionador (‘explosionatore’), dispositivo que con la sucesión automática de diez notas completas, emula el sonido de un motor.
Por apresurada que sea la narración de este recuento hay que hacer parada, como casi siempre, en Pierre Schaefer y Pierre Henry y su música concreta, que descubre el potencial creativo del estudio de grabación. Ellos vuelven inconcebible la nueva creación sin la presencia de dispositivos eléctricos. De días cercanos, mediado el siglo XX, data la música electroacústica, que sustituye los sonidos “concretos” obtenidos de fuentes naturales por otros sintetizados electrónicamente. Es momento de mencionar, también como casi siempre, a Karlheinz Stockhausen. Al maestro alemán se deben las primeras obras puramente electrónicas: sus ‘Studien’ número I y II y ‘Gesang der Jüngline’, ambas de 1953. La ‘elektronische musik’ ya es una realidad.
La atención se desplaza hasta Estados Unidos, donde en 1939 John Cage publica su composición ‘Imaginary Landscape Nº1’, donde en 1952, Raymond Scott ¬–genio que a menudo queda fuera de la electrónica por provenir del jazz– inventa el clavivox.
Pero vamos a 1965, año en que los sintetizadores Moog se vuelven objetos de consumo masivo. A 1966, año de la comercialización de los modulares Buchla Serie 100, encargo original del compositor Morton Subtonick, autor del primer disco enteramente electrónico, ‘Silver apples of the moon’, de 1967. De estos inventos –y de sus ulteriores implementaciones japonesas– se beneficia la música progresiva, de pulso rock y con nombres como los de Keith Emerson o Pink Floyd entre sus filas.
Volviendo a Europa, Alemania recoge el testigo de la música electroacústica en forma de krautrock, rock experimental de marcado ADN electrónico y progresivo, desarrollado desde finales de los 60 en la República Federal Alemana. Bandas como Can, Tangerine Dream, Popul Vuh, Ashra Tempel o Neu! dan forma al magma del que surge la que, con toda seguridad, fue y es la banda electrónica más popular, influyente y longeva de todos los tiempos: Kraftwerk.
Resulta obvio decir a estas alturas que el desarrollo de la música electrónica corre parejo al tecnológico. Es determinante, en todo caso, señalar que la carrera de la computación lo marca todo. Compositores como Iannis Xenakis llevan tiempo trabajando en ello. El rumano es creador de programas como el UPIC, que, al funcionar a través de una interfaz gráfica –en la que el usuario dibuja y que después es leída y sintetizada por la computadora–, marca la diferencia en cuanto a programas musicales.
‘New age’, ‘ambient’, ‘synth pop’, ‘electronic dance music’, ‘house’, ‘techno’… en las décadas venideras se suceden las músicas que encarnan la electrónica, a veces con medios técnicos exclusivos del género, a veces en fusión con otras músicas, derivando siempre en corrientes nuevas que permean en la cultura popular. La electrónica es el todo y la parte. Tal es su poder cohesionador que una ingente cantidad de músicas contemporáneas es, en mayor o menor medida, electrónica.
El nuevo milenio está fuertemente marcado por la invención y mayor accesibilidad de la tecnología informática y el software musical. No solo se introducen múltiples innovaciones tecnológicas; también surgen en el mercado productos relevantes como la estación de trabajo de audio digital DAW (Digital Audio Workstation), la misma herramienta de producción con la que está grabada esta serie de podcasts.
Nacido en Massachusetts en 1973, Keith Fullerton Whitman, es una de las principales figuras de la escena de los sintetizadores modulares. Con más de una veintena de álbumes publicados desde los años noventa (muchos de ellos bajo el seudónimo de Hrvatski), destaca por su proyecto iniciado en 2010 The Generators, exploración profunda del sonido analógico y la síntesis modular en vivo. Con su escucha cerramos este episodio de Contemporánea.