Notas con audio

¿Qué es Notas con audio?

Exclusivas de La Gaceta

Quién hubiera imaginado que Javier Milei llegara a las elecciones de medio término reclamando un tercio de la composición parlamentaria como meta electoral para el domingo que viene. El presidente de la Nación y cara visible de La Libertad Avanza afronta los comicios con más respaldo en Estados Unidos que en la Argentina. La economía no fue el “driver” esperado para impulsar una elección que, desde el principio, el propio Milei se encargó de nacionalizarla y que ahora encuentra, en esa instancia, un obstáculo político para plasmar sus ideas libertarias. Los escándalos por presuntos hechos de corrupción minaron aún más la campaña oficialista. Hoy el jefe de Estado se encuentra a la defensiva, peleando en todos los frentes. El dólar es el contrincante más letal para sus ambiciones. Ni siquiera con la artillería financiera pesada que Donald Trump le puso a disposición logra que la divisa estadounidense se coloque muy cerca del límite superior de la banda de flotación cambiaria. Eso también es un problema para el resto de los argentinos. Tarde o temprano, eso se traduce a precios. En otras palabras, más inflación.Javier Milei: "Estamos en un momento bisagra de la historia argentina"La ayuda norteamericana no es gratis. Se habla de posicionamiento geopolítico frente a la invasión china, pero la letra chica del acuerdo aún no aparece. Algunos consideran que, detrás de la asistencia, hay una idea de dolarización que, entre otras consecuencias, podría poner freno a las inversiones del gigante asiático en esta parte del continente. Milei, en ese sentido, logró que Trump ponga la plata a disposición y del anuncio pasa a los hechos concretos. Mirando más allá de octubre, el Gobierno deberá abordar tareas que exceden la ayuda de Estados Unidos, puntualiza el último reporte de Ecolatina.En el plano político, deberá construir una gobernabilidad que le permita fortalecer el sendero fiscal y despeje el camino hacia las reformas que demanda la consolidación del esquema económico.En el plano económico, la tarea será robustecer las reservas del Banco Central y dirigirse a un esquema cambiario-monetario compatible con la actividad económica. Si esto se logra, la ayuda externa dejará de ser vista como un rescate y pasará a ser una aliada estratégica del programa.En el plano netamente legislativo, las cosas no pintan color de rosa. La discusión del proyecto de Presupuesto 2026 puede implicar un sinfín de concesiones con el fin de calmar los ánimos de los gobernadores. Todos quieren más obras; muchos planean la continuidad en el cargo más allá de 2027. Y, sin dinero, eso es una meta poco probable. De la misma manera que la institucionalidad de la gestión mileísta requiere del respaldo y del acompañamiento de las provincias. Sin ellas, no hay futuro. Así, el horizonte para encarar las reformas de fondo en materia laboral, previsional e impositiva se complica. El consenso cotiza más que las acciones en la Bolsa. Lograrlo sería como un triunfo para Milei. En medio de todo este escenario, lo bueno para la Casa Rosada es que la dispersión de voluntades no permite reconstituir lo que fue la Liga de Gobernadores.Javier Milei ratificó que habrá cambios en su Gabinete tras las elecciones del 26 de octubreNadie sabe si Milei se sentará a negociar desde el lunes 27, una vez que se conozca el resultado electoral. Ni siquiera Mauricio Macri, que prometió sentarse con el Presidente a dialogar apenar se cierre la contienda. Mucho menos se sabe qué harán los gobernadores. Un sondeo de Zuban Córdoba y Asociados estima un escenario de cuatro a cinco provincias en las que LLA puede ganar, mientras que en las 19 o 20 restantes no correrá con la misma suerte, ya que en 13 de ellas gobierna el peronismo y el resto por movimientos provinciales. Hoy un triunfo para la Rosada es conseguir desde un 35% hacia arriba de votantes nacionales, con una acotada brecha de diferencia respecto del PJ en Buenos Aires, que garantice más bancas en el Congreso. El mercado, mientras tanto, sólo reclama gobernabilidad y acuerdos entre los sectores en pugna para darle estabilidad al plan económico nacional.EncrucijadaSegún el analista político Gustavo Córdoba, los mandatarios provinciales se encuentran en una encrucijada. Más aún, aquellos que integran el bloque Provincias Unidas. En ese diagnóstico, el politólogo observa que el cordobés Martín Llaryora puede salir airoso de la compulsa del domingo, al igual que el jujeño Carlos Sadir. El correntino Gustavo Valdés, a su vez, puede obtener la contundencia del resultado que, por ejemplo, espera el tucumano Osvaldo Jaldo, es decir, más del 50% del respaldo popular. Más comprometidas son las situaciones del chubutense Ignacio Torres y del santafesino Maximiliano Pullaro. “Si se pega a Milei, pueden perder todo lo que están construyendo como alternativa para 2027”, subraya Córdoba.Osvaldo Jaldo respaldó el conteo por distrito y pidió respetar el carácter federal del paísJaldo, en tanto, aguarda con tranquilidad el resultado del domingo. Su relación con Milei se mantiene inalterable. Y eso se observó el mismo sábado, cuando el Presidente dejó en claro que el tranqueño no forma parte de sus insultos, sino que está más incluido en sus oraciones, a pesar de que el tucumano le dijo que estaba dispuesto a usar la tijera para cortarle la peluca. “Absolutamente terminada la pirotecnia electoral, después las cosas vuelven a su cauce. Este es un año electoral y estas cosas pasan. O sea, yo no me tomo lo que pase en un año electoral y los excesos verbales como algo personal. Digo, yo ya he visto cómo funciona la política”, declaró el jefe de Estado nacional. El mandatario provincial, no obstante, pone el acento en el punto más débil de la administración central: la economía. Recuerda que los argentinos tienden a cubrirse con el dólar y afirma que es llamativo que los Estados Unidos compren pesos a cambio de nada. Y hasta se animó a hablar sobre el diagnóstico que Donald Trump ha dado respecto de la salud económica argentina (“el país está peleando por su vida; se está muriendo”, indicó el republicano). “Sí tenemos problemas económicos, sí tenemos gente que las pasa mal. Ahora, de ahí a que la Argentina se esté muriendo, para nada, coincidimos con esos conceptos”, fundamentó el gobernador.Mientras tanto, Jaldo ya piensa en lo que será el segundo tramo de su mandato. La habilitación de las obras en el aeropuerto Benjamín Matienzo es una suerte de “prueba de amor” de la Casa Rosada que, probablemente, continuará con dos o tres proyectos emblemáticos que quedarán como legado del jaldismo. Los salarios estatales están garantizados hasta fin de año. El Fondo Anticíclico está secándose, mientras la recaudación de impuestos provinciales no deja de sentir la falta de actividad económica.¿Cambios en el gabinete? Es una incógnita saber qué sucederá, pero los habrá antes de que finalice el año. Jaldo maneja sus tiempos. Puede ser la semana que viene, cuando cumpla dos años de gestión o antes del 10 de diciembre. Mientras tanto, esperará sentado el mismo domingo en su despacho de la Casa de Gobierno con planillas en mano para saber cómo funcionó el aparato justicialista en el territorio. Ese es otro factor que puede acelerar decisiones institucionales y políticas.