La Biblioteca del Patio

¿Puede Arsenio Lupin explicar la obra de Nacho Vigalondo? En este episodio, nos adentramos junto al director en los laberintos narrativos y éticos de "La aguja hueca", la novela de Maurice Leblanc que marcó su forma de entender la ficción, la identidad y la creación artística. 

What is La Biblioteca del Patio?

El escritor Sergio del Molino conduce esta serie de conversaciones literarias en la Biblioteca del Patio de la Fundación Juan March. Nueve figuras de la escena cultural española —músicos, escritores, cineastas, modistas— escogen un libro de entre nuestras estanterías: aquel que les inició en la lectura, inspiró su vocación o definió su vínculo con la literatura. Desde Galdós hasta Tintín, pasando por Chesterton, Michael Ende o Jack Kerouac, los invitados de la Biblioteca del Patio se retratan como lectores a través de sus autores de cabecera.

Sergio del Molino:

A lo largo de las conversaciones que hemos tenido en la biblioteca del patio, hemos hablado del amor, de la infancia, de la adolescencia, del deseo de salir, del pasiones que nos conforman como individuos, pero todavía no habíamos hablado de cómo el germen de una lectura adolescente o juvenil puede transformarse luego en todo un mundo estético. Nacho Vigalondo nos viene a hablar de la aguja hueca, la primera novela en la que sale el famosísimo personaje Arsen Lupin, el malvado, el falto más, el malvado simpático, un ladrón que va que es muy escurridizo y que se va escondiendo y disfrazando y cambiando de carácter en cada novela y a lo largo de cada de cada aventura, de una forma en apariencia trivial, pero que Nacho nos va a descubrir que, en realidad, contiene muchísimas capas de lectura y puede ser la semilla que luego florezca en un mundo frondoso, rico en ambigüedades y en inconcreciones. Con Nacho cerramos esta primera temporada de la biblioteca del Patio. Soy Sergio del Morino y estoy en la Fundación Marc. Nacho Vigalondo, qué gusto.

Nacho Vigalondo:

¿Qué tal, Sergio del Molino?

Sergio del Molino:

En la biblioteca del Patio, qué bien, qué maravilla. Además, para para demostrar que los directores de cine también leéis.

Nacho Vigalondo:

Sí. No todos.

Sergio del Molino:

No todos. No todos.

Nacho Vigalondo:

No, y de hecho y de hecho, yo con el escritor Rubén Rubén Lardín, tuve una conversación frecuente, y es que él escandaliza, no tanto que no leamos los directores con frecuencia, sino que no seamos especialmente específicamente lectores de cómic.

Nacho Vigalondo:

qué? Muy pocos directores demuestran o presumen de haber leído cómic o de leer.

Sergio del Molino:

Pero tú sí lees cómic.

Nacho Vigalondo:

Sí.

Sergio del Molino:

Mucho.

Nacho Vigalondo:

Pero tengo que confesar que toda mi vida ha consistido en una batalla contra mis problemas a la hora de leer de leer prosa.

Sergio del Molino:

¿Qué problemas tienes a la hora de leer prosa?

Nacho Vigalondo:

El, les pongo nombre ahora, ahora ahora puedo ponerle nombre, ¿no? Gracias a esta a esta posibilidad de diagnosticarnos o de que nos diagnostiquen y que ya tengamos la bandera puesta.

Sergio del Molino:

Gracias a que cualquier pequeña rareza nuestra está catalogada Está

Nacho Vigalondo:

catalogada, sí, sí.

Sergio del Molino:

Un sitio, claro.

Nacho Vigalondo:

A veces para mal y a veces para bien, porque yo he tenido muchos complejos y he tenido muchas muchas culpas ya como instaladas, que desde el diagnóstico, pues se lleva mucho mejor. Entonces, yo yo sigo siempre un caso de manual de de TDAH, de trastorno de déficit, de atención e hiperactividad. Pero siempre he sido un fanático, un obseso de la ficción, por encima incluso de la lectura. O sea, siempre va, para mí la ficción ha sido la válvula de escape, ha sido la tabla de de salvación, cuántas más expresiones se pueden utilizar similares a esta. Y aparte, yo represento también a a esa posibilidad de de la persona adicta a la ficción en un pueblo de España, de provincias, en los tempranos años 80, claro, que estás como como burgando en en los rincones, debajo de las piedras, a ver qué encuentras.

Nacho Vigalondo:

Y siempre me ha costado leer, pero pero siempre he triunfado, en cierta manera. Tengo la casa llena de libros. Pero en el año 2017, más o menos, sufrí por, además no no de forma, no por no por cuestiones crónicas, sino por los vaivenes de la vida, sufrí una depresión de caballos, o sea, estuve deprimido como una seta durante durante un par de años, más o menos, y desde entonces estoy como intentando reconquistar territorio. Entonces, me cuesta muchísimo, pero estoy en ello.

Sergio del Molino:

Y te ayuda libros como como este que hemos traído, la aguja hueca. La aguja hueca, sí. Que yo, te confieso, yo nunca había leído a Arseniorupín, porque pensaba que no era para mí, de verdad. Pensaba que era una especie de réplica francesa de ser los Holmes, que eran resolver enigmas y unas novelitas así como muy de quiosco, y que además estaban ya un poco de mudé, ¿no? Que decir, bueno, bueno, pues, si ya Sherlock Holmes ya me aburre hasta cierto punto, o sea, el propio Sherlock Holmes, el el equivalente francés me tiene que aburrir todavía más,

Sergio del Molino:

encima ni siquiera tiene ese esa elegancia inglesa, ¿no? Es una cosa más más pedestre. Y te agradezco mucho haberte tenido la ocasión de poder leer esta lectura. Te agradezco mucho, porque de verdad me lo he pasado pipa.

Nacho Vigalondo:

Claro, hay una cosa, hay hay algo hay algo que a veces tienes que replantearte cuando cuando tienes cuando tienes tu infancia, ¿no? A la vista, en el recuerdo, y dices, de todas las cosas que consumí por aquel entonces, de todas las cosas que llegaron a mí, ¿cuántas sobreviven al paso del tiempo? Al paso del tiempo me refiero a mí mismo de adulto, porque gran parte de las cosas que tú leías de niño y que considerabas parte del canon obligatorio, pues muchas mueren por el camino. Yo no he vuelto a intentar leer a Emilio Salgari, por ejemplo, ¿no? Llegó un momento en que alguien decidió que Emilio Salgari era literatura juvenil, en el mismo saco de Julio Verne, el mismo saco de Garland Poe.

Sergio del Molino:

No, pero ellos estaban

Nacho Vigalondo:

Habrá que preguntarse quién decidía qué Eso

Sergio del Molino:

era Arturo Pérez Reverte y Sabio Javier Marías, que volvían una y otra vez a Miros Algari, no salieron nunca de ahí.

Nacho Vigalondo:

Sí, sí, es verdad, es verdad que siempre descubrió hace poco que se suicidó, hace poco el Sepulkl.

Sergio del Molino:

Sí, claro,

Nacho Vigalondo:

qué fuerte.

Sergio del Molino:

En Turín, decía en

Nacho Vigalondo:

Turín se suicidaba mucho la gente.

Sergio del Molino:

Sí, por lo visto, hay una tradición de escritores suicidas en Turín. Está Primolevi, está Pabese, está Salgari, el mundo de Sí, sí, por lo visto, en Turín llegó un momento en el que la gente se suicida, en verano casi siempre.

Nacho Vigalondo:

Es como el puente Escocia donde se tiran los perros, entonces.

Sergio del Molino:

En verano, en verano, la ciudad se debe quedar muy vacía y la gente llama, como le pasó a Pavis, empieza a llamar a sus ex novias y sus amigos, nadie estaba, nadie se podía poner y entonces se se suicidó.

Nacho Vigalondo:

Si yo fuera si yo fuera un escritor de ese perfil, de repente llamaría a todos mis amigos y a mis ex novias para que se preocuparan por mí. Aunque no tuviera intenciones de suicidarme para

Sergio del Molino:

Pero entonces pero entonces no podías dejar WhatsApp. Llamabas y te salía contestador. Entonces, no había forma de hacer sentir culpable a nadie

Nacho Vigalondo:

sobre tu soledad.

Sergio del Molino:

Ya te he encontrado. Pero bueno, Arseni Urrupin, Maurice LeBlanc escribe Esta es una de las primeras aventuras de de de Arsene Europin, que eso, que fue un exitazo.

Nacho Vigalondo:

Es la primera novela, como tal.

Sergio del Molino:

La primera novela, porque antes salía en otros textos, pero la primera novela es esta, ¿no? La primera novela donde aparece al señor Lupin.

Nacho Vigalondo:

Es la primera novela seriada, por supuesto. Es del, creo que es del 1909, cuando se explica más o menos.

Sergio del Molino:

Sí, pero la primera vez que aparece personajes en el 5, creo, o sea, que es 1900.

Nacho Vigalondo:

Sí, y él había publicado datos cortos, y eso es una de las cosas que yo no sabía cuando leí de niño a a Maurice Leblan. Lo que en Maurice Leblanc yo le leí de niño la novela que estaba, bueno, la novela más fácil de encontrar era el tapón de cristal, que lo había editado Anaya, que era tus libros, de un diseño precioso. Y yo había leído esto, ya había leído, ya había leído cosas que luego no han conseguido interesarme, pero pero en el esfuerzo por volver a engancharme a la lectura de la, o haciendo trampas, cuando volvía a a Amory Leblanc, me di cuenta de que de que no solamente la sensación la sensación de la la trampa, todas las todas las técnicas que utiliza la Bella Mysterio para picarte estaban vivas y estaban en perfecto funcionamiento, sino que de repente encontraba encontraba cosas que no había podido detectar en su momento, que me hacían, hacían que este escritor no dejara de crecerle.

Sergio del Molino:

Antes que me cuentes las que encontrabas. Arcinolopin es el es el malo

Nacho Vigalondo:

Es el malo, es malo.

Sergio del Molino:

Malo. Pero es el bueno también. O sea, es el que atrae, porque es un una especie de santo más también, es un ladrón, un pícaro al que hay que buscar, alguien escurridizo, alguien que se disfraza, alguien que adopta muchas identidades y al que hay que desenmascarar, pero a la vez es el que despierta también la simpatía. Porque es un es una especie de anarquista también que viola las convenciones del mundo y demás, eso es

Nacho Vigalondo:

Hay una hay hay una tradición europea durante todo el siglo 20 de plantear la posibilidad de que el el centro del relato sea el villano, en vez del héroe, que es una cosa que pertenece a pertenece al siglo 20. El siglo veintiuno, por alguna razón, no ha conseguido crackear esa fórmula.

Sergio del Molino:

No, porque somos mucho más pacatos, mucho más morralles.

Nacho Vigalondo:

Yo creo que sí. Phantom más, por ejemplo, Phantom más, en Francia tenemos a Phantom más. Phantom más o Phantom más, no sé cómo Yo

Sergio del Molino:

creo que Phantom más, yo Cortázar recién

Nacho Vigalondo:

Phantom más, a lo mejor. Luego tienes también tienen en Francia tienes una, tiene a Judex,

Sergio del Molino:

que

Nacho Vigalondo:

era el el el el el villano, bueno, más bien era un antihéroe que después protagonizaría la película de de de Franjou, en Italia tenía Diabolic, que era el villano. Y luego, lo más parecido del mundo anglosajón quizás sea la Pantera Rosa.

Sergio del Molino:

Sí, puede ser la Pantera Rosa, sí, claro, lo que pasa es la Pantera Rosa tiene más de simpatía, de torpeza, ¿no? De de ser alguien travieso.

Nacho Vigalondo:

Sí, pero no deja de ser una serie en la que, en la Pantera Rosa el protagonista es es el el objeto, es la Pantera Rosa cuando el punto de vista es el del policía que intenta capturar

Sergio del Molino:

al

Nacho Vigalondo:

crimen, que es una fórmula que dices Piensa que que de un tiempo a esa parte, Sony ha intentado hacer películas con los villanos de Spiderman, creo que así han hecho la de Morbius, la de Venom, era otro. O sea, que el el el el el meister en actual ha intentado, ha intentado plantear la posibilidad de que haya películas con los malos, películas del Joker. Sí, esas son las más afortunadas. Pero, en eso, el Escuadrón Suicida, que también son villanos, pero no lo no no consiguen que la fórmula tenga el No se alarde como algo. Exactamente, exactamente.

Sergio del Molino:

Y el Cinamarl Juan José Luis López nos gusta. Nos gusta, es un ladrón de arte. Aquí hay un ha pegado un palo robando 4 Rubens, nada más y nada,

Sergio del Molino:

que es

Sergio del Molino:

en un castillo francés Hay una

Nacho Vigalondo:

cosa hay una cosa que me que me impresiona muchísimo de esta novela, que es que, efectivamente, el el el Arsenio Lupin es el villano, el punto de vista no es el del villano, sino que es el de la persona que intenta cazarle, y la persona, el protagonista que intenta cazarle, es un personaje completo, o sea, es un personaje abiertamente positivo. No es no es un policía que nos genera cierta desgana, cierta antipatía y, por lo tanto, somos cómplices de la visión del villano, sino que el protagonista, que es un niño, prácticamente, es un estudiante Es un estudiante de instituto. Que tiene a su padre enfermo. Sí. Es un personaje completamente positivo.

Nacho Vigalondo:

O sea, no hay no hay un doble fondo para que

Sergio del Molino:

No está maleado por la vida, no es ese detective que estamos acostumbrados a los detectives, que han sufrido mucho, que no es un cínico, es es alguien, pues es un chaval, un chaval que se divierte resolviendo enigmas. Claro, no

Nacho Vigalondo:

hay no hay no hay una sola página de esta novela, es lo que más me impresiona de este de este planteamiento, no hay una sola no hay un solo párrafo en el que estés siendo predispuesto para que te para que prefieras que gane el el el malo. O sea, en el juego de complicidades con el lector, lo fácil hubiera sido que el protagonista, que intenta cazar al sello Lupin, fuera alguien que nos cayera antipático, con lo cual no nos costara nada, pero resulta que es un personaje positivo, es un personaje que que nos inspira clemencia, que nos inspira compasión.

Sergio del Molino:

Sí. Entonces Está un poco indefenso ante la halaña de engaños de de Arturo Lupin, que realmente es verdaderamente chunga y densa.

Nacho Vigalondo:

Claro, el el el mi gran dilema con la con la con la novela es que yo, siendo una persona víctima de de de los del cableado de mi cerebro, soy una persona especialmente vulnerable a los trucos del best seller, pero no no no puedo leer best sellers porque en cuanto veo las técnicas de propaganda, ¿no?

Sergio del Molino:

¿Qué te preocupa? ¿Quieres decir? Que se le ve la tramoya al libro, ¿no?

Nacho Vigalondo:

Cuando cuando cuando un best seller es tradicional y veo que está intentando tirar de los mismos hilos de los que tiraría la literatura propagandística, ¿no? El el bueno y el malo. Sí. O ya como que automáticamente me aburro y desconecto. Digo, vale, ya no me quieras, no me quieras vender la moto de que este personaje con esos claros culos están perfectamente calculados es la persona que me guía en en en una lucha contra una conspiración de gente poderosa y maligna.

Nacho Vigalondo:

O sea, cuando cuando una novela tiene clarísimo cuáles son mis complicidades, con con qué personajes y de qué manera, y cuando ya puedo intuir cuál va a ser la estructura, en otras palabras, cuando una novela sigue las mismas las mismas trampas y la misma retórica de un producto propagandístico, ya desconecto. Y eso, y por esa razón no me funcionan ni los héroes ni tampoco los antihéroes. Pero los antihéroes es una cosa ya un poco ya vieja.

Sergio del Molino:

Por eso es tan sorprendente el éxito de Arsenio Lupin, porque no no encaja en ese en ese esquema.

Nacho Vigalondo:

Aquí hay otra cosa. Sí. Cuando yo leo la novela, ¿cómo está? Y aparte de que me esté capturando el misterio, que la intriga me esté llevando hacia adelante y que haya como un enigma en el que los personajes, que notes que Mauricio Velásquez está intentando retar a ti como lector, como dices, a ver, píame, píame. Porque porque por mucho que seas un lector y espectador del siglo veintiuno y tengas como los ojos muy cultivados y ya te las sepas todas, te sorprende constantemente, o sea, te pilla te pilla desprevenido.

Nacho Vigalondo:

Pero eso es el juguete, eso es la eso es el pasatiempo. Eso en cierta manera

Sergio del Molino:

Lo voy a voy a voy

Nacho Vigalondo:

a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a voy a que funcionara únicamente por eso. Lo que, realmente, me pone de rodillas es que durante todo el relato no sé no sé, me siento en un laberinto, no sé con quién quiere morirse de Brand que yo empatice, porque el personaje que da pie a la saga de novelas, Arsenio Lupin, no se me está presentando como alguien inequívocamente positivo. No es el personaje Ni siquiera es un pícaro, No, no, no.

Sergio del Molino:

Es un pícaro, es un personaje que tiene una faceta siniestra.

Nacho Vigalondo:

Es un abusón,

Nacho Vigalondo:

es un tío cruel. El el tío se comporta con el protagonista de una manera que es reprochable de 1000 maneras, con lo cual tampoco es un antihéroe. No es un antihéroe encantador, como puede ser James Bond o o Phillips Marlow. O sea, no es el antihéroe del que tantas canciones hemos escuchado y No, no es otra cosa. Y entonces, de de igual manera que la trama es laberíntica en el sentido en el sentido tradicional de novela de misterio, la moral de la de la historia también es laberíntica.

Sergio del Molino:

Y eso leyendo una cosa muy convencional, porque parecen estelares de de castillos en en ruinas, rico millonarios duques excéntricos, en fin, tiene todos las los elementos que podrían tener una novedad de Gata Christine fácilmente para para resolver un crimen, pero está todo distorsionado. Y incluso, o sea, ¿ves que todo, nada es lo que parece aquí? O sea, Arcelyn Lupin es un maestro del disfraz, es es un un precursor de mortadelo en muchos aspectos, ¿no? Es es alguien que se adopta 1000 caras y 1000 y 1000 facetas, y y todo en la novela está trastocado de forma que nunca sabes si es una parodia o no. Por ejemplo, la referencia que tienen los lectores de la época, que tenían los lectores de la época, era Sherlock Holmes.

Sergio del Molino:

Claro, Sherlock Holmes era el el gran referente de la literatura de de de enigmas, de resolver misterios, ¿no? Y aquí aparece todo el rato como un rival, el el el rival del inspector, que dice, cuidado, si no resolvemos esto pronto, va a venir Holm, no. Hello Solmes. Hello Solmes, AAA

Nacho Vigalondo:

resolverlo. Con su con su colega Wilson.

Sergio del Molino:

Claro, y tiene un montón de guiños que dices, yo no sé si esto es todo un enorme cachondeo, una enorme broma, al final cuando estás leyendo esto.

Sergio del Molino:

sé si es una de las cosas que has percibido En

Nacho Vigalondo:

los en los cuentos cortos, en los cuentos cortos, la la anterior el el anterior libro de Ashen Lupin, el orden tradicional de publicación, es la última recopilación de cuentos, el el título del libro es Ashen Lupin contra contra Héloch Scholmes, porque de los cuentos cortos hay 5 que configuran una especie como de mini de de mini novela o no, se me dio la palabra. Hay un sufijo, la novela, novelita. Una confrontación entre él y él lo obsholmes. Se conoce que la primera vez que incluyó Leblanc a a Sherlock Holmes, que venía de Londres a investigar un caso del cual el culpable era era Sir Lupin, utilizó el nombre auténtico de Selo Holmes, porque él era muy fanático de Coron Doyle y quería permitirse un diálogo con él, pero era casi un fan, era un fan permitiendo, era era como un fanfiction.

Sergio del Molino:

Estaba haciendo fanfiction, claro.

Nacho Vigalondo:

Exacto, pero no desde la no desde la burla. Se conoce que Coran Doyle puso en marcha todos los mecanismos posibles para que este no pudiera permitirse algo así. Y no sé si como venganza o como parte del plan inicial, cada vez que reaparecía esta vez y así Herlock Holmes en las novelas, era más divertido porque, sobre todo en la relación con Wilson, con Watson, veías que era que había un sadismo, o sea, que era que Wilson era el que paraba las balas y Sherlock Holmes le veía desangrarse y se perdían sus pensamientos y jamás llamaba, y él era el otro el que tenía que ir por su propio pie al hospital. O sea, era gracioso porque, pues no no no le no le quitaba ningún mérito, no le quitaba ningún mérito a Selo Holmes, porque doy por hecho que para él el el el ingenio de Helos de de Selo Holmes era una forma de representar el ingenio de Colland Doyle. Sí.

Nacho Vigalondo:

Recordamos que estamos en una época en la que estos escritores, y luego los que llegarían inmediatamente después Gastón Legul, franceses y tal, pertenecía a una estirpe de de fabricantes de ficción en la que el ingenio el ingenio y la y la imaginación estaban en boga por completo. Ahora vivimos una época en la que, por ejemplo, no tiene el mismo crédito el ingenio y la imaginación. Ahora, por ejemplo, el ahora se premia la pegó a una a a la realidad más inmediata. Ahora mismo no no puedes deslumbrar a nadie a partir de la sorpresa y a partir de de lo laberíntico. Son cosas que vienen en Iván, y por aquel entonces, yo creo que era el máximo apogeo que ha dado la ficción contemporánea, la mayor celebración de la imaginación.

Nacho Vigalondo:

Y estos autores estaban tratando como retando.

Sergio del Molino:

¿Qué es lo que ves de adulto? Pues lo disfrutaste y y te he interrumpido antes cuando ibas a contarlo, ¿qué es lo que ves de adulto que no veías de niño cuando leías a Sene Lupin?

Nacho Vigalondo:

Yo me pregunto, sí, porque yo leí muchas novelas de misterio de las que me he olvidado por completo, pero yo me pregunto por qué me quedé por qué me quedé pensado tanto en en el señor Lupin, y yo creo que entreví algo que que ha eclosionado mis lecturas de ahora, y es es hasta qué punto el retrato del héroe, el antihéroe, no, insisto en que no es ni un héroe ni un antihéroe, es una categoría que a la que todavía no se le ha puesto el nombre. El personaje del señor Lupin, cuando conseguía expresarse, tenía características casi puramente negativas constantemente, porque ves que cuando hablas es una es arrogante, inseguro. Bueno, has visto que en esta novela tiene su querida Sí. Y que la implica en el caso. El asunto es que la relación que él tiene con las mujeres es un desastre, porque se enamora cada No es que no es que no es como James Bond que que de alguna manera seduce a una mujer o 3 por película.

Nacho Vigalondo:

No es un seductor, sino que es enamoradizo. Es una cosa muy vulnerable, que el tío se enamora perdidamente cada 2

Sergio del Molino:

por 3.1 problema para su Sí, hay un problema.

Nacho Vigalondo:

Y también para el lector, que dices, pero tú, pero qué clase de de personaje eres, ¿no? Porque el héroe es el que se enamora, pero para casarse, el antihéroe es el que enamora a todo el mundo a su alrededor y ese tío es víctima de su de su condición moradiza. Y yo recuerdo que de niño, por ejemplo, leyendo El tapón de cristal que fue la primera, me conquistó la sucesión de situaciones límites, una es una especie de torbellino, el tapón de cristal, es como situación límite tras situación límite, es como el entramado de, ahí sí que es protagonista, señor Lupin, ahí sí que está en el centro de la historia, cosa que no es siempre. O sea, en función del relato que te leas o en función de la novela, el señor Lupin puede ser el protagonista, puede estar en en puede estar escondido, puede estar disfrazado y que no sepas hasta bien en toda la novela a quién has estado siguiendo.

Sergio del Molino:

De hecho, hay momentos en los que dudas de si el el el investigador, el chaval, es el propio.

Nacho Vigalondo:

Te lo está te lo

Sergio del Molino:

está triste. Te lo

Sergio del Molino:

están diciendo a otro lado.

Nacho Vigalondo:

Bueno, la primera novela de primer relato corto ha sido Lupin, cuando no era no estaba previsto que esto fuera una serie, porque de hecho, creo que creo que Moogie Blablanc escribía novela, escribía, pues eso, novelas más propias de la época, folletines románticos o dramas históricos.

Sergio del Molino:

Ahora tengo un día que voy por ahí, sí.

Nacho Vigalondo:

Perfecto. El primer relato que escribió era un caso similar a los de Agatha Christine, un medallón desaparecido en un barco en alta mar, y tú ves la serie de la serie de culpables, ¿no? De posibles culpables. En muy pocas páginas te plantea la imposibilidad de que todos ellos sean sean el ladrón.

Sergio del Molino:

Tratos al ladrón.

Nacho Vigalondo:

Y al final, ¿quién es el ladrón? El, pues, el, de repente, el relato pasa de de estar escrito en tercera persona a primera persona. El narrador era era el ladrón que estaba en el barco, y que y lo que estás leído, en realidad, es una carta que está escribiendo a una mujer, bueno, a un a un personaje femenino de los presentes porque se ha enamorado de ella. O sea, que la razón por la que, o sea, que el truco que tenía el escritor para negar la presencia de del culpable, que era el señor Lupin, era era un juego de de un juego basado en el punto de vista del relato, pero lejos de quedarse en el genio de la persona, pues expresa su debilidad confesando su su delito porque se ha enamorado, y es que es un tío que se ha enamorado cada 2 por 3. De niño, creo que intuí que había algo mágico en el que el personaje fuera tan defectuoso, pero a día de hoy eso es muy exigente con con la literatura con la literatura de o o con la ficción de consumo fácil, como como puedes ver.

Nacho Vigalondo:

A mí me encanta la idea de que sí está la novela de aventuras, la película superhéroes, Pero siendo siendo la, fascinándome la posibilidad de que la literatura sea entretenida y popular, soy más exigente de lo que debiera, no en toda, porque me me aburro con mucha facilidad. Entonces, cuando redescubro las novelas de Morris Leblani veo que no tiene miedo hacer cosas que ahora son casi prohibidas, que es que el protagonista o que el punto de vista los los siente un personaje defectuoso de verdad y posiblemente posiblemente malvado, es algo que a mí me

Sergio del Molino:

Pero es muy curioso, es muy curioso el caso de Maurice LeBrand, porque es muy la aparición de Arsenio Lupin es muy tardía en su no es que sea un escritor frustrado que prueba varias formas hasta que encuentra el éxito con Arsenio Lupin. Él ya era un escritor de éxito. Él ya era un un escritor de folletines, era un tipo que tenía más de 40 años, y era un tipo muy bien situado y muy celebrado dentro de de la de la muy rentable industria de de la novela francesa, ¿no? Y de los y de los folletines. Y escribe, o sea, como un divertimento escribe un la aparece al señor Lupin en una en un cuento, ¿no?

Sergio del Molino:

Y al editor le chifla. Es el editor el que

Nacho Vigalondo:

le dice, oye,

Sergio del Molino:

aquí hay algo, tío. Entonces es el editor el que le convence de que siga escribiendo, de que empiece a escribir novelas sobre el señor Lupin, y de repente ya toda su vida se ha salido Lupin. Ya, pero cuando ya ha pasado el ecuador de su vida, o sea, realmente es un estaba ya hecho como escritor, ¿no? Eso puede ser una maldición o puede ser una bendición, el haber encontrado algo así, y creo que eso es algo que suele pasar a lo mejor más en el cine que la literatura. El que que puedas, o sea, ahora que vivimos tanto ese mundo de franquicias, de personajes, que un cineasta, y no miró a ninguno, que un cineasta tenga una carrera, una voz y tal, y de repente se encuentre en un personaje de Marvel, en un universo de franquicias, o en un personaje que puede convertir en serie y de repente se se queda ahí después de haber tenido alguna obra.

Sergio del Molino:

¿Eso es una maldición o es una bendición?

Nacho Vigalondo:

Bueno, de hecho, el Gran Maldito era el héroe en la vida real de Boris LeBlanc, era Colandone, y le Colandone intentó matarse los cojones una y otra vez.

Sergio del Molino:

Hasta hasta la nariz de él, sí.

Nacho Vigalondo:

Y de hecho y de hecho creo que Boris LeBlanc creo que en un momento dado sí que intentó matar, sí que intentó matar o matar en la propia ficción a a Lupin, lo que pasa es que es un personaje muy difícil de matar, como puedes ver. Nunca he leído, nunca, así como en las novelas de de o en los relatos cortos de de Holmes, así como a veces notas como que en la propia que en el propio relato hay un cinismo que deriva de la fatiga que ella está sintiendo, canándole hacia el personaje, en las novelas de Sea Lupin siempre veo la felicidad, la felicidad y la vitalidad de

Sergio del Molino:

Pero más allá de eso, me preguntaba si en el En la literatura pasa pocas veces esto, pero creo que en el cine pasa más habitualmente. Que el que tú, el camino, tú has hecho un camino, pero luego tu obra se va por otro camino. ¿Tú piensas que te lo has llevado los productores o el público o por otro sitio?

Nacho Vigalondo:

Claro, en el cine, en el cine muy raras veces el autor tiene la propiedad del personaje o de la franquicia. El casos como los de Harry Potter, que son propiedad de J K Rowling, en el mundo, por ejemplo, en el mundo del cómic es muy difícil que se dé, y en el mundo del cine está el caso de Jos Lucas, como propietario de durante una época de la franquicia Star Wars, pero Marvel, por ejemplo, que es como la gran fábrica de la gran churrería de personajes franquiciados, en Marvel es una máquina donde el autor el autor no solamente no se la voy a ser cínico, el autor está libre de de esa posible condena con el personaje, porque el autor se le se le relega al fondo y al autor se le desprecia. Yo tuve la suerte de conocer a 1 de los escritores que han trabajado para Marvel y que han dado pie a muchas de las películas de Marvel en la época dorada, en la que cada película de Marvel era como era el acontecimiento del año. Y como esos autores, ese autor en concreto, Edwin Baker, no, él escribió, él se encargó de que durante una temporada del Capitán América tuviera, la temporada que él escribió, él escribe durante un año el Capitán América, y durante ese año él se inventa el personaje El Soldado de Invierno, que acaba siendo protagonista de una de las películas más importantes que sacaría Marvel en su momento.

Nacho Vigalondo:

Y él me decía, claro, yo yo todo lo que escribo para Marvel automáticamente se lo cedo, yo trabajo para ellos. Si ellos hacen la película, a mí no me deben nada. Pero una cosa es que no me deban nada y otra cosa es que ni siquiera me inviten al estreno.

Sergio del Molino:

Hombre, eso es desagradable, le demos a más o menos.

Nacho Vigalondo:

Entonces, yo creo que yo creo que es muy difícil. Ya le gustaría a los cineastas o ya nos gustaría a los cineastas que existiera la posibilidad que tuviéramos la propiedad de de los personajes que pueden condenar nuestras vidas. El caso quizá más relevante aquí en España sea el de el de Santiago Segura.

Sergio del Molino:

Torrente, ¿no?

Nacho Vigalondo:

Claro, es Torrente. Sí, sí, sí. Pero ese es muy raro que que se Porque aparte el cine, yo creo que el cine ahora mismo, existiendo el fantasma de las series, ahora mismo es muy difícil que el cine genere que el cine genere franquicias por sí mismo. Todo tiene que ser heredado de otras fuentes, de otros Está

Sergio del Molino:

ya cogido a otros sitios. El propio de San Luis Lupink han hecho series y han hecho películas.

Nacho Vigalondo:

De hecho, claro, la razón por la que ahora he podido encontrar libros que nunca se habían editado en España, claro, porque dices, bueno, sabes que ahora es fácil encontrar material popular finalmente traducido, pero no sabes si siquiera se lo ha traducido una persona ahora mismo. Gracias a la serie de Netflix, que todavía no he visto, no quiero tampoco.

Sergio del Molino:

Tampoco la he visto.

Sergio del Molino:

No la

Nacho Vigalondo:

he visto todavía. No la he visto en

Sergio del Molino:

la actualidad, no es de época.

Nacho Vigalondo:

Y de hecho, el protagonista es lector de Molly Leblanc. O sea, han hecho un especial, han hecho un quijoteo ahí, han hecho un quijoteo raro, no están adaptando las novelas, sino que está hablando, están refiriéndose a esos misterios en la actualidad como como punto de partida para misterios contemporáneos, que me parece más divertido que el otro. Pero, sí, gracias a Netflix se puede, hay cosas que se han editado de de este personaje, que durante muchísimos años no han estado editados jamás en España.

Sergio del Molino:

Hemos hablado de lo equívoco, de lo difícil de clasificar que es, de lo escurridizo que es Lupin, de los retos que plantea a los lectores más maniqueos. Yo creo que eso establece una correspondencia directa con tu cine. Exactamente

Nacho Vigalondo:

igual. Absolutamente.

Sergio del Molino:

Tú cine es tremendamente escurridizo a la hora de decir, no ya qué es lo bueno y qué es lo malo, sino qué es lo real y qué es lo irreal. Es decir, tu cine Buena parte de tus películas se mueven en esa nebulosa en la que los personajes están confundidos y El espectador acaba confundiéndose y la confusión forma parte de la experiencia de la película también.

Nacho Vigalondo:

Yo tengo que reconocer o tengo que reconocerme a mí mismo que a mí Morrise Brand me ha hecho daño. Quizá a la hora de a la hora de sentir, pero y es una cosa que no no me no te das cuenta en tiempo real, o sea, tú como escritor seguro que también sientes que las decisiones más importantes que tomas como autor no las tomas en tiempo real, sino que te das cuenta hasta el tiempo que las has tomado.

Sergio del Molino:

3 libros después de la Claro.

Nacho Vigalondo:

Dices, ah, y alguien de repente dice, esta constante tuya, y de repente dices, ¿qué? Y de repente te paras a pensar y dices, es verdad que lo hago, pero no es consciente de hacerlo. Yo reconozco que durante toda mi vida, desde los cortos, no he sido capaz de de de de de de plantear un personaje abiertamente positivo. No me preguntes por qué. No me he sentido capaz y o no me he sentido ni capaz ni tampoco o tampoco he querido.

Sergio del Molino:

Tener positivo, pero tampoco son abiertamente negativos. Es decir, o sea, siempre te mueves en una ambigüedad desde el corto de las 7 35 de la mañana.

Nacho Vigalondo:

Exactamente, sí, sí, sí.

Sergio del Molino:

Parece, lo que parece un pícaro, luego aparece, se vuelve algo mucho más siniestro, siempre estás moviéndote en unos unas oscilaciones en las que el espectador no sabe, no sabe cómo interpretar ese personaje.

Nacho Vigalondo:

YYY es una decisión que aunque no no no sé a qué se debe, bueno, alguien tendrá que decirlo por mí, si tuviera que programar en el fuego sobre él donde donde donde quizá encuentro a un autor que me que me permite que me permite sentir cierta confianza a la hora de de moverme en esos términos, tendría que pensar en Moodleus de Blanc. No sé que ocurre otro.

Sergio del Molino:

Ay, qué bien, hemos llegado a ocurrir otro. El núcleo. Eso ha sido como

Nacho Vigalondo:

una opción de psicoanálisis. No, totalmente, totalmente.

Sergio del Molino:

Hemos llegado al recuerdo primigenio, al trauma original.

Sergio del Molino:

De hecho,

Nacho Vigalondo:

de hecho, atención, Hay una hay una película mía que creo que es una adaptación apócrifa de de una novela de Moisle Blanc.

Sergio del Molino:

No lo digas que vienen los que vienen los abogados.

Nacho Vigalondo:

No, es imposible, es imposible, pero es imposible, pero Open Windows, cuando me proporciona hacer Open Windows, que es una película que transcurre íntegramente en la pantalla de un ordenador, sin yo saberlo en ese momento, porque claro, es una es una película en la que hay alguien que está delante de un ordenador, algo pasa dentro del ordenador y descubrimos que hay una conspiración previa al momento en que se enciende ese ordenador y de que a lo mejor la persona cuyo punto de vista estamos siguiendo no es quien dice ser. Pues entonces ya, ¿qué más decir? O sea, no grabe al señor Lupin, porque al ser Lupin no sabes quién es. De hecho, yo cuando cuando me he imaginado durante toda mi adolescencia, cuando empiezo como a como a como a acariciar la idea de ser cineasta, y siempre he pensado, ¿qué bien estaría hacer hacer una serie de películas o una serie de televisión que adaptar a las novelas de del señor Lupin, y permitirte esta especie de de condena, que es cuando en las novelas de cuando en las películas de James Bond tienes que cambiar de actor cada 2 por 3, ¿no? Que no deja de ser una un problema, ¿no?

Nacho Vigalondo:

Que llega un momento en el que ya se nos hagan todos viejos, Peter's Brunga se nos haga mayor, son con él que se nos haga mayor, Roger Moore, entonces hay que cambiar de actor, entonces hay que como que cogerle la mano al público y decir, confía en mí, vamos a cambiar la cara de James Bond durante una década, pero confía en mí, va a seguir siendo James Bond, va a haber cambios inevitables, pero va a seguir siendo él. Y yo pensaba, claro, Al señor Lupin es un personaje que no es que te permita cambiar la cara del actor, es que te lo está exigiendo.

Sergio del Molino:

Claro, constantemente. Y lo

Nacho Vigalondo:

bonito sería, lo bonito sería que nunca supieras qué actor está interpretando a a señor Lupin.

Sergio del Molino:

Lo mejor es que en tu adaptación yo sé quién lo haría.

Nacho Vigalondo:

¿Quién quién lo haría?

Sergio del Molino:

Javier Gurruchaga sería Javier

Nacho Vigalondo:

Javier Gurruchaga, es una Claro. Es que yo, mira mira, yo, por ejemplo, hay una cosa que que me gustaría. Ayer estuvimos viendo, hicimos un pase para para gente del equipo y para los actores de Superstar, y hay un momento en el que

Sergio del Molino:

Esto ayer es indeterminado, porque la gente lo ve cuando quiere. Ayer es indeterminado, por favor.

Nacho Vigalondo:

Perdona, claro, que hay

Sergio del Molino:

que ser

Nacho Vigalondo:

Sí, sí, esto no. Esto esto Eso

Sergio del Molino:

sucedió en un momento indeterminado, no hay problema.

Nacho Vigalondo:

Sí, cuando que que la gente sepa que esto se ha hecho en el en este esta conversación, se ha grabado en un momento determinado antes de la tercera

Sergio del Molino:

fase mundial. No es en directo cobrando, no sé si es.

Nacho Vigalondo:

La gente ya ha podido ver,

Nacho Vigalondo:

la gente ya ha podido ver Superstar. Ya ha podido ver que hay un momento en el que Ingrid García Johnson está interpretando a Loly Álvarez imitando AAA Tamara. ¿Vale? O sea, Loly Álvarez ha decidido convertirse en Tamara para no perder el amor de la persona enamorada, de la persona de la que está enamorada, que cree que ella está amara. O sea, y hay una persona que cree que ella está amara y decide convertirse en Tamara.

Nacho Vigalondo:

Sí. Y en el momento en que vemos a Loly Álvarez a través de los ojos de la persona que cree que ella es Tamara, entonces ella se imita a sí misma, a través de otra persona. Esta locura, ¿no? Os juro, os juro. Bueno, la gente la habrá podido ver y verá que no es tan complicado como lo hago como lo hago parecer.

Nacho Vigalondo:

Entonces, ya, para mí, Gurruchaga sería alguien que en una trama como la de la aguja hueca, que, por cierto, vaya a final, es una pena que no podemos hablar

Sergio del Molino:

de final, pero

Nacho Vigalondo:

el final el final es sorprendentemente contemporáneo también, Porque es el final es como es esta cosa que es lo crepuscular, que parece que se nos ha ocurrido a nosotros, lo postmoderno y lo crepusculares, vamos a hablar. Y de repente el final, la última página.

Sergio del Molino:

No, no, es alucinante, es alucinante.

Nacho Vigalondo:

En la en el gurúchaga mío, en una novela de de una adaptación de una película que adaptase a una novela Morris de Blanc, gurúchaga se quitaría la máscara, y debajo de gurúchaga veríamos a a, no sé, a a Timothee Chalamet.

Sergio del Molino:

Ah, iba a decir Hugo Silva, Hugo Silva.

Nacho Vigalondo:

Hugo Silva, pongamos, pero luego, más adelante, Hugo Silva se quitaría la máscara y estaría Gurruchaga debajo. O sea, habría una capa, habría como una capa de Gurruchagas como si fuera milhojas, o milhojas gurúchalescos, sí, sí.

Sergio del Molino:

Oye, pues con un milhojas gurrucharesco, es que se nos está nos está agotando la cinta ya de

Nacho Vigalondo:

de la

Sergio del Molino:

de la grabación. Y me encanta porque es creo que el único episodio de la biblioteca del patio en el cual hemos llegado a una solución real, o sea, hemos desentrañado un misterio real, como en las novelas de misterio de Alzheimer y Lupin. O sea, hemos desentrañado el misterio creativo de Nacho y Galondra y de dónde procede el germen de de su ambigüedad, de la confusión y de su voluntad de desconcierto al espectador. Así que yo me voy mucho con el trabajo hecho.

Nacho Vigalondo:

No, y te agradezco mucho, porque claro, 1 siempre tiene el miedo de que recomendando una novela o un actor de ese tipo, que creas que estás, no que alguien diga, vale, pues estás un poco dejándote atrapar por las teleleñas del misterio de toda la vida, y que y que y que juntos hayamos podido ver que hay algo más, me parece que Mucho más, hay mucho más. Me hace muy feliz.

Sergio del Molino:

Muchas gracias, Nacho, de verdad. Un placer.

Nacho Vigalondo:

Muchas gracias, Sergio.