Si se queda dormido escuchando La Venganza Será Terrible por la radio, ahora también podrá quedarse dormido escuchándolo a cualquier hora en formato podcast.
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¡La Venganza Será Terrible!
¡La Venganza Será Terrible!
Hola amigos, buenas noches!
Se encuentra presente
el artista antes llamado Gillespie.
¿Qué tal, buenas noches?
Hablaremos esta noche de disfraces
A la gente le gusta disfrazarse, ¿VERDAD?
¡Que duda cabe!
que duda cabe, uno se pone un disfraz y ya siente una especie de satisfacción
extraña y misteriosa, entonces así que uno no puede decir a ciencia cierta
de qué índole es ese agrado, bueno, para indagar acerca de este asunto,
vamos a citar algunos ejemplos de la historia, conviene buscar ejemplos
ilustres de famosos disfrazados, vemos que no todos se proponían lo mismo
al disfrazarse, pero empecemos con Harun al-Rashid, nuestro amigo,
el califa de Bagdad, recuérdese que este hombre a la noche se disfrazaba
de tipo cualquiera y se metía en las tabernas, ahí se sentaba y se hacía el gil,
qué sé yo, para averiguar qué decía la gente de él.
Muy bueno.
Y le preguntaba, ese, le decía a uno, primero le pedía algo al mozo,
cacao, qué le parece cómo está gobernando este muchacho Harun al-Rashid,
que era el califa, califa de Bagdad, y el otro le decía, mire, la verdad
es que estamos corriendo la liebre, qué sé yo, o no, no sé lo que le diría,
pero él incluso a veces empezaba a hablar mal de sí mismo.
Nadie lo conocía.
No, no lo reconocía, porque fíjese, no era como ahora que los príncipes
aparecen en todas partes, los dibujos, la televisión, las fotos, qué sé yo,
estamos hablando del año 800, después de Cristo, no había nada de eso.
Entonces el tipo ya iba hecho un croto, qué va a hacer el califa este.
Y entonces decía, este gobierno ya me tiene podrido, decía él,
cómo puede ser.
Y para qué se disfrazaba así, no lo reconocían.
Bueno, pero él sabía.
Disfrazarse para él era sacarse las ropas propias de los príncipes.
Bueno, y ahí les tiraba la lengua y se daba cuenta de lo que estaban
diciendo de él, o sea, escuchaba, escuchaba a la gente.
Esto es una tentación que todos hemos sentido, ser jarunes alrachides
en pastuflas.
No sé si para saber qué opinan de nuestro gobierno, ya que apenas
si gobernamos nos transmite las personas, pero por ejemplo,
para saber qué opinan las mujeres de nosotros o nuestra novia de nosotros.
Si usted hace una cita con su novia disfrazado de otro,
es una experiencia fascinante.
Sí, pero qué peligroso.
Levantarse uno a su novia disfrazado de otro o haciéndose pasar por otro
y no es tan poco frecuente como puede suponer.
Pero bueno, es difícil, ¿verdad?
Porque las novias suelen tener un sexto sentido para reconocerlo a uno.
Ese olor lo reconozco.
Roberto, ¿qué haces con ese antifaz, por favor?
Bueno, hablemos de Cebus, que era el príncipe de los dioses
y se disfrazaba generalmente para seducir o para facilitar la seducción
si es que se ponía difícil.
Por ejemplo, para seducir a la mujer de anfitrión,
se disfrazó de anfitrión.
Y disfrazarse para los dioses que eran perfectos en todo,
era convertirse.
Claro, era una imitación perfecta.
Y se convertía en anfitrión el marido de Alcmena.
Y la mujer no se dio cuenta, si se dio cuenta se hizo la autaria.
Y, bueno, ¿para qué le voy a contar?
Mismo se disfrazó de lluvia de oro para poder penetrar en aquella celda
donde había sido encerrada Danae, que luego concibió a Perseo.
Habían encerrado a la tipa en una celda, qué sé yo,
y la tipa se hizo lluvia, se volvió, se convirtió en lluvia de oro.
Y hay que entrar por la puerta.
Una vez que estuvo adentro, ya dijo, pará, soy Zeus.
Se sacó el disfraz de lluvia de oro y chao.
También se disfrazó de toro para seducir a Europa que andaba por ahí
en las playas de Sidón y le gustaban los toros.
No las corridas de toros.
No.
Se disfrazó de cisne, Zeus, para seducir a Leda, de cuyo huevo salieron
los Dioscuros, que eran dos, y Helena de Troya.
Me gusta mucho también el disfraz de Odiseo, estoy hablando de Ulises.
Cuando volvió de su largo periplo, no estoy hablando solo de la guerra
de Troya, sino también de su viaje.
Bueno, apareció en su isla, en Ítaca, como ustedes saben,
Penelope, su mujer, había sido encarada por todos los tipos
que vivían en la isla, todos se postulaban a ocupar el lugar
de Ulises en el trono y en la catrera.
Siempre hay postulantes a ocupar tronos y catreras.
Pero viendo este asunto, Ulises se disfrazó de mendigo
y entró a ver qué pasa.
Ah, hizo una limosnita, qué sé yo.
Y primero vio quiénes eran los enemigos.
Era muy astuto Ulises.
¿Y quiénes eran?
Todos los que vivían en la isla, todos los macanudos,
los vecinos de él, los príncipes de por ahí,
que querían casarse todos con Penelope.
Pero este Ulises, disfrazado de mendigo, dijo, acá hay un arco
que solamente Ulises podía tensar, un arco muy grande.
A ver si alguno puede tensarlo.
Y entonces empezaron todos, ninguno hacía nada.
Entonces él agarró y lo tensó el arco, tiró una flecha
que pasó por el ojo de 20 hachas que estaban colgadas
una tras de otra, porque así era.
Y después no contentó con eso.
Ahí la gente se dio cuenta que era él.
¿Quién?
La gente se dio cuenta que era él.
Todavía no.
Pero sí, no sé.
Claro.
Y también él quería ver a ver cómo se portaba la mujer.
A ver si justo agarraba viaje con alguno.
Bueno, para eso se disfrazó.
Ese es un buen disfraz y tentador, ¿no?
¿Quién no se siente Ulises?
¿Y quién sabiendo que su novia tiene pretendientes?
Bueno, se disfraza de mendigo y van donde están todos juntos
los pretendientes de su novia, ya es un poco más difícil esto.
No tienen esa costumbre los pretendientes de hoy en día.
Bueno, nadie hace eso.
Triste destino de aquel que haciendo Ulises,
disfrazándose de mendigo, trata de tensar el arco
y no puede y lo echan a patada.
Bien, suele ocurrir también.
Otros se disfrazan por causas nobles.
Recuerden ustedes al personaje de historia de Dos Ciudades,
Sidney Carton creo que se llamaba, que era el abogado.
Él estaba enamorado de una mujer casada con un tipo
que era igual a él, era su viva imagen, eran iguales.
Esto transcurre en Londres y en París en la época del terror
de la Revolución Francesa.
Y en determinado momento el marido de la mina
está en Cana, en París, y él que la amaba, toma su lugar,
va a visitar y hace que él recupere la libertad,
lo iban a matar al tipo, y pueda quedarse con la mujer
que él amaba.
Parece difícil encontrar un regalo más valioso.
La propia vida, la mujer que él amaba,
todo para su rival.
La verdad es que la mujer amaba a su rival, no lo amaba él.
No lo quería.
Bueno, en los cuentos ahí tienen la madrastra de Blancanieves
que se disfraza de viejecita que vende manzanas,
e incluso le da una manzana envenenada a la pobre Blancanieves.
Me acuerdo de Aquiles que se disfrazó de mujer
para que no lo mandaran a la guerra.
Se fue a la corte de un rey, se hizo pasar por una de las hijas
del rey preto, creo.
Y ahí medio disfrazado de mujer, toda la adolescencia
era así.
Y nadie se dio cuenta.
Es que sé yo.
Vio cómo son estas cosas.
Incluso le decían la rubia, pirra le decían en esa corte,
que quiere decir la rubia.
Hasta que vino, ahí vino justamente Ulises Odiseo,
era muy astuto, y vio que había algo raro ahí.
Y entonces llevó unas sedas para venderle,
para mostrarle a las chicas.
Unas telas, unos adornos, y por ahí de la bolsa sacó una espada,
un hacha, una pelota de fútbol.
Y entonces Aquiles, que estaba ahí muy desinteresado,
a ver, a ver, dijo, y Ulises le dijo, no te hagas el peor,
que tenés que ir a la guerra.
Y lo reconoció.
Y fue hacer, insisto, una adolescencia muy difícil,
la del pobre Aquiles.
Ustedes saben que recién hablábamos de que hasta la invención
de la fotografía era muy frecuente, la impostura.
Especialmente en los artistas, en los magos, músicos, payasos,
por ahí venía un tipo...
Y no era el verdadero.
Y no era el verdadero, y decía, yo soy Luis Miguel.
Y se presentaba, todos lo iban a ver, qué sé yo.
¿Qué sabía?
¿Qué sabía?
Bueno, un caso muy parecido le dejaron al Rajís,
en la Argentina, parece que es el de Eva Perón,
que disfrazada entró a un hospital para ver cómo trataban
a los enfermos y a los ancianos.
Y descubrió que los trataban mal.
Así que, a partir de aquella tarde, se tomaron muchas medidas
para evitar esos malos tratos.
Cayó un día con un vestidito así nomás,
olvidemos que era actriz, se metió en la guardia
y empezó a espiar.
A ver cómo trataban a las personas más vulnerables.
El varón de Munchhausen era famoso por ser capaz
de disfrazarse de cualquier cosa.
Era espía.
Y era capaz, por ejemplo, de disfrazarse de cíclope,
para lo cual se sacaba un ojo.
Bueno, de cualquier cosa, se dice.
Y el demonio tiene la facultad de hacerse pasar por quien quiera.
Los espías también, porque su profesión incluye el disfraz
y el engaño.
Y desde luego los actores que están todo el tiempo fingiendo
ser otras personas.
Los radioteatros de Radio del Pueblo tenían unas actuaciones
tan perfectas que la gente odiaba a los actores que hacían
papeles de malvados.
Cuando hacían giras, como las que hacemos nosotros,
la gente que los escuchaba todas las noches haciendo papeles
de malvados, los iba a ver al teatro y ahí los veía.
Y cuando salían, les decían de todo.
Como a nosotros.
Ahí estaba Omar Aladio, un actor que hacía siempre
el papel de traidores.
Traidor de traidores.
Era un especialista en esos papeles.
Bueno, la gente lo esperaba en la puerta del teatro
y le gritaba, ¿por qué no te metés conmigo?
Yo lo quería pelear.
Borges cuenta que en cierta ocasión el circo de los Podestá
representaba a Juan Moreira.
Bueno, anunciaron la función que creo que era en San Nicolás
o cerca de San Nicolás, ahí donde vivía...
No, estoy hablando de Hormiga Negra.
Sí, era Hormiga Negra.
No era Juan Moreira, era Hormiga Negra.
Anunciaron la función, acá dice Juan Moreira, pero no.
Anuncian la función y apareció un viejito que le dijo
a los Podestá que había escuchado decir que alguien se iba
a hacer pasar por Hormiga Negra y que Hormiga Negra era él
y que iba a pelear al que por él se hiciera pasar.
Esta es una linda historia contada por Borges
y tal vez la huyó de los propios Podestá.
Después lo tranquilizaron al viejo, pero el viejo
los quería pelear.
¿Era? ¿Pero el viejo era?
Era, pero no se le pasaba por la cabeza el fenómeno
del teatro todavía, como en la busca de Averroes,
aquel cuento de Borges en donde viene un viajero,
justamente está Averroes tratando de traducir dos palabras
que había encontrado en Aristóteles,
pero el significado se le hacía oscuro,
que era la palabra comedia y tragedia.
Y era, se inventa en ese cuento, o se conjetura más que se inventa,
porque algunas cosas de la cultura clásica no le habían llegado
a Averroes que era un sabio de la edad media de los árabes
en España.
Y entonces, como nunca había oído hablar del teatro,
no sabía qué cosa era el teatro, y en consecuencia
las palabras comedia y tragedia aparecían en textos de Aristóteles,
le parecían extraños.
Entonces hay un viajero que llega y le cuenta que él ha visto
que en algunos lugares, en vez de contar las cosas,
se las pone en acción, que hay personas que en vez de narrar
una historia, hacen que esa historia sea representada
por otras personas, que se fingen personajes...
Bueno, el caso es que Averroes no le cree,
y eso no puede existir.
Pero no tiene nada que ver con esto que estamos hablando.
Hemos pasado lista a numerosísimas imposturas,
y lo que se me ocurre pensar es que siendo tan numerosos
los ejemplos que se nos han ocurrido, aún sin prepararlos mucho,
hay mucha gente que se hace pasar por otras personas,
por personas que no son.
Y alguna vez yo me he preguntado, me he propuesto
una impostura colectiva, es decir, fingirnos todos el Japón
en la Argentina, fingir que somos el Japón.
Investigar viajeros del exterior, estirarnos los ojos
y fingir hablar el japonés, ¿para qué?
Para evitar, por ejemplo, el pago de la deuda externa.
Vienen a cobrarnos la deuda externa,
¿qué me viene a cobrar a mí que somos el Japón?
Nosotros la cobramos.
Sí, claro.
Ahora, si hay tantos que se disfrazan,
¿quién nos asegura que cuando creemos que estamos hablando
con Rolón, le disculpe el ejemplo,
¿quién nos asegura que estamos hablando con Rolón
y no con un impostor?
¿Quién nos asegura que nuestra novia no es sino, por ejemplo,
la tía de nuestra novia, que se disfrazó de ella
para ver con quién anda?
Qué sé yo, nunca se sabe.
O aquel que fingió ser nuestro padre durante muchos años,
por ahí es un vecino, que de puro chusma viene a ver
de qué hablamos en la sobremesa, mientras nuestro padre
se está cometiendo impostura en otra parte.
O este público mismo, fingiendo interesarse por este programa,
es una multitudinaria embajada de espías ucranianos
que vienen a ver este programa sabiendo que en realidad
nosotros no somos quienes somos, sino espías alemanes.
¿Quién me asegura a mí, en este momento,
que soy el que me digo ser?
Porque la impostura perfecta, el disfraz perfecto,
puede engañar hasta el mismo disfrazado.
Se mira uno en el espejo y dice, soy un muchacho bueno,
sincero, amigo de mis amigos, buen enamorado.
Y tal vez uno se ha disfrazado tan bien,
ha ensayado también esos disfraces,
ha maquillado su cuerpo y su alma de tal manera
que al mirarse en el espejo cree todas esas cosas,
las cree todas.
A lo mejor, digo a lo mejor, no son ciertas.
Uno se mira, cree ser derecho y es un traidor.
Hay de aquellos que por demasiado bien disfrazarse
alcanzan a engañarse a sí mismos y andan por la vida
creyendo ser lo que no son.
¿A quién dedicar esta charla disfrazada desgraciosa?
Por demasiado bien.
Y yo la dedicaría a aquella congregación de disfrazados
que es el Carnaval.
Sí.
Y en consecuencia la canción que escucharemos
es una canción de Carnaval que se llama
Carnaval de mi Barrio y que canta Mercedes Simone.
Continuamos en la venganza, será terrible,
señoras y señores, este es el mejor momento
para dar comienzo al siguiente segmento.
Atención, amigos del Turismo Aventura,
son viajes emocionantes para ver animales salvajes.
¿Dónde se puede ir para ver animales salvajes?
Bueno, me imagino que a la selva, en primer lugar.
Bueno, hay varias posibilidades.
Empezamos con los grandes felinos.
¿A usted le gustan los grandes felinos?
Me encantan, el tigre le gusta.
Bueno, entonces Sudáfrica, ahí tenemos
el parque transfronterizo de, discúlpeme usted,
Cagalagadi.
Sí, le yo bien.
Sí, leí perfectamente.
Un gran espacio protegido, imagínese.
Sí, por supuesto.
De 38.000 kilómetros cuadrados
que abarca territorios de Sudáfrica y Botswana.
Ofrece la oportunidad de ver leones, guepardos,
leopardos, caracoles.
Pero no son felinos.
Ah, no, caracales. ¿Qué son los caracales?
¿Qué son?
Son mentiras.
No.
Esas cosas de la propaganda.
No, señor, son felinos.
No hay ningún animal que se llame caracal.
El que se llama es caracol y no es un gran felino.
No es un felino muy grande que digamos.
¿Qué ocurre con los baboseados?
Bueno, hay felinos babosos, como los caracoles,
como dice alguien.
Bueno, no sé si babosos es la palabra,
pero el felino se lame.
Se relame.
Se esclase con el felino.
Cuando lo vea usted se le hace agua a la misma.
Y el felino tiene la característica,
como muy pocos animales, de tener la lengua rugosa,
como una lija.
Y con esa misma lengua se lava a él.
Sí, señor.
Distinto al perro, que como hemos dicho hoy,
la tiene llena de andas a ver qué.
Sí.
Pero el felino, ahora, no sé si usted se hace lamer
por un felino.
Sí, no corre el riesgo de que primero lo lambe
y después se lo traga.
Claro.
Bien, otros grandes depredadores,
como la hiena manchada, la hiena marrón
y el chacal de lomo negro, se avistan con facilidad,
pero no son felinos a cotorreo.
Claro.
Parecen perros, más bien.
La verdad que hacer semejante viaje para ver una hiena
como un perro enfermo...
No.
Es un destino ideal para viajeros de independiente.
No, ¿cómo de independiente?
No, independiente solamente, discúlpeme.
El viaje puede resultar bastante asequible.
Sí.
¿Qué quiero decir, barato?
Sí, accesible, es lo mismo que accesible.
Bueno, en Cagalagadi se puede visitar en coche particular,
sin guía ni vehículo todoterreno,
porque tienen unas dunas de arena roja
y tranquilamente usted va con su auto,
conviene que sea un auto con techo.
Sí, conviene.
No va a ir en un descapotado.
Porque viene el tigre y se le sienta al lado.
No, claro.
Lo que sí es cierto también es que muchas veces en la puerta
cuando usted saca la entrada,
le recomiendan no bajar las ventanillas.
Sí.
Ni bajarse bajo ningún concepto.
Claro.
Le alquilan autos especialmente preparados.
Le acabo de decir que no,
que usted puede ir con un auto cualquiera.
Sí, pero le alquilan otros especialmente preparados
que es como el auto jaula.
Ah, sí.
Que tiene unos barrotes para que el tigre no...
Claro, pero usted está al aire libre,
entonces es lindo porque la sensación es bien...
Claro, el que está encerrado en la jaula es usted.
Es usted.
Al revés.
Puede ir con los niños.
Sí.
Si pasó los mantiene quietos.
Bueno, sí, dentro del habitáculo este.
Claro.
¿No le gustan los felinos?
Tenemos osos polares y belugas.
Las belugas son unos granitos que les salen...
No, señor.
A los japoneses.
No, es un animal marino muy parecido a la ballena.
No, pero qué cosa...
Ah, la beluga.
La beluga.
Pero no están ahí en el parque de Sudáfrica.
No, en...
La beluga.
En este lugar...
En el hielo están.
Claro.
En Cagalagadi no están.
Pero están en el Ártico Canadiense.
Dice, los osos polares se concentran en el verano
en la costa de la provincia canadiente de Manitoba,
donde es fácil observarlos, basta con abrir los ojos.
Bueno.
Cuando vuelva el frío regresarán a la helada bahía de Hudson,
contigua a la península del Labrador, allá arriba de todo,
esa bahía que viene así.
Dice, ahí pasarán el invierno cazando focas,
porque los osos polares no hibernan.
No, pobres, tienen un problema adaptativo.
Están despiertos todo el invierno, dele cazar focas.
Y grupos de belugas también se agrupan en estos estuarios.
¿Qué estuarios?
Habrá la desembocadura de algún río que aquí no se menciona.
Con sus crías también, para cazar peces capelanes,
que tampoco conozco.
Bueno, una especie de peces que ahí van todos a comer
y resulta que son comidos.
Hay una empresa que casualmente se llama Churchill,
y ofrece excursiones para nadar con belugas
y salir al encuentro de osos polares a pie y sin barreras.
¿En serio?
Le llaman suicidios.
No, no, escúcheme.
Suicidios Churchill.
Las belugas son inofensivas, la beluga es como un delfín blanco.
Sí, pero el oso polar cuando te saque...
Sí, pero el oso polar se come primero a la beluga
y después a vos.
Los turistas solo bajan del vehículo cuando los guías
han identificado a un grupo de osos que se muestran tranquilos.
Ah, si se muestran tranquilos no hay problema.
Pero el oso ya aprendió justamente lo que se llama
hacerse el oso, es decir, fingirse tranquilo
y cuando uno se acerca, chao.
No, pero si no se siente amenazado el oso es inofensivo.
Claro, pero lo que pasa es que siempre se siente amenazado.
No, bueno, bueno, ese es otro problema.
Porque está bien alimentado, acaba de comer el oso,
está tranquilo.
Uno puede acercarse hasta unos 50 metros del oso.
Es media cuadra.
Yo no veo ni a 10 metros.
No lo veo yo de media cuadra.
No, qué sé yo.
Yo miro a un tipo de media cuadra y me parece que es un oso.
Igual no es recomendable menos de 50 metros,
el oso es rapidísimo, ha llegado el caso.
Sí, claro.
Sí, tiene que tener algún otro lugar donde guarecerse
a 30 metros, ponemos.
Pero, ¿dónde se va a guarecer?
¿Está en el polo o en algún lugar?
Bueno, lo dicho.
En Canadá.
Uno puede acercarse, fotografiarlos y observarlos
un rato mientras come hierba y frutos silvestres.
Usted.
No, me imagino que el oso.
El oso que va a comer frutos silvestres.
Después, si usted lo que quiere es ver tortugas.
Es mi sueño.
La tortuga carey, se llama esta y vive en Nicaragua.
Y dice, en la costa del Pacífico.
Allí, esta especie marina en peligro de extinción,
disfruta de una de las dos únicas zonas de anidación
en el Pacífico Este.
Este que le dije, ¿no?
No, sí.
El único que hay en el Pacífico Este.
El Este.
Además, en este espacio, se puede observar en un mismo día
a neonatos saliendo del huevo.
Sí.
Usted puede fotografiarlo, justamente cuando se asoma.
Así.
Porque es un área protegida.
Hay un área protegida de huevos protegidos.
Sí, sí.
Que es en...
Sí, yo he visto.
Bueno, por eso, en Nicaragua.
Y usted, parece frágil el huevo de afuera, visto de afuera.
Pero...
¿Quién es?
No, es...
La cáscara es dura del huevo de tortuga.
Sí, sí, pero cuidado porque...
Lo protege, digamos, ¿quién?
¿La policía?
No, hay unos carteles que dicen,
estamos protegiendo los huevos.
No, no, hay organismos.
Cuidado porque yo he visto películas, documentales,
que el trayecto que tiene que hacer la tortuguita recién nacida
hasta la orilla del mar, ahí vienen los pájaros y se las comen.
Sí, sí.
Claro, no podemos hacer nada.
No, pero esas son otras tortugas las que dice usted.
Marinas.
Sí, sí.
Bueno, la organización S.E.E. prepara viajes
a este espectacular rincón del país centroamericano
en el que los participantes colaboran
con conservacionistas locales en el estudio
y la protección de esta especie.
Mirá si me voy a ir a estudiar.
Y sí, a S.E.E.
Y estamos hablando de otro tipo de turismo, ¿eh?
No es el...
No, no es el clásico.
El desayuno continental.
No, porque con el turismo...
Por lancharse todas las noches.
No, no, no, esto es otra cosa.
Con el turismo anterior, así no fue.
Claro, señor.
Con el turismo antiguo.
Este es el turismo que va alimentando...
Sí, señor.
Basta de bailongos y más tortugas.
Después está el lobo gris que vive en Yellowstone,
ahí es un parque en los Estados Unidos.
Dice, este parque no sería lo que es
sin el aullido del lobo.
Claro.
El globo no aparece, pero el aullido está.
A la noche.
¿No será un parlante que pone una grabación?
Sí, como cuando matan un chancho
y lo único que desperdician es el gris.
Sí.
Acá lo que se oye es el aullido del lobo.
Claro.
En las habitaciones, ¿no?
Muchos lobos de este espacio protegido están ahí.
Sí, claro, por supuesto.
Menos mal.
Ah, tienen pelaje negro.
Muy bien.
Lo que los hace muy fáciles de divisar
durante los meses de invierno, cuando hay nieve es blanca.
Qué pena, ¿no?
Qué desperdicio.
Usted puede ir a este parque de manera independiente
o con alguna ruta diseñada para avistar lobos.
Bueno.
Una de ellas se llama Wolf Tracker
y cuenta con biólogos como guía.
Microbiólogos.
No, son biólogos.
Ómnibus con biólogos.
Sí.
Está el club de los cinco grandes.
¿Qué son los cinco grandes?
Las ballenas.
Las ballenas de Sri Lanka, ¿eh?
Es un lugar aquí en el Golfo de Bengala,
el lugar perfecto para ver al animal más grande
que ha existido en la Tierra, la ballena azul.
¿Cómo? ¿Y Puerto Madryn?
Bueno, son más chicas.
Lo que pasa es que es la ballena franca.
Es la franca austral.
Es mucho más chica, ¿no?
Es una ballena de unos 1,80 metros.
No, bueno, ese es un ballenato.
La ballena azul me parece que es la de Moby Dick.
Bueno.
Después está el encuentro con delfines en Mozambique.
Sí.
Dice, pocas cosas hay como zambullerse en aguas traslúcidas
y encontrarse cara a cara con un grupo de delfines salvajes.
Pocas cosas peores.
No, es lindo.
Bueno.
Dice, siempre respetando el principio de no interferencia.
Yo lo respeto, pero hay que ver si el delfín lo respeta.
Bueno.
La organización Dolphin Center lleva 20 años
dedicada al estudio de los delfines.
Y nada más.
Quizás el delfín, usted se suma a, podríamos decir,
la manada, porque no es un pez, no es un cardumen,
y lo confunden con una cría, a usted, con una cría del delfín.
Sí, sí, sí, son amistosos, por ahí lo confunden.
Y lo empiezan a mimar.
Claro, lo malcran.
Incluso a amamantar.
Dice, si los animales muestran señales de estrés
o descontento con su presencia, el encuentro queda cancelado.
Directamente.
El delfín le hace una seña al tipo, al jugador, al serenata.
Le hace así al delfín.
Qué pesado.
Diciendo, no me gusta este tipo.
Y aparte, por todo capítulo, el serenata,
dice, cancelado el encuentro.
Y ahí sale el tipo y empieza a protestar.
Sí, porque van a reintegrar el dinero de la expulsión.
Siempre lo mismo.
Cancelado, señor.
No le gustaste al delfín.
No, no, no es que yo no le guste.
Me cobraron 500 dólares.
No, no, pero espere, ¿por qué?
Llegar hasta Ponta do Ouro, que es donde está lo delfín,
es fácil.
Se encuentra a pocos kilómetros al norte de la frontera
con Sudáfrica.
Es decir, lo que es difícil es llegar a Sudáfrica.
¿La frontera de qué con Sudáfrica?
Con los distintos países que están lejanas.
Dice, el Dolphin Center facilita la llegada
ofreciendo paquetes de varios días.
Vienen los días en paquetes.
Deme un paquete de 20 días.
¿Sabe lo que es 20 días mirando delfines?
Eso no, bueno, no se ponga así.
Media hora.
Usted pidió los 20 días.
También está el rinoceronte negro, en Namibia.
Está los galápagos, que es un santuario animal.
Gente que adora al chancho.
Está Australia al Natural.
Vis a vis con gorilas.
¿No vi ese programa?
Son bravísimos los gorilas, cuidado porque tienen personalidad.
Cuando se empiezan a golpear el pecho...
Pero eso es el jefe, el macho.
El gorila, ahí se pudre todo.
Acá dice, cuando se observan animales salvajes,
la clave es tener paciencia.
Sí, bueno.
Porque puede ser que no aparezca.
No aparezca, es un avistaje todo el día.
Bueno, señor, estuvimos dos meses en Puerto Madre.
¿Por las ballenas?
Esperando ver una ballena y no.
No salimos del hotel.
Pero escúcheme, hay una época que es la época del apareamiento.
Justamente ahí debe ser más difícil verla.
No lo digo que no salimos del hotel.
O a usted es fácil que lo vean cuando se está apareando.
No, es distinto que el genoma.
Igual está indicado en el calendario
la temporada de apareamiento porque se acercan a la...
Porque la ballena es mucho más organizada que el hombre.
Porque el ser humano más o menos se va apareando.
Sí, según las oportunidades, según muchos factores.
Pero la ballena no, si no es la época de apareamiento,
se le acerca a alguien un balleno y le dice...
No, no, no, no.
No, no, no, hasta el invierno no, porque en el invierno van a ir.
Eso mismo le dicen.
Y por eso se acercan a la orilla, porque buscan poca profundidad.
Claro, para poder hacer pie en algún lado.
¿Y cómo hacen el resto? ¿Los peces cómo hacen?
Yo me lo pregunto mucho.
Bueno, extraordinario informe.
¿Qué le parece si hacemos una breve pausa
mientras que echamos un poco de bufa a Chelqui?
Permiso.
Señoras y señores, este es el mejor momento
para dar comienzo al siguiente segmento.
Reglamento interno para el uso de la piscina aquí en este club.
Qué fios son los reglamentos en general,
pero los de piscina son espantosos.
Hay que reconocer que no se puede hacer lo que uno quiere,
una pileta en su lugar.
No, señor, son leyes draconianas.
Empiezo ya directamente, artículo primero.
No está permitida la entrada a la zona de baño
con ropa o calzado de calle, nada más.
Claro, cómo va a ir.
Con mocacines.
Con mocacines, queda feo.
Pero de ahí a que no te permitan la entrada.
Y si uno tiene que ir a buscar a su hijo, digamos.
Y si yo, por ejemplo, quiero ir a la pileta como situación,
pero yo no me quiero meter en la pileta.
Bueno, no, no puede.
¿Cómo no puede?
Yo soy socio, vengo del trabajo.
Sí, bueno, al vestuario se cambia si viene del trabajo.
Unos días salgo del trabajo y vengo,
me siento en una reposera acá,
a ver cómo se bañan todos los demás.
Pero, ¿qué es un mirón?
Chau, hasta luego.
No está permitido el abandonar desperdicios o basura.
¿O basura?
Ah, o basura, claro.
En la piscina.
Y se deben utilizar las papeleras.
Uh, uh, otros recipientes destinados al efecto.
Pero señor, va de suyo que eso es así.
¿Qué?
¿Quién?
Está prohibido el ingreso y permanencia de mascotas
y animales en todo el área de la piscina.
Por supuesto.
Sí, yo me voy a venir con el perro.
Por ahí se le mete adentro el perro.
¿Le puedo decir una cosa?
Yo me llevo el perro, no tengo ningún problema.
Sí, porque ya los dos mirando es demasiado.
Ustedes son unos retrógrados.
Este perro, yo vine con este perro por toda la ciudad.
Primero, en el subte lo dejan entrar.
Sí.
Segundo, voy a tomar café, el perro lo dejan entrar.
El único lugar que no lo dejan es la pileta.
Bueno, por eso justamente.
Sí, porque viene el café.
Aquí viene mucha gente y nada más que porque es el único lugar
donde no dejamos entrar a los perros.
Bueno.
Bueno, dice, no se permiten los juegos de pelotas.
Buah.
De pelotas, dije.
En el recinto o cualquier otra actividad que pueda resultar
molesta para otros usuarios.
Discúlpeme, si hay algo que se lleva bien son las pelotas
con el agua.
Sí.
Bueno, entonces, ¿cómo usted les va a prohibir eso?
Acá vienen muchas ancianas y no quisiéramos que usted,
en su entusiasmo, le surtiera un pelotazo alguna vez.
Bueno, pero estoy con el corazón en la boca todos los días
que vengo, porque el señor, con otros amigotes,
pasan corriendo con la pelota al lado mío.
Un día me van a llevar por delante.
Porque jugamos, discúlpeme, si con señoras como usted...
Se hizo este país.
No, bueno, y se nota.
Por señoras como usted...
Se hizo este país.
No existiría el water polo, por ejemplo,
que es un deporte olímpico que tenemos derecho a practicarlo
o no tenemos derecho.
No.
¿Por qué?
Todo aquello donde intervengan las pelotas está prohibido.
No se permite el uso de la piscina si no hay socorristas presentes.
Claro.
Una vez que llega al bañero, se abre la piscina.
Sí, siempre tiene que estar.
Igual el guardavidas de pileta es como, casi como una sombrilla.
Es como cazar en el zoológico.
Para mí que no saben nadar tampoco, están ahí sentados.
Sin embargo, acá han sacado varias señoras mayores.
¿En serio?
Del agua, sí, de prépolas sacaron.
Ah, bueno.
No se permite nadar de noche.
Claro.
O cuando la piscina está cerrada, o hacía, por ejemplo.
Bueno, claro.
Igual hay piscinas, discúlpeme, pero este quizás es otro informe,
hay piscinas nocturnas.
Siempre están iluminadas.
Acá solamente.
Acá cuando cae el sol, chau.
¿Chau qué?
Estoy saludando al director de teatro Caras y Caras.
No, le pido, por favor, que nos concentremos en el informe.
La piscina nocturna, en donde tampoco quizás se admitan pelotas,
no tiene finalidades deportivas, digámoslo así.
Es más bien social, la piscina nocturna.
Y bueno, póngale social.
¿Tienen piscina, buenas tardes, de agua caliente?
Sí, tenemos la piscina temperada.
Ah, la piscina bien temperada.
¿Dónde está que no la veo?
Porque me acabo de meter en esta.
¿En cuál?
En esta, y se me congelaron.
Claro, porque tiene que esperar a que la caldera agarre ritmo.
Bueno.
Comprende, la aprendimos recién.
Dice, niños menores de 12 años deberán estar acompañados
por sus padres, tutores, encargados, o un adúltero cualquiera.
Adulto, sí.
El uso de las instalaciones debe hacerse con la ropa adecuada.
Hay que usar traje de baño, señor.
Nada de pantalones cortos de correr.
Bueno.
Nada de calzoncillos.
No, esto no es un calzoncillo, esto yo lo compré en Brasil.
Menos mal que lo llaman esto.
Señor, ese no es un traje de baño.
Me dijeron que era un filo dental.
Es un pantalón de correr.
Bueno.
La dentadura a la vista, tío.
Es obligatorio el uso del gorro de baño.
No sabe usted cómo le queda al rolón.
No, a mí me acordó.
El gorro de baño.
Bueno, pero es fundamental, y le explico por qué.
Porque cada cosa tiene una razón.
A mí me queda muy mal el gorro de baño.
Bueno, pero nosotros, usted, porque yo lo voy a llamar
al final de la temporada, para que vea los bolos.
¿De qué hablas primero?
Bolos.
O las bolas, si quiere.
Las bolas de pelo que sacamos de acá.
Ah, sí, me imagino.
Porque no es los dos pelos suyos, son los dos pelos suyos.
Pero es por los pelos que hay que usar el gorro de baño.
Claro, pierde el cabello y se tapan los filtros.
El pelo prácticamente no se deshace con nada.
Es durísimo.
Claro, tarda creo que 5.000 años en degradarse,
si me permite la expresión.
Por ejemplo, usted va a notar, si mete el dedo
en el agujero de la bañera.
Metalo, voy a meter el dedo en el agujero,
mire si me quedo atrapado ahí abajo.
Va a sacar pelos de hace 20 años.
Sí, tira de un pelo ahí, lo que dice el señor,
de la canilla al baño, tira, y sigue tirando, y más.
Y ahí tiene por lo menos 5 ó 6 dueños del departamento.
No me daba cuenta, creí que el gorro de baño
era para prevenir enfermedades, piojos.
No, son los pelos en sí.
Sí, los pelos en sí.
Y no hay gente que tira pelos.
No.
Porque sí.
Por maldad.
Por maldad.
Va a la pileta y tiran unos pelos ahí.
No, por eso está tan mal visto el señor peludo en las piscinas.
Claro, porque el que tiene el pecho peludo,
discúlpeme la expresión, ahí que no le va a poner un gorro.
No, todo tiene pecho peludo y después tiene espalda peluda,
oreja peluda.
Sí, y así.
Y bueno, entonces todo eso, quiera que no, va atrapado.
Bueno, es obligatorio el uso del gorro, ya se lo dije,
pero acá dice que también es obligatorio el uso
de zapatillas de baño, nunca vi qué son.
No, hay algunas que son antiguas.
Son Jotas, no en la pileta, sino en los vestuarios,
en el baño, al costado de la piscina.
Bueno, hay que bañarse antes un duchazo del cuerpo completo,
preferiblemente con jabón, antes de entrar al agua.
Ahora, escúcheme.
¿Por qué me está tomando?
Bueno, bueno.
Escúcheme, si yo me llamo y me voy a tirar a la pileta,
me voy a bañar dos veces.
Qué sentido.
Ah, se baña en la pileta, entonces.
Me voy a comprar comida de Sonson.
Usted, a confusión de partes, relevo de pruebas.
No, en todo caso me puedo bañar después, pero antes.
Sí, antes, porque acá la gente tiene que tirarse limpia.
Mirá, si no, quedan todos los lamparones de aceite, de mugre.
Bueno, por lo mismo no se puede usar crema bronceadora
dentro del agua, tampoco ingerir comidas o bebidas.
No.
Yo recuerdo en un hotel había como una especie de kiosco
adentro mismo del agua.
Sí, claro, Hotel de Cinco Estrellas.
Sí, sí, y tenían, por ahí está todavía, unos bancos,
el tipo se sentaba y tomaban unos tragos ahí.
Por ahí me imagino que habría alguna cosa sólida,
poner unos bollos, un sanguchito, un pancho.
Sí.
Y por ahí se cae, se cae el pancho al agua.
Tenés que tirarte a bucear a ver si...
La salchicha flota, ¿eh?
Señor, ¿qué le pasa? Se me cayó la salchicha.
Sí, no.
Será esta.
No, señor.
Eso de los muchachos que juegan al waterpolo.
Bueno, está prohibido el uso de cigarrillos,
bebidas alcohólicas, drogas, sustancias similares,
así como envases de vidrio.
Eso no es una sustancia similar.
El envase de vidrio no es similar a nada.
Bueno, no se permite correr.
No, es peligrosísimo, y sobre todo en los bordes.
En los bordes de la piscina.
Bueno, y todo así, ¿eh?
No se permiten saltos de cabeza o zambullida.
Especialmente en nuestra pileta que tiene un problema
arquitectónico, que es que hicieron el trampolín
pintando para el otro lado.
Claro, pero eso fue un error impardonable.
Se tira de cabeza y cae en el techo del kiosco.
Claro.
Pero mire que le dijimos cuando la hicimos a la arquitecta.
Sí, insistimos a la arquitecta.
Varias veces.
No, dice, yo sé lo que hago, yo sé lo que hago.
No, bueno, no.
Pum, arriba del techo del kiosco.
Está prohibido el uso de bolas de playa.
Sí, las pelotas, digamos.
Exactamente.
Las inflables.
Se pueden usar aletas, colchonetas,
anteojos de cristal.
No sabía que colchonetas, porque creí que las colchonetas
para tomar sol.
No, se puede, señor, se puede nada acá.
Bueno, pero poco.
No, se puede.
Pero qué se puede, diga, porque si no es más difícil.
Ya se lo voy a decir.
Falta muchísimo, estoy pasando por alto
muchísimas prohibiciones, pero en general está prohibido todo.
Casi todo, sí.
Salvo alguna cosa por excepción.
Por ejemplo, queda prohibido subirse encima de las corcheras.
¿De las qué?
De las corcheras.
O está mal escrito y es cocheras.
Sí.
O algo.
O la música.
No, creo que son unos flotadores que hay por ahí.
No se puede mascar chicle en la piscina.
Pregúnteme por qué, no sé.
Tirar objetos tales como piedra, y soy textual,
o bolas de pelota.
¿Qué? ¿Bolas de pelota es una...?
Sí.
Claro, ya es pelota.
Es una serpiente que se muere de la cola.
Antiguamente...
Bolas de pelota parece una playa brasileña.
Sí.
A veces se hacían juegos entre los que íbamos a la pileta
y tirábamos una piedra a ver quién la encontraba en el fondo.
Bueno, ese es el famoso Martín Pescador.
Bueno, está prohibido acá.
Bueno.
Bueno.
No se permite el uso de la piscina por personas heridas.
Sí.
¿Por qué?
Porque vienen con las venas, empiezan a sangrar.
Se desangra.
Se desangra, se van como quien se desangra.
Sí.
Al final del segundo asombro.
Claro.
Y a mí no me gustaría, me estoy baneando y veo avanzar la sangre
en la piscina.
¿La sangre o un intestino grueso?
¿A quién se le ocurre qué persona que está herida, por ejemplo,
ha sido atropellada por un camión, se le va a ocurrir justo ir a la piscina?
Sí.
Bueno.
Te tiene que gustar mucho.
Es que el cloro cicatriza, ayuda poco.
Si tiene mucho cloro.
Bueno, no pueden ingresar a la piscina personas con enfermedades
en estado de lavar, tampoco los que estén borrachos.
Bueno.
Los que están bajo el efecto de alcohol, drogas u otros.
Otras personas.
Otros borrachos.
Otros borrachos.
No se permiten tertulias con los socorristas.
Pero no tienen amigos.
Ni siquiera conversar, los distraen.
Sí, mirando y si vos les vas a conversar, le dicen qué onda.
No, cómo le va a decir el señor.
Bueno, puede llevar dos acompañantes, en fin, ahí vienen cosas
que no podés hacer, que son las que a nadie le interesa.
¿Pueden irse a la pileta con estas antiparras?
No, esas no son las reglamentarias, me parece.
Porque a mí me gusta, tienen aumento.
Sí, veo mucho, pensé que era un telescopio.
Me gusta salir del trabajo todos los días y meterme abajo del agua
hirviendo con las antiparras con aumento.
Pero acá no va a haber nada, se ve el cemento de la pileta.
¿Qué querés ver abajo del agua?
Bueno, estamos pensando en hacer una pileta con fauna.
Eso sería espectacular.
Algunas ya tienen, ¿eh?
Sí, pero en este caso peces tropicales, algos.
¿Algas?
Algas.
Sí, lo que pasa es que eso se llama pecera, no pileta.
Bueno, pero es lindo, por ejemplo, poner un delfín y usted...
Lo ve pasar por abajo.
Le pasa el delfín entre las piernas, por ejemplo.
Sí, cuidado.
O usted puede nadar acompañando al delfín.
Sí, lo abraza.
Lo abraza y el delfín lo llega y te mira.
Sí, pero cuidado porque hoy le ponen un delfín,
mañana un tiburón, ¿eh?
Sí.
No, no, no me hagan así como desentendiendo.
Hoy es hoy.
No, pero...
Mañana veremos, cuando me digan, miren que está este tiburón,
yo digo, me voy a jugar al metegón.
Sabe qué lindo, va nadando, mira para abajo
y de repente pasa una raya por abajo.
Yo he visto muchas...
¿Nunca vieron una de esas películas?
Piránea.
Sí, que ataca y se come a todos.
Son las peores películas que se han hecho en el mundo,
pero son muy impresionantes.
Impresionantes.
Porque vienen...
Yo si hay piránea en una pileta, no me tiro.
No, pero vale.
Lo primero que pregunto, cuando entro al club,
digo, perdón, ¿hay piráneas aquí?
¿Sabe cómo uno se puede dar cuenta para hacer un test
antes de tirarse, no a una pileta, pero por ahí a un río
a ver si hay piráneas?
Usted tira un churrasco.
Yo lo vi, es verdad.
Y van todas las piráneas al churrasco,
y dices, bueno, entonces hoy no me meto.
Hoy no me meto.
Lo he visto en internet eso, sí, sí.
Sí, claro que es verdad, señor, esto es la radio.
¿Tira churrascos al agua?
Agarra un pedazo de carne, lo tira y hay un rebolino
bárbaro en el agua de todas las piráneas.
Y no hay nadie que se fije y ponga un cartel
que se cuida con las piráneas.
No, porque ese día, las piráneas no están todos los días.
Si hay un día, hay 100.
No, no, va para...
Por ahí yo me meto cuando no están las piráneas.
Sí.
Y justo llegan.
Porque las piráneas van buscando, se mueven por el río.
Se mueven, ¿qué?
Así es como usted va un día y no otro.
Las piráneas también.
Las piráneas es igual que usted.
Sí, ¿qué va a andar?
Si va un día, vamos al tigre, dice.
Se van, se van.
Se comen tres o cuatro y se vuelven.
Y sí, vamos a ver qué comemos allá.
Bueno, lindas películas esas.
Sí, todas las de marabunta, todas esas de plagas.
Marabunta son hormigas.
Hormigas.
Después, ¿qué otras hay de esas?
Anaconda.
Anaconda, sí.
Después hay una cocodrilo.
Ah, cocodrilo.
Un cocodrilo que como de acá hasta allá donde está Vincent.
Y tiburón y todas, así.
Bueno, adivinen que el cocodrilo empieza a comer uno tras otro.
¿Y sí?
Y ya termina la película.
No, bueno, pero...
Yo soy guionista de esa clase de películas.
¿Usted es guionista?
Sí, sí, son todas iguales.
Resulta que había un cocodrilo, se metió uno al agua y se lo comió.
Y terminó la película.
¿Usted hizo la de tiburón también?
También hice la de tiburón.
Habíamos tiburón, se metieron unos tipos al agua y se los comió a todos.
Usted es un genio como guionista.
Un genio el guionista.
¿Y hizo de piráneas también?
Aparte, le agrego variantes.
Ah.
Hay una pareja de enamorados.
Bien.
El tiburón se la está por comer y él la salva.
Ah, bueno, eso es más complejo.
Tiene que tener algo, si no la gente no va.
Bueno, hermoso, la verdad.
Qué bien.
Discúlpeme, el informe terminó.
Bueno, así nomás.
Ya esa pileta no se puede ir porque es dificilísimo.
Listo, entonces me voy, me pongo la bata y ya me retiro la pileta.
Sí.
Hay piletas donde, aunque no haya piráneos, te tira un churrasco.
Sí.
También.
Pausa, ¿eh?
Por favor.
Continuamos, la venganza será terrible, señoras y señores.
Este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento.
Consijos para dejar solos a los niños en casa.
No hay que dejar solos a los niños en casa, ¿qué es eso?
Sí, pero usted sí...
Un escándalo.
Usted puede salir con su mujer, con su esposa.
Sí.
Mi mujer o mi esposa es más o menos, no me da alternativo.
Bueno, puede salir, no importa lo que tenga que hacer.
Claro.
Porque ustedes pueden tener también sus momentos, ¿verdad?
Claro, que no estén sus hijos todo el tiempo mirando.
Claro, pero bueno, una vez tomada la decisión de dejar solos a los niños,
te recomendamos que tengas en cuenta esta sugerencia.
Primero, una prueba inicial.
Claro.
Lo dejás solo un rato a ver cómo se conduce.
Lo dejás solo un rato a ver cómo se conduce.
Cosa que no le agarre el tipo un patatús, un ataque de nervios.
No, empezar de a poco.
Incluso usted le aclara al chico.
Yo le aclaré.
Vengo dentro de 10 minutos para que no se pongan nerviosos.
¿Dónde vas 10 minutos?
Y no te vayas lejos de casa.
De este modo podrás evaluar cómo reacciona este muchacho
y cómo se maneja por un corto periodo de tiempo.
Claro, pero yo me voy 3 meses a Europa.
Bueno.
Te puede servir como referencia para decidir si está preparado
para quedarse solo en casa o no.
¿Cuántos añitos tiene?
21.
Ah, bueno, no.
Simula situaciones reales para valorar su reacción.
Propón situaciones y enséñale cómo enfrentarlas.
Si el niño, dice, si alguien toca el timbre,
¿cómo reaccionaría?
Si el niño, dice, bueno, estallaría en lágrimas
y me escondería bajo la cama, su hijo no está preparado.
No, es que no lo dice.
Preguntaría, dice el niño, ¿quién golpea petas?
Claro.
Con voz grave de Alberti.
De todas maneras le puede decir que no abra la puerta
y le da toda la directiva y el chico...
Supongamos un niño de 4 años.
Sí, pero es muy chiquito 4 años.
No me importa, señor, yo me tengo que ir.
No, pero para dejarlo solo 4 años.
Que espere a que crezca.
Sí, no puede ser, 4 años muy chico.
Bueno, es importante que enseñes a este niño
que nunca deben abrir la puerta a un desconocido
ni mencionar que están solos.
Nada, dice, mira, vos no abrás la puerta a nadie.
Cuando papá no está, no le abren la puerta a nadie.
Ni vos ni vos, ¿estamos?
¿Quién es el otro?
Tu hermano.
Ah, sí. Bueno, no tengas problemas, papá.
Bueno.
Anda tranquilo.
Yo vengo...
Perdón, papá.
¿Qué?
No le abro.
No, no le abras nada.
¿Y cómo sé si es conocido o desconocido?
Porque te vas a dar cuenta, porque mirás por...
Me voy a dar cuenta, qué sé yo.
Mirás por la mirilla.
¿Qué?
Te subís a un banquito.
Hay una puerta blindada, no tiene mirilla.
Bueno, no le abras a nadie.
Cambiaste tú mismo, padre,
porque tenías miedo de que los ladrones se filtraran por la mirilla.
Bueno, por eso, entonces no le abras a nadie.
Bueno, ¿y si eres tú, padre, el que regresa?
No, yo tengo llave, te vas a dar cuenta
porque son 10 vueltas que papá le va a dar.
¿Y si tú pierdes la llave, oh, padre?
Me mato si pierdo la llave.
Dice...
Establece unas reglas para que el niño las tenga en cuenta.
Es recomendable dejarle una lista de tareas o encargos,
por ejemplo, que pinten la casa.
No, la casa no.
Arreglen el depósito del inodoro,
para que se mantengan ocupados mientras los padres están fuera.
Porque por ahí se aburre.
A veces es la inseguridad de que venga un ladrón.
A veces el problema es el mismo nene,
que se aburre y hace macana.
No, el niño aburrido es más peligroso que un mono con revolver.
Claro, no.
Pero que se diviertan los teles tiene que dejar cosas
que habitualmente no haga el niño cuando está fuera.
Por ejemplo, una PlayStation.
No, pero eso lo hace, el chico juega con la PlayStation.
Llama por teléfono cuando esté fuera
con el niño, para que te cuente cómo va todo.
Claro, cómo va todo.
Hola.
Papá.
Sí.
Germán. Germancito.
Papá.
Sí.
Cómo va todo en casa.
¿Qué?
¿Estás bien en casa? Habla papá, Germán.
Papá.
Sí.
Escuchame, ¿estás bien?
¿Estás haciendo collage?
Habla nene.
Sí.
Lo sé, Germán.
Escuchame, papá se va a demorar dos días más, ¿sabés?
Demorar.
Sí, se va a demorar dos días más.
Más.
¿Vos te vas a ir a acostar un día? ¿Al otro día? Yo no estoy.
¿Te vas a acostar otro día? ¿Al otro día? Yo no estoy.
Claro. Y ahí llega.
¿Viste cómo entendiste?
Papá.
Los niños deben tener instrucciones de cómo proceder en un caso de emergencia.
Mirá, nene, el caso de emergencia, por ejemplo...
¿Un incendio o algo?
Una toma de rehenes.
Bueno, pero...
Es raro una toma de rehenes, pero...
Bueno, es raro, pero...
Ya sea llamando a un vecino de confianza.
Exacto.
Un vecino de confianza es un oxímono.
Sí, es verdad.
Le tiene miedo el nene al vecino.
Policía.
Bueno.
Hola.
Hola.
Policía.
Sí.
Papá anota.
No.
Lo felicito.
Los números de teléfono deben estar visibles en los aparatos telefónicos.
Si los números están escritos, los niños no los podrán olvidar.
Nunca.
Me acuerdo perfectamente de los números que me dejaba mi padre
cuando me abandonaba.
También se acuerda a los cantantes de...
Me acuerdo también de los cantantes de D'Arienzo.
Sí.
Me dejaba un disco, Juan D'Arienzo y sus cantantes.
Para que...
¿Y se pasaba la noche escuchando a los cantantes de D'Arienzo?
A Mario Augusto, a Jorge Valdés, Armando Laborde.
Hasta que volviera su padre.
Héctor Maurer.
Bueno.
A Lama, a Reinald, todos esos tipos.
Pero a Alberto Chagüe también.
¿Qué?
Bien.
Del mismo modo, los niños deben conocer bien el nombre de la calle
y el número donde viven, ¿sí?
Porque después llegan a grande y no saben donde viven.
Eso por si se pierden en la calle, de repente.
Usted lo va a dejar adentro, no en la calle.
Bueno, pero...
Usted lo va a dejar en la calle.
No, pero si usted de pronto, como niño digo, se pierde,
le dicen, nene, ¿dónde vivís vos?
¿Cuál es tu dirección?
Urquiza 68, Casero.
Ah, Urquiza.
Ah, Casero.
Pero no sé, llevarte hasta Casero.
¿Cómo llegaste hasta acá?
Bueno, pasaron muchos años.
Me parece que también tiene que saber la dirección.
Por si tiene que llamar por teléfono para pedir ayuda
a los bomberos, lo que fuere.
¿A dónde vienen los bomberos?
Le tiene que decir.
Ah, bomberos.
Sí.
¿Y cómo sabe el número de los bomberos?
¿Lo tiene también registrado?
Lo tiene anotado, lo acaba de dejar el padre.
Claro.
Los números de emergencia.
Si es posible, también que conozca el nombre
de las entrecalles.
¿Qué son las entrecalles?
¿Urquiza entre cuál y cuál?
Villarino y Cabasa.
Ah, ¿viste cómo lo sabés?
Sí.
Bueno, no dejes nunca encendedores, fósforos
en la mano de los niños.
Tampoco dejes las estufas encendidas.
¿Cómo le va a dejar?
Los secadores de pelo.
¿Cómo va a dejar un secador de pelo encendido?
Va a Europa.
Claro, sí.
O lo mismo, ¿cómo le va a dejar en la mano un encendedor?
Se está yendo.
Toma, hijo.
No, pero el niño sabe.
Por si quiere fumar, hijo.
Tomá el encendedor.
El pibe ya tiene.
Bueno.
¿El niño sabe dónde guarda usted las cosas prohibidas?
Yo, en cuanto sigue el momento, le dije a mi hijo,
¿sí?
Sí.
Y le dije, sentate.
Y le convidé a un cigarrillo.
¡Oh!
No está bien eso.
No, no.
Ya sos un hombre.
Sí.
Le prendió un cigarrillo.
Pero, ¿qué?
Y...
Y le empecé a hablar de las cosas de la vida.
Bueno, pero un cigarrillo.
¿Y qué le dijo de la vida?
Hijo mío.
Sí.
Los niños nacen en virtud del trato carnal.
Entre hombre y mujer.
Pero ya lo sabe.
Bueno, bueno.
Ya sabe, chico.
Pero, ¿aparte qué dicen los niños?
Mientras se fuma un pucho.
¡Papá!
Sí.
Bueno, enseña a los niños a que no deben usar aparatos eléctricos
como secadores o enchufes si el piso está mojado.
Es demasiada información.
Demasiada.
Se va a confundir.
Va a creer que sí, que lo tiene que usar.
O con el piso seco, no sabe para qué usarlo.
El niño piensa, si es un secador.
A mí me dijeron que cuando el piso está mojado
tengo que pasar el secador.
Claro.
Se agarra el secador de pelo, lo enchufa.
Lo enchufa.
Todo fulminado.
Pero es bastante razonable.
Claro que es razonable.
Si tienes cocina a gas, cierra su pase.
Sí, la llave de paso.
La llave de pase.
Sí, de paso.
Pase.
No, pero pase no.
Mi papá me dijo que no le abriera.
No, no le abre.
Juan José, pase.
Instruye a los niños sobre medidas de primeros auxilios
y deja un botiquín a mano.
Si tu hermano se llega a lastimar, lo operás.
No.
Bueno, cuidado con el hermano mayor
porque muchas veces cuando el padre no está
le pega al otro.
¿Yo? ¿Yo, papá?
¿Cómo le voy a pegar?
¿Vos sos el hermano mayor de él?
No, él.
Ah.
Pega.
Pega. El menor le pega al mayor.
Sí, es verdad, es al revés.
Bueno, si tiene ordenador...
Ordenador.
Ordenador.
Computadora.
Sí.
Toma las medidas pertinentes de los sitios
a los que puede acceder.
Exacto.
Ordenador, creo.
No, ordenador.
Ordenador.
Pero hay un chico, se puede meter en internet.
Claro.
En sitios que son para mayores.
Claro, ve el historial suyo e imagínese.
Dile que en la ducha utilice chancletas
para no resbalarse.
Pero para qué, ¿se va a bañar también el pibe?
No, le deje en la mano cuchillos
u otros elementos con los que puede quemar.
Revolver.
Ametralladora.
Sacaniotes, todo.
Eso guárdelo todo arriba del ropero también.
Sí, sí.
Cierre todos los gabinetes.
El profesor de gabinetes.
Sí, ¿se acuerda?
Sí, cantaba una canción.
Este, me gustaba muchísimo a mí esto.
Caros en Arizona se fueron a pasear
salieron de paseo por toda la ciudad
Caros en Arizona
Extraordinario.
Ya nadie, no está más, ¿no?
No, estuvieron en Crónica.
Hace algún tiempo.
Hace dos meses estaban.
Estaban en Crónica dando noticias.
¿Ah, sí?
Pero hace algún tiempo ya, no.
Hace bastante que no.
Bueno, discúlpeme.
Sí.
Bueno, ya está, ya puede dejar tranquilos a sus niños.
Bueno.
Y si no, pone un profesional que te los cuide.
Bueno, sí, me hablaron muy bien de ustedes.
¿Qué tal?
¿Cómo estás?
Me hablaron muy bien de esta agencia.
Sí.
Sí.
No sé si ustedes son señoras o son señores.
No, no.
Por eso el servicio es, puede elegir una mujer o un hombre.
¿Y cuál es cuál acá?
Perdón la pregunta.
No.
Una mujer o una cañera.
Preguntas mías.
No, no.
Porque algunos eligen niñera, mujer, algún...
No, mire, yo no tengo...
A mí lo que me importa es la experiencia y el cuidado.
Porque mi niño, bueno, las maestras dicen que no tiene buena conducta.
Bueno, las cosas que dicen las maestras.
Las maestras dicen cualquier cosa.
¿Que conoce, perdón, alguna pregunta?
Sí.
¿Conoce el nombre de su hijo?
Sí, ¿cómo no lo voy a conocer?
Bueno, nos lo da.
Sí.
Pero a mí no me da confianza que esa sea su primera pregunta.
¿Es que quiere que lo llame nene todo el tiempo?
No, pero...
Nosotros lo llamamos por el nombre.
Nahuel.
Sí, Nahuel se llama mi hijo.
¿Cómo?
Bueno, más a mi favor.
Bueno, está bien.
Mire, yo tengo que ir a hacer una diligencia.
Sí, sí.
Muy bien, pero hay que quitamos la nota.
Sí, no importa, no anote.
Diligencia. ¿En diligencia o algo?
No, no.
Es un trámite, pero después, bueno, tengo una salida para mi esparcimiento personal.
¿Y cuándo sería?
¿Y dónde se va a esparcir el señor?
Eso es parte de mi vida privada.
¿Pero cuándo va a ser? Porque tenemos que ver si podemos.
Claro.
¿Qué día?
No, para hoy.
¿Para hoy a la noche?
Prácticamente hoy.
¿Dónde están los niños ahora?
Es uno el niño, Nahuel.
Bueno, ¿dónde está el niño ahora?
Lo dejé en el auto un rato.
Ah, qué bien.
No lo dejé con las ventanillas levantadas por el calor.
No, sí.
Le dije, papá va a ver a tus niñeras o niñeres y viene, ¿sabés?
Ah, ¿y qué le dijo?
Que me golpeaba el vidrio.
No, no, por suerte esquivé.
No es aquel que está desesperado adentro de ese...
Sí.
Ese es Nahuel.
De ese pácar.
Sí.
Ese es Nahuel.
Él a la noche está acostumbrado a tomar un vaso de leche con miel.
No.
Y claro.
No se abre la boca.
Está muy bien.
Desde la antigüedad, eso propicia el sueño.
Leche tibia.
Exactamente.
Y créame que el niño va a estar perfectamente cuidado y seguro.
Bueno.
Y que no le vamos a hablar...
Bueno, nosotros vendríamos a ser desconocidos.
Sí, pero en la medida en que yo los contrato y pago una tarifa...
Ah, bueno, bueno, bueno.
Y nos va a tener que garpar por adelantar.
Sí.
Pero que lo diga así.
¿Por qué habla de una forma... me molesta un poco?
No, es que...
Me molesta un poco.
Lo que pasa es que usted también dice, un contrato...
No, no lo dije así.
Si pagamos adelantar, después hace todos los contratos que quiera.
Claro.
Porque mucha gente se va, no vuelve más.
Y nosotros con el pibe...
De clavo.
De clavo.
¿Sabe la guardería cuántos pibes tenemos ahí?
No, no.
Y padres que no garpan.
No, no.
Yo voy a pagar.
Me molesta que diga...
Yo mismo.
Sí.
¿Usted qué?
Bueno, cuando yo era chico, mi padre se olvidó de venir a buscarme.
Y eso que había ido al cine nada más.
Pero ¿y usted desde aquella época?
Y no vine acá a la agencia y con el tiempo me hice...
Claro.
Soy uno de los dueños.
Bueno.
Por lo menos tuvo un final feliz.
Claro.
Todavía no tengo final.
Bueno.
Digo, consiguió trabajo con salida laboral.
Me lo di yo mismo.
Bueno, por eso le digo.
La verdad que en ese sentido lo felicito.
Bueno, discúlpeme.
Es por adelantar o son...
¿Y estamos por...?
5.000 pesos cada 24 horas.
Sí.
No, ¿cómo cada 24 horas?
Es un rato.
Por día.
Por el mínimo un día.
No, pero ¿cómo mínimo?
¿Usted quiere que lo cuidemos 5 minutos?
Escúcheme.
Si quiere por 5 minutos me voy a ir a Tazavedra.
No, pero discúlpeme.
Yo hago la diligencia.
Me esparzo un rato.
Sí.
Pero mucho no se va a esparcir en 5 minutos.
No, pero vengo...
Pongamos 5 horas, vamos.
¿Qué precio me hace?
5 horas.
5 horas.
Igual sobrar tiempo.
Voy lejos.
Mire...
Bueno, está bien.
A la vuelta arreglamos.
A la vuelta.
Bueno, pero más o menos dígame cuánto va a ser porque...
Yo le acabo de decir.
No escúchate.
5.000 pesos.
¿Sabe lo que son 5.000 pesos?
Sí, pero me dijo por 24 horas.
Yo estoy en 5.
Y lo mismo, 5.000 pesos.
Pero entonces es un desperdicio, me quedo...
Quédese.
Me quedo...
Bueno, qué sé si tiene que irse.
Me quedo enfrente fumando un pucho si quiero.
Qué lindo.
No se vaya a pasar un minuto porque ya son 10.
Son otros 5 minutos.
No.
Tolerancia a 10 minutos.
Pero por qué...
Es más de lo que se puede decir de muchos.
Usted quédese todo el tiempo que quiera igual.
A mí me deja un poco inquieto, le voy a decir la verdad.
A mí también.
Cuando dejé por primera vez a mi hijo...
¿Lo dejó en esta misma agencia que era suya?
Lo cuidaba el señor.
Sí.
¿A usted también lo dejaron acá?
No, yo soy uno de los dueños originales.
De varias generaciones de dueños.
Él me crió a mí.
Yo siempre le digo que es como mi segunda madre.
Tercera vendría, porque la maestra es la segunda madre.
Claro, la tercera.
Vendría a ser tercera.
Bueno, disculpe, no tenemos todo el día.
Vamos, vamos.
Definimos nosotros porque si no vamos a cuidar a otro chico.
No, bueno.
Estamos atrasados con el programa, empezamos hace como 5 horas.
Sí, me parece que sí.
Bueno, mire.
Yo traje unos músicos.
Bueno.
Traje unos músicos.
Me parece que a esta agencia le falta también a los músicos.
¿Cuánto van a agarrar los músicos por tocar?
No sé, arregle con ellos.
Arregle con ellos.
Listo, vamos.
Pausa.
Muy bien, continuamos.
La venganza será terrible.
Y presiento ya al maestro.
Y ya llega al auditorio Caras y Caretas de la Ciudad de Buenos Aires.
Nuestro querido y nunca bien ponderado maestro.
El solo maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
Maestro.
El sordo, Arnaldo Gansé.
Gansé.
¡Bien!
Y acompañan esta noche a nuestro querido maestro.
Los integrantes del trío sin nombre.
Manuel Moreira.
¡Bien!
¡Bien!
¡Bien!
¡Bien!
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
La babosa.
¡Otra mano!
Muy buenas noches, maestro.
Buenas noches a la gente del trío.
Hola.
¿Cómo les va?
Bien.
Me alegro.
Aquí Sandra le pide Every Day.
Every Day.
Every Day.
Body Holi.
Ah, Body Holi.
Ah, bien.
Vamos con ese.
¿Podemos hablar con la pandereta?
¿Con la pandereta?
Sí, puede ser, percusión.
¿Cuando quiera?
O maracas.
¿O maracas?
No, pandereta.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
¿Por qué no tiramos la maraca ya a esta altura?
Tiremos la basura.
SIN MEMORIA
My way, hey, hey, hey, hey Love like yours will surely come my way
¡Muy lindo! ¡Muy lindo!
Araca muchacho, te quiero un casorio
Uy viejo que de mina está todo alfombrado
Y aquellos pebetes gorriones del barrio
Acuden gritando Padrino Pelá
El barrio alborota con su algarabía
Y allá en la vereda se ve entre el montón
El rostro marchito de alguna pebeta
Que ya para siempre perdió la ilusión
Y así por lo bajo la vieja del barrio
Comenta las cosas con admiración
Ha visto señora que poca vergüenza
Vestirse de blanco después que pecó
Y un tano cabrero rezoca en la puerta
Porque un compadrito manchó el estofado
Aquí en esta casa usted no me entra
Me sonó a tu cuenta que usted es un colado
Andorrante compadrite, vienes para comer en la vasita
Y tocar en la muchacha, por cachones
Arasca muchachos, gritemos más fuerte
Uy Dios que amarrete de un cobre a tirar
Qué bronca muchachos, se hizo el otario
Gritemos Pulguita, Padrino Pelá
Y aquella pebeta que está en la vereda
Contempla con pena la novia pasar
Se llena de angustia su alma marchita
Pensando que nunca tendrá el blanco a jugar
Y así por lo bajo la vieja del barrio
Comenta las cosas con admiración
Ha visto señora que poca vergüenza
Vestirse de blanco después que pecó
Y un tano cabrero rezoca en la puerta
Porque un compadrito manchó el estofado
Aquí en esta casa usted no me entra
Y desde un rato cuenta que usted es un corraú
¿A dónde están?
El domingo se vuelven a México
Ya se fueron
¿Dónde están?
Allá en el fondo
Allá en el fondo
Están ya yéndose, en esa ubicación están yéndose
Bueno a ver
Y ahí faltaron los cantores
¿Usted conoce alguna canción mexicana?
Conozco sí, no hacemos ninguna acá
A ver, cante una canción mexicana
La primera que se le ocurra
¡Óyale!
A ver, por ejemplo
A ver esta
Y parece que al sonar también dijera
Vaya con Dios mi vida
Vaya con Dios mi amor
Vaya con Dios mi vida
Vaya con Dios mi amor
Aquí Tatiana le pide White Horses
Otro tema mexicano
También mexicano, sí
Sí, sí
Bueno, prácticamente
Un clásico de México
De los Rolling Stones, White Horses
Son mexicanos los Rolling Stones
Vamos, tres y
Vamos
Vamos
Vamos
Vamos
The things you wanted
I bought them for you
Graceless lady
You know who I am
You know I can't let you
Slide through my hands
This white horse
Couldn't drive me away
This white horse
Couldn't drive me away
I watched you suffer
I do like him pain
Don't let me down
And now you've decided
To show me the same
No sweeping exits
Or off page lines
To make me feel better
But you're too unkind
This white horse
Couldn't drive me away
This white horse
Couldn't drive me away
Couldn't drive me away
Maestro, le pido una canción de Alberto Mastra
Tiene una de ahí
Sí
Tengo varias
Han venido un pedido
Nosotros admiramos muchísimo a Alberto Mastra
Y hemos cantado siempre muchas canciones de él
Voy a ver si me sale esta
Si la vida me diera de nuevo la oportunidad
de volverla a vivir otra vez, no la quiero más.
Son tan negros todos los recuerdos que ella me dejó
que aunque pueda vivirla de nuevo le digo que no.
Cada vez que le supe pedir algo me dejó sin pensar que para ser feliz poco ansiaba
yo.
Si la vida me diera de nuevo otra vida y la oportunidad
de volverla a vivir otra vez, no la quiero más.
Cada vez que le supe pedir algo me dejó sin pensar que para ser feliz poco ansiaba
yo.
Si la vida me diera de nuevo otra vida y la oportunidad de volverla a vivir otra vez,
no la quiero más.
¡Qué lindo!
Germán pide ropa sucia.
Bueno, de eso, vino el indio entonces.
No, es ropa blanca.
No, no, para eso, perdón, pero tiene que venir el indio para eso, porque no...
Me imagino que estará...
¿Usted está dando por sentado algo?
Me imagino que estarán las achacencias y no aquí mismo.
Vino.
Vino, bueno, entonces sí.
¡Órale!
De los creadores de Chicla y Chicumba.
Vamos.
¡Un, dos, tres, y!
¿Dónde usas los dientes mi amor clavados en el cuello por hoy
mientras bailamos tangos fatales?
El tango que ocultamos mejor, del que preferimos no hablar,
es el que nos tiene anarcotizados.
Vivir solo cuesta vida.
Ahora ya mismo puedo ajustar un guión de ropa sucia,
ropa sucia afuera.
Ahora mismo ropa sucia afuera.
Andas dando guerra y temblas, gastándote en relámpagos,
tu estómago gruñe como enjaulado.
Vivir solo cuesta vida.
Ahora ya mismo puedo ajustar un guión de ropa sucia,
ropa sucia afuera.
Ahora mismo ropa sucia afuera.
Ropa sucia afuera.
Ahora mismo ropa sucia afuera.
Señoras y señores, pueden prolongar su aplauso para recibir a la trompeta de la Banda Violeta.
¡Vamos los pibes! ¡Vamos los pibes!
¡El semillero!
Habían pedido Misty. ¿Podemos hacer Misty? ¿Qué les parece?
¿En qué tonalidad? ¿En mi bemol?
En mi bemol lo vamos a hacer hoy.
¿Vamos con eso?
¿Vamos con eso?
¿Vamos con eso?
¿Vamos con eso?
¿Vamos con eso?
Y nos vamos amigos.
¿Con qué nos vamos?
Primero vamos a agradecer a este público que hemos tenido hoy, su paciencia y su entusiasmo.
Así que vamos a tocar nuestra última canción, que también incluye canto.
Es una canción entusiasta para que todos nos vayamos a nuestras casas.
Una sensación espantosa.
Se llama El Cumbanchero.
Adelante, por favor.
¿Vamos entonces?
El Cumbanchero
El cumba cumba cumba cumbanchero
El bongo bongo bongo bongozero
Brigadiño que va sonando chumba en celo
Bongo cero que se va
El cumba cumba cumba cumbanchero
El bongo bongo bongo bongozero
Brigadío que va sonando chumba en celo
Bongo cero que se va
♪
El huma, cumba, cumba, cumba y ché
El hongo, hongo, hongo, hongo, ché
♪
¡Adiós!
¡Más, más, más!
¡Oh!
Aplausos
¡¡¡¡Adiós!!!
¡¡¡¡Adiós!!!
¡¡¡¡Adiós!!!
¡¡¡¡Adiós!!!
Y para finalizar, dos palabras bastan… ¡Gracias!