Aprendiendo del futuro | Ceibal

Ausentismo en educación, datos vigentes de una conversación antigua. Analizamos abordajes con Irene González, gerenta de Datos y Ciencias Comportamentales, y Martín Anza, gerente de Tecnologías de la Información, en Ceibal #AprendiendoDelFuturo.

What is Aprendiendo del futuro | Ceibal ?

Te invitamos a conversar del futuro de la educación en Uruguay.
#AprendiendoDelFuturo es un pódcast de Ceibal para reflexionar junto a personas expertas y con base en datos estadísticos que nos ayudan a entender la realidad de hoy y construir la de mañana.

El ausentismo escolar es un
fenómeno histórico, no es nuevo,

y debe entenderse desde
múltiples perspectivas.

Siete de cada diez
estudiantes de primaria

fueron ausentes crónicos en 2022.

En este episodio analizamos
el ausentismo en la educación.

Desde Ceibal, “Aprendiendo del futuro”.

Las conversaciones que nos debemos
en el ámbito educativo.

Con datos estadísticos
como punto de partida

y la mirada de especialistas
en educación, tecnología e innovación,

construimos un espacio de análisis.

“Aprendiendo del futuro”,
un pódcast de Ceibal.

Sumate a reflexionar.

Bueno, para charlar sobre esto
estamos con Irene González,

que es economista, MBA y
gerente de Datos y Ciencias

Comportamentales de Ceibal,
y con el gerente de TI de Ceibal,

Martín Anza, que es licenciado
en Sistemas de Computación,

con un posgrado en Sistemas de
Información y Gestión de Empresas de TI.

¿Cómo andan?

Buenos días. Muy bien, muy bien.

Bueno, yo quiero, me gusta empezar
por el principio siempre.

Si tuviéramos que explicar
qué parámetros hacen

que hablemos de ausente crónico,

¿qué es efectivamente un ausente crónico?

Ausente crónico, es una buena pregunta
porque a veces cada uno se puede hacer

su propia idea de qué implica
un ausentismo problemático.

Ausente crónico es un niño,
definido internacionalmente,

es un estándar internacional,
es un niño que tiene

por lo menos un 10% de
inasistencias en el año.

O sea, si tomamos
la cantidad de días de clase,

un niño que falta 10% de esos días
se considera ausente crónico.

Eso implica, para tener
una idea, más o menos,

unas 18 o 20 faltas por año,
¿no?, si tenemos en cuenta

que la cantidad de clases
son alrededor de 180.

¿Y por qué ausente crónico,
o sea, qué es lo que se quiere reflejar?

Es la medida que define
cuando las faltas empiezan a tener

un impacto en el proceso
de aprendizaje del niño,

cuando son perjudiciales
para ese proceso de aprendizaje.

Esa es un poco la medida que
internacionalmente se ha acordado

para definir ausentismo crónico.

Vos hablabas de cómo lo afecta, ¿no?

Pero antes de eso
me gustaría ir un paso atrás.

¿Uruguay cómo está posicionado en esto?

O sea, ¿cómo nos va?

¿Estamos bien, estamos mal,
estamos en el medio?

Y yo creo que si ya hablamos
de que siete de cada

diez niños en Uruguay
son ausentes crónicos,

creo que es como un dato
que rompe los ojos, ¿no?

O sea, no es un problema de algunos,
no es que sea algo

que le pasa a determinado tipo de niños.

Es algo que está pasando
con todos los estudiantes,

con muchísimos estudiantes.

O sea, si pensamos, no sé, en Ceibal,
los niños de las personas

que trabajan acá en Ceibal,
seguro tenemos ausentes crónicos,

porque es demasiado generalizado,

es un problema que está demasiado
generalizado en nuestro país.

En la pandemia pasaron
cosas que tenían que ver

con que nos tuvimos que ir a casa,
etcétera, y en algunos aspectos

lo compensamos
o sentimos que lo compensamos,

veremos, desde
el punto de vista tecnológico.

¿Cómo juega ahí la tecnología?

¿Ayuda a compensar
algunas de estas cosas?

Yo creo que sin duda ayuda,
sobre todo a recopilar información.

Tenemos un sistema de
asistencia en línea en el cual

tenemos un universo de datos
que nos permite analizar

cuál es la cronicidad en la asistencia
y sobre todo un poco lo que decía Irene:

esto basados en datos y en datos
estadísticos, el proceso

de digitalización que
venimos teniendo en Uruguay

nos viene permitiendo
que cada centro educativo

pasa los datos de la asistencia
y podemos tener esa información.

Este análisis que está haciendo Irene,
que estamos haciendo en Ceibal,

es basado en información certera y real.

¿Y podemos encontrar,
por ejemplo, patrones o cosas

que nos ayuden como a trabajar
en si hay características comunes

o si hay maneras de prevenirlo?

Sí, sin duda tenemos grandes volúmenes
de datos que nos permiten conocer

desde el estudiante,
el centro educativo,

los docentes, inclusive las familias,
y poder analizar esa información.

Capaz que Irene quiere ampliar un poco.

Yo creo que lo interesante,
o sea, nosotros desde el equipo,

cuando empezamos a trabajar en esto,
fue como empezar a combinar

lo que decían los datos con
lo que decían las personas.

Creo que ahí empezamos
a entender realmente dónde

o un poco cómo se daba,
cuál era el contexto de este problema.

Como decía Martín, la cantidad de
datos que tenemos es impresionante.

Trabajamos mucho con ANEP,
procesando esos datos,

tratando de encontrar patrones,
y empezamos a ver que muchas veces

el discurso de las personas
con las que hablábamos

no coincidía con la realidad
de esos datos.

Nos llamó la atención, porque
nosotros cuando empezamos a ver

dijimos: “Esto tiene que estar
en la agenda en el primer lugar,

es un problema gravísimo, todo el mundo
tiene que ser superconsciente de esto,

los padres tienen que saber que
sus hijos están faltando un montón,

las autoridades tienen que saber”.

Y sin embargo, sí, por supuesto
que estaba presente,

pero no con esta magnitud,
sino que se lo tendía como a dejar

como “eso es problema de algunos niños
que tienen problemas muy graves”, ¿no?,

y que son casos muy
crónicos, pero el resto,

en primaria más o menos, por ejemplo,
cuando hablamos de primaria,

en primaria más o menos van a clase,
no es un problema tan importante.

Y eso no es lo que nos decían los datos.

En términos generales y
en términos de la percepción

de la propia familia, por ejemplo.

“Mi hijo no es un ausente crónico
o no falta tanto o no es tan así”.

Y sin embargo con datos crudos
pudimos demostrarlo

no solo a nivel unitario,
sino en general

esos patrones de comportamiento.

Exacto. Nos pasó, sin ir más lejos,
en verano, estábamos en la

Escuela de Verano que
organiza Ceibal en un taller

y con el equipo habíamos organizado
una dinámica en mesas

donde los poníamos a hablar
sobre un caso de ausentismo.

Y en las mesas había directores
de escuelas de primaria

y algunos de secundaria también.

Y cuando llegamos a una mesa,
una directora dijo: “Bueno,

acá elegimos trabajar el ausentismo
en educación media,

porque en primaria esto no es
un problema demasiado grande”.

Entonces empezamos a juntar
y decimos: “¿Qué está pasando?

Es raro, ¿no? Siete de cada diez,
si esto no es un problema,

acá está pasando algo”.

Y bueno y ahí fue donde nos
empezamos a meter a bucear

en mucho de lo que traía Martín,
en los sistemas de información:

cómo se muestran las faltas,
qué es lo que ven los docentes,

los padres cuando quieren
informarse sobre las faltas,

y después también desarrollando
conversaciones bastante profundas

con las familias para entender
cómo veían ellos este fenómeno.

Porque yo iba a preguntar eso
que traía Martín, ¿no?

¿La familia percibe eso
y percibe el impacto

que eso eventualmente tiene
en el proceso de aprendizaje

de ese niño o niña?

Hay como dos niveles en eso, ¿no?

En un primer nivel, hicimos
muchas entrevistas con familias.

En un primer nivel,
prácticamente nadie te va a decir

que la educación no importa,
que ir a clases no importa;

ahí hay un consenso.

Todos lo decimos: “Sí,
claro que importa,

es importante ir a la escuela,
es importante no faltar”.

El tema es que cuando uno empieza
como a repreguntar decís: “Bueno

y ¿cuánto está bien faltar,
cuántas faltas son problemáticas?

¿Cuánto falta tu hijo o tu hija?”.

¿No? Y ahí ya…

Sí, porque vos hablás
de 10% y uno pensaría

que mucha gente no piensa
que un 10% es mucho.

Claro, pero sin embargo cuando lo pasás;
bueno, los números tienen eso,

que son engañosos
y depende de cómo uno los plantee.

10% capaz que te suena que
no es mucho, pero yo te digo

faltar 20 veces en el año.

Ahí la mayoría de los padres
nos decían: “No, sí, eso es mucho”.

Pero sin embargo les preguntábamos:
“¿Y dos veces al mes?”.

“No, eso está bien”.

Pero dos veces al mes…

La cuenta te da lo mismo.

Es lo mismo.

Y eso, que parece broma,
pero en realidad,

si nosotros lo que estamos
monitoreando es el período,

decimos: “No, fue en este mes,
faltó uno o dos veces, tres veces”.

Va a terminar siendo ausente
crónico y sin embargo

capaz que no nos damos cuenta,
o sea, no lo tenemos registrado, ¿no?

Esa es otra de las cosas.

A veces creemos que todas las personas
andamos con la información perfecta

y somos una calculadora
y tenemos todo en la mente:

no llevamos la cuenta de nada,
porque la vida es demasiado compleja,

pasan muchas cosas, entonces
a veces es difícil también

llevar como ese monitoreo
y tener conciencia

de qué está pasando con
las faltas de los niños.

Pero también, y ahí creo
que es uno de los puntos

que más nos llamó la atención,

los padres, o sea, quieren mandar
a los niños a la escuela.

No es una decisión, no es que falta porque…

Pero muchas veces también pierden
la noción de cuánto impacta faltar un día

y cuánto impacta, por ejemplo, cuando
hablamos de niños más chicos, a veces creen

que las faltas en los grados más bajos,
primero, en inicial, segundo,

no son tan importantes
o no se pierde mucho,

porque recién están arrancando,
o falta solo un día, bueno,

pero no estamos teniendo
en cuenta que ese niño

al otro día fue y se perdió
lo que habían visto

el día anterior y entonces ya
reconectar con ese proceso es difícil.

O sea, hay un montón de cosas
que van sumando

y que terminan
siendo perjudiciales en esto.

Yo la escucho a Irene
y pienso qué importante

es construir un sistema
que lo que cargue sirva.

Exactamente y que lo que la gente
está cargando día a día,

las asistencias,
tengan una retroalimentación.

“Che, es importante
que me están pidiendo

que todos los días
cargue la asistencia”:

en qué se está usando,
qué se está analizando,

qué se está validando.

Creo que es importante
darles una retroalimentación

a esos docentes y a
esos centros de directivos

en qué estamos haciendo
con esa información,

qué tan importante es
y mostrar estos números.

Lo decía Irene, no solamente
son las familias a veces que

pierden la percepción de lo
que es el ausentismo crónico.

Lo contabas con el caso de la escuela,
de que lo estaban tratando en secundaria

y no lo estaban viendo en primaria.

No percibían que era un problema.

Exactamente. Entonces, creo
que es muy importante

el uso de la información y poder
nosotros volcar esa información

hacia los propios usuarios
del día a día.

Y ahora que hablábamos de eso,
de los docentes, ¿cuánto impacta eso

en los aprendizajes,
esto del síndrome del banco vacío?

¿Cuánto impacta en el aprendizaje
del niño que no va

y del resto del grupo
y del proceso de una clase?

Y es un montón. O sea, es un montón.

Cuando empezás a jugar con los
números y a ver qué significa

ser ausente crónico,
qué significa perderse el 10%

de los días de clase y ese siete
de cada diez que hablábamos,

nosotros miramos los datos
en 2022 y el promedio de faltas

era de 29.

29 promedio. O sea,
niños que muchísimo más

y algunos muchísimo menos.

Una clase, ¿no?, si llevamos eso
y nos imaginamos

cómo es el día a día de un docente
que tiene niños que entran

y salen permanentemente, ¿no?

Porque para tener
29 días de falta en promedio,

o sea, las clases tienen… Es difícil,
porque vos tenés que estar manejando

que este niño qué se perdió,
cómo hago el repaso

de los temas que vimos la clase
anterior, cómo voy llevando.

Hay un tema de ineficiencia,
si se quiere, de no poder ir avanzando.

Obviamente que no es que uno avance
al mismo ritmo con todos los niños,

ya lo sabemos, no me voy
a meter en temas pedagógicos,

de diferenciación y demás,
pero por lo menos contar

con que uno va llevando una clase
que participa, que viene regularmente.

Si tenés esos agujeros
permanentemente…

Hay que hacer todo el tiempo
como un catch up.

Es un catch up permanente.

Y no con uno o dos,
como se piensa a veces

que hay uno o dos inasistentes
crónicos, sino, como dice Irene,

la rotación de la propia clase
que van faltando, ¿no?

Claro, tal cual.

Capaz que está bueno, Martín,
también que cuentes un poco

el tema de las alertas,
porque es otra de las cosas

que hablamos, cómo están
las alertas diseñadas para…

Yo te iba a preguntar eso,
si vos notabas que tener esos datos

modifica el trabajo de los docentes.

Si miran y algo cambió.

Sí, tenemos diferentes sistemas
de información que generan alertas.

En el caso de Gurí, por ejemplo,
tenemos una alerta a los tres días,

pero el tema es cuando hay faltas salpicadas,

que las familias no lo pueden
detectar, generalmente.

Si no son seguidas digamos.

Las faltas no se dan seguidas,
en general, salvo que un niño

esté enfermo o se tenga
que ausentar de manera

un poquito más crónica, esa cronicidad
se da desde días salpicados.

Entonces es importante
que desde la recopilación

de la información
nosotros podamos brindarle

información mensualizada o bimestral

de cómo vienen siendo
esas inasistencias.

¿Y vos, o sea, ustedes reciben
devoluciones de los docentes

desde que trabajan en estos sistemas?

¿Cuánto los ayuda en el proceso
tener estos datos que antes no tenían?

Sí, sin duda.

Hemos entregado mucha cantidad
de datos, tenemos un proyecto

que estamos formando, ahora Irene
nos puede contar un poco más,

en donde tenemos grupos control y grupos
donde estamos haciendo la actividad,

y les estamos brindando la
información en los diferentes niveles,

desde el alumnado, la familia, los docentes.

Una cosa que nos pasa es que
a veces estamos tan metidos

en la realidad que nos cuesta
ver el capital acumulado por Uruguay.

Nosotros recibimos acá
en Ceibal muchas veces

a gente que viene del exterior,
delegaciones, ministerios de Educación

de otras partes, y la verdad
cuando nos empiezan a preguntar,

y el otro día nos decía,
una delegación que vino de Brasil

me decía: “¿Pero acá en Uruguay
se pasa la lista digital todos los días?”.

Sí, se pasa la lista digital
todos los días,

nosotros podemos tener
información de asistencias

e inasistencias
en tiempo real prácticamente.

Eso ya empezás a construir
sobre una base…

Este sistema, esta alerta que mencionaba
Martín,o sea, tenés una alerta

que se dispara automáticamente
y el centro educativo sabe

cuando un niño se ausenta tres veces,
el protocolo y los pasos a seguir

para poder abordar ese problema.

O sea, hay un montón hecho.

Yo creo que lo que estamos viendo
nosotros a partir de conversar

con las familias y de ver eso,
por qué no matchea

lo que la gente nos dice
con lo que vemos en los datos,

que hay oportunidades para
mejorar cómo esos sistemas

muestran la información
para evitar que las personas

esto, por ejemplo,
si en Gurí, las familias

cuando entran lo que ven es las faltas
del bimestre, se están perdiendo

o no se destacan demasiado
las faltas acumuladas;

estamos reforzando esa tendencia
a estar mirando…

“Es un poquito y no pasa nada”.

Exacto, exacto.

Entonces hay un montón para trabajar.

La alerta está y está muy bueno
que Uruguay tenga un sistema de alerta

y que este tema, que existe
un protocolo para abordarlo;

capaz que hay que ver
cómo esa alerta se puede diseñar

para que estos casos de,
como decía Martín,

las faltas que son salpicadas
no pasen por abajo del radar,

que sean capturados por
esas alertas también.

Yo creo que hay algo bueno
que decís, Irene, que es:

nos estamos apalancando
en la digitalización

que tenemos en Uruguay.

Como decía Irene, en Brasil
no podían creer

que todos los centros educativos,
todos los docentes

pasasen la lista
día a día de forma digital

y tuviésemos la información en real time.

Eso es un hecho.

Ahora ¿qué estábamos haciendo
con esa información?

Más allá de las alertas de los tres días
o las alertas del bimestre,

necesitábamos hacer algo más.

Tenemos un activo digital
que muy pocos países tienen,

muy pocos países tienen.

Entonces, un poco el abordaje
de este proyecto,

de obtener esa información,
recopilarla, analizarla

y poder brindársela al público objetivo.

Un ejemplo es los docentes,
por ejemplo, pueden ver

la información de inasistencias
de sus estudiantes en Gurí.

Ahora, lo que agregamos en este
proyecto que mencionaba Martín

es que armamos como un
chatbot en WhatsApp

que les llega una vez al mes
un mensaje a los docentes

y les damos la lista de los
estudiantes que están por encima

de ese 10% de inasistencias.

Pero cuando fuimos a armar
la lista la dimos vuelta.

O sea, en lugar de poner los niños
que más faltan arriba,

empezamos al revés, o sea de 10%,
pero los que están más cercanos al 10%

los que se van más para arriba.

¿Por qué? Porque sabemos
que los primeros casos

son los que los docentes
tienen clarísimo,

porque son los que no vienen
o tienen ausencias muy prolongadas.

Entonces, si en la primera la lista
empezás: “Ah, sí, ya sé, ya sé”…

Claro. En cambio el que está más cerca
de la frontera es el que de repente…

Es el que te llama la atención,
decís: “¿Cómo? ¿Ausente crónico?

Si yo lo veo y viene”.

Claro, esa es una de las cosas,
por ejemplo, donde uno puede,

presentando la información
de manera diferente,

ayudar a que este
fenómeno de invisibilidad

se pueda revertir
y que todas las personas,

todos los actores que tienen
que ver en la asistencia,

que pueden contribuir
a solucionar este problema,

estén mejor informados.

Y lo otro que llama la atención,
más que, como son siete de cada diez,

estamos hablando de realidades
que uno al menos asume

son muy distintas entre sí.

¿Cuáles son los motivos? ¿Tenemos una idea?

¿Hay motivos comunes
de esas ausencias crónicas?

Sí, hay un 72% de las inasistencias
que son no justificadas.

O sea, para empezar, no se trata…
el fenómeno no responde exclusivamente

a un tema de faltas por enfermedad.

Por supuesto que la enfermedad es,
sobre todo en algunos períodos,

es importante, pero no es el factor principal.

Cuando hablábamos con las familias
y preguntábamos por qué falta,

lo primero, y es algo que también
nos llamó mucho la atención,

cuando vos preguntás cuánto faltó,
y en esto de la información

teníamos la ventaja de que
nosotros sabíamos

cuánto había faltado el niño el año
anterior y le preguntábamos al padre,

finalizando el año,
que hicimos esta encuesta:

¿cuánto faltó tu hijo este año
a la escuela o tu hija?

Todos, o sea, le erraban todos.

Pero, como decimos en economía,
el error puede ser aleatorio,

algunos para arriba,
otros para abajo, o sistemático,

que ahí ya es otro el problema.

Todos le erraban por menos.

Todos por menos, todos.

O sea, todos nos decían
que había faltado

menos de lo que había faltado.

Entonces, ahí es un problema.

Eso también desde
las ciencias comportamentales

está estudiado: cuando hay
un sesgo de ese calibre,

ahí hay un exceso de optimismo
por parte de las familias,

que creen que en realidad
lo pudieron manejar

mejor de lo que realmente lo manejaron.

Y todo eso se potencia de bueno,
si yo cuando voy a ver la información

me ayuda como a reforzar, “ah,
fueron dos, tres faltas en el bimestre,

esto no es mucho”, y sigo
de largo, son todo perlitas

que van como armando este
collar que terminamos

con siete de cada diez, que,
como vos decís, no es un problema

de un contexto específico,
no es que sean chiquilines

todos en situación vulnerable
o con problemáticas,

como decimos nosotros, barreras
estructurales: muchas veces,

o en una parte o una porción
de este problema,

y son estas faltas, ¿no?

“Bueno, me levanté hoy
y se me complicaba llevarlo”

o “Está cansado, ayer se acostó tarde”
o, que no quiero minimizar,

yo también soy madre, tengo tres hijos y estoy,

los tengo bastante enloquecidos
desde que estoy trabajando con esto.

Son siete de cada diez crónicos
y siete cada diez injustificadas.

Exactamente.

Es un montón.

Es un montón.

Y creo que además entender
que a nosotros esta fase,

cuando nos dedicamos como mucho tiempo
a tratar de entender el problema,

hay que ver que no es un problema
que tenga una única causa,

porque ¿cuál es la tendencia?

Uno identifica la causa es esta,
entonces esta es la solución.

Yo creo que este problema
no se puede ir con una solución.

Hay que pensar abordar desde distintos;
si nosotros pensamos decir: “Bueno,

siete de cada diez
fueron ausentes crónicos”.

Algunos fueron ausentes crónicos
porque faltaron 70 días,

o sea, hay un 20% que está
en asistencia altamente insuficiente,

con muchísimas faltas,
y esos seguramente tengan

ciertas características comunes
de problemáticas

mucho más estructurales.

El tema es bueno, pero hay una porción
que de repente mejorando la manera

en que presentamos la información,
reforzando entre las familias

la importancia de ir a la escuela
y los problemas que trae faltar,

podemos hacer algo, ¿no?

Y no es una porción menor.

Seguramente es una gran cantidad
de niños que están en esa situación.

Bueno, estuvimos hablando un poco
sobre algunas herramientas,

pero ¿qué otras herramientas
o con qué otras cosas

está trabajando Ceibal
sobre el tema ausentismo?

En Ceibal estamos trabajando
desde el Laboratorio

de Perspectivas Comportamentales,
que capaz que hago un minirresumen

de qué es lo que hacemos, por qué Ceibal
tiene un laboratorio de este tipo,

pero básicamente
las ciencias comportamentales,

que es como una intersección
entre distintas disciplinas,

combinan parte de psicología
con parte de sociología,

de economía y busca entender
cómo las personas toman decisiones, ¿no?

Entonces, bueno, en este caso,
llevado a nuestro tema de ausentismo,

cómo las familias, por ejemplo,
deciden sobre la asistencia

de sus hijos a clase,
cómo los docentes deciden

sobre cuándo actuar ante
casos de ausentismo,

cómo los directores, cómo
las autoridades, cómo nosotros.

O sea, hay todo un… distintas decisiones
que tienen que ver con este fenómeno.

Entonces, desde el laboratorio,
una de las cosas que hicimos,

además de esto que fuimos
describiendo con Martín de

meternos a entender la información,
que en nuestra metodología

eso se llama como la fase
de exploración,

fue pensar en diseñar una solución, ¿no?

Es decir, bueno, ¿cómo se puede
contribuir a resolver este problema?

Y hago énfasis en la palabra
“contribuir” porque en general

soluciones que vienen
desde el lado comportamental

no apuntan a resolver
un problema de manera acabada,

digamos “Acá vamos a resolver
el ausentismo en el Uruguay”.

No. Lo que busca es entender
qué parte de este problema

se puede abordar
con soluciones comportamentales,

qué parte tiene que ver con estos sesgos
y estas cosas que fuimos hablando hoy,

y pensar una solución que ayude
a que las personas al momento

de tomar estas decisiones
tomen decisiones

que terminen siendo mejor
para ellas mismas.

Eso es un poco la lógica de esto.

Entonces, bueno, nos hemos embarcado
en una… en diseñar una solución,

que la estuvimos trabajando
mucho con la ANEP,

que también buscamos
mucha referencia internacional,

porque hoy hablábamos:
Uruguay tiene un caso crítico

de ausentismo, pero no es ajeno a lo
que pasa en muchas partes del mundo,

entonces esto también
se ha investigado

y se ha explorado internacionalmente,
y bueno, estamos embarcados

actualmente en un estudio donde,
como decía Martín hoy,

estamos trabajando en 210 escuelas.

Tenemos algunas escuelas
que nos van a servir como testigo,

digamos, donde vamos a poder monitorear
qué pasó con la asistencia,

pero en las cuales no hemos
intervenido, y otras escuelas

donde sí estamos haciendo algunas
cosas que, bueno, capaz que

Martín quiere comentar respecto
a cómo estamos trabajando

con la información
o qué tipo de información

estamos enviando a las familias.

Sí, bueno, estamos haciendo
un análisis de información

sobre el ausentismo y estamos
enviando cartas a las familias

contándoles de cómo viene
el ausentismo en sus hijos…

O sea, con como cartas personalizadas
contándoles de ese niño.

Son cartas personalizadas
de decir: “Tus hijos están teniendo

estos niveles de ausentismo
y asistencia”,

para que cada uno sean
conscientes y puedan hacerlo.

Lo mismo que estamos
entregando cartas a los docentes

y en los centros educativos.

¿Y qué pasa con eso?

¿Qué pasa cuando llega la carta?

¿Ya han tenido como algunas respuestas
de qué le pasa a una familia

cuando le llega esa carta?

Bueno, lo primero es que es una carta.

Es un papel que llega, ¿no?

Porque también cuando
estábamos en la fase de diseño

muchos nos cuestionaban, decían:
“¿Por qué no mandan un WhatsApp?”.

No, no, una carta y el WhatsApp,
en esto de buscar el impacto

y pensar un poco
desde la reacción de las familias,

no es lo mismo.

La carta, además, jugamos con un efecto
que es, en la fase de entrevistas,

cuando preguntábamos
“¿cuánto falta tu hijo?”,

nos decían: “No, poco poco,
casi nunca falta,

solo cuando hay casos, no sé,
problemas muy graves,

pero si no no falta, ahora
los compañeros sí faltan más”.

Entonces, siempre veíamos
como que las familias tenían idea

de que su hijo no faltaba mucho,
pero que los compañeros sí.

Entonces, lo que estamos mostrando es:
le ponemos una barrita

con la cantidad de faltas que
tuvo ese niño o esa niña ese año,

con la cantidad de faltas
que lleva acumulada en el año,

y comparamos con la mayoría
de la clase cuántas faltas lleva.

Y muchas veces
se ve que está por encima, ¿no?

Entonces tratamos como de revertir
esa percepción equivocada

que a veces las familias tienen
de que su hijo está faltando poco.

Eso es uno de los instrumentos.

Reacciones de todo tipo,
no pasaron desapercibidas.

No pasa desapercibida.

No pasa desapercibido seguro.

No. La verdad, tuvimos la gran
mayoría de las respuestas,

porque bueno, pusimos una dirección
de correo electrónico

para que nos hicieran llegar
comentarios y demás,

la gran mayoría de las respuestas

estuvieron buenas porque
es como que las familias

se sienten interpeladas,
porque bueno, también

me pongo en el lugar
de recibir una carta

y es… Te interpela,
decís: “Pero ¿cómo?”.

Y a veces te sorprende la magnitud.

Muchos nos escribían para explicarnos
y darnos las razones,

por qué se habían dado
esas inasistencias;

otros que no, que tenía que
aber algún error, que no,

que no era lo que tenía como en
la memoria o en el recuerdo.

También, y una decisión que tomamos
y bueno, y eso generó cierto impacto,

es que nosotros decidimos
intervenir a todos los niños,

independientemente del nivel de faltas,
entonces en realidad…

No solo los que faltaban,
no solo al ausente crónico,

sino a todos les llega la carta.

Exacto. Entonces, eso fue una decisión
que lo hablamos en su momento,

cuando hicimos un pequeño piloto
en una escuela y bueno,

la directora nos marcaba
como la importancia

de que no sientan como que hay
niños que reciben cartas

y otros que no,
entonces mandamos a todos,

y además como sabemos que
siete de cada diez eventualmente

van a estar en esta situación, también.

La diferencia no era tan grande.

No era tan grande.

No era tanto más papel.

Claro. Y bueno, lo que vimos es que claro,

cuando se trataba de esos
tres de cada diez que no,

había como un cierto
no te voy a decir enojo

porque capaz que no era enojo,
pero una cierta como bueno,

me preocupé, pero en realidad yo no hice
nada, o sea, mi hijo está yendo,

entonces bueno, ahí algunos
de esos mails también,

también tuvimos
como de ciertas molestias,

que a veces es difícil explicar,
o sea, qué es lo que está

por detrás o bueno, las decisiones
que se toman en el diseño.

Pero bueno, son tres cartas,
como decía Martín,

ya llevamos enviadas dos,
nos queda la tercera ahora en octubre,

y además, bueno, hicimos algunos,
agregamos en ese sobre, por ejemplo,

un calendario, para que se
pegaran en la heladera,

invitándolos a registrar,
que hicieran con los niños,

registraran las faltas.

Para visibilizarlo más.

Buscando eso, “bueno,
vamos a ir llevando la cuenta”.

Y además, bueno, un folleto
donde explicábamos

esto de cuánto está bien faltar,
y llevamos ese semáforo a esa,

a esa bueno, si ellos están
llevando la cuenta

de las faltas del período del mes,

¿cuánto está bien faltar por mes?

Entonces, bueno, ahí poníamos
un semáforo: cero en verde,

uno ya es amarillo,
pues ya estamos entrando

en zona de riesgo,
y dos faltas al mes ya es problemático.

Entonces tratando como
de corregir también esa visión.

Y bueno, y haciendo énfasis
también en la importancia

de asistir a la escuela
y cómo no asistir tiene impacto

en el futuro de ese niño,
los aprendizajes,

que se relaciona con mayor probabilidad
de deserción en educación media,

con peores resultados en las pruebas.

O sea, hay un montón de cosas
que están estudiadas que no,

no las decimos nosotros,
que están estudiadas

y que hay muchísima evidencia
de cuáles son los perjuicios de faltar.

Me parece importante
lo que decís, Irene,

porque hablás de después la probabilidad
de deserción en educación media,

que se habla siempre
de las faltas en educación media,

pero ¿dónde se empieza a generar esa…?

Capaz que lo que pasa en educación media
es porque venía pasando.

Cómo viene pasando
en educación primaria,

cómo se viene acostumbrando
a que la asistencia

tiene que ser mucho más sagrada,
tiene que estar, tiene que estar ahí,

entonces bueno, es eso.

Se habla mucho de la educación
media, ya la deserción,

pero se viene dando un problema,
se viene gestando un problema

que tenemos que atacar antes.

Dice Martín la educación,
la asistencia es sagrada:

es un poco la bandera.

Incluso discutimos, decimos
“¿cómo, pero está bien faltar?”.

No está bien faltar nunca.

Era como la discusión que teníamos
cuando armábamos el folleto.

Una de las cosas que veíamos
cuando hablábamos con las familias

es que… Como esa visión
de que uno como que tiene

una cuponera de faltas, ¿no?,
decís: “Me manejo con esta cuponera

y si llega hasta fin de año y no faltó
mucho, tengo como para…”, y la realidad

es que no, o sea, el proceso
óptimo de un niño

es que no falte a la escuela,
por un montón de razones, entre ellas,

es lo adecuado para su proceso de aprendizaje.

Pero entonces también eso creemos
que hay una oportunidad interesante

como para poder revertir.

Claro, que entiendan
que la currícula y el calendario

está pensado para que
asistan de forma sistemática

y están pensados
los descansos y las pausas

en el año y las vacaciones.

No es necesario agregar más,
ya está planteado

para que sea de esa manera
y que tenga una asistencia completa.

Y hablábamos de
herramientas que se usan,

etcétera, pero a nivel
de toda la sociedad,

digamos, o de las familias
y los docentes,

¿qué otras cosas se pueden hacer
para ayudar a revertir esta situación?

Como decíamos hoy,
el problema es tan complejo

que tiene que tener
un abordaje complejo, entonces…

Multicausal.

Multicausal, es multicausal y por lo tanto

no puede haber una
única solución para esto.

¿Qué es lo bueno de entender
o por qué creo que es importante,

y en este sentido
el estudio que venimos haciendo

aporta a entender el fenómeno?

Porque uno puede ser más intencionado
con a quién dirige cada solución.

Si uno en ese continuo
decir “bueno tengo niños

que han faltado desde 20
a 150 días en el año”.

Una única solución para
todas esas realidades seguramente

o sea ineficiente o no funcione, ¿no?

Por ejemplo, si yo pretendo,
como decíamos hoy,

resolver el problema mandando cartas,
y seguramente cierta parte,

sobre todo los que están más cerca
de esa cantidad de faltas problemáticas,

las cartas no les van a hacer nada,

porque estamos hablando
de otras realidades,de otro tipo

de problemáticas, otro tipo de barreras.

Si yo puedo concentrar, por ejemplo,
la intervención en niños

que estén en el entorno
de las 20 faltas,

que hayan faltado mucho, pero no tanto,
de repente ahí tengo más impacto.

Y los centros educativos
tienen dispositivos.

O sea, hoy hay programas, en primaria
hay muchos programas

que apuntan a fortalecer
el vínculo de los niños con la escuela

y asegurar que esos niños
estén presentes:

hay maestros comunitarios,
está el programa de Escuelas Disfrutables.

Creo que la oportunidad acá es,
si entendemos cómo se da ese problema,

es que, por ejemplo,
este programa Escuelas Disfrutables,

que muchas veces tienen especialistas
que terminan yendo a la casa

de los niños a buscar a esos niños
que están desconectados

del proceso educativo,
puedan enfocarse en esos casos

más problemáticos, que de repente
mejorando los sistemas de información

podamos ir a esos otros casos
que no tienen esas barreras

estructurales pero que necesitan
como mejorar esa calidad de información

para que sean más
conscientes del problema.

Trabajar, como estamos haciendo ahora,
en una mesa de trabajo

que tenemos con ANEP, revisando
los sistemas de información.

A ver, como decía Martín,
¿cómo podemos mejorar esa alerta,

cómo podemos mejorar los indicadores
para que este problema sea más visible?

Y sobre todo, que creo que
este año empezamos a ver

que eso está pasando, que el tema escale
en la prioridad de la agenda educativa.

O sea, porque es como decíamos hoy:
si no se va a la escuela,

no hay proceso. O sea,
no puede pasar nada.

Si no empezamos
porque los niños estén en la escuela,

es difícil plantearse
metas más ambiciosas

en términos de aprendizaje
o de resultados educativos.

¿Martín?

¿Qué concluir después de Irene?

Yo creo que pienso exactamente igual.

Es sumamente importante la asistencia,
que podamos concientizar

a las familias en eso.

Me estaba acordando mientras conversaba,
me estaba acordando de la pandemia.

Tuvimos índices similares, yo recuerdo
teníamos 500, 600.000 chiquilines

conectándose diario de los 800.000
y teníamos instancias similares.

Quiere decir que es un
problema que se da,

es crónico, yo creo que
la palabra es superacertada,

y tenemos que intervenir a las familias,
intervenir también en los…

creo que los centros educativos
tienen que ser más conscientes.

Estas 220 escuelas
que estabas mencionando

me lo imagino a nivel país
y tenemos la información,

tenemos las capacidades,
imaginate una política a nivel país

de las asistencias de esto;
yo creo que podría ser espectacular.

Irene, Martín.

Yo creo que lo único que me gustaría
agregar para el cierre:

a veces estas cosas como que parecen
obvias, ¿no?, y uno se puede sentar acá

y decir “ay, pero ¿cómo no ves
que dos faltas este termina?”.

No es nada obvio, no es nada obvio,
porque realmente la vida de las personas

pasa entre un caos,
que es cómo uno maneja

para ir llevando todo a todos,
teniendo todas las pelotas en el aire,

entonces creo que lo primero
es entender que sabemos que las familias

hacen lo mejor que pueden,
que los actores educativos

hacen lo mejor que pueden.

El tema es, a veces creo
que la ventaja de poder tener foco

o de poder mirar de cerca un problema
es que uno tiene esa capacidad

de detectar cosas
que están al alcance de la mano.

O sea, creo que ese es como
uno de los principales objetivos

que tenemos desde el laboratorio,
es buscar qué es lo que realmente

no debería ser un problema
porque se puede abordar

de manera sencilla, de manera…

Un problema complejo
que termina teniendo la sencillez

de asistir, de medir las faltas,
de que vayan en el día a día,

de que no tengan esa, ese bache ahí que
decías vos de “ah bueno,

puedo faltar seis o siete veces”.

Tengo la cuponera.

Tengo la cuponera, exactamente.

Exactamente.

Muchísimas gracias a los dos. Un placer.

Gracias.

“Aprendiendo del futuro”,
un pódcast de Ceibal.