Parteaguas

Alejandro Butrón quiso ser médico, pero decidió ser chef. Vivió en las calles de Chimalistac, linda zona al sur de la Ciudad de México. Vendió hilos, medicinas... pero la vida lo llevó a convertirse en el experto de la cerveza mundial en Yucatán, México.

What is Parteaguas?

Disrupción contada por mujeres y hombres súper aventureros que no temen dar giros en su vida para mejorar su entorno y hacer negocios que a veces salen bien. Tecnología de punta hablada simple y en español, desde México. Jonathan Ruiz, columnista y directivo de El Financiero y autor de Parteaguas, es el host.

Y si estás indeciso entre ser un chef o ser un médico, porque así es tu cerebro, vaya, estás indeciso entre esas dos posiciones y decides de pronto ser chef, pero eres tan flexible al cambio que la vida te lleva por caminos difíciles y terminas vendiendo medicinas, medicina. Pero luego las circunstancias cambian de ritmo, cambian de dirección y regresas a tu formación y eres chef. Pero no queda ahí la cosa. La vida te lleva al mundo de la cerveza, y no de cualquier cerveza, de la cerveza mexicana artesanal que está en ¿Qué tal si de pronto eres una suerte de chamán en tu ciudad? Y eres quien más sabe de cerveza, justamente ahí, en tu localidad. Eso le pasó a Alex Butrón. Escúchenlo. Esto es Parteaduas número 18. Bienvenidas, bienvenidos. Si ustedes toman su celular en este momento les entrará ansiedad, porque ya están pensando en una nueva carrera, en un nuevo viaje, en un nuevo coche, en unos zapatos, y todo lo que les quieren vender a través de las redes sociales. Y ustedes deben de tomar muchísimas más decisiones de lo que hicieron sus padres, justamente por la cantidad de opciones que tienen a través de un dispositivo que les cabe en la mano. Entonces, en ese cúmulo de decisiones, ¿cómo ayuda escuchar la historia de gente que ha pasado por buenas, por malas, y que al final ha tenido una historia interesante de vida? Como Alejandro Butrón. Alejandro Butrón Heredia está conmigo aquí en CABINA. Bienvenido, chamán de la cerveza en Mérida. Buenas noches. Gracias, qué bueno que ya te puedo regresar la visita porque solamente era de allá para acá y hoy ya vengo a tu casa después que siempre vas a la mía. Estoy muy contento de que me hayas invitado, muy interesado en este programa porque me parece que va a estar muy interesante, tengo muy buenas expectativas. el tema este de que la nueva presidenta se enfoca en la producción de productos locales, de un tiempo acá yo coincido contigo en ese tema y específicamente en uno de los temas que vamos a hablar es la cerveza y créanme que si algo hemos podido dejar de comprar fuera de México es la cerveza. Y eso es gracias a que tenemos grandes cerveceros en el país y en el Estado, que ahorita ya están competitivos al 100% con cualquier país del mundo. Entonces sí, me alegro que la Presidenta tenga este espíritu de generar en México, pero nosotros los cerveceros ya nos adelantamos. Ya estamos haciendo cerveza de buena calidad. Sí, está Wetland, Fauna, aquí mismo en Mérida, Pinillos, Todes, Villa Mil, Milo, Fervor. Pues vamos a ir para allá Alejandro, pero tenemos que empezar por donde empezamos en este programa. Hubo un tiempo en el que no tomabas muchas decisiones porque habías llegado al mundo y en ese momento no tenías la experiencia suficiente para tomar decisiones por cuenta propia y una de esas decisiones fue nacer aquí, aquí en Yucatán, en Mérida, Yucatán fue una decisión que tomaron tus padres ¿Qué pasó después de tu nacimiento, Alejandro? ¿Qué pasó en tus primeros años? Efectivamente, tuve la fortuna de nacer en esta bellísima ciudad de Mérida, hace 52 años, cuando solamente existía la clínica de Mérida. Vi a mi mamá yucateca, Mocuy Heredia, así conocida en la sociedad. ¿Su nombre completo? María Cecilia Heredia Molina. Se casó con mi papá, que era de la Ciudad de México, entonces ellos vivían en la Ciudad de México, y efectivamente tomaron la decisión por mí de venir a que yo naciera aquí, yo y mi hermano nacimos aquí en Mérida. Y posteriormente mi mamá venía, nacíamos, se quedaba tres meses para que mi abuela y mis tías le ayudaran y después ya regresábamos a la Ciudad de México en donde mi papá trabajaba. ¿Cómo se llamaba tu papá? Mi papá Alejandro Eduardo Butrón Riquelme, así se llamó. Él y tu madre decidían que ustedes nacieran acá, ¿cuántos nacieron acá de la familia? Nacimos dos, nacimos dos, yo soy el mayor, mi hermano es Luis Fernando Butrón Heredia, él vive acá en Mérida, es gerente de United, de la sucursal de United de acá de Mérida. Qué difícil es ser el hermano mayor, no? Terrible. Porque yo soy padre y son el conejillo de indias cuando no tienes experiencia alguna entonces te tocan los castigos te tocan los regaños, ¿no? ¿Cómo fue eso? Una de las anécdotas más curiosas que platicamos cada vez que tenemos ocasión es el momento en que nos enseñaron a sentarnos derechos en la mesa entonces los dos estábamos desparramados y entonces obviamente al hijo mayor decían, Alejandro siéntate derecho y entonces nada más Fernando, nada se veía como se enderezaba, y entonces ya nunca le llamaba la atención por estar disparado en la silla, no? Si los primogénitos nos lo enseñan ya los, si tienes dos, ya la llevas a llegar en el segundo, si tienes tres, ya la llevas de pechito en la zona sur de la ciudad, hay una zona empedrada muy linda, la zona de Chimalistac pegada a la zona de San Ángel de la Ciudad de México, así de la Ciudad de México, no sé que dije, pero era lo que quería decir. Y en la Ciudad de México, esa zona también está pegada a Coyoacán. Con eso quiero decir que es quizás la zona cultural más relevante que tuvo o que sigue teniendo la Ciudad de México. Ahí hay museos como el de Frida Kahlo, como el de Trotsky, y todas las serie de galerías que hay por la zona. En esa zona tú creciste. Así es. ¿Cómo eran tus días? Yo tuve la fortuna de que mis abuelos heredaron de sus abuelos una casa muy grande en Chimalistac, una casa en donde el terreno es inmenso y la ventaja es que enfrente había un parque entonces, todavía en aquel entonces, estamos hablando ya de los años 70´s principios de los 80´s los niños podíamos salir todavía a la calle a jugar fútbol y nosotros tenemos la fortuna de tener un parque precioso el parque de Chimalestago, el parque se llama el parque de la bombilla y bueno, se armaron unas cáscaras preciosas, todos los vecinos y eso es algo que muchos jóvenes de estos de estos días ya no tienen, todos los vecinos salíamos y nos organizábamos con el famoso piedra, papo, letujera, hacíamos equipos y jugábamos fútbol en el parque era curarte las heridas, llegaba con la rodilla raspada, el balonazo, todo eso, pero se sentía una satisfacción rica, llegabas a dormir cansado de haber jugado, cansado de haber corrido, bueno... Llegabas mojado, bueno, yo me acuerdo, porque más allá del sudor, la lluvia o lo que fuera, uno se hidrataba en la primera llave que encontrabas, cualquier tubo de jardinería era una fuente de hidratación, no? Se tomaba de la llave de la calle de donde fuera. Oye, y creciste de algún modo como un deportista que a la postre no fructificó? Bueno, no, no soy futbolista, me gusta mucho el fútbol, me gusta mucho. Parte de, uno de los deportes que practico hasta el día de hoy es taekwondo y es un deporte que a mí me apasiona. Es increíble cómo es un día, un día, actualmente un día mío con taekwondo en la mañana y sin taekwondo en la mañana. Un día con taekwondo en la mañana es un día activo, un día sin taekwondo en la mañana es un trapo. Eso fueron las dos actividades deportivas que hice, fútbol, practiqué... ¿Usted es cinta negra en Tecuandó? Soy cinta negra, tercero dan... Porque yo sí soy Tecuandó, e infrustrado, yo llegué a cinta azul. Ah bueno, es un buen grado, azul es... Sí, llega a la mitad, pues, soy como trunco, ¿no? Sí, sí, ya es momento de empezar de nuevo, te invito a entrenar. Entonces, bueno, tú de algún modo seguiste, bueno, empezaste ahí tu actividad deportiva, pero a la postre estabas yendo a la escuela, ¿no? Estudiabas... ¿Dónde estudiabas? ¿En la secundaria? Bueno, la primaria la hice en una escuela muy bonita en la Corina del Valle que se llama Dos Naciones Unidas. Ok. Es... ¿Sigue existiendo? Sigue existiendo. Ok. que hasta el día de hoy cuando llegan nuestros clientes de... que hablan inglés, los americanos, algunos me dicen, oye, ¿estudiaste en Estados Unidos o algo así? y le digo, no, el inglés que yo tengo es de esa primaria. La secundaria la hice en una escuela, una secundaria muy chiquita que ya desapareció, que se llamó el Colegio Inglés del Valle. La anécdota más memorable que tengo de esa secundaria fue el terremoto del 85, porque ya estábamos nosotros en clases y de repente empieza el terremoto y pues las maestras nos llevan al patio, pero la escuela estaba a dos cuadras del Hotel de México, entonces el Hotel de México se veía con ese movimiento, o sea así, volteábamos hacia... Como hecho de gelatina, ¿no? No, no, no, no. Y dije, yo la verdad pensé, eso se va a caer y va a caer encima de nosotros. Y ya estén. Esa, ahí hice la secundaria. Para quienes no conocen el Hotel de México por ese nombre, quizás conocen el nombre de World Trade Center. Sí, ya. Digo, eso demuestra nuestra edad. Fue la edad, sí. Pero debe tener, voy a equivocarme seguramente y alguien me corregirá pero más de 40 pisos es fue el primer rascacielos de la zona sur de la ciudad de méxico no sólo competía acaso con la torre latina con americano americano nada más eran los dos rascacielos que tenía esa ciudad y evidentemente se movió aquello como si recuerdo bien ello de hecho fíjate lo que son las cosas yo estudiaba en el colegio simón bolívar de la zaya que está en galicia en la zona sur de la ciudad también. Y sí se movió la tierra, que mi sensación del terremoto no fue como la tuya, porque yo no estaba estático, yo iba en el coche rumbo a la escuela. Y cuando sucedió, ya después analicé, pasamos un vado, que no existe, porque íbamos sobre insurgentes, pero yo sentí claramente que pasamos un vado, y luego se apagó la radio íbamos oyendo las noticias matutinas y se apagó la radio no supe qué pasó en ese día, no te puedo decir que el locutor, íbamos escuchando pero sí recuerdo que también se cayeron instalaciones de televisa que todavía desafortunadamente hubo programas de radio evidentemente se pudo haber caído una antena en el mejor de los casos en el peor de los casos pudo haber salido alguien ahí. Pero en fin, esa fue mi sensación, ese fue el momento y ese momento quienes vivimos el terremoto del 85 lo tenemos tatuado en la cabeza. Y tú vivías en esa secundaria, esa secundaria de algún modo te sirvió también al menos para practicar el inglés? Sí, también. Y qué pasó después, Alex? Uno llega a la prepa es una de las épocas que más disfruté en mi juventud. Estuve en una prepa que se llamaba el CUAM, Centro Universitario Anglo-Mexicano. Grandes amigos, hasta la fecha, gracias a las benditas tecnologías, cuando las usas bien, la tecnología nos ha permitido reunirnos con amistades que, estando en Mérida difícilmente podía yo tener la posibilidad de volver a ver o de volver a platicar con ellos, ¿no? Y después hago gastronomía en el Instituto Culinario de América Latina y en el Centro de Estudios Superiores de San Ángel, allá mismo en Ciudad de México. Pero dices que hubo una conversación con tu papá. Ah, sí. O sea, no es de... ya no es de papaso fácil, como si fuera una cápsula, ¿no? No. O sea, y hubo algún momento de decisión. Exactamente. Hubo... de repente llego con mi papá, como posiblemente muchos jóvenes lo hagan, y le digo, y me dice mi papá, ¿y qué quieres estudiar? Le digo, ah, pues, me llama la atención medicina y gastronomía. Y entonces mi papá se queda pensando un par de segundos y me dice, mira, de que se temoran en la plancha a que los cocines en la plancha, mejor cocínalos, cocínalos bien rico, hijo. Y dije, bueno, pues ok, y entonces estudié gastronomía. dicho entre comunicadores los médicos entierran sus errores literal los comunicadores los publicamos estudias gastronomía en donde en el instituto culinario de américa latina está también en el sur en san ángel y porque ahí porque vivía yo cerca o sea la cercanía fue lo que la familia tuvo y fue competitivo ese centro culinario? Muy competitivo. Fue la primera escuela que tuvo sucursal, bueno, que fue sede de Cordon Bleu. Tenía maestros extraordinarios. Tenía Arnulfo Luengas, que era un oaxaqueño, que cocinaba increíble, hacía unos platos con técnicas extranjeras, pero con ingredientes mexicanos. Me acuerdo mucho de un pato a la jamaica, que quedaba espectacular. Y bueno, tuve la fortuna de estudiar con él, con Arnulfo Luengas, con el chef Alejandro Heredia, del Camino Real, con Jacques Bergerot, del Café de París. Oye, pero eran días distintos a los actuales, porque en esos días los chefs eran piratas más que celebridades, ¿no? Quien lo dice es este chef, bueno, quien lo dijo antes de morir fue este chef que se volvió célebre por sus documentales alrededor del mundo. Y no sé por qué, yo creo que era por la edad, también se me acaba de ir el nombre, pero lo voy a recordar en un momento pero tiene un libro que dice el chef confidential que es justamente el que describe esta circunstancia de que las cocinas eran lugares de pandillas eran bravos y a veces con poca higiene no quiero decir que en tu caso pero en días de nuestra niñez las cocinas no eran higiénicas y ahora por el contrario, ahora los cocineros son muy reconocidos, entonces tú en ese momento habrá sido difícil también para tu papá decir bueno mi hijo va a ser cocinero, no? Sí, sí porque él era una persona destacada en el área de recursos humanos de Banamex y pues le hubiera encantado que yo siguiera sus pasos, no? Bueno, me llevé a la gastronomía y bueno, llegó el momento en que tuve que decidir y bueno, me salí de las cocinas. Y eso nos lo vas a decir después del corte. Con mucho gusto. Porque si ustedes pensaban que era inmediato, entró a las cocinas, están equivocados. Y de quien estoy hablando es de Kitchen Confidential. Ya me lo están haciendo saber ahora mismo por whatsapp y es de Anthony Bourdain es la vida de Anthony Bourdain, pero bueno soy Jonathan Ruiz, esto es parte de Aguas, estoy con Alejandro Butrón, regresamos estamos con el chamán de la cerveza de Mérida con Alex Butrón y nos está contando de que cómo estudió gastronomía y graduándose de gastronomía que era lo que al final practicaría no trabajo en gastronomía en qué trabajaste bueno en aquel entonces me casé y recién graduado casi ¿Qué edad tenías? 23 Ok, ¿sí? Sí, sí Es lo normal Y bueno, nos fuimos a vivir a Cozumel y en Cozumel sí estaba yo dedicado a la gastronomía Después, lamentablemente, la mamá de mi esposa se enferma de cáncer y regresamos a Mérida hace 27 años y regresando a Mérida me traje una distribución de un hilo de costura y empecé a vender hilo de costura a todas las maquiladoras y nos estaba yendo muy bien porque este hilo de costura lo hacía mi suegro, el papá de mi esposa y tenía muy buena calidad, un hilo poblano, un hilo mexicano que competía con... en aquella época estaba el coach Timón, eran los importados, y el hilo que nosotros vendíamos tenía la calidad suficiente como para competir con el importado, y empecé a trabajar, a vender en maquiladoras. Para los que somos ignorantes de esa actividad, asumo que el hilo de costura es el que une las piezas en la confección. Exacto. O sea, los pantalones necesitan, las camisas, los pantalones, las camisetas necesitan este hilo para unir sus piezas, ¿no? Correcto. Es hilo de costura, manejábamos diferente calibres, calibres para camisa, calibres para pantalón de mezclilla, etcétera. Había... una de las cosas que más disfrutaba en ese entonces es que todos los viernes iba yo a Tequita a vender hilo a los a todos los maquiladores que hacían guayaberas y entonces conocí a yo todo el pueblo, a todo el pueblo, o sea casa por casa, cada casa era preciosa porque no había luz en la casa, bueno no había estufa, si había luz porque había la máquina de coser, no había estufa, entonces eran estas casas mayas, y de un lado veías a la mestiza haciendo tortillas sobre tres piedras y el comal, y del otro lado veías al esposo haciendo alforzas de guayabera. Kilómetros y kilómetros de alforza de guayabera. Entonces llegabas ahí, una tortillita, así como no, recién hecha, y bueno ya, ahí vendía yo hilo de costura. Me veo obligado a explicar que es una alforza de guayabera y tú tienes que decirlo. Con mucho gusto. Son los dobleces que están en el frente de la guayabera. La guayabera es una camisa típica de esta región, por supuesto. Sí. Y bueno, ahí vendía y una de las cosas más interesantes, justo ayer lo platicaba con unos amigos, casi con excepción de Mérida, que es en donde desayunamos cochinita, en muchos municipios cenan cochinita y una de las cosas más ricas que hacía que había en Tequito era la cochinita, ya no me acuerdo del nombre de este amigo, pero hacía una cochinita enterrada y un pan horneado, delicioso, entonces bueno comienza a vender hilo, entra varias maquiladoras, o sea, le puso en la torre a las maquiladoras, entonces ya no tuve ni a quién venderle, ni a quién cobrarle. Y aquí viene algo interesante, como les platicé hace un momento, yo le dije a mi papá, me llama la atención la medicina o la gastronomía, y bueno, surge la oportunidad y entro a trabajar a un laboratorio médico como representante de ventas y bueno ahí la capacitación que te dan de los productos que vas a vender es suficiente como para hablarles a los médicos de tú a tú para que te expliques de cómo es el mecanismo de acción de un medicamento en algún padecimiento y bueno ahí hago 10 años, hago 10 años hasta que llegan ciertas reestructuras, desaparece el puesto que yo tenía y con la liquidación que me da este laboratorio me vuelvo socio de un bar, un wine bar aquí en la ciudad de Mérida, me invitan a ser socio y bueno... Debo subrayar lo que acabas de decir porque se menciona esta palabra con tanta frecuencia que creo que se pierde su significado, hay una palabra que explica lo que estás describiendo que es la resiliencia, a veces la resiliencia se confunde con resistencia, con resistir, con ser fuerte ante las circunstancias. Cuando la resiliencia es otra cosa. La resiliencia es tu capacidad de adaptarte. Y aquí hubo dos momentos en los que debiste adaptarte. Tú habías sido entrenado para tener una práctica de gastronomía y de pronto te viste en la situación de vender hilos o vender medicamentos o... Sí, así fue. Y fíjate, o sea, gastronomía, hilos, o sea, nada que ver. Nada que ver, sí. Hilos, medicamentos, nada que ver. Pero algo que me gustaba, disfruté, ese momento de mi vida lo disfruté muchísimo. Claro, porque aprendiste, ¿no? Claro, sí, entrar a hablar con un doctor, con buenos amigos médicos que tengo aquí en Mérida, después de visitarlos como representante, era apasionante, apasionante hablar con ellos de medicamentos y de enfermedades. Y los laboratorios te dan una capacitación en ventas envidiable, o sea, de verdad invierten en su personal en técnicas de venta. Traigo esto a colación porque después de que... después de que me toca salir del laboratorio... ah, bueno, comienza mi vida en relación con la cerveza alemana para aquel entonces yo no tenía ni idea de lo que era la cerveza o sea, yo tomaba cerveza porque la tomaba pero no sabía yo de qué estaba hecha, qué estilo sabía no tenía yo ni idea de la cerveza pero, con la capacitación en ventas me puse al lero de la cerveza y visité a Jürgen, mi primer cliente fue Jürgen, el dueño de la Biethaus, y entonces le llevé esta cerveza, que la marca era Engel, una muy buena cerveza, de, ahora sí que, así como Tangamandapio, de un pueblitito de Alemania, de Klarsheim, y bueno, le gustó mucho la cerveza a Jürgen, me empezó a pedir y así comencé en aquel entonces a vender cerveza en Mérida. Gracias Jürgen. Y entonces, en aquel entonces comenzaban los primeros festivales de cerveza en la Ciudad de México, en el Pepsi Center, en el World Trade Center. Yo creo que era en 2013, 2013-2014. Ah, claro, ahí es el Cerveza México. De ahí nace Cerveza México. El Cerveza México nace a partir de que las sesiones de Café Bourmet o unos eventos gastronómicos en el World Trade Center crecen tanto que empiezan a invitar a cerveceros nacionales pero les daban, haz de cuenta que les daban 10 por 10 y de repente empezaron a suscribirse tantos cerveceros que dejaron de caber en el evento de gastronomía y empezaron a rentar la parte de abajo del World Trade Center, el Pepsi Center. Entonces a mí, los dueños de la marca que traían la Engel, me empiezan a invitar a la Ciudad de México y empezamos a vender Engel muy bien. Era un despertar de la comercialización de la cerveza diferente a la industrial. Todo el país comenzaba a tomar nueva cerveza, importada o nacional. En aquel entonces la nacional todavía estaba en sus pininos. Había algunas cervecerías que ya hacían buena cerveza, pero los primeros eventos ahí, cuando todavía era en el gastronómico, en el evento gastronómico, parecía concurso de defectos de cerveza. Pasabas de están donde están y bueno. Debo decir que fui uno de esos, como le dicen los gringos, early adopter, y sí debo decir que sufrí, porque a veces la cerveza venía sucia, o sea, yo asumía que no, es porque era cerveza artesanal. No, era porque no habían limpiado los ductos. Una tontería. Pero ha tenido un avance extraordinario en México. Tenemos cerveza clara y oscura y hasta ahí llega nuestra calidad de como como bebedores de cerveza. No entendemos la cerveza, ¿no? Y cuando empiezas a ver todos los matices de sabores que hay, particularmente llegados de Europa, ¿no? De esta cultura cervecera, empiezas a dar cuenta que hay un montón de sabores. Montón. Pero de verdad, no los puedes ni enumerar. Claro que hay muchísimos tipos, hay cerveza Lager, cerveza IPA, bueno, tú eres el experto, pero aún así te quedas corto, porque cada una de ellas tiene variantes. Y a mí me emociona el mundo de la cerveza, porque está muy conectado con la cultura de cada región. Si ustedes ven incluso series como la serie de vikingos, por ejemplo, que está en Netflix, vikingos, Valhalla y demás, ahí se darán cuenta que la cerveza se crea por accidente, por granos que se quedan afuera, se fermentan con agua, y pues cuando a un loco se le antoja entender qué es eso, pues le da un trago y se da... de ahí nace exacto, pero bueno todo ese mundo lo descubres si y empezaste a venderlo en Mérida si pero no en una cervecería no, no, no en una cervecería el, el, bueno, a Jürgen si fue a una cervecería la cerveza alemana, la primer cerveza que vendí en Mérida fue en Kildi fue a Jürgen. Posteriormente los muchachos que importaban Engel comienzan a importar cervezas inglesas de estilo India Pale Ale, y esa es una de las cosas más gratificantes que he tenido cuando ya involucrado en el tema de la cerveza. Aquí en Mérida, en aquel entonces, hay un boom sommeliers de vino, gente talentosa que podían describir vinos a catas ciegas impresionantes, admirables, pero que nunca habían probado una IPA y entonces ver la gesticulación, ver la cara de alguien con la capacidad de describir y analizar organolépticamente una bebida y que de pronto percibieran el amargor delicioso de una IPA, la cara que ponían los sommeliers de vino era cara de ¿qué está pasando? ¿qué son estos sabores? ¿si me gusta? ¿qué interesante? ¿esto no es cerveza? ¿no pero si es cerveza? no no no, o sea, cada vez que yo llevaba algún prospecto de cliente y que había un sommelier encargado de decidir, de tomar la decisión de si entraba la cerveza o no, les llevaba yo una IPA. Y ver su cara era una cosa exquisita por el análisis que con sus conocimientos hacían. Y de repente, después de cuando abrían los ojos, después de estar analizando los sabores, con la mirada decían oye qué bueno está esto. Debo decir también que no he probado muchas hipas yucatecas de nivel todavía, debo decir todavía porque hay muy buena cerveza yucateca no necesariamente hipa, que ya está ahí como Todes por ejemplo, pero todavía no están ahí, Yucatán quizás Mexicali, Tijuana, Ensenada ya llevan un avance extraordinario, pero es cierto que empieza a crecer en ese momento entonces la cultura de la cerveza yucateca con las primeras cervecerías quizás estaba ya Seiba o... que me tocó vivir a mí la primer cervecería yucateca se llamó Rústica y Rústica pero fue muy breve su existencia es por eso que efectivamente la que se considera la primer cervecería yucateca es Seiba y tú también empiezas a transformar tu negocio, ¿no? o te quedas en la distribución de cerveza bueno yo comienzo, hago dos cosas comienzo en la sociedad del bar y ahí meto una gran variedad de cervezas y interesante porque regularmente iba gente que gustaban del vino y empieza a ir gente que busca cerveza pero ya te asociaste con un bar ya me habían invitado a ser socio de un bar que se llamaba Taninos en la colonia México o sea, tu entraste con un capital si y ya te asociaste con una pareja, ¿no? Con una pareja, sí. Entonces, era socio de un establecimiento de venta de vinos. De vino. ¿Y de cerveza? Y me dijeron, ese refrigerador es tuyo. Va, lo llené con cerveza y la gente empezó a ir a tomar cerveza. Y de pronto empiezan a llegar los productores locales. Empieza a llegar cervecería Mayab, cervecería Manec, cervecería Cuerno a Toro en sus principios y yo los recibo y la gente empieza a probar cerveza hecha en Mérida no industrial, cerveza artesanal hecha en Mérida y comienza el consumo de cerveza hecha en Mérida por cerveceros locales en el mercado yucateco. Y ¿cuánto dura eso? Porque tu proyecto de Taninos tuvo un principio y un final. Sí, Taninos lo vendí en el noviembre del 2019, antes de la pandemia. ¿Vendíste por participación o...? Se vendió el restaurante. Ok. Vendimos el restaurante y... ¿Por qué lo vendieron? Eh... Había ya algunos desacuerdos entre los socios. Cada uno de los socios empezó a hacer cosas distintas. Entonces desatendimos el negocio y decidimos que lo mejor era... ¿Tú estabas en otra actividad también? Yo acababa de abrir la primer sucursal de Hop en Casa Dominga. Y todavía vendía un poquito de make up. Ya tenía yo la primer sucursal de Hop en Casa Dominga, entonces desatendimos el One Bar. ¿Hop es tu marca? Hop es la marca, bueno no soy dueño de la marca, los dueños de la marca es un sobrino y su mejor amigo, Diego y Fernando, que están en la Ciudad de México. México está el Hop 1, Hop 2 y aquí en Mérida está el Hop 3. El Hop 2 es el taproom más grande de Latinoamérica, tiene 52 grifos. Y bueno, ya a mí me gusta mucho el concepto y les digo, oigan, ¿me dan chance de abrir uno en Mérida? Me dijeron sí. Fernando es mi socio en la cervecería Error de Diciembre y Diego es mi sobrino, entonces me dijeron si va y entonces abrí el primer hotel, fue un proyecto muy bonito pero no duró mucho y entonces de repente surge Paseo 60 y me fui para allá y hasta la fecha. Pero lo dices fácil pero se te atravesó la pandemia. Si, se atravesó la pandemia. La pandemia todos recordamos que todo cerró particularmente los restaurantes. Sí, los restaurantes y las leyes secas que hubieron. Sí, en Yucatán se prohibió la venta de alcohol. Y tú vendías alcohol. No, no, cuando lo prohibieron, no. No, no, pero vendías antes. Sí. Claro, claro, pero vendías cerveza y de repente prohíben la venta de alcohol. Sí. O sea, se te viene el mundo abajo, ¿no? Sí, sí, fueron épocas difíciles. Afortunadamente, yo y mi familia sobrevivimos de los contactos que tenía yo todavía en las cadenas farmacéuticas regionales. Mi gran amigo Rubén Osorio Chiapaneco, de repente un día me escribe y me dice, y yo le dije te los consigo jamás había yo vendido ni comprado un cubrebocas te los consigo antes de la pandemia y hoy en día un cubrebocas vale 50 centavos un peso esos cubrebocas se los vendían 11 pesos cada cubrebocas y gracias a eso bueno me compró esos 150 mil cubrebocas. Me compró 5 mil termómetros digitales y 5 mil termómetros que antes eran de mercurio pero ya no son de mercurio. ¿Cómo conseguiste 150 mil cubrebocas cuando todos querían su cubrebocas? Ese, aquí en Mérida, no recuerdo el nombre del pueblo, hay una fábrica de cubrebocas. Tricapa, plegados, termofijados. ¿Y cómo supiste de esa fábrica? Ya no me acuerdo. Ya no recuerdo ahorita cómo me enteré de esa fábrica. Ah, bueno, sí, ya. Tenía yo un amigo, Rafael, que le había yo vendido antes medicamentos, y un día le pregunté, oye, ¿tienes cubrebocas? ¿Sí? ¿Cuántos? 150 mil, te los consigo, va. Entonces Rafael y yo íbamos a la maquiladora porque la maquiladora tenía una demanda que jamás en su vida había tenido. Entonces, administraban las máquinas, se les descomponían porque producían tanto que se descomponían. De repente se quedaban sin el puente para la nariz y sacaban cubrebocas sin puente y administraban. Entonces, si tú pedías 150 mil, te daban 20 mil hoy, 20 mil mañana, 20 mil pasado mañana, y entonces estaba la presión allá de mil dólares. Literalmente salidos del horno. Sí, sí, sí, o sea, y administrados a todos los que estábamos comprando cubrebocas. Y así por fin, ay bueno, y también creo que 5 mil litros de alcohol en gel, que los mandé a, todo se fue a Tuxla, a mí la ayuda de Tuxla me ha dado mucho desde que estaba yo en el laboratorio y hasta la pandemia gracias a esa venta sobrevivimos. Pero gracias a tu habilidad también, a tu habilidad negociadora y además tu habilidad para adaptarte y salir de problemas rápidamente, indiscutiblemente fue un momento del que te puedes sentir orgulloso La verdad, sí, la verdad, sí, o sea, el día, la Navidad que ya pasada la pandemia fue un alivio, fue un alivio haber podido pasar esto sin haber perdido el negocio sin haber perdido alguna propiedad, algún bien, nada. Y también tengo que agradecerle a la plaza, a Víctor Abram y a la administración de Paseo 60, porque se portaron increíbles. Sin el apoyo de ellos, ninguno de los locatarios que estamos hoy en día ahí, seguiríamos. ¿Les dieron tiempo para las rentas? No hombre, o sea, mientras hubo semáforo verde, fue que se regularizó el cobro total de la renta, pero mientras... Esas ayudas entre empresarios, ¿cómo cuentan? Nombre de emprendedores y empresarios, sin duda. Y ahora, Alex, puedes presumir de no tener solo Hop3, que es, supongo que es donde está muy cerca tu corazón, que es la cerveza, sino que además tienes un negocio también de sushi, ¿no? y estás por abrir otro de comida italiana, ¿no? Sí, y siempre ahí, en Paseo 60. Es un lugar que, si no lo conocen, se los recomiendo. Es muy agradable para ir a pasar una noche, una tarde, para ir a comer. Hay muy buena comida, hay muy buenas bebidas, hay muy buenos negocios ahí. Y sí, efectivamente, tengo un negocio de sushi. Originalmente, cuando abrimos todos, estaba Miyabi. Después de la pandemia decidieron no llegar. Me gusta platicar el tema de que un día estaba yo en un semáforo. Y dije, ¿quién irá a agarrar ese negocio? Y así, una vocecilla por ahí lejana y se, agárralo tú, y dije pero no sé hacer sushi, y la horecilla me recordó a un muchacho que hizo sus prácticas profesionales conmigo en Taninos, Sebastián Aguilar, entonces Sebastián todavía es Carmelita, estaba en su casa todavía, en la congregación, no, no, no, en Ciudad de Carmen, ya, ya, ya, claro, y entonces invité a Sebastián, Sebastián había sido gerente aquí de un restaurante de sushi, y entonces acepta, y entonces tomamos el local que dejó Miyavi y lo convertimos en Shibumi, que significa la belleza de lo austero. Y tiempo después, bueno, comienza el sushi, está muy bueno, se los recomiendo y hace poco me entero de que Oliver decide retirarse de la plaza porque tiene proyectos más grandes y entonces pues le dije a la administración, oye me quiero quedar con ese local así es que próximamente ya yo creo que a partir de la próxima semana exquisita gastronomía italiana porque vamos a conservar el concepto del chef pastas, vino y panines con el nombre Il Piacere entonces ahí vamos a estar Il Piacere es el que has tenido también con esta vida y también quiero, debo preguntarte, en estas aventuras que has vivido debo decir que Alejandro me dijo que no había tenido una vida entretenida y bueno, ustedes ya dirán, serán jueces de lo que acaban de escuchar. Estamos a punto de terminar, Alex, pero no puedo dejar de preguntarte, ¿qué decía tu esposa? En estas circunstancias, en los momentos más álgidos. Confió. Durante la pandemia, ella se ha dedicado siempre a la casa y a mis hijos y pues siempre ha confiado en que no sé cómo pero yo sé que tú vas a traer o sea aquí estamos bien yo voy a cuidar aquí tú haz lo que tengas que hacer ¿Cómo se llama tu esposa? Lupita, Lupita Sanzón Un saludo a Lupita Sí Y Alex también en los momentos de felicidad quizás a lo mejor pones música no? si claro y en este show que ya está a punto de terminar Alex Butrón, chamán cervecero es Octoberfest es un Octoberfest que música quieres que pongamos como cierre de este programa por Octoberfest, por tu vida, por Lupita que canción seleccionarías como esa que te define esa que me define la verdad es que yo soy ochentero entonces posiblemente shaniga connor con nothing compares to you ok o y la canción se llama no tengo más patria que tu corazón me parece un poema de canciones yo no soy mucho de ir a ver artistas es el único artista al que he ido a ver escucharon a alejandro butrón chamán cervecero de esta ciudad amigo gracias por estar aquí de verdad yo soy jonathan ruiz esto fue parte aguas y ojalá les haya ayudado a ustedes hasta el próximo martes. Gracias, Alejandro. Gracias, Alex. Gracias.