Yo soy Jonathan Ruiz Torre y durante todo este siglo he investigado sobre personajes disruptivos en Norteamérica. Me leyeron en Milenio, Reforma o El Financiero... hasta ahora.
Un abrazo queridos paisanos chilangos, sé que la pasan mal con el frío que les deja el agua que está por todas partes, un abrazo para lo que sirva. Otro abrazo también para Colombia, este podcast en su corta vida acumula ya cincuenta y un capítulos y Colombia se ubica como el segundo país en donde más se escucha. Así que, gracias Bogotá, gracias Antioquía, gracias Cundinamarca, gracias Valle del Cauca, gracias a mi México, y gracias también, claro, a Estados Unidos, México, Colombia, y Estados Unidos, es en donde más se escucha este Parteaguas. Yo soy Jonathan Ruiz, bienvenidas, bienvenidos.
En columna Parteaguas publicada en El Financiero, lo siguiente. ¿Comprarían el Paseo de la Reforma? Hay una linda casa que aún existe y se ubica a unos 200 metros del Ángel de la Independencia. Fue construida por un italiano y alguna vez fue prácticamente la única casa en Paseo de la Reforma. Estaba rodeada de campos agrícolas. Hoy alberga oficinas del Banco B por Más. En su habitación más alta destaca una fotografía enmarcada que registra precisamente una vista aérea de la zona. Ustedes pueden ver imágenes similares si buscan en internet fotos antiguas de esa avenida que antes era básicamente rural. Suponiendo que pudieran, ¿habrían comprado terrenos ahí entonces? En esos días no era posible imaginar la Torre Mayor o los bancos que ahí instalaron sus otras torres. ¿Arriesgarían su salario o las ventas de su negocio si una oportunidad así surgiera hoy? Algo similar está ocurriendo. La avenida del mundo hoy se extiende cada vez más sobre terrenos virtuales sin valor. Está en un plano que no podemos ver. Este año, esa avenida, que quizás albergará propiedades virtuales con mayor valor en el futuro, está siendo construida con inversiones que suman unos 200 mil millones de dólares, 200 billion para los que hablan inglés. Ese dinero lo pusieron compañías como Google, Meta, Microsoft, Amazon. Hoy las empresas tecnológicas no saben con certeza qué habrá en los centros de datos que instalarán con ese dinero, pero por lo pronto están comprando los terrenos y la avenida. El dinero ya comienza a bañar las cuentas de la economía que sí conoce mucha gente. Las cascadas de dólares llegan a constructores profesionales y, claro, a la productora de los procesadores de datos y chips marca NVIDIA. También, en en menor medida a AMD e Intel. Apenas detrás de ellos están formadas las proveedoras de electricidad, tal como lo harían en una nueva zona de cualquier ciudad. Un solo centro de datos de las decenas que construyen en el país requiere tanta energía como toda la zona de la Roma Condesa en la Ciudad de México. Los datos acerca de lo que sucede en Texas pueden servir como ejemplo. En su más reciente panorama energético a corto plazo, STEO, por sus siglas en inglés, la Administración de Información Energética del gobierno de Estados Unidos pronosticó que las ventas de electricidad en todo el país crecerán este año y el que sigue a un ritmo que casi triplica el paso habitual. Esperan allá una tasa anual del 2.2% tanto en 2025 como en 2026, en comparación con el crecimiento promedio de 0.8% ocurrido entre 2020 y 2024. El pronóstico refleja el rápido crecimiento de la demanda de electricidad en Texas y varios estados del Atlántico medio, en donde la red eléctrica está gestionada por el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, ERCOT. Preven que la demanda de electricidad en ERCOT, ojo, crecerá a una tasa anual promedio que resulta brutal, del 11% en 2025 y 2026. Por esta razón, en este mismo espacio expuse hace poco que los nuevos millonarios probablemente serán quienes sepan de instalaciones eléctricas. Las grandes empresas tecnológicas asumen que ustedes seguirán pegados al TikTok, al Facebook y al Netflix. También que harán más negocios en WhatsApp y seguirán guardando 158 o 190 fotos del mismo pastel de cumpleaños y que pagarán cada mes por mantener cada una de esas guardadas en la nube. Ahí está, ahí lo tienen, su actual barrio de calles y avenidas virtuales. Las empresas estiman que esos usos y costumbres seguirán en ascenso, basadas, claro, en datos sólidos, por ejemplo, los de YouTube. Esta plataforma de video se entrega 108 millones de dólares diarios a Alphabet, la dueña de esta marca y de Google. Son aún mejores que los 96 millones al día que cobraban el año pasado. Ese dinero viene de los doritos que ustedes compraron en el OXXO, que incluyen en su precio una parte de la campaña que ustedes vieron entre video y video. Con esa compra, ustedes pagan esta enorme construcción de infraestructura estimada en 200 mil millones de dólares este año. Con esa y con su aportación mensual a Netflix, Spotify, su espacio en iCloud y sus comisiones bancarias que reflejan los gastos de almacenar su información en esas bodegas de terrenos virtuales albergados en centros de datos. Y no hablamos hoy de lo que viene con su creciente uso de chat GPT, Cloud, Grok o lo que estén usando como herramienta de inteligencia artificial generativa. De eso hablaremos más hoy, a las 11 horas de la Ciudad de México, en el foro virtual IA. ¿Cómo será el futuro? Un Meetpoint virtual organizado por el financiero en el que abordaremos quienes salen del mercado y quienes entran con esta nueva economía. Me acompañarán Claudia del Pozo, de E.ON Institute, Frida Ruh, una especialista en la materia, y Fernando Santa Cruz, de Adivor Consulting, desde Toronto. Espero sus preguntas en vivo. Nos llegarán por nuevas avenidas Consulting, desde Toronto. Espero sus preguntas en vivo. Nos llegarán por nuevas avenidas pagadas con sus doritos. Yo soy Jonathan Ruiz. Esto fue Parteaguas de este jueves. Hasta mañana.