"Entiendo que tienes curiosidad, pero abrir esa caja sería como robar. No está bien, incluso si nadie se entera".
Disfruta de cuentos suaves e imaginativos diseñados para calmar y captar la atención de los más pequeños. Cada historia utiliza un lenguaje sencillo y cautivador, con temas reconfortantes, ofreciendo una experiencia de escucha sin anuncios ni interrupciones.
Se publica un nuevo episodio cada día, trayendo nuevas aventuras para hacer de cada historia antes de dormir algo especial.
En un pequeño pueblo, vivÃa un niño llamado Diego. Era conocido por ser honesto y siempre hacer lo correcto, incluso cuando era difÃcil. Un soleado dÃa, Diego decidió explorar el bosque cerca de su casa. Mientras se adentraba en el bosque, descubrió un sendero oculto que conducÃa a un jardÃn misterioso. El jardÃn estaba lleno de flores coloridas, árboles altos y un estanque brillante. Diego nunca habÃa visto algo tan hermoso. No podÃa esperar para compartir este descubrimiento con su mejor amigo, Mateo. Al dÃa siguiente, Diego llevó a Mateo al jardÃn secreto. Pasaron horas jugando, riendo y disfrutando del tranquilo entorno. Cuando estaban a punto de irse, Mateo notó una extraña caja escondida detrás de un arbusto. "¡Mira, Diego!"dijo, señalando la caja."Me pregunto qué hay dentro."Diego dudó. SabÃa que abrir la caja de otra persona no era lo correcto."No creo que debamos abrirla,"dijo."No nos pertenece."Mateo frunció el ceño."Pero ¿y si hay algo increÃble dentro? Nadie sabrá si echamos un vistazo rápido."Diego pensó por un momento. También sentÃa curiosidad, pero sabÃa que la curiosidad no era una buena razón para hacer algo malo. Tomando una respiración profunda, Diego dijo,"Entiendo que tengas curiosidad, pero abrir esa caja serÃa como robar. No está bien, incluso si nadie se entera."Mateo miró al suelo."Tienes razón, Diego. Lo siento por sugerirlo."Diego sonrió y puso su mano en el hombro de Mateo."Está bien. Todos nos equivocamos a veces. Lo importante es aprender de nuestros errores y hacerlo mejor la próxima vez."Al salir del jardÃn, Diego y Mateo hicieron la promesa de siempre respetar la propiedad de los demás y ser honestos, incluso cuando fuera tentador no serlo. Desde ese dÃa, cada vez que Diego y Mateo visitaban el jardÃn secreto, admiraban su belleza y disfrutaban de la compañÃa del otro, sabiendo que estaban haciendo lo correcto. Pasaron las semanas y los niños seguÃan pasando tiempo en el jardÃn. Un dÃa, mientras jugaban cerca del estanque, escucharon una voz que los llamaba. Un anciano salió de detrás de un árbol. TenÃa una sonrisa amable y un brillo en los ojos."Veo que han estado disfrutando de mi jardÃn,"dijo. Diego y Mateo se sorprendieron. No tenÃan idea de que alguien era dueño del jardÃn."Lo sentimos, señor,"dijo Diego."No sabÃamos que este jardÃn le pertenecÃa a alguien. DeberÃamos haber pedido permiso antes de venir aquÃ."El anciano se rio."Está bien, hijo. Los he estado observando a ti y a tu amigo, y puedo ver que tienen un buen corazón."Se acercó al arbusto donde estaba escondida la caja misteriosa y la recogió."Me di cuenta de que no abrieron esta caja cuando la encontraron,"dijo el anciano."Eso requiere mucha integridad. Estoy orgulloso de ambos."Diego y Mateo sonrieron, sintiéndose felices de haber tomado la decisión correcta. El anciano abrió la caja y reveló una llave brillante en su interior."Esta llave abre la puerta del jardÃn,"dijo."Quiero que la tengan, como recompensa por su honestidad y respeto." Diego y Mateo agradecieron al anciano y prometieron cuidar bien del jardÃn. Desde ese dÃa en adelante, visitaban el jardÃn cuando querÃan, recordando siempre la importante lección que habÃan aprendido sobre la integridad. Y a medida que crecÃan, Diego y Mateo seguÃan siendo conocidos como dos de las personas más honestas y respetables del pueblo, todo gracias a un jardÃn secreto y una caja misteriosa.