"¡No puedo creerlo!" Nora jadeó con deleite, sus ojos brillando de alegría.
Disfruta de cuentos suaves e imaginativos diseñados para calmar y captar la atención de los más pequeños. Cada historia utiliza un lenguaje sencillo y cautivador, con temas reconfortantes, ofreciendo una experiencia de escucha sin anuncios ni interrupciones.
Se publica un nuevo episodio cada día, trayendo nuevas aventuras para hacer de cada historia antes de dormir algo especial.
Ãrase una vez, en un pintoresco pueblito de casas en los árboles acurrucado en lo alto de las ramas, vivÃa una niña curiosa llamada Nora. Con su vibrante imaginación y amor por la aventura, Nora pasaba sus dÃas explorando cada rincón de su encantador hogar. Una mañana particularmente soleada, mientras la suave brisa susurraba entre las hojas, Nora decidió aventurarse en el corazón del pueblo. Mientras saltaba por los senderos de madera, un destello de color llamó su atención. Revoloteando con gracia entre las flores estaba la mariposa más hermosa que Nora jamás habÃa visto. "Oh, cielos,"suspiró Nora suavemente, sus ojos abiertos de asombro. Las alas de la mariposa brillaban en tonos de púrpura y azul, como si hubieran sido pintadas por el artista más talentoso de toda la tierra. Nora se acercó lentamente a la mariposa, su corazón latiendo de emoción."Hola, pequeña,"susurró con dulzura, extendiendo su mano. Para su sorpresa, la mariposa revoloteó más cerca, posándose delicadamente en la punta de su dedo."¡Nunca he visto algo tan MÃGICO!"exclamó Nora, su voz llena de asombro. Mientras admiraba la belleza de la mariposa, una idea destelló en su mente. ¿Y si esta mariposa pudiera llevarla en una aventura más allá de sus sueños más salvajes? Con un brillo en sus ojos, Nora cerró los ojos y pidió un deseo."Por favor, querida mariposa, muéstrame un mundo de maravillas,"dijo suavemente, su voz rebosante de anticipación. Como si entendiera su petición, la mariposa emprendió el vuelo, dando vueltas alrededor de Nora en una danza hipnotizante. De repente, un portal brillante apareció ante ellas, invitándolas a cruzar. De la mano de su nueva amiga mariposa, Nora respiró profundamente y cruzó el umbral. En un instante, se encontraron transportadas a un reino fantástico donde los árboles daban manzanas de caramelo y los rÃos fluÃan con chocolate."¡No puedo creerlo!"exclamó Nora con deleite, sus ojos chispeando de alegrÃa. Juntas, Nora y la mariposa exploraron esta tierra maravillosa, probando los dulces manjares y maravillándose con las caprichosas criaturas que la habitaban. Mientras el sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo en una impresionante variedad de colores, Nora supo que era hora de volver a casa. Con una sonrisa de gratitud, se volvió hacia la mariposa y dijo suavemente,"Gracias por esta increÃble aventura. Nunca la olvidaré." La mariposa agitó sus alas, como devolviendo el sentimiento, y juntas atravesaron el portal de regreso. En un parpadeo, Nora se encontró de vuelta en su amado pueblito de casas en los árboles, el reino mágico ahora un preciado recuerdo. Desde ese dÃa en adelante, Nora llevó la maravilla de su aventura en su corazón, sabiendo que con un poco de imaginación, todo era posible. Y cada vez que veÃa una mariposa, sonreÃa, recordando el extraordinario viaje que habÃan compartido. Cuando Nora se acostó esa noche, su corazón lleno de alegrÃa, susurró un suave buenas noches a su amiga mariposa, dondequiera que estuviera. Con un suspiro de satisfacción, se quedó dormida, sus sueños llenos de la magia de las posibilidades sin fin.