Exclusivas de La Gaceta
Que tuvo consecuencias, claro que sí. De las buenas y de las otras. El golpe que Franco Colapinto le dio a su Alpine el sábado durante la clasificación para el Gran Premio de Azerbaiyán tuvo directa incidencia en la primera parte de la final, aunque no en el resultado final: terminó 19°, luego de largar 16°.Para la carrera, el bonaerense utilizó un chasis de repuesto y una caja de cambios de reemplazo. Esto le permitió ser agresivo desde el principio. Todo anduvo bien hasta la vuelta 16, cuando estaba 13° y peleando. Fue entonces cuando lo llamaron de boxes para cambiar neumáticos. Al salir, una torpeza de su ex compañero en Williams, Alex Albon, le hizo perder toda chance…Alpine había abierto con mucha anticipación el paraguas con vistas a la carrera en las calles de Bakú. “No es un circuito que nos favorezca”, dijeron. Pero Franco vendió cara esta literal falta de confianza desde la misma largada. Solvente, decidido, ganó posiciones y pareció destinado a contradecir las previsiones.Ganó puestos en la largada, dando cuenta del brasileño Gabriel Bortoleto (Sauber) y aprovechando la mala salida del australiano Oscar Piastri, quien al ratito estrelló su McLaren contra el muro, generando la única salida del auto de seguridad de toda la competencia. Antes que eso ocurriera, y todavía en el marco de la vuelta 1, se adelantó a Oliver Bearman (Haas) en curva 3. Tras la reanudación, y montando goma media en su A525, siguió maximizando el rendimiento y superó a Lance Stroll (Aston Martin) en la recta principal. Todo iba de maravillas. Y llegó entonces la obligada entrada a los pits para cambiar neumáticos de compuesto duro, con el fin de llegar con ellos hasta el final.En la salida, Colapinto quedó por delante de Albon por menos de un segundo. Pero el tailandés cometió un grueso error, al intentar superarlo rápidamente. En la curva 5 lo golpeó en la parte trasera. El Alpine hizo un trompo y tocó levemente las contenciones de la pared. Logró devolverlo a la pista, perdiendo un tiempo precioso y ahora con el coche “sentido”: tenía dañados algunos implementos. De allí en adelante, ya no pudo recuperar el ritmo y su presencia en la competencia fue, básicamente, decorativa, perdiendo tiempo contra sus rivales, vuelta a vuelta. Vale decir que a Albon le dieron 10 segundos de recargo por su exceso.“En lo de Alex perdí 12 segundos con el trompo y el golpe en la pared. También el alerón se rompió. Todo esto me complicó la vida en una carrera larga. Hice las cosas bastante bien de mi lado. Es lo más que puedo hacer. Tuve buenas largadas, pasé varios autos, pero después no tuvimos ritmo con el auto para ir para adelante. Gastamos mucho la goma y había que tomar muchos riesgos para ir fuerte. No salen las cosas por ahora”, explicó Colapinto sobre su actuación en Bakú.En resumen, la previsión de Alpine para la prueba en Bakú se cumplió. No sólo Colapinto ocupó el penúltimo lugar, sino que el francés Pierre Gasly fue 18°. Puede que los pilotos lo pongan todo, también los mecánicos. Pero es el auto el que no funciona como es necesario. El equipo francés está muy complicado en ese sentido, y no parece haber solución hasta el final de la temporada. Por más trabajos, llámese parches, que le están poniendo a los bólidos.Atrás quedó una carrera lineal, por definirla de alguna manera. El show no tuvo nada que ver con lo visto en la clasificación, que fue sumamente entretenida. Para ser más precisos, fue una final soporífica para una mañana de domingo que había comenzado a las 8 con la orden de largada. De su desarrollo, se puede señalar que el neerlandés Max Verstappen se escapó con su Red Bull desde la largada y nadie pudo alcanzarlo. Atrás, el británico George Russell (Mercedes) y el español Carlos Sainz (Williams) hicieron una buena carrera para asegurarse puestos de podio.En dos semanas (el 5 de octubre), Franco volverá a tener acción, ahora con el GP de Singapur, en el trazado callejero de Marina Bay. Con respecto a ese desafío, hizo hincapié en su trabajo allí con un Williams en 2024, cuando terminó 11° luego de ganar varias posiciones al hacer una recordada “divebomb” (agresiva maniobra en la largada de la que habló todo el paddock). “¡Cómo se calentaron el año pasado! Empezaron a llorar. Si salen algunas de esas cosas en Singapur de vuelta, se vuelven locos. Ahora hay que intentar algo de eso”, lanzó. De su optimismo, pese a las malas experiencias que viene soportando, se aferran las ilusiones del público argentino de verlo volver a pelear en algún momento por cosas importantes.