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La venganza será terrible. Amigas, amigos, muy buenas noches. Aquí comienza la venganza. Será terrible. En este momento se están flexionando mis compañeros Gillespi y Patricio Barton. ¿Cómo le va? ¿Qué tal? Buenas noches. Aquí estoy haciendo algunas flexiones. Sí, sí, sí. Dígame, me imagino que están ustedes preparándose porque se nos viene una temporada. muy activa. Sí, tenemos una agenda muy nutrida para estos días. Arrancamos... Ya mismo. Sí, el sábado 9 vamos a estar en el Teatro de Devoto. Atención. Sí, ahora, este sábado. A las 21 horas, ¿eh? Sábado 9. Teatro de Devoto ahí en Lincoln y Chivircóy, ahí no más de la plaza, hermoso teatro. Estamos muy interesados en que vaya mucha gente. Sí, es un muy lindo teatro. Eso va a ser este sábado. Sábado 9. Yo tendré el domingo 10 en el Teatro Coliseo una nueva presentación de La Conversación Infinita con Dario Steinreiber. ¿A qué hora, Aguile? Veinte horas en el Teatro Coliseo. A las veinte horas en el Coliseo. Y mire, si vamos... Y luego... En orden cronológico, la semana que viene, atención, porque esto no lo hemos dicho todavía. Atención a la gente de Florencio Varela, porque La Venganza se va a presentar en la feria del Libro de Varela el miércoles. Miércoles 13. En el curioso horario de las 6 de la tarde, 18 horas. Bien temprano. ¿Dónde está la feria del Libro de Varela? Bueno, dentro del Instituto Nuestra Señora al Sagrado Corazón, que está en la calle Pedro Baurel, 2850, y en Barrio Centro, en Varela. Así que a las 6 de la tarde estaremos allí. ¿Qué día? El miércoles 13. Este es el miércoles que viene. Mucho antes, estos ya son amigos, este viernes 8 de noviembre en el Teatro Brown, a las 21 horas, se presenta Sin Saraci y Agua Sucia. Presentan un disco, otra rufla de la banda Calavera. Así que... Atención, esto es la presentación de un disco en Almirante Brown 1375. Bueno. En Teatro Brown. Bueno. Y parece que va a haber un fiestón ahí. Así que nadie debe dejar de faltar a la presentación de Sin Sarasí y Agua Sucia. Bueno, muy bien. Bueno. Y en realidad tengo... Otra que es muy interesante. El miércoles 13 de noviembre, 21 horas, Club Cultural Matienso. Sí, lo conozco. Avenida Juan B. Justo, 2959. Se presenta el artista Selva Monte y su banda, y tocarán temas de su primer disco, Monte y Culebra. Ajá. Bueno, muy lindo. Cielo a monte es un lindo nombre, ¿no? Me encanta. Sí, sí, sí. Que pasa de un paisaje a otro relativamente parecido. Sí, señor. Porque para los criollos el monte y la selva son más o menos lo mismo. Ganó el monte, dice. Fue allí donde hay una especie de bosque, de selva. Ese es el monte. El monte es lo contrario de la pampa. Claro, claro. La pampa es lisa, es en la llanura, la sabana si usted quiere, pero el monte, ahí es donde la vegetación... se hace más densa, donde están las fieras, a dónde van las fieras. Y bien de la llanura, porque el monte en otros lugares es más específico, es una montaña. Claro, claro. Ah, claro, tienes razón. Monte X. No, acá el monte es el lío. Señores, ¿hay alguna otra? No, lo que sí digamos que toda la información está en lave porque vamos a estar en Morón la semana que viene, en el Teatro Morón. Y volvemos al Chacarera. Volvemos al Chacarera en el viernes, muy pronto en Rosario también, a fin de mes. Así que vean lave que es nuestro sitio en Internet, en donde están todas las fechas y los links para sacar en... Vamos al tema de hoy, por favor. Al primer tema de hoy, que es Sanguche de Miga. concepto y objeto. Pues no está bien. Atención, dice diferentes variedades y consejos para su mejor consumo. No hay en todas partes sanguche de miga, digamos. Ni siquiera en todos los países. No, no, a eso me refiero. Algunos han dicho que es un invento argentino. No, yo creo que no. Yo creo que tampoco, la miga existe en todos lados. las amigas se cotizan en las buenas y en las malas. Digo miga, fiambre, queso... Pero yo recuerdo que Luis Piedraíta conocía un bar no lejos de la sala Galileo, a unas dos cuadras, donde tenían sándwiches de amigas. ¡Uju! Y ahí solíamos ir. y dábamos rienda suelta a nuestra nostalgia y al amor por el terruño. Pero si habíamos llegado el martes pasado... Sí, a dos días que estábamos en Madrid. Bueno, vamos, el sandwich de miga, esa maravilla culinaria compuesta por capas de pan de molde sin corteza, es un clásico de la cocina argentina y otras regiones sudamericanas. perfectos para celebraciones, reuniones familiares, disculpen, se me hace agua el hilo. Yo también, estoy super... No se puede hablar. O simplemente para un picoteo ocasional, son ligeros y versátiles. ¿Qué tal? pueden parecer simples. Bueno, hay simples y triples. Sí, tiene razón. Pueden parecer simples, pero son triples. Dentro de su aparente sencillez esconden una gran variedad de gustos, técnicas de conservación. Bueno. Voy a mencionar una técnica de conservación. A ver. Antes que me olvide. Bueno. Para que el sándwich se mantenga con frescura... Exacto. ..y con una consistencia adecuada, hay que poner encima un repasador húmedo. Sí, pero no mojado. Dije húmedo, no dije... Claro, claro. Dijo húmedo, señor. No es claro que es húmedo, porque una cosa es húmedo con moho. que usted lo tiene en un rincón. ¡Toma con las manos! Y tomó humedad. Y otra cosa es muy húmedo, que a veces parecen chupados. Disculpenme que se lo diga. Bueno, pero tenga mucho cuidado, porque en general los repasadores tienen una higiene dudosa. Sí, están ahí arriba del... Claro, y ahí es cuando aprovechan las bacterias para pasar. de los lugares más roñosos que usted ha limpiado con el repasador, al propio sandwich de miga que usted mismo va a ingerir. Sabe, voy a dar un tip, como este es un programa de servicio para las amas de casa, para que no le pase eso con el repasador que tiene las bacterias. Usted, antes de ponérselo arriba del... Del qué? Del cucherío. lo mete, le da un toque de microondas al repasador. No, qué es eso. Yo lo tengo que cuidar porque se le puede incendiar. No, no mucho tiempo. Un toque, pero en 10 segundos. Para matar las bacterias. Y mata todas las bacterias que tiene. Muy bien, muy bien. Y después hace lo que quiere el golepas. Clásicos y sencillos, se dice. Los engruchadermigas más populares suelen incluir ingredientes tradicionales como jamón y queso. Tanto en su versión simple, que es una sola capa, como en su versión doble, dos capas de pan, una de relleno. Aquí le decimos triple. Sí, me molesta que se le diga triple al doble. Pero está mal. Bueno, yo le llamo así, señor. Otros clásicos son los de jamón, queso y tomate, donde la humedad del tomate juega un papel importante para equilibrar la sequedad del Marroco. Sí, pero demasiado. Esto es serio. Esto está bien. Pero tenga cuidado, cuando el tomate larga mucho juguito, disculpe, casi no puedo hablar. ¿En serio que usted no puede hablar? Porque desde que empezó está... Estoy pero lo que se me ha llegado a la boca. No puede. Me voy a tener que comer un sandwich. Esa humedad del tomate muchas veces... Moja. Claro. No es que lo merece, lo moja. Es excesivo. Si tiene razón el señor. Y usted lo toma entre sus manos y le va goteando por acá, por el puño, por ejemplo. Sí. Usted va de traje con un puño blanco, se empieza a comer sanguíce de miel y le gotea. Qué lindo. Es horror. Además el tomate es traicionero porque usted tiene que tener los dientes incisivos muy filosos para cortar la primera morrida. Se produce una solución de continuidad. Ahora lo que yo quiero decir es que hay algunos otros gustos no tan clásicos que a mí me gustan mucho y quiero señalar. Y también la habilidad que hay que tener para cortar finito los tomates. porque si usted los corta gruesos, el senguche de miga cuya principal virtud es su estrechez, se infla y se le empieza a escapar el tomate por el medio. Es muy polémico el tomate ahí. Si usted lo quiere comer al otro día, por ejemplo, muchas veces se pone como amargo el tomate, se echa a perder. Se le puede el tomate. Podría, señor, dígalo. Bueno, pero les quiero mencionar antes de olvidarme, que a mí me gusta mucho el atún No, no, no, déjelo hablar. El huevo, huevos picados. Huevos picados. Sí, el de huevo a mí también me gusta. pero lo quería señalar, con una condición. El de atún muchas veces viene con mayonesita. Mucho viene con mayonesa. Eso es rico. Hay otros que es de palmitos. No, ahí es el rolón. Bueno, pero los tenemos que mencionar. Palmitos, que tienen que ver. Y hay otros con morrones. Hay otros que vienen con todas las aceitunas cortadas. Otros clásicos son los de jamón, queso y tomate, ya lo hemos dicho. Hablamos de la sequedad del pan, la humedad del tomate. Y ahora hablemos de especiales y gourmet. Los éxodos de miga también se han vuelto un lienzo para la creatividad culinaria. Debe ser el repasador. No, está haciendo una analogía con los pintores, como pintar un cuadro. Los rellenos pueden incluir ingredientes más sofisticados como jamón crudo, queso brie. rúcula, roquefort, con nueces, incluso salmón ahumado. Yo he visto últimamente de salame. Sí, también. Ah, bueno. Debe ser interesante. A mí me parece muy interesante. Yo estoy muy a favor del salame en el Sáncuché Común. No sé si tanto en el de miga. Yo creo que el salame es para... el pan francés. Es para el pan francés. Bueno, pero déjelo. No, pero, bueno, déjeme que me coma a cencián. Esto quiere poner todos los sándwiches de migas. Uno de salame. Es un sensor, usted dice. Pero, pero, vale, por ejemplo... Déjelo avanzar. Vale, por ejemplo, enrollar el sándwich de migas... Sí, vale. ..como un canelón. Que algunos lo hacen así, sí, sí. Pero... Lo enrollan, eso es posible cuando... Tienen que no estar tan frescos. porque si no se rompen. En cambio, cuando está más o menos ahí, te les pega un reto y se lo mete en la boca, así como si fuera... Pero no es algo vulgar, no es algo que es señalado como vulgar. No, hay una cosa que para mí es vulgar, y esto lo ha hecho gente que yo conozco, que es cuando son sándwiches simples... juntan dos. Claro, eso es algo ocurriente. Y para comerlos. Yo he visto gente que hace, ¿sabes qué? No gustándole un ingrediente... Sí. ..le sacan una capa. Sí. Por el que hay jamón crudo y no quieren. Sí. Entonces le sacan la capa de jamón crudo y se comen el queso. Bueno, no, pero eso es una... O sea, desarman el sándwich. Desarman. Y nos queda medio sándwich, ¿eh? Que la liga a otro. Sí, hay alguien en los camarines nuestros, pasa eso. Sí, sí. A veces uno va... Hay alguien que no quisiéramos nombrar. Bueno, no, claro. Al lugar que lo hacen todo el tiempo. Todos los sándwiches por la mitad están. Bueno, pero eso es profanar... Claro, después deja la mitad del sándwich que no quiso. Claro. La deja ahí. Y esa mitad se ve que ha sido intervenida. Está viciada. Sí, porque está desprolija. El corrido, el jamón... Porque además no es una sola mitad, son varias mitades que es la misma, varias veces. Bueno, atención vegetarianos y frescos. ¿Frescos? ¿Qué son los frescos? ¿Cómo me gusta la palabra fresco aplicada a una persona? En las traducciones de las películas, de las comedias norteamericanas suelen utilizarse... Sí. Oigan, un fresco. Sí. Pero ¿qué es un fresco? Un chistoso. Ah, un chistoso. Pero acá no, debe ser otra cosa. En el mundo de los vegetarianos. Sí, que cada vez hay más. ¿Qué novela podría escribirse titulada en el mundo de los vegetarianos? Hay Yankuchi de Miga. y se pueden preparar con vegetales frescos como palta, zanahoria rallada, espinacas, oberros, queso crema y huevo duro. y berenjena, no? En Montegrande hay una fárica de sagoche de miga que tiene la especialidad berenjena, el escabeche y queso. Es el asa Barton. Aunque suelen ser muy frescos, la humedad de los vegetales puede afectar su textura. Así que es clave un buen equilibrio de los ingredientes. Claro, si no, se le hace a toda una granada por barro. El de zanahoria rallada. Para mí es más triste de todo. Púcheme, voy a una fiesta. Y me empiezo a comer zanahoria rallada. ¿Qué puede pensar? El marajá de Capurta. Bueno. Pero usted se come... No tiene gusto a nada. No, pero no se come eso, lo viene con un poco de barro, como es el de... Sánuches de zanahoria ralladas con barro. Berro será. ¿Cómo...? La mayonesa, que no aparece mencionada aquí... Por suerte. Es decisiva. Sí. Yo la detesto, la mayonesa, porque dice decisiva. Yo sí... Yo creo que está todo pincelado con mayonesa. Muchas veces sí. Porque la mayonesa también ayuda... a mejorar la textura general. Si está todo muy seco... Amalgama. Claro, ahí le pasan unas pinceladas de mayonesa. Sí, pero también la mayonesa, cuidado, porque sirve de camuflaje para las cosas que están en mal estado. Le ponen mayonesa y todo pasa sin controles. En las novelas del escritor Frank Grover, es un escritor de novelas policiales, a mi juicio extraordinario, pero bueno. siempre había la misma cena. El tipo detestaba la mayonesa, entonces pedía un sándwich y le aclaraba al mozo que lo quería sin mayonesa. Y que no, por favor, lo tuvieran en cuenta. Y el tipo le traía el sándwich y el detective Johnny Fletcher lo revisaba. y lo que sospechaba le puso mayonesa. Escúcheme, tráigame otro sándwich, de jamón y queso, pero sin mayonesa. Y no le rasque la mayonesa, porque me voy a dar cuenta, le decía el tipo. El tipo se iba y al rato venía, el otro lo miraba, lo que me suponía, le sacó... Y se hicieron, la repetían en todos los libros. Porque el tipo odiaba la mayonesa, de capítulo sobre donde pasaba eso, pero además venía con un libro en contra de la mayonesa y análisis de cómo hacían los vendedores de mayonesa a encajarle la mayonesa a la gente. Aquí es donde entramos en un peligroso de las elecciones que dividen opiniones. Los de ananá, todos esos. Los sándwiches de miga, de ananá. Tiene razón. Con jamón o los de fresa con queso crema, por ejemplo. Suenen ser muy amados por algunos y evitados por otros. Muy amados por la gente afectada. que quiere parecer mejor de lo que es. No son los más pedidos, me parece. No. El de ananas, el de frutilla nunca lo... Pero yo si fuera una dama de buen ver Sí. y saliera con un señor que pide un sándwich de lo que usted dice, de anala con palta, inmediatamente lo dejaría. Sí, bueno, me parece un poco fuerte, pero sí, es una mala señal. Yo no pediría el sándwich de ananas, pero debo decir que... Me gusta muchísimo la pizza brasilera. Yo señalé la tuna. Bueno. Excentricidad máxima. Pero bueno, aquí está. Dice, lo dulce y lo salado combinan de formas inesperadas. En esos casos genera una experiencia sensorial diferente. Voy a hablar de una cosa. nosotros, un grupito, muchachos, tenemos por costumbre jugar al póker. Ah, mire usted. Un día de la semana, posiblemente, los sábados. Y entonces, antes, sí había la ocasión de asistir a una fiesta, por ejemplo, un casamiento, un cumpleaños o algo, íbamos y allí robábamos... especialmente sándwiches de miga. Porque son fáciles de transportar y de ocultar. Es un probable. Íbamos un rato por cumplir, empezamos a meter en los bolsillos interiores de la americana cantidades industriales de sándwiches de miga que después llevábamos a la partida al plato y la timba tenía una provisión de sándwiches de miga para toda la noche. Muy bien. A mí me parece que un buen lugar para poner un sándwich de amigas es como pañuelo. Claro, porque pasa perfectamente. Del bolsillo exterior del saco. No tiene que ser de los más cargados esos sándwiches. No, no. El de Atún no lo ponga ahí. No, no lo ponga. El de Atún no lo ponga ahí. Bueno, continuo con el informe que dice, consejo para su mejor conservación. Ahí viene, si usted guarda sangucha de miga mucho tiempo, se le empieza a doblar. Sí, se seca todo. Se empieza a adquirir el aspecto de una pagoda china. Sí. Con los techos doblados hacia arriba y se endurece. Se endurece. Se le pone el duro. Seca. Sí, sí. A ver qué dice aquí. Dice, mantenga la frescura porque es muy vici. el envoltorio adecuado. Acá seguro que dice lo que hemos manifestado acerca del envoltorio. Sin embargo, acá recomienda un film plástico. Ah, sí, un papel film, como dice. Claro. Lo envuelve ahí. Que mantenga la humedad, que no quedan burbujas de aire. Evite el uso de papel aluminio, ya que puede resecar el pan más rápidamente. no dice nada de un repasador sucio. Sí, pero yo creo que es mejor el repasador, porque no respira bien con el film. Yo también. Además, el film te lo puedes comer. Bueno, usted porque es muy ansioso se lo come con el plástico y todo. ¿Cuál es la temperatura perfecta? Los sándwiches de migas deben guardarse en la heladera a una temperatura entre 2 y 5 grados Celsius. Así se mantienen frescos. por más tiempo sin que el pan se le ponga duro, señor. ¿Cuánto es? ¿Un grado Celsius o cuánto es en centígrados? No lo sé. En centígrados. ¿Son los mismos? Sí. Este... Es raro que no lo sepa usted eso. Tiempo de consumo. Pueden durar hasta 24 horas. Lo ideal es consumir los sándwiches de miga lo antes posible. Y sí, si no tenés razón. Usted se lo come. En caso de que planee servirlos más tarde, no los prepares con rellenos muy húmedos. ¿Por qué? Y no sé por qué. Y porque se le hace todo... Ah, porque se le empapa el pan. Sí, claro. Se le queda toda una asquerosidad, señor. La hidratación del pan, lo mismo que hemos dicho, ¿no? Y una toalla de cocina húmeda. ¡Dios! ¡Muy bien! Y ya está. ¡Muy bien, agradeció! Nada de film. Durante unos minutos... gustos más populares. Algunos sándwiches de miga nunca fallan. Jamón y queso, sencillo, confiable, siempre bienvenido. Jamón, queso y tomate. Hay unos con morrones también. ¿Jamón y morrones me parece? Puede ser. Esa es la pizza, señor. No, todo tiene. Las pizzas vienen en versión sándwiches de miga. Cada pizza, salvo de Atún, no hay pizza de Atún, hay de anchoa. Anchoa. Acá dijeron que le ponían salmón ahumado. Eso me parece demasiado. Y es que no sé si para el pan de miga, para otros sanguches está muy bien. Tengo entendido que también hay sanguche de miga de pastrón. Sí. Para la comunidad judía. Sí, sí. Básicamente. Ahora, una pregunta técnica. ¿Cómo se corta el pan? cómo se corta el mar. Yo lo he visto. Y yo también lo he visto. Es espectacular. Sí. Ah, bueno. Viene primero, es como un gran ladrillo. Exactamente. Es como un cajón. Sí. Una especie de cajón de lustrar. Inclusive, claro, tiene el aspecto, porque parece de madera. Claro. Porque tiene la corteza. Sí. Es un cubo. Y bueno, y entonces... Con unas cuchillas. A veces unos con unas cuchillas y otros con la misma máquina con que se corta el fiambre. Pero es muy difícil. Muy difícil porque en cuanto usted comete el menor error, se le parte por la mitad. Pero qué raro que no haya una prensa, perdón, eh, una prensa con filamentos muy finos que uno la baje y le corte todo el par. Y así tendría que ser. Y ya está. Pero lo que pasa es que el pan de miga se desarma. Claro. Entonces cuando usted hace presión... Se deforma. Sí, bueno, pero el filamento permite no hacer mucha presión, justamente, porque es bien finito. No sé si estoy de acuerdo con eso. Bueno... Y aquí gustos polémicos... Hemos citado algunos. Y que ya hemos citado algunos, ananas con jamón, fresa con... que eso crea, marroqués forcos nueces, es una cosa de gente, de ozena. Les hago una pregunta, pan negro se utiliza también, sobre todo con los de jamón crudo. Jamón crudo va muy bien. El pan negro en algunas panaderas casi es el 50% de los sándwiches. Sí, sí. Hay de pan negro y te preguntan, lo quiere de pan negro o de pan blanco. Sí, pero también está pasando otra cosa y esto lo voy a decir porque ya estoy cansado. Bueno, a ver. ¿Qué están llamando pan negro a cualquier cosa? ¿Le están poniendo harina blanca? Está cada vez menos negro el pan negro, esto es lo que quiero decir. Claro. El pan negro tiene que ser negro. Y además tiene que ser con el trigo. con la cascarita, con todo eso. Esa harina integral. Exacto, integral. Está, es medio gris ahora el pandeo. Sí, sí. Y hay que decir que el sándwich de amiga da lugar al tostado. Sí señor. El mejor tostado posible se hace con un sándwich de amiga, no con un sándwich de cuarunque. Claro. Como intentan hacernos creer en algunos lugares. Así que, ¿a usted cómo le gusta el tostado? Bien tostado. casi negro, morocho. Pero cuando se pone negro se pone amargo también. Sí, es un punto justo, pero prefiero quemado a muy blanco. El queso derretido, digamos, de adentro. Sí, por supuesto. Tiene que derretir bien. Y la presencia del queso es inevitable en un tostado. El otro día fui al lugar donde usted va mucho, cerca de su casa. Sí. Ajá. Y me pedí un tostado. Muy buen tostado. Ah, bueno. Ah, ahí sí. Sí. Donde usted compra... Sí, sí. Las cosas. Sí, en la parola, dígalo. Bueno. Sí. Muy buen tostado. Y así lo pedí, muy tostado. ¿Usted sabe que si va a Rosario y pide un tostado tiene que pedir como un Ricardito? Sí, es un Ricardito. ¿Un qué? ¿Ricardito? No, Ricardito no. ¿Cómo es que se llama? Es Rosario. No, pero no es... Esto es como en Villaje, es el que estaba... ¡Carlitos! Es un Carlitos. Ah, sí. Pida un Ricardito. Pide un Ricardito. Un periodista. Señor, viene el cadete que se llama Ricardito. Comente esa clase de errores que nos pueden poner. Bueno. Incluso nos pueden malquistar con gente de gobierno. Imagínense. Pero imagínense quién nos va. Mozo dos Ricarditos. Estamos por ir a Rosario ahora. Sí. Seremos el asmerreír. Sí, lo señala usted. Pidiendo Ricarditos. Pidiendo Ricarditos a diestro. Richard. Bueno, es todo, es todo. Ahora bien, ¿por qué la Argentina no ha conseguido imponer el sanguichito de miga en los principales mercados? Bueno. Yo no he visto una película norteamericana donde haya sanguichitos. Tienes razón. Bueno, tampoco hemos logrado imponer tantas otras cosas, así que si es por eso. Bueno, pero... y también me lo pregunto. Sí. Respecto del dulce de leche, las bolas de fraile, aunque las bolas de fraile son portuguesas. Sí. Y él... No sé, porque la sándwicha de miga sería muy, muy bendición. Sí, sí, sí. Yo creo que sí, el dulce de leche ya es un poco más bonito. Yo admito que el dulce de leche... Puede no gustar a... Tiene un gusto muy particular. Sí, puede ser. Pero la sándwicha de miga... Es raro, sí. Como panificación. Eh, bien. ¿Cómo hace usted como comprador para controlar... que le hayan dado el número exacto de san cucheremera que usted pidió. No, bueno, en general uno mira. Uno mira. Es fácil. Mira, pero usted pide una docena. Que tan buena vista tiene que así, a golpe de vista, ya cuenta 12. Le ponen 6 y 6. Siempre son pilas. Sí, pero yo lo cuento con el dedo. ¿Qué? Previamente me escupo el hígado. Ah, señor. No son los billetes. Pero contate como quién cuenta plata. Ahora, le pregunto a usted que es de la Junta de Panaderos, con los sancuches de miga que no venden... ¿Qué hacen porque le debe sobrar al final del día? Veo que la factura es más barata. ¡Un hinde de pan! ¿Pero qué? ¡Un hinde de pan! Pero si tiene mayonesa, tiene tope de pan, sale horrible el hinde de pan. Con pedazos de morrón. Bien, estamos justamente... De atún, todos los que nos piden. Usted puso el dedo en el ventilador, porque estamos aquí con todos los compañeros de la Asociación de Panaderos, y hemos calculado que por año, por año, se pierde más o menos... el valor de una panadería pequeña. ¿Por qué haces esa cuenta tan retorcida? En sándwiches que no se venden. Des desperdiciado. Y ya no nos podemos dar el lujo de perder eso. Bueno, pero el sándwich de miga, ¿no hay como una segunda generación de sándwich de miga que usted puede hacer algo con eso? Mire, estamos trabajando en una especie de aparato regenerador que al mismo tiempo le proporciona humedad y un cierto renacer a partir del calor. Humedad, calor. Lo metemos en un recipiente, se le da humedad, es como un humito que sale. Claro. Eso le da calor y humedad. Después lo sacamos y aunque tiene menos duración que los otros sándwiches, se los podemos encajar algunos. Ah, bueno, entonces tenían alguna forma. Después hay que ser muy psicólogo para vender los alimentos viejos. ¿Por qué psicólogo? Y hay que semblantear al que viene a comprarlo. y ver si tiene un espíritu objetor o si se conforma con cualquier cosa. Ah, bueno. Bueno, veo que ahora hay una nueva corriente para los cumpleaños. Gente que prefiere torta. ¿Vio la torta de cumpleaños? Sí. Clásica. Sí, la clásica. Que en general es dulce. Claro. ¿Y qué tienen ahora? se está usando la torta salada. ¡Es loco! Ese rolo. Que es torta como de sándwiches de miga. Con mayonesa, sí. Claro. Como tartas. Sí, sale la torta, porque hay gente que es más del salado y dice, no, a mí dame la torta salada. Pero, y ahí en esa misma torta salada pone las velitas. Todo puede poner. Blancañueva y los siete nanitos, todas esas cosas. Ahora también después de la pandemia y todo esto, están... Fue cuestionada las velitas en la torta. Sí, porque uno largaba el aliento. La sopla y escupa. Claro, la escupida. Sí. A veces soplan otra cosa. La torta como un cumpleaños estaba diez veces más contaminada que cualquier otra torta. Claro. Sí, sí. Eso se estudió. en Estados Unidos. Bueno, no sé dónde se estudió, pero veo que... En la fiesta de cumpleaños era donde más gente se contagiaba las enfermedades. ¿Y por qué es lo que tiene de distinto una fiesta de cumpleaños que un casamiento, pues, nene? La velita. Exacto. Qué interesante eso. Me quedé pensando en esa torta de símil sandwich de miga. Y yo recuerdo que en algún lugar yo comí una especie de torre... ¿Qué era como unos... Era como de panqueques? De pió o no, no. La de pió no. Ah, sí. Con jamón y queso. Y le ponen cosas saladas adentro. Sí, señor. Sí, señor. Lo cual es, en cierto modo, como un desengane, porque uno espera que haya dulce de leche o algo. No, es que es otra... ¿Te gustan los panqueques con miel? Descubre que cambia así. No, no especialmente. Prefiero que sea con... Dulce de leche, ¿no? La miel me empalaga mucho. Es como para comer poco. La miel. Bueno, disculpame. O como accesorio para ti. A lo mejor usted no quería contestar esta pregunta. No, está bien. Pero él lo puso en un compromiso y no quiero que su carrera se desbarranque por culpa de una preferencia. No, señor, por favor. Como tanto. A mí la miel me gusta con leche con avena. Con avena. ¿Avena cruda o preparada? Sí, no, la prepara caliente. Ah, perfecto, entendi. Como el cuáquer que usaba antes. Eso con miel. Eso es un asco, señor. Va muy bien. ¿Y sabe con qué? Con una cosa que se llama... sé la marca, pero no sé bien qué es. Creo que es almidón. No estoy seguro. El millón con. No, el quero. ¿Gonoce el quero? El quero, sí. Bueno, señor. Eso... Es el dulce quero, ahí. Eso le tira... ¿De qué es el quero? Es de maíz. Es de melaza. Sí, es una maíz. Y... Sí. Antes había propaganda de quero. Sí, claro. Y aparecían unos chicos que abrían los ojos y se reían y estaban con el tarrito de quero. es como indicando felicidad y salud. Claro. Y mi primo, Carlito Bugarín, imitaba esas caras. Quero! Y pegaba unos saltos y ponía cara de felicidad. Sí, me acuerdo del Quero. Tenía una textura un poco más... Gomosa. Era más gomosa que la miel. No era tan rico, pero... Menos dulce. Pero a mí por eso me gustaba. Pero era aceptable. A mí me gustó. Yo lo hacía mucho. Creo que venían dos distintos sabores. que no sabría identificar. Ah, sí? Ah, no, yo conozco uno. Pero eso con avena y leche va muy bien. No, con avena y leche eso es una porquería. Sí, no, y tiene... Avena y leche... Es una bomba alimentísima. ..los paqués que con pan, pero que avena y leche. Es todo... Señor, mozo... Usted tira... Pléyale acá una avena y una leche... Una semana tira con eso. Sí, sí, alimento. Ese para el invierno es muy rico. Los jugadores de foo, vale. Sí, sí, claro. Bueno, impresionante esto, eh. Impresionante. Bueno, ya mismo nos pueden enviar sándwiches de miga. Sí, ¿a dónde? Eso es lo que no sabemos, ¿a dónde? A la radio. Ese es el problema, es que no sabemos a dónde nos mandan. Bueno, ¿qué les parece si vemos lo que opinan? nuestro suyente. Bueno, veamos mensajes que han llegado a el WhatsApp de la Venganza que es 11-65-8-5-5-5-8-0. Allí recibimos textos. Nos escribe Marina de Aedo y dice el famoso payaso ruso se llamaba Popov. Popov, Oleg Popov. Sí, de completo. Muy bien. Hola, vengadores, soy una joven señora de 35 años. Quiero agradecerle a Barton porque gracias a una publicación de su Instagram mantuve una conversación pintoresca con un hombre y nos empezamos a seguir. Bueno. ¿Será este varón el que tanto esperé? ¿Será el inicio de un amor? Gracias, Patricio. No, yo no sé nada. Qué bien. ¡Qué floja de cincha! Está haciendo confesiones a diestro y siniestro. La gente se conoce ahí en los chats. Hola amigos vengadores, en el norte de México hay esos yuyos que aparecen en las películas del oeste. ¿Se acuerdan que ayer decíamos esas bolas de pájaro? ¿Se llaman cardones? Se llaman cachanilias en el oeste de México. Y así también les dicen a los habitantes de Mexicali, una ciudad que está cerca de Tijuana. En inglés el yuyo se llama tumbleweed. O sea, yuyo que da tumbos, ¿no? Tumbleweed. Esto dice Raúl de California. ¿De dónde va a ser? Cierca de Tijuana. Si no es de California. ¡Ehe! ¡Yes! ¡Ehe! ¡Eso es Tundleweed! Nos escribe Carlos de... ¡Cachanillas! ¡Ay! Se cayó el maestro de canto. Tropezó. Tropezó en su propia escala. Desde Andalucía, Carlos. salió de nuevo el tema del palo engrazado de las kermeses. Sí, sí. Bueno, y nos cuenta. Somos hartos de ese tema. No sé por qué sale tanto ese tema del palo jaborado. Hay una fiesta popular en Triana de Sevilla donde ponen un palo aceitado o cucaña saliendo del aprobar un barco. O cucaña. sale de la pro del barco. Los jóvenes se empeñan en atrapar un banderín que hay en el extremo y la mayoría cae al agua del Guadalquivir antes de llegar. Buenas noches, mis queridos vengadores. Antiguamente, en San Clemente del Tuyú, todos los veranos había una quermez en la cual uno de los muchachones de la barra... había detectado cuál era el patito que tenía premio, motivo por el cual los niños de Torá Cuadrá contábamos con nuestros respectivos burros de paño que comenzaban a emanar hordas de bolitas de telgopor ante el primer ataque de las polillas. Abrazo vengador de Karina Monserrat. Aquí Lu de Berlín. Hoy tenemos una audiencia muy internacional. Los mensajes son de distintos países. Les escribo para decirles que tienen razón en todo. Aquí en Alemania también te tenés que sacar los zapatos antes de entrar en la casa. Ayer decíamos esto de Noruega. Y la gente tiene pantuflas para los invitados. Mira usted. Le dan las pantuflas. Yo no me las pongo. ¿Por qué? Ya no sabés quién anduvo usando. Ah, pero la usa cada tanto. Dice, si uno anda en bici borracho, te paran la policía y te sacan el registro del auto, por no que hayas estado en bicicleta. ¿Del auto? Sí. Se toma mucho, pero nadie maneja borrachos jamás. Acá también aman el silencio y hablan bajito en el transporte público que a nadie se le ocurre hablar por celular. Dice, mira qué lindo Berlin, las cosas buenas que tiene. Soy Silvia de Banfield, son mi compañía de todas las noches, los admiro y les envío mis mejores deseos de éxito. Los saludo con un fuerte abrazo. Muy lindo. Qué bien. Yo no tengo más. Soy Adriana, río como loca, todos los días con ustedes, gracias. Buenas tardes amigos, soy el oyente Satti de Chipoletti. Primeramente quiero saludar a mi mujer. Y salúdela ahí. Salúdela, evidentemente. ¿Qué tiene que llamar acá? ¿Qué tiene ahí? Mi mujer Ángeles, ¿eh? Ha cumplido años. Si no está escuchando, Ángeles. Tengo una pregunta. ¿Por qué está bien dicho aguja e hilo y no aguja e hielo? Por la ubicación del acento. ¿Ah, sí? Claro. Hola, querida gente, en mi edificio tomaron por costumbre dejar las zapatillas fuera de la puerta en el año 2020, el año de la pandemia, pero duró sólo una semana porque desaparecían todos los pares y los vecinos se peleaban entre sí culpándose como en una obra digna de Ibsen. Y esto es verdad, dice Chris De Boedo. No tengo más. Bueno. Pausa entonces, por favor. Continuamos en La Venganza Será Terrible, recuerden que nos pueden visitar en el sitio web lave porque allí están consignadas cada una de las presentaciones, los links para sacar entradas y toda la información que necesitan sobre este programa. Lave Hablaremos hoy de la vejez de algunos artistas. Hemos estado hace pocos días con Pacho Don el que ha escrito... un estupendo libro sobre la nueva vejez, los nuevos parámetros con los que se mide la vejez, que son mucho más esperanzadores que los que existían años atrás. La vida sea larga, uno vive mejor. En fin. Hoy hablaremos, por ejemplo, de Verdi, que trata de ver cómo algunos grandes artistas pasaron su vejez. Verdi. Bueno, cuando empezamos a hablar de él en este acto, tiene 68 años, es bastante joven. Y sucedió que le inauguraron con gran pompa una estatua en el Teatro La Escala de Milán, y esto le provocó un tremendo desagrado a Verdi. Sí, porque era fea, mala. Sí, qué sé yo. En el acto de inauguración dijo... Todo esto significa que estoy viejo. Lamento esta ceremonia y la lamentaré siempre. Y se fue del peor humor. Poco tiempo antes, Verdi había mejorado mucho una de sus antiguas obras. Eso está bien, que alguien en su vejez o en su madurez Bueno, eso había hecho Verdi con el Bocanegra y que se había representado con enorme éxito. A los 71 dirigió él mismo los ensayos de don Carlo. En Italia ya era un dios al que se veneraba. Cada vez que aparecía en un teatro, incluso en la calle, provocaba ovación. ¡Ah! Vivía mucho en el campo. se ocupaba de sus tierras, viajaba, visitaba exposiciones y se quejaba por haber trabajado tanto y tener que morir. A los 73, estaba trabajando en hotelo. A los 76, empezó a trabajar en Falstaff. Y cuando tenía 80, terminó Falstaff. Cada homenaje que le hacían, lo recibía con el mismo mal humor. con la misma melancolía. Decía que era una de esos a los cuales se les pretendía mostrar gratitud un poco antes de la muerte. El equilibrio físico y moral de don Giuseppe era el asombro de los médicos. El amigo Chézare Lombroso escribió sobre su caso y dijo, la anomalía es tan grande que puede confundir las ideas. de los que han hecho investigaciones sobre este punto. Verdi no envejece. Pero, finalmente, se murió la mujer. ¡Oh, bueno! Se murió su esposa y esto fue un gran golpe para él y se rindió. En 1901, Verdi escribió. Aunque los médicos me digan que no estoy enfermo, siento que todo me cansa. Ya no puedo leer, ya no puedo escribir. No tengo más nada que hacer en este mundo. y murió algunos meses después, fulminado por una hemiplegia. De todos modos hay que decir que hace más de un siglo atrás no era usual que un señor de 70 u 80 tuviera buena salud. Hoy en día, lombroso, se asombraría de ver algunos señores que a los 80 todavía siguen molestando muchísimo. Otro viejo, Víctor Hugo. El gusto enorme de saludarlo. Señor, por favor. Bueno, Víctor Hugo tenía una actividad deslumbrante aún en la vejez. Cuando tenía 70 años, en el año 1873, a algunos se ofendía porque andaba sin sombrero. Se ofendía porque quedaba feo andar sin sombrero, y él, como una muestra de rebeldía, o que sea. Vitor Hugo se enorgullecía de poder subir las escaleras de cuatro escalones. Se creía invulnerable. Flaubert dijo en 1877, el viejo está más joven y encantador que nunca. Y Vitor Hugo le contestó, al viejo, dejaron tranquilo. Su capacidad de trabajo... no disminuía en absoluto. Le gustaba leer a sus amigos sus últimas obras, bueno, lo cual es un pecado terrible, ya sea en la vejez, como en la infancia, imagínese, un amigo escritor que te lee todas sus obras. Una noche le dijo a sus amigos, señores, tengo 74 años y estoy comenzando mi carrera. Y era verdad, porque había empezado a participar en política. Fue elegido senador, escribió El hombre que ríe. Amó a varias mujeres, bueno, no todo al mismo tiempo, de luego. Cuando cumplió 79, los festejos fueron como una fiesta nacional. 600.000 personas desfilaron debajo de su ventana. Ese es un cumpleaños. Bueno. Es un poco inverosímil el número. Es un poco inverosímil. Sin embargo, yo creo conocer esa ventana. ¿Dónde está? Sí, hay una plaza, ahora me olvidé cómo se llama esa plaza, pero creo que después alguien me contó que era mentira que él vivía ahí. Es una plaza cerrada, cerca de la estación Bastille, y es una plaza toda cerrada con edificios todos iguales, edificios que construyó el rey Enrique IV. son como departamentos, pero muy al estilo del siglo XVI. Bueno, es una plaza hermosa. Y en una de las... Ahí no caben 600.000, no. Pero pueden haber pasado... Claro. No, pero se dice todo el día. 600.000. ¿Sabes lo que son 600.000 personas? Le habían levantado allí un arco del triunfo y hasta la burguesía se unió a él. y Víctor Hugo recibía estos homenajes con lágrimas de felicidad. No estaba en lo absoluto atormentado por rencores ni miedos seniles, estaba en pleno acuerdo consigo mismo, y este encuentro de una vejez poderosa con la gloria había sido su deseo desde la infancia. Al igual que lo que le sucedió a Verdi, la muerte de los que él quería fue lo que vino a debilitarlo. cuando murió su compañera Juliet, dijo, ¿qué va a hacer de mí hasta que me muera? Así que a Víctor Hugo también le sucedió lo mismo que a Verdi. Así que a los 83 años, debilitado por tantas ausencias dolorosas, empezó a hartarse de su gloria. Ya es hora de que deje al mundo libre de mí, decía Víctor Hugo, y decía... Esta hermosa inteligencia empieza a dar señales de extravío, hay demasiados duelos y poca fiesta. Además, yo solo puedo subir ahora via dos peldaños, no via cuatro. Poco después, a los 83, murió. El otro que vamos a recordar hoy es Jonathan Swift. Jonathan Swift luchó contra la vejez, todo lo que pudo. Pero no tuvo la suerte de Verdi y de Victor Hugo. Fue víctima de desgracias fisiológicas. En la vejez ni su carrera ni su modesta fortuna lo satisfacían. No se gustaba él mismo. Padecía mareos, andaba tambaleante, tenía mal olor. Ya a los 61 había redactado... el más amargo de sus pamfletos sobre los hijos de los pobres en Irlanda, en donde se aconsejaba devorar a los niños para evitarles sufrimiento. Para vencer los mareos, se obligaba a hacer ejercicios, eran largos paseos, a pie o a caballo, y cuando llovía subía y bajaba frenéticamente las escaleras de su casa. Vivía rodeado de mujeres maduras, pero en realidad a él le gustaban las jóvenes. temía volverse loco, estaba aterrado porque sus amigos se morían, le escribió Alexander Popp ahora no me queda más que usted, y dice tenga la bondad de sobrevivirme por favor. Bueno parece que insultaba a todo el mundo, sólo porque creía, como creemos muchos, que el ejercicio de la ABG es era transformarse ineludiblemente en un cascarrabia. Cuando alguien le preguntaba el porqué de su ira, decía que... porque estaba viejo, porque no estaba... Claro, claro. No soportaba sentirse disminuido, rumiaba sin cesar sus rencores, sospechaba de todo el mundo, creía que todos eran malevolentes, no toleraba el optimismo atolendrado. de los que no notaban su decadencia. Los tipos de, ¿pero usted está bien? le decían. Y eso lo volvió a loco. A los 70 años... A los 70 años se agarró a Piñas con un canónigo y dijeron que ya no estaba sano ni de espíritu ni de memoria. Y entonces se volvió loco de verdad, redondamente, del modo más indiscutible. Y este es el tercero de los grandes viejos que examinamos bien. Dos terminaron bien. y el último no, pero ya se veía venir. Otro que a mí me gusta mucho recordar es Arturo Rubenstein. Rubenstein vivió hasta los noventa y largos. Él murió en el 82, en 1982, Rubenstein. había nacido en 1887, quiere decir que tenía 95 años, y era un tipo muy, pero muy divertido, alegre, y además el mejor pianista. Sí, sí, sí. Entonces, a alguno le preguntaban si él podía seguir tocando a cierta edad, le empezaron a preguntar. Y él dijo que en realidad algún problema tenía, pero que lo había solucionado achicando un poco el repertorio y en los últimos años de su vida no tocó más. O sea, sí tocó, pero no hacía conciertos. Tocaba en su casa con su piano. Y entonces él decía que durante toda su vida, el día de los conciertos... él se levantaba con un terror pánico, porque tenía miedo. Si todos los grandes pianistas tienen miedo antes de un concierto. No es música, usted lo sabe. Yo lo sé y me da particularmente miedo y nervios cuando veo un concertista de piano. Claro, sí. Que se sienta solito ahí. Sí, está trabajando además con una... ya el solo leer piano es una hazaña que te puede fallar de alguna manera. Sí, y tienes dos horas por delante de estar sentado ahí sin errar. Bueno, y él decía que... Desde que dejó los conciertos públicos, se le había pasado ese miedo. Y se estaba mucho más en el casino. Él vivió mucho tiempo en Marbella. Se había casado con una señora que tenía una cosa, una casa, mejor decirlo, en Marbella. Y allí vivían y se codeaban con algunos artistas de Hollywood. Parece que se divertían mucho. Y un día le preguntaron a la baronesa Beatriz de Ojen... No Ojen Sollen, es Ojen Lohde, creo que es, sí. Es otro apellido. Que vivía también allí y los trataba... Le preguntaron cuál era el más divertido de todos esos personajes. Y dijo, no, claro, Rubinstein. Rubinstein, que tenía noventa y pico de edad. Ese era el más divertido. Sí, bárbaro. Qué espíritu espectacular. Y ahí estaba... Vivía Sean Connery, Mel Ferrer, que era mucho más joven. Estamos hablando de los años ochenta. Y... Que a ella le divertía mucho bailar con Mel Ferrer. mientras tocaba Rubinsta en el piano. ¡Qué lindo estar ahí! Él filmó también, por esos años, una linda biografía relatada por él, muy graciosa, él al piano. Él al piano, nada más. Era al piano. Recuerdo que en una ocasión, en una escena, ya tenía noventa y tanto, él habla del tango. Ah. Habla del tango. ¿Bien? Muy bien, sí, sí. Y toca. Toca casualmente. Esta noche me emborracho. Toca un pedacito del tango esta noche me emborracho y dice que aprendió a gustar del tango por una señora argentina que había conocido y que le pasaba a todos los tangos y que a él le gustaba mucho. Bueno, pero... Él permaneció alegre hasta su muerte a los 95 años. Es envidiable, ¿no? Sí, impresionante, impresionante. Y seguía escuchando y dijo algo que a usted le va a gustar. Dice, ¿ya cuál es el mejor maestro de un músico? El disco. El disco. Porque uno, si tiene un maestro, pueden pasar dos cosas. Que empiece a imitar al maestro, o que por el contrario se le ponga en contra y empiece... A diferenciarse. A querer diferenciarse. Y usted nunca está seguro de cómo toca. Yo toco, sí, mientras toco escucho, pero lo que escucho... pasa por mi estómago, pasa por muchos filtros, por muchos temores, y no sé cómo estoy tocando. Y el que me dice realmente cómo estoy tocando es el disco. Cuando él se escucha a sí mismo. Cuando yo me escucho ya con concentración de crítico. Claro. Escucho lo que yo grabé y eso es exactamente lo que yo grabé. Y ahí es donde yo comprendo mejor. cómo estoy tocando. Así que yo le digo mucho a los músicos jóvenes que graben. No, ni siquiera profesionalmente. Ahora se graba todo. Ahora se graba todo porque además no es necesario un disco. No, es muy fácil. Pero tiene mucha, yo creo que tiene mucha razón. Tiene mucha razón. Entonces decía que a él le gustaba mucho grabarse y después se escuchaba y recién ahí descubría cosas que durante la ejecución él no había captado. Bueno, maravillosas historias de estos viejos, especialmente la de Rubinstein que está tan cerca de nosotros. Le habían puesto, estaba muy vinculado con España, quería mucho España, y en Marsella, en Marsella no, en Marbella, en Marbella le han puesto su nombre a una calle, y se llamaba Arturo Rubinstein la calle, y dijo que suerte que el nombre lo pusieron en español, lo pusieron a Arturo. ilustrar esta charla y está el lindo tango vamos vamos saíno viejo está muy bien para los viejos saínos escucharemos la versión de el mundo rivero Continuamos en la venganza, será terrible, señoras y señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Consejos para sacar turno médico. Bueno, es muy difícil. Es imposible. Ahora sí, cada vez peor. O sea, cuando te llega el turno, ya te moriste. Sí, o se curó, o se curó. Ya te curaste y no te moriste. Yo tengo justamente ahora un turno que he sacado. Para... ¿Y cuándo le dieron? 2030. 10 de enero de 2030. Bueno, sí, falta un poquito para el mundial. Pero temprano. Me lo dieron primer turno de la mañana en la mental del mundo. Ahora, si uno dice es urgente... ¡Va la Guardia! Por eso lo conseguí para 2030. No, bueno... No saca el turno, va la Guardia. También tiene que esperar 10 horas. Hasta 2030 también. Es importante elegir el mejor momento para llamar o agendar el turno. Generalmente los consultorios están saturados en la mañana y después del mediodía, o sea, siempre. Intenta llamar cerca del final del día. Ya se fueron. Si hay doctor Micheloni, ya se fue. Tengo todo reservado. No, pero dicen que cuando se caen los turnos y hay... vacantes, digamos, es muy temprano a la mañana, muy temprano. Claro, ahí es donde se mueren, digamos, los que tenían un turno sacado. Los que estaban esperando. Usted si usted quiere puede tomar el turno del finado Corleone. Acaba de espinchar esta mañana. Así nos dan ganas de tomar el turno, imagínese. Generalmente los consultorios ya se lo dije. Recuerda que esto varía. Esto varía según el lugar. por lo que vale la pena probar diferentes horarios. O sea, no se está diciendo nada. Igual yo coincido con Bartó, a medida que va pasando el día, se van acumulando los que entran de improviso y que no tienen turno, sobre turno. Cada vez hay más gente. Claro, no cada vez menos. Claro, primero. Bueno, muy bien. dice ten a mano los datos médicos. Estaba recordando pero no sé cómo funciona esto. A mí me tocó alguna vez un servicio que te acahueteaba cuántas personas había adelante. Sí, le dice por teléfono tiene ocho llamados adelante. Claro. Entonces vos sabías. Ah, bueno, qué bien. Eso está bien, ¿no? Sí, sí. Y después le va diciendo, quedan cuatro llamados adelante. Claro, porque uno se fue... Por ahí atienden a alguien. Sí, pero a mí una vez creo que me ocurrió que se me iban sumando. Y ahora tiene 15 llamados... Pero usted tiene que decir cómo, señor. Claro, se colaron. Hace un rato tenía cuatro adelante y ahora tengo siete. Aquí estamos jugando. Es un disco. Es que es un disco, es como un robot. Lo mismo me está sucediendo y a mí... Muchas personas me dicen que lo que digo es mentira, esto que voy a decir. Sí, es mentira. No, no es mentira, les juro que es verdad. Sí, todos los mentirosos dicen... Sí, claro. El del GPS? Sí. La viola, la chica que habla? ¡Dobla! Habla con usted. ¿Sabes cuánto me dijeron eso? Sí. Los taxistas, escuchan, escuchan, todo el día creen que era. No, señor, no es eso. Está bien a saber cómo la tengo. En muchas ocasiones, no en todas, pero muchísimas. Me dice derecha por izquierda o izquierda por derecha. O sea, me dice doble a la izquierda. Y usted se mete contra mano. Y es a la derecha. El dibujo marca a la derecha. Ah. Pero ella... No, no, sí. Yo la pesqué en varios errores. Sí, sí. A mí me dicen no, eso no puede suceder. Sí, sí. Está sucediendo. Y hoy me sucedió en tres cosas. Bueno, eh... Tiene a mano tus datos médicos. ¿Cuáles serían sus datos médicos? Y, por ejemplo, usted... El carné de la obra social. Ah, eso, dice. Ah, yo quería decir que era como esta uno. Claro, quería pensar que la historia es clínica. Como se mide, lo gano bien del hígado, pero mal de los señores. Ahora, cuando se mete el tipo en una computadora, ni le habla a usted. Ni le habla. Y ve todo lo que le pasó a usted en la pantalla. Ahora, perdón, discúpeme. Si el médico no le habla. Sí. No lo revisa. Porque ya no se revisa más. Su mujer tampoco le habla. Bueno, eso es otro. Y usted llama para pedir un turno. ¿Por qué no se resuelve ya todo con un robot y listo? que tiene cargada la historia clínica, tiene la receta, tiene... Y listo, y se ahorran todas las consultas que le obstaculiza. Es lo que dicen que va a ser la inteligencia artificial. Señor, usted diría que realmente se va a morir y ya, uno tiene que andar yendo al médico. Bueno, no sé, pero para las cosas graves que lo tienen que revisar, bueno, pero para todo lo otro, que es la mayoría, porque la sala de espera de los consultorios está llena de gente sana. Sin embargo, la sala de espera enferma. ¿Usted es enferma ahí? En Estados Unidos comprobaron que un 76% de las enfermedades la gente las pillaba en la sala de espera. ¿Por qué hacía? Se la agarró en la sala de espera. Es un caldo de cultivo eso. Viene entra un tipo, empieza a toser y hay 20 personas listas. Pero además hay una cosa psicológica. No, señor. Se ve rodeado... por un montón de personas y le calculas que todas están fureras. Y usted mismo piensa que me voy a agarrar un samburri y que no voy a salir. Y eso es lo que le enferma. Y bueno, en muchas, no, no en muchas, en alguna sala de espera de guardias, le dan barbijos para esperar. Para esperar. Y después que ese barbijo se lo da a quien viene atrás. No, no, se lo derrota, barbijo descartable. Dice, define tus prioridades. Determina si tu consulta es urgente o si puedes esperar algunos días. Siempre es urgente para uno. Claro. Eso es yo. A mí al revés me pasa. ¿Qué? ¿Siempre puede? Eso le pasa para no ir. A mí me pasa que... Porque no quiere ir usted. Sí, claro. Yo digo, bueno, esto puedo esperar, suena para va, voy otro día. Es genial pensar así. Suspendo todos los turnos, pego la vuelta... Bueno, pero cuando usted está en la sala de espera, ahí quiere que lo atiendan primero. Sí, pero varias veces me he ido también, ¿eh? Hay mucha gente. Sí. Es que se cura. Mientras está operando se cura. Claro, me curo de espanto. Al fin y al cabo no me duele tanto. Claro. Digo, bueno, me la puedo aguantar. Yo me voy muchas veces. Sí. Por distintos motivos. Primero porque calculo que hay que esperar mucho. Segundo, el médico me genera una desconfianza. En realidad la genero yo para poder irme. Digo, este médico no me gusta nada, me voy a ir. Chau, tomate la van. Sí, sí. Bueno, dice... Entonces define tus prioridades, saber si querés quedarte, si querés venir otro día. Sé flexible. Sí. Sí, sí. a veces conseguir el turno en el día y hora exacta puede ser difícil. Intenta ser flexible con los horarios. Sí, porque sí. ¿Qué horario es que usted diga? Me tenemos a las 4 de la mañana. Bueno, voy. Claro, porque lo único que falta es que usted dice, no, no puedo tal día. Y al otro, no, no puedo. Disculpeme, yo tengo una vida, además. También, pero falta... La señora se va a levantar a las 4 de la mañana para que el médico le diga que está muy mal. No, señor, yo tengo una vida... Pero falta el laburo. Y tengo una vida sexual. Bueno, postergue... ¿Por eso viene? No, por eso no, lo digo. No, bueno, no, pero le aclaro, porque si no, no vivo para ir al médico. Como hobby. Qué mal llevado, no le va a matar ningún túnel. Claro, el problema que tenemos con el sexólogo es que en la sala de espera se miran. Ah, se miran. Se miran. vos ves que todos los tipos que van ahí, van porque tienen una difusión sexual. Sí, pero hay mujeres también. Hay mujeres, pero generalmente hay hombres. Entonces usted lo empieza a mirar, a un tipo que está ahí, y por ahí no puede evitar una sonrisa socarrona. Pero qué socarrona. Incluso cuando sale del consultorio lo vuelve a mirar. Sí, y usted le hace un gesto incluso. y por ahí el tipo se enoja, así que me está mirando. Claro, qué le parece. Así que me da el alta, doctor, me dijo estoy muy bien, buena, bueno. Que soy un toro, me dijo el doctor. Buenas tardes a todos. Chau, señor, adiós. Y el tipo dice, ¿y usted por qué viene? Tanto me está mirando. Bueno, no es para ponerse así. No, no hay que hablar ahí, directamente. Pero ahí es el sexólogo, es el que tiene que tener el consultor. más aislado de acústicamente para que no te puedan escuchar lo que están esperando están esperando el silencio intentó por todos los medios bueno bueno señor le compró la encería erótica tampoco tiene que entrar la secretaria de abrir la puerta se escucha ahí Ajá, dice. Pero el sexólogo... Disculpe mi ignorancia, la pregunta. ¿Pero el sexólogo es médico también? No, es... No, porq No, porque vio que hay especialistas de... Eso es en la psicología, no va? Que tratan el tema, bueno, lo charlamos... No, no, esos son los sexólogos psicólogos que no... Claro, pero... No, no, los sexólogos son médicos... Y a todos le llaman por su nombre. No, está bien, está bien, señor, sí, sí. ¿Cómo se llama esto? Está bien, perfecto. Es lo mismo que urólogo. No, no es lo mismo. Es prácticamente lo mismo. No, no es lo mismo. Saquémonos las cadenas. Pero qué... Trabajan con el mismo material. No, señor. El urólogo, usted puede tener... Y te examinan. ¿Sabes que te examinan? con una linterna que se pone acá como los mineros. Sí. ¿Para qué? Para iluminar mejor lo que quieren ver. No confunda la audiencia que el urologo puede tener un problema urinario, usted. Sí. De la próstata o de lo que fuera. Bueno, pero... Son cosas mías, señores. No, está bien, Ibai, el urologo no es sexólogo. Por ahí no sabe nada de sexo el urologo. El señor es sexólogo. Acá dice sexo. Bueno, está bien, sí, señor. Igual el elemento de estudio es el mismo en el urologo que en el sexólogo. No, el neurólogo dice como el urologo. ¡Urálogo! Y sexólogo. Bueno, no se ponga así. A mí me parece que el sexólogo no es médico. Bueno, entonces no vayas, sigue así. Llega así que le va a ir fenómeno. Es un tipo que se da mania. No, esa es su mujer. No, no. Bueno, ten en cuenta las demoras. No temas a los sistemas online. ¿Por qué uno tiene que temerle que se puede fulminar? No, porque no le gusta, porque lo toman a distancia y todas estas cosas. Claro, hay gente que quiere la confirmación, papelito, algo que diga el turno y que no... Se lo dio una cinta... Pero ahora es todo, le mandan el mensaje por celular. Bueno, finalmente. Pregunta por turno cancelado. Ahí está lo que está. No hay ninguno que se haya muerto ahora. Usted agarra lo que se cae. Claro. Lo que se cae lo agarra. Yo con cualquiera que agarro el turno de cualquiera. Sí. Donde se cae un turno, esta es la mea, digo. Sí. Disculpe. Bueno, no, está bien, señor. Está bien. Bueno. consulta la especialidad correcta. Ahí está donde usted va a tener problemas, porque usted no distingue un urologo, de un sexólogo, de nada. No, señor, es que no es el sexólogo. Usted agarra una cartilla médica. No existe el sexólogo. Lo que pasa es que cada vez hay más rubros. ¿Más rubios? No, más especialidades. Antes era médico, punto. Era la única especialidad. Claro, médico, gírico. El médico te atendía a todo. Claro. Usted qué tiene, tuberculosis, médico. Claro. médico, pero de pie médico, era distinta la cosa. Ahora uno que atiende de pie no atiende de manos. Bueno, están los médicos de partes. ¿De qué? De partes, dicen de cuello, hay médicos de cuello. Vengo de parte del doctor Garagentzian. No señor, de partes del cuerpo, pero no órganos como puede ser un gastroenterólogo. sino de cuello, de mano, de pie. Entonces, el sexólogo es lo mismo, es del sexo. Claro, es del mismo... Es una parte del cuerpo. No, no, pero... ¿Ah, no? No. Creo que el sexólogo es toda la dimensión sexual que es más cultural que corporal a esta altura. Esto es cultural. Y los problemas de sexo... ¿Y qué le va a hablar de cultura? Claro. ¿Qué le va a decir? Un homenaje al cine argentino. Los problemas sexuales... están más vinculados a lo vincular. Sí, claro. Cada uno... No, señor, es así. ..hace como puede. Si no vamos a hacer las cosas con respeto... Yo me voy a ir, me voy a ir. Por favor, qué pocas pulgas. Estoy tirando un turno para el sexólogo... ..de mi primera juventud. Bueno, sí, es que no lo tengo en cartilla. Ya le digo, no lo tengo en cartilla. ¿Qué cartilla? No me aparece en sistema, no lo tengo en sistema. Sistema, cartilla. No me aparece. Usted además me dijo, ni bien llamé, que no había sexólogo. Claro, no hay sexólogo, por eso digo no... ¿Qué tiene? ¿Por qué me hago a entender? No, le digo, algo que lo deje ser... Para mí un urólogo. Un urólogo podría ser... De último un gastronomírico. Un urólogo como... Una gitana. Claro, depende. Según como uno. Bueno, claro, por eso le digo. Mira, hasta un dentista. ¿Dónde está el libro de quejas? No, acá no hay libro de quejas, terminen. Ah, no hay libro de quejas. No hay sexólogo, no hay libro de quejas. ¡Qué malo hay! Es un desastre. Debe haber un libro de quejas. ¿Sabe dónde está el libro de quejas? No. Bueno, vaya a buscarlo, creo que está al piso 14. ¿Puedo decir algo? Con lo que me cobran cada mes. ¿Qué? ¿Usted quiere? El próximo mes voy a... Y bueno, hágalo. Hágalo, ¿qué quiere que le diga? No. ¿Qué quiere que le diga? Mire, yo estoy trabajando acá y ustedes me están haciendo perder un tiempo precioso. Sí, gracias. No, señor, no es a usted. Es lindo también. No, salga de acá. Pero lo que pasa es que es más llevado. No, salga de acá, por favor. Bueno, últimas consideraciones. Considera consultar por teléfono o videollamada... consulta la especialidad correcta, todas esas cosas que hay que dar. Riegos que debes evitar. No exagere la urgencia. Claro, porque eso lo... Hay muchos que hacen así. Para que lo atiendan rápido, pero el médico... Dicen que están peor de lo que están. El médico se da cuenta, le toma los latidos, todo ese... Claro, el tipo habla y dice, doctor, me estoy muriendo. Si no me atiende dentro de 20 minutos... Chau. Chau qué? Encanto para el carner. No, bueno, pero... Es que no tienes ni la chance de hablar con el médico ni con nadie. Eso es lo malo. Claro. El médico tendría que atender él. Antes hablaban... Él, el médico tendría que darte los turnos. No un tipo que... Y que se pasa todo el día dando turno. Claro, el que te conoce, no sabe lo que tener. Hola, soy el médico. ¿Qué le pasa? Ya está. Claro. Yo soy el que toma los turnos acá. Así debe ser. Y dice, a mí me pasa esto, mis síntomas... Usted no tiene nada. Es mentira. Es mentira para que yo la atienda rápido. Así que, más ya sé. Y bueno, veis, lo despacha rápido así. Bueno, eso es todo. evita ser insistente como el burro. Claro, sí. O sea, si ya le dijeron que no, es no. Sin embargo... No hay turno y tiene que agarrar lo que le den. Usted agarra lo que le den. Hay que que se prende a la puerta del consultorio mismo cuando el médico está atendiendo a otro y le empieza... Claro, no, pero eso... Pero es que es un carpintero... ¡Doctor Salomone! ¡Doctor Salomone! ¡Una emergencia! Soy un paciente que está en una emergencia. No, eso es un carpintero, señor. ¡Doctor Salomone! Que está golpeando así. Hasta que no lo atiendan, no nos vamos, eh. Bueno, discúlpeme, pero los turnos los tiene que sacar a... Una cosa es el consultorio y otra la guardia. Baje a la guardia, va a ver cómo se cura rápido. Va a tener que pegarlo, va a tener que esperar como 10 horas. Es una amenaza eso. ¿De golpe se cuela o es el señor? Me vas a dar una inyección. ¿No te estabas muriendo? ¿Te estabas muriendo hace un rato? No, no me estoy muriendo. ¿Y ahora te estás resucitando? Tengo problemas de sexo. Que esta noche tengo un encuentro con una señorita. Y voy a quedar bañado y sin fiesta. Urgente una receta. Ya le dije que no lo podemos tomar eso. No lo podemos tomar. No me patean cartilla. Cartilla, de vuelta. No, no, no, la sexología es otra cosa. Bueno, vámonos. Vámonos a la cura de la mesa. Vaya, vaya. No volvemos más. No. Y el mes que viene, aparte de la cuota... Y acá, los que están esperando, sepan cómo atienden aquí. Los van a atender igual de mal que a mí y que al Señor. Y voy a traer un libro de quejas el mes que viene. Tráigalo. Lo voy a comprar yo. Tráigalo perfectamente. Saber que sos vos un sinvergüenza, un compadrito. Señor, yo estoy trabajando, así que más respeto. Saber que te escondés detrás del guardapolvo blanco ese. Sí. No, no me escondan. Estoy totalmente a la vista. Bueno, hasta... Vámonos. Vámonos, chao, chao. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com pasión por el podcast