La Venganza Será Terrible (oficial)

La Venganza Será Terrible en el Teatro Regina - 17 de noviembre 2023 - LVST 17/11/23 

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What is La Venganza Será Terrible (oficial)?

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La venganza será terrible. Muchas gracias. Buenas noches. Aquí estamos, como algunos jueves, en el teatro Regina. Sí, señor. Voy a presentar inmediatamente a mis compañeros, Patricio Barton. Hola, amigo. Buenas noches. y el artista antes llamado Gillespi Hola, hola, hola En este momento, de Ancianas, le hace entrega de un objeto de arte. Aguiles. Muchas gracias, señoras. ¿Lo han hecho con sus propias manos? Lo han hecho con sus propias manos estas ancianas. Y se nota. Que son tejedoras de canastas, de mimbre y paja. Claro, ¿cuál le tocó a Aguiles, Pi? A paja me tocó. No lo sé todavía. Bueno. La pagaste en paja hermosa. Muy bien, muchas gracias a estas damas. En este momento son expulsadas por personal de vigilancia de este teatro. O retiradas por los patoícas, señor. Muy bien, creo que tenemos poco que anunciar, pocas hazañas inminentes, pero igual las anunciaremos. Pero sabe quién lo inminente cobra una relevancia superior, por lo escaso. Cuando es escasani lo inminente, no se dispersa la atención. Si tuviéramos 8 cumpleaños en puerta, poco nos importaría cada uno de ellos. En cambio sí, es un solo cumpleaños y es el nuestro y es mañana. No, bueno, claro. Igual nada de eso es lo que ocurre. No, no. Lo que debemos decir es como estamos terminando el año, no nosotros, sino porque el año lo ha decidido así. Claro, no es una decisión nuestra. No, claro. Algunas personas se están retirando indignadas ante el paso del tiempo. ¿Y a dónde va uno indignado por el paso del tiempo? Bueno, el día 9 de diciembre y el 22 estaremos haciendo lo que serían las últimas funciones de La Venganza en Buenos Aires, acá en el Teatro de Regina. 9 de diciembre, 22 de diciembre estaremos aquí, las entradas por plateanet. Atención porque el 22 de diciembre puede tener características de último programa. No sabemos. Puede tener características que no lo hagamos también. Mucha característica. Último programa del año, tiene una connotación. Quizá lo hacemos en el penal de Magdalena. Sí. Y así. Yo voy a aprovechar, a falta de ocasiones con la venganza, para anunciar mi pequeña charla filosófica junto al filósofo Darío Steinz-Reichberg. Esta charla se llama La conversación infinita y tendrá dentro de su infinitud tres subdivisiones. Acerca de los conjuntos infinitos dentro del infinito, comuníquense con el señor Cantor. En todo caso, los días 24, 25 y 26 de noviembre tendrán lugar esas funciones en el teatro Broadway de larga fama de Buenos Aires, en la calle Corrientes 1135. Lamento informar que en dos de esas funciones las entradas están agotadas. Bueno, y aquí estamos jugando. Y la tercera también. Bueno, no hace nada. El domingo quedan algunas entradas, que es el 26 de noviembre, que será más temprano. Las otras van 21.30 y la del domingo a las 20.30. Yo todavía estoy un poco en ayunas acerca de la dinámica de esa función. Tiene que ponerse de acuerdo. No, es que no nos vamos a poner de acuerdo. Hemos quedado en que él va a decir cosas y yo voy a apoyar. Yo seré como su corroborador. ¿Y cómo corroborador? Tiene razón, tiene razón, tiene razón este señor. Usted lo que siempre yo digo, todo ese tipo de cosas. Todo eso se lo digo siempre a mi señora esposa y, sin embargo, ella como quien oye el rollover, digo yo. O ayer mismo le dije a mi novia esas mismas palabras con nulos resultados. Bueno, no me animo a preguntarle qué palabras. Yo voy a decir todo eso. Señores, ahora sí, si usted quiere, salvo que tuviera alguna otra consideración que hacer, yo quiero... denunciar una nueva hazaña de los muchachos del YouTube y de... A ver, ¿qué le pasó? Vio los anuncios. Sí, las propagandas que le insertan dentro de los vídeos. Claro. Bueno, ahora hay dos. Antes había uno, tenías que esperar a que el tipo terminara el anuncio. Y ahora dice omitir anuncio, ¿no? Entonces uno aprieta ahí y en vez de decir omitir anuncio dice no, dice siguiente. Claro. Dice apretar y siguiente y ahí hay otro. Y sí. Bueno, no quería dejar pasar esta ocasión sin felicitar a estos tipos, que cada vez que inventan algo es para peor, es para reventar todavía más. Es que depende de los vídeos que usted vea, tiene muchos anuncios y si no se tiene que abonar al servicio al que no tiene aviso. Quería abonarme al circuito diosentis. que no están asolados por los anuncios. Se llama el premium, el servicio premium. Pero no vamos a hacerle la publicidad acá a la empresa. No, qué publicidad le vamos a hacer. Eso es un homicerable, a la vez. Pero bueno, usted paga el abono mensual y no va a haber ningún aviso, ninguno de esos aviso. Bueno, pagando cualquier espiola, que es mi lema de campaña. Bueno, le va a ir bien. O de alguien, no sé. Bien, vamos entonces al tema, que es un tema interesantísimo porque es medicinal. Tiene que ver con la medicina. Perdón, hay que abordarlo con responsabilidad. Sí, claro que sí. Y el respeto porque estamos en un medio de comunicación masivo. Pero alguna vez no tuvimos responsabilidad. No, lo digo por las dudas. Yo hoy tuve una reunión a la mañana con el directorio de la radio. No me digas. Qué bien. Usted es bastante golfa, ¿no? Sí, sí. ¿Les preguntó si seguimos nosotros dos? Y acordamos... El año que viene. en este momento se está charlando. Bueno, que bien. Se trata de terapias alternativas. Es lo mejor que hay en este momento. Yo soy el loco de la medicina alternativa. A mí déjeme del médico tradicional, del doctor Karajancián, de Galeno. de todo esos tipos y de el doctor Finoquieto. ¿Puso a Karajancián en ese podio? Claro, claro. Para mí viene Galeno, Finoquieto, el otro como se llama Sergio Pedrone y Karajancián. Bueno. son el podio de tres, de cuatro... Ahora escúcheme de una cosa, ¿le puedo decir algo? Me toca ser abogado al diablo hoy. ¿Cómo va su jefe? Bueno, bien. Ahora hay muchos medicamentos, uno puede ir a una farmacia, de hecho en la avenida de Santa Fe aquí hay varias, puede ir a cualquiera de ellas y va a encontrar... Qué buena información esto, enterarse de que en la avenida de Santa Fe hay varias farmácias. Cuando ingrese a la farmacia va a encontrar miles de productos. Por ejemplo, analgésicos, hay 20 o 30, tienen que ir para elegir. Ahora, ¿toda esta variedad cambia los envases, cambia los colores? Es lo mismo. Es lo mismo, yo voy a hacer una denuncia. Todos los jabones son todos iguales, lo que le cambia en el tarro. Bueno señor, está bien, pero es parte del sistema en el que vivimos, sí. Sabe cómo se llama. Lo mismo que el anuncio de los tipos estos. Sí, lo mismo. Y lo mismo que los precios que cuesta el analgésico. Un geniobre el otro día me lo querían cobrar 50.000 pesos. Eso yo me tengo que preparar. publicidad también en los envases de los medicamentos, como una forma de amortiguar los costos. Bueno, sí, en las prepagas, por ejemplo, los tipos que te ponen inyecciones, antes de darte la inyección, mientras te están masajeando, dicen, esta inyección es auspiciada por Hotel La Cumbre. Bueno, verguido. Un rincón... Porteño en la provincia de Córdoba. Sí, justo un rincón. Bueno, me parece que ya es abusiva la publicidad, así tan presente en todas partes. En todo caso, vamos con el libro. Esto es un alternativo. Terapias alternativas. ¿Y cuál es la primera? Para mí, acupuntura. Acupuntura, sí, puede ser cualquiera porque no están en orden. Bueno, bueno, pero... Alfabético por ahí. Acupuntura. ¿Cómo sabemos? La acupuntura es una ciencia milenaria, es decir, China. Milenario quiere decir chino. No, no quiere decir, pero... Yo pensé que sí. Igual que... Incipiente quiere decir calvicie. Sí. Jajaja Eso está más cercano. Muy bien. Ahora, le puedo decir una cosa, desde tiempos inmemoriales, los primeros jerarcas chinos ya se curaban con agujas. Se empezó a estudiar eso hasta el día de hoy y, al parecer, tiene un 95% de efectividad. No es tanta. ¿95%? Es mucho más que... Yo conozco específicos que matan las bacterias y matan el 99,9%. Si las matan a todas menos alguna. Bueno, pero... Acá ya hay un 5% de tipos que nos quedamos con la aguja clavada y seguimos igual. Bueno. Mire, yo soy muy proclive a que los medicamentos no me hagan efecto. Pero, ¿por qué? Ya desde chico, porque desconfié. Es rebelde. ¿Entiende? Y la desconfianza, eso está estudiado. Claro que sí. La desconfianza restringe la efectividad del medicamento en un 50%. Sí, sí, que vos creas ayuda. Bueno, lo que sí es cierto... No, es que quiero... No digo que no sea cierto lo que usted dice. Ah, bueno. Pero está el efecto placebo, que yo le doy una cosa con forma de otra... Claro, que es lo que se pasan haciendo. Bueno, yo le doy... Usted está convencido que es la cosa. Claro, pero yo desde niño desconfiaba. Me dolía la cabeza, mi abuela decía, tome un mejoral. Sí. Me tomó un mejoral, me sigue doliendo, decía. Pero... Pero a los 10 segundos lo decía. Ah, bueno, salió. Pero está bien. Dice, ¿cuánto voy a esperar? No, tienes que esperar. Ah, tengo que esperar, entonces cualquier medicamento a la larga sirve. Más tarde o más temprano el dolor de cabeza se va. A veces se va contigo. Pero, escúcheme. Pensemos lógicamente por un minuto, les pido. Por un minuto. Está bien. Usted toma el mejoral. Está pidiendo demasiado en estos tiempos. Usted toma el mejoral. ¿El mejoral a dónde va? ¿A la cabeza? ¿Qué se yo, señor? ¿A la panza? No, va para el otro lado. En vez de doblar para arriba, dobla para abajo. Hasta que llega a la cabeza el medicamento. Primero tiene que digerir, tiene que entrar el torrente sanguíneo. Entonces no sirve. Le digo una cosa, no sirve. No, pero no sé si va por el torrente sanguíneo. Es muy científico esto. Por ejemplo, dígame dónde le duele. Me duele el estómago. Muy bien. La acupuntura tiene unos lugares que cada uno de los cuales corresponde a un dolor. Pero no está en el lugar donde usted le dure. No le clava la boca. Son como botoncitos llaves que cancelan los dolores y que se activan con las agujas que estamos mencionando. Generalmente las ponen en las orejas. Eso es la auriculoterapia. Sí, ahí mismo me duele. Bueno, no. porque la auriculoterapia es parte del amplio universo de la reflexología, como es la acupuntura. Sí, que uno se pone así a pensar. No, en serio. Pero la acupuntura, a veces uno se sorprende porque dice, me duele acá abajo del pescuezo, doctor. Y el tipo, muy bien, y te pone una aguja detrás de la rodilla. Pero doctor, ahí no me duele. El doctor, posiblemente chino o al menos chinesco. Bueno, por favor. Chino son. Aguja no el donde doler, sino otro lugar. Era chinesco nomás. Nunca le explica nada al doctor, ¿no? No, la medicina china carece de explicación. O las explicaciones están en un... topos euranos al que no es posible acceder. No, es que usted como ser doliente, no puede acceder a esos saberes, es como preguntarle el truco a un mago. Usted no hace preguntar. Son saberes secretos, cuanto más secretos más eficaz. Claro. Pues si usted lo sabe, ya no le hace efecto. Lo mismo que si usted comprende el truco de la mujer serruchada por el medio. Ya no le hizo efecto. La segunda vez que va... No se asombró. Bueno, acá la cabeza le sigue doliendo. Bueno, por eso... Igual le puedo decir que tengo dos o tres amigos que se han tratado con la acupuntura, me han hablado maravillas de tratamiento. Pero hay que tratar de no entenderla, la acupuntura, como sucede con muchas cosas. Eso, cuanto menos no entienda usted, más lo aprende. Eso es la acupuntura. Sí, me gusta. Voy anotando una de las estaciones. Perdón, ¿las agujas las lleva usted o el tipo las pone? ¿Usted quién es? Perdón, ¿usted quién es? Es así. Las preguntas las hago yo acá. El tipo tiene agujas. Cuando usted vaya como cliente y se inscribe, el tipo ya le separa unas agujas que son suyas solas y las mete en un canuto, en un frasquito, y al frasquito le pone Balton. Entonces cuando viene usted, usted ya tiene sus agujas, ¿no? Le van a poner las agujas del que recién se acaba de ir. Y anda a saber qué pesta inmunda tiene. No sé si pesta inmunda. Y usted se la contagia y no llega ni hasta la puerta después. Es lo mismo que los tatuadores. Termina de tatuar. Igual, la misma cosa. No, no es igual. Termina de tatuar una persona. Cambia prácticamente todo el aparato para que se acueste otra persona. Es todo nuevo. ¿Ah, sí? Yo creí que directamente la... la metían un poco ahí en alcohol o se la pasaban por el fundillo del pantalón y le metían para el arco. Pero no subamos a los tatuadores a este podio de la medicina. No, no, dime un ejemplo. ¿Cuál es otra terapia? A ver. La siguiente es... bueno, cuidado con esto porque es delicada esta, es la hipnosis. ¿Usted puede creer o no creer? No, no, pero... Lo mismo que la acupuntura. Sí, pero puedo decir una cosa, ahora no se usa tanto, pero durante muchos años en la antigüedad se curaban todo tipo de enfermedades mediante la hipnosis. De esto habla Freud en varios libros, por ejemplo, la hipnosis. Bueno. ¿Pero hay una sugestión en la hipnosis, un poder mental de uno sobre otro? No, es muy sencillo. Usted va con una enfermedad y el tipo te hace mirar un péndulo, algo que oscila, que puede ser un reloj, una mano, algo que te puede hacer oscilar algo y vos empezás a mirar de acá y llega un momento que te has dormido y estás sujeto a la voluntad del hipnotista. hipnotizador. Y entonces te dice, ¿qué le dolió a usted? El estómago. No le dolió más. ¿Hace así? Y vos te desperté y no te acordás de nada. Nada. Ojo que mediante ese sistema han hecho verdaderas tropelías. Hay que tener confianza que no sea un malandra el hipotizador. Porque en una de esas, le obliga a cederle a usted, todas o casi todas, sus propiedades. El tese duerme y dice, ¿Usted tiene un chalet en Bursaco? Sí. Póngale mi nombre. Y vos vas y al otro día aparece el hipnotizador, el médico, que se muda a Bursaco. No sé qué ventaja puede acarrearle esto, pero bueno. No, porque una cosa es... Ehh... Bursaco... No, digo... Hay lugares y lugares de Bursaco. No, señor. Una cosa es decir, el poder hipnotizador, que es como una sugestión, quizás un poder mental sobre el otro, y otras curarlo. Es prácticamente el hipnotizador se mete adentro de su mente. Y una vez que está dentro de su mente, arregla todo lo que él quiere. Cuando yo estoy adentro de su cabeza, yo después veo todo lo que está mal y lo arreglo y me voy. Sea algo que usted no crea. En el caso de todo lo que acabamos de decir, fracasa, empezando por la sesión de su chalet en bursaco. que poner yo, todo depende si yo creo o no creo. Claro, entonces, esto, medicinas alternativas se llama. ¿Qué quiere decir la palabra alternativa? Que son mentiras. No, no, no. Porque antes me decían, por ejemplo, hay chamanes. Los he visto. Chamanes que usted los va a ver, hay gente que viaja a verlos. Uno va al norte del país. Jujuy, Salta. Sí. Está lleno de chamanes. No sé si lleno. Bolivia, Perú. Sí, pero no son para el norte del país, Bolivia y Perú. Bueno, pero quiero decir, hasta México hay chamanes y de repente agarran un cardo, arrancan un cardo, y hacen un té, se prepara y una infusión... Y se lo toman. No, no se asuma. Se lo dan a usted. Se lo dan a usted. O se lo refriegan. Sí, ese refriegarle a usted algo... No, bueno... ..es también propio de los llamanes. No, no, chamanes. Quizás le haces repetir... ¿A qué hora lo puedo chamar? Por favor, dijimos que íbamos a hacerlo con respeto y con responsabilidad. A veces le hacen repetir palabras que para usted quizá no significan nada. Oom, por ejemplo. O lagarto, lagarto. Son palabras que tienen que ver con los pueblos. Gartum tutem tam. El doctor Tuncrestan. Y sabe que hace tan... Tiene dráumatólogo. En la ceremonia, el tipo en un momento prende un cigarrillo y le tira el humo en la cara. Igual le pegás una pila. No, no. Es parte porque el tabaco lo va metiendo en el ritual. Bueno, me parece que ustedes no están muy bien. Acá hay una cosa que se llama yoga terapéutico. El yoga yo creí que era... cosa que uno hacía para conocer señorita. No señor, por favor, es una disciplina. Es la adaptación de las posturas del yoga. Por ejemplo, el nombre de una postura del yoga, usted que sabe mucho. Sirshasana. El qué? Sirshasana. Y eso cómo vendría a ser. No señor, por favor. Perdón, algo sé, es ponerse de cabeza. Exacto, es el lasana más difundido. Yo vendo ropa para esa postura con el bolsillo al revés. No señor. Para que no se te cagan las monedas. No anda con las monedas cuando va a hacer yoga, una práctica. Dice, bueno, esto es para abordar problemas de salud específico. Viene el tipo y le dice, mira, póngase en cuatro patas y levante una. ¿Y eso qué? Levante la pierna derecha y permanezca así. Míresela ahora. No, eso no es yoga. Le está tomando el pelo. Listo, dice. Asunto arreglado. Eso es cualquier cosa. Primero que se sienta con las piernas cruzadas. Tiene un nombre, por supuesto. de loto. Exacto. Después respirando. ¿Por qué le duele? No señor, ¿usted se sabe sentar de loto? ¿Se sabe qué? ¿Se sabe sentar de loto? Creí que sí. No señor, porque pone los empeines de cada uno de los pies. ¿De qué va a ser? La línea de los empeines. El empeine del pie derecho sobre el muslo Y el empeine del pie izquierdo sobre el muro derecho. Exacto. Le quedan las piernas cruzadas así. Y, digamos, la dama qué hace. No, señor. Solo lo hace. Se siente. Ah, es el kamasutra solo. La espalda erguida. Kamasutra para solitario. La espalda erguida. Y la cabeza hacia adelante. Y el corazón contento. Bueno, no me gustó. Bueno. Están lo que se llaman las flores de Bach. Sí. Es que no es del músico Bach. Ese es el problema. Es otro Bach. Es un pariente lejano del músico. Pero el tipo era el que hizo las flores. Inventó las flores. No. Encontró propiedades curativas. Sacándole con una jeringa la flor. Tiene algo que ver la jeringa con la aguja, porque vengo de lo de la Coupunton. No, nada que ver. Esto es occidental. Ah, ¿sí occidental? O sea que el chino no manja una. No, acá el chino no. El chino de Bach no. No, el chino no le gustan las flores de Bach. Está en contra de las flores. Sí, las repudia. Le gusta la quinta partita. No señor, repudia las flores de Bach. Bueno... Cuidado, a cada vez es una cosa más fantástica, ¿no? Porque... ¿Qué me dice de la terapia cráneo-sacral? Me imagino que tiene que ver con el sacro y el cráneo. Claro. Esto va de punta a punta, desde el cráneo, acá arriba, hasta el sacro, allá donde... Sí, en el polo sur. Me parece que es un trabajo donde, bueno, por supuesto, la relevancia la tiene la columna. Exacto. Protagonista ineludible de la terapia. Nosotros vamos tocándolo vértebra por vértebra, una por una, con este dedo. Bueno, no me importa cómo. Bueno, señor. No, no es alección. Yo le digo... Al llegar le decimos, ¿con qué dedo el señor prefiere que le tantee la columna? A mí no me interesa con qué dedo lo hace, pero sí quiero decirle que llevo años... ¿Pero usted qué problema tiene? Tengo un diagnóstico de atrofia por lordosis y escoiosis. ¿Lordosis es espectacular? ¿Escoiosis? Esco...niosis...esco...esco...niosis...nioxis...nioxis...nioxis...nioxis... Lordosis y Escolyosis. Lordosis quiere decir gentleman, una persona... No, señor. Tengo... Lord...cuánto de eso lo debo conocer. Sí, muy famoso. Tengo el... Amigo de Lord Byron. Les pido por favor, tengo la columna vertebral. Sí, ya la veo que viene... Usted medio inclináste. La tengo en forma de S, de la letra S. Pero viene tirado hacia la izquierda. Sí, también, también ando medio aladeado. Yo le aconsejo un contrapeso del lado derecho. A quien le recomiendo alguno. No, pero imagínese que... Hay una solución que es sencilla que es el zapato con plataforma. un zapato normal y uno con plataforma. Yo empecé a usar zapatos con plataforma a los 24 años y nunca más me dolió la cabeza. ¿Ustedes dolían la cabeza? No. Ah, bueno, ¿y entonces de qué estamos hablando? Yo los empecé a usar porque era bajo, era muy bajo. Iba a los bailes y ninguna mujer alta quería salir a bailar conmigo. Entonces me compré unos zapatos con plataformas que ríasé de la estación Retiro. Las plataformas así. Claro, aprovechando que el pantalón Oxford le tapaba todo. Me tapaba los tamangos con el pantalón. Claro. la espina muy muy muy larga, después un torso muy corto. ¿Sabes cuál es el problema? Te faltaba hacer malabares. El problema si tiene que andar en pantalones cortos, en calzoncillos o si tenía una situación íntima con su novia. Bueno, pero cuando uno llega al momento del pantalón corto o el mismísimo calzoncillo, se supone que ya entró en una zona de confidencia y de resignación. Claro. Además que ella había tirado los zapatos. El famoso masismo de las relaciones conjuales, que Dios no dice más. No, no es el masismo, señor. La falta de respeto. Ahora, yo no soy el rengo para usar zapatos con plataforma. Mi problema es que tengo hernia de disco. Ah, justo. ¿Qué disco? No, señor. Tengo en las lumbares. Fíjese. Si, espero que se las voy tanteando. ¡Ay! ¡Ay! No, pero todavía ni llegué. Voy, voy por el... Aquí, ahí va. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! La lordosis que estoy viendo de espalda de... Es una cosa de loco, nunca había una lordosis así. No, no se lo diga porque es peor. No, bueno, pero... ¿Por qué no lo he notizado? A ver, le voy a hacer mirar una cosa que oscila. Usted no aparte la vista, ¿eh? Sí. respiramos hondo y vamos quitando los pensamientos. Tenés sueño, sueño. Los ojos te pesan, sueño. Los ojos se te encierran. Ahora tenés frío. Brrrr. Muy bien. Ahora escúchame bien lo que te voy a decir. Bien, bien. Lo que tenías, no lo tenés más. Despertado. ¿Y cómo se siente? Extraño mi chaleta en bursaco. Funcionó. ¿Qué me dice? ¿Qué me dice? Dile homeopatía. Cuidado con lo que va a decir. Cuidado que ya hemos tenido problemas con los homeópatas que a mí me han hecho un escrache. Es muy fuerte la corporación. Desde la vereda de mi casa me tiraban con pilotitas. Por favor. Mire que van a cortar la vereda de Santa Fe, van a hacer un abrazo al teatro Regina en los homeópatas, si hablamos mal. En Estados Unidos no es precisamente uno de los países más atrasados del mundo. hay farmacias comunes y homeopáticas. Acá también. Qué dice. Farmacia homeopática Ferrari. Bueno, déjenme. Hasta Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Sí, está bárbaro. Soy lo otro del ovío que le hace. Bueno, estamos a favor de la mano, no decimos nada. Pero sí, aquí viene la terapia de masaje. Acá es donde se mezcla lo curativo con lo placentero. Porque hay gente que incluso no le duele nada, se lo voy a decir, ¿no? Y viene a que le demos masaje. ¿Por qué? Porque le gusta que le masageemos. A mí me lo dicen muchos doctores. Mucha gente se va a hacer revisar. Disculpe lo que estoy diciendo. Porque le gusta ser revisado. O sea, porque por ahí está... Eso es como narcisismo. Sí, o a veces es la hipocondría que tanto habla. No, qué hipocondría. Al tipo le gusta que lo toquen. Bueno. Entonces, ay, doctor, me duele todo acá. Sí. Necesito masaje. Bueno, ahora el masaje está comprobado científicamente que funciona. Que funciona como un negocio. No, señor, está. Hay masajes hasta del sistema linfático. Sí, sí. Usted podría decir que es algo abstracto para tocar. Sí, sí. ¿Por dónde lo tocas? Dice a mí, claro, a mí le digo la verdad, tocar lo abstracto, yo prefiero lo concreto. Si se trata de tocar, toquemos lo concreto. Bueno, pero hay masajes también circulatorios, hay gente que no le llega sangre a determinados lugares. A la cabeza. Bueno, por ejemplo. Bueno, antes de que se inventara la circulación de la sangre, vamos a hablar en los próximos días de esto. Por Miguel Servet o señor Harvey. La sangre no circulaba. ¿Y qué pasaba? ¿Cómo no va a circular? La gente tenía la sangre ahí parada. No, ¿cómo va a estar así? Señor, todo es... no sé qué hicieron y ahora la sangre te da vuelta y es otra cosa. No, no, siempre hubo circulación de la sangre y es verdad que ahora se puede medir. Sí. Y ahora se sabe que hay, antes no sabíamos. Sí, pero además usted la puede medir y la puede... Sí, ¿qué tal? ¿Cómo le va? Me manda... Sí. Me dijeron que aquí me la podían medir. Sí, por supuesto. Me refiero a la circulación de la sangre. Sí. ¿Cómo van a medir la circulación de la sangre? Pero señor, con un... La circulación de la sangre es un fenómeno justamente de movimiento. ¿Qué es lo que vas a medir? No, pero... ¿Puedes medir la velocidad a la que te circula? Le medimos todo. sangre a 120 por hora de modo tal que en las rodillas se oye como de rapa Además, usted ve que es un torrente continuo, es que tiene un principio y un final. Al señor tiene tan rápida la circulación, lo pincha y en diez segundos se desangró. Bueno, es tremenda. Yo siento, en los pies siento un hormiguero y de repente me sube el hormiguero en la cabeza. Es toda la sangre que tenía, que no sé cómo es la parte de cómo se bombea del pie para arriba. Nunca lo supe. Pero eso no puede ser psicológico, doctor. Gracias por venir. con usted porque ya la medicina llegó al límite y entonces ya venimos a la psicología, al tarotismo... No, no, no, son cosas distintas, pero bueno te agradezco que... No, no, aparte yo compré su libro. Ah, bueno. Sí, sí. ¿Cuál compras, el último? Veinte mil leguas de viaje sumarido. ¿Ríos de sangre compraste? No, compré ronchas. ¡Ah, ronchas! Ese fue, ese anterior. Yo casi lo compro. Sí. que vienen en dos tomos ronchas, porque salieron dos tomos. Bueno, precisamente ¿qué es la roncha? Así empieza el libro. Claro. Es sangre. Porque al final y al cabo somos sangre, todo es sangre. Dicen que el cuerpo humano es 70% sangre y el resto huesos. ¿Qué? A usted le está sobrando otra cosa. Si se pone a mirar así, tiene razón. Bueno, ¿qué les parece si hablamos de la medicina ayurvedica? Que yo sí no se lo que es, pero viene de la India. Así que debe tener que ver con algo que no existe. Claro. No, no, con los vedas. Con los vedas y el ganta. En realidad tiene que ver con la alcalinidad y la acidez. Si usted, por ejemplo... A mí la acidez me mata. No, no, no. Me mata. Tiene que ver si usted responde al patrón... Yo siempre respondo al patrón. No, pero... La otra vez tuve que matar al corralero. Hay gente que es más ácida y gente que es más ácida. Claro. Yo soy muy ácido. Bueno. Ha sido un gusto. Y eso también se la medimos. El nivel de... El nivel de ácires o alcalinidad. El nivel de alcalinidad. Usted con un solo... El alcalino o el ácido. No, bueno, nosotros le tomamos una muestra de saliva. Sí, ¿a dónde querés que le escuche? No, no. Se la va a tomar mi secretaria. ¡Ah! Señor. A buen puerto vas por leña. y entonces... Sí, doctor, acá estoy. Ah, qué tal. Ay, señorita, mire, me tiene que mostrar... No, yo le tengo que dar una muestra de mis propias saliva. Sí, que desequile. Le traje una estampilla que no la pegue todavía. Así que si quiere, está un poco húmeda. No, señor. No, ella no lo toma. No, no, no, no. La muestra la tomo con la jeringa, clavándola en la lengua como hacemos habitualmente. Pero, eso es sangre, lo que me sale. No, perdón, porque se confunden los análisis. Es nueva. No, Irene, no es eso. Ah, bueno. Y mire, le traje de mi casa esta salivadera. No, pero todo eso no puede ser. El abuso yo solo. Guardé eso, por favor. Yo creí que era dural o es el almíbar. No, mire, le vamos a tomar una muestra de la saliva. Ah, de muestra de saliva entonces con la cucharita, ¿verdad? Y lo voy a... Sí, una muestra basta con... Un litro. No, un litro es muchísimo. Abra la boca, por favor, le voy a pasar una... ¡Ahhh! No, espero que primero le voy a hacer una pregunta porque usted... A ver... ¡Ahhh! Usted es más bien seco o húmedo en general. ¡Ahhh! Yo soy sexo, eh. Sexo como pastel de poraco. Por ejemplo... No sé cuántas veces llora usted. Nunca. ¿Nunca llora? Nunca llora, no porque no esté triste, sino porque no me quedan lágrimas. En vez de lágrimas me caen las gañas. Es como caspa le sale. Sí, sí. A veces estoy llorando y mis parientes me dicen, ¿cuánta caspa que tenés? Y no se dan cuenta que estoy llorando. Qué triste que sea esto. La verdad es melancólico. Ahora, pero por lo menos puedes sudar. Bueno, no, no. ¿Tampoco? También, sudo, sudo sólido. Bueno, sí. Parece que se me cayeran penos. Claro, es como un dentífrico que suda, así una pasta. Sí, es un caso grave porque usted sabe que las lágrimas, uno cuando llora en verdad es lo mismo que la escupina, es la saliva. Escupe la toxina o no. Y salen cosas, vio que usted es de lágrima salada me imagino, como todo el mundo. Sí, claro. Hay gente que tiene la lágrima dulce. No, yo no conocía a nadie, tampoco anduve probando lágrimas ajenas. Claro, ¿dónde las va a probar? Hace llorar a la gente para después chuparle las lágrimas. No, por eso. pasan testimonios y me dicen yo la tengo salada, yo la tengo salada. Yo la tengo amarga. Bueno, no, no, no, general salada. ¿Por qué? Porque tiene esa alinidad, así como dijo el señor que somos... Yo soy su secretaria. Ah, pues... Irene. Sí, Irene. Me trajo una secretaria para que me entró en la prueba de salida y es su nombre. ¿Qué se propone? Se equivocó el doctor. No, me confundí. Me dijo que este señor era nueva. Es que antes hubo un señor ahí sentado que decía que somos 70% sangre. Ya se fue el tipo. Bueno, por eso. Se fue, se fue. Se lo dicen en todas partes. Pero se olvidó de decir que también somos líquidos. Todo lo que es lágrima, saliva, cosas así, eso fluido. Es todo lo mismo. Es todo el mismo líquido. Es como la fábrica de shampoo. todo el mismo líquido con distinto tarro. Bueno, como dijo. Bien, pero ¿a dónde viene lo ayurbédico? Porque dice, se trata de equilibrar las doyas. Exacto. Y doya... es energía, esa palabra me la dicen en sáncrito para que yo no salga corriendo, porque cada vez que alguien menciona la palabra energía, yo me levanto y me voy al lado a comer un pancho. No, no, por supuesto y hay muchas algas. Algas, sí. En algas hay que creer. No, trabajamos con algas que las traemos desde el mar índico, de cualquier lugar donde haya. Hay algas por todas partes. es algas o nalgas? no algas algas algas algas disecadas ah, nalgas disecadas, he visto gente grande no? no señor algas disecadas, trabajamos con eso por favor le pido grande y delgada pienso en el quijote no pero no piensen esas cosas porque estas son algas disecadas Granos. ¿Quién? Granos. ¿Pero quién trabajaba? Nosotros, alfomédicos. Ella era la secretaria. ¿Qué quiere decir que trabajan con granos? Que no se los curan y vienen a trabajar. No señor, nueces. Ah, yo creí que les curaban los granos a las personas que les envían. Nunca vi las nueces en la Junta Nacional de Granos. Sí, está lleno de nueces. Incluso colgando la puerta hay un rompenueces. Y todos los cereales así. Bueno, en nueva, por eso le digo, está aprendiendo. Por ejemplo, avena, todo ese tipo de cosas. Bueno, le damos una dieta. En la llorueda tiene mucho que ver con la dieta y con su actitud. Y sobre todo con algo muy importante. Sí, mi actitud es la peor. Bueno, tomar mucha agua. Sí. No, no me... Bueno, última, a ver, última. ¿Qué pasa con los... al final nos detuvimos en los masajes? ¿Qué clase de masajes dan aquí? Porque no es lo mismo un masaje que otro. No, no tiene nada que ver. A mí me gusta mucho todo lo que tiene que ver con lo tailandés. Bueno, está el masaje thai... Landés. Sí. Que lo damos con nativos. ¿Con qué? Con nativos. Tenemos nativos, obviamente... Por eso nosotros pedimos el turno hace más de una semana. Perdón, ¿usted quién es? Un nativo. Yo soy compañero de él, del trabajo. ¿Usted es un señor? Más vale. Bueno, está bien. Quiero sesionarme de las cosas. Veníamos a darnos más... Claro. Pero que no sean muy calientes. ¿Cómo? ¿A qué se refiere que no sean calientes? Entiende el significado de la palabra caliente. Sí, bueno, pero no entiendo por qué aquí... Nosotros fuimos una vez, ¿te acordás? Sí, sí, a una casa así de masaje finlandesa. No te podía ni sentar porque estaba todo... Entramos a 200 grados de temperatura. Entramos, una niebla, un humo, gente con un taparrabo sentada y nadie nos atendía, nos dimos media vuelta y nos fuimos. No, pero después yo fui otra vez, tomé un baño. El agua, cuando salí, parecía que salía de un puchero. Todo apucherado. ¿Vio los chorizos de puchero? Sí, bueno, lo vi, señor. Acá, por supuesto, que la técnica del sauna, que usted a la que refiere, nosotros la tomamos para el masaje tailandés, y nuestro masajista nativo, Orlando. ¿Orlando? En Tailandia se llaman Orlando. Sí, es de Tailandia. Bueno. Orlando trabaja con nosotros, lo que pasa es que vino hace mucho tiempo a la Argentina. Ah, bueno, pero entonces... Yo vi pasar un tipo como de dos metros recién con una bata puesta. No, esa es mi tía que... eso no la se dio. Que se dio el masaje con Orlando. Bueno, bueno, que bien. Orlando, usted no lo va a ver porque él lo atiende por la espalda. Claro, él prácticamente no quiere que levantes la cabeza. No, claro. Casi te duermes, estás boca abajo y sin que vos te das cuenta, entra Orlando. sigiloso y hasta que sentís algo. Sí. Y vos pensé de Orlando. Exacto. Por eso, ¿usted ya se prepara? Por ahí el tipo dice, da por terminar, suena un gong, y él dice, listo el pollo. Exacto, por eso usted lo espera. Nosotros indicamos que usted ponga la cabeza en el agujero de la camilla, vio que está boca abajo. ¿A qué se refiere? Usted va a ver un agujero cuando... ¿Quién está boca abajo? ¿O no? ¿Donde ve un agujero, meta la cabeza? No, no, no, por eso. La camilla tiene un agujero que está hecho, para estos fines, por supuesto. ¿La canilla? ¡La camilla! ¡Ah! ¡La camilla! Usted se va a entrar desprovisto de ropa. ¿Qué quiere decir? Ah, desnudo. Bueno, bueno. Se va a acostar boca abajo, se le va a indicar que coloque su cabeza en la... ¿No puedo poner un pequeño trapito? Algo. No, porque Orlando es de Tailandia y trabaja así y ya de allá. En Tailandia están todos desnudos, me dijeron. Bueno, para estos masajes sí. Y entonces usted se va a relajar todo el cuello, ¿por qué? Porque la cabeza está depositada en ese agujero, comprende? La cara va a mirar para abajo. Pero no me relaje mucho los músculos del cuello, porque un amigo vino y le relajaron tanto, que venía bamboleando el marote. suelta. Lo usaba debufando. Se estiraba la cara. Le quedó suelto el balero, sí, sí. Bueno, pero usted sabe, usted va a salir de acá hecho una babosa. Ay, con qué ventaja. Bueno, sí. No, ¿vieron las babosas como que no tienen huesos? Claro, claro. ¿Es todo una maravilla? Ah, sí. Yo soy un poco así ya, eh. Justamente mi novia me desprecia por eso. Y decirle apodo cariñoso que me da. ¿Le dices babosa? Barbosa me dice, en realidad es mi apellido. No, usted no lo va a... Atención, atención. Habla Armando. Orlando. Él dice que se llama Armando todo el tiempo. Armando te deja hablando. Sí. Hace chiste. No digas Armando, ¿Orlando? Habla Orlando por los parlantes del lugar. ¿Hay alguien en lista de espera? Sí, hay un señor que se quiere atender. Sí, yo Armando. Orlando. Vaya pasando desprovisto de ropas hacia el agujero y meta... Meta la cabeza ahí. ¿Cierro los ojos o puedo mirar? Ojos semi cerrados. ¿El agujero será este? Debe ser este. Bueno, nos vamos poniendo relajados. ¿Y por qué me habla por micrófono? No pregunte todo usted, usted se tiene que entregar, comprende. Y usted porque entró conmigo. No, por... Si usted no está dispuesto a creer, va a ser imposible tratarlo. Y la verdad que ya me tiene... Mejor que no me pongan loco a mí tampoco. Por eso. El señor me tiene de aquí para allá desde que llego. Serena, tranquilícenlo a Orlando. No, bueno. Se pone como loco. No, pero al final... Y empieza a hacer masaje, masaje, masaje... Al final uno se esfuerza. El último que se retubó le pegué un revescaso. Bueno, por eso. Uno está todo el día para que se relaje, se relaje la gente y uno sabe que yo tengo una vida también. Ah, ¿sí? Tengo una vida. ¿Tienes una vida? ¿Sabes lo que voy a hacer ahora? Me voy a lo del doctor Karajanzik. Ah, bueno, andá, doctor. Bien, todos los pacientes maltratados de allá lo venimos a curar nosotros. Y si no, voy a lo del doctor Claudio Pla que te enseña a no tener miedo cuando vas en colectivo. Bueno, vaya para allá entonces, porque acá ya estamos hasta la colonilla. Bueno... ¿Qué decir? Me voy. No se vaya. Me voy. No se vista. Arréglense ustedes. Ay, ay, ay. por algún lugar del consultorio, no creo que sea por ese agujero, pero sí por otro, ingresa algo del pensamiento ajeno. Ulises, también llamado Odiseo, Calipso y el regreso a Ítaca, será el tema de hoy. Ahí está el canto 13 de la Odisea y aparece la aventura de Ulises. Vamos a llamarlo Ulises, aunque más correcto sería Odiseo, pero vamos a llamarlo Ulises. Con Calipso, una aventura, como muchos sabrán. Ulises era uno de los reyes griegos reclutados para pelear en la guerra de Troya, cuyas orígenes los amos el otro día. Una serie de príncipes que prestaron juramento cuando Helena, la hija de Tindáreo, resolvió tomar un esposo. Como había muchos príncipes que la pretendían, antes que la mía eligiera, dijeron bueno, acá hay que jurar que al que elija ella todo lo demás lo tienen que defender en caso de que aparezca alguien que se haga loco. Perfecto. Muy bien. Y el que se hizo el loco fue nada menos que Paris... Que la raptó. Que la raptó. Paris es mal. Pero no. y fue uno de los reyes griegos más astutos también. Sus ideas fueron muy útiles. Por ejemplo, la famosa idea del caballo hueco con soldados adentro. Era rey de Itaca, no quería abandonar su tierra querida, pero tuvo que permanecer fuera mucho tiempo, porque yo calculo unos 20 años. Diez años duró la guerra de Troya. Diez años. Y otros diez años más. Tardó el envolver y ahí está la odisea que es el relato de ese viaje de regreso. De esos 10 años pasó 7, 7 años en la isla de una nympha que lo retuvo, que era calipso. Homero describe a esta ninfa como una deidad de extraordinaria belleza, que vivía en la isla de Ojigia, en una cueva profunda, con muchas habitaciones. Nunca vi cuevas con muchas habitaciones, pero no importa. Tenía un bosque sagrado, grandes árboles, etc. Ulises llegó a Ujigia por accidente en uno de los muchos naufragios que sufrió por culpa de Posidón, el dios de los mares, que detestaba a Ulises y lo tenía montado entre cejis. Cuentan que cuando Calipso encontró a Ulises, se enamoró al instante de él. Y le ofreció la inmortalidad e innumerables riquezas y se casaba. o se quedaba con ella. Lo hospedó en su cueva y lo agasajó con manjares, bebidas y su propio lecho. Bueno. Bueno. Parece que Ulises no quería saber nada en realidad con Caripso porque él estaba muy enamorado de su esposa Penélope, que era la sobrina del viejo tindario. y quería volver a ver a su hijo Telemaco, que había dejado cuando era un niño. Penélope había permanecido fiel a Ulises desde su partida. Después de muchos años de ausencia, empezó a pensar que tal vez su marido había muerto en la guerra y había, como saben ustedes, muchos pretendientes, unos 100 más o menos, que eran aspirantes al trono de Ítaca. Ella le prometió a esos hombres que venían todos los días ahí, ¿qué hice yo, tu marido, a lo mejor está muerto, por qué no elegís un marido, etcétera, etcétera. Bien. Y ella le dijo, mire, el día que termine de tejer este sudario que estoy tejiendo para el rey Laertes, que parece que se había muerto, Laertes no es otro que el papá de Ulises, era más vivo que Ulises todavía. Y acerca de que había muerto, no lo sé. porque cada vez que se moría le hacía algún tejemaneje a los dioses y retrasaba o volvía. El caso es que, dice, cuando termina de tejer este sudario, que es un sudario grande, cierto, pero cuando termine de tejer voy a elegir a uno de ustedes, pero todas las noches de tejía lo que tejía de día, como tanto de nosotros. el difícil un tiempo, cayó ante la seducción de Calipso, pero seguía deseando regresar a Ítaca con Penélope y todo lo demás. Calipso intentó que Ulises olvidara su vida interior, pero eso no sucedió. Pero sí sucedió esto. Coincidió con artes mágicas, la ninfa Calipso, que Ulises no percibiera el paso del tiempo en la isla. Por eso lo tuvo allí siete años. Por eso dio a luz a dos hijos de Ulises. Nauzito y nauzino. Qué lindo nombre para dos niños a los que uno odia. La tristeza y las lágrimas de Ulises por el extrañamiento, por el desarraigo, fueron recibidas por Atenea, la diosa de la inteligencia, sintiendo pena por Ulises, que además era su protegido, intervino y le pidió ayuda a Zeus para convencer a la ninfoacalipso de que lo liberara Ulises para que pudiera regresar a Itaca. el hortíva de los dioses, el mensajero. Hermes fue volando, recuerda sus sandalias aladas, hasta Ojigia y le anunció a Calipso que el héroe debía regresar a Itacá. Ya era hora. Calipso no esperaba este mensaje de los dioses, pero viendo que no tenía otra opción, le dio agulices materiales para conseguir una balsa, para construirla y continuar con su viaje. En palabras de Calipso, lo que le dijo Calipso a los dioses, Soy cruel, el dioses, envidioso, más que nadie. Tenía una voz mejor. Os irritáis contra las diosas que duermen abiertamente con un hombre y lo han hecho su amante. Yo lo salvé, lo traté como amigo, lo alimenté, le prometí hacerlo inmortal y sin embargo, mire, mire un poco, decía Calipso. Yulis es el hijo de Calipso, venerable diosa, no te enfades conmigo, sé muy bien cuánto te es inferior la discreta Penélope en figura y estatura al verla de frente. Pues ella es mortal y tú inmortal sin vejez, pero aún así quiero y deseo todos los días marcharme a mi casa. Se ve que era astuto. Ulises construyó la balsa, se despidió de Calipso y chao, se fue. Cuando el dios Posidón, el dios del mar, Neptuno para los romanos, descubrió a Ulises otra vez navegando en su arca, le dio un ataque de ira. Mi furioso destrozó la barca, le mandó un maremoto, que se yo, pero apareció la diosa blanca protectora de los náufragos y lo ayudó. Y Uly se consiguió llegar a una costa desconocida, la isla llamada Esquería, se trataba de la isla de los Feacios, ante última escala de Uly. Allí exhausto se quedó dormido. El tipo venía de un naufragio, estaba todo cubierto de salitre, de alga, tenía la barba larga, una pinta de croto que no podía ser. Y había en la playa unas hermosas mujeres que estaban allí y estaban jugando a la pelota. Y la pelota se fue ahí en medio de unos tamariscos que abría y donde estaba Ulises desnudo. Entonces empezaron a buscar la pelota y Ulises despertó y la vio. En medio ocultándose, le dijo, ¿qué buscan? Ay, dice, buscamos una pelota, dijo uno de ellos. ¿Será esta? le dijo Ulises. Bueno, Ulises habló con palabras poéticas. Y la que buscaba la pelota era Nausicaa, la más noble hija del rey Alcino, y oyó las palabras de Ulises y dijo, tus palabras desdicen tu aspecto, no pareces un por diosero. Y lo llevaron ante el rey, el rey escuchó la historia de Ulises, lo ayudó, y puso a su disposición un barco y toda su tripulación para que Ulises regresara a Itaca. A mí me parece que hay un pequeño intervalo con la musica, pero no quiero decir nada. El caso es que al final llegan a Ítaca y lo dejan en la playa y se van los marineros de Alsino. Si ya que estás te dejamos un chavo. Ulises besó la tierra y estaba la diosa Atenea bajo la forma de un pastor. Y cuando vio a Ulises, Atenea se emocionó y recobró su forma de diosa y le dijo a Ulises, mirá, hacé lo que yo te digo, toma la apariencia de un mendigo y no digas todavía que regresaste. Busca también al pastor Eumeo, un brasilero. No, la señora. Por favor, dijimos que íbamos a hacerlo con respeto al principio. No, un pastor que era un gran amigo de Ulises en otros tiempos, lo vio, no lo reconoció. Lo atendió y Ulises no se dio a conocer. Y el amigo le dijo, hace tanto tiempo que perdimos a nuestro rey Ulises, nada es lo mismo. su mujer está llena de pena y dolor, presionada por muchísimos pretendientes que insisten en que debe volver a casarse. Y en ese momento, ¿quién aparece? Telémaco, el hijo de Ulises, que ya era un muchacho grande. Y Ulises entonces se dio a conocer y le contó la verdad a Telémaco. Bueno, se pusieron de acuerdo para des... para destruir a los pretendientes de Penélope. Y al día siguiente Ulises, bajo el aspecto de un mendigo, mirando de acá, entró en el palacio donde estaban todos los pretendientes, pero estaban ahí y además le tomaban los vinos a Ulises, le comían los angustias. Desentaban en los sillones de Ulises, estaban... Penélope estaba en la pieza encerrada o qué sé yo, cada tanto salía allí. Un momento que estoy tejiendo, qué sé yo. ¡Diche! lo empezaron a cargar al mendigo. Pues, ¿qué haces? ¿Barbita? Sí, y le tiraban pedazos de comida al piso y Ulises se ponía en cuatro patos y los comía, le daba soga. Al otro día, Penélope no sabía nada, pero Telémaco algo le dijo. Penélope va a ver a los pretendientes y le dice, este es el arco de mi esposo Ulises. Un arco, trae el gran don. Sin duda, era el más hábil con esta arma. El que pueda tensar este arco y hacer pasar una flecha. Por el ojo de cada una de estas 12 hachas que están colgadas en fila, imagínese, 12 hachas colgadas en fila, una a un metro de la otra, con el ojo chiquito del hacha, el filo del hacha nada más, no el mango, imagínese. Y parece que Ulises, chau, tiraba la flecha y pasaba los 12... La puntería que tenía. Si alguno de ustedes consigue hacer eso, yo me casaré con él. Los pretendientes se pusieron en fila, le pasaban ni cerca. Pero el pastor Eumeo y algunos amiguetes cerraron las puertas del palacio. Y en eso el mendigo agarra el arco. Y dice, ¿qué hace este mendigo? Y Telémaco, que estaba allí, dice, bueno, este hombre tiene derecho a intentarlo porque es un invitado de la casa. Así que bueno, déjenlo. Ulises agarró el arco, tensó una de las flechas, tiró un tiro y ¡shim! pasó la flecha por las dos. Y dijo, soy Ulises. He vuelto y ustedes traidores, bla, bla, bla, bla. Y junto a Telemaco Ulises luchó contra todos los tipos que eran como sí y les ganaron. Los mataron a todos. Una masacre. Y así Penélope supo que Ulises había vuelto. Entonces ahí se acercó la reina a su esposo. Todavía no estaba muy convencida. Había envejecido Ulises. Claro. Y ella pidió una prueba para asegurarse de que era él. Le dijo a su nodriza, delante de Ulises, sacá la cama que hay en nuestra habitación y llevála al jardín. Y él, Ulises, con una sonrisa y los ojos llenos de felicidad, le dijo, no podrás sacar nuestra cama porque está construida sobre un sólido tronco de olivo y toda nuestra habitación se edificó alrededor de aquel olivo. Y Penélope se dio cuenta de que verdaderamente era él, corrió a abrazarlo. En realidad, la historia no termina bien. Hoy no voy a contar. final que es que Ulises se enojó con los dioses y en algún momento piensa que los culpables de la guerra de Troya han sido los dioses y que cuando los hombres dejan de creer en los dioses, los dioses perderán su poder. Sobre la pobre calipso algunos dicen que permaneció mucho tiempo esperando en la playa a que Ulises regresara, como tanto de nosotros, que esperamos regreso que no se van a producir. Y otros cuentan que se suicidó por tristeza, por amor a Ulises. Dicen que antes de morir exclamó, no puedo seguir viviendo sin tu amor. Continuamos, La Venganza será terrible, estamos en el Teatro Regina de Buenos Aires, lugar en donde insistiremos el día 9 de diciembre y posiblemente el 22 también. Y también el 22. Señoras, señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Hágase modelo, señora. Así se llama. O sea, aprenda a modelar. Es verdad que cualquiera puede ser modelo, aunque no sea lindo. Sí, claro que sí. No. No, no, no. ¿Cómo que no? No, tiene que ser lindo. Cambió el paradigma. No me digas. Sí, claro. Ah, entonces me voy a ser modelo. Y bueno. Buenas tardes. ¿Usted es el director acá de la agencia de modelos? Sí, de paradigma roto se llama la G. Mire, yo soy una jovencita... Bueno, no sabía que era una jovencita. Muy flaca. Sí, veo que es enjuta. Sí, tengo justamente como decíamos recién, que era lo que decíamos. Del Quijote, usted se hizo el Quijote. Sí, que tenía no sé qué. Estaba medio de I.C.K. Sí, con cambios. Y bueno, me pareció que... Ahora ya he aumentado un poco de peso. ¿Cuánto estás pesando? Ahora estoy pesando 90. Ah, bueno. Pero tu estatura... 154. Ah, bueno, es igual. Clavado. Bueno, yo lo que estoy viendo... Mi representante. Lo que estoy viendo... Ella se llama Natalia. Hola Nati. No, Natalia. Ah, bueno sí, pero pensé que te decía Nati. Natalia Olio de apellido, me parece ya el apellido fantástico para... Natalia Olio. Olio. Se parece un poco a O'Reiro quizá. Bueno. Se puede confundir. Hasta luego. No, no, espere. Si no me quiere tomar, me está discriminando a mí. No, no. Acá sacamos agua de las piedras. Bueno. ¿Qué me importa? Yo quiero ser modelo. Ya, bueno. Pero digo, hay muchas de las chicas... Él tiene unas condiciones naturales. Yo la descubrí de casualidad. Yo estaba en la quinta, agachada cosechando unos rábanos. Y él me vio y me dijo, hay más sin... a través del alambrado, me dice, ¿querés ser modelo o me haces? Y yo sin levantarme. Le dije, me encogí de hombros pero él no se dio cuenta. Claro, porque agachado. Cuando uno se encoge de hombros y está agachado cosechando nabos, nadie se da cuenta. Y no, claro, es como una caída. Le vi una cosa, le dije, vos tenés una cara muy especial y tiene reminiscencias como árabes. Sí, pero ¿cómo me vio la cara? No era la cara árabe. Las piernas fibrosas. Bueno, igual nosotros tratamos de que el interior surga hacia el cuerpo, ¿verdad? Trabajamos de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro, ¿comprende? Bueno, hasta luego. No, no, espérense. No, Natalia, yo te quiero decir lo importante es como vos te sientas como persona. ¿Que me siente? No. Estoy sentado. ¿Y qué te gusta hacer, por ejemplo? Contame algo tuyo. Bueno, además de cosechar rabas, me gusta mucho todo lo que tenga que ver con la paz mundial. Bueno, tiene un carácter bárbaro, es buenísima y aparte tiene una sencillez y a veces un don de síntesis. Te dice, en una frase, una enseñanza de la vida. Decime una frase, Nati. Los que nos hagan guardar son pobres aunque trabajen. ¡Genial! Esa la conozco, esa ya la conozco de a... Es genial, es genial. Tiene un magnetismo. Bueno, nosotros te vamos a enseñar además a caminar. Jamás conocí en la vida un ser más bellamente dotado que más se acercara al ideal de la perfección moral Mitre. No, pero es Mitre. Mitre, es Mitre. Mitre es el que lo dijo. Y bueno, por eso. Él afirma. Pero no lo tenés que decir todo corrido, Nati. ¿Entendés? Acá te vamos a enseñar también a caminar. ¿Es el azar hijo de nuestra ignorancia? de la naturaleza. No hace falta que estés todo el tiempo diciendo... Es genial. Dígale que no hace falta. Porque si vas atrás de otra, te mata. Bueno, sí. Pero lo importante también es que, porque nosotros, para que modele... Llovía torrencialmente en la instancia del charabón, mateando junto al fogón estaba tuita la gente. Pero no, está bien, Natti, pero... Dijo un viejo de repente, sería un cuento que da miedo. Contra el recuerdo no puedo luchar en esta ocasión y cortando la ilación un gaucho se chupó el dedo. No, no, no. ¿Le puede decir que termine con la frase? No, no, no, pero es genial. Acá se trata de otra cosa. Me vuelvo loco hablando con ella de cultura general. Nos volvió loco. Bueno, está bien, pero... Los Fenicios eran un pueblo de navegantes. ¡Basta, por favor! Tres principales ciudades eran Sidón, Tiro y otra. Piafroje. No, mire. Y biblos. Acá es importante, por ejemplo, para caminar, para aprender a modelar, porque hay que mostrar el vestido. Yo hice un curso para caminar con un profesor particular. Bueno, muy bien. Te ponía... algo en la cabeza, una fuente, con frutas o una sandía. Ah, claro. Entonces yo caminaba así y cada vez se me hizo más armonioso el caminar. Bueno. Pero eso sí tengo que hacerlo con una sandía. Ya me acostumbré con una sandía en la cabeza y no puedo, voy a una fiesta y da camino que parece que... No, bueno, por eso. Arrastrando los fanguses. para alta costura por ejemplo. Claro. ¿Y cómo cree que me quedaría un vestido de Cristian Dior? Bueno, por supuesto, para cada diseñador tenemos distintas modelos. Ahora estamos trabajando con Francis Mollermann. Francis Mollermann. Lo vieron a la revista Vogue. Te recordás que te mostré a la revista Vogue hace una... Lo que pasa es que estoy ahora un poco robusta para ese estilo. Bueno, pero de todas maneras... La verdad, cualquier cosa que me pongo tiendo a la heladera. Bueno, sí. Yo le digo, no estás gorda, estás molosa. Bueno, no importa. Molosa, molosa. No importa. En realidad, vamos a decir la verdad, no soy una señorita. Usted no es una señorita. No, soy un señor. Ah, bueno, bueno. Pero quería probarlo. Quería poner a prueba... ¿Qué clase de discriminación hacen aquí? No, a mí me pareció cuando entró. Y no pasó la prueba. ¿Cómo que no? Si no le dije nada. Como que cuando supo mi estatura... No, por favor. ..ya no le gustó nada. Y no le interesó en absoluto que yo trabajara para la paz mundial. Pero sí me interesa. Una desastrería de santos lugares. Pero escúchame, Nati... No se llama Nati, se llama Claudio. Claudio Pla. Escúchame, Claudio, yo creo que vos tenés la oportunidad de mostrar todo el diseño de Francis Mollermann. ¿Qué te pasa? Y me parece que puede... Pero nosotros tenemos que... ir llevando. A mí me enseñaron que tengo que caminar cruzando las patas. Es como si caminaras por una cornisa. Y tengo que poner cara de malo, ¿no? Un poco. Serio. Y cuando llegás a la esquina de... cuando llegás a la punta del pabellón mirás a las primeras filas como desafiante. No, no, no, no. Sin agregar demasiados gestos. Claro. Pero la actitud sería... Soy hermoso. ¿Lo tengo que decir? No, no lo dice. No. Soy tan hermoso como la ropa que porto. ¿Cómo se llama la ropa? ¿Cómo dice que me queda? No. Te queda muy bien la ropa que porto. Se dice usted mismo. Pero yo miro hacia el horizonte, hacia más allá. Más allá del horizonte. Y en un momento determinado, 5 o 6 segundos, exibiendo la ropa, te das media vuelta... Y arranco para el otro lado. Y te vas pero con todo... Y tengo que caminar medio así como Pancho Ibañe. Sí, y cuidado, porque antes de desaparecer, vuelve a girar para mirar al público. Le hago así. Claro, con la cabeza para el otro lado. Muy bien. Y ahí van a bajar del techo, porque está todo armado el desfile, como va a ser, unos ángeles de Francis Mollermann. Ajá. disparando como cupido. Me dijeron, el último desfile que hizo en París, eran dos rubios, todos pintados de blanco con body painting. Sí. Prácticamente desnudos pintados de blanco. Pero a mí no me van a tirar flechas. No, no, son flechas de fantasía. Y tiraban las flechas de fantasía al aire. Si quedo ensartado como churrasco el croto, no, no. Hermoso, hermoso, hermoso, pumba. Son la representación de Cupid, porque es la moda de amor. Bueno, está muy bien, yo lo hago. A mí me gustaría ganar mucho dinero, porque yo leí en una revista que las modelos ganan mucho dinero. Bueno, pero es una carrera muy dura. ¿Qué me importa? Dame la plata. No, no, pero no es así, porque usted va haciendo carrera. Me parece que no nos estamos entendiendo. ¿Usted qué quiere? ¿Que vaya a Natarola a cualquier lado? Que vengan los amigos suyos, disfrazados de ángeles y me ensarten. Perdón, acá vino Natalia. No era Natalia. No era Natalia, ni te diste cuenta. Sí, me di cuenta. Ni te diste cuenta que me he ido... No, yo me di cuenta. ¿No te pareció raro que vinimos a última hora cuando prácticamente tienes que cerrar? ¿No te parecía raro que tuviera un bulto en el bolsillo izquierdo? Tiene una pistola. Sí, aquí está. Digo, no, aquí está. y hemos... date por asaltado, ponés toda la plata acá arriba de... acá arriba. ¡Aca no! ¡No hay plata! No le ibas a sacar barata tantas tapas de revistas y tanto ir a los programas de televisión. Ni siquiera te vas a dar el gusto de que yo modele para vos. Directamente empecemos por el final. Dame toda la plata y listo. No, bueno, escúchame Natalia. Vamos a... Natalia no. Natalia no, Claudio. Claudio. ¿Y el señor cuál es su gracia? Es tirar cuesta en novelón. No, señor. ¿Cómo se llama su representante? Jorge Rancul. Escuchame, Rancul. Y yo no tengo defectivo acá porque... Ay, ay, ay, ay, ay. No, no creo que salga bien parado de esta. Todos dicen lo mismo. Francis Moller. Somos muy astutos. Yo le digo que Francis Moller. antes de entrar nosotros estábamos haciendo tiempo y esperando en un auto, lo vimos salir a dolina con paquetes de trajes que había comprado. Todos iguales. Imagínese cuánto vale en esos trastros. No, no, no, no. Pego 500 pesos a la cara, ¿sabes? Muchos artistas pasan por acá y vienen con la plata de efectivo. No pagan en efectivo los artistas, no pagan los artistas, ¿vio cómo es? Porque con Dolina, ya que usted lo citó, nosotros no damos nombres de la gente que atendemos. A Dolina lo vestimos hace como 30 años. Lo vestimos nosotros. y tenemos un acuerdo que es un acuerdo comercial, a cambio de chivos. No, señor. Sí, tienen bastante... Son usados los trajes. Por eso se la manacen. A él le gusta venir y nos dice, bueno, ¿qué tenés? Oye, ¿qué tenés? Como la factura, uno dice, ¿qué quedó acá? No trate de engañarnos. No nos de vueltas. Bueno, ¿qué es lo que quieren? A ver, bajando el tonito. Acá los ladrones somos nosotros. Dame todas las valijas llenas de plata que tengas. Les dije que no tengo valijas, lo que puedo ofrecerles... No nos interesa eso. ¿Qué sabe lo que les voy a ofrecer? No, no importa. Van a tener que hablar. ¿Qué? Van a tener que hablar. ¿Con quién? Con quien tiene la fortuna de este local. ¿Quién es? Con el señor Mollermann. No. Orlando. Es un tailandés. ¿Y dónde está Orlando? Hola, buenas tardes. Soy Orlando. No te presentes. Antes lo llamábamos Armando. Pero bueno, él mismo se confundía. Orly. Sí, ¿qué es lo que pasa? Acá, ¿sabés qué dice? Te estamos asaltando. Armando. Yo estoy en otra habitación que ustedes no saben cuál es. Son 14 las habitaciones y en una de ellas estoy yo. Deben estar asaltando a mi empleado. Sí. Bueno, asaltenlo tranquilos. No, pero cómo, Orlando. Los señores se quieren llevar todo lo que transfirió Francis Mollermann, el mismísimo Francis Mollermann, para el desfile. Se hizo pasar por una tal Natalia. ¿Qué es este paquete que hay acá, Orlando? Un paquete con el signo peso. No me dije... ¿Me puedo hablar con mi empleado un segundo? Sí. Mario, ¿me escuchás? Sí. No sé si yo era Mario, pero sí. El paquete de la bolsa con dinero, y sobre todo con dinero en efectivo de moneda extranjera. ¿Lo dejaron ahí? Sí, lo dejó aquí. ¿Y quién cometió ese error? Es que justo trajeron la plata, vino el señor Dolina, ¿se acuerda? Ah, sí, claro que me acuerdo, Gondolina. Bueno, y yo delante de él no quería mostrar esta fortuna. Bueno, entonces, está todo dicho. Nos llevamos la plata, Orlando. Aquí está, mira qué pedazo de paquetes. Sí, la plata la estoy viendo por cámara. El problema va a ser salir del local, dado que las rejas automáticas acaban de ser activadas. todas las puertas ahora tienen rejas de 3 milímetros de espesor. Estás perdido, Natalia. ¿Y qué podemos hacer? ¿Usted se va y nos deja acá encerrados? ¿A nosotros? ¿Y este piano? Señores, vamos a hacer una breve pausa para dar comienzo al Bailongo. Muy bien. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com pasión por el podcast