Contemporánea

La renovación musical de la segunda mitad del siglo XX se hace visible en la originalidad radical de las partituras donde se escriben sus obras. La notación se asemeja ahora a trabajos científicos o de ingenieros, a dibujos o poemas experimentales, a esquemas o fórmulas matemáticas.
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Has escuchado
Berlino (1980-1981) / Terry Fox. Apollo Records (1988)
Gamelan Coming & Going (1985) / Philip Corner. Philip Corner y Evan Schwartzmann, piano y voz. Grabado en la Rutgers University, MGSA, New Brunswick (EE. UU.), noviembre de 1985. Ants (2017)
Gradients of Detail (2005-2006) / Chiyoko Szlavnics. Ensemble musikFabrik; Peter Rundel, director. Maria de Alvear World Edition (2022)
The Seasons: Vermont “Spring” (1980-1982) / Malcom Goldstein. Malcom Goldstein, violín; Robert Black, contrabajo; Mark Steven Brooks, varios instrumentos; Tom Guralnick, oboe y vientos; Joseph Celli, corno inglés; Brian Johnson, percusión; Kenneth Karpowicz, acordeón. XI Records (1998)
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Selección bibliográfica
BARRETT, Richard, “Notation as Liberation”. Tempo, vol. 68, n.º 268 (2014), pp. 61-72*
BISERNA, Elena, Walking from Scores: An Anthology of Text and Graphic Scores to Be Used while Walking. Les Presses du Réel, 2022*
BLACK, Robert, “Contemporary Notation and Performance Practice: Three Difficulties”. Perspectives of New Music, vol. 22, n.º 1-2 (1983), pp. 117-146*
BROWN, Earle, “The Notation and Performance of New Music”. The Musical Quarterly, vol. 72, n.º 2 (1986), pp. 180-201*
BUJ CORRAL, Marina, “Sinestesias en la notación gráfica: lenguajes visuales para la representación del sonido”. Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas, vol. 14, n.º 1 (2019), pp. 45-64*
—, “Confluencias artísticas y experimentación: la notación gráfica en España”. En: Poéticas encontradas: convergencias artísticas en la música de los siglos XX y XXI. Editado por Belén Pérez Castillo y Ruth Piquer Sanclemente. Comares, 2023*
DAVIES, Stephen, “Notation”. En: The Routledge Companion to Philosophy and Music. Editado por Theodore Gracyk y Andrew Kania. Routledge, 2011*
EVARTS, John, “The New Musical Notation: A Graphic Art?”. Leonardo, vol. 1, n.º 4 (1968), pp. 405-412*
GARCÍA FERNÁNDEZ, Isaac Diego, “El grafismo musical en la frontera de los lenguajes artísticos”. Sinfonía Virtual: Revista de Música Clásica y Reflexión Musical, n.º 5 (2007), consultada el 21 de junio de 2023: [Web]
IGES, José y Manuel Olveira, El giro notacional. Cendeac, 2019*
KOJS, Juraj, “Notating Action-Based Music”. Leonardo Music Journal, vol. 21 (2011), pp. 65-72*
MESTRES QUADRENY, Josep María, Tot muda de color al so de la flauta. Fundació Joan Brossa i Ajuntament de Barcelona, 2010*
PISARO, Michael, “Writing Music”. En: The Ashgate Research Companion to Experimental Music. Editado por James Saunders. Ashgate, 2009*
POPE, Stephen Travis, “Music Notations and the Representation of Musical Structure and Knowledge”. Perspectives of New Music, vol. 24, n.º 2 (1986), pp. 156-189*
RIVIÈRE, Henar, “José Luis Castillejo y la escritura moderna”. En: José Luis Castillejo y la escritura moderna. Editado por José María Lafuente. Ediciones La Bahía, 2018*
SMITH, Sylvia y Stuart Smith, “Visual Music”. Perspectives of New Music, vol. 20, n.º 1-2 (1981), pp. 75-93*
STONE, Kurt, “Problems and Methods of Notation”. Perspectives of New Music, vol. 1, n.º 2, (1963), pp. 9-31*
VALLE, Andrea, Contemporary Music Notation: Semiotic and Aesthetic Aspects. Logos Verlag Berlin, 2018
VILLA ROJO, Jesús, Juegos gráfico-musicales. Editorial Alpuerto, 1982*
—, Notación y grafía musical en el siglo XX. Iberautor, 2003*
WEIBEL, Peter et al. (eds), From Xenakis’s UPIC to Graphic Notation Today. Hatje Cantz, 2020
 
*Documento disponible para su consulta en la Sala de Nuevas Músicas de la Biblioteca y Centro de Apoyo a la Investigación de la Fundación Juan March

What is Contemporánea?

Diccionario sonoro que recoge los nombres, historias y lugares protagonistas de la emocionante aventura que representa la música contemporánea desde su creación a la actualidad. Más información: march.es/contemporanea

Notación

Del latín ‘notatio’, de –‘nota’ (marca o signo) y el sufijo –‘ción’ (acción y efecto). “Acción y efecto de señalar”. La escritura musical, en este caso.

Un pentagrama y una serie de signos o figuras musicales. El elemento es la nota, que representa un único sonido, su duración y su frecuencia. El sistema de notación más utilizado actualmente, el gráfico occidental, es desarrollado por monjes cristianos en la Edad Media.

Pero la partitura como campo de operaciones semánticas, simbólicas y estéticas ha venido desbordando el ámbito estricto de la práctica musical. Entre otras razones, por la necesidad de plasmar en ella nuevos modos de anotar al servicio de una expresividad que supone nuevas relaciones con los materiales, los instrumentos y los intérpretes.

Como señala Jesús Villa Rojo en su libro ‘Notación y grafía musical en el siglo XX’, “la permanente voluntad evolutiva del mundo sonoro a lo largo de estos años, con la consiguiente transformación de lo heredado del pasado, ha requerido que los medios representativos reflejen con fidelidad el contenido de la idea compositiva”.

Para Mercedes Zavala, “la notación de los nuevos recursos requiere a la par imaginación y oficio en la elaboración de las partituras, en las que se combinan una gran variedad de grafías, detalladas instrucciones escritas y dibujos que describen acciones o gestos. Un juego variado sobre el relativo control de los distintos parámetros en el que también se introduce frecuentemente la imprevisibilidad de la transformación en vivo”.

La complejidad del fenómeno grafista, en resumidas cuentas, se hace visible en la originalidad radical de ciertas partituras en la segunda mitad del siglo XX. Es natural que una nueva música se escriba de un modo nuevo, a menudo semejante a trabajos científicos o de ingenieros, a dibujos o poemas experimentales, a esquemas o fórmulas matemáticas.

La revolución gráfica empieza ante las dificultades al representar simbólicamente una obra. Cuando Stockhausen trata de llevar al papel ‘Studie II’ en 1954 surge una situación interesante. Como indica Juan Francisco Sans en su exégesis ‘La partitura inútil’, esta partitura –la primera publicada de una obra electrónica– presenta una contradicción ontológica. El compositor se plantea “darle al técnico de sonido toda la información necesaria para la realización de la obra”. Pero si esta ya ha sido realizada nos hace preguntarnos, ¿para qué la partitura? ¿No es un contrasentido pensar en otras versiones de la pieza, cuando éstas van a sonar exactamente igual a la primera, dada la naturaleza del medio en que se ha registrado?

Las partituras de música electroacústica –aunque bien visto tal no deberíamos hablar de partituras sino de representaciones gráficas del sonido– no tienen función como código establecido entre compositor e intérprete, sino que es una representación gráfica subjetiva de un complejo sonoro ya existente. Como comenta Villa-Rojo, son partituras ‘a posteriori’ en las que no se da una explicación de cómo ejecutar la obra sino de cómo escucharla: sólo sirven como guía de audición. Un buen ejemplo de esto es ‘Artikulation’ (1958) de György Ligeti, en la que el autor hace una detallada descripción gráfica de los fenómenos sonoros, aportando uno de los trabajos más bellos e interesantes del grafismo europeo.

La partitura de ‘Siciliano’ de Sylvano Bussotti, con su forma de prisma, de cristal de cuarzo.

Las del ciclo para piano ‘Makrokosmos I’ y ‘II’ de George Crumb –inspiradas en el zodíaco–, en las que los pentagramas se disponen en forma de cruces, espirales, ojos y estrellas.

La grafía de Morton Feldman quien, impresionado por el uso del color por parte de los expresionistas abstractos, busca ese mismo efecto en sus piezas ‘Proyection I a V’.

La ‘indeterminación’ de Earle Brown, cuyos propósitos reciben la influencia de Jackson Pollock en ‘Folio’.

John Cage y el uso del automatismo, donde el azar rige el proceso compositivo. Así, perfora una hoja de papel en los lugares en los que se encuentra alguna imperfección, para luego, mediante un papel transparente, ir calcando estas marcas sobre un pentagrama.

En la pieza que suena a continuación, ‘Berlino’, Terry Fox se rige por las peculiaridades topográficas y geométricas del Muro de Berlín. Fox divide el mapa de la ciudad en seis categorías a las cuales asigna otros tantos sonidos diferentes grabados por él mismo.

Josep María Mestres Quadreny materializa distintas formas de indeterminación durante la década de los sesenta y los setenta. En ‘Self-service’, obra cuya partitura adopta la forma del plano de Barcelona, utiliza grafías especiales para que puedan ser interpretadas por el público.

Jesús Villa-Rojo no solo aporta a las nuevas grafías y sistemas de notación trabajos como sus ‘Juegos gráficos-musicales’; también es generador de múltiples artículos, ensayos y libros.

Francisco Guerrero, Alfredo Aracil, Tomás Garrido y Pablo Riviere constituyen Glosa, un grupo dedicado a la interpretación de partituras gráficas. Las piezas compuestas durante estos años participan de las principales corrientes artísticas de la época: indeterminación en la escritura, notación espacial, música textual, las citadas partituras gráficas, etc. Otros innovadores gráficos españoles son Agustín Bertomeu, Gonzalo de Olavide, Carlos Cruz de Castro y Javier Darias.

Para la compositora y artista canadiense Chiyoko Szlavnics, el dibujo es un primer paso fundamental en el proceso compositivo. “Todo comienza con la creación de una obra de arte bidimensional, diseñada para representar la plenitud del sonido”. Las imágenes visuales son finalmente traducidas a imágenes de sonido. Para la última pieza que vamos a escuchar, ‘Gradients of Detail’, Szlavnics desarrolla ideas tanto para el sonido como para la imagen de la pieza a medida que va generando el material. El dibujo debía ser una "figura orgánica similar a una planta".