Diccionario sonoro que recoge los nombres, historias y lugares protagonistas de la emocionante aventura que representa la música contemporánea desde su creación a la actualidad. Más información: march.es/contemporanea
SERIALISMO
Del latín ‘series’ (secuencia, cadena) que viene, a su vez, del verbo ‘serere’ (entretejer, encadenar), palabra asociada con la raíz indoeuropea ser- (unir, alinear, juntar). El sufijo –‘ismo’, del latín –‘ismus’, quiere decir doctrina, sistema.
Serialismo, entonces, hace referencia a un sistema de secuencias encadenadas.
El serialismo es una técnica de composición musical basada en el dodecafonismo de Arnold Schönberg. La principal diferencia con este es que, mientras el dodecafonismo aplica un principio ‘serial’ a las alturas de las doce notas de la escala cromática, el serialismo amplía la aplicación de este fundamento a diferentes parámetros musicales tales como ritmo, intensidad o timbre.
En el serialismo integral el dodecafonismo alcanza su máxima expresión. No solo configura una nueva serie: se desliga de todo precedente, cuestionando la composición musical en relación al lenguaje y las emociones. Aplicando el principio serial a todos los parámetros musicales de una obra, cada sonido de la serie también tendrá una dinámica, un ritmo y un timbre diferente para cada nota.
Así, si afecta al ritmo, las notas cromáticas deben sucederse en determinado orden; si afecta a la intensidad, cada nota tiene asociada una dinámica distinta –‘pianissimo’, ‘fortissimo’, etc.–; y si afecta a la tímbrica, cada nota tiene asociado un instrumento. En el serialismo, desaparece la funcionalidad. La única estructura que guía la composición es la serie original determinada por el compositor.
El punto de partida del serialismo integral gira en torno a los cursos de verano de música nueva impartidos en Darmstadt. Compositores como Karlheinz Stockhausen, Pierre Boulez, Milton Babbitt, Elisabeth Lutyens, Luigi Nono, Charles Wuorinen y Jean Barraqué utilizan técnicas seriadas de un tipo u otro en la mayor parte de su música.
Otros compositores como Béla Bartók, Luciano Berio, Benjamin Britten, John Cage, Aaron Copland, Gyorgy Ligeti, Olivier Messiaen, Ruth Crawford Seeger e Igor Stravinsky utilizan el serialismo solo en algunas de sus composiciones o secciones de piezas, igual que algunos compositores de jazz como Bill Evans, Yusef Lateef y Bill Smith.
Otro compositor relacionado con el serialismo es el belga Henri Pousseur quien, después de trabajar con la técnica dodecafónica en obras como ‘Sept Versets’ (1950) y ‘Trois Chants sacrés’ (1951), encuentra nuevas dimensiones de aplicación y nuevas funciones en piezas como la que ahora suena, ‘Scambi’, de 1957. Esta obra electrónica, de estructura móvil, consiste en dieciséis pares de segmentos (“capas”, para Pousseur) que pueden ensamblarse de muchas maneras diferentes. Aquí los ritmos también son intencionadamente irregulares e impredecibles. Y los detalles de la música son, por tanto, "imprecisos".
Luciano Berio reflexiona sobre el serialismo y lo define como una herramienta poderosa para descubrir nuevos territorios musicales; sin embargo, también contempla las debilidades de una técnica basada en doce notas: “Estoy muy en contra de la actitud formalista y escapista de la composición dodecafónica. Al perderse en la manipulación de doce notas, el compositor corre el riesgo de olvidar que esas notas son símbolos de la realidad; y, además, puede terminar ignorando lo que es realmente el sonido”.
Pierre Boulez, uno de los máximos representantes del serialismo integral, es el compositor de ‘Estructuras para dos pianos’, obra en la que sistematiza distintos parámetros musicales con base en la serie original de doce números. Con su escucha cerramos este podcast.