The Frye Show

Nicole Regnier es Analista y Comentarista en Deportiva ESPN🎙⚽️Deportista Olímpica 🇨🇴 Selección Colombia, Atletico de Madrid, Rayo, América, Junior, Servette de Suiza

Muchos soñamos con ser geniales, imaginándonos jugando un deporte profesional, pero pocos pensamos en el sacrificio y dolor que implica. Entonces, ¿cuál es el precio de llegar a la cima? ¿Qué lecciones, valores y advertencias podríamos aprender de alguien que ha jugado fútbol profesional en todos los niveles?

“Si yo no hubiera tenido tanto fracaso, no hubiera llegado. Suena muy, muy raro y muy difícil de entender, pero el fracaso es el camino al éxito.” - Nicole Regnier

Espera aprender por qué Nicole cree que la obsesión puede ser tanto una bendición como una maldición, cómo el deporte de alto rendimiento puede afectar la salud mental, qué significa realmente la disciplina extrema a los 13 años, sus reflexiones sobre la felicidad verdadera versus el éxito, el lado oscuro del fútbol femenino y mucho más…

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Capítulos:
  • (10:17) - La Obsesión y la Disciplina en el Deporte
  • (19:10) - Superando Obstáculos y Críticas
  • (27:21) - La Terquedad como Clave del Éxito
  • (41:44) - La Actitud y el Compromiso en el Entrenamiento
  • (48:18) - Reflexiones sobre la Felicidad y el Éxito
  • (01:01:18) - La Complejidad de la Vida Deportiva
  • (01:08:07) - Momentos de Soledad y Superación
  • (01:22:51) - El Gol que Marcó la Diferencia
  • (01:29:32) - El Camino hacia el Atlético de Madrid
  • (01:42:35) - Crecimiento Personal y Cultural en el Extranjero
  • (01:51:21) - Crecimiento y Desafíos en el Fútbol Femenino
  • (01:59:01) - Conexiones y Realidades en la Selección
  • (02:08:05) - Transición y Nuevos Retos en la Carrera
  • (02:16:13) - Reflexiones sobre el Retiro y el Futuro
  • (02:22:03) - Reflexiones sobre la salud mental en el deporte
  • (02:30:13) - Lecciones de entrega y esfuerzo en la vida
  • (02:39:27) - Legados familiares y la importancia de las conexiones


Contacto:

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What is The Frye Show?

Robbie J Frye es el host de The Frye Show. Este podcast es una celebración de personas que no aceptan la vida tal como es, la abrazan, la cambian, la mejoran y dejan su huella en ella. ¡They leave a dent in the universe! Esta es una cápsula del tiempo en dónde puedo aprender sobre los Mindsets, filosofías e historias y compartirlas con ustedes. En las palabras de Larry King, “Me recuerdo a mí mismo todas las mañanas: nada de lo que diga este día me enseñará nada. Entonces, si voy a aprender, debo hacerlo escuchando. - Larry King

Tengo que llegar, tengo que jugar en Europa y tengo que ponerme la camiseta de la elección
Colombia.

No hay que limitar a los niños porque no sabes por una experiencia hacia dónde se pueden
caminar su vida.

Para mí el fracaso es una bendición.

Si yo no hubiera tenido tanto fracaso, no hubiera llegado.

Yo creo que la felicidad no puede depender del resultado, pero lo que sí, cien por ciento,
tienes que hacer siempre es entregarlo todo.

Si no se da, si no se da mi fichaje a tal club, si no se da que cerre el negocio tal.

que a mi no me haya quedado nada adentro.

Hola a todos y bienvenidos a The Freyshow.

Mi invitada es Nicole Regnier, analista y comentarista deportiva en ESPN, deportista
olímpica, Selección Colombia, Atlético de Madrid, Rayo América Junior y Cerveza Suiza.

Muchos soñamos con ser geniales, imaginándonos jugando un deporte profesional, pero...

Pocos, pocos, pocos pensamos en el sacrificio y dolor que implica.

Entonces, ¿cuál es el precio de llegar a la cima?

¿Qué lecciones, valores y advertencias podríamos aprender de alguien que ha jugado fútbol
profesional en todos los niveles?

En este por qué espera aprender por qué Nicole cree que la obsesión puede ser tanto una
mendición como una maldición.

Cómo el deporte del auto rendimiento puede afectar la salud mental, qué significa
realmente la disciplina extrema a los 13 años, sus reflexiones sobre la felicidad

verdadera versus el éxito, el lado oscuro del fútbol femenino y mucho más.

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Y como siempre, si te gusta el podcast, déjale un hermoso mensaje para los invitados.

Dicho esto, disfruta de mi conversación con Nicole Regnier.

Listo.

Niki or Nicole.

Como quieras, está perfecto.

La gente cercana me dice Niki.

Entonces siempre puedes ganar más plata, no más tiempo.

Mil gracias por su tiempo.

Castiguenos quien eres para gente que no te conoce.

Roby, primero decirte que es un verdadero placer.

muy fan de tu podcast de pandemia.

Lo oigo.

Tienes personajes increíbles y de verdad que cuando recibí tu mensaje Hola, soy Roby J.

Fry.

No es que te quiero entrevistar.

Yo como que wow.

Ni siquiera le conté a mi mamá, hoy estaba súper emocionada porque le dije, mami, vienes,
robia, acá a la casa a entrevistarme.

Y la verdad es que te admiro un montón, muy bacano lo que haces, el mensaje que tratas de
darle al mundo.

¿Y yo quién soy?

Una mujer muy apasionada por el fútbol.

Te diría que casi que enferma por el fútbol, fanática, loca por el fútbol, muy enamorada
desde muy joven de la pelota.

Y a mí el fútbol me lo dio todo.

Me llevó a conocer los lugares más increíbles, jugar en clubes maravillosos.

aprender de otras culturas y medio todo lo que uso en mi día a En este momento, qué haces?

Menos de dedicarte a fútbol.

En qué aspectos?

A ver, me retiré hace como unos tres años, me retiré muy joven a los 26.

Hoy en día trabajo en ESPN.

Sigo, digamos que vinculada a todo el tema de fútbol, pero ya desde otro lado.

Ahora hablo de fútbol, debato, estoy en esos programas como de análisis y debate.

De vez en cuando también comento uno que otro partido y.

Sigo muy vinculado al fútbol.

OK.

Y.

Mucha gente dicen apasionado, mucha gente ama fútbol, pero tú de verdad has pensado.

De qué específicamente fútbol te gusta o es todo?

Es el equipo, es la estrategia.

Hay algo específico o es todo?

Yo no sé quiéno es la pregunta más sencilla.

Es una pregunta súper complicada porque nunca me he tenido a pensar qué de todo lo del
fútbol realmente me hace feliz.

Yo creo que yo me enamoré de la pelota, de la sensación.

¿Pero por qué?

¿De quién?

Yo creo que el fútbol a mí me hizo pertenecer, ¿sabes?

Fue como la primera vez en mi vida que yo me sentí buena en algo.

Yo no era buena en el colegio, no era buena en matemáticas, no era buena en absolutamente
nada.

Y cuando entró un equipo de fútbol que en esa época era de hombres,

porque no había fútbol femenino.

¿Eso es en dónde?

En Cali.

OK.

eso es porque tú eres un fan de América.

Déjémoslo ahí.

Ni en Cali, ni en América, ni en nadie.

En tirano.

¿No Millonarios?

No, Millonarios no, no, no.

Si alguien quiero yo, a los amigos de mi ciudad.

Listo.

Beny, seguía con lo que te estaba respondiendo de qué exactamente del fútbol.

Y yo creo que es eso.

Fue la primera vez que yo me sentí buena en algo, me sentí que pertenecía.

a algún lugar, en ese caso, pues a un equipo de fútbol más allá que obviamente yo era
diferente, porque eran solamente niños y yo de niña.

Entonces me acuerdo, por ejemplo, cuando se acababa la práctica, yo tenía que esperar a
que todo el mundo se cambiara.

Sí, porque no podía entrar a ese camerino.

Era diferente.

Pero quien tú en su familia juega fútbol?

La inspiración?

Tú eres un bicho raro y ya.

Nadie más se importa el fútbol en tu familia menos vos.

Sí, soy un bicho muy raro.

No solo por eso.

A ver, en mi familia nadie fue futbolista como tal.

Si tuve una prima, Juli, que hermana de Juanpa, que ella jugaba fútbol y sí fue un
referente.

Pasó también que mis papás se separaron cuando yo estaba muy pequeña y nos fuimos a vivir
a Italia.

Y entonces con mi mamá.

sí, sí.

A los seis años me fui a vivir a Milán.

Solamente vos.

O hermana, hermanos.

No, de mi papá y mamá soy única.

Entonces me fui a vivir a Milano y allá dije wow, el fútbol tiene algo más.

Yo nunca había ido a un estadio de fútbol, nunca nada.

Fue la primera vez entonces como que yo vi lo que generaba un gol.

Por ejemplo, un derbi entre el Milan y el Inter, lo que eso movía era demasiada pasión y
yo ahí como que me empecé a enganchar con el tema.

te llevo al partido?

Bueno, primera vez, fíjate, la primera vez que llegamos no me dejaron entrar.

Fui al San Siro a ver al...

pues al Milan, estadio y no me dejaron entrar.

Después hubo una segunda ocasión donde ya sí me dejaron entrar.

No sé si porque no llevaron un documento o yo era muy chiquita.

Bueno, por algún motivo la primera vez.

sea, fue un fiasco.

No entré al estadio.

¿Y fuiste sola?

No, fui con Marco, era el papá de mis primos y uno de mis primos, Mateo, que también
hincha a morir del Milan y no me dejaron entrar.

Y después ya hubo una segunda oportunidad donde ya sí pude entrar.

Y yo me acuerdo que Pippo Insagi, era un jugador del Milan.

marcó gol y yo sentí demasiada emoción, casi que ganas de llorar.

Yo no entendía mucho del juego como tal, pero gol, todo el mundo se abrazaba en el
estadio, pipo y zag y no sé qué.

Y yo seguramente no estaba en un puesto bueno, por allá arriba en gallinero, no importa.

Se veían unos punticos allá abajo, pero era esa pasión que generaba un gol en un estadio,
lo que a mí me hizo enamorar.

En serio?

Sí.

Poderoso, no?

Muy poderoso, muy poderoso.

Eso me cambió la vida para siempre.

Por eso yo creo que hay experiencias que uno tiene de niño.

Para mí la niñez es lo más importante, es el momento más importante de la vida.

Vos te estás formando, te estás nutriendo y ojo con quién te dejan tus papás, ¿me
entendés?

Yo siento que es que los niños son muy vulnerables, entonces tenés que estar...

¡Demasiado!

¡Demasiado!

Tenés que estar rodeado de ambientes sanos, de gente que te diga, sos capaz, no que te
digan, como sos niña, olvídate de tu sueño de ser futbolista, Sos niña, te gusta el

fútbol, maravilloso, vamos a un estadio.

Así sea gallinero, vamos a un estadio.

Sí, ¿entendés?

O no hay que limitar a los niños porque no sabes por una experiencia hacia dónde se pueden
caminar su vida.

¿En quién habilito tu camino sin rechazarle el camino?

Yo creo que yo misma la terquedad tan verraca con la que nací.

Tu mamá no fue, ¿espectá que quieres jugar futbal?

Lista, de una.

Fíjate que a mí mis papás no me cortaron las alas, no fue como que, Nicole, fatal que
juegues fútbol.

eso es para hombres, olvídate, no, en mi caso no fue eso, en mi caso no como que me
alejara de la pelota porque era de niños, para nada, o sea, fue como, ok, te gusta el

fútbol, yo creo que ellos no se lo tomaban tan en serio, porque yo desde el colegio, mi
mamá tiene cosas guardadas de eso que guardan solamente las mamás, que son como lo que uno

hacía en Kinder, y todo lo mío era fútbol, futbolista, los acrósticos eran futbolistas, yo
pintaba así y tan...

Era una obsesión por el fútbol que yo no sé de dónde nace.

Y de alguna manera siento que mis papás no se lo tomaban tan en serio.

o sea, como, bueno, a le gusta jugar, listo, con que no estén nada malo, váyase todo el
día para la cancha.

Yo vivía con niños, o sea, con peladitos jugando, embarrada.

Tuve una infancia linda en ese aspecto, en el sentido que casi siempre yo estaba jugando
fútbol, rompiéndole los virus a los vecinos.

O sea, yo tuve una infancia buena en ese sentido.

Y no me cortaron las alas.

tampoco me llevaron nunca un entrenamiento.

Hoy en día, por ejemplo, yo veo muchos papás que es como Camila ya a las 3 de la tarde,
tienen natación, tienen no sé qué.

Sí, y yo no sé hasta qué punto eso es bueno.

Sí, en mi caso fue como OK, usted quiere ser futbolista.

No existía ni siquiera el fútbol profesional en este país, pero usted quiere el futbolista
profesional.

Hágale, cómo no te unías, cómo lo va lograr.

Mire cómo se va el entrenamiento.

Hay 10 mil pesos hoy para su transporte.

Si tiene que coger bus, si tiene que coger taxi, para lo que le alcance ahí está.

Chau.

Y esa responsabilidad me sirvió la vida.

¿Y cuándo convirtió en una obsesión?

¿De cuándo pasó de pasión a obsesión?

Muy rápido.

Pero yo te diría que la obsesión real a mí me llegó por ahí a los 12 o 13 años.

¿Y durante ese tiempo sus compañeros fueron compañeros o tú tuviste compañeros también?

Tuve compañeros.

Yo no jugaba con niñas.

De hecho, en un torneo del colegio.

Ya empezaba ver el colegio como equipo femenino y tal.

Pero digamos que yo ya llevaba un proceso jugando con niños.

Y hubo un torneo, sí.

Y yo me acuerdo que yo estaba lista ya para...

para empezar el partido y el árbitro.

Me llama a un lado, llama al entrenador nuestro, llama al otro entrenador, o sea, al otro
equipo y dice, no, es que, Beny, los papás de X colegio se están quejando porque esto es

un torneo de fútbol masculino, no tiene por qué estar una niña acá, entonces que por favor
se retire de la cancha.

Y yo ese día, Roby, yo llegué como si a mí me hubieran cogido abatazos del alma.

O sea, yo llegué en una tristeza a mi casa, en una cosa donde yo lloraba y lloraba y
lloraba y yo decía,

me acaban de sacar de un torneo de fútbol por ser niña y no que se supone que nosotros
somos peores, las niñas.

sea, eso como que era la mentalidad, O ¿por qué me vas a sacar si se supone que yo antes
estoy por debajo?

Era lo que uno pensaba esa edad.

Entonces, me han metido muy duro, muy, muy, muy duro.

Y yo me acuerdo que ya a los 13 años hasta ahí solo había jugado con hombres, siempre en
todos los equipos, en el colegio, en todos lados, en los recreos.

Y a los 13 años mi papá me dice, Nicole, ya te estás volviendo señorita, no más.

Esto del fútbol, si lo vas a agarrar en serio, te conseguís un equipo de mujeres porque no
puedes vivir toda la vida al lado de los niños.

Entonces, bueno, pues una mentalidad un poquito machista, pero bueno, era la época
también.

Y yo digo, ok, por esa época sale un club en Cali que se llama Atlas, que aún hoy en día
es impresionante, de ahí han salido jugadoras muy tesas.

Yo empiezo desde el primer día que abren ese club.

y empiezo a jugar con niñas, con mujeres.

Y claro, yo todavía jugaba con hombres, digamos que esa adaptación fue fácil, fue
agradable.

Empecé a hacer un montón de goles, era feliz y pues de alguna manera ya estaba con ya
estaba con mujeres.

¿Por qué crees que ellos dijeron algo?

¿Fue viendo independencia?

Pensando en ellos mismas que porque yo no hice algo allá, entonces un rechazo o fue, ay,
esos niños van a dañar a esta niña o ¿por qué dijeron no?

No entiendo la...

Fíjate que yo no lo sé, hasta el día de hoy no lo sé, pero...

Pero yo creo que fue más pensando como en...

es que el torneo es de niños, el fútbol es de hombres.

No tiene nada que hacer esta peladita queriendo jugar en el torneo de mi hijo.

Claro, y parece que esto yo te estuviera hablando, o sea, yo me oigo a mí misma decir esta
barbaridad y es como las historias de mi abuela de cuando no podían votar y todo este tipo

de cosas porque la mujer, pues qué pesar, estaba relegada en un ladito, ¿no?

Y te hablo de esto y esto pasó así.

20 años.

Pero 11 años es cuando este pasó.

Por ahí 11, 12 años.

Mis 11, 12 años, sí.

¿Enseguiste jugar fútbol?

Seguí, es que era mi pasión, era lo que a mí me hacía feliz, o sea, era mi lugar seguro.

Yo iba a una cancha y yo me sentía buena, en el colegio era mala, perdía todo, perdía
todo, era hiperactiva, no entendía nada.

Tenía otra forma de, yo no sé, de aprendizaje.

En mi colegio nunca lo entendieron.

Yo en serio, en algún punto yo crecí pensando que...

que iba a ser bruta, te lo juro.

Y no, no fuiste que me ha ido bastante bien.

Pero es que era como que Nicole en las cosas que hacen como que citan a los papás para la
entrega de notas y eso era como no, mira, Nicole perdió matemáticas, mira, Nicole perdió

inglés.

No, Nicole también para la lectura.

La verdad que es bien mala, no le he fluido.

Nicole, mira, básicamente ponle cuidado, ponle cuidado porque esta niña no va a servir
para mucho.

solo mantiene con peladitos, jugando ponchados en el recreo, tazos y fútbol.

No sirve para mucho, ponle cuidado, métela.

Yo siempre tenía tutorías, tutores, sea, son como horas extra, profesores que van a la
casa, una congustiante el colegio fue para mí.

Y realmente no era ni que fuera bruta ni nada, si era hiperactiva.

Sí, incluso hoy en día me cuesta mucho concentrarme.

Pero igual la vida se puede, sí.

Y entonces, ¿para qué me aprendo yo una tabla periódica?

Si venís que yo no iba a hacer química ni nada de estas vainas, vámonos por donde sí.

Roby, es un tema muy delicado, te lo digo.

Y yo creo que esto ha evolucionado un poco, pero fíjate, yo hacía cosas importantes.

Yo ya cuando tenía 17 años, hacía parte de la selección Colombia sub 17, jugábamos
mundiales.

Se me juntó con sub 20 también todo el proceso de suramericano, bueno, de viajar mucho,
porque eso era...

eso era en 11, mi colegio era hasta 12.

Entonces yo estaba 15 días del mes concentrada en Bogotá con la selección, 15 días en
Cali, en mi colegio, 15 días en Bogotá.

Y claro, yo me perdía en esa época, ya veíamos precálculo.

O si yo tuve pesadillas con algo en la vida fue con precálculo.

Uy, Dios mío, era una cosa que en mi cerebro no entraba básicamente, pero no entraba no
porque fuera bruta, vuelvo y lo digo, sino porque es que si te perdés una clase, vos ya no

entendiste que la X hizo que la

la curvita fuera hacia arriba y no hacia abajo.

Y yo me perdí a 15 clases al mes.

Entonces claro, yo llegaba era como, cuí sorpresa.

Y yo decía, esto es chino, sea, estoy viendo otra cosa.

Entonces fue muy complicado.

Yo perdí dos veces 11.

Terminé validando.

Valiando quiere decir que uno estudia como, yo estudiaba la noche de 7 a 9 en Cali en un
colegio que, gracias a Dios, me ayudaron tanto, pero pues estudiaba con los magamines de

Cali.

sea, los magamines los pillan a la barra ahora después de haberme jugado.

Con eso me gradué y fui inmensamente feliz ahí y me sentía buena.

Ahí sí ya era como que wow, sociedad de honor, la primera vez en mi vida así porque el
colegio, pues sí, el nivel era mucho más bajo.

Pero yo ahí me sentí buena y con los años fui entendiendo que es que tenemos diferentes
maneras de aprender y que si de pronto hoy a tu hijo le dicen no, mira, que Sebas no es

muy limitado en lectura.

Vení, vamos a ver qué le gusta leer a Sebas, porque se tiene que leer.

la odisea, la hiliada y no sé qué.

¿Por qué?

Porque ese tiene que aprender de memoria la tabla periódica.

No, digo, de las cosas que yo aprendí en el colegio importantes, multiplicar, sumar,
restar, dividir, ni siquiera eso de la raíz, eso no.

Esas cuatro cosas.

El inglés, que gracias a Dios que mi papá se forzó para pagarme un buen colegio.

Y pocas cosas más.

De resto lo mío fue de todo aprendido en una cancha de fútbol.

Pero Juan, que listo, no entiendo cuándo convertió obsesión.

cuando empezaste a tener disciplina, cuando empezaste en cuando convirti un algo real,
como este, como tu sabias, este es donde me voy, todos los como engranajes empezaron a

como conectar.

Yo me obsesione con que quería llegar a la selección Colombia y me obsesione con que
queriérme jugar a Europa.

Era la obsesión de mi vida, eso fue a los...

Como a los 13 años más o menos, cuando yo empiezo a jugar con mujeres, me doy cuenta que
marcaba diferencia.

Ahí me llaman ese mismo año a la selección Valle, como al siguiente o a los dos años me
llaman a la selección Colombia.

Entonces ahí yo ya empiezo a decir como, creo que tengo algo.

Pero muy serio, como cuatro horas haciendo este, el gimnasio, yo quiero entender...

A los 13 años se convierte en obsesión.

Hasta ahí yo jugaba, era libre, era feliz, disfrutaba mucho en la cancha, jugaba en los
recreos.

A los 13, que yo ya empiezo lo que te digo, ya a jugar con mujeres, ya a estar en una
selección valle que era como lo más cercano a algo serio.

Ahí yo ya entrenaba todos los días.

Mira, el bus del colegio me dejaba en las canchas panamericanas en Cali, más o menos como
a las 3 y media, entrenaba de 4 a 7 o a 8 de la noche.

Ahí me iba a Sport Lab, que era un gimnasio en Cali, entrenaba por ahí otras dos horas,
dos horas y media, llegaba a mi casa súper tarde, como a las 9 de la noche más o menos, y

repetir.

Y repetir, y repetir, y repetir, y repetir.

Claro, llegaba cansadísima.

¿Cuál tarea?

Ni que ocho cuartos.

Yo al otro día copiaba la tarea rapidísimo.

Yo venía, venía.

Ana Sofía, préstame.

Y yo copiaba eso.

Entregaba cualquier cosa.

Pero ahí yo ya tenía una obsesión muy grande.

Y yo le decía a la gente, mira, hay una historia linda que...

Por ejemplo, hoy en día me encuentro con amigos míos del colegio y me decían, no, mona,
que vos la tenías muy clara.

O imagínate cuando me pedían el cuadre los noviecitos del colegio.

Yo no me acordaba de esto.

Fue en una reunión que me contaron.

Como con 13, 14 años.

Y me pedían el cuadro.

Así se decía en mi época.

Como para ser novia de ellos.

Y yo les decía, esto se cuenta en ellos.

Y yo les decía, es no, no, no.

Es hasta que yo llegue a la selección, yo no puedo tener novio porque me distraigo.

Yo les decía eso.

Imagínate.

Y yo estuve novio hasta esta tarde.

eso es increíble.

Pero ¿dónde sacaste eso?

¿Quién es tan obsesionado de eso?

Es otro nivel para un joven.

sé.

Es otro nivel.

Yo no iba a las fiestas de 15.

quién, quién viste que tuvo este compartimento?

Tú estás viendo leyendo artículos, viendo biografías de otros como...

esa época, obviamente, las redes sociales no son lo que era hoy en día.

sea, ahí no había Instagram, no había nada.

No había forma de ver.

no, es que Cristiano Ronaldo hace eso.

No, no había acceso a eso.

Me entendés?

Yo no creo que fue un referente.

Yo simplemente creo que yo me di cuenta que sí, tenía un talento, no era la más talentosa.

Pero sí sabía que si yo trabajaba más que nadie, yo iba a llegar.

Pero, ¿eso es algo que tú ves de alguien más o que yo voy a hacer igual?

No.

En mi casa no había nadie.

No había nadie.

Solamente fue tu chip.

Sí, fue un chip porque dije, yo tengo que llegar.

Tengo que llegar, tengo que jugar en Europa y tengo que ponerme la camiseta de la Elección
Colombia.

Ojalá, yo creo que esta entrevista es más para mi mamá que para mí.

Para que ella hubiera contado esa obsesión.

que yo no iba a los viajes familiares.

Yo no iba a las fiestas de 15 años de mis amigas.

Me invitaban y yo decía, no puedo, mañana tengo partido.

Y no te hablé de un partido importante, pues podía ser, yo qué sé.

Un amistad.

del colegio contra otro equipo cualquiera.

Y yo a las ocho de la noche me tengo que dormir.

No iba nada.

Era una obsesión.

Y cuando hay una connotación muy negativa con la obsesión, sabes, como que, ay, usted sí
está obsesionada, es la bobada, no.

Yo te digo, si yo no hubiera tenido esa obsesión yo no llego.

Era un hambre, una ambición de querer llegar.

No lo hice por callar bocas, pero sí, ay, qué fresquito cuando uno calla bocas.

Y me pasó con entrenadores que me decían, no, es que usted es muy flaca, es que usted
nunca va llegar a Europa, que usted no es sino rápida, pero es que usted no tiene técnica.

Muchas vainas, mucho maltrato a lo largo de...

Cuando uno va creciendo y después cuando llegases, ese placer, esa satisfacción de
decir...

Gracias a Dios que tuve tanta disciplina para haber seguido un sueño que nadie más veía
excepto yo.

Entonces, la única forma de superar a todas estas personas diciendo cosas negativas fue
disciplina.

Disciplina es la clave de todo en la vida.

La disciplina.

La disciplina es la actitud.

A mí el talento no me importa tanto.

Si tenés disciplina y actitud.

¿Cómo fue su actitud durante ese tiempo?

Mi actitud fue increíble.

Hoy la admiro.

Hoy extraño cosas.

de esa Nicole jovencita, ¿sabes?

Es que yo a veces veo una foto y yo digo, tengo que volver a tener lo que tenía esta niña
en la mirada.

¿Viste en tus ojos en la foto?

No, es un...

Claro, hay fotos mías desde los cuatro años así con un musculito chiquitico, haciendo
abdominales.

O sea, hay unas fotos increíbles de decir, es que la tenía muy clara, la tenía demasiado
clara en ese sueño.

Sí, entonces hoy extraño, hoy hay cosas de esa Nicole que quisiera que nunca se me pierdan
en la vida.

La actitud, me preguntabas por la actitud, a mí me decían, no Nicole, me probé varias
veces en la selección colombiana y varias veces no quedé.

Y me decían, no, que no quedas por esto, está muy flaca, está no de quien.

Y yo decía, ok, ok, listo, nos vemos el otro año.

Yo anotaba todo lo que me decían.

Entonces decían, ¿esto es muy flaca?

Listo, pues voy a aumentar de masa muscular.

Me metía a un gimnasio, el que te dije, Sport Lab, y empezaba a hacer sentadilla, no sé
qué, peso máximo.

Llegué a alzar 120 kilos de sentadilla, a aprender técnicas nuevas porque desde la parte
física tenía que estar más rápida, más fuerte, que la gente chocara conmigo y se cayeran.

Entonces, todo eso que me iban diciendo, yo no decía, este pendejo, como de pronto hoy en
día podría que lo dijera.

En esa época no era como, ok, pues él es el que manda, dice que no estoy fuerte, dice que
me falta técnica, dice que listo, ok, ¿qué tengo que hacer para corregir eso?

¿Tú crees que fueron?

buenos consejos escondidos con mala intención.

Es que es que fue de verdad.

No tuviste la técnica.

De verdad necesitas cómo poner más, cómo tener más músculos.

O tú crees que fue bobas en tu escuchaste o tú crees que de verdad fue como buenas
recomendaciones en el peor sentido.

No, yo creo que había algo de verdad en todo eso.

Yo era muy flaca, Robi.

O sea, mis piernitas, Robi.

eran como unos pitillos, era demasiado delgada y claro, pues sí, tenía una habilidad y
tal, pero también es cierto que cuando a mí me abrían el brazo yo salía volar porque no

tenía masa muscular, porque pesaba, no sé, a mis 13 años yo seguía pesando 28 kilos, o
sea, era una barra y ya era un poquito alta y pues no, no, o sea, no podía estar así.

Entonces yo creo que había algo de verdad, pero también yo creo que poca gente de verdad
se creía que yo podía llegar a algo.

Entonces solamente fue, no puedes por esto, esto, esto.

Yo creo que tú puedes hacer esto, esto, esto.

No, no, no.

El mensaje no era en positivo.

El mensaje era, mientras tú estés así de flaco, así de no deje, no vas a estar nunca en
esta elección.

Que es lo normal.

O sea, yo hoy miro para atrás y digo de dónde saqué la voluntad, las ganas de quedarme
entrenando hasta las 10 de la noche.

Porque ya claro, el entrenamiento de fútbol quedaba ya cansadísimo.

Pero después de eso, ok, como no soy lo suficientemente fuerte, entonces me iba dos horas
y media más a un gimnasio a levantar pesas, a hacer un montón de saltos y llegaba la noche

y aunque no quisiera, me comía en vez de un platado de pasta, pues me comía dos con pollo,
con lo que hubiera o lentejas, bueno, lo que hubiera en la casa con tal de ganar masa

muscular.

Entonces sí, hoy miro para atrás y digo, de dónde saqué esa vaina?

Pues sí, por aquí no renunciaste.

Era más fácil, era más cómodo.

Sí, claro.

¿Y cuántas chicas o mujeres en su equipo renunciaron a través de comentarios así?

Roby, demasiadas.

Fíjate que...

Y de hecho, después en Selecciones Colombia, en sub 17, por ejemplo, había jugadoras muy
talentosas.

Y yo te digo, muchas no llegaron y muchas eran más talentosas que yo.

¿No llegaron porque comentarios, nadie están apoyando ellas?

Sí, porque...

¿O no tuvieron disciplina?

No, porque yo creo que hay que tener mucha terquedad y mucho carácter en la vida.

Yo creo que con eso se nace, con el carácter.

Uno lo puede forjar.

Pero mi terquedad, por ejemplo, yo doy muchas gracias por la terquedad, pero eso no lo
venden en la droguería, eso no inyectándolo por la vena.

sea, a mes en que no, y yo, créeme, me voy dejar la vida, si de verdad me interesa, claro,
me voy a dejar la vida para intentar que ese no tuyo se vuelva un sí.

Y si...

hacemos al revés en cada persona, cada hombre.

¿Fue todos hombres que dijeron este?

¿O fue una mujer?

No, todos hombres en esa época.

Si cada hombre volvemos en tiempo, en cambio, no puedes...

imagínate si tienes más músculos, imagínate si estás cambiando tu dieta, estás en mismo
lugar, o ellos están facilitando, tú necesitabas el no.

O tú crees que puedes ir más rápido si lo ¿Cuál era un no?

Mi objetivo era llegar a la selección.

Cada vez me cerraron la puerta, la pudieron haber cerrado un poquito más pacito.

No decirme, Nicolás, así no vas a llegar.

No, como, ¿sabes qué?

Hoy es un no, pero ojo, lo podés transformar en un sí.

Si de aquí a dentro de seis meses que volvemos a hacer una convocatoria, te veo con más
masa muscular.

Mira, no sos muy buena con tu pierna surta.

Trabajala un poquito más, porque pateas muy bien con la derecha, pero yo necesito un
jugador integral, un delantero que me pueda patear con la derecha y con la izquierda.

trabaja más estos seis meses tu pierna izquierda y quédate más tiempo en el entrenamiento
solo pateando con la izquierda.

Pero tú vas a recibir este en tener la misma energía?

Sí, claro.

Eso no fue?

tú vas sí o sí.

Cuando la metas muy clara, Roby, al final yo creo que, o sea, por más que te cierren la
puerta duro, porque en mi caso siempre fue duro.

En esa época no había tanta conciencia de cómo hablábamos y del valor de la palabra.

No había tanta conciencia de eso.

creo que se hacía mucho daño.

Pero yo creo que cuando la metas tan grande y tenés una persona que se está dejando la
vida por ese sueño, que lo volvió obsesión, realmente, aunque le tirés la puerta duro o

pasito, igual va a cambiar.

Pero claro que le puedes ayudar con un mensaje un poco más en positivo y no tan...

Sabes que eso es mala.

que tenía entrenadores que eran terribles, que yo he votado un gol y me decían, Nicole, te
dejas de reír en esa cabeza, sos una malla.

Y yo como que Dios mío, ¿qué es esto?

Y toda la vida uno, te lo juro, hasta muchos años después, yo jugando en Europa, cada que
he votado un gol, nadie vota un gol porque quiere.

Hay cosas que te fallan acá y ya está.

Y votaste el gol y qué embarrada.

Pero en vez de decirte, vamos, la próxima gola, ánimo, ánimo, pilas.

Ya sabes por dónde le duele esa defensa, vamos, vamos.

En vez de motivarlo, durante muchos años incluso jugando en Europa yo decía, tenés a
Serrín en la cabeza, Nicole, es que es por eso.

¿Sí entendés?

Y claro, creces con unos mensajes muy errados, muy errados, Robi.

Siento yo que hoy en día nos cuesta mucho a los deportistas colombianos.

Yo creo que acá hay mucho talento.

Mucho, o el talento está.

Pero ¿qué pasa?

Porque siempre...

o no siempre, pero en muchas ocasiones perdemos finales.

Llegamos al momento decisivo y la cabeza no falla.

¿Sí?

Con Argentina nos pasaron el Mundial Sub 20 con las mujeres.

O sea, nos está pasando.

Y porque es que no es solamente el talento, no es solamente como que venga, entrene dos,
tres horas al día y ya.

No, acá tiene que haber una base muy sólida porque es que los demás países están
preparando diferente.

Los de tu país, Estados Unidos, se preparan diferente desde lo mental.

Mira, incluso ahora Corea al Norte fue campeona del mundo en el Mundial Sub 20.

Yo la meía son como un pequeño computador, ¿me entendés?

O sea, son muy fuertes de la cabeza.

es de vida o muerte este partido y acá somos muy emocionales, Y yo creo que obviamente
también la educación, toda la información que te han metido desde niño y en las escuelas,

yo creo que nos falta eso, en las academias.

Falta mucho eso.

¿Qué?

que seamos un poco más pensantes, más fuertes de la cabeza.

No solo lo emocional, no solo...

¡Robbie, eso es muy malo!

No, espérate.

No es que sea muy malo, Robbie, es que te falta trabajar un poquito más tu gesto de
cabeza.

Por eso estás botando todos los goles de cabeza.

No, pero es que debes ser...

No tienes que obsesionarte.

Tienes que ser un loco, un loco y quieres lograrlo.

No vas a hacerlo haciendo normal.

Si quieres ser extraordinario, tienes que hacer cosas extras.

Yo creo que no me gusta todo este cos...

No.

de participación, estas bobas que jugaste bienes, jugaste terribles.

O sea, ¿lo hiciste fatal?

Ok, vale, lo hice fatal.

¿Qué hice fatal?

Sí, entonces, no, que en el momento decisivo voté el penal, listo.

¿Qué estaba pasando por tu cabeza en ese momento decisivo?

No, era un mar de nervios, mi cabeza me decía que yo iba a votar el penal, yo veía el arco
más pequeñito de lo que es, me puse muy nerviosa.

Ya, entonces, ahí vamos hasta el punto

de la yaga que hay que tratar, a ese momento que hay que tratar, no basta con que te
digan, Robby, fuiste fatal.

Yo no estoy de acuerdo con el Robby, fuiste fatal.

Estoy más de acuerdo con decirte, Robby, pudo haber sido mejor por esto, esto y esto,
erraste en esto.

Y si estabas pensando mal, ven, vamos a hacer estos ejercicios que nos van a ayudar en
estos momentos de presión.

Entonces, respiración, tal, tal, tal.

Pero ese no pasó.

No, en mi caso no es hora de la antigua, yo te estoy diciendo como yo sería hoy en día, no
lo sé.

En mi caso todo fue los trámacas.

En serio, yo era como un pájaro carpintero, a mí me cerraron la puerta y más duro iba y le
daba así con la cabeza hasta que la puerta se abriera y forceé muchas puertas en la vida

que yo creo que eso tampoco es el camino.

Pero sí, cuando el sueño es muy claro, cuando la obsesión está, o cuando tenés ese deseo
ardiente, eso que te hace abospararte de la cama todos los días, decir

Por más que yo esté cansada, yo hoy tengo que entrenar cinco horas.

Porque yo sé que las alemanas están entrenando seis horas y yo quiero ir jugar allá.

Y para que a mí me contraten siendo colombiana en X Liga, es porque tengo que marcar mucha
diferencia.

Entonces, si ellas están trabajando así, yo voy a trabajar dos veces así.

Solamente contar una historia de mi hija.

Ellas están haciendo como estamos en un torneo, en una competencia de gimnasia.

Y ella pensando que van a ganar, van a ganar en mi...

ganó tercero, segundo nada.

Fue destruida.

Ella está llorando, llorando.

Estamos saliendo del evento.

Y ella dijo, no, no quiero este cosa de mierdes, de medall.

Ella dice, yo dije, tiene la razón, este medall es estúpido.

Ella si quieres poner la basura, no vale nada.

Participación, es como la, tiene toda razón.

Pero si quieres, yo regreso y yo pregunto a la persona que si se mal, porque no pasó.

Ella dice, sí.

Entonces yo fui como técnico y le dije, cuéntame el apuntaje de mi niña.

Dice, aquí son los videos de ella.

Dice, listo, pásame.

Yo voy a contar a ella que hizo mal.

Entonces el técnico envió un video a ella.

Ella recibió un video que exactamente hizo mal y fuimos allá para entrenar como día
después.

Pero ellos no hacen esto con los niños, solamente dejan ellos como, ay, fallaste.

Pero por qué?

Ayúdame a jurar.

Total, total.

Y ese es el mensaje.

Y bueno, siquiera que tu hija te tiene a ti, ¿qué fueron?

Y entonces ella entendió que, no sé, perdió puntos porque cayó muy duro, porque rebotó,
porque no tuvo el cuerpo firme.

Bueno, de gimnasia no sé mucho, se cayó de la barra.

O sea, sé que todo eso lo puntúan.

Entonces, claro, ella ya dice, tengo que trabajar más en la barra, en tener mis pies
firmes para no caerme.

Y te prometo que la sigue porque es que hay un feedback real.

No es como...

¿Cómo se llama tu hija?

Cata.

Ok, no es como Cata, perdiste y ya fuiste pésima.

No, la niña no se puede quedar con ese mensaje, pasó esto, esto en la competencia,
afrontémoslo como, listo, te voy ayudar.

La próxima vez, mira, vamos a tragar un poquito más esto que nos costó.

Y te aseguro que eso hace que ese deseo no se muera, ¿sí?

Porque ya no se va a sentir mala.

Siempre hay margen de mejora, aunque tú seas profesional hay margen de mejora.

Los deportistas de los olímpicos hay margen de mejora.

Simon Biles tiene margen de mejora, aunque parezca perfecta.

Te aseguro que en su cabeza...

Ese margen de mejora nunca muere porque es que el deportista siempre tiene margen de
mejora en la cabeza.

Pero también lo dice ella.

Te sientes terrible, está bien, debes sentirte terrible.

No ganaste.

Si quieres ganar o no ganas, debes sentir mal porque este fue su objetivo.

Está bien, sentíte terrible.

Pero recuerda ese momento, no quieres sentirte igual.

Si no te gusta ese sentimiento, práctica más Vamos a trabajar más duro, claro.

Es que ese es el mensaje.

Pero hay algo bacano que te voy a decir.

Para mí, el...

Fracaso, bueno no sé si esto se puede llamar fracaso, pero para mí el fracaso, Robby, es
una bendición.

Si yo no hubiera tenido tanto fracaso, no hubiera llegado.

Suena muy, muy raro y muy difícil de entender.

¿Puede ser camino a éxito?

Pero total, mira, mi primera selección Valle, en esa época, no era como hoy en día que hay
categoría sub 17, categoría sub 15, categoría sub 20, no era femenino, fútbol femenino.

claro, yo tenía 13 años, este afán de llegar de comerme el mundo.

y jugaba con jugadores que tenían 30.

¿En serio?

Claro, te lo juro.

Y ya habían jugado Yo pensaba que meten como adolescentes, pero no.

o sea, ya habían jugadores mayores, pero que jugaban muy bien.

O sea, estaba Carmen Rodallega, que era como mi ídolo.

Ya había jugado mundial, ya todo era como Carmen, o sea, un pedestal, ¿me entendés?

Estuviste jugando contra ella.

Claro, yo con una niñita bien flaca de 13 años, la única mona, sea, alumbraban esa cancha,
yo bien desnutrida.

Y entonces...

Yo me acuerdo que en esa primera selección Valle, cada semana iban sacando gente, de a
diez, de a diez, de a diez.

Y finalmente quedaba el grupo de 21 jugadoras que viajaban, o de 22 jugadoras que
viajábamos en esa época.

Y a mí me dejaron, yo quedé en ese grupo.

Pero te voy a decir algo.

Viajamos.

Yo me acuerdo que fue una realidad dura.

Porque los viajes eran en unos buses, una cosa así, como en...

1800 buses que se varaban en plena línea.

Casi todos estos torneos eran por allá como en Villavicencio.

Nosotros llegábamos, nos quedábamos en unos moteles espantosos en el centro de
Villavicencio.

Y claro, mis papás no sabían cómo era esa vuelta y ellos me llamaban y yo no mami, papi,
eso es por acá divino, soy piscina y de todo esto la maravilla es.

Y yo por dentro decía Dios mío, acá me puede pasar algo, esto está bien, bien rudo, no?

Era como...

7 jugadoras por habitación.

Yo era muy niña, era casi como una mascota y fíjate que ese viaje fue un poco frustrante
porque claro, el sueño de mi vida, Robby, era ponerme la camiseta de la Selección Valle.

Eso para mí era algo muy grande.

Hoy lo veo y digo como bueno, pero en ese momento yo lo veía y jugadora de la Selección
Valle.

Eso me daba como una importancia a mí misma muy grande.

Era como ya representaba un departamento, ya existía.

Y entonces...

Nosotros íbamos con ese uniforme de presentación, era la polito, la camisa del cuello, de
la selección Valle, la pantaloneta roja, tal.

Y mi sueño era ponerme ese uniforme, el de juego, o sea, ya con mi número.

Y fíjate que en todo ese torneo nacional yo no jugué ni un minuto, Rubi.

Siempre fui a la tribuna.

Me mandaban a la tribuna, Nicol, contra Antioquia, a la tribuna.

Jugamos con Bogotá, Nicol, a la tribuna.

En todo ese primer torneo nacional yo no supe lo que era ponerme la camiseta de juego.

Yo no supe lo que era cantar el himno de mi departamento.

Nada, nada.

Yo era de la tribuna así.

Y como que yo las veía ahí, yo decía, ¿qué estarán sintiendo?

Y me acuerdo mucho que como al tercer, cuarto partido que a mí me mandan a la tribuna, yo
digo, ¿sabes qué?

Esta no me vuelve a pasar.

Y me acuerdo perfecto de ese momento donde yo estoy ahí sola sentada en la tribuna y digo,
esta no me pasa, no me vuelve a pasar.

Así que yo tenga que hacer el triple entrenamiento que estoy haciendo ahora.

Y como que todo ese dolor de decir, no jugué ni un minuto, mi papá me llamaba todas las
noches, ¿qué mija, cómo le fue, metió gol?

¿Cuánto jugó?

Papi, hoy tampoco jugué, fui a la tribuna.

Eso para mí era muy doloroso decirle a mis papás como que no, mi papá me decía, no, se fue
a ver si no a perder colegio usted, Y yo como que por dentro decía, me quiero morir porque

no juego ni un minuto, sí es verdad, estoy perdiendo colegio, pero como que no soy tan
mala, o fresco, yo voy a llegar.

Pero nadie me abría de sueño, te lo juro.

Y fue ahí, justo en ese nacional donde yo dije, esta no me vuelve a pasar.

Así entré en el triple y efectivamente volví a Cali con otra mentalidad, incluso más
obsesiva que antes de...

Voy a tope con esto.

Cueste lo que cueste.

Y empecé a entrenar mucho, mucho, mucho, a trabajar mis falencias, a empezar a ganar masa
muscular y finalmente ya al siguiente nacional pues ya jugué y ya pude sentir lo que era

estar ahí.

Pero qué hiciste de frente de entrenar?

Tú ya estás entrenado todos un día.

¿Qué hiciste más?

Mira, si hubo un cambio, más allá de que vos entrenes, la actitud con la vos entrenas, y
esto aplica para la vida.

No es solamente el trabajar, Por eso yo no estoy tan de acuerdo con los horarios de
oficina, ¿no?

Es que entro a las 8 y me voy a las 6 o a las 5, ¿sí?

Realmente, ¿yo qué actitud tengo en esos horarios?

¿Qué actitud tenía yo en el entrenamiento?

¿Entrenaba por entrenar?

entrenaba realmente pensando cada movimiento y cada cosa.

Entonces fue empezar a pensar por qué hacía las cosas y fue empezar a meterle muchas más
actitudes como listo, voy a recuperar esta pelota.

Entonces era como una agresividad diferente en la mirada.

Esto es gol porque es gol.

Empezar a tomar más responsabilidades, cobrar los penales en los partidos amistosos,
cobrar los tiros libres.

Me empecé a quedar más horas que el resto pateando tiros libres para volverme buena.

Y después, cuando fui profesional, yo creo que los goles de mi carrera llegaron mucho más
de tiro libre.

como que me obsesioné con eso, lo que no era mi fuerte, volverlo mi fuerte.

Y lo que te digo, en el trabajo para mí aplica lo mismo.

No decir 15 horas a la oficina al día.

Es tengo que cerrar este contrato, esto, ok, no importa si me demoró sólo dos horas y el
resto el día libre.

Qué maravilla.

Sí, pero no es.

No es ir por cumplir, no es entrenar por cumplir.

¿A quién le estoy cumpliendo?

No.

Voy a marcar diferencia hoy.

Me ponía objetivos en el entrenamiento.

Entonces, si hacíamos fútbol en el entreno, decía, hoy marco tres goles.

Y cuando no me lo cumplía a mí, estaría enojada.

Si solo había hecho, digamos, dos.

Me empecé a poner como tasks en cada entrenamiento.

En este fue vos decidiendo hacer esto ahora.

Yo, creció muy rara.

Nadie me decía nada.

No, nadie, Yo me gustaría decirte, no tuve un psicólogo, no tuve maestro, no tuve a nadie.

No sé de dónde salías, como de la terquedad y de la ambición de querer llegar.

Increíble, la presión, con tanta presión, cosas increíbles.

Me la metía yo sola, o sea, mi caso no era como que...

Porque sé que a veces pasa y sé que por el país en el que vivimos, Robi, que es un país
muy desigual, de muchos temas económicos muy fregados, sé que, por ejemplo, nace un pelado

talentoso en una familia y es, mi hijo, yo necesito que usted llegue, yo no quiero lavar
ventanas toda la vida, mi hijo, usted...

En mi casa no había esa presión.

porque no era que sobrara, pero nadie veía en una esperanza de que la vida cambiara,
¿entendés?

Nadie.

O sea, yo no tenía apresión, era una apresión que yo misma me metía de tenés que jugar en
Euro.

He crecido muy rápido, muy diferente, yo no siento que tenga la edad que tengo.

Después, como a los 14, me fui a ir a Carolina del Norte.

Me ha chocado mucho la vida por ese afán.

También ese es un mensaje que me gustaría dejar, que si hoy pudiera retroceder el tiempo,
creo que la obsesión sería igual, pero disfrutaría un poquito más el camino.

Al final eso es lo que queda.

Yo miro para atrás y digo ¿cuál era mi afán?

¿Por qué me quería ir así rápido?

¿Por qué me quería graduar así rápido?

¿Por qué no pude ir ni siquiera a una fiesta cuando tenía 15 años?

Hoy en día tengo un un gratitude journal pues donde escribo y tal y agradezco y cuento
cosas, pego fotos.

sí, sí lo tengo, te lo muestro.

¿Este es de Niki también?

o tú viste en un lugar, tú aprendiste de alguien más o es Nicky también?

No, esto ya fue mucho tiempo después, trabajándome, trabajándome.

sí, ya fue por...

Pero dónde salió la idea?

No, la idea sale porque...

No me digas quién fue.

No, esta no fue mía.

Esta la vi.

Esta la vi.

No va a sorprenderme, pero...

No, no, no.

Y fíjate que en un libro que me leí, que no me acuerdo cómo se llama, es grandísimo, pero
ahí lo tengo, de gente como exitosa en diferentes cosas.

O sea, laboralmente, pero en diferentes ámbitos.

Y este libro lo leí, corto, capítulo es como dos o tres páginas.

Cuentan cosas muy interesantes y muchos de ellos escribían todos los días.

A mí la escritura siempre me ha gustado, ha sido como un escape.

Pero pues chiquita escribía cuentos y...

O sea, era otra vaina.

Siempre me ha gustado escribir para entenderme.

no lo hacía tan juiciosa, ahora sí lo hago juiciosa.

Y sirve un montón como para...

como para poner en palabras, como para que uno no se le olvide, como para también poder
decir, ¿sabes qué?

yo tengo miedo de esto.

Me da miedo.

Pongámoslo en un papel y tratemos ese miedo, ¿sí?

Pero...

¿Lo hiciste?

¿Qué?

¿Durante todo su tiempo jugando?

No, jugando no.

Jugando tengo cositas, ¿sí?

Pero ya era como que cuando estaba mal, entonces en el Atlético de Madrid pasaba hambre,
¿no?

qué?

Y tengo un par de escritos que son muy bacanos.

Ahí ya leía mucho como de superación de deportistas porque como encontré motivación en
otra gente que también lo hubiera pasado igual de mal que yo en el deporte.

Entonces me leía las biografías, escribía cosas en los libros, están todos los apuntes que
yo hacía y yo decía, aquí conecto con este tipo por esto, esto, esto.

No fue fácil.

André Agassi, miraba la obsesión que tenía el papá que lo presionaba tal, tal, tal.

Leíste el libro de...

pasado.

O sea, de los mejores libros de mi vida y una vez lo recomiendo, Open de André Agassi.

pasados en greil en no es una barbaridad en este man no le gustó tenis no le gustó el
tenis y fue el monstruo de tenis que fue tenía un papa obsesivo le creó una máquina que le

lanzaba pelotas al y dragón y el tenia que pasar así toda la tarde boleando en el desierto
una barbaridad de su vida es una locura pero entonces claro yo empecé a encontrar esa

inspiración en otra gente que también la había pasado mal en el deporte sí pero bien la
pregunta

¿Tú crees que fue afán o no se consiente su proceso?

No, fue mucho afán.

¿Sério?

Sí.

¿Tú crees que puedes llegar hasta donde estás en este momento sin afán?

No, es que el afán yo creo que puede estar, sí, porque yo pensaba que no lo disfrutas,
Robby, que te saltas muchas etapas de la que disfrutar.

No, porque la vida hay que disfrutarla también.

O sea, acá era una cosa muy, muy verracas.

Yo me vine a dar cuenta cuando me retiré, como de.

Y ahora qué?

No, y mira que te pongo un ejemplo claro.

Yo desde muy chiquitica.

Yo un día le dije a mi papá.

Yo voy a estar en un Juego Olímpicos.

Sí.

Y mi papá me dijo listo, el día que se den unos Juegos Olímpicos nos tatuamos y
efectivamente fuimos el día que la liberada del Liste y los dos nos tatuamos los aros

olímpicos y ahí tenemos el tatuaje de ambos.

yo le decía, como que siempre crecí pensando, el día que yo juegue unos olímpicos, el día
que yo juegue unos olímpicos va a ser feliz.

Ese día, ya.

O sea, el día que yo, en unos Juegos Olímpicos, ya había estado en algún mundial, no.

No hay nada más que jugar unos olímpicos.

Y fíjate que yo creo que esa no es la mentalidad porque crecí toda la vida con esa
mentalidad de voy a ser feliz el día que juegue unos olímpicos.

Estás posponiendo tu felicidad para un rato que no es.

Me llegó a los 21 años, Robby.

Me llegó a los 21 años, gracias a Dios pude estar en los Juegos Olímpicos, pude ver a un
Michael Phelps que en esa época estaba, a uno Sain Bolt.

Yo dije, Dios mío, valió la pena todo.

Y apenas me eliminaron de los olímpicos fue.

el vacío más berraco de mi vida porque yo me había preparado para esa felicidad que me iba
llegar supuestamente el día que yo jugara en los olímpicos.

Te eliminan, sea, te eliminan y al otro día...

esa felicidad que yo me ¿Le eliminaron cuando?

¿Cuándo se les llegaba a este punto?

No, o sea, jugamos los tres partidos de la fase de grupos con Francia, con Nueva Zelanda y
con Estados Unidos y ahí nos eliminó Estados Unidos.

¿De cuánto perdieron?

¿De muchos goles o un poquito?

No, con Estados Unidos empatamos 2 a 2, pero nuestros otros dos resultados no habían sido
buenos.

Y por diferencia de gol, porque Francia nos golió, quedamos fuera de los olímpicos.

Sí, fue duro.

Hicimos lo más difícil que era empatar con Estados Unidos.

Eso era lo...

Porque en esa época, claro, la gringa, Alex Morgan, Hope Solo, está ahogando.

Claro, acá no había ni liga profesional.

Entonces nosotros ya la veíamos de otro nivel.

que estábamos en el mismo hotel concentrada y ellas tenían un staff de...

No sé, 32 personas, staff técnico, sea, el staff, utilero, no sé qué, llevaban unas, como
unas tinas, como unas cosas para hacer la recuperación en hielo.

Era demasiada gente ese cuerpo técnico.

Nosotros teníamos un utilero que hacía equineciólogo, de masajista, no sé qué, acomodaba
al camerino, un entrenador, un asistente y un preparador físico.

y un entrenador de arqueros.

Cinco personas.

Y claro, veías a esa gringa y vos decías, güey madre, qué nivel, tan bravo.

Y claro, empatamos con ellas dos dos cuando acá no había ni siquiera una liga profesional.

Eso fue como wow.

Pero la habíamos embarrado antes con Francia por diferencia de goles fuera.

Pero cuando tú estabas allá en la estadio jugando, no llegaste tu felicidad?

No.

Hay mucha presión.

Pero tú dijiste llegar a los olímpicos.

Hiciste.

Entonces fue mentira.

Entonces tú estás como no, porque al otro día ya te eliminan.

Roby.

Y es como y ahora qué?

No cambió nada.

Cómo si es como la palabra como en verbo hipotecaste tu felicidad total como un pacando
mensualmente en el banco dijo no, no pagase el último pago total.

Es hecho que lo 21 años fue muy bravo.

Es como decir yo no sé gente que pensará el día que yo sea un médico prestigioso, el día
que yo me gradué de la universidad, el día que yo haga las prácticas o la residencia.

Yo no sé cómo llamarlo médico.

El día que yo haga eso.

Mario va a ser feliz, yo te llega y no, lo que vale hoy en día es el camino, es lo que a
mí me enseñó el fútbol, las amigas que se volvieron hermanas, eso para mí es hoy lo que

tiene valor, hoy yo no extraño la competencia, yo extraño el camerino, el llegar allá y
salsa choca todo volumen, un poco de morochas que bailaban divino y me enseñaban a bailar

y yo un bien tronca y yo decía, es que esa es la felicidad, la felicidad estaba en el
camino.

en los días que madrugué, en los días que...

Pero identificaste la felicidad en el espejo.

No, la identifiqué super tarde.

Pero identificaste.

Tú estas cosas que tú me contaste, tú estás viendo tus ojos.

Claro, pero no lo disfruté en el momento y digo...

Y nota eso que yo vivía, sí, y los viajes y todo y...

¿Pero tú crees diferente vivir la felicidad después de vivir los momentos?

Claro, Robi, porque no estar presente es pasarte toda una carrera sin estar presente, es
decir...

Entonces, ¿qué estabas haciendo en el bus cuando estabas bailando?

No pensabas en eso, tanta la obsesión por llegar a ser la número uno que se te olvidó
disfrutar del camino y eso es muy triste.

sí, igual uno, pues las vivencias estuvieron, pero no estuviste presente como lo debiste
haber estado.

Entonces era como Suramericano Sub-17, Mundial Sub-17, Suramericano Sub-20, mil torneos.

eran como ese puente para llegar.

Pero yo nunca los vi como la verdadera felicidad.

¿Sí me entendés lo que trato de decirte?

sea, se me pasó la vida o la vida de deportista persiguiendo ese número uno, esa obsesión,
tengo que llegar a Europa y tengo que jugar en la selección y tengo que estar en los

olímpicos.

Y cuando todo eso te llega, vos encontrás que es que el verdadero valor estuvo en todo ese
camino, que el camino fue muy lindo, pero ojalá alguien me hubiera...

me hubiera azarandeado la cabeza y me hubiera dicho, Monita, mira, te voy decir algo.

Lo valioso de esta vaina es esto que estás viviendo.

Es esto, disfrutar las pesas que estás haciendo, disfrutar del entreno, disfrutar de este
bus horrible que te toca tomar para Villavicencio, disfrutar de esos hoteles.

Yo hoy agradezco.

Mi momento de Selección Valle fue lo más formador de mi vida y lo agradezco más que el
haber jugado en Europa y ya estaba hecha y derecha.

Sí, pero los valores los aprendí en una Selección Valle, los aprendí en mis primeros años.

Entonces todo en el espejo.

Claro, pero es jodido.

Y después metos de duro de la cabeza, muy duro.

En parte por eso.

Juan Manuel Barrientos dijo.

El del cielo.

Está hablando de.

La gente confunde en sueños pensando que vas a llegar allá, enero que cumples los sueños,
entonces pues que?

Dices que tú tienes que hacer es armar una máquina de sueños.

Tú tienes que construir una vida donde tú puedes seguir agregando sueños todo el tiempo
cumpliendolos.

Porque si el sueño es el fin, pasa en que pasa con vos.

Pero digo, ganar una Estrella de Michigan no es mi fin.

Yo voy a construir un vehículo, si yo gano uno...

El próximo vienen yo sigo armando Westin con mi familia, es mi vehículo de llegar a donde
en sin parar.

Es una vida de una máquina sueños.

total, total.

Es que no puede ser uno, es que no puede moñar tan poquito.

que igual eran sueños muy grandes, pero dio para eso y quizás hubiera dado para más y
hubiera tenido más cabeza.

Pero lo que te digo, o sea, ejemplo, Juan Manuel te aseguro que él hoy pues hoy en día es
un tipo de hecho y derecho.

y estará disfrutando también ese camino, ¿entendés?

Y si le llega una estrella, pues querrá la segunda o la tercera o la cuarta a montar a
otro sitio y con su familia y como me decís, pero te aseguro que es un tipo que levanta

todos los días con pasión más allá de si la estrella le llega o no, ¿sí?

Yo hoy te digo, Dios mío, donde mí no me...

yo no era jugado a una olímpica donde yo no hubiera llegado a Europa.

Dios mío, ahí sí que hubiera...

o sea, acá por lo menos hubo un final feliz en cuanto a eso, pero es lo mismo, no se
disfrutó el camino, Roy.

Tuviste esta tipo de conversación con tus compañeras en el equipo después sobre felicidad,
intensidad, ellos fueron felices en presente, menos vos, o tú creo que sufrieron igual.

La vida del deportista es muy compleja.

estoy entendiendo.

Es muy compleja.

aprendiendo.

Bueno, es muy diferente a todo porque es que desde que está muy jovencito, recibi muchos
insultos, salí de un estadio.

Aparte el fútbol es como más masivo, sí.

Pero salen a un estadio y te gritan de todo.

sea, he tenido la posibilidad hoy en día, mira, de hacer medias maratones, de...

motocross.

Y yo llegaba de última en motocross.

Pero ¿sabes qué era lo lindo de ese deporte que yo les decía?

Como, aquí no importa si soy última, la gente me aplaude.

¡Ay, qué alegría, qué satisfacción!

Yo corrí la media maratón de Bogotá, la corrí hace poco.

Soy malísima corriendo, o sea, no importa.

O sea, la hice como en dos horas.

Pésimo, no importa.

El caso es que...

Ahí la gente te aplaude, dale, dale, ya vas a llegar, te quedan cinco kilómetros, El
fútbol mueve una cosa muy diferente.

El fútbol es como...

O sea, digamos, vos puedes hacer un gol, tu equipo gana 1-0 con tu gol, pero botaste 1 al
minuto 90, que te quedó ahí.

Igual tu equipo ganó, o el objetivo se cumplió.

Gracias a vos.

Gracias a tu gol.

Y la gente te dice, Robi, ¿cómo va a meter ese gol?

Hasta mi abuela lo mete, no, es que hasta yo lo meto, es que...

No, y a usted pagan por eso de poco de plata.

No, Robi.

No, no, no, no, es que por eso estamos como estamos, es que uy, no, ustedes son muy malos.

Y así, o sea, pero es una conversación, ya cuando vos estás en el estadio, en la cancha,
te gritan de todo, de todo, o sea, de gente que va a insultarte, o sea, ahí está tu mamá,

ahí está tu papá, hay gente que tiene hijos y se tienen que chupar los insultos que dice
la demás gente, los demás desadaptados porque...

Pues yo entiendo que esto es un deporte y muy muchas pasiones, pero es que todos en
nuestro día ya cometemos errores, en nuestros trabajos convencionales, el banquero, el

abogado, no sé qué, no tienen un estadio, 20 mil personas.

¡Ey!

¡Robi!

¡Sos un malo!

¡Qué pregunta más mala!

¡Sos perverso!

¡Sos lo peor!

¡Sos un asco!

¡No!

En ese sentido, son muy amigables comparado a que tú...

Recibiste la catch, me gino, ¿no?

Ese es como nivel 5.

Sí, no, es un nivel 5 porque no nos cortan acá, pero no, o sea, los putazos son todo lo
que querás.

Y entonces, creces con este tema de estar en una profesión que es muy atípica, donde todo
el mundo te insulta, aunque hayas hecho algo bueno, la gente queda con lo malo, entonces

nunca nada suficiente prácticamente.

Y no, y la vida del deportista es complicada.

En muchos aspectos la gente se mete en tu vida, te opinan, no es tan sana, ¿sabes?

O sea, el deporte es sano, pero el deporte profesional yo creo que no es sano ni para la
cabeza.

Mirad, en este país la gente tiene, o sea, somos tan caraduras que podemos insultar a
Mariana Pajón, la reina de este país, una de las ¿Qué está insultando ella?

Ok, porque viste que este creo que fue que los cuartos olímpicos o algo así, Mariana ha
hecho no sé si son tres medallas, bueno.

Una cosa, Londres, Río, Tokio, hizo medalla.

Entonces, tres medallas olímpicas.

Nadie nunca ha logrado eso para el país.

En estos cuartos olímpicos, los últimos que acaban de ser, se esperaba, siempre hay
expectativas con Mariana.

Y Mariana no consigue la medalla, ¿verdad?

Y meterse ese día a Twitter, Mariana fue tendencia.

Yo, cosas de la vida, no es que chequeé mucho Twitter, pero abrí.

Y salí a Mariana primero y abrí la cantidad de gente insultando a Mariana.

O sea, estás vieja, no sé qué, no servís para nada, ya no valen nada.

Mariana, retírate, date cuenta que ya no te vas a pedalear, estás gorda, estás no de qué,
estás fea, estás vieja.

Y yo decía, Dios mío, esto lo dice la gente desde la comodidad de un sofá a una mujer como
Mariana Pajón que nos ha dado tanta gloria como colombianos, hay que ser muy cara dura.

Entonces, claro.

Y vos de deportista decís qué bravo esto que todo mundo me insulte.

Pero es que nadie mete acá el ruedo a tratar de hacer el gol, porque es que jodido, no es
tan fácil como parece.

No es PlayStation.

No, bravo.

No, es justo cuando estás investigando o mirando unos videos algo en Facebook en primer
comentario, alguien como insultándote para una bovada de no, porque es de razón así.

Me imagino que ya recibo este todo el tiempo en mi pan de cada día.

No, los insultos.

Claro.

Pero también pasa algo, que cuando crecés desde los 14 años la gente insultándote cada vez
que salís a un estadio haces un pellejo como a prueba de balas.

sea, mí hoy me dicen muchas cosas, a mi día trabajo en un canal, tengo que hablar de
equis, equipo, equis, equipo.

Y me insultan constantemente y te digo algo, el pellejo que yo saque en el fútbol me ayuda
para la vida.

Mucho, mucho.

Yo sé que no debería ser así, pero yo siento que es como que me rebota ya un poquito.

Ahí callo.

Cuando los equipos están mal,

No solamente durante el partido apenas está bajando el bus.

Hay gente allá fuera esperándote para insultar antes de un partido.

Dame chance por lo menos a embarrarla en la cancha porque me insulté, pero desde antes.

Es muy complejo.

¿No es al revés cuando ganas?

Metes dos o tres goles, no es al revés.

No, a veces creo que el fútbol es desmedido en todos los aspectos.

Y entonces, y sobre todo en un país como Colombia, que somos tan emocionales, cuando la
selección gana.

somos dioses o son dioses.

Pero cuando tú ganaste jugaste bien.

Es al revés de gente felices esperando celebrarte.

eso pasa sobre todo con selección.

Con selección pasa mucho que si te va bien es como que wow Nicole, la diosa o fulano,
fulano.

Son los mejores del mundo, del mundo, del del mundo y tampoco es así.

Sí, sí ganamos, pero tampoco.

Son un poco más de mesura en la victoria y también en la derrota.

Espérate, porque toda esta pregunta que me hiciste fue como que si yo les decía a mis
compañeras como que algo.

Sí, sí, empezaron el platicar.

y me fui al tema.

Pero, por ejemplo, hoy en día mi grande amiga, sea, hermanas que me dejó el fútbol, por
ejemplo, Leisy Santos, que todavía está activa, una jugadora, la número 10 de Colombia,

que es una jugadora esa, siempre marcó mucha diferencia.

Y con ella lo hablo mucho.

Hoy en día es como que Leisy, lo que estás viviendo hoy no vuelve, no vuelve.

Disfrutarlo.

cada partido que tejé de cada cosa, cada vez que dalgaba la cancha con las elecciones, con
tu club, las entrevistas.

Yo sé que cuando uno está activo, qué pereza!

Pues es la hora de la siesta.

Uy, sea, qué arteria ir allá a que me entrevisten o recibir esto o el podcast o lo que
sea.

Y uno es como muy agrandadito porque cree que eso nunca se va acabar.

Y yo le digo, esa entrevista, hazela con amor.

Respondé.

para inspirar a muchas niñas que quieren ser como vos.

Si no, no la hagas.

sea, hacerla por hacer es lo peor.

Entonces, da un mensaje positivo.

Disfruta eso, que cuando te retirees no te va buscar nadie.

Al año nadie te quiera en una entrevista.

Eso no vuelve.

Es una soledad que después es muy difícil de explicar cuando uno está activo, pero que
después llega.

Entonces, sí, creo que he intentado hablar de eso con ellas.

En cuanto antes, Liso, antes de avanzar la historia, ¿el mejor momento o el peor momento?

en tu carrera de fútbol.

El peor momento de mi vida, de mi carrera futbolística fue...

Robi, yo me había preparado demasiado duro para la primera liga profesional de nuestro
país.

La liga empezaba el 17 de febrero de 2017, nunca me voy olvidar.

En octubre de 2016 me ficha América, y empezamos a una pre-temporada...

Otra jugadora y yo fichamos al mismo tiempo.

Empezamos a hacer una pre-temporada durísima desde octubre con dos entrenadores de
atletismo.

Eso era...

Trabajos de pista, yo nunca había trabajado tan duro.

sea, cosas que en la pista de atletismo y el esfuerzo tan horrible, sea, todo era con
tiempos, todo era así, una cosa como para volvernos atletas, de verdad, yo nunca había

entrenado ese ritmo.

Y yo vomitaba después de los entrenos, era una cosa que yo me preparé demasiado duro,
demasiado.

Y yo creo que yo nunca había estado tan bien.

Y llegó el 11 de febrero y eran los 90 años de América.

Jugamos en el Pascual Guerrero, sí, un partido preliminar a los hombres, o eso quiere
decir que

Más tardecitos jugaban los hombres, nosotros íbamos antes y la gente con la misma boleta
pues podía entrar a vernos.

sea, seis días antes de que empezara nuestro primer partido en la Liga Profesional en este
país.

Minuto cuatro del partido, recibo un balón, me giro y me tiran por atrás una plancha así
que me agarra esta pierna y me rompen eso en...

yo no sé en cuántas partes, eso suena crack, crack, crack.

Yo pues en la calentura del partido, a mí la verdad es que no me dolió tanto, o que fue
duro.

Yo me paré, yo traté de seguir.

Pero cuando me dio el pie era como que para el otro lado.

como, creo que si algo es como mal.

Bueno, ahí me sacan, minuto cuatro partido, me sacan, me empiezo como a enfriar.

Al momento ya los médicos me quitan como el guayo, tal, me empiezan a ver.

Eso era una cosa así de grande.

El pie miraba para el otro lado.

Llega Beto Ochoa, el médico de los hombres, era un tipo muy conocido en el deporte.

Y me dice, Nicole, de perder la Liga.

No hay nada que hacer.

Yo, mira, ya no vamos ahorita para la clínica, pero de una vez te digo, aquí no...

Eso es de fractura y de cirugía.

Y yo no, esto, no me digas eso.

Ya cuando fueron pasando los minutos, me fui enfriando, el dolor se puso duro y Roby,
después ya me llevaron al hospital, yo igual salí como caminando, entonces yo decía, no

creo que sea tan grave, ¿verdad?

Llego a la clínica, me hacen la resonancia.

Efectivamente, Nicole, mañana primero está fracturado todo esto, el tobillo, la tibia, no
sé qué.

Te vas de cirugía, mañana a las seis a.m.

Al otro día, bueno, primero fue muy duro.

Fue muy duro chocarme con eso, me voy perder esta liga.

Dios mío, qué bravo.

O me he preparado demasiado.

Han sido seis meses solo para vivir este momento y la vida como que me lo quita.

Y entonces ahí yo me acuerdo que

Nada, yo le digo a Beto, al médico, digo, te voy a pedir un favor, no me digas cuánto me
va demorar.

Yo tengo el sueño más grande que es debutar en esta liga.

Si no llego, me dijo, no, usted qué va llegar, hombre, no olvídese eso de una vez.

Olvídese, la liga duraba muy poco, duraba tres meses o cuatro.

Y me dice, olvídese que estos son mínimos seis meses siquiera para usted pensar.

Y dije, no me digas.

¿Qué?

Tú dijiste no me digas.

Claro, no, no.

Pero él ya me había dicho que...

Y yo por eso le había dicho, no me digas, sino que déjame.

Déjame ver cuánto me demoro.

lo mejor puede que sea más de 100 meses, puede que sea menos, pero no me digas.

me quiero saber.

Sí, no me...

O sea, ¿por qué?

Tiene que ser como que no.

Todo el mundo se demora tantos meses.

Usted dice no, vamos viendo cómo evoluciona el cuerpo.

Entonces él me dijo, bueno, como que para que no jodan más, listo, sí, hágale, vamos
viendo.

Me operan toda la vaina.

Ahí Robby experimenté una soledad que yo nunca había experimentado.

O sea, fue realmente chocarme con la realidad de el deportista Vale.

Mientras esté activo, mientras pueda jugar.

¿Hace por primera vez en cuánto tiempo que no estabas haciendo?

O sea, tuve más lesiones, pero eran lesiones más cortas.

no así.

O sea, de un mes, no sé qué, se torcía el tobillo, no sé, algo en la rodilla, pero nunca
como de una cirugía grande, nunca como de clavos, de cosas externas que te metían en el

cuerpo.

Nunca me había tocado nada de eso.

O había tenido, no sé, se te rompe la ducto, es un mes, pero estás ahí.

Sí, no te das de cirugía.

Entonces, ese día en la clínica, me dejaron muy internada en la clínica, como parte de
días, y fue la soledad más brava de toda mi vida.

Sólo estaba mi mamá.

Y claro, cuando vos estás activo, es como que todo el mundo te corre, es como, Nicole,
¿qué necesitás?

El preparador físico está, el asistente, el noje, ¿qué?

¡Hey, vení, te voy ayudar!

Y ahí en esa clínica yo le decía, ¡huy, jue madre, ma!

¡Qué bravo!

¿En su equipo llegó a visitar con los técnicos?

nadie, nadie, Robi, nadie.

Ni una llamada, nadie.

¿En serio?

Sí, pues me operaron.

Eso pasa en el reporte, pero el médico de los hombres de América pasa en el reporte, que
tal, tal, la incapacidad, seis meses, lo que sea.

Y ya.

Y fue muy bravo, fue muy bravo.

claro, después empezó a ir una fisioterapeuta de América hasta mi casa, pero pues ponerle
que ya la demané media o semanas.

Entonces fueron días de mucha soledad de darme cuenta de una realidad que vive el
deportista.

que si no estás activo en una cancha o en una pista, donde sea que lo requiera tu deporte,
sos inexistente.

El ser humano vale hueo cuando se trata de deporte profesional.

Y para mí fue una realidad muy brava.

Estaba mi mamá, ella, en la clínica y yo era en una tristeza, yo lloraba, hacía
abdominales en la camilla, lo loco, yo lloraba, mamé decía, calmate, y yo solo hacía

abdominales.

No, no, no, no, no, una loca.

Porque yo le decía, mami, yo voy a debutar esta liga.

Yo voy a debutar, yo voy a debutar, te acordarás de mí, yo voy a debutar.

Entonces ahí fue verraco, fue duro.

acuerdo ya, ponerle que a los dos, tres días ya estábamos en la casa, tal.

Y empiezo a hacer la recuperación.

Yo tenía un yeso como hasta por acá, como hasta por acá, bueno, puntos de todos, los
clavos, toda esa vaina.

Y entonces yo digo, ¿sabes qué?

Yo voy a hacer todo lo posible para debutar en esta liga, que a mí no me quede ni un
poquito de sensación de qué hubiera sido si yo hubiera hecho.

Si yo me pongo, esto obviamente no es un ejemplo ni mucho menos, pero a eso vamos en la
obsesión, ¿no?

Yo decía, me voy a saltar algunos pasos, me voy a saltar algunos pasos, Robi, porque si
no, no llego.

No voy a llegar en los tiempos de los médicos.

Entonces, en esa época, como a los ponerle diez días de estar enyesada, cuando uno está
enyesada, uno se le pone flaquito el músculo, pierdes mucha masa muscular, es muy difícil

después recuperarla.

Y entonces, claro, yo me voy para donde mi papá.

Mi papá había corrido motos en su época de joven.

Se había quebrado mucho huesos y yo le digo, papi, vamos a hacer algo.

Yo no puedo respetar estos tiempos porque no va a llegar a esta liga y es la primera liga
profesional en Colombia.

Me vine de España solo para jugar esto.

Yo quiero intentar y no llego, no llego.

Entonces yo le digo ayúdame.

Me cortó como con una cegueta como esa de la carne que hace...

Bueno, me cortó el yeso.

Y yo me vi ese pie, Roby eso era como una papa gigante, era morado de acá hasta abajo.

Y a mí me dio tanta impresión que yo me desmayé.

Yo no sabía que eso podía pasar.

Yo como que...

Y me desmayé, bueno apenas me levanté, mi papá me tenía por allá con esos pies así
levantados, tal.

Y el caso es que eso estaba horrible y yo le dije, tengo que empezar ya.

Y quitemos los puntos, mañana empiezo en la piscina, bueno, quitamos los puntos.

Se supone que eso era como biodegradable, el cuerpo lo chupaba, mi cuerpo no se chupó de
eso.

En todo caso, yo al otro día estaba ya en una piscina, en el edificio, haciendo la
terapia.

Yo no podía decir Pero cómo tuviste permiso en una quita de aranje eso?

No, pues yo no tenía permiso, pero...

Tenía que estar un mes en mi casa, no me podía estar quieta porque aparte bien
hiperactiva.

Yo dije pues si me vuelvo a quebrar, me vuelvo a quebrar, pero yo voy a intentarlo.

Y entonces empecé a hacer una terapia en la piscina.

Yo veía como tutoriales en YouTube.

Yo soy cero responsable.

Ya obviamente después de tantos años de...

Por por gente escuchando, no intentes en la casa, no intentes en la casa.

mi caso salió bien, pero fue muy mal esa es la realidad.

Y ya obviamente tantos años de...

carrera digamos que profesional, pues vos empezás también a conocer mucho tu cuerpo, saber
hasta qué punto es el límite.

Y empecé a hacer cosas en la piscina, eso se me empezó a deshinchar.

Me acuerdo que me conseguí una vieja, se llamaba Luber, una señora divina que había sido
enfermera, pero que creía mucho en como en las plantas medicinales y toda esta vaina.

Y entonces yo me iba todas las noches a las seis, bueno a las seis de la tarde, todas las
tardes para donde Luber en Cali.

y entonces Luber me ponía como unos emplastes, se llamaba eso, de mil matas, sea, árnica,
no sé qué.

Yo ni me acuerdo de esas matas, muchas, con unos aceites, y me los ponía, me pegaba esas
plantas en como una bota de plantas con aceites, y me lo hacía como con ese papel

plástico, y después encima unas bolsas y tal.

Y yo al otro día siempre amanecía mejor, más deshinchada, más deshinchada, más deshinchada
yo.

Esto como que está funcionando, esto está funcionando, esto está funcionando.

En todo caso, para resumirte esta historia, yo empecé a llamar a Beto.

Yo Beto, yo voy súper bien, mirá, tal.

Y Beto, no, Nicole, acá se respetan los tiempos de los médicos, tal.

Usted no.

Bueno, yo tenía otro amigo médico, bacán, Mauricio Gutiérrez, y yo, Mauro, necesito que
me...

Yo creo que yo ya pegué, Mauro.

Dame una cosa, yo me voy a hacer unos rayos X, una resonancia, una orden médica.

Y el caso es que Mauro me dice a Gali.

Yo se la doy.

Entonces yo me voy con esa cosa para allá, mi mamá me llevaba todo, yo no podía manejar ni
nada.

Me llevaba a hacerme esos exámenes.

Y entonces yo en uno de esos, como al mes, mes y medio, al mes y medio, yo ya me hice esa
resonancia y yo, Mauro, ¿cómo se ve?

Me dice, no, pues más o menos parece que el hueso ya tiene callo, yo lo veo bien.

Pero era imposible, sea, eran seis meses, yo ya un mes y medio, pues cómo iba a haber
pegado eso.

En todo caso, yo jodí tanto.

a Beto, que Beto, en un punto yo le dije Beto vamos a hacer algo.

Si yo no he pegado, yo respeto los seis meses, los ocho meses, lo que usted diga, pero por
favor deme el beneficio de saber que pronto ya pegué, o sea, hágame la prueba que usted le

hace a los deportistas antes de salir a la cancha.

Si yo ya pegué, ya pegué y puedo estar, no se va a en los meses.

Me dijo, es absolutamente imposible, pero sabe qué, con tal de que usted ya no me llame
más, yo la voy a ver en mi consultorio.

Entonces, efectivamente, yo me voy, o sea, a los dos meses cumpliditos de la operación, me
voy yo para el consultorio de Bet y Beto me empieza a hacer...

Mi mamá estaba...

Tengo videos de mi mamá de todo que grabo ese día y entonces empiezo a hacer los
ejercicios yo con un dolor que me moría, o sea, era como que yo sentía que me iba a

quebrar todo y yo tan tan tan haciendo lo que él me pedía, skipping, sé qué, taloneo,
salte acá, tan...

Y la última prueba...

Beto tenía una camilla como así de alta y me dice, montese ahí.

Usted va saltar con los dos pies.

Cae parejo en ambos pies.

Si solo me cae en su pie bueno, quiere decir que usted no está.

Tiene que caer en los dos pies.

No, desde la camilla yo parada tenía que caer al piso.

Y entonces mi mamá parada en la puerta me decía, mija, no vaya a saltar.

Si no pasa nada, Nicole, si no saltas igual, no pasa nada.

Espere los tiempos.

Los tiempos de Dios son perfectos, Nicole, no saltes.

Y yo...

¡Pami, ya, ya!

Y el caso es que Robby, yo veía eso como si fuera un precipicio, esa camilla.

Yo decía así, aparte que yo tenía dolor y en una de esas Beto me decía, salte pues, salte,
no que no le duele, salte.

Y entonces yo que hago tan salto y me lanzo, Robby, yo sentí, Robby, un timbronazo desde
acá, desde el pie hasta la punta de la coronilla.

O yo sentí que me había quebrado un mil.

Y yo como que así.

Y él me dice, ¿te dolió?

Y yo, no.

No, estoy bien, estoy bien.

Tan me acostó en la camilla.

Claro, no, yo sudaba, la lágrima me salía por acá y él en la camilla me empieza a voltear
el tobillo para todos lados.

yo, no me duele, no me duele, no me duele.

ya, y entonces me hice, después de eso, hice, Nicole, pues mira, esta es la prueba que yo
le hago a los futbolistas antes de darle de alto.

Usted la pasó.

¿Cómo?

No sé, es un milagro el señor.

Yo no sé.

Usted pasó la prueba.

Mañana empieza a trabajo de campo en América.

Y ya, y yo como...

Y ahora qué?

O sea, ahí sí me paniqué.

Y entonces empiezo yo ya el trabajo de campo en América, primero individual, tal.

Después me empiezan como medio a meter.

Y efectivamente, una compañera mía se rompe un músculo y el técnico de ese momento me
dice, Monita, ¿cómo está usted para jugar?

Yo le digo, no, pero muy bien.

Yo me siento ya bien, pero pues mentira.

O sea, no me sentía tan bien.

Pero yo le dije que yo estaba al 100.

Y el caso es que ahí pasa que

En mi cabeza, si me preguntó si estaba para jugar, yo le dije que sí.

En el Pascual jugábamos contra Pereira.

Habían pasado dos meses y medio, exactamente, sea, dos meses y quince días desde que me
habían operado.

Yo dije, este mamá me va a dar por ahí diez minuticos al final y bonito, para el aplauso y
ya.

Y entonces, claro, mi compañera se rompe.

Y el día del partido me dice, claro, estamos yendo al comedor.

Ya para mí simplemente era una alegría y una felicidad estar ahí concentrada con el equipo
nuevamente sintiéndome futbolista y me agarra así como que me abraza así, vamos caminando

y me dice, hoy va de titular.

Bueno, mí se me bajó todo, robí todo, todo.

Yo no sabía qué hacer.

Listo, profe, estoy lista.

Pero por dentro para mí fue como en verdad como si me hubieran dado la peor noticia,
porque era mucho asusto.

Yo dije de donde yo me vuelva a quebrar, yo me he saltado todo y usted.

pie está medio pegado con babas, pensé que era para cinco minuticos y para el aplauso.

Y claro, empieza el partido, un aguacero, tenaz, suspenden el partido a los 20 minutos.

Claro, gente aparte, o las jugadoras de Pereira sabían que yo venía a sacarme, me tiraron
unos planchazos en esa lluvia que yo decía, donde me agarran el pie, pues es que me voy de

cirugía otra vez.

Y el caso es que suspenden el partido, juegan los hombres, nosotros retomamos en la noche
el partido y el primer minuto que se reanuda, o el minuto 21 pues de partido, si no se

hubiera cortado, cobra cada uno un...

un tiro de esquina y la pelota queda así como en el área.

Yo no sé cosas de Dios, me quedo ahí, patí con la izquierda.

Yo nunca hacía goles con izquierda, pero era tanto el dolor en la derecha que yo no patí
con la derecha, sino con la izquierda y gol.

Robi, ese día, la felicidad de mi vida, hay fotos así celebrando.

Yo decía wow, jugué como, jugué siempre bastante, como 75, 80 minutos con dolor, pero fue
una satisfacción tan grande.

Ya después como que me di un poquito más de confianza, jugué un poco más.

Pero fue un momento muy lindo de la vida.

Fue como el premio a esa obsesión y pero fue de los partidos.

Así que yo creo que va a recordar toda mi vida ese contra Pereira en el Pascual.

Yo ni puta idea cuál era la acción allá.

Es como contra todo.

Nos suena como la cosa más terrible que quitando, cortando este en dos meses.

No, no, no.

En que tuvo un final feliz.

Tuve un final feliz, pero por fue la elección.

hay elecciones.

Es todo de no hacer.

No, yo creo que si hay una lección después de todo.

sea, pudo haber salido mal.

En mi caso salió bien, gracias a Dios.

Pero...

la meta es tan clara...

Sí.

Como que al final el camino se acomoda.

O yo creo que de cierta manera...

Podés no ser el más talentoso, podés...

Tener defectos, todo lo vos quieras.

Pero cuando vos estás...

Puedes estar rota literalmente en un corto literalmente rota.

Pero es tanta la actitud para afrontar ciertos problemas y adversidades de la vida...

Y al final la vida te premia.

Más allá de que uno haya sido el más talentoso, el mejor en matemáticas y ahora trabajas
en una financiera, más allá de que uno seas el mejor vendedor, pero tenés que cerrar un

negocio en un mes y te has preparado y has estudiado la persona a que se la estás
vendiendo y has hecho esa milla extra durante tantos años, la vida te premia.

Y a lo mejor el otro es el mejor vendedor, pero la vida te premia un esfuerzo muy berraco
que hiciste durante mucho tiempo.

¿Este fue el peor momento hasta el mejor momento?

¿Las dos en el mismo o no?

No, yo diría que ese fue el peor momento, claro, que terminó muy bien.

¿Cuándo fue el peor?

Cuando me rompo y estoy en la clínica.

¿cuándo?

cuando estás solita.

noche de la clínica, a mí no se me olvida nunca.

esa soledad y con mi mamá al lado y yo haciendo abdominales y diciéndole...

Es que como humanos no valemos nada.

Es lo que podamos hacer en una cancha y punto.

A la gente se le olvidó una llamada, se le olvidó.

Monita, lo siento, Nicole.

Joder madre, cómo te vas a haber roto, qué embarrada, pero aquí estamos firmes.

Vas a volver más fuerte.

¿En qué dijo un doctor cuando el doctor te dio en la cárcel?

Este meme de...

Se tuvo presencia.

No, no, no, no.

Yo creo que Beto no sabe toda la historia de lo que hubo detrás.

No sabe que Mauro me ayudó el otro médico.

Pero sí se lo agradecí.

Yo le mandaba fotos así celebrando con el corazón.

Yo veto este goles pa' vos, gracias al oficio.

No, no, no.

Fue un momento muy lindo de la vida, un premio a mucho esfuerzo, a mucha brutalidad, pero
a mucho esfuerzo.

Estoy imaginándote esa tarde de este camito como cámara lenta.

No, eso fue el dolor más bravo.

No, no, Eso me dolió más que la lesión.

Yo sentía que era un precipicio, de lanzarme acá.

En yo puedo...

Yo entiendo como electricidad.

corrientazo, corrientazo así de dolor.

Hasta casi como desmayarse, ¿no?

Literal, literal.

Literal.

Es así tal cual.

Me imagino felicidad cuando las babas todavía están pegando.

cuando saltas nos haces y vas a volver a romper, te enejas a tu mamá diciéndote, no se
tire.

No sé qué, pues claro.

Me imagino todo el tiempo cuando esperando por los hombres de jugar.

la ansiedad.

No, horrible, horrible.

No, todo fue como de película, pero...

Pero hoy en día lo recuerdo como...

como la peli?

Sí, sí, Hoy sí, se me pasa como una película en cámara lenta.

¿Tú viste en video?

¿En ese momento hay videos de este?

Sí, claro, hay videos, hay fotos, hay todo.

¿Es como cuando tú lo ves?

¿Es exactamente como pasa en tu mente?

No, en tu mente pasa todo más lento.

Hay ya como...

Sí, la gente no...

En tu mente es como...

No, en tu mente alcanzó...

Uff, mejor no con la derecha, sino con la izquierda para este dolor tan verrajo que tengo,
carajo.

No, sí.

Tal cual.

sea, ahí no...

No, no, no.

No sé.

No se ve que uno alcanza a pensar tanto, pero sí, uno alcanza a pensar muchas cosas.

Y entra la pelota y suena como con la red.

Sí, sí.

Sí, sí, sí.

Tal cual.

Tal cual.

Fue lindo.

Fue Qué buen momento.

No, pero el momento bueno, bueno, bueno fue el día...

Este maravilloso...

Pero ese debe ser...

Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno.

Este es extraordinario.

Pero un momento lindo donde yo...

Bueno, aparte de los Juegos Olímpicos...

Un momento lindo fue cuando llegué al Atlético de Madrid.

En esa época no estaba construido el Wanda Metropolitano, es el estadio hoy en día del
Atlético, sino que usaban el Calderón, el Vicente Calderón.

Era el estadio como emblemático del Atlético de Madrid.

Y en ese momento fui la primera mujer a ser presentada en ese estadio.

No fue nadie, solo fue mi mamá.

Porque sabes que cuando presentan pues un tipo del estadio, llena y regalan balones y los
tiran hacia la tribuna, bueno, eso era fútbol femenino, no fue nadie a apoyarme, no

importa, pero estaba mi mamá, ¿sabes?

Y yo estaba en ese estadio y por más que no pudiera así como para que el público
aplaudiera, me tomaban unas fotos ahí en el calderón y yo decía, guay, ¿sabes qué?

Y te lo digo sin ego, esto está siendo grande para el deporte, o para el fútbol femenino,
esto va a salir en algún lado, todo va quedar en la historia de un libro.

¿Cuál fue la primera mujer que presentaron?

Y yo, claro, el estadio se va a lleno.

En unos años, cuando presenten a cualquier otra jugadora, este estadio va estar lleno,
seguramente.

Pero ahí está mi mamá y para mí ese era el valor que mi mamá estuviera viendo, que tanto
esfuerzo y tanto sacrificio y las mil veces que le dije, mami, no voy al viaje contigo, no

voy a tal, no puedo ir a Armenia a estarme con la abuela, no puedo nada.

Porque yo tengo una meta que cumplir en la vida, se cumplió y ella estuvo en primera fila
para verlo, más allá que ella era la única en ese estadio.

Para mí eso pagó la boleta todo.

¿En eso después o antes que tu pierna?

Mucho antes.

¿Mucho antes?

ok.

Entonces fue 2013, 2014 por ahí y mi pierna fue en 2017.

¿Y no fue pura felicidad ese momento allá?

¿En este estadio?

Claro, era una felicidad.

no me fijaba Pero lo lograste.

Claro, lo logré, pero por eso es mi momento más feliz.

porque de verdad disfrutaste.

Claro, no me has entendido mal.

Ese fue mi momento más feliz de la vida.

Porque fuiste presente por la primera vez.

Sí, porque no importaba realmente que el estadio estuviera vacío, sino que a mí lo que me
hacía feliz era tener a mi mamá ahí.

Había un fotógrafo que me tomaba unas fotos que después salieron como en los medios de
comunicación, como que la primera mujer presentada en el estadio Vicente Calderón.

Pero eso no era...

lo realmente significante, si hubiera sido en otra cancha, era decirle, ¿sabes qué?

Ese sueño y todas las veces que me tocó decirle que no a tantas cosas era por este
momento.

Ella entendía?

Sí.

Ella entendía.

Ella estaba ya contigo, misma línea.

Sí, sí, ya, ya, Y entonces fue como...

Valió la pena.

Si no me hubiera obsesionado tanto, no hubiera llegado.

Perdón por lo ausente que fui.

Pero es que yo soñé con esto.

que ella fue más feliz que vos, ¿no?

Obvio, no.

Los papás siempre, yo creo, que gozan más que uno.

Como dirseis yéndote allá.

¿Cuánto tiempo jugaste allá?

En España fueron como tres años.

¿Y cómo fue la experiencia?

En Atlético Madrid, como dos años y un pedazo.

Muy dura, Roby.

Lo recuerdo como lo más duro de mi vida.

¿Más duro de viajar en un buseta vieja?

No, es que acá fue prolongado.

Fue como una agonía prolongada, más o menos.

Era una época en la que el fútbol femenino producía muy poco dinero, muy poco, muy poco.

De hecho, había compañeras mías que ni siquiera recibían pagos.

Nosotros éramos la última prioridad del club.

Eso quiere decir que primero estaban las categorías de Benjamín, Alevin, todas las que hay
en España que son como los niños chiquitos, todas las categorías y el último era el fútbol

femenino.

Entonces nosotros teníamos cancha de 8 de la noche a 10 de la noche.

Así fuera un invierno el berrajo.

Pero cuénteme algo para mi ignorancia.

¿Cuántas mujeres de Colombia, de Argentina y de otros lugares jugando en la ropa?

Había muy pocas de Colombia.

Sé que Jorelisa había ido a Suecia en algún punto, que es otra jugadora colombiana.

Yo creo que Daniela Montoya alguna vez había estado, no sé si en Zaragoza o en algún otro
equipo, pero no más.

Entonces tú llegaste al top de los top.

Sí.

De esta Colombia.

Sí.

Te diría que...

Entonces fuiste en ti un era común a este nivel.

no, sin duda.

Sí, sin duda.

Sin duda.

hoy lo hablo y sabes qué bonito, no lo veo ni desde el ego ni mucho menos, pero he tenido
la posibilidad de conversarlo con un par de jugadoras y me dicen, sabes qué, no sé por

fuiste tan terca o tan así, pero gracias porque es que hoy esto está un poquito más
pavimentado también gracias a esa valentía.

Y yo no lo tomo desde el ego, sino de decir, bacano que haya servido para algo.

y hoy las condiciones están mucho mejor y hoy no sólo por mí, ojo, esto fue una cosa de
muchas mujeres valientes, pero sí se parte, sí se parte y hoy ese es uno de los orgullos

de mi vida, yo creo.

Y cómo llega...

una linda tiene condiciones, Linda Jaicedo tiene condiciones buenas, Leisy cuando está en
el Atlético de Madrid tenía condiciones buenas, porque antes hubo otras que les tocó pasar

muchos trabajos y hoy en día hay condiciones buenas.

Bueno, como estás hablando, como 1956.

Y pasé menos de 20 años, 10 años.

¿Cómo llegaste allá?

¿Qué tuviste que hacer?

Encuénteme sobre esto, pero ¿qué tienes que hacer?

¿Seleccionar?

En esa época era muy difícil.

Hoy en día, digamos que hay más partidos de fútbol femenino que los transmiten.

Hay aplicaciones con datos, con pequeños clips de jugadoras.

sea, hoy es más fácil, hay más tecnología.

claro, en ese momento

acá no transmitían nada, acá no había fútbol profesional, o sea, acá era algo muy difícil
de siquiera soñar con llegar.

Y entonces, ¿qué pasó?

Después de un mundial sub 17 en Azerbaiyán, 2012, tan jugábamos, no sé qué, Nigeria nos
metió una goleada 3 a 0 y nos eliminan.

Yo había hecho un buen mundial y estaba...

O sea, un mundial...

Sí, bueno, yo diría que bueno.

Incluso creo que había...

Había un par de jugadores que habían jugado mejor al Mundial que yo.

No sé qué pasó, la verdad.

Pero en todo caso, nos eliminan Nigeria y casi siempre eso es frustrante para el
futbolista cuando lo eliminan de un torneo grande.

Uno se queda normalmente como sentado en la cancha, en el pasto, como llorando por la
eliminación, por la frustración de no se cumplió el objetivo, no hicimos nada.

Entonces, yo me acuerdo que estaba así como medio sentada en la cancha y se me acercan dos
tipos.

y me dicen, mira, te hemos estado siguiendo a lo largo de este torneo, somos los jugadores
del Atlético de Madrid, por favor, déjanos acá tus datos para ver si más adelante puedes

hacer unas pruebas.

Y yo, ok, tan, correo electrónico, el celular, tal.

En esa época, vuelvo y te digo, no es como hoy en día, o sea, un WhatsApp y todo eso, eso
era otra vaina.

Entonces yo les dejo mis datos y realmente yo un poco me olvido de esos tipos.

Yo digo...

Eso se lo ven pedir la verdad todo el mundo, pues a mucha gente.

No creo que me vayan a contactar y pues yo siendo de Colombia, no creo.

El caso es que pasan como unos tres meses, yo ya regreso entrenando con la selección
Valle, con todo ese tema, selección Colombia sub 20 ya.

Seguía como en lo mío, en Cali.

Y como a los tres meses llega un email, hola Nicole, somos fulano y fulano los ojeadores
del Atlético de Madrid y queremos hacerte la prueba, queremos que vengas a Madrid a

hacerte la prueba.

Bueno, pues yo voy.

Feliza, donde vino mi mamá, yo, mami, mami, mira, mira este correo.

Me están llamando para hacer la prueba en el atlético.

Y mi mamá me dice, mija, tú eres como boba.

Así es como roban niños hoy en día.

yo, mami, no, yo los conozco.

Te lo juro por Dios, yo conozco estos tipos, los vi.

Me dijo, no, no, no, no, Aquí tiene que llegar algo de verdad.

Entonces, bueno, después llega como, como un correo ya más físico.

sea, pues obviamente me dio muchísima vergüenza con ellos.

Yo como...

Mira qué pena, es que por la situación del país y tal es un poquito difícil.

Que a mí me crean, me quieren hacer esta prueba del Atlético de Madrid, pues ayúdenme
haciendo llegar un correo físico para que mis papás me dejen viajar.

Yo, obviamente, pues era menor de edad.

Y entonces ellos me dicen, Nicole, es súper difícil, pues déjanos ver a ver qué podemos
hacer.

Ponle que al mes de eso llegan, yo qué sé, por la vaina de correo, no sé, lo que hay
internacional y llega a la casa.

me dejan finalmente viajar, hago la prueba, estoy quince días en Madrid, paso la prueba y
entonces yo llamo a mi papá, yo papi, pase la prueba, quieren que me queden frescos, acá

me van a pagar el colegio y y mi papá me dice, no mija, es que usted no se manda sola,
usted viene y acaba el colegio acá en Cali y yo decía, no me crean tan pendejas, yo con

qué cara les digo a estos tipos que no, que qué pena, que es que mi papá quiere que yo me
gradúe en Cali y no en Madrid, pues en mi cabeza eso no cabía, no.

Entonces, para mí eso fue durísimo.

Efectivamente, les tengo que decir, qué pena, soy una niña, mi papá no me deja quedarme,
me tengo que ir para Cali, guardenme el cupo.

Y me decían, Nicolás, que no le podemos guardar nada.

O muy difícil.

Esas son oportunidades de un age en la vida.

No, yo me voy en ese avión de vuelta a Colombia, de vuelta a Cali, llorando, Robbie, pero
como si se me hubiera muerto alguien.

O sea, yo lloraba y yo en mi cabeza decía, yo no puedo entender que mi papá no me dejé
cumplir mi sueño, no entiendo, no entiendo.

Llego a Cali y tal.

sigo entrenando y ahí nuevamente vuelve esto de la obsesión de cumplir el sueño.

Y yo dije, ok, esto realmente no está 100 por ciento seguro que se pueda dar, pero yo me
voy dejar todo lo que esté a mi alcance para que ellos no pierdan la esperanza en mí.

Entonces, yo contrato en esa época, pues nada, ganaba muy poquita plata por.

las concentraciones de la selección me entraba una platica, pero eso era categoría sub 17
y después sub 20, los viáticos eran muy pocos, pero entonces con esa plata lo que yo hacía

era que contrataba a un tipo que iba con una camarita, una camarita así, pues terrible
para la época, pero iba y me grababa los partidos y me pasaba un CD con mis mejores

jugadas o los goles o tal.

En esa época vuelvo y te digo, o no fue un día en WIT Transfer y que lo mandás, sea, yo me
acuerdo que...

Este tipo me dejaba el CD y Y a mí me tocaba eso, como convertirlo tal, dejarlo en la
noche cargando.

Y yo mandaba un correo a la gente del Atlético de Madrid diciendo, hola, mira, este fin de
semana jugamos selección Bayern versus selección Antioquia, metí un gol al minuto 12 de

partido.

Yo les escribí a todos.

Y yo les mandaba eso.

Muchas veces no recibía respuesta a Nada, nada.

Algunas veces como enhorabuena, Nicole.

estábamos en contacto.

Sí, pero yo decía como si yo hago esto tengo un poquito más de posibilidad de que la
puerta siga abierta y no la terminen de cerrar.

Yo no puede creer que tú como escuchaste tu papá.

Es como la primera vez en tu historia que alguien más dijo no, tú dices ok.

Sí, porque fue muy severo.

Fue como no se va y se gradúa en Cali, pero sí fue la primera vez que no fui tan rebelde.

Pero no, sí fui rebelde porque ya te voy a explicar el porqué.

Entonces finalmente, ahí sucede que yo les sigo mandando esos correos, tan, tan, tan, cada
fin de semana lo que yo jugaba, tan se lo mandaba, lo que te digo muchas veces ni

contestaban.

¿Qué pasó?

Que yo creo que esa insistencia, Robi, hizo que la puerta de la Teletico de Madrid nunca
se cerrara del todo.

Estuvo cerradita, pero nunca del todo.

Y yo me acuerdo que finalmente, fíjate cómo es la vida chistosa, ¿no?

No me terminó graduando en el Bolívar, que era el colegio que mi papá quería pues, que la
hija saliera al Bolívar.

Pierdo dos veces once.

Y aparte, estaba la presión que...

O sea, yo me quería rápido para Atlético de Madrid.

No hacía sino tirarme los años porque era...

Pues no era capaz con el nivel académico.

Entonces, ahí citan a mi papá.

dicen, Nicole, definitivamente no logra pasar el año.

Entonces, pues acá no hay forma.

Y me terminó validando muy rápido en un colegio así.

Y no me terminó grabando en el colegio que mi papá quería.

Entonces, como que...

El de noche que tú me dijiste.

el de noche que yo te dije.

Ojalá me hubiera graduado en Madrid.

¿Sí me entendés?

Como la vuelta cambió de repente.

Uno sabe que está desesperando en Madrid cuando están todos los chicos de Cali.

No, no, no.

Yo tampoco.

Pero la historia se dio así.

Pero claro, entonces...

Pues nada, no me gradué donde mi papá finalmente sí quería.

Y ahí ocurre algo.

Que yo tenía muchas becas en Estados Unidos, en buenas universidades.

Y por más que yo no...

Uno tiene que tener como un promedio.

para ser más o menos elegible.

Yo no cumplía con nada de lo académico, pero mi fútbol era muy bueno.

los coaches como que en verdad super torcidos me decían como que fresca, yo acá algo
cuadro, no sé qué, tú es AT, tú tuf, tú no sé qué.

Te pasamos, no pasa nada, queremos tenerte acá, becá, bueno tú es universidad, es Tesa,
Robby, Tesas.

Y ese era el sueño de mi papá, que yo me fuera a becá para Estados Unidos.

Y entonces de pronto por eso hizo también la fuercita para lo del Atlético se fuera, ¿no?

Y finalmente yo lo cito un día y les digo,

Papá, mamá, me voy pa' Europa.

O sea, no me importa nada.

Mi papá me decía, mi papá me dijo una frase muy dura que fue, mija, vea, le voy a decir
algo.

Usted...

A mí me va a dar muy duro, pero el día de mañana puede que yo la vea usted debajo de un
puente y eso me va a partir el alma.

Pero va a haber sido porque usted fue muy bruta de no haber tomado la decisión correcta.

Tiene muchas becas.

¿Se va a ir a qué?

¿A Europa donde no tienen ni idea cuánto le van a pagar?

donde no sabes si es seguro lo del Atlético de Madrid o no.

Acá esto es seguro.

Tiene universidades demasiado buenas.

Por Dios, ¿qué va a hacer?

Y yo le dije, no, pa, es que mi sueño es irme a Europa.

Me voy para Europa.

No me importa.

Me dijo, listo, hasta aquí llegamos su mamá y yo económicamente.

Usted verá cómo vive aquí y para allá.

Y que le digan a uno eso como con 17, es bravo, Robi, es bravo.

Hasta ahí llego, pero literal hasta ahí llego.

Nunca me volvieron a pagar ni la salud, nada, nada en ceros.

Como que hay...

17.

¿Y por qué no quería jugar como en los Estados Unidos con las gringas?

Porque yo qué sé, hoy en día si pudiera retroceder el tiempo, creo que lo haría.

Me hubiera ido de cada Estados Unidos, hubiera cagado una carrera.

Pero tampoco creo que hoy tendría la vida que tengo.

¿También no fue su sueño?

No era mi sueño.

Mi sueño nunca fue estudiar.

Mi sueño no era irme a Estados Unidos.

Mi sueño era Europa.

Ir a hacer la primera...

Yo no sé, en un choc grande.

y hasta ahí llegaron económicamente y fue como que una patadita de esas que a veces te da
la vida de miré a ver ahora qué pelá miré a ver efectivamente me terminé validando tal ahí

al momentico pues básicamente es que ya lo del Atlético de Madrid que aunque la puerta
estaba medio cerrada era la única puerta que medio existía porque ya lo de la beca chau

pero ellos dijeron disto no ahí todavía no entonces me terminó graduando súper rápido y
les digo por favor se los suplico recibanme que el sueño de mi vida es

ponerme la camiseta del Atlético de Madrid.

Y ya, ahí me voy.

Pues finalmente, claro, yo había sido muy insistente mandándoles muchos videos, mis goles,
mi jugada durante como año y medio.

Y finalmente ellos me dicen, venga, y voy.

Viajo hasta Madrid, me reúno con ellos.

Y mi primer contrato, Robby, fue una mierda.

O sea, pasé hambre.

Estaba en uno los clubes más grandes de Europa.

Me pagaban 800 euros.

Robi y se me iban 500 euros en un cuartico.

sea, mejor dicho, este sofá es muy grande.

mi cámara así pequeñita, tenía que dormir así como me había currocada.

Y tenía una tablita en la nevera y una tablita para poner mis ropas, mis uniformes del
Atlético de Madrid, no más, de entrenamiento.

Entonces me quedaban 300 euros para vivir porque 500 se me iban alquilando esa habitación
pagándola.

Y eso fue la etapa más dura de mi vida.

Madura, madura, madura, a mí me supo.

Ya entiendo cuando tú estás escuchando como otros leyendo otras cosas sobre vos.

Pero es como papas fritas, pero no tenía ni idea que solamente tenía 17.

Yo pensaba que estabas como 23 o algo allá.

No, no, no, no, no, no, no.

Yo me fui muy joven.

17 sola.

Sí.

Tratando manejar plata.

Ahí ya para cumplir los 18 o ya recién cumplió los 18.

Puede ser.

Creo que era recién cumplido ya los 18.

Y nada, fue muy difícil vivir con 300 euros en una ciudad como Madrid.

Es muy complicado, muy complicado.

Roby, había fines de mes donde yo iba, no sé, los últimos 10 días del mes, 17 euros en la
cuenta.

yo, ¿qué hago?

¿Me tengo que transportar?

¿Me tengo que alimentar como deportista?

¿No pagan por su comida o no fue caprichar?

Nada, Roby, nada.

Es que el fútbol femenino no da un peso.

Nada.

No hay un lugar donde tienes que comer una cantidad de comida de esta forma.

Ya en este momento de la vida donde los clubes se han desarrollado tanto como en la rama
femenina ya y todo esto en esa época no había nada.

Nada.

Roby.

Entrenamos de 8 a 10 de la noche hasta en invierno.

Eso era un frío que yo me quería morir.

No es hora deprimente y sin comer bien.

Entonces yo me iba al mercado, una que era un supermercado allá, como de lo más barato que
había y me compraba unas cajas de cereal grandotas.

Y.

Eso costaba nada, 99 cents, costaba esa cosa y yo vivía los últimos 10, Sería el sin caja,
estupende bolsita.

Prácticamente.

Y Robby, los últimos 8, 10 días, dejábame eso, comía cereal, desayuno, al almuerzo y a la
comida porque era para lo único que alcanzaba.

Pero aparte de eso, tenía la presión de tener que rendir, de ser la única jugadora
suramericana en ese momento, de muchas presiones.

Uf, yo vivía con mucho estrés.

De esos tres años que yo estuve en España, ahí dos años y medio, no hubo una noche que yo
no llorara.

Fue duro.

Dos años.

Dos años y medio por ahí llorando todas las noches.

¿Tú estabas jugando bien?

¿Estabas disfrutando jugando?

No, no he disfrutado.

No he disfrutado, Ni los partidos.

¿Y por qué no disfrutaste el deporte?

Porque la vida empezó a tornar todo con mucha presión.

como que no me alcanzaba la plata para nada.

Todo era complicado en el sentido que, por ejemplo, la cultura me pareció difícil llegar
tan sola a un país, bueno, tan joven, pero a un país con una cultura muy diferente, Y

terminé amando y adorando a los españoles, pero el choque cultural fue duro.

Ahí entendí que, por ejemplo, acá en Colombia, todos con mucha arandela, o le damos mucha
vuelta.

Ay, Robi, que yo creo que pronto a ti, mira...

el negro de pronto como que no te queda muy bonito, entonces de pronto se...

No, allá es...

No juegas porque esto lo hacen mal, esto, esto, esto...

Y me cago en la leche, me cago en Dios y me cago en lo de que yo decía, ¡uy Dios mío, qué
es todo esto!

Esta gente porque habla tan feo.

Entonces yo me empecé a cuestionar mucho con el tema cultural.

Sí.

Pero en sus otros compañías de la Coiquí Perras, ¿ellos reciben más plata o ellas
recibiendo igual?

Igual, algunas menos, otra igual.

Otros menos.

Pero vivían con sus papás, tenían trabajos alternos.

Y entonces, yo me veo así como medio, europea y tal, pero igual la sentía.

Y en los partidos me decían, pancha de mierda, no sé qué.

Me decían cosas feas, ofensivas en cuanto a que yo era latina y tal.

Y yo creo que en eso hoy en día ha cambiado mucho.

Y tenemos artistas y reguetoneros y gente que hoy en día ha hecho el tema de ser latino
sea cool allá.

En esa época no tanto.

Mucho menos.

Dos años, casi dos medios sufriendo.

Los tres la pasé mal, pero sí hubo dos y medio que fueron muy formadores.

Me iba a la cama con una cosa acá y yo decía, Dios mío, con esta hambre me va costar hoy.

En un momento, cualquier...

O sea, yo siempre llegaba muy arrastrada a fin de mes, pero lo de cereal a mí me daba
vida.

Más allá que no me alimentara nada, me daba vida.

Podía sobrevivir con eso.

Y en un momento yo no sé, no sé qué pasó ese mes, me descuadré.

Lo que haya sido...

Y yo literalmente, no sé, faltaba más, faltan 20 días y me quedan 10 euros.

Y yo dije, es que esta vez no llego ni con cereal.

¿Qué hago?

Y yo, pues a mis papás sí no les iba perder ni un peso.

Eso estaba clarísimo.

Y entonces.

Yo en esa época donde vivía abajo quedaba un sitio como de tapas, no muy, pues no muy
bonito, ni mucho menos, no, pero un sitio de tapas, un chuso, pero chusito de tapas ahí,

sí, tal cual.

y atendían siempre, había una peruana, una boliviana, era como gente latina y yo muchas
veces desparchaba porque claro, lo único que yo hacía en la vida era entrenar de 8 a 10 de

la noche, yo tenía muchas horas libres, sí, entonces yo muchas veces como que me iba para
allá abajo y ellos empezaron a volver con mis amigos y charlábamos y todos eran latinos y

tal y un día les digo yo, necesito un favor, sea yo bajo así como preocupada y le digo,
necesito un favor, por favor háblate con tu jefe

para ver si me da trabajo acá estos dígitas, es poquito, son solo 10 dígitas.

con...

Yo les decía, así sea que no me paguen con las propinas está bien.

Y entonces ella me dijo, bueno, vale, yo le pregunto, me dice, tú has sido mesera, ustedes
expieren, y yo les decía, claro, no, Colombia a me tocó durísimo, yo he sido mesera, hoy a

gente era mentira.

Yo no sabía ni a qué lado iba el tenedor, por Dios.

Y entonces ahí pasa, dice, ven mañana ver si tengo respuesta.

Yo voy al otro día, me dice, que sí.

Y listo que si te funcionan las propinas está bien.

No me pagaban, pero me daban las propinas.

Entonces, en una de esas, Robi, yo estaba muy joven.

Vuelvo a lo mismo, 17, 18 años, donde uno en verdad, pues, uno de las cabezas todavía está
muy hueco, muy pendejo todavía.

Y yo me acuerdo que en una de esas, claro, cuando uno está viviendo en el exterior, hay
algo en el oído de uno que se afina.

Entonces, vos empezás a darte cuenta muy fácil.

cuando llegaban los colombianos, no sé, o si solo me pasaba a porque yo extrañaba mucho mi
país.

Pero de una, yo me daba cuenta en las calles cuando habían colombianos y yo como que
sonreía, ¿no?

Me daba alegría, me sentía más cerca a casa.

Y entonces en esa entran dos pelados.

Dos pelados y como que se sientan y yo le digo, no, no, ve, son de mi edad y ahora qué tal
que resulten bien futboleros.

Porque en esa época no había mucha visibilidad, pero yo era más o menos conocida acá, yo
no sé.

y ahí yo ya tenía mis buenos seguidores, sé, mis 80.000, 100.000 seguidores, una cosa así.

Y entonces, por más de que no lo transmitían, esto acabaría siendo un boom muy grande y lo
del Atlético de Madrid me había dado como muchas pantallas en Colombia y había salido en

revistas que era lo que en esa época era lo último.

Y era medio conocida como en la gente de mi edad en esa época.

Y yo le dije, ay, atendélos vos, lo suplico que, que angustia, yo no quiero atenderlos,
son colombianos, qué tal que sean futboleros.

Entonces yo pensaba como, en esa vergüenza, ¿no?

Y entonces

porque fuiste mesera pero también futbolista.

a mí me da muchísima vergüenza, ¿me entendés?

Entonces yo le digo a atender y me dice no.

Y eso fue una bonita lección que me dio mi amiga peruana y me dice no.

Si te metiste en esto, vas y los atendés.

Vas y los atendés.

Y como que yo creo que ella entendía mi supe mental que estaba viviendo.

Entonces yo voy allá donde ella, Ruy, con una vergüenza.

Entonces como que me puse el pelo así, yo bueno, yo como que para que no me vieran, Sí,
¿qué quieren?

Entonces me dicen no, dos cervezas, tal.

Les llevo las cervezas, claro, yo con esa bandeja yo llevaba dos, tres días.

Pues o sea, si me tapaba la cara me caía con cerveza y todo.

Entonces yo dije no, lo voy a atender bien, pues ojalá que no sean futboleros, no pasa
nada.

Entonces llevé la bandeja, tal.

Yo, Tim, Tim, les puse las cervezas.

Me devolví.

Yo, bueno, si se les ofrece algo más me dicen.

Me devolví.

Yo como que tranquila.

Y cuando yo me empiezo a dar cuenta que ellos empiezan como a hablarse así.

y como que empiezan a mirar y yo no, un azare, porque yo dije, ay, ¿será que le dieron
cuenta?

Bueno, yo con una vergüenza horrible y en todo caso, Roby, pues ya después como que me
alzan la mano, para pedir como una entradita, algo de comer y entonces uno de ellos me

dice, ven, te puedo hacer una pregunta y yo, sí, me dice, ¿tú no eres la que juega fútbol,
la del Atlético?

Y yo no sabía qué hacer en ese momento.

sabía.

No.

Claro, yo ya como me escondo, pero era como que trágame tierra.

¿Qué le digo?

Y yo le dije sí.

Me dijo, ¿y qué?

¿Estás pagando una apuesta?

Yo le dije, no, no, no, perdí ni una apuesta.

Lo que pasa es que el fútbol femenino pues no va para vivir.

Y ellos como que no lo podían entender.

Era como, pero no entiendo.

O del Atlético de Madrid y tenés que mensaíriar y yo.

Sí, mucho sé.

Es una cosa, es una cosa difícil de entender porque uno lo asocia como con

con el fútbol masculino y los millones de megamillones que ganan.

Y este era un club muy grande.

Y esto había sido boom hacía poco tiempo en Colombia.

Seguramente eran pelados, claro, eran pelados como turistas y les quedó la noticia, sobre
todo porque eso fue como en un verano, en un mismo verano, llegó James y como a los dos,

tres días me presentaron a mí.

Entonces eran como los colombianos.

Creo que eso ayudó incluso a que fuera más boom.

Y yo me imagino que en la cabeza mucha gente fue como...

Uff, qué bueno por esta pelada que la hizo, o sea, estarán andando en plata, ¿entendés?

O sea, durmiendo en colchones de billetes, pues.

Y la realidad era otra, era pasar hambre y ya, y era entender una realidad muy difícil de
que es que a las mujeres no nos pagaban.

¿En qué al final, dijeron, cómo?

No, tenemos una foto y todo, me abrazaban, como que no lo puedo creer, pero mucha verdad
que usted va acá, no, o terminó siendo algo bonito en ese momento que, a mi al comienzo me

dio vergüenza, pero que después esos pelados fueron tan...

Bacanos conmigo decir, puedo creer, venga vamos a tomar esta foto porque esto queda para
esto.

Como que ellos lo vieron diferente a mí.

Nunca practicaste con los técnicos, necesito más para vivir, necesito más para comer.

Sí, pero es que esas eran las condiciones, Robi.

Yo sabía lo que iba.

Para ellos es blanco y negro.

Blanco y negro, te decimos no.

Y si no hay otros 300 que querrán estar acá con esta camiseta.

Y yo creo que en el fondo, cuando mi papá fue tan duro conmigo, decirme esa frase, yo creo
que es muy fregado para un papá tener lo que decir.

Y él me lo dijo cuando yo tenía 17 años.

Yo creo que eso no fue mal.

¿Tienen entendés?

Yo creo que él lo hace sabiendo el estrellón tan berracho que yo me iba pegar o queriendo
evitar que yo fuera a pasar trabajos.

Si tú ganaste.

3000, por ejemplo, tu vida es completamente diferente en ese momento.

Completamente.

Es que pasar de 300 euros a 3000.

¿Tú crees que Torbjörn estás allá jugando?

No, no, igual después las condiciones cambiaron, mejoraron un poco, nunca llegaron a algo
tan bueno.

Incluso después me fui para Suiza, o sea, mi vida en Europa igual tuvo más, tuvo más
fútbol, Jugué en otras ligas, pude vivir mejor.

Lo peor fueron esos dos primeros años, pero es que el fútbol femenino iba creciendo muy
rápido, pues en paralelo que iba jugando y pasando por clubes.

Entonces, condiciones, las condiciones iban mejorando, pero aún así, pues no era
suficiente.

yo te digo, con 3000 euros hubiera vivido, mejor dicho, una belleza.

Lo único que yo tenía que hacer era ir a entrenar, es que no tenía que hacer mucho más.

Cuidarme para eso, pero comer como deportista profesional.

Sí me entendía, o sea eso.

Igual hubiera sido duro, hay momentos de soleá que son verracos cuando estás viendo por
fuera, en Europa, otra cultura, todo eso sí.

Pero claro que yo hubiera estado más cómodo, es que pasar hambre jodido.

Cuando yo...

es impresionante después de leer, escuchar unos conversaciones que vos has tenido.

Para mí, la historia es completamente diferente con las mismas palabras.

Yo pensaba que tú estás inventando para parecer que fue más duro, pero después cortas tu
vida.

Nunca fue un atajo, huevón.

Nunca fue...

Yo pensaba, no es este, mona está inventando, pensando, tiene que estar duro.

No, puede ser.

Ni putede que fue de verdad.

Sí.

Una vida de como...

No, yo la pasé muy mal, Eso escuchando.

Parer, parer, parer.

Mucho, mucha tarqueta, en serio, en serio.

Yo hoy en día te lo digo, uno aprende a disfrutar tanto de las vainas.

sea, la pasaste tan mal, eso no se olvida, queda como...

Yo siento que así como las cicatrices, los huesos que uno derrompe y todo eso, hay
cicatrices que te marcan el alma.

Y para mí esos tres años, tan duros, mí me marcaron la vida para aprender a disfrutar de
muchas otras vainas.

Y yo hoy por hoy,

Nunca doy por sentado, te lo juro, como el...

Que bueno que hoy puedo ir a un restaurante bueno, ¿me entendés?

Voy a poder sentar a comerme un pedazo de carne porque me da la gana.

Pero fue que fueron demasiados años donde eso no pasó.

¿Sí?

Me acuerdo de los años de cereal.

Cada rato, cada dos por tres.

Entonces eso...

Eso es bacano.

Cuando la vida se transforma.

los sueños se cumplieron, pero hoy tenés otra vida, gracias en parte también a...

Pues un poquito de jater que da ya la valentía.

Impresionante.

No entiendo cuál es la historia de los guayos.

Ok.

Porque ahorita quiero saber.

Porque después de esto debe ser Ok, Resulta que volvemos a la época de selección valle.

Mis 13 años.

Mis 13 años.

Esta bonita, flaquita.

Que la llaman por primera vez una selección valle.

a una convocatoria de selección valle.

¿No era la primera?

¿Cuándo se movieron?

Sí, cuando estaba muy chiquita en Cádiz, las Panamericanas.

Tres años después de como rechazo en la cancha, dos años después.

Bueno, once años de rechazo.

sí.

Ya jugaban como mujeres.

Mi primera convocatoria de selección valle, pero convocaban ochenta, noventa jugadoras de
todo el del Cáucas, ¿sí?

Y en esa me llaman a mí.

Yo vuelvo y te digo, o sea, alumbraban esa cancha, era como un lunar blanco.

con unas piernitas así, delgaditas, paradas como en las ganas de vivir, bien flaca, alta,
desgarbada.

Y claro, yo me acuerdo que justo para ese diciembre, el diciembre anterior, yo me acuerdo
que como desde octubre habían salido los guayos de Messi, los F50, sea, los guayos, lo

último en guarachas.

eran unos guayos que tenían una parte de atrás como transparente.

Eso era como la tecnología máxima.

taches intercambiables que eso pues, una vez les digo, no compre eso, eso es lo peor, pero
taches intercambiables que eso tenía una rosquita, uno cambiaba los taches metálicos, no

de qué, bueno, eso era lo último.

Y me acuerdo muy bien que yo en octubre, yo mamá te lo suplico, son los guayos de mi vida,
son lo único que yo quiero en esta vida, no me des regalo de cumpleaños, de nada, ni

cuando me case, nunca me des nada, pero yo quiero los guayos de Messi.

Y mi mamá, no, no, no, eran unos guayos que eran muy caros, costaban 500 mil pesos en esa
época, como me decirte hoy, un millón.

Un millón doscientos unos guachos.

Yo no sé.

En caso eso era carísimo.

Y lo que te digo, mi casa estaba bien, pero mi casa nunca sobraba nada.

sea, mis papás hacían mucho esfuerzo para que yo estudiara en un colegio bueno, pero
nosotros no teníamos ni vacaciones a Miami, ni a Europa, nada.

Esas vainas que sí tenían mis amigos en mi casa.

No faltaba nada.

No sobraba nada.

Pero vos sabes que los papás a veces hacen como unos esfuerzos sin poder, claro.

Y entonces en diciembre mi mamá me regala los guayos de Messi.

Y yo, los guayos de Méssino ahora sigo a dar imparable el resto de la vida, bueno, de T.C.

Y entonces, cuando yo llegó a esa primera convocatoria, yo hasta ahí solo había estado en
el colegio Bolívar, que era un colegio, digamos, pupi, pues, de gente que tenía billete.

Y claro, ya estaba en Atlas, que era mi club, pero pues igual ahí era como un club muy
pequeño, entonces no pasaba nada.

Y cuando yo llego a la selección Valla, a los 13 años, fue una abierta de ojos, verracas,
Robi, de entender que es que el país...

tenía una realidad muy diferente a la que me había tocado, ¿entendés?

Y que la vida no era colegio olívar y campestre, Eso era un privilegio, pero esa no era la
vida.

Y entonces ahí fue lindo, fue duro, eso sí, vuelvo y te digo, llegué así, monita, no sé
qué, y conejo guayos, primer entreno, me tiraban a matar, todo el mundo me tiraba a matar

así con unas planchas y me decían, Mona Rica, te vamos a partir las dos piernas, Mona, no
sé qué, a la salida te esperamos, conejo guayos no salió hoy.

Hoy de acá no salía así.

Y yo en un pánico horrible, yo decía, se acaba el entrenamiento y yo salía corriendo para
que no me fueran, para que no me fueran a atracar.

Entonces yo paniqueaba mal y yo llego ese día a mi casa y yo, mami, no, sabes qué, vos me
vas a matar.

Pues que yo no puedo usar estos guayos de Messi.

Y mi mamá que se moría.

¿Cómo así?

¡Colejacada!

Si yo le compré esos guayos con mucha fuerza.

yo, no mami, sabes qué, yo voy a tener que comprar unos, unos Tony Segundo, se llamaban
unos guayos pues muy baratos.

Y como de segunda, Tony segundo, Tony dos.

Y entonces, eran unos guayos baraticos, baraticos.

entonces, claro, eran negros, pues ya no eran así tan lamparosos, azules como los otros.

entonces, mi mamá casi me mató.

Yo saqué unos pesitos y me compré unos Tony dos, unos ahorros que yo tenía.

Y empecé a entrenar con ese rejo de guayos.

Te digo, uff, duro duro el cambio.

Pero nada, fue como ese intento de querer encajar en un lugar.

Y fue un bonito proceso porque entonces, claro, yo empecé, cuando ya quedó el grupo
definido, yo empecé a darme cuenta de muchas cosas y de que la realidad de mucha gente era

que no había pa tres comidas al día, ¿entendés?

Y llegábamos a la selección valle y nos daban bienestarina, que era una cosa que creo que
daba al bienestar familiar, y nos daban a todas.

Y yo decía, yo no puedo hacerle feo a esto.

Y por más que a mí me parecía que eso rico no sabía, yo decía, si yo quiero hacer parte de
esto, tengo que hacer parte en todo.

No puedo hacer la línea diferente.

Ya el físico no me ha ayudado, pero al menos que el alma sea igual.

yo me...

¿No cambia este color de pelo?

No, eso no podía, pero ni el color de piel ni nada.

Pero al menos que sepan que yo estoy en esta vuelta también con ellas.

¿Y funcionó?

¿Ganás?

Funcionó divino.

Empezó...

con los días, se empezaron a dar cuenta que al final era una pelada buena gente yo y
empezó a pasarme algo, que me empecé a conectar mucho más con las jugadoras de las de

elección Valle.

a oír sus historias, a oír lo que les tocaba vivir.

Y yo llegaba al colegio Oliver y era una desconexión grande, como con mis amigas que había
crecido, porque entonces era, ay, en recreo, por ejemplo, ay, ay, no puede ser, otra vez

la empleada me echó, ay, no, arberjas con tomate, ay, gas.

Y yo como que, no, no, espérate, no, no digas eso, no, tenés que estar agradecida.

Bueno, pero como que yo no podía lograr que ellas vieran este lado.

Pero entonces lo que se hacía es venir, Marín, ¿sabes qué?

Prestame esa coca, yo mañana te la traigo lavada.

Y yo me llevaba la coquita de donde le mandaban el almuerzo a mis amigas que se quejaban.

Las del Bolívar, las que sí tenían billete.

Y yo me llevaba las coquitas para la selección Palle.

Y yo, muchacha, venga, venga, les traje almuerzo.

Y entonces todo el mundo comía, almorzaban ahí.

Uy, mona, que está delicia.

Uy, no, la casa de ustedes sí cocina muy bueno.

Y yo, sí, sí, no importa.

Venga, tan.

Y la empecé como a alimentar con los sobrados, pues no los sobrados, pero lo que mis
amigas desechaban.

Y yo ver como la gratitud de estas peladas de poder almorzar, yo decía, esto tiene mucho
valor acá, ¿sabes?

Mucho, y me empecé a conectar más con estas peladas y las empecé a invitar a mi casa y
después a la finca y no, ¿y Fue un momento muy lindo, en día son mis hermanas.

Voy a Cali y es especial siempre, pero sí fue entender una realidad del país y ver cómo
con 13 años podía ayudar de alguna manera sin que se sintieran mal.

y tratar de encajar ahí, tratar de pertenecer a un lugar donde yo no pertenecía.

Y tú lavaste los guayos con...

¿tú dijiste como un otuaje de hotel?

esa era la historia de los guayos, no esta.

Vale, mira, acá hay otra cosa que es linda, Roy, sobre...

Yo creo que uno siempre tiene que ser sincero, honesto.

La verdad nunca falla.

Ese es como el lema de mi vida.

O vos la puedes embarrar.

Sí, mi hija puede escuchar esto.

Esta bola puede embarrar porque todos la hemos embarrado duro en la vida, con errores, con
cosas, pero lo que yo sí no meto en consideración es la mentira, Y fíjate que casi me

echan de una selección Colombia, una Sub 17.

A mí esa selección iba bien y yo me acuerdo que estábamos en el hotel, concentramos en un
hotel por allá, vi a Siberia, eso era un frío, una cosa horrible.

Y entonces me acuerdo que...

Estamos concentradas, llegamos de un entrenamiento de mucha lluvia, de barro, de todo.

Y yo cogí mis guayos, saqué una toallita y las empecé a limpiar.

Y quedó esa toalla, Robi, pero absolutamente negra, sea, café, embarrada, horrible.

Y pues yo no le vi nada malo, yo simplemente la tiré ahí como donde...

Ya, en un hotel donde uno tira la toalla para que la cambien.

Cuando, ese día en la noche, Comesaña, que fue un tipo que después fue entrenador de
junior y todo eso, en esa época era delegado de la Federación.

y estaba como un poco encargado de esta selección Colombia sub 17 femenina.

No era el entrenador ni nada, pero como que nos acompañaba mucho.

Y él me quería, sea, ya habíamos conversado de fútbol, me había enseñado tal.

Y él me quería.

Y entonces en una de esas él llega después de la cena y dice, todo el mundo me pone la
silla acá, acá pasó algo muy grave.

Y nosotras, ¡huy, jue madre!

¿Qué habrá pasado?

Tan acomodamos la silla.

Nosotros bien peladita, entonces, como con 15 añitos y tanto.

Así yo, ¡huy!

¿Qué habrá pasado?

Cuando llega y dice, la persona que hizo esto no se merece nada, no tiene valores en su
casa, su mamá y su papá no valen para nada, eso no sirve para nada, esto es un desperdicio

de ser humano.

Quien haya hecho esto no se merece nunca en su vida.

Ponerse la camiseta que representa un país y menos a un país como Colombia, esta persona
se va inmediatamente a la elección y no vuelve nunca más.

Cuando llega y coge la toalla, el que haya hecho esto se va.

Esa toalla era absolutamente negra y yo...

Que lo diga porque si tuvo la valentía para hacerlo, al menos que levanté la mano.

Todas mis compañeras, uy, ¿quién habrá sido?

Y entonces ahí llegó yo y digo, no, profe, sí, qué pena, fui yo.

La cara del técnico, del mismo comisaña, de mis compañeras, todo el mundo quedó como...

Nadie esperaba que yo levantara la mano.

Y entonces, claro, y él ya había dicho que se iba, ¿entendés?

No podía, cómo se iba para trasear con esa frase, no podía.

Ay, Nicole, todo me esperé menos que hubiera sido usted.

Dígame algo.

¿Usted hace esto en su casa?

Y yo le dije, profe, la verdad, yo no le vi nada de malo.

Estamos en un hotel, mi guayo está sucio, pues cogílo, lavé.

Y él me dice, claro, pero acá hay gente que trabaja en este hotel.

¿Cómo se le ocurre?

Es que eso es una falta de respeto.

está representando un país y lo está representando con todo, no solo futbolísticamente,
con sus valores, con su ejemplo.

No le da pena.

Entonces yo le digo, no, tenés toda la razón.

No, lo hice mal.

tenés toda la razón, pero pues somos humanos, me equivoqué, una disculpa tal.

Y yo me acuerdo pues claro, ya no podía decir que no me echaban.

Y entonces yo me fui, mis compañeras pues eran un amor.

Y entonces todas, monita, vaya por la toalla.

Coja esa toalla, que eso le damos así toda la noche con jabón hasta que eso salga.

Y yo listo, listo, listo.

Yo fui por la toalla, apenas comenzañame para el cuarto todo decepcionada mí.

Yo cogí la toalla, nos fuimos todas para el piso nuestro pues para allá, estábamos con
Selección Colombia y ya pues los hoteles eran...

bien, dos jugadores por cuarto, o ya había otras condiciones.

Y yo me acuerdo esa noche, esa noche fue el lindo porque todas mis compañeras, nosotros le
echábamos como jabón, jabón de esa de ducha que es malísimo, como de ducha de hotel.

Y era así, así, así.

Y lo estregábamos toda, la toalla igual, nunca quedó blanca.

Nunca, o sea, era un barro horrible, nunca quedó blanca.

Era como medio gris, como ese blanco muy viejo.

Y entonces...

Ahí fue lindo.

a la mañana siguiente, a Maridlo, el utilero, me dijo, empaque que usted se vaya.

Y yo, no, no, perádate, perádate.

Déjame ver si me vuelve atrás.

Me dijo, no, señor, está bravísimo, ni vaya para allá.

Y yo, no, no, no, yo voy y le voy a ir dar la cara.

Y fui, le toqué yo, profe, hola.

Y entonces le dije, tengo que dar una disculpa.

Ayer estuve con todas mis compañeras tratando de limpiar la toalla.

Pues no quedó muy bien, pero esto es lo que hay.

Perdón.

Y entonces, tipo...

Como que me dio un abrazo, me dijo Nicole, para mí fue muy doloroso enterarme que era vos,
porque no lo esperé y porque me parece que esto no muestra algo ético de nadie, que uno

tiene que pensar más en el otro.

Yo, bueno, voy a pensar y te aviso, ver qué, bueno, no me echaron, para decirte que no me
echaron y que después este tipo delante de todo el grupo dijo, ¿saben algo?

Solo hay una cosa que da el buen Nicole, que hubiera sido sincera.

Si a mí me hubiera tocado revisar en cámaras quién, no sé, de dónde había salido esa...

Toda ella sucia, ¿de cuál habitación se hubiera ido?

Y a mí me quedó esa vaina para la vida.

Siempre de...

No importa la embarrada que vos te mandés, igual estará grande, pues puede haber sido
peor, pero era grande para el momento.

Para mí siempre tenés que decir la verdad, siempre, siempre, siempre.

No, que hice esto en el pasado.

Ok, decilo.

Porque es que la verdad siempre se va a saber.

Y cuando se sabe de boca de alguien más o diferente...

La herida es grande, o duele.

En cambio, yo te dije, no, Royce, que mira, que yo fui la patada, yo hice esto, esto,
esto, esto.

Te lo dije yo, ¿me entendés?

Te lo dije yo.

No.

O sea, la verdad, nunca, nunca te va fallar.

el trabajo todo el mundo se equivoca, todos nos equivocamos.

Es más fácil decirle, jefe, ¿sabes qué?

Yo me equivoqué.

En esos números, claro, esto nos dio un desbalance el berraco, porque yo estaba distraída,
lo hice mal.

Y ya.

con esa no perdés y acá en Colombia tenemos la maña de siempre mentir.

No, sí, no quedó mal, pero es que no, porque fulanito, fulanito mandaron mal.

No, el error es mío.

Yo era la última que tenía que revisar.

Entonces me quedó eso para toda la vida, con la verdad nunca perdé.

Es una gran historia.

Muchas preguntas al final.

Bueno, pues no me echaron.

esto es...

Sí, hubiera sido mejor que me hubieran echado.

No, me enseñó más que no me echó.

hubiera sido triste y me decías...

Pero de una toalla de ma...

Yo quiero imaginar qué nivel de sucio fue este toallo.

eso sí quedó asqueroso, te lo puedo decir.

sea, esa toalla quedó de botar, era la toalla más fea del mundo.

Llena de barro.

sea, no, no, no, no.

¿No se jugaron a lluvia la noche antes o qué?

No, o sea, sí, claro, llovió, nosotros entrenamos en la mañana.

Pero, ¿sabes qué?

Ese, como ese pasto, esa grama de las canchas que son buenas.

Cuando yo he mucho tiempo acá en Bogotá, eso se pone muy blandito, se rompe toda la cancha
y vos quedas muy embarrado, claro.

Y pues a mí me pareció que era normal.

Pues yo no sé, estaba muy joven.

Hoy en día no lo haría.

Solo por esta historia yo no lo haría.

Claro, pero en esa época no la pensé.

¿Cómo estás?

Listo.

Penúltima.

¿Cómo llegaste a ESPN?

¿Cómo llegaste allá?

¿Cuándo hiciste no más?

Ajá.

Bueno, llega un punto ya que rollo ya me pasó algo, sea, viste lo apasionada que yo había
sido, yo no sé si me faltó ponerme metas más altas, a uno indiano no lo sé, no lo sé qué

pasó, pero yo en un punto empecé a sentir como un vacío, como que yo ya había cumplido lo
que tenía que hacer en una cancha de fútbol, como medio cumplido, no sé.

Las cosas que tú decidiste que tenías que cumplir.

las cosas que yo había decidido, las metas que yo me había atrasado en ir a jugar en una
selección valla, en una selección colombiana mundial, olímpico, llegar a un club grande de

Europa.

Todo eso se me echulió rápido en la vida.

Yo a los 21 años la lista se había chequeado.

los 21 años.

Entonces, claro, seguí jugando, seguí jugando.

Pero ¿y ahora qué?

Entonces no sé si me faltó soñar un poquito más, no sé.

Ahí en paralelo iba pasando también que...

Uf, tuve entrenadores en mi carrera.

Fatales.

Tuve unos buenos, pero tuve unos fatales, Robi.

Fatales en tema de acoso, de abuso, no sé cómo se llama eso.

No es que no sepa, de abuso y también de acoso de las dos.

Pero que era horrible.

No me podía agacharme a amarrar un guayo porque me decían que me iban a embarazar por
atrás.

Tenía otro entrenador con...

Me acuerdo de una charla técnica.

No, ahora el nombre del entrenador me va pesar todavía, está activo.

Entonces estaba el técnico y empieza, vení, yo jugaba o de extremo, por un costado, o de
delantera jugaba yo.

Entonces está el técnico así poniendo la alineación y le pregunta al asistente, ¿qué?

Nicolá ponemos por el costado o ahí?

¿En qué posición la ponemos?

Y llega el asistente y le dice, ¡uy!

Yo a Samona la pongo en todas las posiciones, ¡qué rico!

¡Delante de todas mis compañeras!

¡Uf!

En frente de todas sus compañeras.

De todas, no, pero eso no fue nada, después estuve...

Después estuve en junior y ahí fue peor y tuve un entrenador que delante de mis compañeras
llegó a decir que la noche anterior se había hecho la paja o sea se había masturbado

viendo fotos mías y de una argentina que va en el equipo.

Y yo ahí me empecé a colapsar.

Yo ahí empecé, esta vuelta no me está gustando.

No me está gustando.

¿Qué dijeron sus compañeras?

No, quedamos todos helados.

Y yo, yo he sido muy fosforito y yo me he hecho respetar en la vida y yo me acuerdo que
ahí, cada tres, cuatro días, yo cogí y decía, pues yo no entreno, a mí me respetaba, no es

que me quitaba el peto, o sea, la vaina de entreno, cogía mi carro y me iba.

yo, así no entreno.

No, no, no, primero el respeto.

No, eso fue muy denso, fue muy horrible.

Yo pasé unos meses duros, duros.

Y yo iba y decía, y me decía, no, no, ya se acaba la temporada, aguante hay otro poquito
ya.

Yo no, pues que piensen que fuera la hija de ustedes.

Esto es denso, ¿me entendés?

Y yo me empecé a colapsar un poco mentalmente.

Pero este fue peor que han pasado todos sus virus, solamente empezó a pasar después.

Sí, yo, verdad es que en mis comienzos, por ejemplo, en Atlas, que fue mi club,

digamos, como primero pues ya de fútbol femenino, me respetaron siempre.

Tuve profesionales íntegros, entrenadores, o tuve una entrenadora mujer, pero tuve
entrenadores hombres íntegros con los que aún hoy en día me hablo y hablamos de fútbol y

gente pero impecable.

O sea, que jamás me dijeron un comentario.

Esto fue más en el fútbol profesional, pero también hay casos que son al revés.

Yo agradezco que haya sido así.

O sea, pues eso no se agradece, obvio, pero prefiero que me haya agarrado ya con más
grandecita, con más pellejo para decir

ven y vos me respetás, ok?

No entreno, así no entreno.

Yo me iba y me iba y era rebelde y yo...

no me lo aguanto, fue duro, fue...

Fue bien...

Y ahí se me empezó a bañar la cabeza.

¿Fuiste igual con otras compañeras?

No.

Pasaba con...

Ahí en Junior pasaba con una argentina que era compañera mía y conmigo.

Pero...

Pero había otros clubes donde solo me pasaba a mí.

Sí, bien denso el tema, la verdad.

Y ahí me empecé como un poquito más.

Entonces digo...

Me voy de Colombia.

No, yo quiero estar en paz.

Bueno, me voy, una temporada en Suiza.

La ciudad más aburrida del planeta Tierra para vivir.

Viví en Ginebra.

No, me quería morir del aburrimiento.

No, muy lindo y todo, pero eso es para ir un ratito o para vivir en familia.

¿Uno solo?

No, no, no.

Eso fue duro, duro, Me multaban por todo.

Ponía música, ponía salsa.

Me multaban.

No sé qué, la basura.

Me multaban.

La lavadora la prendía después de las cinco de la tarde.

Me multaban.

Es una cosa imperdionante.

Y entonces, bueno, pero pero pues suiza.

Bueno, fue un añito ahí como para ver qué tal jugué ese año.

Ahí como que me retiro un año, me voy para un para un reality toda la vaina.

Vuelvo y entramos.

Y hiciste OK, dice Exatlon Estados Unidos.

Así como fue no exatlón estadounidense, una vaina de Telemundo la hice bien.

Cool.

Muy duro, muy duro.

Un aislamiento de 4 o 5 meses y uno compitiendo en pruebas.

Pero pero fue bueno.

Sabes hoy.

Hoy agradezco esas experiencias, dos veces y estuvo bien.

Pero en todo caso, Robi, nada, después, claro, entra la pandemia.

Yo ya me había dejado jugar un año por el reality, por toda esta vaina y entra la
pandemia.

Y yo digo, antecitos de pandemia me habían hecho una prueba en ESPN.

Porque yo ya me había retirado y como que me dijeron, pues venga a ver.

Yo había hecho unos cursos como para aprender a hablar y toda esta vaina con micrófono y
con apuntador y tal.

Y voy y me dicen listo, no nos llamen, nosotros los llamamos, pasaron como tres años, dos
años, no sé.

Pero en todo caso, después de eso, claro, entra la pandemia y yo digo, llevo un año sin
jugar, pero esta pandemia me va a dar a mi chance.

Aquí todo el mundo se va engordar, aquí todo el mundo se va a volver nada.

La pandemia nos va a poner a todos en ceros.

Sí, yo digo, me va a dar una oportunidad más y juego un año más en Ejidad.

Pero fue muy forzado.

Yo lo jugué.

Y estuvo bien, estuvo ok, bien.

Pero de alguna manera, Robby, yo ya no sentía que yo disfrutara lo que yo disfrutaba
antes.

sea, cuando yo estaba peladita, uy, que te vas al viaje más horrible con la selección
Valle en el buzno de qué.

Y yo era feliz.

yo una semana antes yo ya guardaba mis guayos y decía estos, estos me tengo este torneo y
era, empacaba mi maleta y todo era pensando en eso.

Y yo este último año que jugué en Ejidá fue muy forzado, fue, fue...

Yo ya no era la primera en llegar, no era la última en irme.

Yo ya era como que listo, Que concentramos ahorita a las cinco de la tarde y yo...

¡Uy!

La concentración, ¡uy!

¡Qué pereza!

Y yo llegaba tres minutos antes de la hora citada y yo como que...

¡Uy!

¡La pereza!

Entonces, en algún punto de reflexión yo ya dije, ¿sabes?

Que esto no está siendo justo porque es que hay unas niñas que tienen esa ambición que yo
tenía a los 13 años y yo les estoy quitando ese lugar.

Ya no es leal con el resto.

yo voy a dar un paso al costado, me voy a preparar porque el fútbol seguirá siendo siempre
mi pasión y eventualmente voy a dirigir.

Y tal, bueno, en ese momento me llaman de 10 pien al rato, empiezo a trabajar, pero me
empecé a preparar para dirigir y eventualmente yo creo que voy a dirigir, es mi sueño.

Pero si me entendés, fue como el momento de decir, ya no lo disfruto tanto y con el dolor
en el alma porque la vida del futbolista es chévere, muy bacana.

Y pues al final, cuando ya empiezas a trabajar en otras cosas decís, qué rica es la vida
del futbolista.

No es mayor cosa.

sí, fue saber ponerle punto final en un momento donde todavía estaba bien, donde quería yo
dejar el fútbol y no que el fútbol me dejara mí.

Y así fue.

Y fue bonito.

Pero no fue duro.

Sí fue duro.

Al comienzo no.

Fueron dos meses, tres meses donde fue maravilloso.

Yo me sentía en unas vacaciones.

Y yo tres meses donde fui muy feliz en el retiro.

Y por ejemplo, yo me acuerdo, yo iba al gimnasio y era un placer roby el hecho de yo no
tener que...

Claro, llevaba no sé, 15 años de mi vida, siendo a gimnasio, porque tenía que ser más
rápida, la más explosiva, alzar 100 kilos de jentadilla, saltar mil veces, todo con esto

de tengo que ser la número uno, ¿sí?

Y yo en esos tres meses yo decía, ¡qué libertad!

Y yo me acuerdo que yo me metía al salón de como de las viejitas a hacer zumba.

Y yo decía, es un privilegio.

Y nos decían, cojan la mancuerna.

Y yo decía, coja una mancuerna de un kilo.

¿Sabes cuál es esta satisfacción?

Yo antes tenía que hacer con mancuerna de 70 kilos.

Hijo, y haga, y haga, y haga.

yo decía, wow, yo era la más mala de zumba.

Y yo decía, qué privilegio.

Yo me hacía la última vila para no descorredinarle al resto.

Yo decía, mira, el placer que venía a entrenar con las señoras mayores sin tener que ser
la número uno por primera vez en 20 años.

Entonces, sí fue lindo.

durante tres meses.

Y después de dos, meses, para mí fue un vacío muy bravo.

Fue como que...

ahora?

¿Pero está faltando la cancha?

¿Faltan la competencia o faltan la parte mental?

Hasta ahí no me faltaba nada en esos tres meses.

Y después de esos tres meses, yo un día digo, las clases de zumba están bacanas y tal.

Pero ¿y ahora qué?

O si yo...

Lo único que hacía medio bien en la vida era pegarle patadas a un balón.

Es lo único que he hecho en los últimos veintipico de años.

Ahora, ¿qué?

Pero es que si yo no estudié, pero es que si yo no hice nada, ¿qué?

¿Qué voy a hacer?

¿Qué me gusta?

Yo no sabía ni quién vivía acá, Robi.

sea, yo había estado en...

Así de cuenta como en la ruedita del hamster durante 25 años o 26, corriendo así como que
por un objetivo, por una cosa, pero yo nunca me detuve de decir...

Y acá dentro que hay.

No, yo no sabía nada.

Sabía que me llamaban y que el reino yo no sabía que me gustaba en la vida más allá de
jugar fútbol.

Como el pez en el agua en otro pez dicen que te el hago.

Entonces, qué es agua?

Y p*** donde estaba como 18 años.

Literal, literal.

Y entonces ahí fue un proceso.

Yo ahí me tosté duro, la verdad fue duro.

Empecé pues hace muchos años que voy a terapia, pero antes iba a terapia, pasé la número
uno.

para ejercicios, precompetitivos, para la vaina.

Y un día ya empecé a ir a terapia dura.

Necesito conocer quién vive acá, qué me gusta en la vida.

Listo, me retiré, pero ¿y ahora qué?

Y entonces fue duro, empecé a estudiar para ser entrenadora, hice las licencias de la
FIFA, ese tema.

Me empezó a encarretar eso.

Al tiempo me llaman de ESPN, pero el vacío estaba muy bravo.

Yo decía que hay algo que no me cuadra, que no me cuadra.

Competitó una vida y esto me hizo daño.

fue empezar a cuestionarme muchas cosas del sistema del fútbol, sea, el hecho, por
ejemplo, de yo llegar todos los días al club, cualquier club en Europa, en donde fuera.

Todos los días, apenas vos llegas, lo primero que haces es que haces en top y en licra te
pesas, te dicen, uy, Nicole, 59.6.

¿Qué comí ayer?

Serial.

No, literal, o todo está medido.

Y claro, yo empecé a darme cuenta que ese nivel tan profesional, o alto rendimiento.

no es tan sano como la gente cree, que te rayas el coco duro.

hecho es que pasaron por ahí dos años donde yo seguía sintiendo culpa o temor de comerme
una chocolatina, una hamburguesa, algo.

sea, sí, uno queda muy muy rayado, es la verdad.

Y bueno, fue a mucha terapia, fui al psiquiatra, medicé.

O hice muchas vainas porque es que el pasillo era muy bravo y llegó un momento, cuando yo
vuelvo en mi segunda temporada de Xatlón, se fue como que junio del 21, más o menos mayo

de junio del 21.

Ahí fue muy duro.

estamos en pleno paro, me acuerdo.

Yo salgo de ese encierro tan berraco, cinco meses por allá en República Dominicana, sin
saber de nadie, en un encierro, sin teléfonos, una cosa horrible.

Y llego acá y la gente matando.

yo decía, no, Dios mío, estamos muy mal.

Y me voy para Armenia a ver a mi abuela.

Mi abuela es la oración de mi vida.

Y yo me acuerdo que un día, esto nunca me había ocurrido en la vida de Robby.

Un día era mucha tristeza acá, en el pecho, un hueco.

Y entonces mi abuela cualquier día me dice cualquier pendejada como que, ay mija no
imagines que sembré un cactus y lo va a trasplantar a otra matera.

Y yo lloraba y lloraba y entonces ese fin de semana en Armenia yo no hice más que llorar.

sea, era como que Nicole te gustan mis tenis.

Y no podía parar y no podía parar y ir a este hueco y yo dije no, necesito ayuda.

Necesito ayuda y ya me cogió, me habló y me dijo creo que no está bien.

Vení, espérate.

Paremos un momentico.

Algo te está ocurriendo.

yo sí, no sé qué te...

Claro, y ahí, ocurre algo que es muy difícil cuando el otro no lo ha vivido.

Yo tenía...

La gente de Arcaná me decía, ay, Nicole, pero es que mirá, vos sos muy bendecida, tenés
una vida increíble, mirá la carrera, aquí tenés una casa donde dormir, un techo.

Y yo le decía, sí, yo lo entiendo y yo por todo eso estoy muy agradecida en la vida.

Pero acá hay algo que no me traba.

Claro, ya empecé a ir al psiquiatra, no sé qué, tal, dedico un tiempo.

Ya después lo dije, pero sí es una vaina muy difícil el hecho de retirarse.

Y eso se llama el día después en el deporte, el día después.

Y es como que te quitan el piso lo que habías hecho bien hasta ahora.

De repente se va.

Un deportista tiene una vida típica porque no sea los 32 está viejo.

Entonces es complicada la vida del deportista profesional.

Hay un libro, creo que se llama The Choice o La Lección.

de una muchacha que un judío, un judío que fue en una campo de concentración.

Es como Víctor Franco, como en ella, la primera cosa en su libro, hablan de la cosa que la
gente siempre hace que es terrible.

Si tú te sientes como un dodo, tú estás sufriendo.

La primera cosa, tú vas a ir a la calle, mira, esta persona no tiene comida.

En compararte, yo debe como.

ser más agresivo, más...

estar feliz, no puedo...

Es peor cosa porque son tus problemas.

Mientras que tú comparas con alguien más, estás desmuyendo el poder de sus problemas.

Diciendo mis problemas no son graves, pero son graves para vos.

Entonces es como la gente diciendo que, mira, que esa es la peor cosa de decir porque son
tus problemas.

Obviamente, gente peor, pero...

Claro.

Esa mi vida.

Claro, no.

Y digamos que eso puede pasar.

A veces cuando el ser humano...

tiene como un momento de crisis, de mucho estrés prolongado, puede haber como un
desbalance hormonal, ¿sí?

Y en ese caso, en ese momento que me dio esta crisis tan verraca donde yo lloraba sin
saber el porqué.

O sea, no había un motivo, solo era un hueco muy verraco y era algo que yo podía estar en
algo feliz y de repente como que era un switch que me tocaban adentro, algo que me

desconectaba, un cablecito y yo empezaba a llorar pero no podía parar.

Entonces sí fue un momento muy difícil de mi vida, como

post-retiro.

Pero después la vida se fue encaminando y ya y empecé a estudiar para ser técnico, como te
digo, empecé a trabajar en ESPN, eso me dio como otro aire, otra vaina.

Seguí conociéndome, aún hoy en día voy a terapia cada ocho días con problemas y sin
problemas, Robby, y yo te digo, eso me ha cambiado la vida y yo le diría a cualquier ser

humano del mundo, aunque usted sea, yo sé que nadie tiene la vida perfecta, la pareja
perfecta, pero aunque usted sienta que usted no tiene problemas en su vida.

Ay, nada como ir a terapia.

Eso es una delicia.

Ir contarle a un profesional.

Vení.

que...

Ay, mirá qué arte.

Es que no pasa nada.

O sea, hay vainas de las relaciones de tu vida, de tu pasado.

Hay muchas cosas que entender.

bueno, hice todo.

Constele, no sé qué.

Hice terapia.

Todo lo que vos queras.

De hongo.

De un millón de vainas.

Porque yo no estaba conozco quién vivía acá.

Después lo fui conociendo y me gustó lo que conocí.

¿Ya conocís?

No todo, pero sí.

Claro.

Hice taller de neagrama.

Sí, ya me conozco bastante.

Y todavía tienes como...

Es porque yo sufrí de depresión, mucho tiempo en mi vida.

En todo el día están allá.

Yo puedo sentirlo todo el tiempo, vez en cuando, pero soy mucho más consciente.

Tú todavía tienes este hueco, este vacío allá, porque es muy distinto, que tú ya es en el
pasado.

Sí, yo puedo sentir cuando me va a dar, cuando estoy más propensa que me de como una
tristeza, así como esta cosa donde...

Es una sensación muy horrible porque es como como que te aprieta acá y vos no lo puedes
controlar tanto.

Hoy en día así con ejercicio de respiración.

chispa?

Viene de un...

¿Puedes identificar cuando unas cosas pasan que te...

Sí, claro.

Cuando tienes mucho estrés, cuando tienes problemas, cuando tienes problemas con tu
pareja.

Hay factores que a mí me afectan un montón.

Pero es igual como tú debes ser el número uno en la relación, debes ser el mejor como
esposa.

Es como igual que tú.

No.

Ok.

Yo hoy solté el peso.

Ojo.

Y fíjate cuando me retiré.

Como a los dos años de retiro, mi marido hacía motocross, bueno, montaba moto y me da por
hacer motocross.

Entonces conseguí una moto.

Y por cada vez que soy muy competitiva, Roby, y la primera carrera gané.

Yo no entiendo, gané.

Entonces, claro, volví a sentir ese vicio.

sea, ganar es como una droga en mi sangre.

Es como...

Gané.

Y es una vaina muy de ego, que he trabajado un montón.

Y el motocross se me volvió nuevamente la obsesión del fútbol.

Iba a la pista todos los días.

Y empecé muy tarde, empecé a los 28 años.

Ese año gané.

Había una competencia que se llamaba Cladiadores, que era como a nivel nacional y era en
diferentes ciudades.

Y yo iba y ganaba, y ganaba, y ganaba.

Solo una vez que de segunda.

Pero resto gané, gané, gané.

Y claro, en motocross en los nacionales pues ahí sí me atendían porque el nivel era muy
alto de las peladas que corrían, pero igual era como sorprendente que con seis meses

montando yo pudiera lograr algo, montarme un podio o no sé qué.

Y un día apareí, un día apareí y dije, espérate, ¿por qué estoy haciendo esto?

Para ganar.

Para llenar un vacío de, claro, como nunca fui suficiente niña, seguramente para mi papá
sobre todo, ¿sí me entendés?

Entonces yo tengo que ser la número uno para brillar.

sea, lo que yo sentí fue lo siguiente, que yo fui una niña muy sola.

¿Sí me entendés?

Mi mamá en lo suyo, trabajo, mi papá ausente también.

Que no lo juzgo, era la información que tenían.

Lindo los dos hoy en día, los amo y los adoro.

Pero que un poco sí crecí muy sola.

Entonces, de alguna manera, sobre todo en la relación con mi papá, Robi, yo sentía que la
única forma de que mi padre me viera era si yo era la número uno en algo.

Eso fue muchos años de terapia para yo llegar a esa conclusión.

Y entonces, claro, es como que, ey, ¿se acuerdan que por acá tuvieron una hija?

Por acá estoy, claro.

no me ven.

OK, tengo que ser la número uno en algo.

Escojo algo para ser la número uno, porque solo así van a saber que usted existe.

Y entonces, cuando claro, con el motocross, 20 años después, fue reivindirlo de esa niñita
a decir, tengo que ganar.

No tengo que ganar nada, porque voy a tener que ganar.

Aprendí a montar motos 6 meses.

Una barbaridad, estoy yendo a una velocidad que es mucho mayor a la técnica que yo tengo.

¿Por qué tengo que ganar?

¿Por qué me tengo que poner esta presión?

Mi valor no está en ese primer lugar.

Entonces volvi a ser esa niña, pero fue muy jodido.

Eso es que quieres decir.

Siempre están allá.

Y empecé, claro, y empecé a trotar hace seis meses.

Conseguí un entrenador de trote con el que hoy en día entreno.

Y yo le dije...

Diego...

El Boston en como un año.

No, puede estar con el Boston.

El Trokeo.

puede que sí la saga.

O sea, pero porque me parece bacano.

lo primero lo primero que le dije es Diego, yo no quiero ser primera de nada.

O sea, bacano tener meta de terminar una media maratón, después de más adelante.

No, pero le dije este ejercicio lo agarrar así.

Y fíjate que ha sido un trabajo de humildad donde he podido disfrutar del trote, donde yo
salgo a correr a capullones por el Virrey, por donde sea acá en Bogotá.

Y a mí me pasan unas señoras que me triplican en edad y yo voy como una anciana y me da
igual.

O sea, me da igual.

Es una cosa que lo hago.

incluso aposta como para que no me gane ese primer lugar.

Ya entiendo por qué comentaste sobre trotar en la mitad del podcast.

¿Por qué?

Ajá, es porque es una gran evolución en tu ser.

Es una evolución.

eso te digo que cuando corro en la media maratón y me dan el aplauso, que yo sea la última
o la penúltima y llegue con Pero fue un aplauso de tu decisión de correr por correr, no

correr por ganar.

Claro.

Y es lo más lindo.

disfrutaste.

Están aplaudiendo tu decisión.

claro, los ojos encharcados de decir, o esta gente sale desde la comodidad de su
apartamento, estaba lloviendo, aparte, tenés a media maratón, bajan acá a la calle,

aplaudirnos a nosotros un poco de lentos, porque claro, acá no eran los primeros cinco
keniatas que traen, y van a lo que da el cuerpo y te hacen una media maratón, una hora, no

entendes cómo, uno lo hacen dos horas, imagínate, y ellos bajan, aplaudir, así sea, al
último, yo digo, esto nunca lo vi en un estadio, lo más lindo que me puede pasar.

y qué privilegio poder pasar así de lento para lloverlos a la cara y hacerles así y darles
las gracias al mundo.

pero ellos deciden que pues algo como tres niveles de profundidad.

Ellos están aplandiendo tu decisión, tu como tu cambio, tus cambios de que tú no estás
corriendo para ser Probablemente la próxima aplaudan eso.

En esta no lo sabían.

Pero después de que oigan este podcast lo sabrán.

eso es muy especial.

Listo.

Increíble todo.

Las últimas preguntas.

A ver.

el mejor feedback que has recibido en tu vida.

De dónde vino el impacto en por qué conecto contigo.

Uf, je.

El mejor feedback te lo voy dar.

Cuando yo llegué al Atlético de Madrid, nosotros entrenábamos en la ciudad deportiva de
Majada Honda, el Cerro del Espino, la misma ciudad deportiva donde entrenaban los hombres

del primer equipo.

Salchó los cimeones, su cuerpo técnico, los jugadores.

Y nosotros estamos jugando ahí un partido, un amistoso, un partido amistoso.

No era que hubiera mucha gente, pero en la ciudad deportiva a veces se...

a veces iba gente a vernos jugar, ¿sí?

Y yo me acuerdo que se termina el partido, yo entré, no sé, los últimos 30 minutos, ponle,
y jugué, tal, y en esas, mirá, me coge el profe Ortega, que era el preparador físico del

primer equipo, o un tipo con un recorrido, Robby, todo lo que vos queras, o sea, uno de
las manos derechas del Cholo Simeone, un tipo así, guau, que yo había visto en televisión

y ya, sabía quién era, y tal, yo voy saliendo ya, y él me agarra.

jamás se me va a olvidar y me dice Nicole Colombiana y yo como que yo no entendía que él
se pudiera saber mi nombre yo decía tipo como que a saber mi nombre Nicole Colombiana y yo

que yo hola hola profe yo si sabía quién era él y entonces él me dice te voy a dar un
consejo sé que acabas de llegar y y te quiero dar un consejo en este club te van a

perdonar todo que res un gol

que falles un pase a dos metros.

Te lo van a perdonar todo.

Pero acá hay algo que el Atlético de corazón nunca va perdonar.

Que no te entregues al 100%.

Si vos ves que la pelota, así sea, ya se va a ir por la línea de banda, tírate.

Tírate en un quito deslizante e intentar que no se vaya.

Así sepas que ya se va a ir.

Porque la entrega, único que acaba, no te lo van a perdonar.

Tírate.

Y yo le decía, como que yo me quedé mirando.

sea, como si fuera un extraterrestre.

como que...

Listo, profecí.

Y yo después me fui como que con esa reflexión y hoy en día yo creo que eso aplica la
vida, Robi, en el sentido de no importa que vos sepas que a lo mejor no vas a poder cerrar

ese contrato, pero dejate la vida.

sea, que no te quede nada, que no te quede ni una gota de esfuerzo, que si te tocó cambiar
el plan para presentárselo, hacer otra presentación diferente para tratar de convencer a

ese cliente, lo podás cerrar, que no te quede el...

O sea, quédate con esa frase.

del profe Ortega.

sea, acá lo único que no te van a perdonar es la falta de entrega.

Entregate más, entregate el doble por tu empresa, por vos mismo, por todo, que no te quede
nada adentro.

Es increíble.

Sí, eso me marcó para la vida.

Yo creo que él ni se va acordar ni de acordar de mí.

En cómo pero cómo conectes este con resultados obsesión?

Porque ese es un súper consejo que nos hago que puede dañar a alguien porque van a dar más
que ellos tienen.

Si me entendés.

Yo creo que la felicidad no puede depender del resultado, pero lo que sí, cien por ciento,
tenés que hacer siempre es entregarlo todo.

Si no se da, si no se da mi fichaje a tal club, si no se da que cerré el negocio tal, que
a mí no me haya quedado nada adentro.

sea, el hubiera yo creo que la sensación más horrible que tiene uno adentro.

Como que, y si yo lo hubiera intentado un poquito más.

Y si yo más bien hubiera cambiado la presentación y me lo hubiera metido por este lado el
cliente, creo que hoy en día viviría la vida con la misma entrega, con el mismo

sacrificio, con el mismo objetivo en mente así tan claro, pero disfrutando un poquito más
del camino, pero eso sí, dejando todo en la cancha.

Me fui a dormir hoy tranquila porque a mí no me quedó ni una gota de sudor en el
entrenamiento.

Yo lo di absolutamente todo.

Si no mejoro con esto...

Pues ya está, pero yo entregué todo mí.

Ya lo demás se lo dejo a la vida.

que...

Puedes fracasar con un gol, pero no con su esfuerzo.

Exacto, exacto.

Puedes botar el gol, pero...

Pero entregate.

Un hábito de práctica poco convencional o convencional que has adoptado.

Ok, este es reciente en todo esto de conocerme y tal.

Mi cabeza es muy rápido, Robi.

Piensa mucho, mucho, Yo puedo ver.

Ok, o sea, lo...

Ella es así, o sea, es como que...

bombardeo de pensamientos todo el tiempo.

Entonces, con mi psicóloga, un día me dijo, claro, toda esta onda de la meditación y tal,
ya me han hablado mucho, pero para mí no existe tal cosa como sentarme y mente en blanco.

Me cuesta demasiado, ¿sí?

Con la práctica, una que otra vez medio he logrado entrar como en una cosa chévere donde
me fijo, pero nunca mente en blanco, o pero sin mi respiración y me conecto y toda esa

vaina.

Bien, estudiado los chakras, todo lo que os creáis.

llegó esta herramienta mi vida que es una japa mala o japa mala no sé cómo se llama bien,
no sé cómo se pronuncia pero en todo caso es como hagan de cuenta un rosario para los que

no saben acá tengo una justo, ¿qué pasa?

son 108 bolitas ¿sí?

donde uno puede decir como un mantra yo me siento todos los días ahí en ese supá y puedes
decir un mantra el que sea, que conecte con vos o si no, por ejemplo, a veces hago el

ejercicio en este me demoro más es difícil, pero se logra

Hay que agradecer 108 veces.

Todos tenemos muchas vainas que agradecer.

108 veces trato de hacerlo con cosas diferentes.

Entonces.

Gracias por la salud de mi abuela.

Gracias por no sé qué.

Gracias por ese negocio tan por ejemplo también.

sé, pero tocarlo o podés tocarlo.

que querés, podés ponértelo.

Por ejemplo, Roby, hay vainas.

Te juro que funciona.

Tiene mucho power eso y tengo varios.

O sea, tengo otro.

que me regalaron hace poco una persona especial y ahí lo tengo también con ese, hago
también en las mañanas.

Y fíjate que es muy bacano como también puedes atraer cosas, así lo uso, por ejemplo, no
sé, soy una mujer abundante, hoy cierro el negocio tal, 108 veces.

Bueno, esto por darte un ejemplo así muy rápido, pero soy una persona paciente, no me
desespera el tráfico de Bogotá.

O sea, de cosas muy básicas como esa, esa me cuesta mucho.

Pero vos lo haces y tu día cambia por completo.

Cuando vos empezás como agradeciendo, como mirando para adentro, te lo juro que tenés un
mejor día que simplemente te deja llevar por el Dicho, tus tres libros favoritos.

Ok, ok, bueno, voy a meter el de Open de Andrea así que lo mencionamos antes.

No, que meter todos.

Vale, Entonces, hay uno.

Puedes decir cuatro.

Ok, el último de Robin Sharma me gustó mucho.

la grandeza que el dinero, la riqueza, perdón, la riqueza que el dinero no puede comprar.

Es el último de Robin Sharma, porque es muy práctico.

A ver, casi todos los de Robin Sharma, la verdad es que me han gustado mucho, pero este
último es muy práctico, son como básicamente consejos prácticos para ser una mejor, un

mejor humano cada día.

Sí, pero como listo, si el mesero te atiende.

Ey, esforzate un poquito tal.

Ey, celular no lo usés.

dos, tres horas antes por tal data te explica el porqué.

sea, son muchas vainas.

¿Vos compras?

Está muy cool, sea, demasiado cool el libro.

Bueno, de...

Yo tenía ahí anotados, tengo muy mala memoria, pero voy a tratar de acordarme de otro...

Sí, La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera.

Bueno, es diferente, es un libro diferente.

comienzo me costó leerlo, es una novela.

Pero tiene también cosas ahí bacanas, como para la gente que está rayadita como yo de la
cabeza, es interesante.

Y el tercer libro que le recomiendo es Los 11 Poderes del Líder de Jorge Valdano.

Esto fue uno de los primeros que me leí como de alguien del fútbol, pero es espectacular.

O sea, es un muy buen libro.

Y ahí saca uno ideas para conferencias, mensajes muy claros.

La verdad que está muy bien.

Es uno de los tipos que más admiro en la industria del fútbol, a Jorge Valdano.

Una cosa en la que desearías ser mejor y por qué?

Pues si yo hubiera podido tener un talento en la vida, aparte bailar salsa muy bien, como
todas las caleñas, excepto yo, porque soy muy mala.

Como las personas del delirio.

Claro, si yo pudiera bailar como ellas, maravilloso que Diosito me hubiera tocado con la
varita y ya y son sonriendo y no pierden el ritmo.

No, eso es un placer de la vida.

Yo también.

Pero, esa es segunda.

Yo te estoy diciendo.

El primero para mí de este me da como una envidia sana de toda esa gente que puede llegar
a una reunión familiar con amigos y sacan la guitarra y empiezan a cantar y tienen una voz

como de como de reality, como esta gente que gana el reality y son con su guitarra y yo
digo no puede ser, sea, no puede tener tanta magia dentro a mí, ¿por qué no me tocó la

voz?

Yo he dado la vida por cantar bien y por bailar salsa bueno.

Super.

Tu posición favorita y por qué.

De las cosas físicas, pues, mi posesión favorita fueron unos libros que me envió mi abuela
en pandemia.

Armenia.

Sí, de Armenia me mandó la abuela.

Yo en esa época, en pandemia me pasó algo.

Empecé a leer mucha poesía.

Mucha, no sé, algo entre mí, mucha poesía.

Y entonces mi abuela me dijo, en mí yo te mando tres libros del abuelo.

Mi abuelo también, escritor, una vaina así, una mente diferente.

y como fanático a la poesía, me mandó tres libros de Borges subrayados por él de esa
época.

Mi abuelo se murió hace muchos años, cuando yo tenía un año.

las páginas ya están como medio amarillas, medio cafés, viejas, pero todavía se alcanza a
ver sus subrayados.

Y esa página me impactó tanto, yo me leí desde la primera hasta la última página y era
como meterme en su cerebro de un tipo romántico, espectacular, divino.

Y sí, te lo juro, fue como un amor.

con mi abuelo, con una conexión, alguien que, o sea, sí lo conocí con un año, tengo una
foto, pero nunca hablé, ¿sí?

Y eso para mí tiene mucho valor, mucha magia, y da otra posesión.

Es que yo creo que yo soy la última romántica de esta generación, ya eso no queda.

A veces me da hasta pena, yo creo que muy cursi yo, pero...

Pero cuando mi abuela, yo no sé, un día, ya sabes que cuando la gente está mayor...

A veces piensa que se va morir.

Yo creo que mi abuela todavía no se va morir.

Quedan buenos años todavía.

Pero un día me dijo mi hija, ¿usted qué quiere de herencia que yo le deje?

Tampoco es que tenga mucha cosa, ¿no?

algo.

Entonces yo le dije, Yo lo único que yo quiero es que me dejes tu caja.

Ella tiene una caja de cartón donde tiene todas las cartas de los novios, de su infancia,
de todas las cartas con las que mi abuelo se la conquistó a ella.

pero son unas cartas, unas postales que había en esa época.

Mi abuelo era médico, entonces viajaba y le mandaba postales que se demoraban tres meses
en llegar.

Y son una cosa tan divina, o sea, con letra cursiva de otra época, con las fechas por allá
de 1945 y, llegaba por correo.

Y yo, meterme en esa película, la herencia esa es mi otra posesión valiosa desde lo físico
y es esa caja con todas las cartas de todos los novios de mi abuela, que fue una mujer

hermosa y que levantaba y...

y que rompía corazones.

Entonces esas esas esas son mis dos posesiones de la vida más valiosas.

Eso era increíble.

Sí, sí, sí.

Y si pudieras enviar un mensaje a tu hermana a través de WhatsApp, qué mensaje enviarías?

A la gente le diría que sueñen en grande, que no dejen que que una puerta cerrada o que no
los desmotive, les quita un sueño.

sea, ustedes valen mucho más que un no.

Sí, y a veces es luchado, pero

Pero al final, si uno está obsesionado con la meta, con llegar, con...

No va a ser fácil porque si fuera fácil todo el mundo lo haría, Y es chocarse muchas
veces, y es estar dispuesto y es ir, tocar puertas, chocarse.

Pero al final la vida te premia y al final las cosas se dan cuando uno trabaja muy duro,
cuando uno es disciplinado y cuando uno tiene el objetivo claro.

Entonces les diría que sueñen en grande, muy en grande y trabajen muy duro.

Listo, Niki.

Bueno, Robi.

¿Algo que olvidamos?

Yo creo que no.

Yo creo que no.

No, Robi, muchas gracias, de verdad.

Para mí fue más que un placer compartir contigo.

Lo que te dije antes te ha admirado desde hace muchos años, desde la pandemia, que soy fan
de tu podcast.

que hoy que estés acá en esta sala, para mí ha sido una tarde muy especial.

Muchas gracias.

Entonces siempre puedes ganar más plata, más tiempo.

Gracias por su tiempo.

Gracias, Robi.