La biblioteca de Julio

En la Biblioteca de Julio también hay libros escritos por el propio Cortázar, y en esta ocasión hablamos de uno de ellos. Bueno, no es un libro sino un sobretiro. Una separata. Un cuadernillo. Dicho más claro: el capítulo que Julio Cortázar decidió dejar fuera de Rayuela: el 126. Descubre su historia, y la de la novela, en este episodio que cierra la cuarta temporada. Intervienen, por orden de aparición, Bruno Galindo, Diego Tomasi, Mariángeles Fernández, Noe Dans, Julio Cortázar, Mariana Iglesias, Luis Martínez y Celia Martínez.  
 

What is La biblioteca de Julio?

El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.

LBdJ Julio Cortázar. "Separata ‘Rayuela’"

La biblioteca de Julio. Un pódcast de la Fundación Juan March. Un acercamiento a la figura y la obra de Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida.
48. "Un capítulo suprimido de '‘Rayuela’'". Julio Cortázar. Revista Iberoamericana. Julio-diciembre, 1973.
1. Es un sobretiro. Es decir, una impresión adicional de una parte de una publicación, cuya distribución tiene lugar separada del resto de la obra. Dicho más claro: el capítulo que Julio Cortázar decidió dejar fuera de ‘Rayuela’. En la biblioteca de Julio también hay libros escritos por él mismo. Este, que no es un libro, sino una separata, un cuadernillo, lleva la signatura BC-L-Cor420.

2. Escribe Julio: “Conozco de sobra las trampas de la memoria, pero creo que la historia de este 'capítulo suprimido' (el 126) es aproximadamente la que sigue.
'‘Rayuela’' partió de estas páginas; partió como novela, como voluntad de novela, puesto que existían ya diversos textos breves –como los que dieron luego los capítulos 8 y 132– que estaban buscando aglutinarse en torno a un relato. Sé que escribí de un tirón este capítulo, al que siguió inmediatamente y con la misma violencia el que luego se daría en llamar "del tablón" (41 en el libro). Hubo así como un primer núcleo en el que se definían las imágenes de Oliveira, de Talita y de Traveler; bruscamente el envión se cortó, hubo una pausa penosa, hasta que con la misma violencia inicial comprendí que debía dejar todo eso en suspenso, volver atrás en una acción de la que poca idea tenía, y escribir, partiendo de los breves textos mencionados, toda la parte de París”.
JULIO CORTÁZAR
Saignon, 1973”.

5. Diego Tomasi: "Cerca de la Navidad del año 2006, cerca de la medianoche, Aurora Bernárdez, viuda, albacea y heredera universal de Julio Cortázar, habló con su editor, en ese momento Carles Álvarez Garriga, y le dijo que tenía unos papelitos. Y desplegó una cantidad insólita de textos inéditos de Julio Cortázar. Entre esos textos, que después fueron publicados en el libro maravilloso de nombre 'Papeles inesperados', había uno en particular que llamaba la atención, se llamaba «Un capítulo suprimido de ‘Rayuela’».
Este texto que había sido publicado en realidad en la Revista Iberoamericana en el año 1979, narraba las razones por las cuales Julio Cortázar había dejado fuera de la versión final de ‘Rayuela’ el famosísimo capítulo 126 que hoy nos convoca. En ese texto, «Un capítulo suprimido de ‘Rayuela’», Cortázar entre otras cosas escribe: 'Fue entonces, creo, y no en el momento de la revisión, cuando descubrí que este capítulo inicial, verdadera puesta en marcha de la novela como tal, 'sobraba'”. Y escribe «sobraba» en cursiva. ¿Puede un texto de Julio Cortázar sobrar? Que haya quedado afuera de ‘Rayuela’, ¿significa que sobraba?
Me parece a mí que en realidad ese verbo, en cursiva, después de una coma y en ese tiempo verbal, no es otra cosa que un chiste, que una humorada del escritor Julio Cortázar para que investiguemos por qué eso que sobra no debía sobrar, por qué eso que sobraba está ahora delante de nuestras narices'”.

18. Mariángeles Fernández: "Ah, bueno, el capítulo que se llama 'El Capítulo perdido'… pero tú sabes que para mí ese capítulo no estuvo perdido, cuando tomé conciencia de cuál era el capítulo, para mí ese capítulo se llamaba 'El capítulo de la araña', luego lógicamente los estudiosos dicen el capítulo escondido, no, el escondido no, el escondido es el 25. No, 'El capítulo perdido', ¿por qué? Porque Cortázar en la confección del libro decide excluirlo.
Excluir es un capítulo bastante largo, es un acto, vamos a decirlo así, de Oliveira cuando ya ha regresado a Buenos Aires, mejor dicho, ha sido expulsado de París y retorna con sus amigos a Buenos Aires, y es todo una estrategia, digamos, de, como si fuera, armar un búnker con hilos que él va pegando sobre una mujer. Hoy día no sé si escribiría ese capítulo, porque él la ha drogado a esta mujer, la ha drogado para que esté inmóvil, de forma que él, que se ha provisto de piolines y de hilos de colores en distintos sitios, con un pegamento los va pegando a sus pestañas, a su nariz, a la punta de los pies, al ombligo y tal.
Y luego él hace toda una estrategia de aproximarse a ella sin romper esos hilos, o sea, como si fuera un bicho, digamos, que se aproxima a la araña, pero sin romper la tela, ¿no? Entonces, ese capítulo, que en el fondo tiene también una especie de violación, porque él hace el amor con ella estando ella dormida, hoy día… bueno, no podemos mirar las cosas con nuestros ojos de hoy día, pero digamos ese capítulo lo excluye, porque, en el fondo, yo pienso que los capítulos rivales eran el capítulo del puente donde Talita trata de cruzar la calle para entregarle a Oliveira y a su marido a Traveler un paquete de yerba y unos clavos y también el capítulo 56, donde en el fondo se cuenta la misma peripecia de Horacio queriendo defenderse de su amigo Traveler haciendo lo mismo, pero sin Gekrepten, que era su mujer en ese momento, en la cama, lo hace él solo en su habitación".

20. Noe Dans: "La primera vez que leí ‘Rayuela’ me obligó mi profesora de literatura de la secundaria. Una señora que estaba loca de amor por Julio, que nos hacía escuchar su voz, leerlo, sentirlo, entenderlo, admirarlo. Ella tenía una obsesión. La segunda vez que leí ‘Rayuela’ estaba mal de amores. Recordé a la Maga y creí que podía ayudarme. Para la tercera, pero no última vez que lo leí, me había convertido en mi profesora de literatura sin siquiera darme cuenta. Quería saberlo todo sobre Julio. Quería saber todo sobre la Maga. Quería saber cómo era posible construir dos historias en un mismo libro. Así comenzó mi relación con Julio, un vínculo lleno de pasión, de admiración y sin la parte indeseable de los conflictos. Como diría Cortázar, 'Un juego lúdico al que me doy'. Julio no sabe de nuestra relación amorosa, pero él decía que no tenía una relación con la escritura, que la escritura tenía relaciones con él. Bueno, no te olvides de tus lectores querido, también tenemos relaciones con vos. Cada vez que abrimos ‘Rayuela’, desde el capítulo 1 o el 73, nos entregamos a la aventura, al juego, al amor".
13.

Julio Cortázar:"Toco tu boca. Con un dedo toco el borde de tu boca. Voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar. Hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara. Una boca elegida entre todas con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara. Y que por un azar que no busco comprender, coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca. Y entonces jugamos al cíclope. Nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí y se superponen y los cíclopes se miran respirando confundidos. Las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos, como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".

6. Mariana Iglesias: "Para la biblioteca de Julio, soy Mariana Iglesias, soy periodista de turismo cultural y guía urbana y desde hace muchos años desarrollo algunas experiencias vinculadas a la vida y a la obra de Cortázar. En Buenos Aires diseñé dos circuitos peatonales, uno en el barrio Rawson, donde se encuentra la casa donde Julio vivió de adolescente y donde hizo además la corrección final de ‘Rayuela’, y en el microcentro de Buenos Aires, para descubrir aquellos lugares, bares, teatros, espacios públicos que son protagonistas tanto de su vida como de algunas de sus obras. Todo lo que tiene que ver con 'Bestiario' y 'Final de juego' lo vamos a encontrar allí en esas calles de la ciudad de Buenos Aires. Además, dos o tres veces al año nos reunimos con lectores de todo el mundo de manera presencial o virtual para leer ‘Rayuela’ y selecciono de esta manera cuatro puntos de vista para leerla, desde las ciudades, desde los personajes, desde los lenguajes y de las artes, cuatro formas de abordar una novela que en realidad es infinita".

15. Luis Martínez: "…Que me parecía un experimento curioso analizar ‘Rayuela’ desde una perspectiva de juego matemática, ¿no? ¿De cuántas formas se puede leer ‘Rayuela’?. En principio son tres formas, ¿no? Se puede leer de manera secuencial del capítulo 1 al 56, puedes leer partiendo del capítulo 73 y utilizando el tablero de direcciones y después tú puedes leerlo de forma libre esos 155 capítulos al azar, en el orden que te apetezca. La pregunta es cuántas formas distintas hay. Si lo traducimos a al lenguaje matemático, tenemos un conjunto de elementos, cada capítulo es uno de ellos y disponemos de una secuencia lineal en la que no se repiten. O sea, podemos ir leyendo los capítulos en el orden que queramos, esos 155. A eso se le llama una permutación. Y el número de secuencias de N elementos en el que tú puedes ordenar esos N elementos sin repetirlos, es un número matemático que se llama cuando hay N, se llama N factorial. Y en este caso, pues tendríamos 155 factorial. Ese número, realmente, es 155 x 154 x 153 x 152 hasta 3 x 2 x 1 y es un número inmenso. Es 4,79 x 10 elevado a la 269, lo cual es realmente pues si te haces una idea del número de configuraciones que hay de todas las piezas en el ajedrez es 10 elevado a la 43 y este es un número muchísimo mayor, con lo cual realmente hay infinitas formas de leer ‘Rayuela’".

4. Diego Tomasi: "Además de las cualidades que ya se han estudiado y mencionado largamente de ‘Rayuela’ –el juego con el lenguaje, el riesgo, la capacidad para narrar una época dos minutos antes de que ocurran las cosas y así perdurar por siempre– además de todo eso, uno de los grandes méritos de la novela de Julio Cortázar es la manera en la que trata el espacio. El territorio en el que suceden las cosas. Mientras en París el narrador necesita todo el tiempo como si fuera la mirada de un turista, subrayarnos en qué esquina suceden las cosas, en qué café, en qué lugares –y eso es notorio y se subraya permanentemente y, creo, es deliberado– en Buenos Aires el territorio se empieza a difuminar, se hace nebuloso. No sabemos dónde están las casas donde suceden las cosas, no sabemos en qué espacio se tiende ese tablón de una ventana a la otra, no tenemos indicaciones acerca de dónde está el manicomio donde termina Oliveira. Mientras París es una ciudad de una ficción realista, Buenos Aires es algo así como una ciudad de una ficción alucinada, de ensoñación, imaginada por un narrador que ya está en otra instancia".

7. Pensar en ‘Rayuela’, hablar de ‘Rayuela’ a más de 60 años de su primera edición, el 28 de junio de 1963, es una experiencia que me encanta llevar adelante porque soy muy fanática de la novela, me gusta investigarla, me gusta conocer esas vueltas que tiene y en cada lectura encuentro una experiencia nueva, encuentro algún dato que no conocía, encuentro algún chiste o alguna forma que Julio nos presenta en esa novela o algún autor o algún músico o alguna canción o alguna obra de arte en la que no había reparado. Así que siempre leerla y releerla para mí es una experiencia que me gusta y que recomiendo. Cuando quienes investigamos acerca de la novela nos enteramos que había un capítulo suprimido, el 126, enseguida quisimos saber de qué se trataba. Y fue bueno darse cuenta de que el gen de lo que encierra ese capítulo 126 está disperso en toda la novela, o sea, que en realidad esos hilos que se tensan en capítulo a capítulo no se pierden, sino que aparecen en distintas formas y eso es lo maravilloso de conocer, por ejemplo, el 'Cuaderno de Bitácora', ese cuaderno o diario de viaje literario que Cortázar y que nos cuenta todas sus ideas y sus pensamientos y sus dudas al momento de embarcarse en la escritura. ‘Rayuela’ es un callejero de París y de Buenos Aires, es un registro de música, de literatura, de arte, de personajes, de marcas y es un registro también del siglo XX, que además aplica algunas formas del siglo XXI, como la lógica del algoritmo, en donde el tablero de dirección nos va llevando a distintos lugares y nos va haciendo vivir experiencias distintas de lectura".

14. Luis Martínez: "…Pues mira, aquí puedes ver es una red dinámica formada por unos 100 nodos. Cada uno de los nodos es un personaje que aparece en el libro. Algunos son los personajes principales, como la Maga o Ronald, Etienne, y algunos son personajes que se mencionan, por ejemplo, Durrel, Aquitania, Wolf, Galdos y estas redes están formadas por las coincidencias de estos personajes en los distintos capítulos. Si dos personajes aparecen en el mismo capítulo tienen una línea y si aparecen en distintos capítulos y se menciona a los mismos personajes, pues la línea cada vez es más fuerte y es más débil si la coincidencia es menor. Hay que trabajar todavía más la información para cada uno de estos personajes que se mencionan clasificarlos para ver cuáles son artistas, cuáles son literatos. Aquí se puede ver a Paul Klee, a Mondrian, Miró, a Picasso. Después, por ejemplo, esta parte de aquí pues está Greta Garbo, Chaplin, Lezama Lima… Yo creo que hay que seguir trabajando toda la toda la información que se puede extraer de ‘Rayuela’ para ver ese universo de la novela a partir de una red".

22. Noe Dans: "Estoy parada frente a un ejemplar de ‘Rayuela’, ese de editorial Sudamericana, de tapa negra con letra amarilla que muchos tenemos en nuestra biblioteca y casi todos lo tenemos en el mismo estado. El libro está apoyado sobre una biblioteca de madera oscura. Lo ilumina la luz del sol que entra desde la ventana que da a la calle Artigas al 3246. Estoy parada frente a un ejemplar de ‘Rayuela’ frente a la biblioteca que antes custodiaba los libros de Julio Cortázar. En el mismísimo departamento de la calle Artigas, donde Julio vivió desde 1934 a 1951. El ejemplar que observo le pertenece a Nelly y la casa ahora también. Está un poco más arruinado que el mío, que lo tengo en mi mano. Lo abro y veo el resaltado casi llegando al final de la primera hoja. 'Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos'. Julio comienza ‘Rayuela’ –o al menos uno de los dos libros de ‘Rayuela’– con una frase que aún hoy, 62 años después de su publicación, sigue adornando con grafitis las calles en Buenos Aires o aparecen imágenes o en publicaciones en las redes sociales. No sé si todos aquellos que comparten esta frase, que la replican, conocen a su autor. Lo que sí sé es que ese hombre de piernas largas, de erres particulares, consciente o inconscientemente, ha dejado una marca eterna en Buenos Aires y en todos aquellos que lo hemos leído".

9. Celia Martínez: "Pues ‘Rayuela’ se ha traducido a muchísimos idiomas. En la biblioteca tenemos hasta 18 idiomas a los que se ha traducido la novela. Y desde que se publicó por primera vez en el 63, en la editorial Sudamericana, inmediatamente hubo muchísimo interés por traducirlo a otros idiomas a pesar de la complejidad que tiene su estructura, de los juegos de palabras, del lenguaje que utiliza Cortázar, las referencias culturales que son muy complejas de volcar en otro idioma. Sin embargo, ya en el año 66 salió la primera edición en inglés, traducida por Gregory Rabasa, que se convirtió en amigo de Cortázar y que realizó una traducción muy buena según el propio Cortázar –que de hecho fue premiada– y sucesivamente fueron apareciendo traducciones. De hecho, una de las primeras también, es muy curioso, fue la traducción al polaco por otra traductora que se llamaba Zofia Chaczinska, que no era traductora profesional, que se convirtió en traductora por casualidad y finalmente también en amiga de Cortázar. Es curioso que Cortázar, como él era traductor, también probablemente sabía perfectamente las dificultades que siempre entraña cualquier traducción y más las de una obra como ‘Rayuela’. Y él siempre estuvo muy pendiente de los traductores de su obra y se convertía prácticamente en amigo de ellos porque tenía una relación muy cercana con ellos presuponiendo las dificultades con las que se iban a encontrar a la hora de abordar la traducción de su obra y más una tan compleja como ‘Rayuela’".

8. Mariana Iglesias: "Recomiendo mucho leer ‘Rayuela’ y tenerla en nuestra biblioteca como una cajita de papel con todo lo que significó el siglo XX, un registro de un momento único, pero de preguntas y de preocupaciones que siempre van a estar vigentes. Así que bienvenidos a meterse y a navegar por el universo de ‘Rayuela’".

3. Diego Tomasi: "‘Rayuela’ Capítulo 115. Moreliana. Basándose en una serie de notas sueltas muchas veces contradictorias, el club dedujo que Morelli veía en la narrativa contemporánea un avance hacia la mal llamada abstracción. La música pierde melodía, la pintura pierde anécdota, la novela pierde descripción. Wong, maestro en collages dialécticos, sumaba aquí este pasaje. La novela que nos interesa no es la que va colocando los personajes en la situación, sino la que instala la situación en los personajes. Con lo cual, estos dejan de ser personajes para volverse personas. Hay como una extrapolación mediante la cual ellos saltan hacia nosotros o nosotros hacia ellos. El K de Kafka se llama como su lector, o al revés. Y a esto debía agregarse una nota bastante confusa, donde Morelli tramaba un episodio en el que dejaría en blanco el nombre de los personajes para que en cada caso esa supuesta abstracción se resolviera obligadamente en una atribución hipotética".

10. Celia Martínez: "Y bueno, otras ediciones que tenemos hasta 18 idiomas y, por ejemplo, podemos encontrar pues ediciones, además de la que hemos comentado de español, en inglés, en francés, en italiano, en polaco, en portugués, en neerlandés, en japonés –que es muy curioso, se tradujo ya en la edición que tenemos en la biblioteca es de 1978–, en alemán, en sueco, en rumano, en noruego, en croata, en griego, en armenio, en checo, en árabe y la última que hemos recibido hasta ahora es la de esloveno, en 2020".

11. Celia Martínez: "Con la colección llegó también la separata del capítulo que no se publicó de ‘Rayuela’. Es una separata que se publicó en la Revista Iberoamericana y es un capítulo que no se publicó y que el propio Cortázar explica las razones en la introducción al capítulo".

12. Celia Martínez: "Dirás tú igual, eh, lo que él comenta en la entrevista con Soler Serrano sobre ‘Rayuela’. Y es muy bonito, porque él dice que piensa expresamente en hacer una novela compleja, en la que el lector escoja cómo leer, cómo leerla. Porque dice algo así como que considera que ya que el autor decide lo que va a escribir y cómo lo va a escribir, pues también quiere darle al lector la posibilidad de que escoja como leer".

21. Julio Cortázar: "Pienso que desde que comencé a escribir la noción de juego ha estado profundamente identificada en todo lo que yo he hecho, entendiendo por juego lo mismo que entienden los niños, es decir, una ocupación muy seria, que en el fondo no tiene nada de frívolo. Ya sabemos muy bien que cuando los niños juegan, le dan a su juego un valor mucho más importante que al hecho de que su madre pretenda que se bañen o que coman. Eso sí les parece bastante frívolo a los niños. En cambio, el juego es una cosa muy seria".

16. Mariángeles Fernández: "O sea, la ‘Rayuela’ sin duda es un juego eh a donde aparentemente quien juega tiene la libertad absoluta, pero siempre y cuando, como en todo juego que se precie, respete las reglas de juego. Entonces, no es en absoluto un libro caótico, sino que en realidad uno tiene que ir con mucho, o sea, para sacar el verdadero partido, hay que acatar realmente las reglas del juego para que para que salga bien el juego porque si no, bueno, esto entre nosotros, cuando eras niño y jugabas con alguien y se saltaba las reglas del juego, se acaba el juego. Lo que no quita que está uno pueda leerlo como lo leo yo, que abro un abro una página y me da igual porque todo me gusta, ¿no?".

17. Julio Cortázar: "…Yo me dejo ir plenamente y escribo sin exigirme a mí mismo control sobre lo que estoy haciendo. Simplemente estoy frente al papel y empiezo a ver, soy muy visual, de manera que inmediatamente veo un personaje, veo un pelo de mujer, veo una calle y además aparecen nombres, el personaje se llama Juan y yo no sé por qué, pero se llama Juan. No hay ninguna discusión previa en eso, ni ninguna elección, y entonces escribo. Eso sale un poco como sale una buena improvisación en el jazz, en que un gran músico de jazz no piensa su improvisación, como te imaginas, no tiene tiempo, ni ganas, ni le interesa. Simplemente hay algo en él que toma un tema musical y lo vuelca con su estilo, con sus deseos, con su sensación personal de la música".

19. Mariángeles Fernández: "¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme viniendo por la Rue du Seine al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas –ya su silueta delgada se inscribía en el pont de Sards– a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a La maga que sonreía por sin sorpresa, convencida como yo, de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico".

23. Mariángeles Fernández: "El capítulo suprimido de ‘Rayuela’ tiene importancia porque yo creo que fue uno de los primeros autores en reflexionar sobre su propia obra cuando ya ‘Rayuela’ tenía diez años. Es decir, él enseñó en 1973 para un artículo que se publica en la Revista Iberoamericana en diciembre del 1979 y que está la separata esa está guardada muy bien guardada en la Fundación March, dice Cortázar porque suprimió ese primer ese capítulo. La razón era simple sin dejar de ser misteriosa. Yo no me había dado cuenta a casi dos años de trabajo que el final del libro, la noche de Horacio en el manicomio, se cumplió dentro de un simulacro equivalente al de este primer capítulo. También allí alguien tendía hilos de mueble a mueble, de cosa a cosa en una ceremonia tan inexplicable como obvia para Oliveira y para mí. De golpe, el ya viejo primer capítulo se volvía reiterativo, aunque de hecho fuese lo contrario. Comprendí que debía eliminarlo sobreponiéndome al amargo trago de retirar la base de todo el edificio".

Acabas de escuchar “La biblioteca de Julio”, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico y música: Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional: Raffel Plana. Intervienen, por orden de aparición, Diego Tomasi, Mariángeles Fernández, Noe Dans, Julio Cortázar, Mariana Iglesias, Luis Martínez y Celia Martínez. Concepto, guión y voz: Bruno Galindo.