La Venganza Será Terrible (oficial)

La Venganza Será Terrible en SAN ISIDRO - 4 de octubre 2024 - LVST 4/10/24

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What is La Venganza Será Terrible (oficial)?

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La venganza será terrible. Buenas noches, muchas gracias, por fin estamos aquí en San Isidro. Sí señor. Ahí está la gente de San Isidro que no me deja mentir. Sí que lo dejan. Sí, sí en realidad, si no nos dejaran mentir. Nos vamos. No tendríamos trabajo. como sin ir más lejos, Patricio Barton. Hola amigo, buenas noches. En el otro extremo se encuentra Gillespi, el artista antes llamado Gillespi. Gracias. Que ha traído, aquí se le ve... El instrumento. ¿Hay un resplandor en la zona baja de Gillespi? Sí. Muchas gracias. No, señor. Porque... vamos a aclarar para los que están escuchando por radio que estamos sentados. Si podemos hacer la descripción física del espacio, tenemos un mostrador adelante, un altar. Y la trompeta todavía no está a la vista, emergerá. Si usted está sentado medio de costado, ve que hay algo brilloso que se mueve en los hay gente muy de costado, yo ahí veo... ¿crees que no me vende? Hay gente incluso que no ha venido a este teatro, sino que están en la casa de al lado. Es una experiencia radial la que están teniendo ya, ¿no? Sí, sí. Usted sabe que a mí me enseñó un señor, los teatros tenían mejor contacto... cuanto más apaisados eran, cuando eran más anchos que profundos. Y ahí había buena conexión. En cambio, cuando el teatro es finito y largo como un corredor, ahí se dificulta la cosa. Porque los tipos que están en el fondo ni siquiera saben qué obra estamos representando. Sí. ¿Hay un cine en la avenida Corrientes? No sé si sigue estando. Sí. el cine Lorca. Claro. Donde antes daban películas supuestamente eruditas. Sí, creo que todavía es así. Y la sala es como un vagón de subte, tres vagones. toda larga y angosta y tiene una depresión central y después sube. Sube, sí. La platea. Es muy raro, las películas parecen buenas. No, dan películas buenas. Pero tienen que ser muy buenas para ser buenas. Incluso hay gente, es un cine para tuertos decían algunos. Tenés que mirar con un ojo solo. Seguirle sobra. Se te sobra ojo. Entonces la película ocupa muy poco de tu campo visual. Casi todo lo que ves no es película. Entonces te pones con un ojo solo y más o menos emparejás. Es buena para los pescados que tienen los ojos a los costados. No quiero, no voy a ir nunca a ese cine porque la verdad que... Un saludo a la gente del cine. Muy buenas películas ahí. Agradecemos también. a la firma Stingway, que es la que nos proporciona este piano de cola que tenemos. Piano blanco de cola, ¿verdad? Como liberachi, vamos a dar noticias ya que estamos de nuestras próximas hazañas y luego vamos al programa directamente. Le cuento que mañana nos desplazamos de norte a sur porque estaremos en Adrogué, en la feria del libro de Almirante Brown. de Feria en Libro, la semana que viene estaremos en ver a Sategi, que es el día 9... pero a las 19.30 horas. Sí, sí, es un horario especial. Es un horario especial la fénia de libros de Veras. Ya después nos vamos a Santiago del Estero, estaremos en La Banda los días 11 y 12. Sí, sí. Ya están en venta las mismas, ¿no? Sí, señor. Y atención, les digo que se preparen en Morón y en Lomas de Zamora, porque en noviembre estaremos allí los días 14 en Morón y el 24 en Lomas, las entradas en lave estarán Karina Biorlegui con Federico Miragi en piano, haciendo algunos tangos, esto es, a las 21 horas, en Don Narciso Club, bar de Caledonia, avenida Montes de Oca, 970 Barracas, esto es en la ciudad de Buenos Aires. Mañana a las 9 de la noche Karina Biorlegui con Federico Miragi. pero nosotros vamos más lejos mañana. Sí, mañana drogue. Así que bueno, ya el calendario está completo. Señores, los temas que tenemos aquí incluyen este, que es el más importante. Consejos para instalar una panadería. Ah, mi sueño. No, no sé si es mi sueño, pero qué lindo una panadería. ¿Cómo? Sí. Todo el día entre harina. No, lo primero que usted tiene que pensar es que instalar una panadería implica resignarse a ser gordo. Usted dice que tendrá un sobrepeso del 50% imagínese una vida entre sándwiches de miga, masa, cañoncito, merengue, postre No, pero en general nadie come la que vende Eso... ¿Qué querés decir con eso? Que nadie come la que viene. Yo lo sabía distinto. Sí, yo también. Que es donde se come algo así. Sí, sí, también. Esa es otra panadería. ¿Te acordás aquel día? Sí. Que yo vendía y vos comías. Algo así es. Hay muchos problemas con las panaderías en la actualidad. ¿Qué problema va a haber? Hay que refundar. Gracias por venir, por su vinculación con la Dirección General de Panaderías, el Sindicato de Panaderos y también con varias organizaciones ilícitas de venta clandestina de Marroco. ¿Qué tal? Buenas noches, gracias por la invitación, me dijeron que es un programa muy prestigioso. Sí, sí, claro. Muchas gracias. Nosotros ahora estamos divididos los panaderos. Ah, ¿qué pasa? Yo soy la línea clásica. Es la que a mí me gusta. Por algo el pan duró tantos años desde, prácticamente, a la nieva que comieron... Claro, que comieron el pan que los... Pusieron la primera panadería. ..que los condujo a la perdición. El fruto prohibido se llamaba. Sí. No, en la línea clásica, porque empezó a haber una heterodoxia que... Primero vinieron con un croissant que trajo alguien de no sé dónde, intentó convencernos que eso es media luna o que es una factura. ¿Qué dice? ¿Classicismo? nos deja sin medias luna. No, al revés, el croissant es otra cosa. Vamos por nuestra medialuna. ¿Qué quiere decir croissant? Medialuna. ¡Mal! No es medialuna. Es otra masa. Pero quiere decir medialuna. Es otra masa. Es creciente. No es nuestra. Cuarto creciente. Sí, pero no es nuestra. No es nuestra. No es nuestra medialuna. Bueno, continuo, no empecemos la discursión ahora. No, gracias, no las voy a probar ahora. La verdad que vino con una onda pésima el programa. ¿A qué sabe? ¿Qué? ¿A qué sabe qué? ¿Usted qué sabe? Un croissant, ¿a qué sabe? No sabe nada. ¿Sabe a cualquier cosa? Es inconsciente. ¿A qué tiene gusto? A media luna. No, no tiene gusto a media luna. ¿Verdad que no tiene gusto a media luna? ¿Sabe a qué tiene gusto? A cuarnito. ¿A cuarnito? No, eso no... No, tampoco. Hay gente que se está yendo. Sí, hacen bien. ¿Qué se va a hacer? Me parece que me voy a retirar. Sí, señor, la verdad. Bueno, vamos a ver lo que dice aquí. Primero, lo primero tiene nada que ver con lo que estamos hablando. Ubicación del local. Sí señor, si usted está en un lugar que queda a 15 cuadras de la ruta 3, sin camino, es difícil. Como todo negocio la ubicación es clave, pero si tu plan es convertirte en la panadería preferida del barrio... la selección del local es crítica. Busca un lugar transitado, preferentemente en una esquina, o cerca de viviendas y oficinas. Pero eso vale para cualquier comercio. ¡Ey, por favor! Quiero saber hasta dónde llega. La proximidad con lugares de trabajo y colegios también es ideal, ya que la gente siempre está buscando un lugar cómodo para comprar algo rápido, como Media Luna o Senguche de Miga. Colegio no porque... Es horrible este fragmento. Colegio vienen todos los pibes en Malón, le piden dos cosas y el resto le afaran todas las medialunas, las bolas de fraile... Lo malo del cliente niño es que toca, el niño toca. Tocó. Hay una regla de oro, al menos en mi panadería. ¿Usted es panadero? Sí. Que es que la que agarra agarra. No, más vale. Fatura tocada, fatura comprada. Bueno, pero uno quiere elegir según la pastelera, una tiene más, otra tiene menos. No toque, usted me señala con la cabeza o me la describe y yo con la mano envuelta en un, digamos, un nylon. Bueno. Sí, hay mucho decir. O con la misma pinza incluso. Eso. Se la agarro. Pero ahora... Usted me dice esa y yo se la agarro. Pero ahora uno mismo agarra con la pinza. No, señor, no. Eso es una innovación antigiénica. Hay una panadería muy prestigiosa en la avenida Entre Ríos, después se transforma en Callao. ¿La panadería? No, señor, la calle. Es larga como el cine Lorca, tiene como tres cuadras la panadería. Donde cada uno, todos los clientes, tienen agarrado una bandeja... y una pinza respectiva para cada cliente. En 100 clientes son 100 bandejas y 100 pinzas. Pero usted está describiendo una cosa... Y 100 pinzas. Bueno, y cada uno de ellos... ¿Qué no es mala que se las haga él, las empanadas? y cada uno elige lo que... ¡Empanada! ¡Empanada! ¡No quiero empanada! ¡Factura! Hicimos de cuenta como que no lo había dicho Claro Usted va eligiendo las que quiere si quiere poner 30, pone 30 Nosotros después las contamos Bueno, claro Y puede poner de otras familias también ¿Cómo de otras familias? Libritos de grasa... No importa No, no, libritos de grasa no es factura Libritos de grasa no es una factura Bueno, ¿qué tiene que ver? Bueno, acá dice de la panadería son las medias lunas. Aunque la variedad en oferta de facturas es importante, hay algo que nunca cambiará. Las medias lunas son las estrellas. Al contrario. Claro, la media luna es la luna. Obsérvese la bandera de Túnez. Sí. Y una media luna y una estrella. Y la media luna y la media luna y la estrella y la estrella. No que las media lunas son las estrellas. Panadería Túnez no está mal. Se refiere a que todo el mundo va a buscar las media lunas. Yo discrepo. ¿Con qué discrepan? Yo también discrepo, yo no voy a buscarme de ayer. Yo quiero disculpe si se siente ofendido a alguna persona del clero, pero a mí me gustan las bolas de fraile. No, bueno, la bola de fraile se incorporó después al Parque de la Factura. ¿Qué tiene que ver? ¿Qué importa? La bola de fraile es del Club del Churro. Más churros serán ustedes. No, no señor. Churro y bola de fraile es un club. La bola de fraile viene de Portugal. Claro, es muy portuguesa esa. Muy portuguesa, muy bien. Si tus medialunas son buenas, tu reputación se elevará. Pero ojo, no cualquier medialuna servirá. Deben ser perfectas. Y acá hay una descripción de medialunas de manteca, por ejemplo. Deben ser suaves, esponjosas. tener un sabor dulce y mantecoso es decir si es media luna de manteca tiene que tener un sabor mantecoso si es de grasa grasoso y todo así por el estilo la manteca no sólo debe sentirse en la masa sino también en su aroma hay que olerla media luna pero no está permitido no pero usted ¿A bolisquear la factura? No, señor. Para mí tendría que haber como la verdulería que a veces le parten un pomelo para que usted vea. Sí, cada uno viene y yo le voy a partir una media luna. No, no, pero usted tiene parte de una media luna y la ata con un piolín colgando y todos la van a oler. Y con una caña de pescar lo hace incluso pegar saltitos el cliente para oler. Claro, dice para oler, pone un carter que diga para oler. Hola aquí. Claro. Y entonces dice, después de eso dice, dame media docena. Claro. Bueno, el aroma debe ser irresistible. Las medialunas actuales, hay, por ejemplo, Mar del Plata de determinados lugares... Acaba de cerrar la de Mar del Plata. la Boston, la Boston, lo lamentamos siempre, no voy más a Mar del Plata, yo iba nada más que para comer media luna de la voz el poder judicial se le remató, le dieron como parte de pago a los acreedores y no sé qué, la cerraron, en el primer lugar que íbamos a Mar del Plata, estaba subsidiado, ese fue el problema incluso usted va a notar que son pegajosas. Sí, a veces un poco pegajosas. Uno, por ejemplo, está con una dama, agarra la media luna y cuando ya cree que la terminó, le quedan pegados... La costra. Todo el almibarito. ¿Y qué hace usted? Se chupa los dedos. ¿Se la chupa? No, bueno. le puede acariciar el pelo pero que le dice a la mina mientras usted se esta chupando la mano pero hay gente que se la chupa que tal, a ver si enllego de que estaban hablando que tal, como le va, bienvenido si pero estamos hablando del señor que fue con una chica usted fue, a mi no me ve esta bueno eso, la primera Si el primer día ya te la chupas así, deja algo para mañana. No, pero... pero seguramente ella también se la está chupando porque están comiendo de la misma... Las damas en general son más cuidadosas... ¿Pero ustedes creen que no chupan si tiene medialuna? Bueno, por favor, un poco de... Abre por su experiencia. Un poco de respeto. Bueno, dice... Cuidado, las medialunas de grasa para los amantes de los alados. De película, ¿eh? Bueno, estas medialunas son esenciales. La clave es que sean livianas, con una capa exterior algo crujiente. Sí. Y por favor, que nunca estén quemadas. Bueno, nuestra regla, que ahí en la agrupación de Panaderos hay un cartero a la entrada que dice... dura por fuera, blanda por dentro. Sí, sí, sí. Eso me comentaron. No, no señor. Mire, si no vamos a hablar con la clienta, me levanto y me voy a ir. No, no, usted se queda. Es el invitado de hoy, por favor. Si tus medialunas están negras en la punta, perderás clientes. Pero un poquito negra no le gusta. Lo que tus clientes esperan es un color dorado, suave, No indican que están en reserva de maras. No, eso no indica. Indican que no están quemadas, pero pueden ser de cinco días atrás. Sí. La importancia de la variedad ahora viene. Bueno. Ahí estamos. Aunque las medialunas sean las reinas, yo no estoy de acuerdo. Bueno, eso tampoco. Son las últimas que compro. Sí. Las facturas son un universo lleno, bla, bla, bla. Desde los clásicos vigilantes, tortitas negras, se me hace agua la boca, sacramentos, cañoncitos rellenos, dulce leche, nombres que como hemos explicado alguna vez provienen de la presencia de anarquistas en el gremio de panaderos a principios del siglo pasado. Esto es verdad? Sí. Entonces les ponían nombres anticlericales. y anti ejército también. Anti ejército y a favor del proletariado. Bueno, a la factura. Recuerda que no todos los días son iguales. Hay quienes... Ya sé que no. Hay quienes buscan algo dulce y otros prefieren lo salado. Me da mal que me lo dice. Es extraordinario este pensamiento. Sí, sí, sí. Porque ¿qué despierta en los hijos? La tolerancia. Bueno. ¿A usted le gusta dulce? Dulce. ¿A usted le gusta salado? Salado. Quedamos a la espera de una factura ácida. Ácido a gusto. ¿Por qué no hay factura ácida? Hay agridulce. En una época había unas que venían como con gajos de mandarina. ¿A qué panadería iba? Yo voy a una panadería, me ofrecen una factura con un cajo de mandarina, la compro. Y después delante el tipo, se la tiro. Dice, ¿qué me vienes con mandarina? Es que eso se le cayó, el tipo que le estaba haciendo, estaba comiendo mandarina, escupió las semillas y se le cayó acá. Claro. Bien. Todos buscan variedad. La presentación, acá estoy al panel, también juega un rol importante. Las vitrinas deben ser limpias, bien iluminadas y siempre con productos frescos. Y claro, cuando usted ve una vitrina, no hablemos de los insectos y roedores, pero ve una vitrina polvorienta. Si usted va todos los días y hay, por ejemplo, un bizcochuelo que está ahí... desde hace ocho meses. Y usted ya sospecha. Y más vale que... Y no le pregunte porque el tiempo va a decir que no es el mismo bizcocho. Es otro. Y usted sabe que sí. Que va a cambiar todos los días. Claro, que es justo, que tiene una rajadura ahí donde le dice. Ahora, hace algunos años yo vi en el noticiero... Lo felicito. Esto era parte de una denuncia que tuvo trascendencia nacional. Una panadería. que a la noche alguien filmó con el celular? la cantidad de ratas que comían en la mercadería en la vidriela. Y bueno, señor. Y bueno, no. Si pusiera una cámara en su casa... Pero acá estamos auspiciando la conducta moderna. Sí. ¡Sanguche de miga! Bueno, pero eso no es factura. Los sanguches de miga son los protagonistas de la tarde, de las reuniones, de los eventos especiales. Tienen que estar bien preparados los sanguches de miga. ideal cuál es la posición del sándwich de miga no no si usted tiene un variedad de sándwiches de miga todo el mundo va a elegir su panadería porque yo voy a una panadería que tiene todos los sándwiches de miga que usted se lo ocurra eso me encanta eso tenemos de que lo quiere en queso tomate que lo quiere de aceitunas salame y afrecho no pero esos sabores no lo conozco tiene la Las que comen rolo. Claro, con borrón, no sé qué. Sí, dame una de jamón crudo y palmito. En Montegrande hay una casa, una fábrica de sándwiches de miga. En varios lugares. Bueno, no, no, no, pero... ¿Usted se cree que me voy a ir a Montegrande? No, pero para una fábrica de sándwiches de miga. Pongan una automotriz un día, por lo menos. El sabor que todo el mundo elige en Montegrande es de berenjenas al escabeche. cerrar clausuradas, la panadería por razones de buen gusto. No, señor. ¿Ya le acaban de tirar la de la mandarina? Ahora va a tirar... ¿Qué es, berenjenas? Berenjenas, sal y cabeches, queso... La berenjena es algo imitativo. Milanesas, pero de berenjenas. No, no, no. Sándwiches, pero de berenjenas. ¿Usted sabe que la berenjena es como el tango? Veo que dicen... que el tango lo espera. Te está esperando, sí. Decirle que me espere sentada. La berenjena... A vos te está esperando la berenjena. Va a ver... que en unos años me va a decir... Barton, tenías razón. ¿Eh? La berenjena... Adivina lo que tengo acá en la mano. Un sándwich de berenjil. Sí, sí. Lo va a esperar. Dice, el pan tiene que ser blando y fresco. Sí. Blando no sé si tanto. No es un buen adjetivo para él. Si se te rompe el pan en el sándwich de miga, es un desastre. Bueno, eso es mala señal. Pero los profesionales humedecen la miga. ¿A quién no le gusta humedecer a una amiga? ¡La amiga! No se trata de... Bueno, no grites, no pierdas la facilidad. ¡La amiga! La amiga. La envuelve con un repasador. Exacto. Tiene que estar sucio el repasador. Es el mismo del Vittel Tonné de la Navidad. Ya está todo preparado. Un sándwich de miga que no se derrite en la boca pierde su esencia. No quiero que se me derrita en la boca. Quiero comérmelo. Debe ser un hielo. Bueno, después. Sea generoso en los rellenos. tampoco estoy tan seguro. Bueno espere, pero por qué, qué dice? Acá dice ya sea jamón y queso, huevo, atún o una combinación creativa la gente busca sándwiches de miga bien rellenos. Sí relleno, sí. Mugan bastante en el sándwich. Sin embargo el sándwich de miga tiene que ser relativamente estrecho, fino. Aplastado. Claro, en realidad los sándwiches cargados son los sándwiches especiales, no los de miga. Nadie pide sándwiches de miga cargados. que le aparece el jamón por el costado. Está bien, pero... O sea, un gusellemiega de milanesa. No, pero la pregunta es, ¿una feta de jamón o dos? Dos, muy finas. Bueno, entonces cómole una gruesa. No, no es lo mismo. Claro que no es lo mismo. Jamón grueso usted tironeando, parece un perro. Sí, sí. Bueno. Entonces póngale más manitas. Voy a continuar porque esto es muy interesante. Presentación impecable. Envuelve los sándwiches de mía con elegancia. Bueno. Sí. Lo envuelvo para regalarlo. Sí, pero es cierto que hay que ponerle un papel arriba de calcar. Sí, no sé si de calcar. A no de día, primero, ponemos un papel. Lo extendemos, agarramos el papel, lo extendemos, después ponemos la bandeja de cartón, después polvoleamos un poco de canela. No, canela no, ¿cómo va a poner canela? Después papel madera arriba, un hilo, hilo chanchero. Pero tampoco es papel madera, es más parecido a lo que el señor... ¿Papel de calcar? No, no es de calcar porque tiene un mapa, es la tarea de un pivo. No, no es el... Tenemos un papel etiquetado con el nombre de nuestra panadería. ¡Ah, qué bien! Labrado. Pero eso está mal para mí. ¿Por qué? Porque la tinta... No tiene tinta. No entra en contacto con el sandwich. ¿Y cómo...? Porque es el papel de afuera. Claro. Que viene con una cinta de hilo que es papel. Después viene con un boño y un entorchado. Ah, bueno. Hay flecos. A veces le ponen como una vincha para que no se pegue. Es un patorujón. No. Y después arriba el envoltorio. Bueno, el aroma. El olor como herramienta de marketing, el aroma del pan recién horneado y las medias lunas saliendo del horno, puede ser una de las mejores herramientas de marketing. El olor es irresistible. Hay paraderías que incluso tienen olor... y vos entra y no hay. ¿Cómo? Ya se terminaron. Y quedó nada más el olor. ¿Cómo? Panadería la olorosa se llama. La olorosa de Devoto. Se llama el sándwich y queda el olor. Sí, pero escúcheme. Como en tantas ocasiones. Pero si no está el objeto, no puede estar el olor. Bueno, pero algo queda. Todos sabemos que es así. Entramos en una casa desierta, sentimos olor a algo y seamos acá en Dubó. Sí, claro. Hay gente que se ha ido de lugares y todavía quedan sus recuerdos. Claro. Y hay gente que incluso nos hace recibir su olor, es precedida por su olor. sentimos un olor y al rato viene el titular para mi que está por llegar Rolón y al rato dice que tal bueno, así que tiene que tener buen olor equipamiento adecuado ¿qué equipamiento tiene una panadera? si, mucho equipamiento primero tiene que tener heladeras para las masas las cosas de crema, merengues todo eso tiene que tener en la entrada una de esas tiras peludas, no una, sino una serie de digamos 30, y para abrirlas así usted hace como un golpe de karate en el medio de la fila de tiras peludas, gruesas y peludas, y después abre así y entra, incluso si no quiere entrar pero quiere verla ahora, abre un poco, se agachan y mira exactamente en el centro del mostrador del aparador de madera ahí hay un reloj. No hay más eso. Antes la gente no llevaba relojes, se asomaban las panaderías. No están ni el reloj ni el mueble ni la peluda en las panaderías. Bueno, la peluda tiene que estar. No está. Después tiene que tener un exhibidor en forma de heladera rectangular pero con el vidrio un poco inclinado claro ah, es blanca no sé si recuerdo sí, sí, claro y ahí están tortas sí hacemos tortas nosotros sí ha pedido ah por ejemplo, tortas de cumpleaños yo le puedo encargar sí, sí hay un catálogo, eh lo puede ver porque cumple cumple mi tía que le estamos festejando los 70 70, 70, cumple cumple 71 pero como no le festejamos los 70 ah, claro Dijimos tía, nosotros para cada número de años tenemos la cosa, alguna alegoría por ejemplo Si un niño cumple 7 años, Blancanieves y los 7 Nanitos. O mejor dicho, los 7 Nanitos nada más. A Blancanieves cuando cumple 8. Claro. Y cumple 12 los Apóstoles. Sí. Ahora, ¿súltimas cuántos cumple 71? 71. Son muchos, para enanos son muchos. El colectivo Villadelina 11. El colectivo, sí. 71. No les quiero decir que es el 71 en la llamada... Es Morfia. Pero equipamiento adecuado. No, usted iba a encargar la torta. Bueno, una torta. Yo lo que le puedo sugerir es de que... Perdón, ¿usted quién es? Yo soy el patelero. Él es el dueño. Ah, usted es un señor. Sí, claro. Lo que pasa es que como escucháis la conversación... No, no, está bien. Yo estaba en la parte de atrás, en el taller, haciendo la torta. ¿Un taller, tírenlo en la paradería? Claro. Yo soy el dueño. Ah. Carlos Impenetrable. Sí, bueno, pero... Si el dueño de acá de la paradería es el Impenetrable. Pero el taller es de... bueno... Bueno, le recomiendo, sale fantástica la tarta de ricota. Ah, la de ricota... Más de un kilo de ricota por torta. No sé si es mucho un kilo de ricota por torta. No, por eso más. Por eso. Le habíamos puesto un kilo... Le habíamos puesto un kilo y nos pareció poco porque bailaba la ricota. Bueno, vio que dicen que hasta la fama y todo y... Y anda a dormir. Hay un lugar en capital, o en la avenida de Juan B. Justo, hay dos lugares, que es el rey de la torta ricota y cola siempre. Sí. Y no le hacen otra cosa. Entonces, si ustedes se especializan una cosa... Claro, puede llegar a ser el mejor. Claro, el rey del merengue. Sí. No, no. Perefrado. Y no hace otra cosa más que merengues. Pero yo no sé... Es más fácil y se le llena de gente porque la gente quiere dar una cosa. El rey de la bolita japonesa, por ejemplo. Bueno. No tengo nada para vender. Bueno, no importa. ¿Qué quiere usted? ¿Encargar una torta? Sí. ¿Le gustaría con coco rallado? No, ¿por qué me gustaría con coco? No, nadie quiere coco. Sí quiero, pero... Queremos aquí, compramos dos bolsas de coco hace 30 años. No. Nadie las quiere. Mi tía es la loca de la crema. No me negas. Le decimos... Puedo tomar la nota? Decimos la cremosa. Porque le acuerdo lo que él me diga. Claro, pero esto es creativo esto. Ah, bueno, bueno. Tenemos una torta para cada necesidad. Ustedes son artistas entonces. No, somos panaderos. Es decir, ya noto que crema. Crema, mucha crema. Mucha crema. Usted piensa en mucha crema. Piense. Pregunta. Bueno, el doble. La crema la quiere procesada o como viene en el tarro. No, no, señor. Así blanda, como leche. Chorreada. ¿Cuánto hay que batir para que la crema sea crema? Un año. No, no. Se le corta todo eso. La crema chantilly y también mi tía es la loca del durazno. Ah, le metemos un par de duranos adentro. No, no, no. Así nomás con carozo y todo. Dale un poco así rústico. A usted le gustan los duranos en lata. No, bueno, si usa mucho... Méteme una lata de durazno adentro que la hable. No, señor. Ya estoy tomando nota. Creme, durazno, ¿qué más? Y medio borracha. ¿La tiga? No, no, no. la torta. Que metere moscato al bizcocho, que ya prácticamente sea líquido. Ya con esto tengo una idea, hacemos con crema, hacemos con durazno, le ponemos o porto. Y la decoración. Y la decoración, bueno, tiene que estar delia, se llama ella. Delia. Con D. Y si, ¿con qué va a ser delia? Delia, muy bien. Una sola L. Sí, una sola L. O dos L's y A. No, Delia. ¿Y el apellido? Porque imagínense, ¿sabe cuál es el problema? Por ahí viene otra Delia. Bueno, pero... Tenemos dos tortas y a la otra persona le damos la borracha y a su tía le encajamos la sobria. No. Bueno, Laragione. ¿Cómo? Laragione. ¿Laragione? Laragione. Como nuestro amigo Laragione. Bueno, listo, Laragione. Delia Laragione. Es decir que entonces crema, duraznos... borracha, la rayones, masa, le gustaría? no, masa no, rayones sí, la rayones, ya le dije, pero masa no es el apellido, es la rayones le hago una masa abajo para... y cómo no va a tener masa? cómo no va a tener masa la torta, creí que ya se la va a poder... no, porque si yo ponía los duranos y arriba la crema... y el moscato, se lo damos todo en un cajóncito y se lo cierra va de suyo ¿También? ¿La rellone o va de suyo? No. Va de suyo que la masa ya estaba y... No, quiere... Usted no tiene por casualidad una reunión así con amigos... Sí. Un poco... En fin, calaveras. Ah, bueno, bueno. Porque hacemos tortas aquí, que en medio de la reunión, la torta tiene una muchacha dentro. Ah, bueno. Son para despedida del soltero. Bueno nosotros tenemos... Esto no lo comento porque está mal visto. Está condenado universalmente. No, por supuesto. Mire, nosotros, ya que usted puso el dedo en la llaga... Bueno... Yo no le puse el dedo en la llaga. Acá se puede hablar de cualquier cosa. Sí, no hay problema. Mientras sea con respeto. Nosotros tenemos un privado. ¿Qué? ¿Un qué? Un lugar donde funciona. Un garito... Un garo pequeño. No, no. No, un garito. Un garito separado. Es donde bueno. ¿Qué quiere? ¡Eh! ¡Qué dictativo! ¿Las tres bailarinas dentro de la torta entran? No, tres bailarinas no. No le aconsejo. ¿Por qué? Porque le va a estallar la torta. y tres bailarinas rara veces llevan bien no, más vale entonces todo ese tiempo que tienen que estar solas quietas siempre están en algún conflicto bueno pero una bailarina una bailarina entra porque llevamos nuestro lema es una torta, una bailarina bueno ahora porque llevamos una moto la torta pero es grande ponemos, atamos la torta de asientos atrás y las llevamos. Una vez se nos cayó... una confusión tremenda se cayó el muchacho que llevó la torta la torta y quedó la chica ahí bueno llevaron de bien a la cana lo llevaron preso a la torta y la chica se fue con la incorporar al café como complemento. Está ocurriendo ahora. Está pasando mucho. Todos los tipos que tienen una panadería le agregan un café y chau. Chau qué. Estoy saludando al director. Estamos en un informe. ¿Saben qué? Esto es una denuncia aparte, quizás es para otro programa, pero usted lo mencionó y lo voy a decir. El café se está metiendo en todas partes, en todos los rubros, hay café en los lavabautos, café en la peluquería, café en la panadería, en las librerías, café en todas partes. ¿Qué le están robando con el café? ¿Qué le están diciendo? No sé, ¿qué le están diciendo? A ver, dígalo si lo sabes. Usted va a permanecer mucho tiempo aquí. Usted va a esperar todo lo que yo le diga que va a tener que ver. En las cárceles dan café. No, no sé si... Por eso dice, lavo el auto, ¿quieres un cafecito? Entonces dice, no, porque si me dan café, quiere decir que me va a hacer esperar una hora para llevar ese auto de porquería. Y de paso le va cobrando, le trae la media luna, la bola fraile que a usted le gusta y todo eso. Bueno, entonces piénselo esto. Después el personal adecuado. ¿Cómo tiene que ser un panadero perfecto? A usted le gusta, según como le guste a usted el panadero, a usted le gusta obsequioso, sí, delicado, muy planchado, que agarra las medialunas, así como con una mano atrás le pongo de estas. A mí me gusta la panadera, yo prefiero panadera. Ah bueno, yo también. Bueno, no señor, pero le digo, no, en otras cosas quizás preferiría un hombre. Bueno. Usted haga lo que usted... No, no, no, lo digo yo. Somos tolerantes. Pero en este caso... Sí, sí. Hasta... No, no, digo la panadería. Ya entendimos el mensaje. Ya entendimos, señor. Y lo comprendemos perfectamente. No, no, no es que comprendan o no. Acá no discriminamos a nadie, por mal. No es más basura que sea. No, señor. Cuántos vigilantes les sirvo. La panadería. Usted que se alcahuete la cana, no le pide la foto. Lo nuestro es vender factura. ¿Qué le doy? Ahí me gusta, dos panaderas me gustan. ¿La experimentada? ¿La qué? ¿La experimentada? Ah, sí. Esa prácticamente... ¿Sabe todo? Usted le puede preguntar. La novata. A mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí a mí El panadero es uno de los comerciantes más picaflores que existen. ¿En serio? Pero lo que acaba de decir... El panadero está siempre al espectativo. No, no lo puedo creer. La dama que viene, una docena de facturas. Ajá. Entonces... Le da 13 facturas. Una docena... más una que es para usted. Ay, por favor. Pero qué es la cibia. Es un esponate. Y encima se le cae la baba. Es un baboso. Es un baboso. Y después, este... ¿Le gustan estas? Sí. Estas, digo. Sí. Te las recomiendo. ¿Quieres probarlas? No, por favor. Y entonces, cuando la típa le da la plata, él aprovecha y le toca la mano. ¡No, señor! Pero es... Apenas, apenas... Es un desastre el paladero, eh. ¿Te hará algo? Este sacramento es un pecado. Ah, bueno, por favor. Y bueno, ya sí. No, no. Sabe lo que es importante para mí? Que se vea cómo trabajan. que uno puede haber, porque a veces hay una taza. Pero si tiene. No, bueno, no compran nada. Si tiene para mostrar. ¿Sabes cómo le echan agua arriba? Sí, tiran así. No, se toman media botella de agua y después... con la boca, la desparraman bien. No, pero vio que está... Y la almíbar que dice el señor. Sí, la almíbar. Media botella de almíbar, se toma el tipo y la deja en la boca. Un buche de almíbar. Las trabajan en cuero, trabajan. Lo veo que la factura tiene como salpicadura. Con un crescuchillo como gorro. Pero no, están vestidos de blanco, impecables. Esos son los enfermeros. Esos son los que están en el mostrador. Vos pasás una puerta que es secretísima. Y ahí está, brote. Bueno... La de pastelera no la llevo. Ahí está, se le fue la mano. Hacen la crema como la vendimia. El tacho de dulce de leche, hay costras de dulce de leche en San Diego. ¡Voy, por favor! ¡Se fue la dulce de leche! Y rasquetea con la espátula eso. Y también, llamamos al señor, Umecta, vamos a llamarlo así. ¡Qué desastre! Y el dulce de leche... Por eso me gusta ver. ¿Para qué? ¿Para no comer? No, para ver la limpieza. Yo cuando era chico me mandaban a comprar el pan. Porque antes mandaban a los chicos a comerlo. Decía, Patricio, anda a comprar el pan. Lleva un ufa a panadería La Esmeralda, una de las tantas que había. Sí, hay dos, La Esmeralda y La Nueva Esmeralda. Sí, hay muchas emeraldas y muchas nuevas emeraldas, por todas partes. Y tenía la caja registradora y entre todas las teclas casi no se distinguía porque eran migas, muchas migas. capas de migas y azúcar impalpable y cosas de panadería. Qué lindo recuerdo. Qué lindo recuerdo, ¿eh? Sí. Bueno, gracias. Pero la señora me regalaba una factura. ¿Sabes lo que se compraba antes también? Yo también he ido a la panadería de Montegrada, el trigo de oro. Hoy por hoy no existe más. ¿Monte Grande? ¡El trigo de oro! Ah, me asustó. Me mandaba a comprar galletas marineras también. Galleta marinera es lo peor, señor. La última persona que comió una galleta marinera tenía 100 años. Y estaba presa. Galleta marinera se partía y lo podía poner en este colete. La galleta marinera es como el tango. Te espera. Bueno, personalización, atención a pedidos especiales, que ya lo hemos dicho, innovación constante. Nosotros cada tres meses echamos a todos los empleados. No, innovación en ello. Para no tener que pagar la indemnización. No, no, no, no, no, de los productos. Innovación de los productos. Hay una denuncia, ya que estamos muy denunciadores hoy. Los que le tiran salpicaduras... a la factura de chocolate, no tiene nada que hacer el chocolate en una parada el chocolate no tiene nada que hacer en generar a ningún lado a mi me gusta el chocolate en tanto que chocolate claro cuando vos lo empezás a mezclar con cualquier cosa a todo le echás chocolate ¿a qué estamos jugando? bueno pero le puedo decir una cosa basta del chocolatismo le puedo decir una cosa es lo mismo pseudo-chocolate. Igual, peor. Porque hay unas facturas que son como un ladrillo. Hay unas facturas que yo no me explico porque existen. Antes había unas que hasta tenían un coso verde. Sí, tiene una fruta brillantada, pero no es la fruta. ¿Quién va a elegir esa factura? Bueno, es la última que queda. ¿Sabes quién la elige? No. Cuando usted le dice a alguien, ¿vas a comprar factura? Atráe esa. cuando usted terceriza la elección. Claro, el tipo no tiene... Hay que ver a quién manda las comprafacturas, ¿eh? En un grupo de amigos no se puede mandarla al más tonto. No, no. porque hay que tener un criterio. Lo ven entrar, lo empanadero y ya se flota. Nos sacamos las 12 peores facturas de la historia, nos las sacamos ahora. Y te dan esas de chocolate, la verdolaga, la que tiene salpicadura, no sé qué, la que se cayó al suelo, la que son de la punta, ¿viste? Sí, sí, los bordes. Él tiene un borde todo endurecido, toda esa te encaja. Ahí viene el tipo y te va a quitar las docenas facturas. ¿Qué trajiste? ¿Qué te cajaste? Hay unas que le ponen granas arriba. ¿Granos? ¡Granas! Siempre crees que eran granos. No. Granos y granas. No, es como... Es lo correcto. Aquí curamos toda clase de granos y granas. Y granes. Sí. Es como un polvillo multicolor dulce. Ah, pero eso sí, son las... Granas. No, pero eso es para la piel, ¿no es? No. ¿Cómo se llama eso? ¿Cómo se llaman esas cosas? granas, no es que lo llora para contestar así y lo que digo yo, ¿cómo se llama? eso que tienen las mujeres circunstanciales no, purpurinas, eh, purpurinas pero eso es otra cosa, eso es más allá las amantes clandestinas se ponen purpurinas para que luego a uno lo descubra hay amantes clandestinas que se ponen granas son las más dulces ay, que lindo atención, lo que no debes hacer primero, descuidar la calidad por la cantidad claro ¿entendés? se seva, la codicia lo lleva. La codicia rompe el saco. Entonces dice yo con la misma cantidad de manteca de glas, hago tres veces más media luna. Pero no tiene gusto nada. Pero hago tres veces más media luna. Después ignorar los comentarios de los clientes. Pero está bien, hay que ignorarlo. No, no lo puedo ignorar. Y el cliente dice, la verdad es que... Esta afortuna que me venden, no tiene un contra nada. Es lo mismo una media luna que una bola fraile, no es lo mismo. A mí me amasan. Pero si usted vive con esa cara de asco todo el tiempo, todo le va a parecer horrible. Los clientes tienen mucho que decir y sus opiniones, bla, bla, bla. Después, vender productos viejos sin avisar. ¿Y qué quiere? ¿Que le avise? No. Que le avise y le diga... Hay un cartel que dice estas no. Miren que están un poquito cansaditas. Hay panaderías que después de determinado horario bajan el precio, le dan 2 por 1. Nunca vi eso. Sí, sí. Yo vi una bandeja que decía facturas de ayer. Sí, de acá también. Y parece una sección de una revista. dice factura de ayer, pero es una foto de una panadería de 1921. O una oficina de pagos atrasada también. Claro, también. Factura de ayer dice. Vender productos viejos sin avisar no puede ser. Bueno. Avisarle. Y consejos, ah, ya llegué al final, pero ahora nos falta esto. Descuidar la higiene en el local, no debes hacer. No. Por ejemplo. No debes hacer. Sí, pero tampoco tienes... Hay animales, por ejemplo, discurriendo por encima de los mostradores y aún entre las bandejas. Bueno, aunque estén quietos. Pero yo digo, un perro sí. No señor, el peor es el perro. Un gato sí. Tampoco. Yo, en esta panadería que le digo de la esmeralda, una vez vi correr a un pollo. salió el tipo que yo no sabía. ¿Con un hacha? Sí. Pero acá lo que pasa es que aquí hacemos pavos de la Navidad. Sí, sería algo así. ¿Qué querías, un pollo o un pavo? O un gato. Primero que yo no sabía que había un tipo, siempre yo vi a la señora. Claro. Ese es un detalle secundario. Bueno, sí, pero tampoco sabía que había un pollo. Pero pasan muchas cosas que usted no sabe atrás de la pared. Salió como al escenario, que es el salón de la panadería. Ahora, la higiene... La higiene del pollo es mediocre. Sí, pero digo, la higiene del local está bien, que tiene que estar limpio, pero no tiene que tener olor a limpio. Es que el olor al limpio es a carobina, señor. Sí, o a desodorante ambiente. Tampoco te quedes atrapado en lo tradicional, como el señor. ¿Por qué el señor se quedó atrapado en lo tradicional? No, porque a mí me parece que hay que seguir... Exacto. No, no, pero digo, si durante 100 años estuvimos haciendo flautitas... Aquí flautista. ¿Lo vamos a cambiar ahora? No. No haga tanto gesto, que torrante. Solamente hay medias lunas. Bueno, no, pero... Todas esas cosas que vinieron después... ¿Radas? No, es una panadería esto, no una casa de tolerancia. No, bueno, señor. Pero yo pensaba llevar... Se la iba a pedir surtida. Vaya la panadera en frente, la surtida. Bueno, creo que algunos les decían antes, la docena surtida. Sí, claro, eligiendo es otro precio. El tipo tendrá a meter ahí, como Salamanca al piano. Subestimar la competencia, eso de la panadera en frente, la verdadera esmeralda, la única esmeralda. ¿Hay servicio a domicilio? Porque ahora que entregan todo. Nunca, este es el sueño de mi vida, pedir factura, servicio... Pero... Tienes que confiar. Primero, no sabes lo que te dan. Sí. Segundo, son mucho más caras, tenés que pagar el acarreo, buenas tardes. Pero, ¿qué acarreo? ¿Qué le atreven? ¿Grúa? No, pero las tenemos que llevar a su casa. Bueno, pero viene... Dicen que se cree que salen caminando las medialunas. No, bueno. Y le tocan el timbre. Pero, escuchame. Tenemos que tener a alguien y pagarles. Mándame al muchacho. Sí, sí, además que era un muchacho. No, no, no, no señor. Manda el muchacho Andresito. Andresito sigue trabajando ahí. Eligiendo es otro precio. No, no es que elegir. Que siempre trae, es muy respetuoso, es muy trabajador. ¿Qué sabe vos lo que le hace a la factura que se...? No, por favor. Les hago una pregunta moral. Chau. Sonamos. Entran... cualquiera de ustedes dos a una panadería y atrás entra una anciana. No, no, no, no. Ya entró. Quedan 12 facturas. En todo el local. Y usted intuye que la anciana también quiere comprar facturas. ¿Qué hace? Le cedo el lugar. ¿En serio? Pero si yo he contado muchas veces una anécdota que me sucedió en una panadería muy concurrida, había que hacer una cola bastante considerable. Entonces yo vi que había unas tortitas negras que estaban muy bien. Entonces me toca a mí. Sí. Me toca a mí. Y había relativamente pocas, ponerle que había cinco o seis. Bueno, por empezar, dame las cinco o seis tortitas negras esas que tenés. Tenía que comprar como dos docenas yo porque me habían mandado. Y digo, dame todas las tortitas negras que tengas. Atrás de mí una señora. ¡Ahh! ¿Qué pasó? Pegó un grito horroroso por favor, señora, por favor casi se desmaya, ¡justo! la que yo estaba esperando con voz desgarrada y casi arrojándose a mis pies y abrazando mis rodillas digo, estoy sacrando... ¿Y qué dijo ahí? Dice, no, entonces decelas a la señora Estuviste muy bien, sí, pero la señora sintió que su espíritu de justicia también necesitaba ser convalidado y dijo vamos vamos mitad y mitad bueno muy bien igual ya sacó ventaja después en la gira no la saltó la panadera no estaba de acuerdo con eso no porque ella no no no acá la que pide pide no pero ya estaba ya decidió la gente yo ya le había pedido las faturas bueno al final se las quedó la vieja pero pobre señora pero yo la entendí porque a mí me ha pasado más de una vez eso que alguien justo a último momento elija las que a mí me gusta diga que yo no puedo me dan o se qué grita o quizás grito, sí. Ahora, ¿en su panadería hace la rifa de la canasta navideña? Sí, entre los clientes. Entre los clientes. De los mejores clientes. Ah, porque yo creí que le daban a todos... Un numerito. Le van dando todos. Le vamos dando todos los días, tome, doña Inés, y así. Después, cuando sale no decimos nada. Dimos que se lo sacó otro, total, quién se va a acordar. Se lo vendemos de nuevo. El premio es un pan dulce. No, como un pan dulce, es la canasta entera. Navideño, un pan dulce para la... Sí, pan dulce, turrones y todo. Vienen cosidos con fita. Un solo pan dulce quiere dar. Turrones... Cosas de papel. Viruta de papel. Viruta, lo que barremos. Bueno, tengo que cerrar. Bueno, el de... Yo no sé si entre tantas facturas... Ya sea al principio o al final de la elección, uno puede tomar con una pinza, algo del pensamiento ajeno. El dolor. En los mitos el dolor aparece siempre como un castigo divino o como una carga propia de los hombres o como la evidencia más notable de la imperfección humana, no duele, somos imperfectos porque no duele. Y cada sociedad ha utilizado distintos procedimientos para suprimir o para aliviar el dolor. En el siglo I muchos sabios... elaboraron técnicas para evitar los dolores del parto. Perfecto. Del parto. En general se aconsejaba distraer a las parturientas. Apoloño de Tiana recomendaba introducir una liebre viva en el lugar donde había de ocurrir el parto. Se refiere a la habitación, me imagino. Sí, espero que sí. Sí, más vale. Para que el animal corriera y diera saltos alrededor de la mujer. La mujer se entretenía y le dolía menos. Pero el peor es que hace un conejo acá una liebre. Plinio asegura que en España solían poner una liebre viva entre los senos de la parturienta y por si no resultara demasiado entretenida la situación, convocaban también a músicos y cantores para ayudar a pasar el trance. No se hacía ninguna aplicación física, era una manera casi psicológica de tratar de evitar el dolor. traer la psique hacia otro foco de atención. Aún hoy muchos piensan que lo que más duele es el pensar en el dolor. Yo no estoy de acuerdo con eso. Lo que más duele es lo que duele. El príncipe Janusz Kuczmicz era uno de los hombres más poderosos de Polonia. En su castillo, cercano a Cracovia, disfrutaba de todos los placeres que el dinero suele facilitar. Era un hombre muy galante. y como caracía de cualquier escrúpulo, tenía numerosas amantes a las que atendía en forma sucesiva o simultánea. Asimismo era un excelente cazador, poeta y tañedor de cítara. Su vida era muy intensa e interesante, hasta que un marido celoso dispuso que unos magos lo hechizaran y de resultas de este mal eficio, el príncipe Kuzmic empezó a sentir un dolor agudísimo y permanente en un punto situado entre los homóplatos. No era un dolor extenso. pero sí intenso. Y esta intensidad era tal que al principio le resultaba imposible registrar cualquier otra sensación que no fuera ese dolor. Los médicos de la corte no alcanzaron a explicarse el origen de aquel mal, pero los astrólogos pronto le dijeron que el dolor lo acompañaría durante toda la vida y que solamente desaparecería una vez por año el día de San Juan. Desde entonces el príncipe vivió en perpetuo sufrimiento, pero cada 24 de junio, sin embargo, libre de su tormento, se entregaba a unas actividades asombrosas que incluían banquetes, cacerías, cantos y cabalgatas de toda índole. Al amanecer del 25 de junio el dolor se presentaba otra vez puntualmente y el príncipe solo tenía tiempo de quejarse. Al cabo de algunos años advirtió que los placeres del Día de San Juan estaban contaminados por la certeza de su carácter efímero y entonces no podía gozar de ellos. Y desde entonces el Día de Alivio, el 24 de junio, lo empleaba en sufrir pensando en el dolor del día siguiente. Los astrólogos después de... arduos procedimientos mágicos, le consiguieron nuevos días de gracia. El día de todos los santos, el día de Navidad, la Pascua de Resurrección y el 17 de Octubre. ¿En serio? Mira qué bárbaro. Pero el príncipe Kuzmich no aprovechaba aquellas jornadas y hasta podría decirse que sufría más durante ellas. le dolía más lo que le iba a pasar, lo que pensaba que venía que lo que estaba sucediendo y bueno, podría decirse que pasaron años y que los magos redujeron los días de tormento y aumentaron los de gracia, fueron aumentando, cada vez más días, le conseguía un día más, ¡ay fenómeno, fenómeno, fenómeno! Pero tipo seguía que sufría. Finalmente resultó que el príncipe... sufría su dolor en los homóplatos realmente un día por año, aunque no era posible establecer la fecha exacta. Kuzmich, sin embargo, nunca volvió a disfrutar de los placeres del cuerpo y el espíritu. Se lo pasaba encerrado en su alcoa, gimiendo, gritando, llorando y temiendo la visita del dolor. que era otro tipo, esta historia terminó. Estamos contando historias sobre el dolor. Extraordinaria, me pareció. Se hizo muy buena. San Alberto Magno tenía una visión distinta del dolor y confiaba en la química. En el caso precitado de los doloros del parto, aconsejaba untar el cuerpo de la mujer con una pasta hecha de canjones rojos, Romero, ¿qué tal, Romero? y estiércol de caballo. Mucho más refinadas han sido las drogas destinadas al adormecimiento, el ópio, la mandrágora, el velenio y la amapola. Siguieron usándose hasta el siglo XIX. Josefina, la mujer de Napoleón, tenía la dentadura podrida, incúlpeme, y las pocas piezas que le quedaban le producían enormes dolores. Para disimular... las deserciones, utilizaba todo el tiempo pañuelos, abanicos y no se reía nunca. Para evitar el dolor le daba el opio a cuatro manos, tanto que se dormía en el teatro y en las ceremonias, de suerte que era necesario sacudirla continuamente para que despertara. En realidad el opio era una droga muy peligrosa, el general San Martín estaba obligado a tomarlo a causa de sus dolores. y sus enemigos aprovecharon esta circunstancia para acusarlo de opiómano. El alcohol también ayudaba a evitar padecimientos. Muchos cirujanos lo utilizaban en sus operaciones. Ahí estaba el inglés Astley Paston Cooper que recomendaba a sus pacientes que se presentaran borrachos a la mesa de operaciones. En tal estado intervino nada menos que al rey Jorge Cuarto de Inglaterra. que padecía una teroma en la cabeza. Parece que el rey estaba tan borracho que, bueno, entró a la sala riéndose a carcajadas. Cuando vio los instrumentos del médico, quiero decir, el bisturí, las pinches, todo eso, lo condenó a él y a todos sus ayudantes a muerte. ¡Mira qué bien! Acto seguido se desmayó. Más tarde, después de la operación, que fue muy exitosa... le dieron a Cooper el título de varón y por supuesto le perdonaron la sentencia a muerte porque de qué sirve ser un varón si uno está muerto. Hay que decir que tanto en las guerras como en el mar el recurso de unos buenos tragos era la rutina cuando alguien debía someterse a una operación en campo de batalla o incluso en alta mar. En la Edad Media los sacamuelas y los charlatanes recorrían las ciudades vendiendo amuletos. talismanes, pero más que nada elixires que servían para calmar los dolores, para devolver el vigor y para recobrar la juventud. En el siglo XI vivió un célebre adivino malabarista y farmacéutico llamado Ludovico de Colonia, que recorría las ciudades del centro de Europa seguido por una vasta comparsa de pitonisas tragasables. prostitutas, ladrones. Ludovico vendía un cierto barro que, según él mismo, curaba todos los males del cuerpo con solo ingerir una cucharadita. A decir verdad, este barrito en cuestión no era más que un purgante, muy fuerte. Cuando los incautos descubrían el engaño, Ludovico ya estaba lejos, iba a otra ciudad. Una tarde en 1074, Ludovico llegó a la aldea de Spital, en el sur de Prusia, y desde luego se presentó con sus cantos, sus prostitutas, sus altimbanquis. El duque Francisco de Ojanzoller vio aquel desfile y se sintió tentado. Hacía poco que había tomado una amante muy joven y no siempre conseguía honrarla, bueno, debidamente. Compró entonces seis frascos de aquel barro. y se lo tomó uno tras otro. Había que tomar una cucharadita y se tomó seis fracos. Pero era para otra cosa. Enseguida se trasladó a casa de su amante, ni bien estuvo en brazos de la muchacha, sintió un estremecimiento y creyó que la magia empezaba a funcionar, pero inmediatamente tuvo que abandonar el lecho al galope y pasó toda aquella noche en el retrete. Al día siguiente... un ejército partió tras las huellas de Ludovico que ya se había ido y fue capturado y el duque lo obligó a tomarse todos los frascos del exil que poseía en su presencia. Esa misma noche Ludovico de Colonia murió por no decir otra cosa. Estupendas historias, estupendas historias. Sería muy oportuno decir, ojalá alguien inventara la forma de calmar los dolores del alma. Un enamorado podrá decir, sufro por amor y quisiera dejar de sufrir. Pero aquí la cuestión es distinta. El enamorado desea recobrar. que ha perdido, volver a la vida puede ser que uno quiera a quien se ha muerto, pero lo que uno no quiere es terminar con el dolor que esto causa, el enamorado existe, quiere perseverar, hay un disfrute en el sufrimiento, quiero que me duela, vivo con un cuchillo oxidado clavado en medio del pecho quiero seguir viviendo con el cuchillo en el pecho. Y aunque me divierta a veces. Por ahí voy a una farra y estoy en lo mejor de la orgía y siento una vocecita adentro que dice, te duele, te duele, un día te morirás. Y todos los que tú amas también. La vida es una tragedia. Por favor. Sí, dice el tipo y sigue bailando. Quiero decir, hay algunos que quieren que el dolor perseguir. Pero vamos a dedicar la canción correspondiente a Ludovico de Colonia, que cuando alguien le preguntaba con qué podía calmar su dolor, él respondía mostrando los frascos. barro tal vez. Señoras y señores, estamos en San Isidro, verdad, en el hermoso Centro Cultural San Isidro. Mañana estaremos en Adroguer. Y como le decía, señoras y señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Sugerencias y consejos para dejar solos a los niños en casa. ¿Qué pasa? No, qué peligro. Por favor. Una vez tomada la decisión de dejar solos ya los niños, hay que tratar de no dejarlos solos. Pero si usted se va... Pero si usted tiene que irse por una cuestión de un trabajo, de un trámite o de un amante... No, no, no. Bueno, déjelo solo. No, pero hay parejas que tienen su día de salida... Claro, y no van a suspender el día de salida por unos hijos más o menos. Ustedes, es parte de la crianza también. Nosotros acá con Raquel, Sí. Tenemos nuestras cosas. Una vez por mes, los dejan sols. Es para nosotros el día. Es para nosotros, decimos, no vamos a dormir de otro lado. Incluso pidiendo monedas por la ventana a las personas que pasan. No, hacemos cosas divertidas, cosas divertidas de pareja, de grandes. Claro, el otro día fuimos al tigre. Sí. Tenga cuidado. Con el 60. Sí. Ahí está Tigre Oten. El 60 ha cambiado de color. Sí, cambió de color. Para mal, por supuesto. Antes era amarillo. Amarillo y azul. Sí. ¿Y ahora? De ningún color. Blanco, colorado, verde, cualquier otro. ¿Qué color es ahora? El color de la roca. medio rojo, medio rojo, porque tiene mucha ventanilla está pintado también medio, así como quien no quiere la cosa una prueba inicial hay que hacer, antes de dejar al niño solo una pruebita, simulacro claro, un poquito de este modo podrás evaluar cómo reacciona el niño cómo se maneja y esto te puede servir de referencia para decidir si está preparado para quedarse solo en casa o no. Bueno. Y simula situaciones reales para valorar su reacción. Por ejemplo, ¿aparece usted disfrazado? de ladrón. ¡Ay, me he metido el dinero! Pero el mío dice, mis padres han salido, no le puedo abrir la puerta, señor delincuente. No, no dice eso, pero además tampoco es esa la prueba. Usted llama a la babysitter. Babydoll. No. A la niñera. Señor, a la niñera. Estamos dando el género solo, que de niñera. No, pero prueba tres horitas que venga a jugar un rato con el nene a ver cómo se lleva. No. Por ejemplo, pregúntale al niño si alguien toca el timbre, ¿cómo reaccionarías? Ay, dice, salgo corriendo, dice el niño, y me meto abajo de la cama a los gritos. No está preparado. No, bueno. No está preparado. A ese niño dice, atiendo y digo, padres han salido, disculpe si no abre la puerta señor delincuente. No, no, mejor metérselo abajo a la cama. Sí, es importante que enseñen a tus hijos que nunca deben abrir la puerta a un desconocido ni mencionar que están solos. Reiquifico, mis padres están aquí, pero me han pedido que no le abra la puerta señor desconocido, por no decir delincuente. Muy bien. Continuamos con las pruebas y con los consejos. Establece unas reglas, dice. Para que el niño las tenga en cuenta. Es recomendable dejarle una lista de tareas siempre cuando el niño haya aprendido a leer. O sea que es dificulto. Pero tareas para el colegio o tareas... Encargos para que se mantengan ocupados. Por ejemplo, niño, toma esta lata de pintura y esta brocha y pinta el comedor. O niño... Toma estas semillas y plantalas en el fondo. O, niño, y todas. Toma esta fragua, estos 10 kilos de hierro y construye una puerta cancel. No. Tiene que dejar, además que... Le ponen a Playstation lo tiene que dejar. Y que haga cosas que no hace habitualmente. Entonces le dice, bueno, hoy está permitido... Cocinar. Comer croquetas de verduras en la cama. Justo, justo. Hoy está permitido. Nunca me gustaron las croquetas de verduras. Bueno, mejor no salgamos. Claro. Dice, llama por teléfono... Ah, sí. Cuando esté fuera de casa y habla con el niño para que te cuente cómo va todo. ¿Cómo va todo, niño? Aquí estoy con unos desconocidos que han entrado acá y están haciendo una fiesta con unas damas y en este momento se están repartiendo el dinero que había en la caja fuerte, madre. Yo creo que eso es peor. Nosotros en consultorio... A mí me fusionó. Sí, nosotros en consultorio a eso lo llamamos puesta en escena de la angustia. ¿En qué consultorio, hijo? el hospital pirobano? No señor, psicológico, nosotros somos del colegio de psicólogos de la Ciudad de Buenos Aires. Ah, van al colegio? No, estamos colegiados. Puede ser que lo haya visto en televisión? Bueno, sí puede ser. En un programa? Hablaba mal de unas tripas. No, no señor, eran las madres. Madres de pacientes psicoanalizados, hablamos muy mal de ellas. Claro, porque les llenan la cabeza, ¿no es cierto? Al pobre psicoanalizado. Y viene con la cabeza llena en contra del psicoanalista. Y yo me dejo mi vieja que esté en un gil. Bueno, si llama a la madre por teléfono para ver cómo está todo... Dele con el psicoanalista. No, no le da con el psicoanalista. Peor, está poniendo en escena, en lugar de la angustia, entonces ese niño tiene la oportunidad de decir... Madre, sí. No hay cariño más sublime ni más santo para mí. Bueno, imagínese. Y la madre se siente aludida. Y claro, si le dicen madre, no hay cariño más sublime ni más santo para mí, aludida. Si eso no es aludir, ¿qué es? Sí, pero aludida y sacudida... Ah, sacudida es otra cosa. Sacudida emocionalmente. A mí me funcionó eso. Perdón, ¿usted quién es? No, no, porque yo estoy acá en la sala de espera del doctor y le quería decir que a mí... ¿Usted sabe dónde están sus hijos ahora? Están solos. ¿Pero usted es una señora? No, soy un hombre. Ah, es un hombre. Pero cómo no se dieron cuenta. No, está bien. Bueno, uno no anda mostrando que son. Está bien que el consultorio es oscuro, pero estaba sentado... No, está bien, señor. No sé, fue así, una distracción. La primera vez que yo me fui de mi casa, esto es verdad. Estaba mi hijo solo, era grande él, no era tan chico. 23 años. Y yo hacía cada dos, tres cuadras. Volvía. No, llamaba y decía ¿todo bien? Ah, qué confianza. Y él me decía ¿todo bien? hacía cuatro cuadras más. ¿Todo bien? Sí, todo bien. ¿Todo bien? En un momento agarré el camino en cintura. ¿Todo bien? Sí, rútatele por allá, hola barriga. Y me fui a capital. Qué linda novela esa. ¿Se llama Todo Bien? Claro. Pero me funcionó. Los niños deben tener instrucciones de cómo proceder en caso de emergencia, ya sea llamando a un vecino de confianza. Sí, tenemos un vecino de confianza. Es un oxímono, un vecino de confianza. Este... Se llama Al. Al. Al Capone. Ah, bueno, no. Y un hombre que trabaja en negocios, los licores. Sí. Y yo le dije a él, si tenés algún problema, llámalo a él. Los números de teléfono deben estar visibles en los aparatos telefónicos. Y si los números están escritos, los niños no lo podrán olvidar. porque todos los días lo ve pegado en la larena todos los días lo ve del mismo modo los niños deben de conocer bien el nombre de la calle y el número donde viven claro para volver a su casa bueno no usted lo manda a ser un mandado y se olvida de dónde vive. Usted nunca se lo enseñó a lo mejor. Bueno. Y bueno, vuelve a otra casa y tiene una vida distinta con otra familia. No, pero no es así. En otra localidad que no es Montegrande. A lo mejor salen ganando plata. El problema es que cuando niños aprenden el nombre de la calle, a veces le cambian el nombre de las calles. Vio que viene otro... Sí, en el Gran Buenos Aires. A cada rato, cada vez que cambia el gobierno, le cambian el nombre de la calle. y el niño ya se lo había aprendido que era... Era el Miro J. Farrell, ponerla. ¿Qué intendente había, justo? No, presidente. Claro, y después me imagino la paralela gualera entonces. Sí, claro. Siempre cuento, me gusta contar que en casero, cuando vuelvo yo ahora, sí. ya han puesto a las calles nombres... de tipo que yo conocía cuando era chico. Claro. Eran unos viejos de porquería. Sí. Unos sin vergüenza. Y ahora Calle... Calle el viejo Vizcacha, ponerle. Por no decir el verdadero nombre. Alguien más noble. Bueno, del mismo modo... O sea, del mismo modo... No sabemos cuál era. Los niños deben conocer... Claro, es del mismo modo porque dice lo mismo que dije antes. Deben conocer el nombre de la calle donde vive. Bueno, muy bien. No dejes nunca encendedores, fósforos en la mano de los niños. Mirá si se lo va a dejar en la mano. Está así el pibe con la caja de los tres patetos. No, claro. No, tampoco dejes encendidas estufas, secadores de pelo. ¿Quién va a dejar un secador de pelo encendido? Andando. Siempre mejor dejar guardados en un lugar seguro este tipo de artefactos, ¿no? También cuchillos. No dejes cuchillos. ¿Qué hago con todos los cuchillos que tengo en casa? No, pero porque sabe que... Los deposito en el banco. ¿Saben lo que hacen sus hijos cuando usted no está? Sí, se lanzan cuchillos. No, señor. Todo lo prohibido lo hacen. ¿Saben lo que hacen? A ver el... el cajón de la mesa de luz suyo. ¿Donde se guarda el revolver? No, bueno, o cualquier material... Inapropiado para el niño. ¿De niños cuando me han dejado solo? Sí. ¿Con mis hermanos? Sí. Entonces no estaba solo. No, bueno, esperamos todos niños. abriamos el placar de mis padres y poníamos... Tres cajones tenía, lo poníamos en forma de... dispuesto como escalera, uno muy abierto, otro medio abierto y otro... Y otro cerrado. Sí. No. No señor, para configurar unos escalones y trepábamos hasta la parte alta del último acuante. Y ahí cabía. Y ahí había cosas. Claro. No tiene que decir. Bueno. Y también jugamos a las escondidas, nos dormíamos ahí, armábamos como una carpa. Son muy de armar carpas los chicos que desobedecen a los padres. ¿Sacan la sábana? Yo siempre desobedeceño a mis padres. Nunca armé una carpa en mi vida. Y en mi vida armé una carpa. Jamás, nunca se me ocurrió. Pero con la sábana no... No voluntariamente. No. Sacando todas las sábanas. ¿Ustedes no hacían eso? No me explique cómo hacer una carpa. Le estoy diciendo que no quiero. Sí, pero estamos jugando. No ustedes estés jugando. Nosotros venimos acá, somos personas serias, estamos haciendo este programa, ayudando a la gente, gente que tiene que salir a trabajar y dejar a sus hijos solos. Y estoy ahí, ¡ay! ¡Soy de una carpa! Yo tengo recuerdos muy gratos de... ¿De qué? De cuando armábamos las carpas con todas las sábanas que había en la casa. sacamos todas las sábanas y hacíamos y los palos con escobas. Todos los palos que había en la casa. Y se armaban carpas. Y después nos retaban cuando volvían. Bueno, claro. Y ustedes, ¿por qué no escondían las sábanas y los palos? Pero siempre quedaba... Sí, siempre quedaba algún palo olvidado en una cama. Queda el desorden. Bien, si tienes cocina a gas, en otro... Cambié la conversación. Te felicito. Cierra su pase. La llave de paso. La llave, sí. Para que los niños... bueno. Enseña a los niños que no deben usar aparatos eléctricos como secadores o enchufes. Otra vez. Si el piso está mojado. Si no está mojado, sí. No. el dedo en el enchufe. Ayer hablamos de los dedos en el enchufe. Ahora, qué raro el piso mojado también. La verdad que es una cantidad... Usted justo va a salir y moja el piso. Claro. ¿Qué le pasa? Qué clase de padre es. Bueno, es que pierde el depósito del baño. Ah, sí. Yo te dije, Roberto, ¿cuándo vas a arreglar el depósito que pierde? Pero el problema... No, el problema, me venís diciendo el problema. Hace cuatro años que pierde el depósito del baño. Es el flotante. No había nacido Mauricio todavía y ya perdía el depósito del baño. ¡Me estoy mojado! ¡Sanía acá que estoy hablando con tu padre! Ah, bueno, instruye a los niños sobre medidas de primeros auxilios y deja un botiquín a mano. Si uno de los niños se lastima, el otro niño no lo puede operar. Claro. El botiquín tiene un tomógrafo, por ejemplo. Claro. Si tiene ordeniador... Ordenador, ordenador. O sea, la reputadora. Toma las medidas pertinentes. O sea, acomoda las vacas. Dice, ponga protectores en las ventanas y rejas para que no tengan libre acceso. ¿Cómo que no tengan libre acceso? ¿Están afuera los niños? No, no están adentro. Se refiere a malhechores. Cierre todos los gabinetes con el fin de que sustancias como limpiadores. Sí, y nada más. No sean ingeridos por los pequeños. Cuidado abajo de la bacha de la cocina. Ahí está la lavandina, el detergente, todo. La virulana. Sí, todas cosas que quedaron perdidas que uno no alcanza. Eso es todo tóxico. Un pedazo de una sopa para que ya no anda. En la ducha utilice chancletas. Y si yo me fui... Claro. No estoy. Sí, bueno. Pero para el niño. Al final llegamos a la conclusión de que los niños están prácticamente presos. Porque la verdad usted describió una escena parecida al penal de Sierra Chica, más o menos. Sí. Le tiene que dejar la comida hecha. No, déjeles los ingredientes para que la ganen. No, pero... No, le deja comida hecha, sándwiches... ¿Sabe qué? Yo cuando dejo a los chicos solos en casa, me contrato unos buenos músicos... Buenas tardes. ¿Sí, qué tal? ..que hacen... ¿Cómo de buenos? Muy buenos, que hacen buenas canciones. Señores, vamos a hacer una breve pausa para dar comienzo al bailongo. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com pasión por el podcast