El escritor Sergio del Molino conduce esta serie de conversaciones literarias en la Biblioteca del Patio de la Fundación Juan March. Nueve figuras de la escena cultural española —músicos, escritores, cineastas, modistas— escogen un libro de entre nuestras estanterías: aquel que les inició en la lectura, inspiró su vocación o definió su vínculo con la literatura. Desde Galdós hasta Tintín, pasando por Chesterton, Michael Ende o Jack Kerouac, los invitados de la Biblioteca del Patio se retratan como lectores a través de sus autores de cabecera.
La biblioteca del Patio.
‘La cólera de las rosas’, por Juan Carlos Ortega
Sergio del Molino. A quienes usan el humor constantemente y no digamos ya a los maestros consumados en el arte del humor lo que más les cuesta es que los tomen en serio, que los intelectuales vean mucho más allá del chiste, mucho más allá de la risotada y aprecien la hondura de su pensamiento. Le pasaba un poquito a Chesterton y creo que le pasa a nuestro invitado, Juan Carlos Ortega., que, además de un admirador del escritor británico, es uno de sus discípulos más pertinaces, al menos su discípulo más aventajado en España. Nos ha traído por ello 'La cólera de las rosas', un librito en apariencia liviano, una colección de ensayos del maestro de Chesterton en las que se habla del humor, pero se habla de muchísimas otras cosas, siempre con una aparente ligereza que en realidad esconde bombas, esconde bombas de racimo, esconde granadas, esconde explosiones que pueden dejar devastado al lector más desprevenido. Sorteando con la buena guía de Juan Carlos Ortega. Yo creo que vamos a salir del libro sin haber perdido ningún miembro y sin haber sufrido graves daños ni heridas de consideración. Soy Sergio del Molino., estoy en la Fundación Juan March y esto es La biblioteca del patio.
Sergio del Molino. Juan Carlos Ortega.
Juan Carlos Ortega ¿Qué tal, amigo?
Sergio del Molino ¿Qué tal? Oye, ¿te gusta el set que te hemos montado aquí?
Juan Carlos Ortega. Me parece precioso. Y los micrófonos...
Sergio del Molino. Eso, quería...
Juan Carlos Ortega. Son muy buenos.
Sergio del Molino. Los micrófonos... Aquí hay calidad.
Juan Carlos Ortega. Aquí hay calidad. Este micro, sin ser un Neumann –El Neumann es el micrófono del que del Olmo decía: "Buenos días, España. Les habla Luis del Olmo"– tiene la forma del Neumann. Es otra marca más moderna, pero es magnífico. Es un gran micrófono. Mi mundo son los micrófonos. Yo viviría comparando micrófonos todo el día.
Sergio del Molino. Se te caen cosas.
Juan Carlos Ortega ¿Se me caen cosas?
Sergio del Molino. Se te caen cosas que captan los micrófonos estos tan buenos. Juan Carlos, no sé si te sientes raro de estar al otro lado, de no llevar tú el programa, porque tú eres además un radiofónista muy controlador en todo.
Juan Carlos Ortega. Me siento raro, pero me siento muy tranquilo. Me gusta ir a un sitio en el que yo no tenga que haber preparado todo. La tranquilidad con la que vengo aquí, incluso egoístamente diciendo: "Si sale mal, no es culpa mía".
Sergio del Molino. Bueno, no sé. El que hace el ridículo eres tú.
Juan Carlos Ortega. Sí. Pero yo siempre, cuando hago una entrevista, digo: "Si sale mal, la culpa es mía. El que hace la entrevista, el invitado tiene derecho a estar mal. Tiene derecho a. Incluso a ingenioso... Da igual. Una entrevista queda bien o mal en función del entrevistador.
Sergio del Molino. No, no, no. Yo entiendo la presión profesional. Entiendo. Pero creo que, si sale mal, el objeto de burla y escarnio vas a ser tú, Juan Carlos.
Juan Carlos Ortega. Yo estoy ya...
Sergio del Molino. Yo estaré libre.
Juan Carlos Ortega. Me da igual. A mí, la burla y el escarnio... En serio, me da igual.
Sergio del Molino. Pero lógicamente, como buen lector de Chesterton que eres, nos has traído un libro que yo no conocía. Yo no había leído este libro. Está muy difícil de encontrar además, nos lo has puesto difícil a los rastreadores de libros. 'La cólera de las rosas', que es una recopilación breve de ensayos de artículos que salieron publicados en distintos sitios y que son verdaderamente ingeniosos, divertidísimos y tremendamente inteligentes. Y se abre con uno que a mí me ha encantado, creo que es mi favorito.
Juan Carlos Ortega. Yo también lo veo así.
Sergio del Molino. Es mi favorito, en el cual divide, divide a las personas en tres tipos: Está el pueblo, los poetas y los majaderos.
Juan Carlos Ortega. Intelectuales, majaderos.
Sergio del Molino. Yo creo que tú eres poeta, pero no sé si te sitúas en...
Juan Carlos Ortega. Me encantaría si yo si tuviera que elegir uno de esos tres, intelectual seguro que no –en el sentido en el que queda reflejado ahí–. Tú tampoco lo eres.
Sergio del Molino. Él dice: el pueblo es la gente normal, la mayoría de la gente somos pueblo. El poeta es el que recoge el sentir del pueblo y el que lo expresa.
Juan Carlos Ortega. Y lo sabe expresar.
Sergio del Molino. Y el majadero es el que llega y le dice al pueblo que está equivocado y que lo que los poetas dicen son todos mentira. Es el aguafiestas. Yo a veces me siento un poco majadero.
Juan Carlos Ortega. No, no, tú eres poeta. Seguro. Es evidente. Y me gusta mucho lo que dice Chesterton cuando divide la humanidad en esas tres categorías, que el poeta sabe captar la esencia del pueblo y sabe darle forma porque es más sensible y sabe hacerlo. Y el intelectual lo que hace es hacer creer al pueblo que es menos inteligente de lo que en realidad es. Y en cambio, el poeta hace que el pueblo se sienta más inteligente de lo que tal vez es. Chesterton yo mataría por él. En el mundo hay una serie de nombres a los que admiro mucho, y que me han influido mucho. Y él es uno de ellos. Lo adoro. Esa inteligencia, ese humor –tiene un humor extraordinario–. Es un hombre que, aunque no comparta sus opiniones, era un absoluto católico, se convirtió al catolicismo de una forma radical. Pero cuando lo lees, dices: "Ah, me lo creo". Tiene un talento tan impresionante que tú lo estás leyendo y crees que realmente hubo tres Reyes Magos que fueron a darle presentes a un niño. Te lo crees en ese momento, del talento que tiene.
Sergio del Molino. Creo que a ti se te entiende mejor si se lee a Chesterton.
Juan Carlos Ortega ¿Sí? Ah, qué bonito.
Sergio del Molino. Sí, yo creo que sí. Creo que haces un humor, una radio que está basada en la ironía, está basada en el sarcasmo, está basada siempre en el doble sentido, en la no explicación. Nunca en un mundo donde hiper explicamos absolutamente todo y que con demasiada frecuencia creo que se alude al absurdo o incluso ese tópico de cuñados que dicen el surrealismo. Pero creo que tú estás emparentado con esa tradición de Chesterton absolutamente devastadora e maravillosamente irónica, que es mucho más compleja y mucho más divertida y mucho más humanista que todo eso que te atribuyen. Creo que si entiendes cómo miraba Chesterton el mundo, entiendes muy bien cómo mira Juan Carlos Ortega. el mundo.
Juan Carlos Ortega. Es que yo considero que Chesterton era un cómico en el sentido perfecto del término, un humorista como lo fue Cervantes. Y para mí leerlo es como leer a un gran humorista, y que me digas que tengo algo que ver con él... Con eso ya... Entre ver estos micrófonos buenos. Y que me digas esto...
Sergio del Molino. Hombre, no traemos aquí a la gente a hacerle pasar un mal rato.
Juan Carlos Ortega. ¡Ah! Importante, y sobre todo, estar aquí. Quiero hacer un elogio a este sitio. Lo siento, pero he de hacerlo, porque yo soy un loco de los podcasts. Un loco absoluto y el primer podcast, la primera recopilación de audios a la que yo me aficioné de forma radical, fueron los audios de la Fundación Juan March. Las conferencias, esas entrevistas que hace Antonio San José ... Todo eso. Yo dije: ¿Qué es esto? Y flipé. Y de repente vi que había cientos de conferencias que se hacen desde aquí. Osea que para mí estar aquí, en el lugar desde el que se hacen esas conferencias que yo devoro, para mí es un privilegio y estar contigo ya la hostia. O sea, es como todo junto.
Sergio del Molino. Se hacen cosas muy bonicas aquí.
Juan Carlos Ortega. Muy bonitas, muy buenas.
Sergio del Molino. Y aquí estamos en La biblioteca del patio hablando de Chesterton, de literatura y de humor. Yo creo que a Chesterton no se le toma en serio precisamente por el humor. Hay un problema con los escritores que recurren muchísimo al humor y es que no terminan de ver lo tremendamente inteligentes que son. A pesar de que al humor se le suele poner mucho la etiqueta de humor inteligente, que yo sé que es una etiqueta que tú rechazas muchísimo. El humor inteligente no existe.
Juan Carlos Ortega. Yo rechazo efectivamente la etiqueta, porque cuando alguien dice: "Esto de aquí es humor inteligente", cuando lo señala, da por supuesto que el resto del humor no lo es y por tanto, hay que matizar que este en concreto sí lo es. Nadie dice poesía inteligente o novela inteligente. Se da por supuesto que la literatura, la poesía, es inteligente de por sí, ¿no? Tener la necesidad de adjetivar como inteligente el humor es una prueba de que para la inmensa mayoría de la gente el humor es una chorrada y que de vez en cuando algún humor es inteligente. Por eso me parece como un insulto al humor definir solamente algunos humores como inteligentes.
Sergio del Molino ¿Qué te gusta más de Chesterton? ¿Los ensayos, las novelas? ¿Qué te gusta?
Juan Carlos Ortega. Yo soy un loco del padre Brown, de 'Los cuentos del padre Brown'. Incluso me gusta mucho 'Ortodoxia', que es el libro donde él cuenta su conversión al catolicismo. Yo estoy muy alejado de eso, pero mientras lo leo... es que hay algo fascinante en la crítica que hace a la sociedad de su época, que se parece tanto a la de ahora... Es igual, tú lees a Chesterton y mira, hay una cosa que me encanta. Me acordaba ahora cuando hablábamos del padre Brown. En uno de los cuentos del Padre Brown, el detective persigue al delincuente por delante en vez de perseguirle por detrás, se anticipa a lo que va a hacer. Ese tío al que yo estoy persiguiendo, que no sé quién es, ¿qué haría? Yo creo que haría esto. Va un paso por delante hasta que, al final, se va acortando la distancia y lo pilla. Ese dar la vuelta al mundo de este hombre me fascina.
Sergio del Molino. Se ve en esa obra tan famosa, la humorada máxima que es 'El hombre que fue jueves', cuando ese hombre se infiltra en el gran consejo de los anarquistas y descubre que todos son policías infiltrados.
Juan Carlos Ortega. Exacto. Es que eso es muy Woody Allen. Como en aquella película en la que hay una tienda donde hacen galletas y empiezan a cavar desde allí para ir a robar un banco pero al final, la tienda de galletas da tanto dinero que al final no hace falta atracar el banco. Eso de darle la vuelta a la expectativa es muy Woody Allen, es muy Chesterton.
Sergio del Molino. Es muy curioso que Chesterton se convierta al catolicismo en un país donde los católicos son una minoría.
Juan Carlos Ortega. Por eso.
Sergio del Molino. Ese es el valor. Y es curioso que algunos de los mejores, más humoristas, escritores británicos eran católicos: Evelyn Waugh, está Antony Burgess, el de 'La naranja Mecánica', está Chesterton... O sea, el catolicismo tiene algo que yo creo que les distancia un poquito de su mundo, yo creo que les hace ser un poco raros, y eso les hace ser mucho más divertidos, mucho más incisivos, mucho más vitriolicos a la hora de contar la vida. ¿Es necesario ser raro para cultivar el humor? ¿Y Juan Carlos Ortega. cómo de raro es para cultivar el humor?
Juan Carlos Ortega. Yo creo que si hay que ser raro, raro en el sentido de extraño, de poco frecuente, digamos. Es una virtud, seguro, en el arte. Y yo soy raro... seguramente sí.
Sergio del Molino. Ya te digo yo que si. Si dudas ya te lo digo yo.
Juan Carlos Ortega. Pues ya está. Y lo que decías de los humoristas católicos, yo creo que lejos de lo que pudiera parecer, un cómico, necesita como contraste una estructura muy férrea. Precisamente como contraste.
Sergio del Molino ¿Pero como contraste a qué?
Juan Carlos Ortega. A su forma de enfrentarse al mundo. Quiero decir, cuando tu cabeza no para de generar paradojas y contradicciones y tu cabeza le da vueltas a la realidad y parece como que el mundo es blando y flexible porque puedes hacer con él lo que quieras, a cambio de eso, tu cuerpo te pide algo férreo.
Sergio del Molino ¿Una fe? ¿Un sistema de valores? ¿Qué?
Juan Carlos Ortega. Sí. Algo férreo, que tampoco hace falta que lo creas, pero que esté ahí. A mí me encanta que haya una jerarquía y una disciplina. Me encanta precisamente porque no creo en ella. Porque es lo contrario a mí. Necesito que exista eso. Me encanta la monarquía. Me encanta que haya un rey y una reina, con todo lo irracional que eso conlleva. Me encanta que exista eso, porque eso compensa mi locura.
Sergio del Molino ¿Necesitas no creerte la parodia del mundo que estás haciendo? ¿Es un poco así?
Juan Carlos Ortega. Un poco sí, como diciendo: "Hostia... "
Sergio del Molino. Sí, el mundo es tal y como yo lo parodio, no lo soporto. Necesito no tener razón.
Juan Carlos Ortega. Necesito creer en un hierro duro para compensar lo blando que me parece el mundo.
Sergio del Molino. Esto es impresionante. Estoy muy, muy interesante. Mucho más de lo que yo esperaba.
Juan Carlos Ortega. Más que Chesterton.
Sergio del Molino. Mucho más que Chesterton. Pero fíjate, yo creo que, hablábamos de lo del humor inteligente, creo que tampoco se esperan este tipo de meditaciones de un humorista. Y sin embargo, fíjate, están sucediendo ahora, en estos tiempos.
Juan Carlos Ortega. Se me ha caído. Era esto.
Sergio del Molino ¿El vapeo?
Sergio del Molino. El vapeo, el vicio que tienes.
Juan Carlos Ortega. Me encanta el vicio. Perdona, que te interrumpo.
Sergio del Molino. Esa es la estructura firme a la que te aferras para no perder el sentido del mundo. Tienes ahí, ya lo veo, ya estoy viendo. Vamos del fumadero de opio al vapeo. En este mundo en el que estamos viviendo, que está perdiendo tantísimo pie por muchas cosas y que nos cuesta tanto comprender, porque muchas de las cosas que nos enseñaron sobre cómo funcionaba el mundo ya no funcionan así y ahora hay un montón de cuestiones que están resquebrajándose, entre ellas la democracia, en Estados Unidos me está dando la sensación de que los únicos que están dando la batalla por el sentido, la batalla por enfrentarse al absurdo de lo que está ocurriendo, son los cómicos judíos. Recuerdo hace un tiempo una disputa entre Bill Maher y Larry David a propósito de Donald Trump. Están teniendo unos debates los cómicos y los humoristas que no están teniendo los intelectuales ahora mismo. Yo no sé si, hasta cierto, punto me da la sensación, al menos en Estados Unidos, de que los cómicos han salido del escenario, han salido de los lugares que les son propios y donde estaban ahí encerrados, inteligentes o no, y están ocupando un espacio en la discusión pública que antes usaban los Émile Zola, los Vargas Llosa... Gente así.
Juan Carlos Ortega. Sí, pero.
Sergio del Molino. Y puede que a ti te pase un poco también.
Juan Carlos Ortega. Sí, pero, en el fondo, es porque es la misión real que tienen ellos. Lo que a mí me da un poco de miedo es que ese análisis que ellos pueden hacer del mundo y esa aportación que pueden hacer del mundo, lo hagan utilizando el mismo esquema que se había hecho antes desde la intelectualidad. O sea, que se pongan serios. Ahí es donde yo creo que han de seguir haciendo lo que hacen con su oficio, sin salirse de ahí, porque entonces se lo creen, se lo van a creer, y van a decir soy un opinador. Yo a veces, cuando hago un 'sketch' acerca de lo que sea me dicen: "Entonces, ¿tu opinión de esto? ¿Cuál es?" Y yo les digo: Pues mi opinión es esta, lo que he hecho. Este sketch de media hora que he hecho es lo que yo opino acerca de este tema. No lo quiero expresar con sujeto, verbo y predicado. No. Mi forma de comunicarme, mi lenguaje, es este. Entonces, cuando los humoristas empiezan a hablar como catedráticos... es decir, lo que estoy haciendo ahora. Yo, hablando en serio...
Sergio del Molino. Hay una cosa, hablar del humor en serio siempre es complicado. Nunca es divertido y nunca es divertido.
Juan Carlos Ortega. Y no se enteran de nada. Yo estoy harto de libros sobre el humor. Son una mierda. Empezó Freud ya con esto del chiste y su relación con el inconsciente. El problema es que él pensaba que estaba analizando el humor, pero como era un hombre sin sentido del humor, lo que analizaba como humor eran juegos de palabras malísimos, vieneses, raros, unos juegos absurdos.
Sergio del Molino. Igual es que el humor caduca.
Juan Carlos Ortega. El humor de verdad... 'El Quijote' no caduca.
Sergio del Molino. Pero lees los chistes de romanos que recopila Mary Beard y no te hace gracia ninguno.
Juan Carlos Ortega. Ya, pero para mí eso... Mira, me leí hace poco uno de esos libros que siempre dicen: "Se han escrito muchos libros sobre el humor y nunca se ha llegado a ninguna conclusión", como diciendo: "Pero este, sí". Y nada, porque los que escriben sobre el humor, el objeto de su estudio, el humor, no tiene nada que ver con lo que yo creo que es el humor.
Sergio del Molino. Yo lo único que tengo claro es lo que lo que estabas comentando acerca de cuál es tu opinión cuando haces un sketch de sátira política o de contenido que tiene que ver con la burla de algo que se ve que está en actualidad. Es lo mismo que me puede pasar a mí como columnista o como opinador. Cuando usas la ironía, cuando usas el sarcasmo sin ser humorista, no se esperan que alguien que no se dedica al humor, utilice el humor para argumentar, para participar en la vida política. Esa opinión no se la toman en serio porque claro, como hay un chiste, dicen: "Muy divertido. Gracioso. Pero ¿qué me quieres decir?". No, lo que quiero decir lo estoy expresando a través del humor. Y el humor es una herramienta que no es patrimonio exclusivo de los humoristas. ¿No?
Juan Carlos Ortega. Claro, claro que no.
Sergio del Molino. Creo que además, si no planteamos las cuestiones desde el humor, no estamos participando bien en la discusión pública. Creo nos estamos poniendo muy solemnes, muy idiotas y no estamos llegando a donde tenemos que llegar con la penetración con la que nos da el humor. Es que lo que podemos decir con el humor tiene una profundidad y creo que Chesterton lo sabía muy bien, que no lo tiene la solemnidad, pero nos ponemos muy solemnes todo el rato y eso es un problema que le pasaba a Chesterton también. Cuando Chesterton dice cosas verdaderamente atroces.
Juan Carlos Ortega. No se lo toman en serio.
Sergio del Molino. No se toman en serio. Creen que está haciendo un chiste. No, no, Chesterton está haciendo algo, está desnudando al embajador, está diciendo cosas verdaderamente profundas, pero las dice desde el humor, ¿no? Y eso hace que no haya manera de tomárselo en serio.
Juan Carlos Ortega. El humor es un detector de mentiras. El mayor detector de mentiras que existe es el humor. Cuando dicen el humor ha de ser una crítica al poder... O no. El humor ha de ser una crítica a la mentira, a la teatralidad, a esta cosa vacía. Y como detector de mentiras no ha habido ni habrá nada más eficaz que el humor. Desnuda todo lo desnudable.
Sergio del Molino. A mí me ha gustado mucho uno de los ensayos de 'La cólera de las Rosas', uno dedicado al ensayismo. Yo he escrito muchos ensayos, soy ensayista y entonces me interesaba mucho lo que decía del ensayismo. Y bueno, esto te lo tengo que agradecer, haber llegado a este libro de Chesterton al que no habría llegado sin ti por otro lado, ¡qué maravilla! Y ahí dice que el ensayo actual –estamos hablando del ensayo actual en la época de Chesterton, pero se puede aplicar a hoy– es un ensayo sín tesis. Dice: "Claro, es un ensayo que utiliza la literatura, utiliza el humor, utiliza las figuras, para decir cosas que luego no se pueden formular en tesis. Por ejemplo: "El viaje no es el destino, es el camino". Dice: "Bueno, eso puede tener una consistencia literaria y puede ser muy poético y muy bonito, pero eso no es una tesis". Dice: "Enúncialo como si fuera una tesis". Y dile al viajero que no importa el destino, que lo importante es desplazarse. Entonces, si eso si eso es verdad, el viajero no se movería de casa. No iría a ningún sitio. Y, sin embargo, esa verdad la llevamos por ahí. Y lo que le reprocha al ensayismo de hoy es que no tenga tesis, que no llegue a ningún sitio. Y yo creo que buena parte de lo que hacemos y del mundo en el que estamos es divagatorio. Estamos divagando siempre sin llegar absolutamente a ningún sitio. Yo no sé si tienes esa sensación.
Juan Carlos Ortega. Sí, porque, además, llegar a una conclusión queda como feo, como antiguo, como casi facha. "He llegado a una conclusión". Es más bonita la cosa volátil y tal. La cosa esta del relativismo de: "Bueno, todo es blando", tiene como más prestigio. Pero querer llegar a una conclusión y tener una tesis parece facha. Sí, parece facha.
Sergio del Molino ¿Escribes mucho para tus programas, para los shows y para todo?
Juan Carlos Ortega. Es decir, cuando estoy haciendo un programa mío, a veces el guión sale hablando, yo voy hablando, voy grabando una parte, paro, grabo otra voz, paro, grabo otra voz. A veces digo esto lo voy a escribir, lo escribo y lo hablo. Es una mezcla entre hablar y escribir. Tengo un archivo de Word abierto con medias frases, con medias cosas que voy leyendo mientras grabo. O sea, no me escribo un guión, no hago guiones para mí.
Sergio del Molino. No haces guiones. A mí me chifla cuando haces referencias literarias y a los tópicos del mundo literario y del mundo cultureta. Y a mí me eso me parece que, además, tienes una penetración, una capacidad de conocer ese momento... Cuando parodias a un escritor que dice...
Juan Carlos Ortega. Pese a que coincidimos en la hora. O sea: Mi programa de humor va los viernes.
Sergio del Molino. Para los espectadores de la Juan March se refiere a La Cultureta, el programa de Onda Cero en el que participo, que somos competencia.
Juan Carlos Ortega. Somos competencia. Pero claro, antes en la radio esto era competencia, ahora no, con la liberación de los podcasts ya no hay problema con las competencias, porque tú puedes oír La Cultureta y luego puedes oír Las noches de Ortega.
Sergio del Molino. Claro. De hecho, estamos haciendo aquí un 'crossover'? Pero lo que me refería es cuando parodias el mundo de los escritores, de los cineastas... Está tan bien.... Recuerdo una entrevista a un escritor falso, un personaje tuyo, el cual iba pasando por todos los tópicos que tenía que decir un escritor sobre lo bonito que es encontrarse con los lectores sobre todo este tipo de cosas, que los personajes en un momento dado se te escapan de las manos.
Juan Carlos Ortega. Y que la obra ya no es tuya. La obra ya es de todos.
Sergio del Molino. Manejas muy bien el lugar común. ¿El humorista vive del lugar común?
Juan Carlos Ortega. Sí. Y de haber oído mucho, de haber escuchado mucho. Cuando tú has oído 55.000 entrevistas con escritores, te sabes ya las respuestas típicas de todos, de todos. Salvo excepciones que siempre son de gente muy interesante que sorprende en las respuestas, hay una especie de esqueleto, de molde que es en un 90% idéntico en todas las entrevistas.
Sergio del Molino. Eso es porque nos da mucho miedo romper las expectativas que hay sobre lo que hacemos y lo que somos, ¿no?
Juan Carlos Ortega. No, porque a ti no te pasa. A tí cuando te entrevistan.
Sergio del Molino. Cuando digo no, será un no genérico. A mi me da igual.
Juan Carlos Ortega. A tí cuando te entrevistan sorprendes, eres diferente, quiero decir. Pero yo puedo hacer una quiniela de las respuestas. Si yo ahora entrevisto a un escritor, me lo traes aquí y le pregunto, por ejemplo –y acertaría en un 99%– le pregunto: "¿Usted es feliz?" Me diría: "¿La felicidad? No creo en la felicidad. La felicidad... Nunca ha creído en ella. Son momentos. Alguna alegría puntual, pero la felicidad, ¿qué es? No existe, está sobrevalorada. Diría eso seguro, en un 99%. Cuando esa respuesta siempre es la misma, dices: "¿De verdad?
Sergio del Molino. Pero yo creo porque creen que deben darla. Creo que hay unas expectativas, que tú estás interpretando un papel en la vida y creen que tienen que dar esa respuesta, que es lo que se espera de ellos.
Juan Carlos Ortega. Ya. Pero esto... escritores, cantantes... Un cantante, sus canciones, en cuanto las ha terminado ya son de la gente, ya no son suyas. Que también habría qué decir: "vale, entonces los derechos de autor, los utilizamos entre todos. Bueno, si no son tuyas...
Sergio del Molino. Eso pasa en los programas de la radio también, donde dicen: "Vamos a hacer el programa entre todos" y dicen: "Sí, pero solo cobran los que lo hacen de verdad".
Juan Carlos Ortega. Exactamente.
Sergio del Molino. No estamos socializando el fruto de este trabajo ni el reparto de la publicidad. Eh, Juan Carlos. Una de las cosas que más ilusión me han hecho fue hacer un programita como hicimos un verano en la Ser.
Juan Carlos Ortega. En mi casa, ¿Te acuerdas? Bueno, dos veces, es que tú y yo hemos colaborado dos veces.
Sergio del Molino. Sí, hicimos ese programa, que una parte se hacía en tu casa y la otra parte en la Ser, porque eran entrevistas.
Juan Carlos Ortega ¿Eran dos años distintos? Hostia, ahora estoy liado.
Sergio del Molino. No lo sé si hicimos dos temporadas.
Juan Carlos Ortega. Yo creo que sí. Hubo unas entrevistas que hicimos en Radio Madrid, en la Ser en Madrid, pero el año anterior hicimos algo que... Hostia, no me acuerdo. Que tú viniste a mi casa y grabamos ahí cosicas, ahí.
Sergio del Molino. Grabábamos anuncios y cosas falsas y tal.
Juan Carlos Ortega. En un estudio que tenía yo en aquella época muy pequeño.
Sergio del Molino. Una de las cosas de las que más orgulloso estoy es de haber sido guionista de Juan Carlos Ortega., de haber escrito cosas que luego has materializado tú.
Juan Carlos Ortega. Deberíamos volver a eso. Hacer alguna cosa.
Sergio del Molino. Se lo vamos a proponer a la gente de la de la Fundación Juan March.
Juan Carlos Ortega. Desde aquí hacer un programa de radio... micrófonos hay, de momento.
Sergio del Molino. Mira, vamos a ir a la cafetería ahora y les engatusamos y a ver si nos lo compran.
Juan Carlos Ortega. Oye, muy maja la gente de aquí de la fundación, Quiero decirlo.
Sergio del Molino. Son encantadores. Nos han dejado aquí este hueco para estar hablando, nos han maquillado, nos han dado café con leche, todo estupendo. Querido Juan Carlos.
Juan Carlos Ortega ¿Ya está esto?
Sergio del Molino ¿Cómo era? Me estaría toda la noche hablando contigo.
Juan Carlos Ortega. Estaría toda la noche hablando contigo.
Sergio del Molino. Sí. Dilo, por favor, que lo dices muy bien.
Juan Carlos Ortega. Estaría toda la noche hablando contigo.
Sergio del Molino. Pero se nos acaba el tiempo.
Juan Carlos Ortega. No pasa nada.
Sergio del Molino. No es cierto. Porque en realidad cortamos cuando nos da la gana.
Juan Carlos Ortega. Ya. Porque... ¿hoy grabas más? Porque esto es grabado. La gente sabe que no estamos en directo. ¿Grabas alguien más? Si aún no has llegado, estemos más rato ¿o esto ha de durar una cantidad de minutos?
Sergio del Molino. Es que se nos acaba la cinta. Hemos comprado unos casetes.
Juan Carlos Ortega. Ah, que esto va con casetes.
Sergio del Molino. Con casete. Entonces se acaba "la casete" y ya no tenemos espacio para más. Juan Carlos, de verdad, un abrazo muy grande y nada, a seguir leyendo a Chesterton, que tenemos mucha tela que cortar con él. Y a seguir escuchando a Juan Carlos Ortega.
Juan Carlos Ortega. Y quiero hacer un elogio a tu persona también, ¿vale?
Sergio del Molino. Hombre, pues sí, pues hazlo.
Juan Carlos Ortega. Ya que he elogiado la casa, he elogiado lo bien que se han comportado todos, maquilladores, todos y he elogiado a Chesterton, quiero elogiarte a ti, que yo no vendría aquí... porque he madrugado, y solamente por alguien como tú al que admiro mucho, que me pareces el mejor escritor, como se dice, de tu generación, es otra cosa. Estoy muy orgulloso de haberte conocido y de haber estado aquí. Un gran admirador de ti, de tu obra y de tu persona y de tu hijo.
Sergio del Molino. El amor es mutuo.
Juan Carlos Ortega. Y de tu hijo.
Sergio del Molino. Un abrazo.
Juan Carlos Ortega. Un abrazo. Gracias.