La biblioteca de Julio

Los funerales de la Mamá Grande congrega algunos de los primeros cuentos de Gabriel García Márquez, y deja ver las primeras imágenes literarias de Macondo. Es, además, uno los primeros libros que fraguan la amistad entre Gabo y Cortázar. Habla de ello un invitado de excepción: Carlos Aguirre, profesor de Historia de la Universidad de Oregón y co-editor de “Las cartas del boom”, epistolario entre Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar.  

What is La biblioteca de Julio?

El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.

LBdJ Gabriel García Márquez. 'Los funerales de la mamá grande'

La biblioteca de Julio. Un pódcast de la Fundación Juan March. Un acercamiento a la figura y la obra de Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida.

46. Los funerales de la mamá grande. Gabriel García Márquez. Universidad Veracruzana. Xalapa, México, 1962.

151 páginas. 20 cm. Cubierta negra y roja. Hay siete libros de Gabriel García Márquez en la biblioteca. Este –registrado con la signatura BC-L-Gar12– llama nuestra atención por estar dedicado, con letra amistosa y juvenil, del autor a Julio.
Gabriel García Márquez nace en Aracataca, el 6 de marzo de 1928. Periodista de profesión, recorre el mundo con ojos y oídos pendientes de las personas y los mundos que pueblan su nativa Colombia. Fruto de esta curiosidad llegan sus narraciones –escritas, las primeras, en 1948– bajo la influencia reconocida de James Joyce, William Faulkner y Virginia Woolf.

Conocido ya por su cuento 'Un día después del sábado', que alcanza el primer premio en un concurso convocado por la Asociación de Escritores y Artistas de su país, publica en 1955 su novela 'La hojarasca'. Aquí introduce por primera vez el pueblo de Macondo, que se convertirá en el escenario mítico de buena parte de su obra, y uno de los territorios más célebres de la literatura universal.

Su estilo –mezcla de lo real con lo mágico, la crítica social, la exploración de la memoria y el poder– se va haciendo más visible en 'Los funerales de la mamá grande', y en su obra venidera. En 1967 publica 'Cien años de soledad', su obra maestra, que lo lanza a la fama mundial y lo convierte en figura central del boom latinoamericano. Le siguen otras obras fundamentales como 'El otoño del patriarca' (1975), una parábola sobre el poder absoluto, y 'Crónica de una muerte anunciada' (1981), que juega con la estructura periodística y el destino trágico.
En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura por su capacidad de contar “la vida de un continente” con imaginación y poesía, atributos que siguen presentes en 'El amor en los tiempos del cólera' (1985), 'El general en su laberinto' (1989) y 'Del amor y otros demonios' (1994). Muere en Ciudad de México en 2014, dejando un legado inmenso y un apodo con el que amigos y lectores siguen queriéndole: Gabo.
'Los funerales de la Mamá Grande' congrega algunos de los cuentos de Gabo en aquella época previa. Se considera una obra de transición entre la etapa temprana más contenida de 'La hojarasca' y la que lo llevaría al realismo mágico pleno en 'Cien años de soledad'. Aquí el lector entra en un mundo fantástico a través de una narración escueta y realista: el feudalismo absurdo y anacrónico de los pueblos colombianos, que como un espejo de magia, refleja toda la tragedia de las naciones latinoamericanas “quemadas –como en el verso de Guillén– por iguales calenturas; secas a golpes de puñal y bala”.

Macondo es ese espacio simbólico en forma de pueblo aislado, con una vida interna intensa, lleno de personajes excéntricos, violencia soterrada y una mezcla de lo mágico con lo cotidiano.

Respecto a la Mamá Grande, es esa matriarca de edad indefinida que concentra poder, riqueza y autoridad moral sobre todo el territorio. Su muerte es un acontecimiento nacional. Vienen a su funeral presidentes, obispos, generales... como si se tratara del fallecimiento de la mismísima patria. A título de anécdota, es sabido que algunos de los escritores del boom latinoamericano le pusieron ese apodo cariñoso a la agente literaria catalana de casi todos ellos.

"…la ya conocida anécdota de que Vargas Llosa le llamó –ya no recuerdo si fue Vargas Llosa o García Márquez– pero uno de los dos le llamó la Mamá Grande a Carmen Barcells, jajaja".

La persona a la que acabamos de escuchar es Carlos Aguirre, que además de profesor del departamento de Historia de la Universidad de Oregón es uno de los cuatro investigadores detrás del libro 'Las cartas del boom' (Alfaguara, 2023), el completo epistolario que reconstruye la relación entre Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar. Tenemos la suerte de contar con él en este podcast y de poder preguntarle qué aporta 'Los funerales de la mamá grande' a la bibliografía de Gabo.

"Bueno, es uno de sus primeros libros de la época cuando todavía no era un personaje célebre ni un escritor muy conocido. De hecho, no recuerdo ahora bien las cifras, pero entiendo que esa edición de 'Los funerales de la mamá grande' que salió el año 62, no vendió mucho.
Sus cuentos son muy buenos, pero, al menos desde mi punto de vista, no fueron los que le dieron la celebridad y digamos la influencia sobre los lectores y los críticos y los escritores".

A Aguirre le preguntamos también por la relación entre esta pequeña familia de escritores geniales. En particular entre Gabo y Julio.

"Bueno, como solía pasar, y creo que pasó con muchos de estos escritores, ciertamente los del Boom, se conocieron primero a través de las lecturas que se hacían. Pasó con Fuentes y Cortázar por ejemplo; Fuentes ya había leído cosas de Cortázar y viceversa. García Márquez había leído ya los cuentos de Cortázar, 'Bestiario' si no me equivoco, lo conocía. Curiosamente, o no tanto, de los cuatro autores principales del boom ellos son los últimos en conocerse personalmente. Se conocen el 68 en París y ya llevaban varios años de correspondencia y también de noticias filtradas a través de amigos comunes, como Fuentes o Vargas Llosa. Y, por supuesto también, varios años de lecturas mutuas no?. El encuentro más tardío es el de García Márquez con Cortázar, pero hay muchas huellas en la correspondencia, no solamente de estas lecturas, sino también de cómo se iba construyendo una amistad, una admiración y hasta yo diría un cariño, a pesar de no conocerse personalmente. Y aquí yo quisiera resaltar una vez más el papel de Carlos Fuentes como articulador de estas conexiones. No solamente porque él viajaba mucho sino porque era parte de su personalidad juntar, conectar, relacionar, servir de enlace entre gentes que él apreciaba y admiraba, ¿no? Entonces él le hablaba a uno del otro. Hay una carta donde Gabo le dice a Fuentes: Te estoy mandando dos libros para que le entregues a Julio. Uno de esos con toda seguridad es 'Los funerales de la mamá grande'. Porque, si no me equivoco, está fechado el 66, ¿no? La dedicatoria ¿sí?

Así es. Dice así:
“Para Julio Cortázar, con la envidia y la amistad de GABRIEL. 1966”.

"…La carta de Gabo a Fuentes es de un par de meses antes, me parece que de mayo, puedo equivocarme, pero es un poquito antes. De hecho por esa misma época le dice lo mismo a Vargas Llosa García Márquez ¿no? Te estoy mandando un par de libros. García Márquez estaba terminando por esos mismos tiempos estaba terminando 'Cien años de soledad', y él quería rendirle homenaje a sus amigos y escritores admirados colocando personajes de sus libros en 'Cien años de soledad'. Hizo eso, por ejemplo, con un personaje que venía de la muerte de Artemio Cruz, de Fuentes. Y luego hizo lo mismo con Rocamadour de 'Rayuela'".

En esa carta de García Márquez a Carlos Fuentes, fechada el 30 de julio de 1966, el colombiano escribe: “Otra cosa: no encuentro en 'Rayuela' el número de la rue Dauphine donde vivía Oliveira con la Maga. Lo necesito con la misma urgencia. Si puedes verte con Cortázar, pídele por favor la autorización para usar esta frase en mi novela: “Se había ido a París y vivía en el número tal de la calle Dauphine, en el mismo cuarto donde muchos años después había de morir Rocamadour, y en cuyas escaleras se respiraba un aire inmemorial de espuma de coliflores hervidas”. Si a Cortázar le incomoda, por motivos que yo sería el primero en comprender, el uso de la frase, simplemente que me mande el número de la casa. A propósito: con esta carta te llegan dos libros míos para Cortázar, que te ruego entregarle”.
"Lo curioso es que, al parecer, García Márquez no tenía la dirección de Cortázar. O si la tuvo y le escribió esa carta no ha sobrevivido, pero García Márquez le pide a Fuentes que le consulte a Cortázar si puede incorporar ese personaje a su novela, si lo autorizaba en otras palabras ¿no? Y efectivamente, al parecer, Cortázar le dijo que sí, porque aparece en la novela.

Una cosa que quisiera mencionar es que, lamentablemente, estos dos personajes de los que estamos hablando, García Márquez y Cortázar, fueron los menos prolijos en preservar su correspondencia de los cuatro y por lo tanto, no podemos conocer exactamente qué tipo de comunicación, si la hubo, entre ellos se produjo y entonces recurrimos a las menciones que hay en las otras cartas de Gabo a Fuentes o de Gabo a Vargas Llosa y así. Hay algunas de Cortázar a Gabo, pero que son posteriores y de hecho hasta donde yo recuerdo no hay ninguna de Cortázar no sobrevivió ninguna. Estoy, seguro que las hubo, pero no han sobrevivido. En todo caso, podemos más o menos fechar la redacción de esa dedicatoria y el envío del libro gracias al pedido que le hace García Márquez a Fuentes de entregarle los libros. Él le envía los libros a través de Fuentes, que vivía en Europa en esos tiempos y se veía con mucha frecuencia. Incluso es la época en que García Márquez está terminando 'Cien años de soledad' y en una de las cartas recuerdo –y se sentía muy solo, extrañaba mucho a Fuentes que se habían hecho muy amigos– y en una de las cartas le dice: cómo te envidio que te puedes estar en París conversando con Julio, con Mario y menciona otros escritores latinoamericanos que vivían o pasaban por París. De manera que la amistad ya existía, la admiración ya existía, eso está de alguna manera reflejado en la dedicatoria y cuando dice la envidia, García Márquez se está refiriendo a la gran admiración que él tenía por Rayuela. Es una novela, que a él le gustó mucho y por eso quiso hacerle este homenaje colocando un personaje dentro de 'Cien años de soledad'.

Carta de Julio Cortázar a Paco Porrúa y Sara del Pino. París, 4 de octubre de 1966: “Llegaron los libros, los leeré este invierno, si le escribís, decile que es un gran cronopio y que me conmueve su generosidad al mandarme sus cosas (…). Yo también creo que García Márquez es el meteco ascendente que ves vos. Hacía tiempo que no encontraba una prosa tan viva, tan caliente, tan fabulosamente inventiva”.

Otra carta a Francisco Porrúa, fechada en París el 18 de marzo de 1967. Julio escribe: “Tengo que encontrar tiempo para leerme todo García Márquez. Aunque te asombres, solo conozco 'El coronel…', que me entusiasmó. Quiero leer el resto, tengo aquí un par de cosas y me lanzo”.

Tercera carta a Porrúa, despachada en Saignon el 4 de agosto de 1967. “En cinco días de calma leí maravillado 'Cien años de soledad', cuyo envío te agradezco inmensamente. Desde luego le voy a escribir a Gabriel (cuya doble guiñada de ojo a Fuentes y a mí en sendos pasajes del libro me conmovió mucho) (…) Qué libro increíble, Paco. En estos últimos años no veo nada comparable a esa novela y a Paradiso de Lezama Lima en nuestras tierras”.

En otra carta, esta a Mario Vargas Llosa, en París, 14 de octubre de 1968, Julio le cuenta que a Gabo “por fin lo conocí en París, y con él hablé muchas horas (siendo tú uno de los temas centrales, puesto que es evidente que tienes casa propia en Macondo)”.
"Poco después que salió el libro, la Editorial Sudamericana publica en la revista Mundo Nuevo un aviso a toda página de 'Cien años de soledad', y como se solía y se suele hacer, se ponen comentarios, opiniones de escritores para digamos publicitar y reforzar la idea de que este es un libro que vale la pena leerlo. Los famosos 'blurbs' como se le llama acá. Y aparece este aviso de 'Cien años de soledad' con tres comentarios: Fuentes, Vargas Llosa y Cortázar. Es decir, la editorial sabía –y obviamente García Márquez lo aprobó– que no había tres escritores colegas mejor capacitados para decir algo sobre el libro y cuya opinión además iba a servir para reforzar la idea de que este era un libro notable. No había, repito, mejores candidatos que esos tres. Es como que el momento o uno de los momentos digamos en el que los cuatro principales escritores del boom están juntos y obviamente tres de ellos celebrando al que sería –como lo llamó Fuentes– el capitán. Hay una carta donde dice: 'Tenemos capitán para rato'. De manera que es una manera un poquito indirecta estas dos anécdotas de ilustrar como Cortázar admiró mucho 'Cien años de soledad', creo que si le pudiéramos preguntar probablemente diría que era el mejor libro de García Márquez".

No hay en 'Las cartas del boom' mención a 'Los funerales de la mamá grande' –aparte de aquella broma cariñosa sobre Balcells–…

"…Lo que sí está en el libro reproducido es un texto que escribió García Márquez cuando murió Cortázar que es muy bonito, se llama algo así como 'El argentino que todos queríamos' y él ahí hace recuerdos, hace memoria de sus primeras lecturas de Cortázar, como digamos lo admiró como escritor, luego cuando se conocieron y también, por supuesto, a partir de entonces, de las muchas oportunidades en que en que estuvieron juntos. Carlos Fuentes ha contado que cuando murió Cortázar, él llamó a Gabo para contarle. Y García Márquez le dijo: 'Carlos, no creas todo lo que dicen las noticias'. Que era una manera muy propia de él de introducir estos juegos de palabras y estas bromas, la manera risueña de enfrentar en este caso una situación tan triste para ellos, pero además también una manera de decir: 'Julio no va a morir en la medida en que nosotros lo recordemos'. Fue el primero de esa generación, de ese grupo del 'boom' en morir y ese texto de García Márquez lo retrata muy bien y retrata muy bien además el impacto que causó la muerte de Julio Cortázar".
“En alguna parte de 'La vuelta al día en ochenta mundos', un grupo de amigos no puede soportar la risa ante la evidencia de que un amigo común ha incurrido en la ridiculez de morirse. Por eso, porque lo conocí y lo quise tanto, me resisto a participar en los lamentos y elegías por Julio Cortázar. Prefiero seguir pensando en él como sin duda él lo quería, con el júbilo inmenso de que haya existido, con la alegría entrañable de haberlo conocido y la gratitud de que nos haya dejado para el mundo una obra tal vez inconclusa, pero tan bella e indestructible como su recuerdo”.

(“El argentino que se hizo querer de todos”, Gabriel García Márquez)

"— Es un gran sueño poder ver la vida desde la muerte
— ¿Y usted que escoge la muerte de sus protagonistas? ¿Cómo escogería la suya? ¿Cómo le gustaría morir?
— No, si a mí me pudiera si a mí me pusieran a escoger la muerte, sinceramente no la escogería, me niego, rotundamente. Yo la única opción que acepto es la de no morirse. Creo que la única cosa realmente importante que hay es la vida, lo importante es estar vivo y creo que la muerte es una trampa, es una traición que se lo sueltan a uno sin ponerle la condición.
— Entonces, usted como su amigo Rulfo no escogería alguien en la tumba de al lado para tener con quién conversar, por ejemplo.
— No, no, no, eso para mí es muy serio el hecho de que de que esto se acabe y sin prácticamente sin ninguna participación de uno, sino cuando llega, ¿sí? Creo que es injusto.
— ¿Y qué podemos hacer por evitarlo?
— Escribir mucho".
Acabas de escuchar “La biblioteca de Julio”, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico: Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional: Sebas Torres, Roberto Alanis López y Raffel Plana. Apuntes sobre Gabriel García Márquez: Carlos Aguirre. Concepto, guión y voz: Bruno Galindo.