La Venganza Será Terrible (oficial)

La Venganza Será Terrible - 11 de septiembre 2024 - LVST 11/9/24 

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  • Peluquerías: cómo manejarse en las mismas

What is La Venganza Será Terrible (oficial)?

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La venganza será terrible. Buenas noches, somos La Venganza Será Terrible, habitualmente somos un programa de radio que sale por AM 750 y los días como el de hoy, que es lunes, estamos en Blender. Así que voy a presentar a mis compañeros de siempre, Patricio Barton. Hola, amigos, buenas noches. y el artista antes llamado Gillespi. ¿Qué tal? ¿Cómo andan? Hay algunas personas enfermorizadas que saludan, incluso grupos de damas mendocinas que entregan a Gillespie pañuelos bordados con sus propios pelos. ¿Qué hace Gillespie con tantas cosas bordadas por pelos de dama mendocina? No tengo la menor idea. Que acumula función tras función. Si, uno puede mostrarle a sus amiguetes los pañuelos que damas mendocinas han bordado con sus propios pelos. Me refiero a los pelos de las damas mendocinas. Sí, sí, claro. No a los pelos de Gillespie, ni a otra clase cualquiera de pelos. Por favor. De cabelios. Bueno, muy bien. Voy a dar una noticia de esas que a nadie importa. ¿Qué noticia? ¡Ah, mire! ¡Muestre! Traiga para acá ese libro. Esto se puede mostrar a la cámara. Sí, sí. Muestrelo. Usted puede hablar mientras tanto. Claro. La editorial Planeta de Larga Fama. Sí. ha hecho una nueva edición de viejos libros que he escrito yo. Son los mismos libros de siempre, con unas ediciones muy lindas. Ahí está. No está consiguiendo mostrar nada, claro. Son Cartas Marcadas, que es un libro que he escrito en colaboración con Martín Dolina y Las viejas crónicas del Ángel Gris. Las que han salido por ahora. de colección. Digo por si alguno, no para que lo lea, pero si para que lo compren y se lo regalen alguno. Está muy bien. Quede mal. con cualquiera, están en venta en todas las pésimas librerías. Usted sabe que son hermosos estos libros. Están muy lindos, sí. Es bueno el tamaño, ¿eh? ¿Me gusta el tamaño para el transporte público? ¿Para la cama? Depende, depende para qué quiera uno el libro. ¿Y para leer? ¿Para qué lo banqueen? Bueno, pero en qué circunstancias. Si usted lo quiere leer en la cama es una cosa, si lo quiere leer en el transporte público es otra. Si no lo quiere leer, pero si mostrarlo, también. Ese es otro. Debo decir una cosa a favor de la editorial. Son libros grandes, extensos, pero la letra es muy legible. Sí, señor. Yo que tengo problemas de vista, no es la letra chiquitita. Eso está bien. Sí, sí. Mucha gente se desalienta por la letra pequeña, incluso más que por la impericia del escritor. Sí, es que sí, es que es un o detecta con mayor facilidad la letra pequeña que la impericia. Por eso son de talle universal los libros de literatura infantil que vienen con letra muy grande, enorme, ilustraciones. Claro, todo para que el niño se sienta atraído por el libro. ¿Qué pasa? Al niño no le gusta leer, le gusta mirar figuritas, letras grandes, colores vivos y eso. Bueno, y de paso hay un texto. un niño, por ejemplo, La guerra y la paz en edición de bolsillo. Debe ser gorda la edición de bolsillo. Sí, muy gorda pero igualmente, la letra es muy pequeña. Para que todo esto hoy pueda explayarse a su gusto. Hay libros para niños que en el texto tienen intercalado, reemplazando a palabras dibujos, por ejemplo dice vino a la casa, en vez de la palabra casa, texto. Claro, eso en algunos lenguajes no tiene sentido o para decirlo mejor ocurre siempre así porque la forma de escribir algo tiene que ver con la forma del objeto o la relación aludida. Por ejemplo, en la china hay algunos dialectos, o sea, me molesté así, que son iguales leídos pero no hablados. ¿Por qué? Porque el pictograma que señala la palabra rey, por ejemplo, o casa, ya que usted lo dijo, es igual en varios dialectos. Deme usted dos dialectos y... Es el mismo pictograma. El mismo... se escribe igual. Yo le digo cómo le va a dar, entonces escribe igual. Si leemos nos entendemos, pero cuando empezamos a hablar es diferente. No nos entendemos. ¡Uy! ¡Qué difícil eso! Y con los niños pasa igual. No, no, no, pero... Si empezamos a hablar... No nos entendemos. El pibe quiere otra cosa siempre. Bien, ¿usted tiene alguna otra noticia que dar? Tenemos informaciones de agenda, ¿verdad? Por favor. Agenda muy nutrífica. Para la gente de Buenos Aires, los viernes, la venganza será terrible, se presenta en el Chacarere en Teatre, que es nuestra casa en la ciudad de Buenos Aires. Estos viernes, el viernes 13 y el 20, vamos a estar ahí el 27 ya en Avellaneda. Ajá, Teatro Roma. Teatro Roma de Avellaneda y Atención San Isidro, porque el 3 de octubre que es jueves, vamos a estar allí en el Centro Cultural San Isidro, ahí en Avenida Libertad, frente a la Catedral, donde casi sale de la Catedral de San Isidro, de algún casamiento, por ejemplo, y va al teatro. Cruza la calle, está el Centro Cultural. ¿No ha venido todavía el programa, al menos en San Isidro, gente del clero? al menos identificada. Ni en San Isidro ni en ninguna parte. No recuerdo que haya asistido a un cura. Sí, alguna vez ha venido. ¿Ah sí? Sí. ¿Por razones profesionales? O a ver el programa. No, a ver el programa. O a fiscalizarlo. No sabemos. Igual este, bueno, fenómeno. Yo me voy a dar una noticia hablando de curas. Por favor. Los días 3, falta mucho, en nuestra sección falta mucho. Los días 3 y 10 de diciembre vamos a tener funciones en Buenos Aires, en el Teatro Coliseo, con Dario Stanryver en el encuentro titulado La conversación infinita. Las entradas... etcétera. Si, está todo en lave Si, ahí encuentra todos los datos. Los mismos los mensajes, le digo a la gente del chat que estamos en vivo, pero que en general los mensajes son todos muy breves. ¿Estamos en vivo o es grabado? Porque eso es una confusión. ¿Qué hora es? Son las 11 y 12 de la noche. 23 12 minutos. Bueno, en lave hay un link directo también para WhatsApp y esas cosas. Bien, el tema que nos ha sido impuesto por los jerarcas de... de todas las emisoras que nos transmiten, todo el mundo, tiene que ver con las empanadas. La empanada, concepto y objeto. algunos dicen que es la mejor comida típica argentina la empanada en buenos aires está en decadencia la empanada ahora pero después son dos opiniones no podríamos decir encontrada está absolutamente en decadencia la empanada los extranjeros vienen y se quiero comer empanadas no saben nada bueno para agregar confusión otras tonterías y gracias lo que dice aquí que es comer una empanada goce estético y expresión de una refinada cultura gastronómica. No me han visto a mí comer una empanada. Hay ciertas reglas que debemos seguir para mantener la tradición y no caer en el ridículo. salvo que la tradición sea caer uno en el ridículo, como en el caso de algunas personas que conozco ya. Igual le puedo decir una cosa, ya la primera de las críticas que hago al primer minuto, no me parece elegante comer empanada, no me parece distinguido, no me parece... Por empezar, la postura del comedor de empanadas es ya de por sí poco elegante. Pero claro. y el líquido de la empanada no sale más. Si usted se mancha una prenda cualquiera, digamos... Los calzoncillos. No, porque ¿qué hacen calzoncillos comiendo panada? Que les toque en mi casa, ¿qué quiere que me pongan la pumpkin? Bueno, esa chorreadura... No sale más. Y después las tiene que explicar. Exacto, ¿qué es esa chorreadura? Claro. Pero la otra cosa es que justamente el temor a chorrearse, hace que uno adopte posiciones poco estéticas. Si, piernas abiertas. Y sin críneas adelante. Abra los ojos de un modo desmesurado, como si se estuviera asombrando de alguien. algo etcétera. Uno queda al acecho de la empanada casi recíprocamente. Esto lo hace en un lugar público como por ejemplo un lugar donde se venden empanadas y casualmente el lugar donde más empanadas se venden es la pizzería. Hay un maridaje entre la pizza y la empanada. Son parientes. Y entonces mucha gente come empanadas en la pizzería. Pero la pizzería que hace empanadas. le da más importancia a la pizza que a la empanada. La pizzería sí, la empanada es de segunda de la pero se comen más empanadas en una pizzería que a lo mejor en un negocio donde venden sólo empanadas tiene razón porque estos, ¿qué cosa? los negocios donde se venden empanadas son pequeños y suelen tener una clientela selecta pero poco numerosa. Tiene razón. Voy a continuar adelante. Muy bien. ¿Cuál es la temperatura? adecuada para una empanada. caliente dice aquí. Pero cuando está muy caliente la empanada suele llegar a los 6.000 grados que es la temperatura de la superficie del sol. Yo una vez comí una empanada de queso y cebolla. Lo felicito. Cuidado porque el queso y cebolla alcanzan temperaturas todavía superiores a la recientemente mencionada. Bordí la empanada y salió un chorro de lava la erupción de hay una presión yo tengo médicos amigos lo felicito si incluso hablan conmigo y me han dicho que en ciertos hospitales la que la quemadura por empanada caliente es la segunda causa Fue al y sin miedo. ¿Dónde queda? ¿En Tucumán queda? No, en el hospital Pirobano. Ahí me dijo el del hospital Pirobano, el mismo doctor Pirobano. Me dijo, aquí atendemos, primero vienen las personas atropelladas por el 107, que pasa justo por la puerta. Y segundo, tipos que se queman con empanadas. Y peor es que se quema con empanadas y después lo atropella el 107. Cosa que suele ocurrir, porque uno pierde la conciencia cuando se quema con una empanada, empieza a correr sin sentido. y es atropellado por el 107. Porque si usted lo mandan a comprar empanadas, en el caso de que lo mandaren, si no va por voluntad propia. cuando vuelve no viene comiendo una comiéndose una cuando va a comprar factura pero es peligroso por el chorrito bueno mil cosas que no vienen ahora al caso pero van a venir llegado acá dice si están demasiado calientes para su gusto estamos hablando de empanadas y si las personas recién empiezan a vernos si la empanada está demasiado caliente simplemente espere Estamos haciendo un bien a la sociedad. Si no, esto sí, háganle un pequeño corte con la mano para que se ventilen mejor. Y se procuró hacerlo discretamente. No hay manera de hacer ciertas cosas discretamente. Yo a veces lo he hecho. Deja como una chimenea. Y la sopla. O puede apretarla suavemente. Y va alargando humo. Pero mejor es soplarle. Hacéle dos agujeros. En ángulos opuestos del empanado. Entonces sopla por uno. Y por el otro sale el humito y un poco de... Sí, se le puede escapar un huevo duro. un buraco así. Esto de agujerar la empanada sirve también para ver de qué es la empanada. El mundo actual requiere que la comercialización de los productos los haga adquirir de distintos gustos, de distintas formas, helados. de que lo quiere, son todos iguales, giléspi, cambian el color nada más. Es una labería que bosteca. Hay una lista de 60 gustos. Para mí son todos el mismo. Algunas personas tienen esa visión de las bibliotecas. Sí, claro. Al ver una biblioteca... Claro, son todos iguales. ..les pasa lo mismo que a mí con la celadería. Sí, sí. Parece que son todos iguales. Cuidado con esto. al ser de distinta composición a la empanada, por ejemplo hay de carne, hay de cebolla, de queso, humita, incluso alguna absolutamente inadecuada, verdura por ejemplo, de dulce, la empanada más inadecuada, eso es un pastel. No, bueno, pero es un clásico. ¿Es un clásico qué? Es un clásico en algunos lugares. inspeccionar el contenido. Si usted la rechaza viene el problema, el mismo problema del bombón inadecuado. Usted le comía de un bombón, usted lo pela, se lo come, no lo pela porque la mayoría hoy de los bombones vienen sin nada. Te le pega un tarascón y descubre que le han puesto adentro una pasta repugnante y de una reunión, de una fiesta, en Blender, por ejemplo, y no sabe qué hacer con el bombón empezado. Claro, hay un rincón en Blender donde están todas las cosas empezadas que él recogió. Por programas. Claro, que van tirando y al final del día barren. Y lo mejor es tener una maceta con plantas artificiales para arrojar pedazos de sándwiches, garrones, etc. Usted sabe que el visitante extranjero, que no está acostumbrado a la ingesta de y perdóneme después voy a si entonces ya galo después no bueno perdóneme le voy a decir pero remedio un anuncio después lo voy a interrumpir pero lo está interrumpiendo ahora no es lo interrumpo siga no quiere hacerlo ahora y no quiero decir la argentina se cree que las empanadas son de acá va a arabia hay empanada romper el lado marruecos por eso aclaro digo el que no está habituado el consumo se la come como una armónica Qué lindo. Así. De coste. Como una sandia. Onda león jieco, agarra la empanada y no por la punta. Arranca de la casa por el medio. Por el medio. Entonces dice, esto no se puede comer, es una porquería, dice y la tira. Bueno, no, ya hemos dicho que mejor por la punta. Sí. No lo hemos dicho, pero lo decimos ahora. Sí, cuando dijimos para que salga el humito. No, bueno, eso era para enfriar la empanada. Para enfriarla. Todavía ni empezamos a comerla. Estamos en la previa. La otra pregunta es, ¿qué pasa con el cuchillo y el tenedor? No, está prohibido. Ah, ah, pero hay gente que por presumir de refinada toma el cuchillo y el tenedor... Sí. .. con expresión de refinamiento... Se le desarma todo. Se la come. Claro. La empera se desarma. Se desarma, la de carne picada se desarma. Se desarma. Todo el relleno. Otra pregunta. ¿Debe la empanada contener cosas tales como pasas de uva? Y depende de qué empanada. Aceituna. Depende de la empanada. Usted parece Rolón. Y sí, depende de la empanada. No depende. Debe o no debe tener. La empanada clásica, ¿tiene aceitunas y pasas de uva? No, pero espere, porque si es la empanada salteña tiene papa. Si en las empanadas tucumana tiene carne, más frutas. Quiere decir, hay todo un protocolo federal. Frutas, frutas secas. Provincia, provincia. ¿Dónde saco frutas secas? Eso es un pan dulce. No es eso, señor. ¿Van a escribir de tucumán diciendo que está... No, pues... Pasadeúva, suficientes enemigos. Pasadeúva, aceitunas. Bueno, acá dice, ¿en qué cantidad de bocado se puede comer una empanada? A ver, pensémoslo. Yo si está tibia o fría, en dos. Usted es ansioso. No, bueno. Yo creo que 11. ¡Ey! ¡Qué boquita chiquita! Ay, por favor. Parece un pajarito, parece. El gilberto. Y acá dice 5 bocados. Bien. No se meta toda la empanada en la boca con desesperación. Esa es la salteña. La salteña se la come entera uno. Porque es chiquitita. Porque es muy pequeña. Claro. hay que comerlas sentado o de pie. Y si se deben comer sentadas. Sin embargo, yo noto que cada persona que se va a comer en un panada, por lo expresado al comienzo de este opúsculo, se pone de pie. Para poder... Es más cómodo. Maniobrar como un torero. Es más cómodo. las trampas de la empanada. ¿Usted gesticula con la empanada para dar énfasis a su discurso? Es peligrosísimo. ¿Una empanada en la mano? Por ejemplo, señalar que algo es un proceso que requiere... Sí, pasos. Sí, intento sentar. Esto es un proceso, dice el ente empanada. Si tiene una empanada en la mano y dice que algo es un proceso, al moverla así se le realmente por eso recomiendo a los intelectuales prescindir de toda empanada cuando se refieren a procesos o prescindir de la alusión a procesos cuando están en posesión de una empanada perfecto muy bien asuntos separados dice qué hacer si la empanada tiene un ingrediente que no te gusta en confianza se lo saca con el dedo cuidado Habíamos hablado de un bombón que no te gusta, lo cual implica deshacerse uno de todo el bombón. Sí, pero como es chiquitito así. Por eso. Pero si se trata de discriminación, usted no va a tirar toda la empanada, sino que le va a sacar el huevo duro porque no le gustan los huevos. Bueno, pero quizás puede ayudar con el dedo por afuera. mientras habla, va empujando el huevo, usted ya lo ve hacia el borde, hacia el borde, y el huevo cae. En determinado momento, cuando la tensión general está traída por otra cosa, usted expulsa el ingrediente indeseable, que en general es una aceituna. Voy a decir algo antipático y que tiene que ver con lo que dice usted. Otra cosa más. Otra cosa antipática. El tema de ingredientes que a las personas no les gustan. Eso es de pequeño burgués. y claro que si es como ese persona que comió bueno pero el la y los alimentos se dividen en comestibles y no comestible lo que son comestibles son todos iguales que que hay una cosa que entre 20 productos y una que no le gusta bueno entonces no elija el gusto de la nada le vamos a dar para que no para nada vaya al restaurante y ahí y ahí el menú no pida no pida nada lo que usted quiera como lo que le da sabe lo bebida no no no y lo que no quiso nada es esto fallacia ad hominem si es un gusto de empanada le ponen nombre de fantasías hay casas que le ponen nombres de el nombre del restaurant que por otra parte lleva el nombre del dueño por ejemplo Cantina Tratoría Jaimovic. Sí. Sí, justo. Que lindo, lindo nombre. Pida. el postre gran Haimovic. Sí, ¿qué trae? Claro, trae todo, no lo podemos decir. Por lo que ha expresado el señor Haimovic hace un rato. Yo perdí a comer todo lo que era comestible. Bueno, lo felicito. Si hay algo que no me gusta... Como las ratas. Bueno, igual. Muchas gracias. Pero digo, me lo vanco. Si hay un que lo inee, no voy a estar sacando... Puede pasarlo una vez, dos, tres, pero... ingredientes, sobre todo inesperados, porque quizás usted no lo espera. No la debe venir la empanada a usted. Son afectaciones. Por ejemplo, la pizza. Usted pide pizza y se trae, mira, con palmitos, por favor. Una pizza con palmitos y salsa golf. Cuando quiera una ensalada se irá a saber. Bueno. ¿Qué es esto? Rolón come mucho pizzas extrañas. Y si a mí, ¿de qué tiene la pizza? Mira, tenemos de ancho, mozzarella, qué sé yo. Y con arvejas al marrasquino no hay. No, no. Arvejas. En todo caso, el consejo que dan aquí respecto al ingrediente indeseado es cómaselo. aguanta el trago y cómase lo que le dan. ¿Cuántas empanadas debo poner en mi plato? ¿Qué plato? Bueno, si le hicieron en la empanada, le agunan. Le agunan por vez. ¿Pero cuánto se pueden llegar a comer? Entre tres y cuatro, ¿verdad? Y no se sabe. Y acá, mire qué pregunta linda. ¿Debo agachar la cabeza para comer las empanadas? Es lo que dijimos al principio. Claro. Aquí está. Acachar la cabeza y estirar el cuerpo hacia adelante. Sin embargo, procuré comer la empanada llevando el alimento del plato a la boca y no al inversa. Que es lo más, para mí, es lo mejor. Arrascar la boca tanto como uno pueda al plato. Como un perro. Casi hasta... claro. Casi hasta besar el plato. De esa manera, el trayecto peligroso del chorro... El menos, sí, sí, sí. Mínimo. Sí, tiene razón. El lésito, echarle picante a la empanada. Y sí. Mire, acá en la zona de Blender, en la parte de Palermo, existe la costumbre de cuando uno pide empanadas, le traen varios recipientes con salsas. ¿En dónde va a comer empanada este? Ustedes tienen las costumbres muy extrañas. No son panchos esos, ¿eh? Usted está hablando de panchos desde que empezó el programa. No, señor. Por eso discrepamos tanto. Le traen salsas para ponerle, por ejemplo salsa de picante, salsa blanca, no sé. Nunca vi eso. ¿Vean para la empanada? ¿Y dónde se la pone? Ahí está. En el agujero. ¿Qué agujero? La empanada no viene con agujero. Eventualmente usted la agujerea. Exacto. que usted tiene en una mano que tiene la empanada en la otra la roda el cabello de su amada una rodajita de limón y entonces va a experimentar bueno sería y le tiras de qué cara puede tener una persona que tiene una empanada en la mano y nos ven una rodajita de limón claro aquí le echamos limón al Y basta. Bueno, está bien. Cuando las empanadas se hacen al horno, no es usual ni conveniente echarles picante. Bueno, perfecto. ¿Qué hago si chorrean? Sí. Bueno, qué sé yo, póngale plato. Y aquí hay una última pregunta que parece un desatino. A ver. ¿Puedo echarle azúcar? Algunos le ponen azúcar a la empanada frita. Había sido feo el peludo con azúcar. Pero es verdad lo que dice Bartó, si hay algunas empanadas que tienen incluso azúcar por fuera. Sí, sí, yo he visto, yo he visto. No las he comido, pero las he visto. Sí, las fue a ver a una exposición. No, no, las vi pasar. Claro, las deja pasar. Sí. La empanada tiene dos extremos. Acá dice lo que dijo usted, que hay que empezar por una punta. Exacto. No como una sandiga, no como una sandiga. Pero también cuidado con el repulgue de la empanada, porque a la par de la variedad de sabores de empanada, el repulgue tuvo que hacer un esfuerzo, el arte del repulgue, para acompañar esa diversidad. Es que es una forma de escritura el repulgue. Sí, tiene razón. Recién nos preguntamos cómo saber qué tiene dentro la empanada. Alguien, habituado a las costumbres actuales, diría, bueno, fíjese el repulgue, consulte... en la clave que debe estar pegada en la pared, cuál es... ¿Qué dibujo corresponde a qué gusto? Sí señor. Buenas tardes. ¿Qué tal? ¿Cómo le va? ¿Qué tal? Si cualquier duda me preguntan, ¿ustedes vinieron juntos? ¿Usted es el rey de la empanada? Sí señor. Me dijo su mujer, sí. Soy Heimovic, el rey de la empanada. Sí, ¿qué tal? ¿Cómo anda? Queríamos consultarle acerca del lenguaje del repulgue. Claro. Porque me han dicho que cada empanada tiene un repulgue distinto. Exactamente. Y tiene un significado también. Bueno, están las lectoras de empanadas. que le leen la empanada y le adivinen la suerte. ¡Cómo me gusta que me lean la empanada! ¡Sí, bueno! Cada vez que voy, hay un boliche que voy siempre. Antes me hacía leer la mano. Sí. Y ahora vienen adivinos y manos santas y te leen la empanada. ¡Claro! Mientras miran la empanada y te dicen, veo un viaje. ¡A tu cumán! Sí, nosotros tenemos 160 gustos de empanada. Sí, es espectacular. ¡Cuántos viajes! Yo quería pedir la de anandá y apio, me parece una cosa rarísima. Sí, es la heterodoxa esa. ¿Y cómo la escriben? Se debe tener un repulgue rarísimo. Sí, son distintos, tiene como unas bolutas, ¿vio? ¿Será usted? No, señor. Como las columnas de orda, las dóbricas. Sí, ahora trate de arreglar. Que tienen unas bolutas. Claro, hay jónicas, dóricas y corintias. Bien, bueno, así las empanadas. Ahora, la empanada que tiene un repulgue liso. Sí. Y quiere decir que no tiene nada. Esa. Esa repulgue liso. En general es de salsa blanca, una cosa así. Con el tenedor le hacen apenas su... Sí, ya ni les das ganas de vender. Ahora, le puedo decir una cosa. No vas a comprar esto. Ultimamente ya diseñaron que la de jamón y queso es redonda. Sí. La de jamón y queso es para los chicos. Para mí no es una empanada, es un sándwich. No, bueno, para mí es un sándwich. esa la comen niños y hombres inmaduros a mi me encanta lo de jamón y queso me gusta y bueno no le digo y cuando hay dudas, le doy este consejo ay si, hay unas empanadas que son dudosas son repulgue misteriosos, son como signos de interrogación sorpresa cuando hay dudas de la calidad de los ingredientes que uno se puede intoxicar de repente pidan de jamón y queso porque el jamón no tiene vencimiento y el queso tampoco No, bueno, pero... ¿El jamón y el queso? ¿Nuevo eso? Yo he visto jamones y queso muy vencidos. Pero ultra podridosos. Pero no, pero vencidos por rendición. Sí. Además, cuando se pone agrio, veo que le dicen esto está agrio. Que diga usted todo esto siendo el dueño. Sí, no, pero acá no. Comercio, no. Acá no. Imagino que me imagino Jaimovich que aquí reinará una limpieza. Sí, por supuesto. Acorde con su cara. Sí, la limpieza en general no es el rasgo más importante. Es que no es atractiva la limpieza. No es muy atractiva. Para la comida. y dice hotel es limpio. A nadie le importa. Alguien que se anuncia como limpio. Un hotel que dice tenemos baño instalado y uno siente que esto es lo mejor que me pueden dar, que me pueden intentar con esto. Sí, sí, se arranca de curiármelo. No es insuficiente. Así que se lo digo usted como comercial. Igual para mí es una tranquilidad. Empanadas limpias. ¡Muy que senso! No, acá es la variedad. No, no, porque nosotros fuimos a comprar la semana pasada acá a la vuelta. Sí. Es mi primo el de la vuelta. Estamos peleados nosotros. El noble repulcro. Sí, se llama el verdadero Jaime, he dicho. Sí, sí. No, pero el verdadero soy yo. Lo que pasa es que... Sí, bueno, pero todo dice lo mismo. No, yo soy el auténtico. El auténtico, lo veo en la puerta. Auténtico vasinache, calvo. Pero es para hacer un chiste que ponemos al cinturón. Sí, un mal chiste, Jaime. El auténtico Jaime. Las empanadas, como dice el señor, tenían todo el mismo gusto. Estaban hechas como de una pasta liguada que podía hacer tanto pollo como carne. Y bueno, sí. Vio que las casas de empanadas de las cadenas que venden... Ahí le dije. Que han degradado... Han degradado... Sí, deberían llamarse. Han degradado la empanada en Buenos Aires. Exacto. Le viene el sabor, el relleno. un pomo. Pero que le acabo de decir cuando le dije que todos tienen el mismo humo. No, no, no, pero es peor. Por ejemplo hay un tema con la empanada de humita. Sí, no están los granos de choclo. Otro no es la de choclo y otro es la de humita, veis que no sabe la diferencia. Humita va con H, Jaime Veche. Sí, va con H. Lo estaba probando. Hay que hacer un congreso de una vez por todas y ponerse de acuerdo. Estoy de acuerdo con ello. Hay que hacer un congreso de una vez por todas. No, pero espere que le digo de qué. Ponerse de acuerdo en qué es la empanada de humita, qué es lo que tiene que llevar. Choclo, crema, queso. Bueno, cuidado porque aquí viene una cosa. Empanadas cortadas a cuchillo. ¡Genial! De carne cortada a cuchillo. ¡Genial! como cortadas a cuchillo exacto ¿Usted está en contra? claro que estoy en contra ¿por qué? porque la carne picada es la textura que no quieren el relleno de una empanada ¿qué quiere que me den? ¿por qué no me lo cortan a cuchillo un pedazo solo de carne? un cacho de bofe ¿me lo ponen ahí? no, señor ¿lo rodean con una masa? milanesa inventamos una milanesa bueno, claro es que sí es cierto que son trozos más grandes a veces se exageran no me gusta, señor Viene justo uno de esos trozos, viene con un garrón. Y sí, a veces viene. Y lo que está comiendo la empanada y sumándole a la dificultad de la empanada, la dificultad es un garrón. Claro, eso ya es. Y lo está confinando en un cuadro dantesco. Bueno, la empanada de carne cortada de cuchillo es pariente de la papa rústica, que se sirve sin pelar. Sí, con la cáscara. Con cáscara y todo, a la vida así. Directamente. Y son papas andinas rústicas. Sí, por otra parte también si vamos a los rústicos te puede darme el relleno por un lado que es un pedazo de carne y la masa por el otro. ¿Y qué hace? Ah, que es un pedazo de pan, se lo come. Usted le gusta entonces la amalgama de ingredientes. Exacto, que los ingredientes de algún modo se relacionen, pero que... no sean tan fácilmente analizables. El guiso analítico, por ejemplo, es el guiso en donde todos los ingredientes son separables por análisis y visibles. No sé si quiero eso. El mal guiso. Ese es el mal guiso que hacía mi madre. No, bueno, no sé. Pues están los buenos guisos donde todos los ingredientes hacen otra cosa. Un sabor homogéneo. Bueno, a mí a la empanada me gusta que se mezclen. No que yo diga, uy, esto es esto, esto es el otro. Y así. Yo lo que tengo que felicitar al señor de las empanadas, la empanada es roquefort, con nueces adentro. No, en verdad era de jamón y queso, pero se nos pudrió. Seguimos el consejo suyo de que el queso no se pudre. Y que como se llama el queso podrido, es roquefort. Y el jamón parece nueces porque se endureció. No sabemos lo que era, pero preferimos decir que eran nueces. Bueno, acá dice, código para identificar el sabor de lo cual hemos hablado. La elaboración a la vista, Jaime. Ábreme de eso. Bueno. Porque acá hemos... visto empleados que fingen mostrarse y en realidad se ocultan. Están en la vidrera, pero hacen las empanadas de querusa. Abajo del mostrador. La van haciendo bajo el mostrador con aire reservado. Cuando hablan entre ellos, hacen como los jugadores de foo. Se tapan, se tapan la boca y por ahí sacan algo. Una empanada. Ya hecha. No es a la vista. No, no a la vista es a la vista. El verdadero chef a la vista se arremanga, saca, muestra nada por aquí y nada por allá y empieza. y muestra su destreza, a veces hace una acrobacia la tira para arriba y la enbarraba algún jueguito a mi me gusta eso, los chefs japoneses si, vio que cortan los ingredientes con tres bolas de fraile bolas de fraile en Japón hacen malabarismo si y bueno, eso me gusta bueno, por eso es parte del espectáculo en Nápoles, los maestros pizzeros cuando uno va a comer una pizza en Nápoles la verdad de la pizza a usar como un lazo. No señor, yo no permitiría. Se le va agrandando. Se va estirando. Lo que me voy a comer yo, el tipo lo revolea con el dedo, andá a saber que estuvo haciendo. No bueno. a la elaboración de la pizza. Están en camiseta musculosa con la ropa típica de Nápoles. Y después cuando le cobran, ¿cuenta la plata? Se moja el dedo en la boca. Y se moja el mismo dedo con el que cuenta las pizzas. Y va contando la plata y la pizza. Bueno, hay actualmente argentinos que están triunfando como emprendedores. con empanadas, con empanadas, con empanadas. Hemos visto la... Hemos visto, sí. Nosotros que soñábamos tanto con industrializar. Bueno, de algún modo lo hemos conseguido. Pensábamos en fabricar aviones, autos, locomotoras. Bueno... En paradas. Por algo se empieza. ¿Sabe que en Londres y Estados Unidos se vuelven locos los norteamericanos y los ingleses con la cepanada? Ah, con la cepanada. Sí, está seguro. Yo creo que se volvían locos, como aquí también. Eso me lo dijo un psicoanalista amigo. Bueno. Y dice que parece mentira, pero la gente se vuelve loca en algunos países más que en otros. todos subidos. Usted? Y estamos palmo a palmo. No me dijo el psicoanalista. No me dijo, no me quiso decir. ¿Y por qué no le quiso decir? No sé por qué. Pero usted tiene que conjeturar algo, porque el secuanarista... No puedo hacer conjetura, imagínese. Si yo digo esto en este programa, mañana vienen los de la embajada de los Estados Unidos y me dicen... loco quién, loco quién. Están en otro medio. Lo puedo decir, el estilo de vida norteamericano. Uno se despierta el día 1 del mes, tiene que ganar plata, triunfar. pagar los gastos, está endeudado. En ese orden, pero si... Ya es el día 1. El norteamericano está endeudado desde el día 1. ¿Qué queda para nosotros? Claro. Bueno, no era ese el tema que yo quería instalar. Pero la empanada, la exportación de empanadas... Cuando uno empieza a hablar de empanadas, es inevitable hablar de la locura en los países centrales. Sí, sí. A veces llega muy distorsionada la exportación de empanadas. Yo he visto la empanada argentina en Brasil. ¿Qué hacen con eso? Es muy grande, se llama tarta, pero le dicen empanada. ¿Ah sí? Usted pide una empanada y se comen dos con una empanada. Acá comen dos. ¿A usted le parece? Sí, sí. ¿Todos para compartir acá en este restaurante? En Brasil todos para compartir. Yo he visto a los japoneses llevarse empanadas. Bueno, en Japón me parece que no hay empanadas. Bueno, pero ellos las llevan, pero no para comer. ¿Por qué? Porque no saben, porque los engañan. Nadie les explicó que... Los engañan, entonces la ponen en un horno de cerámica. Sí, qué bien. Hasta que se ponen... adquieren la conse... la dureza de la empanada y la venden como unjetor. Ah, que adorno. Que artesanías. Artesanías japonesas. Y una empanada tiene algunas de esas letras. Sí. Japonesas la ponen ahí junto con un abanico que si bien se mira, tiene la misma forma de la empanada. Sí, pero... Incluso hay algunos japoneses cuando reciben una empanada aquí en la calle Casado, tratan de cerrarla la empanada. No. Porque veo que el abanico viene así y uno lo cierra. La empanada y tratan de cerrarla como si fuera un abanico y ahí es donde se enchastran todos. Ahora que usted dice de la forma de la empanada, no apareció... Vio que hay cosas que tienen formas de otra. No me dejas. Y esa es la gracia, la gracia de cierto objeto. ¿Me puede dar un ejemplo? Por ejemplo, una cartuchera para el colegio. No hay cartuchera en forma de empanada que es un buen... Sí, una buena forma incluso para abrir. Claro. Muy cómoda. O un monedero. El niño puede sacar... todos sus lápices de colores, gomas de borrar, bueno, sin ninguna dificultad. Sí. Distinto al panqueque. Al panqueque se le salen las cosas. No, no se les sale, no las puede sacar. ¿Dónde tendría el cierre el panqueque? Por la punta. Por cada punta. Claro. Se está sacudiendo el panqueque ante la mirada de la maestra. Bueno. Y le dice Robledo, no sacuda el panqueque en clase. Sí. Pero creo que la empanada admite eso. Sí. Y además, imagínese qué linda es una empanada dibujada con su repulgue y viene el niño, el niño rico con su cajita de útiles de empanada provoca la envidia del resto del alumnado. Obviamente. No le quiero pinchar en lobo. Se me está haciendo agua la boca. Está bien, no le quiero pinchar en lobo. Pero si ustedes se remontan a la historia de Egipto milenaria. pirámides, camellos, arena. Sí, el camello y la arena, sí. ¿Ya existía la empanada? La empanada egipcia, que es triangular. Cuidado con los gestos que haga porque no estamos en radio. Creo que se llama yatay. Va con carne y con limón y es milenaria. Prácticamente estaba Cleopatra y ya comían esa empanada. Y ya comían la empanada. Ya no era en Egipto, pero comían la empanada. Bueno, no hay una pizzería sin embargo que se llame Cleopatra. ¿Usted conoce una casa de empanada Cleopatra? Bueno, pero... Jaimovic conozco. Jaimovic, es raro como casa de empanada Jaimovic. Bueno, extraordinario este informe. Muy completo, sí. Me dieron una gana de comer empanada. Recién vi, en este mismo canal, que algunos comerciantes tienen atenciones. Lo vi con report. con los conductores. El programa Reborda. En diez minutos. Sí, pero a Reborda le dan... Corutela. Picadas, hamburguesas. Sí. Mire si nosotros nos traen unas empanadas. Vean lo que es esto, un vaso de agua y libros de dolina. Claro. Es todo lo que hay. ¿A vos te parece? Quien quiera aceptaría un soborno tan mísero. Sí, por favor. A ver. Bueno. Sin embargo, mire. Sí, relleno. A veces puede venir mezcladito. alguna atención, alguna sorpresa, algún detalle. Y quién me dice si uno de esos ingredientes sorpresivos es algo del pensamiento ajeno. este minueto viene bien para hablar de María Antonieta. ¡Uh! Bueno. De un amor oculto de María Antonieta. Después de todo, María Antonieta no fue como otros personajes de la historia de Francia, que eran muy proclives a los amoríos clandestinos. Ella no, no tanto, ¿no? Pero vamos a... contar cómo empezó este asunto, primero con su marido y después con su amor oculto, sí es que lo tuvo, sí es que lo tuvo. Ubiquémonos en Francia en 1775, antes de la Revolución Francesa, por esos tiempos el rey era Luis XVI, su esposa era María Antonieta, que era Austríaca de la familia Asburgo. Dice la crónica que Luis mostraba... gran solicitud e interés, en realidad no podía satisfacer las exigencias amatorias de su señora esposa, porque él tenía algunos problemas con su virilidad que no vamos a describir aquí porque hay gente que está comiendo, incluso empanada. En realidad ellos se casaron cuando él no era el rey todavía, sino que era el delfín, o sea, el heredero, En Inglaterra, el heredero del trono es el Príncipe de Gales, y en España el conde de Barcelona. En Francia es el delfín. ¿Qué hace el delfín? Está bien. Bueno, se casó, se casó. Pasan, ponéle, cuatro años, cuatro años después del casorio. Se casaron muy jóvenes ellos. Creo que él tenía 15 años y ella 14, muy inexperto. Cuatro años y no sucedía nada o no nacía nadie. La mamá de María Antonieta, que no era otra que María Teresa de Austria, estaba un poquito preocupada. Ya se sabe que los matrimonios principescos se establecen para tener descendencia, ¿no? Cada vez que le escribía María Teresa, que seguía viviendo en Austria, le preguntaba a María Antonieta cómo andaba de lo más importante. Y siempre le contestaba lo mismo a María Antonieta, no tengo ninguna noticia y te juro que esta indolencia no es culpa mía. María Antonieta... era muy romántica, tenía deseos de abrirse al amor. Cuando escuchaba los violines, no sé por qué razón, ni sé qué tienen que ver los violines con todo esto, pero ella se emocionaba y llegaba hasta las lágrimas. Cuando veía a algún soldado guapo de la guardia, suspiraba, y cuando se iba a dormir también suspiraba, parece. Bueno, en cuanto... El rey... nada. El rey tenía unas dificultades que no las podía resolver. Lo cierto es que todo el mundo estaba al corriente de aquellas dificultades. Fue feo eso. El pueblo francés siempre fue proclive... Segunda vez que uso esta palabra... A la canción chuscas. Chuscas. Entonces hacía cantitos. Me gusta... Y el rey conocía esas canciones y desde luego se sentía muy mal. La gente incluso hacía puesta, voy a que sí, voy a que no, en fin. En realidad en Francia los príncipes poco afectos a las mujeres son mal vistos. Son mal vistos. Siempre fueron preferidos los que seguían la tradición de Enrique IV o de Francisco I de Baluá, que eran personas muy... incluso proclives al amor ilícito. Aquí hemos contado alguna vez que Francisco I de Baluá... habla con su primer ministro y estaba hablando. Y entonces Francisco le dice al primer ministro, a que no sabe cuál es la distancia que hay entre un enamorado y un pervertido. No sé, dice el primer ministro, dice, la distancia que hay entre su hija y la mía. Bueno, era un tipo... era muy bravo. Pero en este caso Luis XVI era casto. Sí. Y entonces no lo querían tanto, ¿qué quiere que le haga? Así era la cosa. Bien, como hemos dicho, cuatro años, María Antonieta nada. Y empezó a salir para divertirse nada más con algunos muchachones de la corte. Que hay un bailongo aquí, una fiesta de disfraz, se tomaba algunas libertades. Al principio inocente. Pero qué peligroso ese juego. Una noche, en un bailongo de máscaras, había muchos bailes de máscaras, se le acercó un tipo y le dijo alguna cosa. No sé qué le dijo. Y la reina quedó callada. Y aquel hombre que le besó la mano era un famoso seductor. Le voy a decir cómo se llamaba, si ustedes prometen. mantener la calma. Era un actor, un actor que llamaba François de Pulastron. Bueno, está bien. Muchos dijeron que fue amante de la reina, pero de ese no hay pruebas. Ahora bien, había una amiga de la reina que tenía un salón que ofrecía grandes peligros y grandes tentaciones. Los caballeros más elegantes lo frecuentaban. y uno de ellos era el duque de Coañí, que se enamoró perdidamente de María Antonieta. Este duque era caballero muy amable, buena figura, dulces modales, semblante satisfactorio y enorme agudacia, y el duque sabía de la situación de la reina. Y bueno... Le invitó a pasear por algunos corredores retirados. Por favor. Empezó a contarle historias en tono galante. Resulta que había un japonés. No, bueno, no sé. Esas cosas. Jugaban a la baraja, a los dados. Y él adulaba la suerte de María Antonieta. No quiero ni pensar en qué términos. Bien. En 1777, Luis... empezó a pensar en tratarse de sus males y decidió operarse de sus dificultades. Me operé de las dificultades. Todo salió bien y en cuanto los permitieron los médicos, el rey de Francia fue a buscar a su esposa. Ya hacía siete años que la pobre dormía sola. Y tuvieron un encuentro. Bien. ¿Qué pasó? Terminó bien la historia. Ah, no, poco a poco. Bueno. Tuvieron un encuentro y al día siguiente la reina se aludió de su aposento muy infeliz. Qué lindo. Ya le va feliz, con una sonrisa, un semblante, me imagino. Después de aquel suceso tan esperado, ocurrió algo extraño. Este nuevo menester que el rey se permitió después de tantos años, fue contraproducente. La reina, después de haber entregado sus favores a Luis, aceptó convertirse en amante del conde. ¡No! Aceptó convertirse en amante del conde. Pero justo ahora que empezó a funcionar todo. Y esos amoríos tuvieron consecuencias acerca de... de las cuales todavía hoy se duda. Hubo un baile en el que la reina se disfrazó con un dominó gris. Era un traje... que impedía que se le viera el rostro, tenía una máscara, algo así. Junto a ella había varias muchachas de su séquito, que también se habían mezclado igual. Era una costumbre que tenían los nobles. Varias damas se disfrazaban de la misma cosa, varios caballeros hacían lo mismo. Y entonces, cuando el disfraz presentaba dificultades para reconocer al disfrazado, en realidad no solo no le veía la cara, sino que como había... confusión. Varios disfrazados de la misma cosa. Era la misma empanada. La empanada, ponerle. No sabían quién era quién. Y bueno, y ahí entonces se podían cometer algunos deslices. Muy bien, gracias al disfraz, María Antonieta quedó disimulada con sus compañeras. Se deslizó entre la muchedumbre, se plantó por unas escaleras y allí, en un descanso de la escalera, y de ella, que estaba esperándole al duque. Un rato después, los concurrentes le dieron cuenta que no estaba la reina. ¿Dónde está la reina? ¿Dónde está la reina? La buscaron y la encontraron saliendo de un palco muy agitada. Más o menos así. Y un rato más tarde apareció el duque que estaba disfrazado de árbol. Si había disfrazado de árbol y según dicen tenía aspecto de haber sufrido los embates de 100 leñadores Por favor Estaba apodado el tipo Bueno, un par de meses después la reina anunció que estaba embarazada Y muchos, no vas a creer lo que es la maledicencia Muchos creyeron que que era el Duque. ¿Y sí? ¿Cómo sí? No, he ido. Sí, ya había estado con el marido. Usted es uno de esos... No, bueno, pero me parece que el árbol fue. Y en diciembre de 1778 nació María Teresa Carlota. El día del bautismo ocurrió un incidente. que certificó las creencias de la gente respecto al techo odio. Por ejemplo, durante la ceremonia el obispo pregunta, ¿y quiénes son los padres de esta criatura? Y él dijo, bueno, todos sabemos quiénes son los padres de esta criatura. Y se oyó un murmullo. El duque. No que el duque, todos se reían. Así que... El rey se enteró de este episodio, se sintió muy mal, etcétera, etcétera, etcétera. María Antonieta se dio cuenta del peligro y le dijo a Coigné que se piantara y se tomatela. Y así sucedió. El duque se fue a Valencián y durante la revolución, que estalló poco después, estuvo en el exilio. Y así terminó la historia de Cuaní y de María Antoinette, a quien no se le conocieron muchos amores, pero hay que admitir que tuvo mucha paciencia. Siete años sin que el marido la saludara es un poco demasiado. Pero esto tranquilizó bastante a las dos familias. franceses y a los borbonos de Francia y a los afurgos de Austria que estaban ahí. Yo no sé si me acuerdo bien diciendo que la mamá de María Teresa le mandó al tío, era un hombre así muy de mundo, para que le diera algunas clases para que lo avivara un poco, para que lo avivara un poco, Y dicen que el día de la boda, cuando todavía no era rey, Luis XVI, y si lo era Luis XV, que era el abuelo, Luis XV le dijo el día de la boda que no comiera demasiado. Y se dice no coma demasiado porque acordate que después tienes que ir a la cama, le dijo. Y luego yo, no, yo cuando como duermo mejor. No, no. Con la boca llena se lo dijo además. O sea, era medio sonso que va a ser. Después se abrigó. Bueno, respecto a cuánto hay que esperar para... ¿Cuánto puede durar la espera para faltarle el respeto a una dama? Digámoslo así. No sé, yo creo que nada. No, bueno, nada. En el caso de las monarquías no sé porque es una cuestión también... Bueno, sí, pero justamente están muy apurados. Claro, por eso las familias, si usted dice los abdurgos, estaban todos desesperados. Así pasó con otro rey de Francia. Luis XIII, que era hijo de Enrique IV, y Luis XIII también era un tipo así un poco poco dado a estos asuntos y también lo casaron con una princesa española parecía que tuvieron ellos fingieron que habían tenido un encuentro la primera noche pero todos sospechaban que no, todos sospechaban que no, entonces los diplomáticos para que averiguaran lo que pasaba y todos estaban confabulados en el palacio para hacerle creer a los españoles que Luis XIII sí había tenido relaciones, pero no se sabía ni se sabe todavía. El hijo de Luis XIII, que fue el rey Sol, Luis XIV, hay un estudio que hay ahí donde se demuestra que no era para nada parecido Luis XIII. Luis XIII es el rey de los Tres Mujeteros. No había ADN ahí. No sé. Lo que le quiero decir es que a veces pasan estas cosas. Vamos a dedicar esto a la pobre María Antonieta, al amante que se disfrazó de árbol, la cuañé y al actor François de Poulastron. es un nombre que antes en Argentina quería significar algo que ahora ya no ¿Qué podemos escuchar? Hay una canción que se llama un poco de amor francés Señoras, señores, este es el mejor momento para dar comienzo al siguiente segmento. Peluquerías, concepto de objeto. Cuidado con la peluquería porque incluso siendo el peluquero un personaje tan susceptible, hay ofensas que uno no puede infringirle. Por ejemplo, ¿qué pasa si usted cambia de peluquería? Para mí es una alta traición porque el peluquero no es solamente un peluquero, es su amigo, por momentos es su psicólogo, por momentos es su cura. un sacerdote, por momentos es un consejero. Te tengas ese. Bueno, bueno, digo. Está a punto de ser el novio. Está bien, pero digo, uno le cuenta todo al peluquero, pero el peluquero escucha. Eso es cierto, eso es cierto. De modo que, acá dan un consejo, cuando usted cambia de peluquero, tiene que decirse, lo dice. es feísimo porque le va a decir bueno porque dice sé honesto dice aquí no píselo están hablando de otra cosa evidentemente porque el peluquero bla bla bla bla bla bla bla mirando como tu amigo lo que dijo usted no lo que pasa que se le nota si usted va a otro peluquero ya no puede volver al anterior que dice y acá hay gente se da cuenta que me tiró mano porque hay mucho este no fui yo le dije sí en uno puede tener una doble vida. ¿Pero el carnicero qué le hace a uno? Sí, pero hay una lealtad que el carnicero no se la perdona. No, no, no. El carnicero de caseros, Dante, Nicola Marchone... Bueno, muy buen nombre. Requerían... Fidelidad. Don Carlos, sí. Requerían fidelidad. Son demasiados para requerir su fidelidad. Y hay algunos que me olvido. Yo podría nombrarle 10 llegados al caso. había muchas carnicerías en caseros. Sí, pero usted no se brinda en cuerpo y alma a que el peluquero lo atiende. No hay razón, usted no habla, primero, el peluquero lo atiende. es cierto que el carnicero puede atenderlo todos los días, pero el peluquero lo atiende una vez por mes, pero está dos horas con usted o una hora. ¿Tanto? Y habla. Yo no le hago confidencias al carnicero, salvo algunas de ocasión que tiene que ver con la carne que está cortando. Sí, claro. Por favor, Francisco, córteme finita la milanesa porque si no, el imbécil de mi marido se queja. Ahí puede ser que Francisco comente algún bocadillo. Es un inversión de su marido. Sí, con la señora sí. Pero de ahí no pasa. En cambio. El peluquero pregunta, y al final cómo le fue con su jefe. Tiene todo anotado. Vendió el auto, sabe todo. ¿Usted no se dio cuenta que tiene todo anotado? El tipo lo empieza a peinar y por ahí en un momento se detiene, abre un cajóncito. Con mucho disimulo ya con una libreta. ¿El inodoro lo destapó? Lea bien que ese no soy yo. Fíjese en la guioneta. No, no, no. Usted no es Haymovich. Ese es mi primo. En todo caso, esta idea del peluquero íntimo tiende a desaparecer. Por empezar, yo no estoy seguro de que en las peluquerías puedas elegir el peluquero. Si hay tres, esa es suerte y verdad. Sí, ahí está. Es por turno. Ahora, uno a veces está acostumbrado a cortar el segundo y puede decir, espero con Robert. No, señor. Le dice. Esa suerte es verdad. Siéntese. No, no, no. Espero que me atienda a Roberto. Discúlpeme, pero eligiéndose otro precio. No, no, pero usted era el aprendiz. Yo lo vi que... Bueno, pero ahora he comprado el paquete accionario de la peluquería pasa a llamarse precisamente así. ¿Cómo? El aprendiz. Bueno. ¿Qué dice una peluquería? Peluquería el aprendiz. Yo me corto de la peluquería. Atendida por su propio dueño ahora. Sí, claro. Bien, vamos a ver. Una mala idea es ser impaciente para ir a la peluquería. Sí, hay que tener... Faltan mucho. No. Faltan mucho. Usted tiene que destinar todo el día. ¿Cómo va a destinar todo el día, señor? A veces de pasado. ¿No es lo que yo? que les digo, muchachos, estoy en la peluquería, los llamo por ahí 11 de la mañana. Sí. Quién sabe si llego al tiempo para el programa. Pero si no es a la noche. Sí, falta mucho. Bueno, pero estoy en la peluquería, puede pasar cualquier cosa. Ahí se detiene el tiempo. No hay nada más importante. A mí me parece que eso no afecta la rentabilidad del peluquero, porque si él le da, está todo un día con un cliente. Bueno, es que ahora se cobra muy caro. Claro, pero... Usted porque a lo mejor no va a peluquerías caras como nosotros. Claro, exactamente. A peluquerías que van a Guiléspi, te hacen de todo. Dicupeme. No, bueno, pero... Primero que... Elaban el balero. Lo primero que agarran es la cabeza, usted la pone para atrás. y olvídese. Olvídese de qué. No sé, pero sí. Ya empezaste poniendo la cabeza para atrás. Olvidate. Bueno, pero... Unas manos suaves. y jabón. Usted no sabe quién le está lavando la cabeza. No, no. Sólo sentís una caricia en el cuero cabelludo y una voz. Sí, que te va diciendo. Sí. ¿Te sentís bien ahora? No, es que... ¿Te gusta el jazz? Pero claro que sí, señor. No, antes había, y son los mismos cacharros, un... una especie de cacerola para lavarte la cabella. Sí, sigue existiendo. Sigue existiendo, especialmente en las peluquerías de damas, que está atrás. Entonces vos tenés que... llevar la cabeza muy hacia atrás, muy hacia atrás. Y a mí me confesé a un peluquero que tenían un porcentaje bastante alto de clientes que se rompían el cuello. ¡Muy bueno! Tiraban la cabeza para atrás y después te sentías un crack. ¿Qué? Se miraban los peluqueros. ¿Y qué pasó? Veía la cabeza en un ángulo imposible adentro de la cacerola. ¡Mira! Era un fraxido. Él me dijo, mira, Esta señora le escondemos una habitación, cuando viene la noche la sentamos la verdad en frente. Con la cabeza para atrás queda colgada de atrás. Claro, te rompe este hueso de acá. Pero le queda la cabeza pero colgando, Flaxia. Es por la canaleta, vio que hay una canaleta que conecta las dos cosas. Por ahí es muy filosa también la canaleta. Sí, también. El borde. Para no hablar del agua caliente. hervido, prácticamente como chorizo de puchero. Imagínate, está en 45 minutos, tirado hacia atrás con la cabeza el agua hirviendo. Incandescentes, sí. Usted sabe que ese mismo artefacto, que parece una palangana, tiene a su vez una manguera con un duchador. O sea, el agua sale de ahí. No es que lo ponen en una ducha. No viene de otra parte. No viene del techo de ningún lado. Y con eso le va haciendo como un masaje. Claro, se va durmiendo. Está lloviendo el agua. Sí, el agua. A veces sale vapor. Sí. La manguera y sale... ¿Y no sale agua en algún momento? Para no hablar de ese canuto que te mete... Te hace meter la cabeza... Sí. Adentro de algo que parece un gorro de fierro. Es eléctrico. Sí, el secador. El secador. temperatura. Usted sabe que en los años 70, yo me acuerdo de chico, con mi madre. y había tres o cuatro, las mujeres estaban como con esos cascos y usted no reconocía a su madre estaba aquí preguntando uno por una a ver cuál de estas damas le había dado el ser claro, porque estaba el casco y después había como una cosa, una escafandra de color ámbar al no poder identificar a su madre claro, estaban todas les daba igual después a uno con la edad empieza a dar igual sí, con que sea madre se va con un mucho mejor que no hablar. Bien, dice... Cuidado con cambiar de idea a mitad del corte. Y sí, no hay marcha atrás. No. Cuando un hombre ya empezó a cortar... ¿No hay marcha atrás en esta peluquería? No, bueno. Yo digo... ¿Usted es el peluquero? Sí. ¿Usted es Giancarlo? Giancarlo. Ah, pero qué barbaridad. Yo dije... Me dijo el señor... Rebajame la nuca. Sí. Digo, bueno. Y yo ya empecé. Claro, pero ahora... Recapacité. No, pero... Pero... tenés la nuca de lo que le quedó la nuca toda penada la vieja pregunta es cómo lo quiere así o más largo lo que puedo hacer si cuál era tu nombre no usted no lo sabe Porque me gustaría llamarte por tu nombre. Ingeniero Petrucci. ¿Petru? ¿Te puedo decir Petru? No. Bueno, escúchame. Qué mala onda. 17 años. Qué mala onda que es el cliente. Para que me digan Petru. Pero escúchame. Petru, lo que te va a venir, Bárbaro... El Giancarlo es una de las grandes eminencias de la peluquería estudiado en París. Lo que te va a venir, Bárbaro... Ella es Luca, eh, o Giancarlo. Lo que te va a venir, Bárbaro, es un implante. que te puedo hacer en el espacio de la nuca que quedó ahora descubierto. Que quedó al descubierto y le hacemos una cola de caballo. Sí, para mí una cola de caballo, una coleta básica. Bueno, él es mi asistente, no sé si él se lo dice. Maurice. Maurice. ¿Ah, qué? Maurice? Sí. Maurice. Maurice soy yo. Si tiene una pronunciación. más bien del interior de Francia. Nos conocimos en París en un desfile de modas. Bueno, tampoco es para matar a todo. Bueno, eh... Otro consejo. usar el celular mientras te cortan el pelo, mejor no. Es de mala educación. Como que no le está... Porque a veces incluso vuelves a decirse al tipo, estoy aquí en lo del peluquero. ¡Ah! Dice, ¿seguí yendo a esa peluquerea? Sí. ¿Donde no hay marcha atrás? Sí. Cada vez se escucha todo. Se escucha todo y ya Luca dice... Sí, no, no, no. Se da por aludido. Es una falta de respeto porque hay que privilegiar la conversación y disfrutar del momento. Ahora su peluquero le acomoda la postura. Vio que ahí la cabeza de pronto le queda más cómoda en una posición y hay peluqueros que se toman la facultad de acomodarle. Por ahí el peluquero está trabajando lo que sería el pelo de la oreja. y se mueve la cabeza, pone en ángulo, quédate quietito, porque tiene que trabajar ahí, dentro del orificio. Tanto como para trabajar. A mí me parece que si le mueve la cabeza en ángulos pronunciados, usted puede tener un dolor que le dura años. Ah, ¿por qué? Bueno, a un compañero de nuestra radio, que no lo voy a nombrar. Sí, bueno. Fue al peruquero y lo tuvieron dos horas. con la cabeza así. Sí, claro, lo estaba cortando. Dos horas. Dos horas, porque lo estaban haciendo. Él se quiso hacer como base en los jugadores de Fuebal. Sí, con dibujo. Con dibujo, cosí, tú con 12 horas así. Cuando solió no podía enderezar la cabeza. No, bueno, pero... Y ahora usted lo ve. Sí. Trabaja por televisión. Ah. Pero qué feo. Correge en la cámara. Buenas tardes. Buenas tardes, amigo. Y los camarógrafos le ponen la cámara de acá. No, no, bueno. Para que parezca que el tipo está derecho. Los títulos torcidos. y después cuando hay un martín fierro en una de esas fiestas que la gente lo ve aparece agradeciendo la estatua de acá y bueno pero esa es una mala praxis me parece de la peluquetía denunciarlo por mala praxis hay que tener cuidado también antiguamente se usaba mucho la navaja No era solamente tijera, había entrezacado, se tiracían con navaja. El verdadero peluquero sabe cortar a navaja. Bueno. Para mí no. ¿Cómo que no? A tijera, tijera. Bueno, pero... Navajas te afectan. Está bien. Pero tienes que saber la navaja. Había que tener cuidado, no hacer ningún movimiento brusco con la navaja. No, porque te ensartaba como un churrasco de croto. Bueno, pero al final es peligrosísimo. En la peluquería, X de caseros... Bueno... se registran no menos de cuatro muertes por año. Es muchísimo. De personas ensartadas por la navaja del pelúquero. Pero es muchísimo, tiene que ir preso, le digo. Claro. Pero no era culpa del peluquero. Tenía la peluquería en una avenida. Sí, ¿qué tiene? Pero mucho ruido. Tú por ahí estás así... Te da vuelta el chas. Redondo ahí, desangrado. Charcos de sangre. Lo mismo que en la otra peluquería. Lo agarraban, esperaban a la noche, lo agarraban y lo sentaban en la avenida. Pero señor, yo vivo enfrente, esto es un escándalo. Mentieran todos los muertos acá. Ahora déjame, al final de la jornada... Digo, en esta reunión de peluqueros que tenemos hoy... Perdón, yo no soy peluquero, soy barbero. Bueno, es el peluquero hipster. El caberero de Sevilla. Al final de la jornada, no sé qué hacen ustedes con los pelos recaudados. Yo tengo... yo lo vendo. No sé usted lo que hace. ¿Por qué lo venden? Yo los tiro. ¿Los tiro a la vacuna? No los tires. No los tires. Yo todas las semanas... ¿Pero qué? Se hacen almohadas con eso. Pelucas se hacen principalmente. Hablamos de la otra... la otra vez aquí en este mismo programa pero muchos colchones de pelos pero qué asco y que la gente se acuesta arriba de un colchón de pelo no sabe porque tiene una funda bueno no es que tenés los pelos a la vista no pero no el pelo sobre todo el pelo ondulado es bueno para el colchón y para el rulo que hace un efecto de descanso claro en cambio el pelo lacio el pelo lacio es un colchón duro y engominado para el futón Sí. Como si te acostara sobre una piedra. No, me hubieran contado antes. La semana pasada vino una chica a cortarse el pelo, 20, 25 años. Tenía prácticamente un metro veinte de pelo, lacio. ¿Y de estatura? No, normal. Le corté, me quería, el pelo cortito le corté, era unos pelos así de largo. ¿Lo tiré? ¿Este no lo iba cortando de a poco? Directamente lo corta ahí. No, marqué una línea y con la tijera corté todo, en de hecho. Y hay que tomar esas decisiones. Ahora, en la peluquería, especialmente si usted tiene la casa adjunta al negocio, si eso pasa, se te llena la casa de pelos. Sí, vuela con el viento. Mi señora esposa. Sí. No deja de quejarse. Es otra conversación. No, no, no. Estamos hablando de la peluquería, los pelos que vuelan. Y me dice. Está lleno de pelos, ingeniero me dice. ¿Por qué ingeniero? Si es peluquero. No lo dice Petru. Estoy harta de tus pelos, Petru. Claro, no se puede cocinar. Estoy cocinando revuelvo el bicho y está lleno de pelo. Y encima vos venís a comer. Y me dice, ¡ay, hay un pelo en la sopa! ¿Y qué querés que haya? le contesto yo. ¿Y qué le casa, Fidel? Si sos pelujero. Sí, la verdad que igual me da asco. Me imagino, por ejemplo, un plato de polenta llena de pelo y yo no la como. La polenta y el pelo forman una mezcla un poco asquerosa. Sí, pero igual se ve, por lo menos. Usted lo puede saber. Lo peor es cuando el pelo se disimula. Claro, se disimula. Por ejemplo, usted tiene un plato rajado. Sí. Y ahí... ¿Qué pasa? ¿No sabes si es un pelo o si es una rajadura del plan? Usted me dirá, las rajaduras no se mueven. Sí. Bueno. Quizás sea la primera vez que dice, ojalá sea una rajadura. Giancarlo, yo me voy porque te voy a hacer más cosas. ¿Qué vas a hacer con el cliente? Morís, tómate el día. Yo diría, por como tiene el pelo. ¿Yo le voy a hacer un baño de crema? ¿Yo a Paul, mi empleado? nunca le hago tomar el día porque es así le das el día y se agarra en el mes no pero es para crear porque tiene que tener la cabeza descansada libre para tener ideas nuevas de peinados nuevos todo el día han botado acá en la peluquería lo que te recomiendo para el señor veo que el pelo está muy florecido muy seco de entrada y leche de pepino y de postre. Eso era el relleno de la empanada de Penobloco. De leche de pepino. Había una peluquería en donde podías elegir el tema de conversación. Qué lindo, pero ¿cómo? ¿Con qué sistema lo hacían? Bueno, con una lista, así como las canciones de las victrolas de los años 50. Sí. Entonces ponían política, religión, enfermedades del aparato digestivo. No, bueno. Sí. Recorrido de los colectivos. ¡Uy, qué lindo! Fútbol. otros deportes bueno anécdotas íntimas se te cobraban pero lo elegía o tocaba por elegir a tocar el botón y arrancaba se le prendía una luz al peluquero política Veo cómo están las mujeres hoy. O sea, política. Claro, depende de cada tema. Y el tipo tenía que saber hablar de todo. Tenía que saber, sí. Incluso en política vos podías elegir a favor de quién, en contra de quién. Ah, muy sofisticado. Igual le digo una cosa, el peluquero no es que tiene que saber tanto. Tiene que seguirle la corriente. Tiene que acompañar a darles razón. Como un corroborador. y yo me di cuenta que un día me di cuenta de que me estaba siguiendo la corriente. Claro. Yo me di cuenta de que un día me di cuenta de que me estaba siguiendo la corriente. Y yo me di cuenta de que un día me di cuenta de que me estaba siguiendo la corriente. Yo creía que yo estaba hablando bien, que él estaba impresionado por mi razonamiento, que por eso me daba la razón. Y un día, sí, me decía, tiene razón, tiene razón, la verdad que usted... Lo miro y le digo, Saporiti, usted me está dando la razón como a los locos, le dije. Me paré, ¿eh? Sí. A medio cortar. Está bien, perfecto. A medio cortar. ¿Y qué dijo? Sí, usted en realidad no piensa como yo, sino que me da la razón. Claro. No, no, que yo digo me voy, no voy a volver nunca más, me fui, al rato volví y digo bueno, pero por lo menos emparejeme el pelo. Sí, está bueno, está bien. Sí, me dice tiene razón. No, no veis, le digo, me da la razón como a los locos. No, bueno, le dan la razón porque el cliente siempre tiene la razón. Ah, claro. Y el loco también. Y bueno. Le puedo asegurar que se sienta un comunista y habla de comunismo. Se sienta otro que es de derecha y habla de derecha. El dentista no es así. No. Es más noble el dentista. Pues yo voy a un dentista... iba a nombrarlo, pero ya sabe quién es. No va a decir el doctor Barragán. No quería nombrarlo, pero ya que esté. Y él no te habla. ¿Por qué? Porque no le podés contestar. Claro, claro. Porque no es una boca llena de cosas. Y me dice, yo le hablaría bien de Stalin. Sí, a comunista. Bueno, pero dice, usted, como no tiene la posibilidad de contestarme. yo voy a permanecer en silencio, dice el Dr. Barragá. Listo. Y agrega, ¿sabes? Dice, debajo de este guardalpolvo, estoy completamente desnudo. No, bueno. Eso no me gusta. Y me dice, no me diga nada. No, pero por supuesto. No me diga nada. parece un desubicado. Más muy despareja la relación, usted está con la boca abierta, con la aspiradora esa de saliva. Tiene una nueva ahora, que te aspira la saliva y te saca los dientes. Que es como una turbina. Que es muy poderosa, sí. Entra un diente. Y las paredes de la boca, veo que la boca tiene la cavidad bucal. Las mejillas. No sé si usted la observó de adentro. Mejillas. de lo de dentro mejillas. No se llama contramejilla la mejilla de lo de dentro? Chique to chique se llama. Y la carne de la mejilla, que es una carne como parecía el Matam, rosada, claro, pero una textura muy agástica. Sí, tiene razón. Usted queda a merced del dentista eso, si con esa aspiradora le arrastra todos los bordes. después le por ahí hasta les añada. A mí me pasó con la carne de la mejilla que un día fui al dentista y me dio una inyección de anestesia. Bueno es normal si, se le da anestesia. Me durmió todo lo que lo que es la boca. Sí, la boca. Que es la boca, Pedro de Mendoza. Llegué a mi casa con la boca toda dormida. Sí, hasta tres horas puede estar con la boca dormida. Me hago un sándwich de queso de rayar. que rico, bien sabroso. Que también te duerme. Que queso de rallar, cuando es muy fuerte, vos lo empezás a comer, se te duerme la mejilla del lado de adentro. Tienes razón, se sumó. Y yo, mitad la anestesia, mitad el queso de rallar, empecé a comer, no sentía nada, no sentía nada. Está todo dormido. Voy al baño, me miro al espejo. En cada mejilla un agujero. Un agujero enorme. Me comí las mejillas. Me las comí. La lucca. Tiene razón la verdad lo que está diciendo. Que me estás dando la razón. No, no, bueno es porque estoy viendo los agujeros. Ahí, al dentista no hay. No hay arreglo. Tuve que ir a un... médico, si es un médico plástico, sí directamente, que le cierre el agüero. Eso es lo que le dije. Por teléfono le digo, mira necesito que me cierre el agüero. Me dice, bueno pero son las 4 de la mañana. Bueno, cuando abra el consultorio. Bueno, a qué hora abre, le dice. Bueno, entonces cuando fui, ¡oh! Dice, pero yo tenía preparado otra. ¿Qué se le veían los dientes? ¿Por el costado? No, porque el lentista me los había sacado todos. Bueno, entonces sí que se veía como una cosa. El este y el otro. Y él dice, bueno, mire, aquí lo que hay que hacer es sacar piel de otro lado. Exacto. y se las ponemos acá en los agujeros que te hicieron. Pero piel y carnecita también, un poco de carnecita. Sí, un poquito de carnecita. Si no va a quedar muy bien. Piel y un poquito de relleno carneo. Y si ya que estamos, me dice usted que es medio chupado, medio flaco, lo hacemos más rosagante. Claro, le ponen... Lo hacemos más cachetón. Claro, un poquito más. Yo le pego unos sopapos y se pone rosagante, dice el tipo. Ya tenía él. ¿Cómo? ¿De otra persona? De otra persona, mire, se me sobraron acá un medio kilo. No, no. Un medio kilo mucho. No le puedo decir de dónde lo saqué. No, me da un asco. No, no, no. ¿Qué cara de la otra persona? Le ponemos cuarto de kilo, cuarto de kilo, que es un medio kilito cachetón. Por favor. Usted sale y se la va a romper. Sí, pero anda cabibajo, muy pesada sostener esa cara. Y aquí estoy. No, bueno, pero... Bueno, la verdad. No se me nota nada, al principio se me notaba. Eso le dijeron, eso le dice Pelugiero. Todo me dicen, cada vez que voy a la peluca me dicen, no se le nota nada que lo operaron para tapar el agujero. La verdad que no, pero... Ya se, medio kilo, ¿no le dicen medio kilo a usted? Sí. al principio me había dejado algunas partes porque me hizo los puntos y quedó mal cocido como algunas pelotas de fútbol y tomaba sopa. ¿Pero que salía la sopa por los... Se rían las sopas y los pelos que hay dentro de la sopa por los intertillos de los putos que me había dado este médico. Se me revuelve el estómago. Se me daba caldo el tipo así. Bueno, si no le gusta hablar de esto, apriete otro botón. No, pero bueno, realmente yo creo que hay que entregarse a los pelugueros. No es mi caso porque hace un par de años decidí cortarme el pelo yo mismo. Y se nota. Y así como me ven, me corto el pelo yo mismo. No le puedo creer. Porque ¿cómo hacia atrás? ¡Con la máquina! Sí, con la máquina. Pero no se ve. ¿Qué importa? O le va a caer. No, qué importa. Si tiene un peine, con el espesor de lo que uno quiere, se lo pasa y ya está. ¿Y le queda todo parejo? A ver de ese vuelo. No se dio cuenta. No, yo me siento bien. cada vez hay más gente que se corta el pelo, incluso en vez de ir al dentista se atiende a sí mismo bueno, se hacen todos los dientes pero sabe, debe ser muy duro sacarse un propi... su diente si, a mi me dijo el Dr. Barragán, dice yo empecé, mis primeros pasos como dentista, fue sacarme yo las muelas. Pero eso no es un paso de la carrera odontológica. Eso me dijo, me lo dijo, lo comprendí cuando, no, no, era demasiado tarde. Qué impresión sacarse uno mil. Pero hay que tener coraje para sacarse uno mil. Qué duro eso. Bueno. Para cantar debe ser difícil estar sin dientes. No parece. Depende para qué repertorio. Según qué repertorio. De según qué repertorio. Porque hay canciones que no dicen palabras sino... ¡Ahh! ¡Claro! Que se yo. A ver. No puedo cantar. No, pero... ¡Ahh! Eso no tiene letra. Ahora, si usted lo que quiere es... Vamos a volver a trasladar una agá. Y recordarles el mismo, pues entonces ahí necesita mucha articulación. Pero si usted lo quiere es caprichoso. faltar de todos los dientes. Incluso cuando alguien canta esta canción, que es lo primero que nos sorpecha. Que no tienen los dientes. Que faltan todos los dientes. Bueno, un informe estupendo sobre los peluqueros, sobre los dentistas y sobre la condición humana. No sé cómo viene de comedor, ya que van a tener que cantar los dentistas, los integrantes del Trio Sin Nombre, pero... Yo creo que después de una pausa que vamos a hacer, lo podemos imitar bien el sordo gancé, con dentadura completa, bueno, y con algún repertorio musical a mano. Muy bien. Me parece. Y para finalizar, dos palabras bastan. Gracias. oficinanerd.com. Pasión por el podcast.