Bedtime Stories - Spanish - Age 3 to 5

Una conmovedora historia de amistad que trasciende la distancia y el tiempo.

Flora y Mia son las mejores amigas que adoran pasar tiempo juntas junto al tranquilo lago. Un día, Mia sorprende a Flora con un regalo especial: un robot de juguete que se convierte en el centro de sus aventuras imaginativas. Pero cuando Mia se muda, las dos amigas deben encontrar una manera de mantener su vínculo fuerte.

A través de sinceras cartas y recuerdos compartidos, Flora y Mia demuestran que la verdadera amistad no tiene límites. El robot de juguete se convierte en un símbolo de su conexión duradera, recordándoles que nunca están realmente separadas mientras se mantengan en sus corazones.


Esta conmovedora historia celebra el poder de la amistad y la alegría de mantener a los seres queridos cerca, incluso cuando las millas las separan.
  • Demuestra la importancia de mantener amistades a pesar de la distancia
  • Anima a los niños a expresar sus sentimientos y mantenerse conectados con sus seres queridos
  • Destaca el valor de los recuerdos preciados y los objetos sentimentales

"Los verdaderos amigos permanecen conectados, sin importar la distancia que los separe".

What is Bedtime Stories - Spanish - Age 3 to 5?

Disfruta de cuentos suaves e imaginativos diseñados para calmar y captar la atención de los más pequeños. Cada historia utiliza un lenguaje sencillo y cautivador, con temas reconfortantes, ofreciendo una experiencia de escucha sin anuncios ni interrupciones.

Se publica un nuevo episodio cada día, trayendo nuevas aventuras para hacer de cada historia antes de dormir algo especial.

A Flora le encantaba pasar tiempo junto al tranquilo lago cerca de su casa. Se sentaba durante horas, observando cómo las ondas bailaban sobre la superficie del agua. Un día, mientras Flora estaba sentada a la orilla, escuchó una voz familiar que la llamaba por su nombre. Al darse la vuelta, Flora vio a su querida amiga Mía corriendo hacia ella, sosteniendo algo en sus manos. "¡Flora! ¡Mira lo que encontré!"dijo Mía, recuperando el aliento. Sostenía un pequeño robot de juguete, cuya superficie brillante resplandecía bajo la luz del sol. Los ojos de Flora se abrieron con emoción."¡Guau! ¡Qué chévere! ¿Dónde lo encontraste?"Mía sonrió."Lo descubrí en mi ático mientras buscaba unos libros viejos. Pensé que podríamos jugar con él juntas". Las dos amigas se sentaron junto al lago, turnándose para jugar con el robot de juguete. Inventaron historias sobre las aventuras del robot, riendo y disfrutando de la compañía de la otra. Cuando el sol comenzó a ponerse, Mía se volvió hacia Flora con una sonrisa triste. "Tengo una noticia. Mi familia se mudará a una nueva ciudad la próxima semana. Te voy a extrañar muchísimo". Flora sintió que su corazón se encogía. No podía imaginar no tener a Mía cerca para jugar todos los días. "Yo también te extrañaré", dijo Flora, abrazando fuertemente a su amiga. Mía le entregó el robot de juguete a Flora. "Quiero que te lo quedes. Cada vez que juegues con él, podrás pensar en mí y en los momentos divertidos que hemos pasado juntas". Flora aceptó el regalo, con los ojos llenos de lágrimas. "Gracias, Mía. Lo atesoraré siempre". La semana siguiente, Flora estaba de pie junto al lago, sosteniendo el robot de juguete en sus manos. Extrañaba profundamente a Mía, pero sabía que su amistad perduraría. A Flora se le ocurrió una idea. Escribió una carta a Mía, contándole sobre su día y las últimas aventuras que había imaginado para el robot de juguete. Prometió escribir cada semana, manteniendo fuerte su conexión. Mientras Flora enviaba la carta, sintió una calidez en su corazón. Sabía que las verdaderas amigas podían mantenerse conectadas, sin importar la distancia que las separara. Desde ese día en adelante, Flora y Mía intercambiaron cartas y fotos, compartiendo sus vidas y las aventuras que tenían con el robot de juguete. Puede que estuvieran en ciudades diferentes, pero su amistad se fortalecía con cada día que pasaba. Flora sonrió mientras se sentaba junto al lago, con el robot de juguete a su lado. Sabía que mientras ella y Mía mantuvieran viva su amistad en sus corazones, nunca estarían realmente separadas. Con un suspiro de satisfacción, Flora miró hacia las aguas centelleantes, agradecida por el regalo de tener una amiga como Mía.